Frozen

“I never knew what I was capable of”

“Snedronningen” o “La Reina de Las Nieves” es una novela fantástica, escrita por Hans Christian Andersen, publicada por primera vez, en el año 1845, y se centra en la lucha entre el bien y el mal, vivida por 2 niños:
Kai y Gerda.
La novela se divide en capítulos, los cuales son:
Del espejo y del trozo del espejo.
Un niño y una niña.
El jardín de La Hechicera.
El Príncipe y La Princesa.
La pequeña ladrona.
La lapona y la finesa.
Del palacio de La Reina de Las Nieves, y lo que luego sucedió.
“La Reina de Las Nieves”, es la historia de la lucha entre el bien y el mal, contada a través de un espejo que se rompe en mil pedazos, y que provoca que Kai, un joven muchacho, vea todo lo malo que hay en el mundo.
La Reina de Las Nieves, hace que Kai, un niño jovial y alegre, se entristezca, y la siga hasta su palacio de invierno.
Olvidará quién es, y de donde viene.
Por su parte, Gerda, es su inseparable amiga, quien le buscará por todo el mundo, hasta que se le gastan los zapatos de tanto andar.
Tras superar multitud de peligros, conseguirá llegar al palacio de la reina, y liberar al pequeño Kai.
Solo las lágrimas de amor de Gerda, conseguirán deshacer el helado corazón de su amigo.
La novela, es considerada por estudiosos, críticos, y lectores, como una de las mejores obras de Andersen, siendo a la vez, uno de sus más extensos escritos; el cual se incluye regularmente, entre los cuentos seleccionados, y colecciones de su trabajo, además de ser reimpreso con frecuencia, en ediciones de libros de cuentos ilustrados para niños.
La historia, ha sido adaptada en diversos medios de comunicación, incluyendo películas de animación, dramas televisivos, y videojuegos.
“Love will thaw... Love.
Of course!
Love!”
Frozen es una película animada musical, del año 2013, dirigida por Chris Buck y Jennifer Lee.
Protagonizada por Kristen Bell, Idina Menzel, Jonathan Groff, Santino Fontana, Josh Gad, entre otros.
El guión es de Jennifer Lee, basada en la historia de “La Reina de Las Nieves” de Hans Christian Andersen.
Dice el director Chris Buck:
“Es una historia muy nuestra por su estilo, y su espíritu fresco y moderno.
Es emocionante, y rebosa acción, aventura, magia, además de deleitarnos con unos personajes inolvidables” dijo.
“Nuestra historia empezó, con una idea muy sencilla:
El poder de la familia.
Pero se ha convertido en algo que abarca mucho más”, añade la directora Jennifer Lee, que escribió el guión adaptado.
“Contrapone el amor al miedo, a través de la aventura que vive una familia.
Relata su lucha por superar el miedo, y encontrar el verdadero significado del amor” concluye la realizadora.
Frozen marca muchos hitos cinematográficos:
Es el 53º largometraje animado de la lista de clásicos Disney; producida por Walt Disney Animation Studios, y ganadora de 2 premios Oscar:
Mejor Película Animada, y Mejor Canción Original “Let It Go”
Frozen es la primera película animada de Disney, no de Pixar, que gana un Oscar a La Mejor Película de Animación, y fue la 2ª película de la franquicia de Princesas Disney, en ganarlo; siendo “Brave” (2012) la primera.
Además de ser en su momento, la 5ª película más taquillera en la historia del cine; también tiene el récord de ser hasta el momento, la película de animación, más taquillera de la historia, superando a “Toy Story 3” (2010); y es el primer largometraje del estudio, en ser dirigido por una mujer, pero la 2ª película animada de Walt Disney Pictures, en tener una mujer en el mando, después de “Brave” (2012) de Pixar.
Y es que nadie narra los cuentos de hadas como Disney.
Sabemos que habrá una Princesa encantadora, un galán, notables personajes secundarios, amenos números musicales, y una fantástica animación.
Pero de una forma u otra, siempre logran ir más allá, creando un cine tan mágico, como sofisticado.
Todo inicia cuando una profecía, condena a un reino, a vivir un invierno eterno.
La joven Anna (Kristen Bell), el temerario montañero Kristoff (Jonathan Groff), y el reno Sven, emprenden un viaje épico, junto a un muñeco de nieve llamado Olaf (Josh Gad), en busca de Elsa (Idina Menzel), hermana de Anna, y “Reina de Las Nieves”, para poner fin al gélido hechizo.
Frozen nos dice que lo especial nos hace diferentes, y lo diferente, nos aísla.
Elsa se hace mayor, como tantos adolescentes solitarios y asustados, que no encuentran su lugar en el mundo.
Paralelamente, Anna es una chica vital e inocente, que tampoco ha salido del castillo, y desconoce los peligros del exterior.
Ambas, tendrán que pasar por un proceso de aprendizaje y madurez, como cualquier otra persona corriente, para ubicarse en el orden de las cosas, y llegar a un mejor autoconocimiento, y a la aceptación, tanto propia como mutua, con los descubrimientos que se hacen a esas edades:
La amistad, el enamoramiento, el ansia de aventura, y de probarse a sí mismo, las decepciones...
Ambas hermanas, evolucionan en paralelo:
Elsa, viviendo momentos de ansiedad y angustia que la hacen, por momentos, convertirse en villana.
Anna, dejando atrás la chiquilla vivaracha, para convertirse en una mujer madura, que trata de solventar por sí sola, un conflicto familiar interno, por el bien de su reino, mientras descubre cuáles son las personas en las que realmente uno debe depositar su cariño y confianza.
Una heroína vital, inocente, valiente, con ganas de salir al mundo, que se dará cuenta que lo importante, no es encontrar “El Príncipe Azul”, sino recuperar el amor filial, su relación con su hermana, y juntas sacar adelante al pueblo, cada una desde su lugar.
Walt Disney vuelve a sus raíces con Frozen, aplicando su antigua y siempre exitosa fórmula para las películas animadas, pero modernizando la receta, añadiendo cambios a la base de la trama:
Un cuento de hadas, cambiando hadas por “trolls”; La Princesa Encantada, esta Princesa nació con poderes para dominar el invierno; El Príncipe de un lugar lejano, que no busca conquistar a La Princesa heredera, sino a su hermana; el personaje simpático, que siempre hace reír, el muñeco de nieve que cobra vida; pero manteniendo intacta la esencia de sus inicios:
Frozen es un musical.
“Do you wanna build a snowman?
Or ride our bikes around the halls?”
Esta adaptación libre, del texto de Hans Christian Andersen, tiene todo lo que se puede esperar:
Un candoroso cuento de príncipes y Princesas, de besos de amor verdadero, de simpáticas mascotas, casi humanas; y odas a esa magia que vive dentro de cada uno de nosotros, todo ello aderezado con canciones.
Ambientado en el reino ficticio de Arendelle, y “El Reino de Hielo”, cuenta con un impresionante telón de fondo, que se inspiró en los espectaculares paisajes de Noruega.
“El entorno, juega un papel fundamental en nuestra historia”, dice Lee.
“Elsa tiene un poder mágico, que le permite crear nieve y hielo, pero no puede controlarlo, y accidentalmente, desencadena una gigantesca tormenta que amenaza a su país”, dijo.
“Nuestro equipo, superó todas las expectativas en lo que se refiere a la nieve y el hielo”, añade Buck.
“No es fácil hacer que el hielo resulte creíble en animación.
Investigaron mucho, y crearon una innovadora tecnología para lograr el aspecto que debía tener ese mundo.
Lograron armar una película maravillosa, que no se parece a ninguna otra”, concluyó.
Y es que Frozen, es la vuelta a la receta de Disney, con una necesaria y consciente puesta al día; es ante todo, una historia de Princesas... pero, que nadie crea que de nuevo, que el pilar principal, es el del joven amado Príncipe, con el que encuentra el amor verdadero…
Aquí, el pilar de la historia, es la relación, y amor entre hermanas:
Elsa y Anna.
Una complicada relación, que conduce a toda una historia que resulta, en todos los aspectos notables.
A estos valores, desde mi punto de vista positivo, se suma que la protagonista, Anna, no es la mujer perfecta, que tantas veces Disney nos ha puesto como protagonista.
Y es aquí donde parece haber tomado nota de Pixar, dándonos una protagonista con sus imperfecciones, un tanto patosa, pero sin perder el encanto que “toda Princesa Disney” acaba teniendo.
A su favor, también mencionar que Frozen, es la primera película Disney de Princesas, en la que escucho:
“No puedes casarte con alguien que acabas de conocer”
Mención aparte merece Olaf, secundario descacharrante, y celebrable, que apunta a gozar en breve, de extraordinaria aceptación entre la chavalada...
Pero me llama más la atención, el hecho de ver una futura reina sin rey, algo prometedor, y nada conservador, eso sí:
Padre y madre muertos, a cómo les gustan los huérfanos a Disney.
En la trama, los puntos flacos son:
La muerte de los padres de Elsa y Anna.
Que unas Princesas estén encerradas casi 2 décadas, sin salir del castillo, una incluso de su cuarto, y no se hayan vuelto locas, es de estudio.
Que el primer día que ven a gente, su prioridad sea encontrar el amor, y que una se enamore “a primera vista”
Por otra parte, se desconoce:
¿Qué facultades tenía un ministro extranjero, para venir a dar órdenes en el reino de otro país?
Con que autoridad mandó que aprehendieran a Elsa, y además, cuestionar a Anna, de si ella era también una “hechicera”
Solo era un invitado foráneo, y ellas eran La Reina, y La Princesa de ese lugar.
¿Por qué Elsa tiene ese poder?
¿Por qué los trolls saben acerca de él?
¿Por qué los reyes saben que existen los trolls?
Si Elsa se va a vivir sola:
¿Qué se joda su pueblo con invierno perpetuo?
Elsa decepciona mucho, porque es una persona cobarde, egoísta, y apática.
Y cómo no, hay perlas de doble sentido como:
“El tamaño no importa”
Curioso que no haya una relación entre Sven y Olaf, en un momento, Kristoff le dice a Olaf, que no le hable a Sven de cierta manera… cariñosamente no muy masculina.
Últimamente, estoy observando una actualización del papel de “Princesa” sumamente positiva, que va acompañada por una, cada vez más flagrante ineptitud de las figuras masculinas.
Puede que el público objetivo, ya no sean los niños, y la venta de trajes de príncipe, es exigua en comparación con los de Princesa, y ya se sabe, el negocio es el negocio…
¿Qué falta un buen villano?
Precisamente, la intención de Frozen, es “esconder” al malo de la función, para que su descubrimiento, impacte más.
Aunque tampoco creo necesario un malo muy memorable, ya que el verdadero villano a batir, son los poderes incontrolables de Elsa.
Aun así, no es agradable ver a un personaje, que empieza a generar un poco de simpatía, descubrirse de repente como un villano.
Pudieron haberlo manejado de otra forma, aún si él no iba a ser el verdadero amor de Anna.
Si era para que no le tuviéramos pena, simplemente, con el que ninguno de los 2 estaba realmente enamorado, se podía solucionar el asunto, o aunque él solo deseaba ser rey, no pretendía hacer ningún daño…
Otras lecturas, algo retorcidas, nos dicen:
Que Frozen es feminista...
Las protagonistas no son rescatadas por Príncipes, al contrario, se salvan ellas solas.
Que Frozen no es feminista... es machista.
Las niñas viven encerradas, la madre habla 2 palabras en todo el metraje, además, Elsa tiene que volverse sexy, para poder ser libre, muy Disney…
Que los verdaderos malos, son los padres de Elsa y Anna, pues:
¿Tienes un hijo “raro”?
Muy fácil:
Enciérralo, ocúltalo del mundo, literalmente dile “no has de abrir tu corazón”, y de paso, encierra a toda la familia, para que nadie sepa de ello.
Que el poder de Elsa, es una metáfora de ser homosexual, y que es muy claro que, hasta que no se libera del qué dirán, es feliz, dice una canción:
“Lo que hay en ti no dejes ver, buena chica tú siempre debes ser…”
O del incesto, con el amor de hermanas, pues es más fuerte que el de un hombre…
Que Frozen indica, que las relaciones heterosexuales pueden ser banales, y no son siempre un ejemplo, como cuando Anna se compromete con un hombre a las pocas horas de conocerlo...
¿Es “Let It Go”, es un canto gay liberador?
“No dejes que sepan de ti, “que no entren”, siempre me dijo a mi “lo has de sentir, no han de saber”
¡Ya qué más da!”
Juzguen ustedes… para los productores, identificaron la escena en que Elsa canta “Let It Go” como un punto crucial en el desarrollo del personaje.
Como dato, Frozen encierra un secreto para el ojo atento.
Y es que el arte, tiene mucha importancia en el palacio donde viven las 2 protagonistas.
Cuando mueren los padres de las 2 niñas, la menor busca consuelo en las pinturas que adornan cada pared del Gran Salón.
Allí podemos reconocer, homenajes a Goya y otros pintores, que alegran la vida de la pequeña Princesa, la cual crece con la única compañía de los cuadros, y acaba hablándoles, como si fueran sus amigos.
Uno de ellos destaca:
“Les Hasards Heureux de L’escarpolette” (1767) de Jean-Honore Fragonard, el cual representa una escena galante, en un ambiente idílico:
Una joven se balancea en el columpio, que empuja un hombre mayor, seguramente su marido, mientras que abajo, a la izquierda, aparece un joven que mira debajo de su falda.
El marido, queda relegado a la sombra, mientras que el joven, amante de la mujer; luce en primer plano, entre vegetación y flores.
Resulta que el adulterio, un pecado duramente criticado en las clases proletarias, era aceptado como algo natural, en las clases altas.
En la aristocracia del siglo XVIII, eran muy comunes las bodas por interés, concertadas para aliar sagas familiares, y concentrar poder y riqueza.
Las parejas nobles, asumían el objetivo sólo material de sus matrimonios, y tras asegurar la descendencia, muchas solían vivir su sexualidad por separado.
Y en Frozen, la escena es narrada en una de las típicas canciones Disney, que habla de las ansias de la protagonista, por conocer a gente, después de haber pasado toda la infancia y adolescencia, en la más completa soledad.
Es cuando Anna salta, y queda en la misma posición que la protagonista de “El Columpio” de Fragonard.
Y entonces, es cuando nos damos cuenta:
¡Lo han censurado!
Desde luego el mensaje de infidelidad matrimonial, debía ser borrado de una película infantil, según la moralina de Disney, por lo que borraron directamente al joven que mira las bragas a la chica, y sustituimos al marido viejo y decrépito, por un apuesto príncipe...
El marido, no tendrá cuernos, ni será viejo, y no habrá terceros que miren bajo las faldas de la jovencita, con su total beneplácito, además de deshacernos de una pícara muchachita, que le enseñe sus partes al amante, en las narices del esposo…
Es aplaudible la iniciativa de Disney de “culturizar” a los más pequeños de la casa, desplegando ante ellos, obras magistrales de la pintura, que acompañan al protagonista, y les enseñan la belleza del arte… pero:
¿Era necesario cambiar el mensaje subliminal de la obra?
¡Si un niño no se da cuenta de esas cosas!
Y si se da cuenta, será su premio, haber desvelado por él mismo el secreto del cuadro, usando su inteligencia e instinto.
Lo que destaca de Frozen, pero por su ausencia, es el villano típico, ese ser malvado, cruel, desalmado, la esencia pura de la maldad, tan característico de los clásicos de Disney, en cambio, la trama muestra un villano más tácito, pero más real, ese villano escondido en la profunda gama de los sentimientos humanos, pero vemos muchos antagonistas:
La ambición, la codicia, la intolerancia, pero, sin duda, el sentimiento se lleva el título del villano, es el miedo:
Ese profundo sentimiento que mueve a Elsa, como Princesa Encantada, a esconder su enorme poder, por temor a ser rechazada.
El temor de Anna, la hermana menor de Elsa, que por su inmensa necesidad de afecto, tiene miedo de quedarse sola, lo que la lleva a entregarle su amor al Príncipe de un lugar lejano, Décimo Tercero en la línea de sucesión; que conoció en la ceremonia de coronación de su hermana, encantador sí, pero al fin y al cabo, un desconocido.
El temor que siente el pueblo de Arendelle, al conocer que su recién coronada Reina, es una “Bruja” capaz de controlar el clima, y que lo conduce a confiar en ser guiados por manos inescrupulosas, que quieren acabar con La Reina, para quedar al mando Arendelle, y sus riquezas.
De igual manera, el héroe de Frozen, es también esa fuerza que le da vida y sentido a nuestra existencia:
El amor, ese amor tan fuerte, que puede destruir el miedo, y vencer todas la pruebas, con tal de salvar a la persona amada.
De hecho, Frozen llega a dinamitar alguno de los grandes pilares-Disney:
La aceptación total del antihéroe como protagonista, la ridiculización del amor a primera vista, proponer como aceptable el coqueteo con alguien ya comprometido, e incluso, reconocer la anormalidad, o los defectos de la protagonista, como algo positivo.
Con todo, Frozen no fue sólo un éxito enorme en taquilla, también conquistó el reino de la música, vendiendo más de 2 millones de copias, y que domino a Billboard 200, durante 10 semanas consecutivas.
Frozen, se convirtió en una sensación mundial, donde todos cantaban y bailaban al ritmo de “Let It Go” de Idina Menzel, la canción tema oficial, pero con la versión de Demi Lovato, la que aparece en la banda sonora oficial.
Muy mal eso.
“Elsa?
Please, I know you're in there.
People are asking where you've been.
They say, “Have courage”, and I'm trying to.
I'm right out here for you.
Just let me in.
We only have each other, it's just you and me.
What are we gonna do?
Do you wanna build a snowman?”
Hoy en día, todas las películas de animación, son con imágenes generadas por ordenador, de aquí en adelante CGI, pero las mejores obras de Disney, se han forjado a base de sudor y tinta, y digo, mucha tinta.
“Mickey”, “Blancanieves”, “Bambi”, “Pocahontas”, “Fantasía”, “Hercules” incluso la mayor parte de “El Rey León” parte fue CGI...
Creo, que Frozen hubiese sido una oportunidad fantástica, para diferenciarse de la competencia, Dreamworks, y de diferenciar Disney Pixar, de Disney.
Y es que la irrupción del ordenador, a mediados de los 90, cambio la naturaleza del cine animado “mass media” por completo, siendo los 2 apuntes más significativos, que desde entonces ni tenía por qué ser para niños, ni tenía por qué doparse con canciones.
Y bueno, también que de pronto, la animación “tradicional” dejo de ser para niños, y paso a ser, directamente, para abuelos...
Para mí, los clásicos son más que canciones, pero el punto es que Disney debe adaptarse, y para ello debe dejarse de tantos tópicos, y sorprender al público, porque seamos sinceros:
¿Frozen ha dejado huella?
¿Frozen será recordada por la generación de hoy día?
Con honestidad, Disney debe contar una historia, pero contarla con sentimiento, no con canciones, vale que ponga 3 canciones, de acuerdo, no me parece mal que su sello sea un par de canciones; pero no 7 o 8 canciones, que para mí, eso es un abuso, y un retroceso a un pasado que ya está muy lejano, y que nunca podrán recuperar.
Por otro lado, Disney tiene que dejar esos absurdos modelos de Princesas bobas, que se enamoran al primer guiño de ojo, y centrar en darle más fuerza a la mujer para empezar, cosa que intenta, y parece que le cuesta; dejándose de tanto Príncipe o protagonistas sosos.
Disney debería dejar la caricatura, y meterse en personajes con apariencia más realista, incluyendo, los secundarios animados y animales que hablan, solo así, verán un avance.

“No right, no wrong, no rules for me.
I'm free”



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