La Migliore Offerta

“Emotions are like work of art.
They can be forged they seem just like the original but they are forgery”

Rafael, Tizziano, Rembrandt, Rubens, Rossetti,  Modigliani… un hombre y sus pinceles.
El artista, su habilidad, su gracia, su genio.
¿Y la mujer?
Si el hombre es artista, la mujer es propiamente arte, esencialmente arte, arte en todos los sentidos.
Del hombre conocemos su nombre y sus manos; de la mujer, su rostro y su alma.
En el hombre está la obsesión; en la mujer, lo deseado; sin ella, el hombre, simplemente, no es.
Necesita su compañía, contemplar su belleza, sentir el arte que desprende su mirada.
Si no está, se desmorona; porque el hombre no puede vivir sin el arte.
Muchos discutirán el papel de la mujer en el arte; pero solo hay que mirar con un poco de atención, para percatarse de que, aunque económica y socialmente no haya podido vivir de dicha actividad, el arte se ha alimentado física y espiritualmente de su persona.
En sus curvas encontraron los artistas su camino, el color se recreó en la blancura de su piel, sus cabellos inspiraron los soplidos del viento, y su mirada, como su sonrisa, hipnotizó al mundo.
Hay excepciones, cierto es:
Los griegos tenían el ideal en el cuerpo masculino, pero el amor y la belleza estaban encarnados en Afrodita; también Miguel Ángel prefería las formas masculinas y su “terribilità”, sin embargo esculpió en su “Pietà” una de las vírgenes más bellas.
Y es que la excepción, siempre confirma la regla.
Pero esta obsesión, no es propiedad exclusiva del artista, sino de todo aquel que ha sido dotado con un poco de sensibilidad.
Y si a esa sensibilidad se le suman el ansia, la manía, la competitividad, la introspección, la posesión, y el deseo propio del coleccionista, se convierte en un laberinto sin salida.
“There's something authentic in every forgery”
La Migliore Offerta es una película italiana de suspense, escrita y dirigida por Giuseppe Tornatore, en el año 2013.
Protagonizada por Geoffrey Rush, Jim Sturgess, Sylvia Hoeks, Donald Sutherland, Philip Jackson, Dermot Crowley, Liya Kebede, Kiruna Stamell, entre otros.
La Migliore Offerta es un film de autor, para diletantes del Séptimo Arte; pues Tornatore utiliza el arte como excusa, para hablar de la condición humana, dejándonos la voluntad de confrontar la conciencia, y la toma de decisiones de un individuo con su comunidad.
Por ello, La Migliore Offerta nos habla de la soledad, de la búsqueda constante de la belleza, de las fobias, y las obsesiones, de la falsificación en el arte y en el amor, y de cómo la felicidad efímera, puede cambiar nuestra manera de afrontar la vida.
El proceso de rodaje, comenzó en Trieste, Friuli-Venezia Giulia, Trieste, Bolzano, Parma, Milán, Roma, Viena, y Praga.
La villa Colloredo Mels Mainardi, residencia donde ocurre la mayor parte de la trama, está situada en Gorizzo di Camino al Tagliamento, pequeña localidad en la provincia de Udine.
La Migliore Offerta sigue a Virgil Oldman (Geoffrey Rush), un hombre solitario y excéntrico, experto en arte, y famoso agente de subastas, que goza de gran prestigio en su profesión.
Su vida transcurre al margen de cualquier sentimiento o emoción, hasta que conoce a una hermosa y misteriosa joven llamada Claire Ibbetson (Sylvia Hoeks), que le encarga tasar y vender las obras de arte heredadas de sus padres.
Sin embargo, la joven sufre de agorafobia, por lo que no sale nunca de su domicilio, y no quiere ser vista por los demás.
A partir de entonces, ocurren una serie de hechos que influirán enormemente, en la hasta entonces, ordenada vida de Virgil Oldman, y acabarán en una inusual historia de amor con un sorprendente desenlace.
Hay 2 temas principales en La Migliore Offerta a tomar en cuenta:
La falsificación:
El autómata como imitación de una persona, los cuadros falsificados, la falsificación de los sentimientos...
Se reflexiona sobre la difusa y frágil línea que separa lo auténtico de lo falso, y como tiene que ver con nuestra necesidad de creer, o de engañarnos.
Y el aislamiento a través del arte, protegiéndose en un mundo idealizado, el miedo a los demás, y el amor como esperanza… falsa.
La Migliore Offerta es un artefacto de relojería, nunca mejor dicho, puramente ficticio, etéreo, sin anclaje en la realidad, juego de espejos, trampantojo y, en definitiva, el gozo de contar, el placer de construir historias como si fueran puzles maravillosos, mecanismos vacíos, pero muy significativos y poderosos.
¿Se puede distinguir, lo falso de lo verdadero?
Por muy experto que uno sea en obras de arte, no es posible tasar de un vistazo, la autenticidad de las personas.
¿Quién miente?
¿Quién engaña?
¿Quién se ha dejado engañar?
¿Es realmente la chica de fiar?
¿Y el amigo?
La Migliore Offerta, es una obra más que interesante, sobre lo que significa la autenticidad y la falsedad.
La falsedad suele ser tan auténtica, como el arte de fingir; pero no quiero hablar aquí de lo que significa la falsedad; hablemos de lo que implica la construcción de un gran relato fílmico como este.
“Like taking part in an auction sale.
You never know if yours will be the best offer”
La Migliore Offerta es una película inteligente; pues dosifica perfectamente el suspense, incluso en los momentos en que aparentemente no está presente, como la imagen de una enana, que cuantifica todo lo que ve, es perturbadora.
La curiosidad del espectador por el aspecto de Claire, llega a ser morboso, y el final en el que todos los elementos, hasta los que parecían más baladíes, encajan en la gran falsificación, es demoledor; por tanto, La Migliore Offerta es una película antipática; hasta la mitad es una historia de amor salpicada de suspense.
La historia de amor entre el viejo y la joven heredera, es de una ternura y una lucidez estremecedora.
A partir de un punto determinado, todo se vuelve oscuro...
La Migliore Offerta es de esas películas, en las que al final, nada es como parecía:
Tienes que hacer el ejercicio de separar lo que era verdad, de lo que era mentira.
La represión sexual y el miedo a ser rechazado, son los elementos clave en los que se fomenta Tornatore, para idear a su personaje, Virgil.
Tornatore trabaja minuciosamente en la psicología de Virgil:
Él es un hombre solitario y excéntrico; incapaz de mutarse sentimentalmente; pero con una virtud que lo hace bien humano:
La curiosidad, la duda, la exploración de la naturaleza de las cosas.
En realidad estamos ante una persona que ha sufrido en su juventud, sus años de orfanato, y que ha crecido con ansias de auto protección /superación.
Hasta el último instante, no sabemos a ciencia cierta, si el personaje es un héroe o un villano.
Si el mensaje es, esperanzador, o no.
Virgil Oldman, un apellido que no es casual, es un hombre respetado por su trabajo:
Ante el público, en las subastas, se muestra como un hombre afable, que incluso es capaz de hacer alguna broma.
Pero en su vida privada, nuestro protagonista vive cautivo de sus propias manías:
Siempre con guantes, ejecutando sus tareas, siguiendo el mismo orden, para dejar atrás, posibles consecuencias de sus más absurdas supersticiones, y evitando a toda costa el contacto visual con mujeres.
Y es que Virgil esconde un gran secreto:
Se enamora fácilmente; tiene fantasías con todo tipo de mujer.
Fantasías que únicamente puede canalizar, debido a sus profundas inseguridades, a través de su imaginación, sentado en el cuarto repleto de retratos femeninos, pertenecientes a varias épocas.
Un cuarto en el que se esconde, tras la pesada puerta blindada, para sentirse seguro, al igual que hace su misteriosa clienta.
Y es que son obras de arte que ha conseguido estafando a sus clientes, amparándose en la confianza que le tienen en el mundillo.
Virgil, aunque no nos encaje, roba, pero no para enriquecerse sino para saciar sus más oscuros deseos… o represiones.
Las canas del personaje principal, también son el símbolo del paso del tiempo, y la aceptación de nosotros mismos.
Dejándose de teñir, Virgil acepta su destino, su enamoramiento, y descontrol en la vida.
El paso del tiempo como aliado, para redimirse también, estará implícito en este sencillo acto.
Los escenarios seleccionados, representan perfectamente, la dualidad de Virgil:
Desde su propia casa, impoluta y milimetrada, con ese armario de guantes separados entre ellos a una misma distancia, no dejan lugar a dudas, que estamos ante un hombre calculador; que ya empieza a mostrar, sin embargo, una mezcla de estilos, como el reflejo de las dudas, y el sufrimiento interno del propio Virgil; hasta la iluminación de la caótica villa, perteneciente a la cliente, que se nos antoja, inicialmente, como la perfecta casa encantada del “cuento de hadas”, que estamos viviendo junto a Virgil; avanzamos visualmente, hasta el temido desenlace…
Sobre el autómata; desde la reconstrucción desde cero, a partir de las desperdigadas piezas, hasta su aparición final; es el símbolo que representa la evolución en el tiempo, del carácter y sentimientos de Virgil.
Él no es un hombre de nuevas tecnologías, y se ha “creado así mismo” en base a unos parámetros, absolutamente estudiados y milimetrados, para preservar su intimidad.
En realidad, hasta el momento, ha respondido como un “autómata” a los estímulos externos, contrariándose cuando no tiene controlada la acción, un claro ejemplo, lo encontramos en la escena inicial en el restaurante, el día de su cumpleaños…
Y Tornatore, vuelve así, a otra de sus constantes:
La debilidad que supone para alguien talentoso, mostrar sus sentimientos.
El amor es, a la vez, la fuente de la mayor alegría, y seguramente, la llave a la perdición, hasta el punto de mutilar para siempre a alguien con un don especial.
Con la aparición del ingeniero/relojero, llamado Robert (Jim Sturgess), puede interpretarse también, como “el alter ego” del protagonista:
Es joven, y con éxito con las mujeres, sus consejos sobre cómo actuar en cada momento de la incipiente relación con la cliente, no son más que los pasos que él mismo sabe, tiene que realizar.
Finalmente, la presencia de la inteligente enana, y la información que le dará a Virgil, una mujer que conecta doblemente con el autómata, no sólo por pensar que, tras el invento, se escondía una persona que hablaba, sino también por su peculiar don, digno de un controlador tan autista, como nuestro protagonista; también serán claves para que Virgil abra los ojos a una verdad que, aunque no lo crea, le beneficia.
Y la resolución nos dice que, hay que ser muy cabrón, para jugar con los sentimientos del público de esta manera:
Hubo una estafa, hubo un robo.
Claire no actúa sola, actuaba con Billy Whistler (Donald Sutherland), y con Robert.
Billy sabía lo de los cuadros que atesoraba Virgil; y Virgil “los robó” con la ayuda de Billy.
Recordar que Billy le dice, que le enviará uno de sus cuadros, y le envía el cuadro de la supuesta madre de Claire, la bailarina, y firmado/dedicado; más el autómata, con la grabación que le hizo Robert.
La enana, se benefició de la tecnología de Robert con el ascensor, a cambio de información de lo que sucedía en la casa, su casa...
El motivo:
Billy es el “pintor, y socio fiel, nunca valorado” que ejecuta su venganza, pocos meses antes de la jubilación de Virgil, robándole no solo su colección, sino también su vida, su ilusión, y sus emociones.
Claire y Robert, probablemente novios, aunque no se explica cómo conocen a Billy, son los cebos protagonistas.
Con Claire, intuimos que es bailarina, por su delgadez, movimientos, y por el cuadro que de ella ha pintado el propio Billy…
Robert es un virtuoso de la maquinaria y de la ingeniería mecánica.
De hecho Billy, que ha pintado a Claire en un cuadro, se lo regala a Virgil, una vez que le ha destrozado la vida y el corazón.
La bailarina, es el retrato de su amada, que el propio Virgil se negaba a colocar en su atesorado “salón de mujeres” pues no lo consideraba como apreciado, hasta el final; y con la demostración de Billy, de que él sí era un buen pintor.
Sobre las conversaciones telefónicas de Claire con “El Director” es con Billy, donde le reporta el estado de la relación con la víctima, Virgil, en lenguaje-clave.
El momento de Praga al final:
Virgil viaja solo a Praga, porque Claire le ha hablado con pasión, de cierto bar donde fue feliz con un hombre mayor, probablemente con Billy; y allí es donde también nos hace pensar que Robert era su verdadero novio y amante; ya que el bar ha sido decorado con mecanismos de ingeniería, por lo que recuerda con añoranza y desazón, por el engaño, sus propias escenas de pasión con Claire.
Sobre la fobia de la Claire; el objetivo de Billy era conseguir meterla en la casa de Virgil, y acceder a la cámara de seguridad, donde están las obras.
Por lo que Claire y Fred (Philip Jackson), el mayordomo, son simples actores que utilizan diferentes argucias, para ir encauzando a Virgil.
Recordemos la posibilidad de que el mayordomo metiera el localizador de Robert en el coche, o incluso, de llevarlo al sótano, para encontrar a una desolada Claire, que generará el pretexto para acostarse con ella...
La paliza que recibe Virgil pudo ser pagada dentro del plan de Billy, para que ella salga de casa, afronte su fobia por un evento de gran fuerza, y pueda llegar a la cámara de los cuadros.
Y el final es sencillo y devastador:
Virgil no pierde el norte, aunque lo parezca, sólo está reflexionando; y se va a la cafetería “Night and Day” aunque eso es solo un “flashback”, un recuerdo de lo último que hizo, antes de ingresar en el geriátrico; recordemos que él es una persona mayor, y que Claire le hizo ver precisamente eso…
Sobre la estafa:
Virgil no puede denunciarla en la policía, porque toda la colección que le han robado, él mismo la robó en su día.
Virgil tiene todos esos cuadros, gracias al fraude que él mismo cometía en sus subastas, junto con Billy…
No puede denunciar el robo de unos cuadros que “no puede tener”
Todo en La Migliore Offerta, es mentira.
La enana, siempre fue la verdadera y única mujer llamada Claire, y ella es la dueña de la casa.
Ahí es cuando te das cuenta, que la otra, ni era la dueña, ni estaba enferma, ni se llamaba Claire...
Sobre el Café:
La falsa Claire dijo que “su momento más feliz, era en el “Night and Day”
Cuando Virgil va allí, le pregunta un camarero, que sí está solo; y le dice que no; entonces, le preparan la mesa para 2...
Puede ser que represente, que va allí, por si se la encuentra...
¿Dónde termina Virgil?
Virgil termina en un geriátrico, que no es un psiquiátrico…
Puede parecer un psiquiátrico por la depresión en la cara de Virgil, pero si se fijan en las enfermeras, y los otros pacientes, no hay ningún signo de locura, en nadie, es simplemente, desolación y tristeza.
Además, Virgil tiene un andador en la escena del jardín…
Es un geriátrico de mucho dinero, de hecho, a juzgar por las instalaciones.
Como dato, el aparato dando vueltas, se utiliza para rehabilitación de huesos y articulaciones, sobre todo, en lesiones en la espalda, es una máquina muy cara para rehabilitación.
Lo malo de La Migliore Offerta, es solo el final, desolador, a mi modo de ver, el director hace que nos vayamos enamorando de un personaje tan áspero como Virgil, para destrozarlo en último momento, con una estafa bien montada.
El espectador se queda estupefacto, con un castigo final excesivo para un protagonista no tan malo.
Y lo confieso, me dio pena que Virgil y la falsa Claire no quedaran juntos; y prefiero pensar que hay una posibilidad, de que ella se arrepienta, y se aparezca en Praga… aunque no sea así.
Esa escena final me parece magistral:
Virgil está en el lugar, y tiene todo el tiempo alrededor.
Antes de regresar al geriátrico, le da esa oportunidad que no llega, como el tiempo o el reloj; quizás como las piezas sueltas de un engranaje que no quieren decir otra cosa que, el tiempo, es el enemigo al que hay que vencer, que cuando queremos tener el triunfo en la mano, él se encarga, con su insultante “tic-tac”, de recordarnos de que ya no queda más para seguir viviendo, que el uso de la imaginación, que la quimera del deseo, que la soledad, cada vez se hace más profunda, más insistente, y más imbatible.
Y esa es la auténtica firma de una vida, que jamás quiso ser una obra de arte.
Por otro lado, siendo muy crápula, lo que le ocurre a Virgil no es tan dramático, porque en realidad, sólo le roban su colección de cuadros, pero él no tenía pensado venderla, así que no necesitaba el dinero…
También, Virgil se queda con el autómata, cuyo precio era incalculable, probablemente mayor que toda su colección privada.
Es precisamente el autómata, el que le da un poco de justicia al final, porque Robert le pregunta:
¿Con qué se quedaría, si tuviera que elegir entre Claire, y el autómata?
A pesar de que Virgil no responde explícitamente a esa pregunta, nunca le dijo a la falsa Claire, que estaba “robando” las piezas de la villa, y después de esa pregunta, siguió intentando reconstruirlo…
Robert también lo entendió así, porque de hecho, le deja el autómata.
Por tanto, aunque Virgil pierde su colección privada, a la que tenía vetado el acceso a los cuadros de “su amigo” Billy, por considerarlos mediocres, lo que él realmente lamenta, es la pérdida de Claire, lo cual, como hemos dicho antes, eligió en algún momento de La Migliore Offerta, al quedarse con el autómata; no obstante, Billy le regala el cuadro pintado de “Claire”
Además, con todo lo sucedido, Virgil se curó, como él mismo le reconoce a Claire, ya que su colección privada, era la expresión de su incapacidad de mirar o tocar a mujeres.
Su decisión de no denunciar el fraude a la policía, era su propia manera de aceptar la pérdida de los cuadros, pero el hecho de irse a Praga, demuestra que su pérdida, era sentimental.
Hay que volver a mirar La Migliore Offerta, para ver si el engaño estuvo bien realizado, o fuimos al igual que el protagonista, unos ilusos, que nos dejamos manipular por medio de nuestra buena voluntad, y del tonto corazón, que se dejó llevar, hasta ofrecer en plenitud, toda su confianza, a una joven y bella mujer, cuan bella pieza pictórica como las acumuladas por el subastador más sibarita.
Concluyo diciendo que, nadie en La Migliore Offerta, es víctima, y todos, de alguna manera, son crueles y culpables.
Así pues, La Migliore Offerta es pletórica de decorados “sembrados” de pinturas y esculturas del mejor cuño, muebles firmados por el único Giorgio Armani; con una fotografía relevante, y un montaje sin fisuras, que nos pone de cara a un “nuevo Renacimiento”, un romanticismo sin fin.
En una atmósfera propiciatoria como obsesiva.
Siempre hay una cantidad indecente de arte en las películas de Tornatore.
En esta ocasión, le toca el turno a los cuadros, y al turbio negocio de las subastas de arte.
En La Migliore Offerta, se citan numerosas obras de arte:
El retrato que Oldman encuentra, y hace restaurar, es una copia del “Retrato de Muchacha” de Petrus Christus.
Entre las obras que analiza, está “El Nacimiento de Venus” de William-Adolphe Bouguereau.
Los retratos femeninos de su colección, datan desde el siglo XV, al XX.
Algunos de ellos, son obras célebres, mientras que otras, son versiones menos famosas, acaso espejadas, o recortadas.
Se reconocen:
“La Fornarina y La Muta” de Rafael, algunas obras de Tiziano como:
“Violante”, “La Bella” y un fragmento del “Retrato de Eleonora Gonzaga Della Rovere”
Algunas piezas de Agnolo Bronzino:
“Retrato de Eleonora de Toledo con su hijo Giovanni”, y “Retrato de Lucrezia Panciatichi”
Hay una de Lorenzo di Credi “La Dama dei Gelsomini”; otra de Boccaccio “Muchacha Gitana”; una de Bartolommeo Veneto “Retrato de Lucrezia Borgia”; una de Lorenzo Lotto “Retrato de Lucina Brembati”; una de Andrea del Sarto “Dama con Petrarchino”; un retrato de Bianca Cappello, una obra de Alberto Durero “Retrato de Elspeth Tucher”; una de Lucas Cranach, El Viejo, una versión de “Salomé”; una pintura de Sofonisba Anguissola “Retrato de Minerva Anguissola”; un autorretrato propio, y uno de su hermana Lucía; el autorretrato de Tintoretta; un Peter Paul Rubens; un Godfried Schalcken “Ragazza con La Candela”; 2 Guido Reni “Retrato de Beatrice Cenci” y “Retrato de la madre”; un Francisco Goya; un par de Rosalba Carriera “Autorretrato” y “Retrato de dama anciana”; uno de Rose-Adélaïde Ducreux “Autorretrato con arpa”; algunos de Ingres “Retrato de Delphine Ingres”, “Retrato de Madame Aymon”; un par de Dante Gabriel Rossetti “Joli Coeur”, “La joven de la ventana”; un Pierre-Auguste Renoir “Jeanne Samary con vestido escotado”, un par de Amedeo Modigliani; un Morgan Weistling, etc.
El autómata, lleva la firma de Jacques de Vaucanson, el célebre inventor del siglo XVIII, que asombraba a los franceses con sus creaciones.
En la escena en la que el protagonista Geoffrey Rush habla en un bar con una señora, al fondo aparece un póster de la banda de art rock:
Eterea Post Bong Band.
Así pues, el mensaje que se repite en La Migliore Offerta, es que al igual que en el arte, existen las falsas imitaciones:
En la vida hay personas falsas, con falsas emociones, pero estas son más difíciles de distinguir, salvo que estés acostumbrado a tratar con ellas.
La banda sonora, también es espectacular, y es una obra de arte, del maestro Ennio Morricone, que grabó las canciones de la banda sonora en Praga, con La Orquesta Sinfónica Nacional Checa.
“I didn't say it was ugly, I said it wasn't authentic”
La vida, es como una obra de arte.
Hay que participar en un proceso creativo, lleno de inspiración, para alcanzar la grandeza.
Tiene que ser un reflejo de lo que ocurre a nuestro alrededor.
No puede basarse en una mera actitud de observación, porque eso no se parece, ni siquiera, lejanamente al arte.
Eso podrá ser un signo ostentoso, arrogante, perfecto, y algo grotesco, de un estilo de vida que no es más que una pose.
El arte, sin duda, también sirve para eso, pero no se puede confundir el fin, con el medio.
Y, por supuesto, también es susceptible de soportar algunas falsificaciones, que solo podrán ser identificadas, usando algo que cada vez se halla más en desuso:
La inteligencia.

“Everything can be fake Virgil:
Joy, pain, hate, illness, recovery... even love”



Comentarios

  1. Gloria Jiménez Gordilo dijo en la página de FB de Lecturas Cinematográficas:
    "No escatimastes en ningún detalle!
    Ahora no sé qué me fascinó más; si la película o tu crítica.
    Debo decir que hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto de una trama que me mantuviera con los cinco sentidos a la expectativa y esperando más.
    Personalmente, las dos escenas que más me hicieron pensar y profundizar, fueron la del inicio y el final, muy significativas y bien desarrolladas, cero diálogo, pero que nos deshojan un sin fin de detalles.
    El miedo a ser rechazados, es un caleidoscopio de emociones personales para cada individuo."

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