The Lost World

“I have wrought my simple plan:
If I give one hour of joy to the boy who's half a man or the man who's half a boy”

El “Mundo Perdido”, es un subgénero de los géneros de fantasía o ciencia ficción, que implica el descubrimiento de un nuevo mundo fuera de tiempo, lugar, o ambos; que comenzó como un subgénero de la aventura romántica victoriana tardía, y sigue siendo popular en el siglo XXI.
El género surgió durante una época en que se estaban descubriendo los fascinantes restos de civilizaciones perdidas en todo el mundo, como las tumbas del Valle de Los Reyes en Egipto; la fortaleza semi-mítica de Troya, las pirámides mayas cubiertas por la selva, o las ciudades y palacios del Imperio de Asiria.
Por tanto, las historias reales de los hallazgos arqueológicos de aventureros imperiales, lograron capturar la imaginación del público.
Entre 1871, y La Primera Guerra Mundial, el número de relatos publicados de mundos perdidos, ambientados en todos los continentes, aumentó dramáticamente; siendo un tema bastante explorado, es la presencia de dinosaurios, criaturas consideradas extintas o fantásticas.
Las novelas tempranas de mundos perdidos, se establecían normalmente en partes del mundo que aún no habían sido exploradas por los europeos; y los lugares favoritos eran:
El interior de África o tierra dentro de América del Sur, así como Asia Central.
En particular, Arthur Ignatius Conan Doyle, fue un escritor y médico británico, creador del célebre detective de ficción Sherlock Holmes; fue un autor prolífico, cuya obra incluye relatos de ciencia ficción, novela histórica, teatro y poesía.
“The Lost World” es una novela de este escritor escocés, sobre una expedición a una meseta sudamericana, basada en el monte Roraima de la selva Amazónica Venezolana, “en donde aún sobreviven animales prehistóricos”
Fue publicada en 1912, e introdujo al conocido personaje del profesor George Edward Challenger; que a diferencia del personaje analítico y auto controlado de Sherlock Holmes, el profesor Challenger es una figura agresiva, templada y dominante.
Sus aventuras están registradas en 3 novelas:
1. “The Lost World” (1912), que describe una expedición a una meseta en Suramérica, donde las criaturas prehistóricas, incluyendo dinosaurios, todavía sobreviven.
2. “The Poison Belt” (1913), en el que La Tierra pasa a través de una nube de éter venenoso.
3. “The Land of Mist” (1926), una historia de lo sobrenatural, que refleja la fuerte creencia en El Espiritismo, que Arthur Conan Doyle desarrolló más tarde en la vida.
Como curiosidad, en 1922, Conan Doyle mostró el carrete de prueba del mago de los efectos visuales, Willis O'Brien, en una reunión de La Sociedad de Magos de EEUU, que incluyó a Harry Houdini.
El asombrado público, observó imágenes de una familia de triceratops, un ataque de un allosaurus, y algunas secuencias de stegosaurus...
Doyle se negó a discutir los orígenes de la película; y al día siguiente, el New York Times publicó un artículo de primera plana sobre él, diciendo que “los monstruos de Conan Doyle del mundo antiguo, o del nuevo mundo que descubrió en el éter, eran extraordinariamente realistas:
Si eran falsificaciones, eran obras maestras”
Hecho, Doyle mencionaba con frecuencia, que el profesor Challenger, y no Sherlock Holmes, era su personaje favorito entre sus creaciones.
“The Lost World” (1912), nos relata cómo el indómito profesor Challenger, temido por casi todos, y amado solo por sus allegados, decide emprender un peligroso viaje a una zona aislada del Amazonas, en la cual aseguran haber visto dinosaurios y otras especies teóricamente extinguidas.
Para ello, contará con aventureros de prestigio, y reporteros escépticos.
Por descontado, la zona existe, se trata de una meseta casi impracticable, repleta de criaturas prehistóricas y otras sorpresas, y de la cual será muy difícil escapar…
La expedición, decide bautizar la zona como “Tierra de Mapple White” en homenaje al descubridor de la misma.
Los personajes principales son:
El Profesor Challenger, un zoólogo; El Profesor Summerlee, un científico; Ed Malone, reportero del London Journal; McArdle, editor del London Journal; Lord John Roxton, un aventurero y deportista, además de cazador de especies exóticas, que también luchó contra los esclavistas en el amazonas; Gómez, un guía mestizo sudamericano, y hermano de un tratante de esclavos, muerto por Roxton; Manuel, otro guía mestizo sudamericano; Zambo, fiel sirviente de los aventureros durante la expedición, que mató a Manuel; Gladys, amiga de Malone, quien lo instó a realizar una aventura para ganar su amor, etc.
Los personajes de Ed Malone y Lord John Roxton, están inspirados en el periodista, Edmund Dene Morel, y el diplomático Roger Casement; líderes de la campaña por el fin de la esclavitud en El Congo, movimiento que el mismo Conan Doyle apoyaba activamente.
El emplazamiento geográfico del relato, se debe a las expediciones al monte Roraima, contemporáneas al autor, y que causaron impresión en la Europa de la época; de hecho se cree que el escenario de “The Lost World”, se inspiró en los informes de la expedición de Percy Harrison Fawcett, una buena amiga de Doyle, a la meseta de Huanchaca, en El Parque Nacional Noel Kempff Mercado, en Bolivia.
Fawcett, organizó varias expediciones para delimitar la frontera entre Bolivia y Brasil, un área de potencial conflicto entre ambos países.
Doyle participó en la conferencia de Fawcett, en el Royal Geographic Society, el 13 de febrero de 1911, y quedó impresionado por el cuento sobre la remota “Provincia de Caupolicán”, actual meseta de Huanchaca, en Bolivia, una zona peligrosa, con bosques impenetrables, donde Fawcett vio “huellas monstruosas de origen desconocido”
Fawcett escribió en sus memorias, póstumamente publicadas:
“Los monstruos de los albores de la existencia del hombre, todavía pueden recorrer estas alturas, sin ser desafiados, encarcelados, y protegidos por acantilados insalvables.
Así pensaba Conan Doyle, cuando más tarde en Londres hablaba de estas colinas, y mostraba fotografías de ellos; y mencionó una idea para una novela sobre el centro de América del Sur, y me pidió información, de la que estuve contento de proveer, y el fruto de ello fue “The Lost World”, apareciendo como un serial en la revista Strand; y posteriormente en la forma de un libro, que alcanzó una extensa popularidad”
Además, una revisión 1996, de los estudios de la ciencia ficción de una edición anotada de la novela, sugirió que otra inspiración para la historia, pudo haber sido la historia política de 1890, de las montañas de Pacaraima, las Mesetas y El Monte Roraima en particular.
Curiosamente, por tratarse de un relato de ficción, ambientado en tiempos remotos, el episodio que trata sobre los dinosaurios, es sorprendentemente corto.
Hay muchas más páginas que están dedicadas a una batalla entre una tribu de hombres prehistóricos y un grupo de violentos homínidos primitivos.
Como dato, en la novela, aparecen los siguientes animales, muchos de ellos sobresalen por ser animales extintos:
Entre los dinosaurios:
Iguanodon, stegosaurus, y allosaurus o megalosaurus.
Otros reptiles extintos:
Pterodactylus o dimorphodon, plesiosaurus e ichthyosaurus.
Otros animales prehistóricos incluidos:
Mamíferos, megaloceros, glyptodon, toxodon, dryopithecus o pithecanthropus, aves y phorusrhacos
Criaturas fuera de La Meseta:
Jararacá, una serpiente venenosa muy agresiva; Agutí, y Tapir.
Siguiendo los estereotipos del tiempo en que el libro fue escrito, los dinosaurios se describen a menudo como extremadamente estúpidos.
Por ejemplo, en un cierto punto, un Iguanodon tira abajo el árbol en el cual se está alimentando, siendo golpeado y asustado en el proceso.
Esta idea, es generalmente omitida en las versiones cinematográficas modernas.
La moda de los seres prehistóricos, pronto saltó de la novela y la criptozoología, al celuloide.
En esta corriente neorromántica, se inscribía el cineasta D.W. Griffith, quien, seducido por la novela “Before Adam” (1907), de Jack London, rodó 2 películas en las que narraba las desventuras del hombre primitivo, en un poco probable período en el que su existencia era continuamente amenazada por enormes dinosaurios.
La novela “The Lost World”, ha sido adaptada al cine en varias ocasiones:
La primera de ellas fue “The Lost World” en 1925.
El título de Doyle, fue reutilizado por el escritor estadounidense Michael Crichton en su novela de 1995, “The Lost World”, secuela de “Jurassic Park” (1990)
Como en la novela del mismo título, de Arthur Conan Doyle, la novela de Crichton narra una expedición a un lugar aislado, pero de América Central, cercano a Costa Rica, donde los dinosaurios vagan libremente, aunque en este caso, los dinosaurios fueron recreados por ingeniería genética, y no sobrevivieron desde la antigüedad.
Inmediatamente siguieron las adaptaciones fílmicas de los libros.
“And I'm not here tonight to defend my statements, but to demand that a committee be formed to go back to the Lost World with me”
The Lost World es una película de fantasía y aventuras, del año 1925, dirigida por Harry Hoyt.
Protagonizada por Bessie Love, Lewis Stone, Wallace Beery, Lloyd Hughes, Alma Bennett, Arthur Hoyt, Margaret McWade, Bull Montana, Finch Smiles, Jules Cowles, Arthur Conan Doyle, entre otros.
El guión es de Marion Fairfax, basada en la novela homónima, escrita por Arthur Conan Doyle; donde se introducen varios temas de ciencia ficción que se irán desarrollando en el futuro:
Los monstruos gigantes, los dinosaurios, y los mundos perdidos.
La película conserva el mérito de ser considerada todavía, la mejor de las múltiples adaptaciones, cuyo rodaje en exteriores tuvieron lugar en Venezuela; y en lo técnico, es el primer largometraje en utilizar la animación “stop motion”, en la creación de sus criaturas; y el primer largometraje realizado en Estados Unidos, posiblemente en el mundo, en presentar ese tipo de animación de modelo, como el efecto especial principal, o animación de “stop motion” en general; y fue elegida para ser la primera película proyectada durante un vuelo de Imperial Airways, que viajo de Londres a Paris, en abril de 1925.
Como la película de la época, era de nitrato y altamente inflamable, se trataba de una empresa arriesgada, que en un avión de madera y de tela, un antiguo bombardero de La Primer Guerra Mundial, el Handley Page O 400, incluyera tal proyección.
Pero The Lost World sobresale por los efectos especiales, que estuvieron a cargo de Willis O'Brien, pionero de la animación “stop motion” en el cine, que desarrolló la técnica de simular la animación por medio de figuras de goma, con estructuras metálicas internas, que se movían unos milímetros por cada fotograma.
O’Brien y su asistente, Marcel Delgado, un escultor y modelista mexicano, luego trabajarían juntos en la versión de “King Kong” (1933), dirigida por Merian C. Cooper.
Como dato, Arthur Conan Doyle asistió al estreno de la película con su familia, y le encantó; al tiempo que estuvo respaldada por una masiva campaña de promoción, lo que la convirtió en un tremendo acontecimiento en el momento de su estreno, siendo aclamada por crítica y público.
No obstante, la película sufrió las consecuencias de su propio éxito, al desaparecer parte de su metraje por causas comerciales.
Parece ser, que se alcanzó un acuerdo para realizar y añadir una banda de sonido a la cinta, y se retiraron todas las copias mudas en circulación.
Aileen Rothacker lo acordó con First National; y obviamente, el negativo original de 104 minutos, que debía conservarse, acabó desapareciendo, no se sabe si por descomposición del celuloide, o directamente fue también destruido por error...
Aunado al hecho que la impresión original de 10 carretes de 35mm, fue destruida en un incendio en Universal Studios.
Posteriormente, en julio de 1929, las bibliotecas de Kodascope, adquirieron los derechos de la versión de 16mm de esta película.
El original de protección de lavanda positivo en sí, fue editado hasta 5 carretes para crear la versión abreviada de Kodascope de 16mm.
Esta versión abreviada de Kodascope, fue la única ampliamente conocida que sobrevivió en los EEUU, hasta que una más extensa, pero todavía incompleta, a color original, tono y color de 35mm, se encontró en 2003, en manos de un coleccionista privado, siendo comprado por socios del Film Preservation.
En 1953, la película entró a dominio público, debido a que su registro de derechos de autor, no fue renovado en el año 1928, después de su estreno.
Así las cosas, The Lost World ha tenido varias restauraciones, a cargo de George Eastman House, como una preservada en laserdisc, con imágenes que muestran escenas perdidas; y una restauración que utiliza material de archivo de Checoslovaquia.
Pero en general, muchas secuencias siguen perdidas, y algunas inadvertidamente omitidas.
Entre las versiones existentes están:
La de 106 minutos, original; la de 55 minutos de Kodascope 16mm; la de 64 minutos de 1991; la de 100 minutos de 1998; y la de 93 minutos, del año 2000.
La acción sigue una expedición dirigida por El Profesor Challenger (Wallace Beery), que va de Londres a Brasil, con el fin de encontrar “El Mundo Perdido” que se menciona en el diario del desaparecido explorador, Maple White.
El equipo está formado por:
El Profesor Summerlee (Arthur Hoyt), Sir John Roxton (Lewis Stone), el periodista Edward Malone (Lloyd Hughes) y Paula White (Bessie Love), hija del explorador desaparecido.
Los viajeros, llegan a una meseta misteriosa en la selva amazónica.
Un espectáculo excepcional que se les ofrece el lugar, ha permanecido como en la época de los dinosaurios.
En definitiva, The Lost World merece todo el respeto del público, por ser pionera en el tratamiento de la prehistoria, con una ambientación muy lograda, un ritmo constante, y una dirección sólida; y es de capital importancia para la historia del cine, por cuanto fue la primera donde se experimentó con nuevas técnicas de animación, que resultarían de vital importancia para las generaciones posteriores, sobre todo, pocos años después con “King Kong” (1933), empleándose técnicas similares pero más desarrolladas.
Por ser un film que abrió nuevos caminos, y sirvió como base de inspiración a hombres como el gran Stan Winston.
Cabe señalar, que The Lost World ha superado su efectismo dignamente a través del paso del tiempo, considerando que tiene 92 años desde su producción; siendo especialmente el primer éxito de cine, orientado a los dinosaurios, y llevó a otras películas de dinosaurios, desde el mismo King Kong, hasta la serie “Jurassic Park”
El director Steven Spielberg, reconoció haber sido profundamente influenciado por este pionero film, a la hora de concebir su saga jurásica.
“But how can Challenger's story be true?
These babies have all been dead 10 million years!”
Uno de los aspectos más fascinantes de la historia temprana del cine, es que prácticamente, todos los trucos fotográficos que conocemos ahora, ya se habían desarrollado para 1915, si no en cuanto a la técnica específica, al menos en principio, con casi todas las ilusiones ópticas:
La doble exposición, retroproyección, también conocida como “back projection”; técnicas de composición con “matte painting”, y muchas otras fueron creadas para el cine, por el francés Georges Méliès, pero la técnica de la animación, cuadro por cuadro, rápidamente fue asociada al nombre de otro pionero:
El estadounidense Willis O’Brien.
En un principio, la similitud entre las carreras de ambos hombres fue mayor de lo que parece hoy día, ya que si O’Brien es recordado por sus largometrajes, él se inició precisamente con el tipo de cortometrajes de espectáculos que hicieron famoso a Méliès.
Estas no eran películas narrativas del tipo al que estamos acostumbrados ahora; aun cuando se contaba una historia, como en “Le Voyage Dans la Lune” (1902) de Méliès; ésta servía sólo como un endeble andamio donde colgar las imágenes fantásticas, y al parecer imposibles, que eran la verdadera razón de ser de estas cintas.
Este estilo cinematográfico, bautizado “cinema of attractions” por el historiador Tom Gunning, fue de hecho el que predominó durante la primera década y media del siglo XX, lo cual parece inevitable, dado el estado de la tecnología en aquella época.
Después de todo, con tiempos de proyección de 10 minutos o menos, había muy poco espacio para desarrollar un argumento, un tema o personajes en la película promedio de 1905.
Además, el público que quería ver una obra de teatro, siempre tenía la opción de ir al teatro, así que lo que la mayoría de los directores intentaba en esos días, era usar el nuevo medio para crear imágenes que sólo el cine podía ofrecer.
Tal vez, el mejor ejemplo para ilustrar esto, sea el primer largometraje de O’Brien:
The Lost World, producido por la First National; que era de hecho, el primer largometraje en hacer un uso extensivo de la animación, cuadro por cuadro.
O’Brien, fue llamado para realizarla, porque su nombre era considerado sinónimo de dicha técnica, y ya había demostrado ser un imán de taquilla.
En 1918, el dueño de una firma cinematográfica de Chicago, Watterson R. Rothacker, contrató a O'Brien al tiempo que compraba los derechos de la novela de Arthur Conan Doyle, “The Lost World”, para producir una cinta que supone la confirmación de O'Brien como cineasta, y su perfeccionamiento del sistema “stop motion”
El deseo del productor, era realizar una gran superproducción, y para ello se llegó a un acuerdo económico con la First National Pictures de Burbank.
El director elegido fue Harry Hoyt, cineasta que años después estaría implicado en el proyecto de rodaje de “King Kong” (1933)
Los 2 directores se repartieron el trabajo, mientras Harry O. Hoyt dirigió las escenas con los humanos; Willis O’Brien de dedicó a las criaturas.
Aunque los dinosaurios son los protagonistas de la película, la fotografía es increíble, usando gran cantidad de filtros, y además, en los momentos adecuados, que aumentan el atractivo de muchas escenas; y cuenta una historia muy aventurera, matizada con toques de amor; que sigue el perfil de las cintas de aventuras, con bastantes dejos de fantasía, todo ello sin olvidar la característica historia de amor en el medio, y otros toques humorísticos para hacer más ameno el producto, que está íntegramente enfocado a entretener, y a impactar por su contenido visual.
A todo esto, es una película silente…
La historia, es apenas discreta pero efectista para el cine aventurero.
Sin grandes complejidades narrativas, la trama se dedica a desarrollar una desafiante y peligrosa odisea, para dar testimonio sobre la existencia de dinosaurios vivos, y terminar de esa manera con el escepticismo y la burla de quienes no creen en ello.
Hacia ese lugar, El Profesor Challenger dirige una expedición, cuyo fin es explorar una meseta sudamericana donde todavía los dinosaurios perviven, luego de su supuesta extinción millones de años atrás.
Tras muchas aventuras entre las que destacan una erupción volcánica, y el enfrentamiento con un poderoso humanoide, el equipo del profesor Challenger, consigue capturar un brontosaurio, que es trasladado a Londres para su exhibición.
No obstante, el reptil logra escapar de su encierro y, después de arrasar varias edificaciones, se lanza desde El Puente de Londres, para seguir la corriente del Támesis, hacia el mar abierto.
The Lost World tiene una introducción bastante prolongada, donde se organiza la expedición que irá a la selva brasileña para demostrar los hechos; tan extensa que hasta el minuto 35, no hay actividad fantasiosa, y no vemos ningún dinosaurio...
Pero a partir de allí, la cinta despliega todo su potencial estético con soberbios efectos especiales para la época, aunque por allí se mecha algún que otro disfraz bastante tosco, que echa por tierra en cierta medida el correctísimo trabajo técnico que la cinta a grandes rasgos posee.
Hay que ser sinceros, y decir que el filme es más contundente desde su impronta visual, que desde su narración en sí, donde vemos mucho tiempo en pantalla a los dinosaurios en actitudes de lucha, y sin casi interacción con los seres humanos.
También, vale mencionar que The Lost World se desarrolla en ciertos pasajes, en bellos escenarios naturales, y en otros donde evidentemente se nota una decoración de escenografías artificiales.
No obstante, las locaciones fílmicas, son un punto a favor, de uno u otro modo.
Los diferentes personajes que aparecen, mantienen el rol visto en muchas películas:
El joven aventurero, el profesor algo excéntrico, el escéptico, la guapa chica de quién se enamoran, y el rico cazador que no consigue conquistarla...
Todos ellos, claro está, con los tópicos de la época, hecho que se aprecia claramente en la relación entre la protagonista femenina, y el joven periodista.
La parte en que se despliega su acción en la selva, es un poco redundante, y por allí se hace un poco densa, dadas las características del cine silente.
Pero luego, cuando se despliega nuevamente, de regreso en Londres, allí sí que se pone toda la parafernalia de efectos especiales en juego, mediante superposición de imágenes, y buenos trucajes que dan vida a un espectáculo visual muy atractivo.
The Lost World es entretenida, aunque infantil por lo buenista de la época en que fue producida, donde lo principal, claro está, es la plasmación en imágenes de todas las criaturas que aparecen en pantalla, a excepción del hombre-mono, que resulta, diríamos, algo “patético”
Pero el resto está muy bien hecho, con animales bien diferenciados, y resultando creíbles, no en vano, antes de construirlos, se documentaron muy bien, con buenas bases científicas; y es que aparecen desde brontosaurios hasta estegosaurios, pasando por tiranosaurios, triceratops, y todo tipo de bestias de La Era Secundaria o Mesozoica.
Entre los animales vistos en El Amazonas, tenemos:
Una anaconda, caimanes, un guacamayo macao, un jaguar, oso de anteojos, erróneamente llamado “oso cavernario de anteojos”, pecarí, perezoso de 2 dedos, perezoso de 3 dedos, y una pitón.
Entre los animales de La Meseta, que se hallan en otros lugares, tenemos:
Un chimpancé (Mary), que ayuda al hombre mono (Bull Montana) a amenazar a los exploradores; un lagarto de gorguera, y un mono capuchino (Jocko)
Entre los animales de La Meseta, extintos fuera de ella:
Un agathaumas que lucha con un alosaurio y un tiranosaurio; un alosaurio, principal dinosaurio carnívoro, que ataca a otros animales, como son el tracodonte y el triceratops; braquiosaurios que se ven durante la erupción del volcán, y uno de ellos es atacado por un tiranosaurio; un brontosaurio, como el “antagonista principal”
Varios brontosaurios, luchan con un alosaurio, y acaban cayendo en un pantano.
Un ejemplar es capturado y llevado a la civilización; donde escapa y siembra el pánico en la ciudad.
Como dato, la cabeza de brontosaurio fue operada por 3 hombres.
Vemos un edmontosaurio, llamado también tracodonte, que es presa de un alosaurio; un estegosaurio que perturba al agathaumas, antes de la lucha de éste con el alosaurio y el tiranosaurio; y un estegosaurio escapa de la muerte durante la erupción del volcán.
El Hombre Mono que amenaza a los exploradores; un pteranodonte, siendo el primer animal relicto que ven los exploradores; un tiranosaurio que, como ocurriría después en la película de 1940, “Fantasia”, se muestra con 3 dedos en lugar de 2; a los tiranosaurios de The Lost World, les cuesta poco derribar un agathaumas, y se comen a los pteranodontes que vuelan demasiado cerca; y se ve a un tiranosaurio que lucha con un braquiosaurio durante la erupción.
Hay varios triceratops en grandes manadas, y uno capaz de vencer al alosaurio; una cría de un toxodonte se ve cuando es devorada por un pteranodonte.
El toxodonte y el Hombre Mono, son los únicos mamíferos relictos que ven los exploradores; etc.
La publicidad de The Lost World hacía mención del diplodoco, pero no puede verse en el material que se conserva.
Las peleas entre los dinosaurios, son bastante buenas, se movían mejor de lo que se espera; y si bien hay dinosaurios que no son fieles a la idea que poseemos de ellos actualmente, por ejemplo los dientes en los dinosaurios herbívoros, si son muy realistas, de nuevo, para la época de la producción.
Las apariencias de los dinosaurios, fueron inspiradas en las ilustraciones del artista Charles R. Knight; el extraño y puntiagudo Triceratops, como dinosaurio, se basó en la famosa pintura de Knight, llamada “Agathaumas”
Hoy en día, los científicos sostienen que tal dinosaurio, incluso existía.
La pintura en sí, se basaba en restos fósiles muy fragmentarios, por lo que muchos rasgos del animal, eran conjeturas puramente especulativas.
Y el Hombre Mono, interpretado por un actor cubierto de pelo y maquillaje, y que está realmente mal hecho, pero que sin duda puede considerarse una idea primitiva de los que años después sería King Kong.
Willis O'Brien, se encargó de los diseños, confiando la elaboración de los monstruos prehistóricos que aparecían en la película, al joven estudiante de Bellas Artes, Marcel Delgado, que contaba por aquel entonces, con tan sólo 19 años.
Delgado reprodujo los seres prehistóricos en cuidadas maquetas móviles de una altura que giraba alrededor de los 50 centímetros.
Pese a la maestría de su ayudante, O'Brien pronto emprendió también la tarea de construcción de criaturas.
Para ello, fabricaba armazones de acero, recubiertos con láminas de goma, habituales en las prótesis dentales, y esponja de tonos rojizos con la que modelaba los cuerpos, dentro de los cuales, introducía válvulas de aire para crear la sensación de que las bestias respiraban.
Marcel Delgado, usó el interior de un balón de fútbol, para ayudar a simular la respiración del dinosaurio; y para que se viera a los monstruos sangrar, algunos incluso contenían bolsitas con jarabe de chocolate.
Los primeros planos de las cabezas de los dinosaurios, son espectaculares, apreciándose el movimiento de los ojos, la saliva, y por encima de todo, la respiración.
Como se citó, Delgado basó sus modelos en las icónicas pinturas de dinosaurios de Charles Knight, para El Museo de Historia Natural; de hecho, las miniaturas de los dinosaurios usados en The Lost World, fueron donadas al Museo de Artes y Ciencias de Los Angeles.
Pero después de muchos años, los modelos de caucho comenzaron a sulfurizar y a desintegrarse; pues se guardaron y se sellaron inadvertidamente entre las paredes de la instalación, cuando se añadió una nueva ala.
Aun así, The Lost World era bastante adelantada con su representación de los dinosaurios como habitantes activos de La Tierra.
Muchos científicos de la época, pensaban que los dinosaurios eran lentos, y los dinosaurios que comían plantas, se pensaba erróneamente, que habían vivido en pantanos y lagos para sostener su masa.
Aquí, por otro lado, los dinosaurios como el brontosaurio, se muestran correctamente pisoteando la tierra firme, y comportándose muy activamente.
Los decorados de The Lost World, para la época, son muy buenos.
Algo que llama la atención, es que esta coloreada a mano, con tonos amarillos para las escenas interiores, verdes para El Amazonas, y rojos para los amaneceres, en algunas versiones.
Y lo mejor, se combinaron actores reales con decorados en miniatura, con gran detalle, usando el sistema de retroproyección, aunque O'Brien no lo emplearía con perfección hasta “King Kong” (1933)
También, hacen uso de disfraces, y de animales reales para recrear el ambiente de la jungla; con “disfraces”, me refiero a una especie de simios, casi humanos.
Resulta notable remarcar la cantidad de escenas que hay con dinosaurios, incluso algunas con superposición de imagen para mostrar a los hombres relativamente cerca de ellos.
Del reparto, The Lost World fue protagonizado por 2 de los actores de Hollywood, de más renombre en aquellos tiempos:
Bessie Love y Lewis Stone, y tuvo la participación de un más que acertado Wallace Beery, para el papel del Profesor Challenger.
Los intérpretes, buenos en general, pues algunos fueron grandes actores con la llegada del sonido, como el gran Wallace Beery, por ejemplo; siendo unos histriónicos, como era norma general en el cine mudo, y otros comedidos, como el que el que interpreta al cazador más veterano.
En particular, Wallace Beery como El Profesor Challenger, posee una caracterización física y psicológica, exacta a la descrita por Conan Doyle en su novela; por lo que Beery supo construir su personaje con el toque exacto de exaltación y arrojo del profesor, esa especie de obcecación ilógica por lograr una meta, no desprovista de cierto encanto romántico, y capaz de inspirar posturas contradictorias en el espectador.
Pero el guión no es muy bueno en el tratamiento de la historia de amor entre Bessie Love y Lloyd Hughes.
Y aunque The Lost World introducía un personaje femenino, si de algo carecía la novela, era de romance, y cambiaba completamente el final; la inclusión de una mujer como uno de los personajes protagonistas, sentó un precedente para todas las versiones posteriores, y que suponemos, contó con el visto bueno del autor.
Sin embargo, no cae bien que Paula acepte ser el segundo plato de Edward Malone, porque Gladys Hungerford (Alma Bennett) le rechazó...
Como curiosidad, Arthur Conan Doyle, tiene un pequeño cameo, a modo de una breve introducción, a manera de espaldarazo.
Como “errores”:
La Meseta de la película, ha sido descrita como un mundo que está “separado del desarrollo evolutivo”
Si eso fuera cierto, entonces los dinosaurios de diferentes épocas no estarían en el mismo lugar, ni habría hombres simiescos, o humanoides.
Hay errores de continuidad entre las escenas… así como si tienen que pasar por un tronco, para llegar a La Maseta… lo hacen desde arriba, porque no lo hacen desde abajo, que es igual, aunque haya más agua, es menos arriesgado, pero de ser así, no habría película.
El final es patético, propio de la corrección de la época, con la pareja que nos dice:
“Y vivieron felices por siempre”, donde el monstruo simplemente desaparece, el cazador que pierde a su mejor presa, la chica; y el científico loco en pose de sufrimiento y decepción... conteniendo demasiados hilos, y muy mal atados.
En el apartado negativo, vemos el uso de los “black face”, que venían a ser hombres blancos con la cara pintada de negro, para hacerse pasar por negros o aborígenes; pero era algo muy frecuente en los primeros años de la historia del cine.
Además, notarán que hay un gran parecido entre The Lost World y “King Kong” (1933):
Con intrépidos exploradores que se adentran en territorio desconocido, pelean con monstruos gigantes, y tontamente traen a uno de vuelta con ellos a la civilización…
La diferencia entre ambas cintas, y lo que hace que “King Kong” sea un clásico, mientras que The Lost World es sólo una curiosidad, es que los realizadores de la primera, hicieron un mucho mejor trabajo al integrar la narración con el espectáculo.
De hecho, la historia y los efectos especiales en The Lost World, están tan distantes entre sí, que la Warner Brothers, empresa que adquirió First National en 1932; pudo volver a estrenar esta película como complemento de cartel, con una duración reducida de tan sólo 62 minutos, una casi en su totalidad, con sólo escenas de dinosaurios...
Hasta hace algunos años, esta era la única versión disponible.
Incluso, con la historia reducida a “6 hombres y una mujer van a la selva y regresan con un brontosaurio”, siendo en el fondo, incoherente.
En The Lost World hay varias secuencias muy logradas:
La primera es aquella en la que aparece un pterodáctilo volando, efecto que O'Brien logró, colgando el muñeco de hebras de alambre de piano que movía milímetro a milímetro.
Otra es aquella en la que un alosaurio despeña a un brontosaurio, que cae a un lago.
El detalle de que tras el saurio rodaran varias rocas, fue logrado a la perfección.
Por último, destaca la estampida final de las bestias, cuando un volcán entra en erupción.
En esta ocasión, O'Brien empleó un decorado de 25x50 metros, que sirvió para filmar una toma infrecuente en el cine de la época.
Vista hoy día, The Lost World merece todos los respetos, sobre todo por la ambientación selvática, la precisión de las imágenes para desarrollar un argumento sin habla, y el trabajo de animación.
Por último, la banda sonora original, estuvo a cargo de Rudolf Friml.
“What will our fellow scientists say when I tell of this in London?”
Poco después de la polémica aparición de “On The Origin Of Species” (1859) de Charles Darwin, una legión de científicos se dedicó a la fantasía biológica, con un arrebato que hubiera hecho enrojecer a Ray Harryhausen.
Los ejemplos no escasean:
El criptozoólogo, Frank Buckland, llenó los 4 volúmenes de su “Curiosities of Natural History” de gigantes, sirenas, peces parlantes, y serpientes marinas; o Philip Henry Gosse, pretendía la existencia de auténticos unicornios en África, y colonias de antropoides en Sudamérica...
Los descubrimientos, esta vez reales, de un mamut enterrado en los hielos de Siberia Oriental en 1900; y de un okapi vivo en El Congo Belga en 1901; no lograron sino caldear aún más los ánimos.
Por lo que no deben extrañar figuras de principios de siglo, como El Capitán Leicester Stevens anunciando durante una conferencia de prensa en la estación londinense de Waterloo, su intención de viajar al África Central a cazar dinosaurios; o la de H.H. Prichard, decidido a capturar un megaterio en La Patagonia…
El avance de la ciencia, ha demostrado la imposibilidad de este hecho, por las pruebas ofrecidas por la tectónica de placas, que descarta la existencia de ningún continente perdido, además, un continente no puede ni hundirse ni ser destruido en un período de tiempo tan breve como el que pretenden sus partidarios.
La ciencia moderna, no ha encontrado rastro alguno que pueda dar indicios sobre catástrofes tan enormes, a partir de la llamada Era Cuaternaria, es decir, La Edad Geológica y Paleológica en la que se desarrollaron los mamíferos, y apareció el ser humano.
Pero si se produjeron en El Cuaternario, cómo es posible que esos cataclismos, si es que ocurrieron, se hayan preservado hasta nuestros días, si faltaban milenios para la llegada del hombre…
Desde el origen de la vida, durante el curso de la evolución biológica, se desarrollaron nuevas formas de vida; y muchas otras, como por ejemplo los dinosaurios, se extinguieron.
Estas especies prehistóricas, que se desarrollaron en este vasto período, abarcan desde simples bacterias, como las células en los océanos, a algas, protozoos y complejos organismos multicelulares, como hongos, plantas, gusanos, moluscos, crustáceos, insectos, y vertebrados.
En términos geológicos, los humanos se han desarrollado recientemente, concretamente hace solo unos 4 millones de años; y muy pocas especies de la vida prehistórica, como el celacanto, siguen existiendo hoy, tal y como lo hicieron hace millones de años, lo que las hace valederas de la denominación “fósiles vivientes”
Otras especies, como los tiburones, apenas han evolucionado durante millones de años.
Sin embargo, la gran mayoría de formas vivientes, más del 99% se han extinguido, de forma que la única prueba de su existencia, son las huellas impresas en rocas o los propios restos fósiles.
Según se cuenta en literatura, y en la ficción en general, hubo una evolución lógica del subgénero “mundo perdido” al género romance planetario, cuando ya no había rincones inexplorados de La Tierra, los romances se volvieron al espacio.
Kubrick lo supo…

“Never a picture like this”



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