Immortal Beloved

“My angel, my everything, my very self”

El amor romántico, generalizando, es algo más de lo que coloquialmente ha trascendido entre nuestras expresiones cotidianas.
Para el artista romántico, la mujer no se aceptaba en su dimensión humana, sino que se apreciaban sus cualidades místicas y supraterrenales, de hecho, cuando el artista romántico entraba en consciencia de la dimensión real, se llevaba una decepción…
La mujer es una fuente de inspiración, de la que se sirve el artista para elaborar su obra, una musa que ayuda a la creatividad.
En la mayoría de casos, la mujer es un ente inalcanzable para él, y la verdadera meta, nunca es alcanzar el amor terrenal, valga la idea del poeta Dante, recuperado durante la época, por muchos románticos, que descendió a los infiernos para conseguir el amor de su amada Beatriz.
Acercarse a las grandes figuras de la música, me ha parecido uno de los más grandes proyectos que han compartido, tanto la literatura como el cine.
Ludwig van Beethoven fue compositor, director de orquesta, y pianista alemán.
Su legado musical abarca, cronológicamente, desde el período clásico, hasta inicios del romanticismo musical.
Beethoven supone, en la historia de la música, el puente entre la tradición clásica y en Romanticismo, y no lo hace a través de la ruptura ni de la negación, sino por la vía de la superación técnica, estilística, y de pensamiento.
El clasicismo, se definía por la elegancia en la estructura, y la “frescura” en las líneas melódicas.
De cierta manera, el objetivo era, intentar describir lo exterior.
Era la época en que tanto hombres como mujeres, usaban pelucas y polvos faciales, como intentando parecer “muñecos”, con vestidos incómodos, que limitaban el movimiento, y la postura natural del cuerpo; y la música reflejaba esa manera de ver la vida.
A este periodo pertenecieron Haydn y Mozart.
Sin embargo, Mozart hizo el experimento de querer “retratar” algo más a través de la música:
El alma humana.
Lamentablemente, el “Amado por Dios”, murió muy joven, en 1791…
Entonces vino Beethoven.
Se formó en un ambiente todavía clásico, pero su carácter sumado a los cambios sociales y filosóficos de su época, contribuyeron a que él fuera el primero, o al menos el más importante de los primeros en ver la música como un medio de expresión del alma humana, filosofía que ya traía Mozart.
¡Y el alma humana que Beethoven tenía, era muy enérgica, demasiado poderosa!
A este nuevo periodo, se lo llamó El Romanticismo.
Cambiaron los vestidos, cambiaron muchas costumbres, y se les dio prioridad a otros principios.
Fue la época de morir por honor, la época de un tremendo patriotismo, la época de la lucha por la expresión de los sentimientos, la lucha por la libertad, la lucha del valor del hombre...
Y nadie ha retratado mejor esta ola de poderosos pensamientos, como Beethoven.
No más digo que el último movimiento de su Novena Sinfonía, es considerada “El Himno de La Humanidad, y por un periodo, fue “El Himno de Europa”
Y es que Beethoven, fue uno de los compositores más importantes de la historia de la música, y su legado ha influido de forma decisiva, en la música posterior.
Fue el músico más reconocido de su tiempo, aislado, un hombre atormentado y único.
La sociedad de su momento, lo consideraba ya, como un genio, un músico consagrado.
Su grandeza provocó el fenómeno llamado “El Fantasma de Beethoven”, por lo que ningún compositor fue ajeno a la magnificencia del creador.
La vida personal de Beethoven, fue problemática, debido a su creciente sordera, que le llevó a plantearse el suicidio.
Hay numerosas evidencias del desdén que sentía Beethoven hacia la autoridad, y el sistema de clases sociales.
Detenía su interpretación al piano, si su audiencia comenzaba a hablar entre sí, o si dejaban de prestarle total atención; de hecho, no está mal esta regla, pues debería de usarse hasta en misa.
En los eventos sociales, el compositor se negaba a interpretar, si le invitaban a hacerlo sin previo aviso.
Finalmente, y después de muchas confrontaciones, el archiduque Rudolf Johannes Joseph Rainier von Habsburg-Lothringen, protector del músico, decretó unas normas básicas de etiqueta en la corte, que no afectaban a Beethoven.
Beethoven mismo, se volvió un símbolo poderoso, el prototipo del moderno héroe-artista, como opuesto al artista-artesano de la Europa prerrevolucionaria; con su feroz independencia, y su doloroso éxito triunfal sobre la adversidad personal.
En su obra, se distinguen tradicionalmente 3 períodos:
Uno inicial o de formación, que finaliza en 1802, llamado también “Periodo de Bonn”
Un segundo periodo, que finaliza en 1812, y que se denomina “Periodo Vienés”
Y un tercero, y último periodo, que se desarrolla entre 1813 y 1827.
El musicólogo Wilhelm von Lenz, fue el primero, en 1852, en dividir la carrera musical de Beethoven en estas 3 grandes etapas estilísticas.
Algunos musicólogos, han mostrado su discrepancia hacia esta división, pues consideran que debería añadirse un 4º período, resultado de dividir en 2, su primera época, pero la división en 3 etapas, se corresponde a la perfección con los puntos de inflexión de la biografía de Beethoven, y por ello, sigue manteniéndose en la actualidad.
En su prolífica trayectoria musical, Beethoven dejó para la posteridad, un importante legado:
1 opera, 9 sinfonías, 2 misas, y 10 oberturas, para musicalizar ballets y obras de teatro, entre otras grandes obras para otros instrumentos como el piano, violín, violonchelo, orquesta, entre otros.
Beethoven muere en Viena, en 1827, a la edad de 56 años, tras permanecer 3 meses, totalmente postrado.
Dos días después de su fallecimiento, el 29 de marzo, tuvo lugar el funeral, el cual se celebró en La Iglesia de La Santa Trinidad, distante un par de cuadras del domicilio de Beethoven, y en él se interpretó El Réquiem en re menor, K 626, de Wolfgang Amadeus Mozart.
Al mismo, asistieron más de 20,000 personas, entre las que se encontraba Franz Peter Schubert, gran admirador suyo.
El actor Heinrich Anschütz, leyó la oración fúnebre, que fue escrita por el poeta Franz Grillparzer, a las puertas del cementerio de Währing, ahora Schubert Park.
Como dato curioso, en su escritorio de trabajo, se encontró el Testamento de Heiligenstadt, redactado en 1802, en donde explica a sus hermanos, el porqué de su profunda amargura.
También, se encontró la desgarradora carta de amor, dirigida a su “Amada Inmortal”, a la que llama:
“Mi ángel, mi todo, mi mismo yo”
Antes de morir, se cuenta que abrió los ojos, levantó la mano derecha, con el puño cerrado, y dijo con una expresión amenazadora, como desafiando a la muerte:
“¡Potencias hostiles, os desafío!
¡Marchaos!
¡Dios está conmigo!”
Cualquiera diría, que esas son las palabras que provoca la misma sensación que se produce al escuchar los primeros acordes de la sinfonía, considerada la más famosa del mundo, La Quinta en do menor, Op. 67; de Beethoven.
“The genius behind the music.
The madness behind the man.
The untold love story of Ludwig van Beethoven”
Immortal Beloved es un drama, escrito y dirigido por Bernard Rose, en 1994.
Protagonizado por Gary Oldman, Isabella Rossellini, Valeria Golino, Jeroen Krabbé, Johanna Ter Steege, Marco Hofschneider, Leo Faulkner, Miriam Margolyes, Claudia Solti, entre otros.
Immortal Beloved está basada libremente, en la vida del compositor alemán, Ludwig van Beethoven; específicamente, en una carta hermosamente romántica y poética, que representa una incontrolada explosión de sentimientos apasionados dirigidos hacia una mujer desconocida, por parte del autor; cuya identidad de la “Amada Inmortal”, ha sido causa de enorme especulación.
De forma crucial, datos como el año, el lugar de composición, y el nombre de la persona a la que estaba dirigida, faltan de la carta; por lo que las candidatas, han sido numerosas.
Es el año 1827; una fervorosa multitud, llena las calles de Viena para rendir su último homenaje a un genio:
Ludwig van Beethoven (Gary Oldman)
En su testamento, el músico ha decidido legar todo lo que poseía, a una mujer desconocida, a la que hace llamar su “amor inmortal”, pero nadie sabe quién es.
La única pista para descubrir su identidad, es esa carta.
De familia humilde, o al menos, poco adinerada; posicionándose en contra de la nobleza dominante, y a favor de Napoleón; renegando de este cuando se convierte en un burgués más, decepcionando a la mayoría de ciudadanos de a pie...
Este Beethoven cinematográfico, es todo lo contrario del Mozart que nos presentan en “Amadeus” (1984)
Immortal Beloved presenta a un Beethoven incómodo para el poder establecido.
No hay que olvidar, que fue el primer gran compositor con verdadera autonomía para componer, cómo y cuándo le viniera en gana, con la única salvedad del dónde:
No debía marcharse de Viena.
E Immortal Beloved, llega a transmitirnos bien, como era Beethoven:
Un hombre atormentado, con muy mal carácter, y una infancia algo traumática, pero que a la vez, tenía una sensibilidad que nadie, o pocos, eran capaces de percibir.
“It is the power of music to carry one directly into the mental state of the composer”
El director, Bernard Rose, nos adentra en la excentricidad de Beethoven, en su vida íntima, en su progresiva sordera, que empezará allá por los 26 años de edad, y que continuara hasta lo peor...
Se remarca muy bien ese contraste, entre una persona que no escucha, y que sin embargo, es capaz de componer las más bellas melodías, las cuales están presentes en la bellísima banda sonora, basada íntegramente en la música de Beethoven, muy dramática y pasional, como su vida misma.
El quid de la cuestión, es el demostrar al mundo, las atormentadas vicisitudes por las que pasara este compositor, desde sus desengaños amorosos, núcleo en el que se centra Immortal Beloved; hasta las burlas en sus momentos malos, y la gloria de un pueblo, que supo reconocerle el talento en el tramo final.
Sin embargo, e genio fue siempre despreciado por su mal temperamento, por su parquedad, por la ira y los arranques de furia, a veces inexplicables.
Tuvo una personalidad difícil, y su vida amorosa no fue mejor:
Secretos, amoríos solapados, aventuras, y todo un desorden pasional que lo caracterizara; y todo eso lo plasma Immortal Beloved; que tiene una línea argumental y descriptiva, similar al filme “Citizen Kane” (1941), ya que también comienza con la muerte del protagonista, igual que en el clásico de Orson Wells, además de desentrañar un misterio a lo largo de ella, mediante recuerdos de conocidos que le sobrevivieron.
Por esto, y por el hecho de que no está muy bien ligada a la realidad en la vida de Beethoven, las opiniones se han visto muy divididas.
Muchos la toman como un intento de emular el éxito de la película “Amadeus” (1984), además de que algunos admiradores de Beethoven, se han visto ofendidos, y para otros, Immortal Beloved no es un trabajo que requiera mucha apreciación, si no se es admirador de la música romántica clásica, y del maestro compositor.
Eso sí, cabe señalar el segmento más memorable:
El estreno de La Novena Sinfonía, interpretado como la huida de un niño abusado por su padre, que sólo quiere ahogarse entre las estrellas; y es que es conmovedor, ver al músico dirigiendo su gran obra en un teatro colmado, de espaldas al público, ya completamente sordo, incapaz de poder oír la ejecución de una de las obras cumbres de la historia de la música, ni del aluvión de aplausos que recibe, de lo que puede recién percatarse, al volverse hacia ellos.
También es significativo, el descubrimiento de su sordera, mientras ejecuta “Für  Elise”
El rodaje de Immortal Beloved, tuvo lugar en las ciudades checas de Praga, en el castillo de Kroměříž Milotice, y Buchlovice; así como en el castillo Zentralfriedhof en Viena, Austria; entre el 23 de mayo, y el 29 de julio de 1994.
Mientras que la banda sonora utiliza instrumentos modernos, los pianos que aparecen en Immortal Beloved, en realidad, se remontan a la época de Beethoven.
Como dato curioso, el actor Gary Oldman, rechazó hacer el papel de Beethoven para Immortal Beloved, varias veces, antes de aceptar.
Con todo, el trabajo de Bernard Rose, es un trabajo bien hecho, ya que la fotografía y la dirección, son excepcionalmente bien logradas, sin embargo, Immortal Beloved no es un referente histórico, sino una adaptación libre de la vida del gran compositor.
De hecho, Rose afirmó, que había logrado identificar a la mujer destinataria de la carta, llamada Johanna Reiss (Johanna ter Steege), su cuñada.
Una reclamación que ningún erudito en Beethoven ha respaldado.
Por otra parte, Immortal Beloved también implica que Karl (Marco Hofschneider), el sobrino de Beethoven, era en realidad su hijo legítimo.
El biógrafo, Gail S. Altman, disputó la afirmación de Rose, en un libro dedicado específicamente, a la cuestión de la identidad de la mujer, y las relaciones de Beethoven en general.
Por otra parte, Immortal Beloved dista mucho de la realidad, he aquí algunas de las libertades al respecto:
Anton Felix Schindler (Jeroen Krabbé), fue despedido por Beethoven mucho antes de morir, aunque sí asistió al funeral, no fue él quien leyó el epitafio en su entierro; además, se le describe como una persona buena y compasiva, cuando en realidad, era una persona oportunista, quien se adjudicó mucho respecto al trabajo de Beethoven, además, actuaba de manera obsesiva y hostil con los conocidos de Beethoven, y destruyó muchos de los escritos que según él, perjudicarían la imagen del compositor, sin embargo, él fue el primer biógrafo reconocido de Beethoven, aunque su trabajo está lleno de pretensiones hacia él mismo.
Se dice que Beethoven, pudo haberse referido al hotel Karisbad en Viena, ya que una vez escribió sobre un lugar llamado simplemente “K”, sin embargo, Beethoven nunca visitó este hotel.
Giuletta Giucciardi (Valeria Golino), se retrata como una inocente burguesa, admiradora de Beethoven, a quien Ludwig pretendió desde el momento que la conoció, sin embargo, a Beethoven se le confió su educación musical, aun cuando ella no lo conocía muy bien, ni a su trabajo; pues ella tenía 16 años, y Beethoven alrededor de 30; lo que también hace inconsistente la edad de Giucciardi, quien es interpretada por Golino, de entonces 28 años.
La Sonata para piano Nº 14, en do sostenido menor “Quasi una fantasia”, Op. 27, Nº 2, llamada “Mondscheinsonate”, fue dedicada a Giucciardi, pero fue ella quien lo rechazó, por su posición social; y no por ser sordo, lo que llevo a Ludwig a una gran depresión.
Con respecto a las primas de Giucciardi, sus nombres Josephine (Geno Lechner) y Theresa (Alexandra Pigg), hacen referencia a las hermanas von Brunsvik, hijas de una patrona de Ludwig:
Anna von Brunsvik, de quienes también se le encargó su educación musical, al mismo tiempo que a su prima; así pues, ellas debieron ser adolescentes, y no adultas como en Immortal Beloved; pero Ludwig se fijó más en su prima Giuletta, se dice que pretendió a Theresa, sin embargo, también fue rechazado por la misma razón.
Beethoven, nunca tocó su Concierto para Piano Nº 5 en mi bemol mayor, Op. 73, conocido popularmente como “El Emperador”; ya que su sordera, no se lo permitió, pero se arriesgó a dirigir su Séptima Sinfonía, de lo que se dice, no le fue tan mal.
Anna-Marie Erdödy (Isabella Rossellini), tiene mucho protagonismo en Immortal Beloved, sin embargo, se sabe muy poco respecto a ella; pero se sabe que fue patrona de Beethoven, a quien contrató para entretener a sus invitados, y a quien conoció por medio de su fama, pero no vivieron juntos, y probablemente, nunca se relacionaron amorosamente.
Beethoven, al igual que toda Viena, sufrió los ataques con cañones de Napoleón en la ciudad, sin embargo, el hecho de cambiar la dedicatoria a La Sinfonía Nº 3 en mi bemol mayor, Op. 55, conocida como “Eroica”, ocurrió varios años antes.
En Immortal Beloved, se dice que Beethoven obsequia la composición “Für Elise” a su sobrino Karl de niño, pero en realidad, fue una dedicatoria para Theresa, otra amada de Beethoven, al encontrar la partitura, ésta estaba ilegible, concluyendo que fuera “Elise”
Se dice que “Elise”, era una niña, hija de un amigo de Beethoven, quien se sabía algunas piezas de sus sonatas; sin embargo, no existe ningún documento que acredite la existencia de ésta niña.
Karl menciona a Schindler, el tema del 4º movimiento de La Sinfonía Nº 9 en re menor, Op. 125, conocida como “Coral”; pero cuando Karl trató de suicidarse, Beethoven ya había estrenado La 9ª mucho antes de que Karl llegara a este punto extremo de depresión.
Cuando Schindler describe el momento en que conoce a Beethoven, éste se ve representado como en el retrato de Joseph Karl Stieler, pero habla sobre el estreno de la sonata “Kreutzer”, en ésta escena, Beethoven tenía 50 años; además en la escena, hace deducir que fueron Ignaz Schuppanzig, y George Bridgetower, quienes la estrenaron, y la estaban ensayando; la verdad es que Beethoven tenía 31 años, y fue el mismo Ludwig, que aún podía escuchar, quien la estrenó junto a Bridgetower, además, no hubo tiempo de ensayarla, lo que puso en alto el virtuosismo de Bridgetower.
También se menciona, que Bridgetower era de África, cuando en realidad era polaco, a pesar de ser mulato.
Y a Schindler, Beethoven lo conoció mucho después.
Se dice que de niño, Beethoven decepcionó a un público, al romper las cuerdas de un clavecín…
Esto nunca ocurrió, ya que el pequeño Beethoven, siempre salió adelante en sus presentaciones, sin embargo, ni así se salvó del abuso de su padre, quien lo golpeaba arbitrariamente.
Se describe como si poco después del estreno de La 9ª Sinfonía, Beethoven hubiese caído en cama, y muerto… sin embargo, pasarían 3 años para que esto sucediera.
No fue Schuppanzig, quien volteó la mirada del ensordecido Beethoven, para recibir una ovación luego de subir al estrado, en el estreno de La 9ª Sinfonía, sino una de las sopranos del coro, Caroline Unger.
Ludwig, no murió solo en un cuarto oscuro, como lo representan al principio, estaba acompañado, al momento de su deceso.
Quizás, el mayor error fue, el suponer que Ludwig estaba enamorado de su cuñada Johanna, ya que siempre la consideró enemiga, además de llamarla “La Reina de La Noche”, personaje malvado de la obra “Die Zauberflöte” de Mozart; o “Frau B” o “Señora Beethoven”, debido a la fama que la precedía, ya que al parecer, tenía una vida sexual muy activa, al momento de juntarse con su hermano Kaspar (Christopher Fulfold)
Esta teoría se crea, debido a la misma Johanna, quien cansada de los ataques de Ludwig, comentó que éste, tal vez la amaba, a lo que Ludwig respondió duramente en contra, además de que los 3 hermanos van Beethoven, nacieron con cierta incapacidad genética para tener hijos, por lo que es prácticamente seguro, que su sobrino Karl, fuese producto de otro amorío de Johanna, pues aunque no se conserva ninguna imagen de Kaspar Karl van Beethoven, se dice que no se parecía a su hijo.
Así mismo, en una escena, los 3 hermanos están hablando de Johanna, mientras la espían, y los 3 son adultos, sin embargo, difícilmente Ludwig habría hecho algo así, y los hermanos no solían estar juntos, debido a que no congeniaban entre sí, por el mal carácter de Ludwig.
Finalmente, para la banda sonora, al igual que en “Amadeus” (1984), no se reparó en gastos, para contratar a los intérpretes entre los mejores beethovenianos de aquel momento, entre ellos:
The London Symphony, dirigida por Sir Georg Solti, en las obras orquestales; y Murray Perahia en el piano.
Incluso, podemos escucharles en obras que no tienen grabadas aparte, pues que sepamos Solti no llegó a grabar El Concierto para violín; ni Perahia tiene un “Für Elise”, esta última pieza, es seguramente lo más interesante del disco, al ser la única completa.
“What yearning with tears for you, you, you my life, my everything, farewell, oh continue to love me, never misjudge the most faithful heart of your Beloved”
Tras la muerte de Beethoven, en 1827, se encontraron entre sus papeles, 3 cartas de amor, escritas un mismo día:
Por la mañana, por la tarde, y por la noche; a una mujer de la que no se indicaba su nombre, y a la que el compositor se dirigía como “Mi Amada Inmortal”
La primera carta comenzaba con las palabras:
“Mi ángel, mi todo, mi yo:
Sólo unas pocas palabras escritas a lápiz...”
La famosa carta, llamada en alemán “Unsterbliche Geliebte” a “la amada inmortal” fue encontrada, junto con El Testamento de Heiligenstadt.
La carta, permaneció en manos de Anton Felix Schindler, uno de los primeros biógrafos de Beethoven, a quien conoció personalmente; hasta su muerte.
Posteriormente, se dio a su hermana, y fue vendido por ella, en 1880, a La Biblioteca del Estado de Berlín, donde se encuentra hoy en día.
La carta, está fechada, simplemente, el lunes 6 de julio, sin que figure el año, el lugar, ni la destinataria.
Esto ha dado lugar, a una abundante especulación sobre quién sería “La Amada Inmortal”
En 1795, 1801, 1807, 1812, y 1818, el 6 de julio fue lunes, durante la época de la residencia de Beethoven en Viena.
Generalmente se acepta, que habría sido escrita en 1812, puesto que el compositor, se encontraba en el balneario de Teplitz, donde se encontró con Goethe.
La carta, está escrita en 4 hojas, de 20 x 23,8 cm., por ambos lados, y también por ambos lados, una hoja de 20 x 12cm.
Fueron escritas a lápiz, y el análisis ha revelado correcciones posteriores, con la intención de hacerla más legible para la publicación.
Las paginas, fueron numeradas por el mismo Anton Felix Schindler, que igualmente hizo un intento de tachar las palabras:
“Oh, geh mit, geh mit”, literalmente:
“Oh, ven con…”, queriendo decir:
“Ven conmigo”, o “ven junto a mi”
Además, 2 estampillas pueden verse en la parte superior de las páginas 1 y 5, que son las marcas de La Biblioteca de Berlín.
Pero parece que la carta nunca fue enviada, aunque también podría tratarse de una copia…
Mucho más problemático, es identificar a la destinataria de tal mensaje, pues la vida privada de Beethoven es un misterio, casi tan impenetrable, como la de William Shakespeare.
Se cree que la carta, iba dirigida a Johanna Antonie Josefa Edle von Birkenstock, conocida como Antonie Brentano, esposa y madre de 4 hijos; a quien Beethoven le dedicó varias de sus obras.
Debido a su sentido ético, y su miedo al matrimonio, Beethoven abandonó esta relación, a pesar de los conflictos emocionales que le causó.
Las otras candidatas son:
Theresa von Brunswick (1775–1861)
Jozefina Brunsvik de Korompa (1779–1821), generalmente se considera que es la destinataria más probable de La Carta Misteriosa, Amada Inmortal”
La Condesa Anna-Marie Erdödy née Nicky (1779–1837)
La cantante Amalie Sebald.
Y Giulietta Guicciardi (1782-1856), a quien Beethoven dedica La Sonata para Piano Nº 14 en do sostenido menor “Quasi una fantasia”, Op. 27, Nº 2, conocida como “Claro de Luna”
Pero las candidatas más citadas, son 3 jóvenes aristócratas de una misma familia:
Giulietta Guicciardi, y sus primas, las hermanas Josephine y Therese von Brunswick.
De las 3 estuvo enamorado sucesivamente Beethoven, aunque se discute si ese amor se quedó o no, en lo “puramente platónico”, debido a que el status social de un músico, no era en aquella época, tan elevado como para aspirar a la mano de una aristócrata.
Se ha llegado a apuntar, que Beethoven era en la realidad, bastante misógino, y que la mujer de la que estaba enamorado, era un ideal que sólo existía en su mente, de ahí que cortejara a damas, que sabía de antemano, le iban a rechazar.

“Forever thine.
Forever mine.
Forever us”



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