Romance X

“La sexualité est le choc de la trivialité et de la divinité”
(La sexualidad es el choque de la trivialidad y la divinidad)

Lo que pasa en la cama, puertas adentro, dormitorio mediante, refleja la vida que uno lleva:
Sus rutinas, manías, ocasos, e histerias.
El acto coital, es el libro abierto, donde se transcriben con tinta, sudor, y esperma, el desencanto de la existencia, o la alegría de vivir.
Hacia la mitad de los años 90, casi todas las películas francesas, terminaban con frecuencia, en las brumas de una relación sentimental posible.
A comienzos de la década del 2000, el horizonte cambia, y se hace más maternal, que conyugal.
Pero es partir de un punto intermedio, el sexo es cine, a pesar de los censores.
¿Puede el amor de una pareja sobrevivir sin sexo?
¿Puede el sexo ser un sustituto del amor?
¿Cómo asume la mujer, su sexualidad?
¿Cómo la vive el hombre?
“Les gens disent, une femme a pas de femme, jusqu'à ce qu'elle a donné naissance à un enfant”
(La gente dice, una mujer no es mujer, hasta que haya dado a luz)
Romance X es una película erótica francesa, del año 1999, escrita y dirigida por Catherine Breillat.
Protagonizada por Caroline Ducey, Rocco Siffredi, Sagamore Stévenin, François Berléand, entre otros.
Catherine Breillat, en una directora de cine, radicada en París, reconocida por su trabajo documental, basado en las problemáticas de la sexualidad, los problemas del género, y la competencia de la hermandad.
También, se destaca por sus novelas, y es controvertida por la manera en como presenta la sexualidad.
Romance X, tiene una historia y un discurso, que se inscribe con violencia en el espacio contemporáneo de la imagen.
La audacia y la franqueza con los cuales la realizadora ataca con sus imágenes, conduce al relato, a una doble pregunta:
¿Cómo inventar una representación de la sexualidad femenina, que no sea obscena?
¿Cómo proponer una nueva emancipación femenina?
Romance X fue un gran éxito en Francia, donde ha provocó cierto escándalo, por su contenido lindante con lo pornográfico, siendo una de los primeras películas de este estilo, que llegan al circuito del cine comercial; y que aún hoy, se le considera un hito del cine erótico.
Protagonizada por la famosa estrella italiana del cine porno, Rocco Siffredi en su primer rol serio; supone también el debut de Caroline Ducey.
Fue con el estreno de Romance X, en 1999, con la que la directora enfrentaría la censura, a nivel internacional, ya que el filme fue prohibido en algunos países, o fue catalogada como película “X”
En esta situación, fue que Breillat declaró su postura al decir:
“La censura era una preocupación masculina, y que la certificación X estaba unida al cromosoma X”
Esta afirmación, se ve reflejada en el póster francés del film, en el cual se revela a una mujer desnuda, con sus manos entre las piernas, y una gran X, es impresa sobre la imagen, revelando la base del problema:
Una mujer en contacto con su propio sentido de placer sexual”
Catherine Breillat, ha trascrito el manual de la angustia femenina, en decenas de films:
Puñados de obsesiones, retratos de la pequeña burguesía desencantada, cuando ya no se come para sobrevivir, cuando algún que otro lujo aquieta las aguas de la mediocridad, el acto sexual adquiere un nivel de importancia vital, casi exclusivo, pequeñas muestras del arte amatorio que desencadenan, irremediablemente, en el motor de una vida.
Romance X sigue a Marie (Caroline Ducey), una joven enamorada de Paul (Sagamore Stévenin), su pareja, pero no suficientemente correspondida, ya que él no hace otra cosa que ver TV, comer sushi, bailar con desconocidas, y leer a Charles Bukowski…
Entre los 2, la calentura sexual inicial, se ha convertido en una rutina vacía y exasperante.
Por lo que Marie comienza a descubrir su propia identidad, a través de una crisis que no es solo sexual:
“El amor entre los hombres y las mujeres, es una batalla perversa”
Con la intención de que su amante vuelva a desearla, Marie se lanza a la búsqueda del amor físico, en brazos de Paolo (Rocco Siffredi) un semental italiano; y de Robert (François Berléand), un hombre maduro, aficionado a la dominación.
Lo que vemos entre estos seres, siempre es percibido solo a través de Marie.
La voz de ella, “en off”, está siempre haciéndonos reflexionar sobre sus sensaciones más íntimas:
“El amor es una idiotez.
Es una cuestión de poder.
Un tipo al que amas tanto como para ser fiel, ya no te hace el amor.
Los hombres, cuando los engañas, te hacen el amor, es simple.
No es que adivinen que los engañas, es que comprenden que te les escapas”
Romance X habla desde su perspectiva de mujer.
Desde luego, no es un alegato feminista.
Marie hasta podría llegar a incomodar a las propias mujeres, con ciertas  acciones desvalorativas de sí misma; sin embargo, tiene momentos de confesiones y reflexiones, con los que más de una mujer podría identificarse.
Expone su visión de la maternidad, del placer, de los desencuentros de los universos femeninos, y masculinos.
A caballo entre el retrato psicológico íntimo, con un intenso monólogo interior “en off” de la protagonista, Marie, recorre todo el metraje; el erotismo sofisticado e intelectualoide, y el porno puro y duro, en tiempo real y sin silicona, aunque con erección, penetración, felación, eyaculación, y sado surtidos; la contradictoria Romance X, provoca sentimientos contradictorios en el espectador.
“Les femmes aiment à découvrir des choses qu'ils ont déjà vu à la télé”
(A las mujeres les gusta descubrir cosas que ya hemos visto en la TV)
Romance X es fría como un bisturí, y a la vez caliente, explícita, y provocadora.
Ha desatado polémicas y debates sin fin en Francia, y promete censuras y escándalos, pero parece más que eso.
Como un tratado filosófico, o un diario íntimo, como un instante incandescente en la historia de la representación del cuerpo, como un grito de amor y rabia, o una desgarradora exploración de los límites del cuerpo, todo esto y mucho más, es Romance X.
Lo notable del modo de ensayar de Breillat, es la crudeza con que expone sus ideas, y la manera cómo las ilustra:
Audaz, descarnada, y completamente femenina.
Catherine Breillat, traza una línea accidentada, teórica, y carnal, oscuramente luminosa.
Lejos de la retórica de lo “políticamente correcto”, su película asume los conceptos y comportamientos como son la misoginia y la misandria, y les abre espacio en el centro de su sueño de liberación:
La guerra de los sexos.
El sexo como instrumento de placer, de un discurso que no le es extraño al relato fílmico, y a través de él, se interpreta metafóricamente el espectáculo de la violencia humana:
Lo social, o lo íntimo.
Breillat, da preponderancia a la historia de Marie.
De Paul, su pareja, poco sabemos, excepto que es modelo, pues la vida de ellos se reduce al dormitorio, cuando en la noche, ella llega de sus encuentros, y él regresa quizá de su trabajo, de una cafetería, o de una reunión con los  amigos.
No sabemos el pasado de ambos.
Vemos lo que la cámara expone, y a partir de allí, el espectador arma sus apreciaciones.
En Romance X hay una mujer, Marie, y 3 hombres:
Paul, Robert, y Paolo.
Entre ellos, lo que se plantea, no tiene nada en común con las historias de adulterio, de sábanas, y de sentimiento.
Es más bien, una prueba o una experiencia polarizada, por el lado de lo femenino.
En los hombres, la distribución de los papeles está muy clara:
Paul ocupa el lugar del marido, el que todo lo asiente, incluso me atrevería a ver una bisexualidad sutil.
Paolo, es el amante de paso, es la aventura, el hombre completo, tanto físico como sexualmente.
Robert, es “el maestro de ceremonias”, el que ataca sin atacar, quien explora los sentidos.
El punto de contacto de los 3, es Marie, quien sin ocupar un lugar entre ellos, intenta separarlos, estrechándolos en un círculo.
Porque Marie no puede gozar con su sexo, le es necesario gozar de un cuerpo imaginario:
Cuerpo esculpido físicamente, cuerpo como centro de la focalización mental y psicológica.
Marie es capaz de inventarse otro cuerpo.
Si bien en cierto que en Romance X, aparecen escenas explícitas de copulación, especialmente mostrando teniendo sexo Caroline Ducey con Rocco Siffredi; aunque no es pornográfico, contiene una serie de actos sexuales no simulados.
Así, Caroline Ducey tiene sexo oral con Sagamore Stévenin, una felación no completa; y el pene erecto de Rocco Siffredi, a manos llenas, con masturbación...
La producción reconoce la veracidad de la penetración, entre Rocco Siffredi y Caroline Ducey, pues también fue discutida por la directora Catherine Breillat y Ducey, pero fue confirmada por Siffredi.
Y se aclara que la actividad sexual, no simulada como el coito y la eyaculación, fue realizada por actores, en una escena pornográfica, diferente a la producción.
Breillat contó, que su película no es concupiscente, ni pornográfica, ni erótica, y justificó con fino humor, la elección del semental, Rocco Siffredi, protagonista de unas mil películas X, y que en su escena cumbre, y única, resiste erecto durante varios minutos, el parlamento más castrador y frío, que a uno le puedan echar en una cama.
“Tiene un carisma formidable, y una voz maravillosa”, dijo Breillat.
En las escenas de masoquismo, Marie decide, elige, marca el rumbo de la relación; allí donde ni su marido, el micro-pene-parlante, o El Semental Italiano, quien da sin recibir gratitudes sexuales, alcanzan.
Luego, la directora desmintió, que las mujeres salgan malparadas de su película, pues en Francia, alguien ha escrito, al revés, que “Breillat niega para siempre al hombre moderno, la capacidad de alentar ficción alguna”; y dijo que “el papel que interpreta la actriz protagonista, Caroline Ducey, que ha cosechado extraordinarias críticas en Francia, representa a todas las mujeres”:
“Bueno, claro, no forzosamente al 100%, porque la sexualidad es muy complicada, pero sí a la mayoría.
Y, en cualquier caso, tampoco el héroe masculino del cine, representa nunca al 100% de los hombres” respondió la realizadora.
Y el punto de vista masculino, tampoco está ausente.
Pero:
¿Qué significa una mujer para un hombre?
¿La ve como un complemento, una compañía, un objeto de deseo y de placer, un vientre para cargar un hijo?
Quizá Romance X plantea, en el fondo, la imposibilidad de la fusión total de 2 vidas:
Los cuerpos se acoplan momentáneamente, se juntan, conviven,  pero las existencias, siempre tienen caminos distintos, individuales, e insospechados.
Respecto a la fuerte carga simbólica de amor, sexo, muerte, nacimiento; la guionista y directora señaló, que es una parte muy importante de Romance X; explicó que surge de algunas referencias literarias, como “los mitos de la tradición hermética”, y que coexiste con otra parte, más novelesca, que se diluye al final.
“Ils disent, un homme qui baise une femme, elle honore”
(Ellos dicen, un hombre que se folla a una mujer, la honra)
La preocupación central del trabajo de Catherine Breillat, es la sexualidad de la mujer, esto no conlleva en sí mismo, mayor mérito.
¿Cuántos directores de sexo masculino, por contraste, están de alguna forma, preocupados por el tema de lo femenino?
Por supuesto, la preocupación acerca de la sexualidad de la mujer, en la mayoría de las producciones cinematográficas, están marcadas más por el exhibicionismo, que por la introspección, reafirmando más, que inquietando.
En palabras de Breillat:
“Yo tomo la sexualidad como sujeto, y no como objeto”
¿Pero qué es lo quería contar exactamente?
Dijo la directora:
“Que el sexo es un objeto mental, que su extraordinario misterio, es mucho más que orgánico.
Quería hablar de la mujer partida en 2, cuerpo y mente, de la mujer que se supone a sí misma, de lo que significa para ella el tabú, y vencer ese tabú.
Quería explicar, lo que significa el sexo para ella, comprender la dignidad que la protege, su pureza.
Saber en qué consisten sus necesidades.
Hace siglos que el hombre dicta leyes para dignificar a la mujer, pero:
¿Sabe qué es obsceno para ella?
¿Degrada el amor físico a la mujer?”
Romance X es una disección clínica del sexo femenino, de los complejos motores que mueven a las damas enamoradas, de los límites de la obscenidad de la mujer, y su dignidad.
Por lo que Catherine Breillat, deja al hombre moderno hecho una piltrafa, pero, cuando habla de Romance X, a ratos se pone seria, a ratos se ríe mucho, y a ratos se hace preguntas...
Como todos los que la vimos.

“Je donnai mon fils le nom de son père.
Si quelqu'un là-haut qui compte âmes, alors nous sommes même”
(Le di a mi hijo el nombre de su padre.
Si alguien allá arriba cuenta almas, entonces estamos a mano)



Comentarios

  1. "¿Su primer rol serio?". ¿Los que Siffedi asumió dentro del porno no lo eran? Las cosas de las que uno se entera...

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