The Mangler

“Escape is not an option”

Sin dudas, Stephen King es uno de los autores más prolíficos que existen, cuyas obras han llegado a cuanto medio se les ocurra.
Responsable de unos cuantos clásicos literarios que engloban los géneros de terror, suspenso, drama, fantasía y algo de ciencia ficción, muchas de sus adaptaciones también gozan del mote de “obra maestra” y algún que otro “clásico de culto”
“The Mangler”, es un cuento de Stephen King, publicado por primera vez en la edición de diciembre de 1972 de la revista Cavalier, y más tarde recogido en la colección de 1978, “Night Shift”; considerada como una de las mejores compilaciones de cuentos de terror, y la mejor que King ha publicado hasta la fecha.
Esta colección de relatos, recorre toda la gama posible del terror.
Cada cuento es una obra maestra que espanta y fascina por el talento desplegado para exponer lo macabro, para insinuar el desastre con elementos tan simples como una sombra, un ruido, el sonido de unos pasos…
Una de las cosas más sobrecogedoras, es que la acción transcurre en escenarios tan desprovistos de misterio como una escuela, una fábrica, o una lavandería.
Pero en cada una de ellas, sopla siempre un viento diabólico, el mal se encarna en extrañas formas, los objetos inanimados adquieren vida propia al servicio de oscuras fuerzas.
Así, cuando empieza la noche, las tinieblas se hacen cómplices de fuerzas desconocidas, y el ser humano tiene menos resistencia para luchar contra lo desconocido.
“Night Shift” nos transporta a un mundo de terrores imposibles, pero que están ahí, a la vuelta de la esquina, en un maizal, en un pueblo abandonado, debajo de la cama, o tras la puerta de ese armario que ni siquiera rechina.
El cuento sobre la máquina Hadley-Watson de la lavandería Blue Ribbon, conocida como The Mangler o “La Trituradora” es el primero de los 3 cuentos relacionados con máquinas de esta antología.
Esta planchadora, ha probado la sangre, y ya no hay quien la detenga.
A pesar de tratarse de un escenario tan vulgar como una lavandería, o quizás precisamente debido a ello, el relato es genial, muy bien desarrollado, con buena dosis de suspenso, y un final contundente.
El dato de color, es el hecho de que la misma lavandería aparece en “Carrie” (1974) y “Roadwork” (1981), 2 novelas del Maestro King.
The Mangler, se encuentra ubicado en una ciudad de “La América Profunda”, y la acción se desarrolla en gran medida, en una lavandería industrial.
Como dato, Stephen King ha declarado que, entre los muchos trabajos que él tomó para apoyar a su familia antes de que él hiciera famoso, él trabajó en un lavadero industrial para poder sacar adelante sus estudios de literatura, pertrechado con un cuaderno y un bolígrafo, escribiendo este tipo de cuentos a ratos perdidos.
Con toda seguridad, el convertir a una máquina industrial en un artefacto diabólico, constituía la manera más fácil de vengarse de aquella forma de vida.
Aún estaba lejos de convertirse en un autor multimillonario y reconocido y, de hecho, el argumento no deja de resultar divertido; la acción gira en torno a un detective de policía, que investiga una repentina erupción de espeluznantes muertes causadas por una lavadora de ropa industrial, y descubre que una serie de desafortunadas coincidencias, involucran a la máquina, que han reproducido inadvertidamente, un ritual de invocación demoníaca.
Debido a los diversos ingredientes, incluyendo la medicina que contiene el extracto “nightshade”, un murciélago vivo, y la sangre fresca que consigue la máquina, se combinan, además de la máquina en sí misma, ha sido poseída por un demonio.
La historia termina después de que el detective y su amigo subestimen el poder del demonio, y al tratar de exorcizar la máquina, en lugar de ello, la arrancan de sus amarras, y ésta ronda por las calles, en busca de nuevas presas.
Así, la historia transcurre bajo la sombra de algo maligno que solo espera el momento oportuno para campar a su antojo.
“There's a little bit of me in that machine... and a little bit of that machine in me”
The Mangler es una película de terror y fantasía, del año 1995, dirigida por Tobe Hooper.
Protagonizada  por Robert Englund, Ted Levine, Daniel Matmor, Jeremy Crutchlkey, Vanessa Pike, Demetre Phillips, Odile Rault, entre otros.
El guión es de Tobe Hooper, Stephen David Brooks, y Harry Allan Towers; basados en el cuento “The Mangler” de Stephen King, que apareció en su colección inaugural de cuentos cortos, “Night Shift”
A mediados de los temibles 90, con el terror sufriendo una de sus peores épocas, a los productores se le ocurrió, que sería buena idea reunir de nuevo a Hooper y King, en los roles de adaptador/adaptado, tras tantos años desde aquel lejano momento de gloria, en “Sleepwalkers” (1992) habían vuelto a coincidir, pero sin lengua…
Claro, que entonces, las carreras de ambos estaban ya bastante tocadas:
El cineasta había rodado unos cuantos productos televisivos de menor calado, y el escritor pues puede que no pasara un momento tan bajo, pero las adaptaciones que más triunfaban en aquellos tiempos, eran las ajenas al terror, como:
“The Shawshank Redemption” (1994), y “Dolores Claiborne” (1995)
El género, había quedado relegado a productos de segunda, tan simpáticos como en “The Langoliers” (1995), pero bien distantes del brillo de la mejor etapa de King en la pantalla.
Por todo eso, poco podíamos esperar de The Mangler.
Así las cosas, Tobe Hooper filmó un pedazo grande de la película, pero se fue, dejó la producción, y fue substituido por el productor, Anant Singh.
Aunque la brevedad del material de origen literario requirió adiciones significativas no presentes en el cuento original, la acción de fondo es la misma:
En una lavandería industrial, una trabajadora ha sido encontrada completamente triturada por una vieja lavadora.
Se piensa que todo ha sido producto de un accidente.
John Hunton (Ted Levine), un testarudo y rebelde policía que investigará el misterio, descubrirá pronto, qué se está cobrando sospechosamente vidas humanas con tenebrosa asiduidad.
La cosa ya viene de lejos, de un pacto de origen diabólico, tras el que se esconde el dueño del lugar, un anciano de lo más repulsivo.
El “Mangler”, es propiedad de un viejo lisiado llamado William “Bill” Gartley (Robert Englund) que se erguirá como un carismático y caricaturesco villano.
Cuando se llegan a producir otras muertes, la investigación del oficial John Hunton descubre que la vieja lavadora, debido a un ritual de sangre, se ha convertido en un instrumento mortal que, tras un accidente, “prueba” la sangre humana, especialmente la de una joven virginal, lo que la hará convertirse en un monstruo.
De esa forma, la máquina comienza a matar para saciar su sed de sangre…
Esta fue una ocasión, en que el escritor estuvo muy satisfecho con la versión fílmica de un relato suyo, aunque no lo crean.
Antes de iniciar el trabajo, hacía muy poco que King había lanzado reclamos por la adaptación de “The Lawnmower Man: A Suburban Nightmare” (1987), y ello estaba flotando en el ambiente.
Por fortuna, hubo confianza en el trabajo de Hooper, luego de “Salem's Lot” (1979)
Pero, The Mangler es una cinta de horror, cuya mayor virtud está en la caracterización de Robert Englund, apoyada en un buen trabajo de maquillaje a cargo de David Miller, con lo que logra otro memorable personaje.
Y además, se beneficia gracias a una ambientación adecuada, y a la recreación de unos efectos visuales del tipo “gore”, ciertamente generosos.
The Mangler, fue seguida por 2 secuelas:
“The Mangler 2” (2002), que no tiene nada que ver con la original, ya que esta habla sobre un virus de computadora; y “The Mangler Reborn” (2005) que si tiene un poco que ver con la primera película.
“Have you considered the possibility that the machine may be haunted?”
Tobe Hooper, es uno de los directores imprescindibles del cine fantástico, que reventó taquillas con la que posiblemente es la película más terrorífica del “gore” de todos los tiempos:
“The Texas Chain Saw Massacre” (1974) y su involuntario tono de documental, siguen aterrando hoy en día; siendo una de las mejores muestras del cine de género, hecho con chorretones de artesanía y pasión.
Títulos como “Eaten Alive” (1977), la televisiva “Salem's Lot” (1979), “The Funhouse” (1981), donde ya profundizó esa vertiente cómica que dejaba vislumbrar, o “Poltergeist” (1982), por mucho que se note la mano de Spielberg, la dirección de Hooper está ahí; atestiguan, dejando a un lado su periplo posterior con la Cannon, repleto también de joyas; una carrera volcada en el terror fantástico, dotándole de una profesionalidad autoral exquisita.
Pero a finales de los 80, llegó un declive en su carrera...
Productos ya mucho más prescindibles, quizá originado por una escasez de ideas en el género, obligó a muchos de sus directores pasar al videoclub, como el caso que nos ocupa, o en otros, probar con una renovación de su estilo, o directamente abriéndose a otros campos.
The Mangler, es un producto en el que Hooper deja su impronta, a modo de falso revival, como producto que mucho tiene que envidiar a los grandes hits del autor.
Aun así, se notan los ramalazos del humor negro que caracterizaron algunas de las cintas más personales, convirtiéndose en un plato exquisito sólo para fanáticos del director tejano y de Stephen King.
Consciente de ello, Tobe Hooper opta por enfocar su película desde el humor, pero uno que surge de cierto tono irreal, semi-grotesco, e incluso surrealista y fantasioso.
El cineasta, carga las tintas estéticamente, un poco en la línea de 2 expertos en el barroquismo y el agobio, como Tim Burton o Terry Gilliam, pero al estilo Hooper, quien no era nuevo en esas lides.
Hooper, quien propone un cambio a la historia escrita en el libro “Night Shift”, y otorga un mayor protagonismo al personaje del dueño de la lavandería, encarnado adecuadamente por el actor Robert Englund, que al final resulta lo más recordable.
La historia parte de una primicia ya vista:
Posesiones, objetos embrujados, cultos, etc., al principio intriga, mostrando a una máquina que al parecer esta poseída, para luego revelarse una trama muy confusa, que no se explica del todo bien, que podría decirse, está bastante mal argumentada, o editada…
Hay una “planchadora” en la lavandería Blue Ribbon, que al parecer, esta poseída por algún ente.
Todo empieza cuando una joven virginal se corta, y la sangre entra en la máquina…
Más tarde, una señora que llevaba bastante tiempo en la fábrica, es aplastada por la “planchadora”, esto inicia una investigación que se cierra debido a que todo fue “accidental”
Un detective local llamado Hunton, intentara llegar al final del asunto, pero el jefe de la fábrica, Bill Gartley, se interpondrá en su camino.
A la final tenemos un producto muy regular, con alguna que otra escena salvable, aunque hay muy pocas muertes, y la mayoría no se dejan ver.
De hecho, cuando el primer cadáver es descubierto por la policía, de entrada lo muestran en rápidos “flashes”; y hay que decir que el punto de partida no es del todo malo.
Se nos introduce en una vieja y lóbrega fábrica, con su correspondiente plantilla de operarios, sudando la gota gorda entre máquinas pesadas y mugrientas.
En principio, un ambiente proclive a poder suscitar una narración con bastante jugo, desde el punto de vista laboral, la más certera y divertida crítica al capitalismo que se haya hecho jamás.
Sin embargo, es justo en el momento en que aparece el villano principal de la historia, dejando aparte a la máquina, cuando queda en evidencia la endeblez de todo.
Bill es el jefe de la fábrica, totalmente pasado de tuercas, nunca mejor dicho, y cuya forma mecánica de desenvolverse, echa por tierra de manera lamentable la imagen de icono terrorífico que alguna vez tuvo:
Freddy Krueger.
En honor a la verdad, no es suya la culpa, sino seguramente del propio personaje que interpreta.
En todo caso, es el típico villano de rasgos diabólicos.
Robert Englund, protagonista de la función, tomó buena nota de ello, e interpreta al malvado dueño de la lavandería, echando mano de unos cuantos histrionismos.
Ted Levine, da vida al alucinado policía y, también, se suma al carro de la demencia, sobreactuando y encargándose de soltar los previsibles diálogos con fin apaciguador:
“¿Una planchadora poseída por un demonio?
¡Sí claro!”
Y, justamente, ésta misma, la máquina que da nombre al film, es la que gasta el mayor de todos los excesos estilísticos, a base de unas formas pantagruélicas, y un tamaño más bien descomunal.
La parte final, con la máquina totalmente liberada, arrastrándose cual gusano, y echando fuego cual dragón, es ya el cachondeo total y absoluto y, directamente, epitafio para la película.
Como dato, Hadley Watson, es el fabricante del Mangler; el nombre se muestra justo en el frente de la máquina, donde, como curiosidad, cada una de esas palabras, tiene 6 letras en ellas.
Hay un gran 6 debajo de esas palabras...
Eso es 3, 6's:
666, que es el signo de La Bestia bíblica…
La máquina/trituradora asusta por su diseño y fotografía, y el director la convierte en la protagonista principal de la película, a base de presentárnosla de forma muy forzada, con la cámara en contrapicados, movimientos internos, grandes angulares, juega con ella, y la transforma en la bestia asesina que es...
Consigue que de verdad dar miedo; más en la atmosfera de su entorno, queda un aura de maldad y peligro.
También, hay escenas violentas y sangrientas, con alguna mutilación incluida, y un argumento que es original, aunque no sea muy claro el originen del mito…
La historia literaria de King es divagante, de momento que una máquina de planchar cobra vida por sí misma, al ser poseída por un demonio en el libro.
Evidentemente, The Mangler no se adaptó al libro, por una cuestión de presupuesto, efectos especiales, coherencia, y abandono del director inicial; porque tenemos un relato de detectives que se hace plomiza, dejando lo demás, a una historia secundaria, por no decir de la epopeya familiar que se hace de lo más infumable.
No obstante, rescato mucho las atmósferas, en cuanto a la fotografía, las locaciones, vestuarios y demás, si te hacen sentir dentro de la fábrica Blue-Ribbon.
Una lástima que se haya perdido tanto el hilo de la trama inicial, terminando en un desenlace tan simple.
The Mangler en realidad, es una comedia absurda, que a partir de cierto momento parece que el director mandó todo a la mierda, harto de que los productores le exija por dónde ir, y se dedicó a hacer películas cada vez más delirantes, sin preocuparse de nada.
Pero The Mangler es entretenida, si entras en la broma, y le pillas el truco; y comparándolo con el libro, se inventan la mitad, con el final distinto al que hay en el relato corto, pero poco agrega.
Además, en tu mente siempre queda mejor ver a una máquina de lavandería asesina, que luego verla en su adaptación fílmica.
De todos modos, creo que es una cinta que bien vale la pena ver, sin mayores pretensiones.
“You have to exorcise your demon... don't let it possess your soul...”
¿Por qué en el cine de horror, a veces se sale de control, que los realizadores no son detenidos a la mitad del rodaje de un proyecto que obviamente luce caótico desde el inicio?
Es imposible pensar, que todo un elenco y equipo técnico, asistía todos los días a una filmación de estas penosas películas, en las que podemos ver a algunos de los monstruos más ridículos del cine.
Y es que el cine de horror barato, nunca se cansó de poner a electrodomésticos como los grandes villanos, ya sea refrigeradores que comen gente como dobladores de ropa...
No obstante, se conoce que Ed y Lorraine Warren, fueron 2 investigadores de lo paranormal, que dedicaron su vida a adentrarse en macabras situaciones que ameritaban una explicación más allá de lo normal:
Sacerdotes poseídos, asesinatos liderados por demonios, objetos con fuerzas malévolas, y casas embrujadas, son algunos de los temas más comunes en los archivos de esta pareja.
Las historias de miedo más tenebrosas de la pantalla grande, han sido inspiradas en varios de los casos que Los Warren tuvieron a su cargo, cuando se dedicaban a investigar casos paranormales que nadie se atrevía, y de los que aún quedan reportes oficiales.
Luego de varias experiencias, los esposos decidieron que era una buena idea crear un museo en el que se expusieran todos los artículos diabólicos que tenían que quedarse luego de sus estudios; y fue así como en 1952, surgió en Monroe, El Museo del Ocultismo Warren, mismo que provoca pánico a quien lo visita.
No obstante, Ed Warren falleció en 2006, a los 79 años; y Lorraine, de 90 años, sigue viva…
¿Qué pasará cuando Lorraine Warren ya no esté a cargo de ellos?

“There is a fate worse than death”



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