Gosford Park

“If there's one thing I don't look for in a maid, it's discretion.
Except with my own secrets, of course”

La Primera Guerra Mundial, no sólo transformó el mapa de Europa, y modificó las costumbres sociales y económicas, sino que afectó la vida de cada europeo.
Hubo una inversión de valores morales en todo el continente.
Los prejuicios basados en la vida sexual y las costumbres, se esfumaron.
Las nuevas ciencias, la química, y la física, se desarrollaron con un impulso renovado, y la política vira completamente su curso.
Así pies, en lo social, si existe un país por antonomasia, donde el protocolo se escribe con mayúsculas, ese El Reino Unido .
La historia lo califica de forma notable, como uno de los de más férreas tradiciones, que con su proverbial corrección, lo conforma como un país muy educado.
No obstante, el triunfo de los valores burgueses, se extendió en todos los usos sociales, incluido el tratamiento.
De los tratamientos aristocráticos, propios del Antiguo Régimen, se pasó a la universalización de los tratamientos de cortesía, a los que todos tienen derecho en una sociedad de condiciones iguales, por ejemplo durante La Revolución Francesa, “citoyen” o “ciudadano” era el apelativo con el que se debía llamar a todos; y posteriormente se universalizó el “monsieur” o “señor mío”, privado de su referente nobiliario; y el “vous”, o “usted”, o “vuestra merced”; quedando el elitismo reservado a los tratamientos académicos, estimados por ser fruto del mérito personal, y no del nacimiento.
“Tea At Four.
Dinner At Eight.
Murder At Midnight”
Gosford Park es una película de suspense, del año 2001, dirigida por Robert Altman.
Protagonizada por Kelly MacDonald, Emily Watson, Maggie Smith, Alan Bates, Clive Owen, Ryan Phillippe, Jeremy Northam, Richard E. Grant, Kristin Scott Thomas, Helen Mirren, Michael Gambon, Tom Hollander, Charles Dance, Bob Balaban, Stephen Fry, Camilla Rutherford, Sophie Thompson, Derek Jacobi, Eileen Atkins, Teresa Churcher, Claudie Blakley, Geraldine Somerville, Adrian Scarborough, James Wilby, Jeremy Swift, Natasha Wightman, Laurence Fox, Trent Ford, entre otros.
El guion fue escrito por Julian Fellowes, basándose en una idea del propio Altman, y de Bob Balaban.
Robert Altman, es otro de esos “outsiders” del cine de Hollywood, y que especialmente en sus obras tempranas, siempre buscó la crítica mordaz y corrosiva hacia la sociedad de EEUU, y que decidió saltar “el gran charco”, para hacer lo propio con la burguesía británica de principios de siglo XX, ese mundo de esnobs y suntuosidad que, a fin de cuentas, no era sino los restos moribundos, de aquello que una vez conformó la génesis de su propia nación.
El objetivo central de Gosford Park, es mostrar el sistema de clases británico, durante los años '30.
Aquí aparecen muchas historias entrecruzándose, que muestran las complejas relaciones entre los personajes, tanto entre los de arriba, “los invitados nobles”; como entre los de abajo, “los criados”; e incluso, entre ambos grupos.
Por ejemplo, se muestra una sutil mirada a la moralidad sexual durante los años 30, así como también toca el tema de la homosexualidad, e incluso, menciona la decadencia del Imperio Británico, y la desaparición del sistema de clases.
Aunque la trama es ficticia, el personaje de Ivor Novello, está basado en un actor del mismo nombre.
Gosford Park obtuvo un premio Oscar al Mejor Guión Original, y 6 nominaciones:
Mejor película, director, actriz de reparto (Helen Mirren y Maggie Smith), dirección artística, y vestuario.
Como dato, la serie de televisión “Downton Abbey”, escrita y creada por Julian Fellowes, fue planeada originalmente, como un “spin-off” de Gosford Park, pero en su lugar, se ha desarrollado como una propiedad independiente, inspirada en ella, y ambientada décadas antes.
Gosford Park presenta conceptos positivos como:
La lealtad, el respeto, la valentía, la responsabilidad, y el amor.
Y negativos como:
El abuso, el engaño, la debilidad, el miedo, la venganza, la discriminación, y la falta de respeto hacia la vida ajena.
Gosford Park es la magnífica mansión campestre, a la que Sir William McCordle (Michael Gambon), su esposa, Lady Sylvia McCordle (Kristin Scott Thomas) y la hija de ambos, Isobel (Camilla Rutherford), en un fin de semana del año 1932, reciben a un grupo de personas de la alta sociedad británica, y 2 invitados estadounidenses; todos ellos acompañados todos por sus respectivos criados; que se reúnen en Gosford Park, para una cacería de faisanes.
Los invitados son:
Lady Constance, Condesa de Trentham (Maggie Smith), y su doncella, Mary Maceachran (Kelly McDonald)
Ivor Novello (Jeremy Northam), el productor de cine estadounidense, Morris Weissman (Bob Balaban), y el criado de Weissman, Henry Denton (Ryan Phillippe)
Louisa, Lady Stockbridge (Geraldine Somerville), y Lady Lavinia Meredith (Natasha Wightman), ambas hermanas de Lady Sylvia McCordle; y su marido, Raymond, Lord Stockbridge (Charles Dance), y El Comandante Anthony Meredith (Tom Hollander)
El Honorable Freddie Nesbitt (James Wilby), y su esposa, Mabel (Claudie Blakley)
El pretendiente de Isobel, Lord Rupert Standish (Laurence Fox), y su amigo Jeremy Blond (Trent Ford)
Pero durante la 2ª noche en Gosford Park ocurre un asesinato...
A partir de este hecho, se desarrolla una historia que combina elementos de la novela de asesinatos, al estilo de Agatha Christie, con la crítica a la alta sociedad.
En las distintas postales que se nos van mostrando de ese fin de semana, cabe todo lo humano y lo divino:
El dolor, el amor, el odio, la ambición, la traición, la avaricia, el desengaño, el desprecio, la crueldad… todo hábilmente distribuido, en un auténtico microcosmos compuesto por 2 universos, inicial y presuntamente paralelos:
El del piso de arriba, “los señores”; y el del piso de abajo, “los criados”, de los que se nos van mostrando inicialmente, sus complejas composiciones internas, después las correspondencias formales entre ambos, y finalmente, las permeabilidades clandestinas y secretas que los unen, y comunican.
“What gift do you think a good servant has that separates them from the others?
It's the gift of anticipation”
Bajo la frívola apariencia de una comedia coral, de intriga policíaca, Gosford Park es en realidad, una cáustica sátira social, en la que el asesinato de uno de los miembros del grupo, es otra excusa más, para trazar un fresco costumbrista sobre una determinada época, y donde la llamada “lucha de clases” adquiere un significado particular, en su última parte.
Gosford Park es una crítica a una sociedad inglesa, y mundial, de fines de siglo XIX, y principios del XX, claramente estratificada piramidalmente, con la aristocracia burguesa en su cúspide:
Arrogante, corrupta, indecente, y regida por un sistema de valores, absolutamente banal, que otorgaba respeto y autoridad a figuras que sin ningún mérito, intelectual o demostrativo de capacidad, que ascendían posiciones; y solo por ser “hijo de tal” o “heredero de cual”, hasta llegar a lo más alto de esa “high society” totalmente carente de la moral, y las buenas costumbres en su generalidad.
Para luego, en el escalón social contiguo, encontrar a la eterna clase media trabajadora, y finalmente en su menor escalafón, un proletariado explotado, tanto físico, moral, hasta sexual, y mentalmente, sin mencionar el aspecto salarial, por los “superiores” aristócratas.
Son 2 universos que se mueven, organizan, y mantienen por sus propias leyes, incluso, traspasada la barrera de la alcoba:
Señores arrogantes, caprichosos, superficiales, hipócritas, que visten sus mejores galas, a la vez que suplican para que alguien les saque de su arruinada economía.
Y criados entre el abnegado servilismo, la resignada consciencia de clase, o la enmascarada rebeldía.
El tema económico, es uno de los meollos de la trama:
En la lujosa mansión de Gosford Park, tan sólo su dueño es un “rico”, con mayúsculas, el resto, son como las aves carroñeras, que planean alrededor del cadáver, para sacarle los ojos.
De ahí que la muerte del benefactor de la jornada de caza, beneficie a todos los presentes, y nadie se lamente de su trágico fallecimiento.
Además de ello, Gosford Park nos permite contemplar muy bien, la manera en la que se relacionaban los amos con sus criados, y la insípida vida de los ricachones en aquella época.
Aquí no importan tanto los eventos principales; el interés real, está en las relaciones entre los personajes, y en las deducciones que se pueden hacer mediante la observación de sus comportamientos hacia otros.
El evidente centro de atención, es el contraste entre los adinerados “Lords” y “Ladies”; y su servidumbre.
Mientras que los señores comen, beben, discuten, y riñen en los salones y comedores; los sirvientes hacen lo propio en las cocinas y cuartos de servicio de la mansión.
Pero la servidumbre, está mejor enterada de todo lo que acontece, pues son meros fantasmas para los señores y señoras, invisibles en sus funciones, y sólo aparentes, cuando se comete un error.
En Gosford Park, se cuentan varias historias a la vez; y al mismo tiempo, podría decirse, que no cuenta ninguna.
Es tarea del espectador, decidir cuándo detenerse ante la incesante, y por momentos abrumadora cantidad de imágenes, situaciones, nombres, y datos que se tiran desde la pantalla.
Los personajes, se hayan adecuadamente construidos, y la clave narrativa se basa en los personajes secundarios, particularmente en los sirvientes de los protagonistas, elemento bastante original.
Así, la trama se divide en 2:
El relato de los aristócratas y el de los sirvientes, siendo este último, el que tiene un poco más de importancia, sin jamás perder el equilibrio de lo que se cuenta, ni tampoco, el elevado nivel actoral.
Casi toda la última hora, Gosford Park nos regala un nuevo asunto narrativo principal de suspenso, el cual sirve para ahondar en la problemática de cada personaje, y ayuda al desenlace integro de todos los nudos dramáticos, y de misterio.
El director, maneja con maestría este amplio abanico de personajes, bien dibujados y consistentes, a pesar de su número y variedad, mérito que, en buena parte, corresponde al inmenso trabajo de sus actores.
No obstante, sí existe una cierta confusión en cuanto a los parentescos que les relacionan, hasta bien avanzada la trama, y la profusión de nombres, no ayudan al respecto.
Destacan las nominadas a los Oscar, como mejor actrices secundarias:
Helen Miren, por su papel de ama de llaves; y Maggie Smith, por su excepcional papel de La Condesa Trentham.
Smith, sin duda alguna, merece mención especial, por una representación perfecta de la nobleza de rango abolengo de las islas británicas:
Ella es naturalmente estirada, remilgada, con una ironía propia del humor inglés, y sobretodo, con un “don” que tenían muchos nobles de la época:
La ostentación de poder, sin poseer una sola libra.
De lo que no hay dudas, es que Altman parece seguir preocupado por estudiar el fenómeno humano, para terminar de descifrarlo, o bien, registrarlo mientras no haya más remedio.
En muchas de sus películas, todo comienza como flotando en el aire, con fuerte tendencia a componerse, aunque luego ocurren hechos sorpresivos, que terminan transformando algunas piezas del rompecabezas, como la muerte, que aparece en más del 90% de sus películas, interrumpiendo la acción.
No podría decirse de todo el rompecabezas, porque los personajes de sus trabajos, parecen como destinados a algo, y casi siempre terminan con asuntos parcialmente resueltos, pero interiormente confusos, y pocas veces definidos.
Gosford Park está plagada de pequeños momentos notables, como:
La retrograda visión de Lady Trentham, que llega a decir que enseñar a su nueva criada, “la tiene completamente agotada”, que la hace salir del coche bajo la lluvia, porque es incapaz de abrir la tapadera de un termo; o que dice que su nueva criada “debería pagarle a ella”, en lugar de al contrario...
La historia del criado, Henry Denton, que resulta no ser tal...
La historia del ama de llaves, Mrs. Wilson (Helen Mirren), que se lleva a muerte con la jefa de cocina, y que al final, resulta que son hermanas, y cuyo enfrentamiento, remite a oscuros sucesos que solían acontecer en las primeras fabricas obreras...
El momento en que Ivor Novello canta al piano, y todos los sirvientes en una otra esquina de la mansión, desatienden sus tareas, para escuchar la música.
Como dato curioso, en los créditos finales, los personajes desfilan en 3 categorías:
“Por encima de las escaleras”, “Invitados”; y “Bajo las escaleras”, haciendo referencia, obviamente, a la condición básicamente social, que los diferenciaba.
“I'm the perfect servant.
I know when they'll be hungry and the food is ready.
I know when they'll be tired and the bed is turned down.
I know it before they know it themselves”
El periodo llamado “entre guerras” transcurrió entre 1919 y 1939, y dio lugar a una suerte de acontecimientos en cadena, fuertemente articulados entre sí, a través de un sinnúmero de relaciones causa-efecto.
Surgieron 2 nuevas potencias:
Estados Unidos y Japón; se profundizaron los antagonismos ideológicos, esta vez entre proyectos liberales, socialistas, y fascistas; a lo cual se sumó la aparición de graves problemas económicos, provocados por La Crisis de 1929; se fortalecieron, en algunos países, los objetivos expansionistas ligados a descontentos derivados de los acuerdos de paz de La Primera Guerra Mundial, etc.
Por otro lado, la naciente sociedad de masas, permitió un mayor aprovechamiento de los tiempos de ocio, lo que dio lugar a un gran desarrollo cultural, como un intento de afirmar la paz.
La experiencia de la guerra, había cambiado la mentalidad de la sociedad.
Era necesario volver a recuperar la confianza, y reconstruir lo que la guerra había destruido.
Otra innovación importante, fue el cine.
Si bien sus orígenes se remontan a comienzos de siglo, en los años 1920 se popularizó.
Hasta 1930, las películas eran mudas, pero a partir de esa fecha, se les incorporó el sonido, lo cual influyó notablemente en su difusión, transformándolo en un ítem importante del nuevo consumo cultural masivo.
Todo este marco histórico se hace necesario para comprender Gosford Park, una película muy interesante, para aquellos que hayan estudiado protocolo.

“You Brits really don't have a sense of humor do you?”



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