Freaks

“One of us!”

Los monstruos existen, y son indistinguibles de cualquier otra persona.
“Antes de mostrarles esta atracción tan excepcional, hay que decir algunas palabras sobre algo tan sorprendente.
Lo crean o no, por extraño que parezca, en la antigüedad, todo lo que se desviara de lo normal, era considerado un presagio de mala suerte y signo de maldad.
Dioses de la desgracia y la adversidad eran invariablemente convertidos en monstruosidades, e injusticias e infortunios se atribuían a los tiranos deformes y lisiados de Europa y Asia.
Historia, religión, folclore y literatura abundan en los cuentos de canallas deformes que han cambiado el rumbo del mundo.
Goliat, Calibán, Frankenstein, Gloucester, Tom Thumb y el Emperador Guillermo son sólo algunos de los más famosos.
Un nacimiento anómalo era considerado una desgracia, y a los niños malformados los dejaban morir a su suerte.
Si, por ventura, uno de esos monstruos sobrevivía siempre era mirado con recelo.
La sociedad lo rehuía a causa de su deformidad, y su familia se avergonzaba de la maldición que caía sobre ellos.
A veces, uno de estos infortunados era llevado al tribunal para ser objeto de mofa y diversión de los nobles.
A otros les dejaban ganarse la vida mendigando, robando o penando.
Pues el amor a la belleza es un instinto arraigado que se remonta a los comienzos de la civilización.
La repulsión con que contemplamos las anomalías nos viene condicionada por nuestros antepasados.
La mayoría de los monstruos, están dotados de pensamientos y emociones normales.
Su destino es ciertamente desgarrador.
Se ven forzados a llevar una vida antinatural.
Por tanto, han construido entre ellos un código para protegerse de las bromas de la gente normal.
Sus normas se cumplen estrictamente.
El dolor de uno lo es de todos.
La alegría de uno lo es de todos.
La historia que van a ver está basada cómo ese código afectó sus vidas.
Nunca volverá a rodarse una historia semejante, pues la teratología elimina tales errores del mundo.
Con la humillación de las muchas injusticias que les han hecho, no tiene poder para controlar su destino, les presentamos esta sobrecogedora historia de lo anómalo y repudiado”
Pero es el progreso de otra fuerza la que ha cerrado las puertas a este género de entretenimiento, un nuevo mutante de la sociedad ha roto el cascarón:
“Lo políticamente correcto”
Situándonos en el contexto, durante la década de 1930 el cine norteamericano de terror se caracterizó por la aparición del personaje del “monstruo”, heredado en gran medida del cine alemán.
Después de la Primera Guerra Mundial la población alemana vivía sumida en una atmósfera oscura, pesimista, con numerosas inquietudes sociopolíticas, donde reaparecían una y otra vez los fantasmas de la guerra.
En ese contexto aparecieron figuras monstruosas como la del vampiro, el golem o el homúnculo, a la par que en Estados Unidos surgían figuras como El Fantasma de La Ópera, el Quasimodo o el Dr. Jekyll.
Tanto en un caso como otro, surgidas de la tradición literaria.
Hasta que en la década de 1930, la Universal lanzó las figuras de Drácula y Frankenstein, que precederían a las de La Momia y El Hombre Lobo.
En Estados Unidos, curiosamente, el término “freak” se empleaba para referirse a las personas que se distinguían por tener alguna malformación o anomalía física:
Mujeres Barbudas, hombres elefante o personas de estatura desmesuradamente alta o baja, y que eran exhibidas en los circos entre 1840, y la década de 1970.
Pero con el paso de los años, la palabra se usó para referirse también a las personas que se catalogaban de extravagantes, producto de tener por lo menos una obsesión extrema o extraña, con un tema en concreto; en el cual normalmente eran especialistas.
Los temas de interés clásicos de los “frikis” se caracterizan por no estar aún aceptados ni bien vistos por la sociedad, considerándose normalmente gustos infantiles, inmaduros e impropios de la edad del sujeto.
Estos temas están relacionados comúnmente con el desarrollo y manifestación de la imaginación, creatividad e inteligencia, y no tienen necesariamente relación con el nivel de desarrollo socio-emocional del individuo, dado que estas aficiones pueden vivirse de muy distinta manera y depende de cada cual.
Producto de un interés común que se presentaba entre un número de personas, muchos de los denominados “freaks” empezaron a reunirse en grupos específicos, a los que se refiere como grupos o tipos de “freak”
Debido a los medios de comunicación, el término “freak” se dio a conocer en otros idiomas y, con el paso de los años, la palabra “freak” evolucionó a “freaki”, “friki”, “frikie” o “frik”, en el idioma español.
El término “friki” no tiene una traducción específica en inglés debido a que es una fusión de varios conceptos anglosajones que hacen referencia a estereotipos, tales como “trekkie”, “geek”, “nerd”, “otaku”, “filipón”, etc.
Decía Jean-Luc Godard:
“Los verdaderos films de monstruos son aquellos que no producen miedo, sino que después de verlos ellos mismos nos hacen ser o sentirnos como monstruos”
“We accept you”
Freaks es una cinta estadounidense de 1932, dirigida por Tod Browning.
Protagonizada por Wallace Ford, Leila Hyams, Olga Baclanova, Roscoe Ates, Henry Victor, Harry Earles, Daisy Earles, Rose Dione, Daisy Hilton, Violet Hilton, Schlitze, Josephine Joseph, Johnny Eck, Frances O'Connor, Peter Robinson, Olga Roderick, Angelo Rossitto, entre otros.
El guión fue escrito por Willis Goldbeck, Leon Gordon y Al Boasberg.
Cuesta creer que Freaks sea una película de la “Metro”
La soberana de las “Majors”, con esa línea conservadora y amable dirigida a toda la familia, no era el vehículo más adecuado para dar lustre a una “rara avis” como “Freaks”
Por ello, Louis B. Mayer mandó, tras su estreno, retirar de todas las copias el logotipo de la MGM.
El filme maldito de la MGM, Freaks, es quizás el más prohibido de la historia del cine, ya que luego de su estreno se archivó y permaneció inédito por un cuarto de siglo.
Todo empezó en 1931 cuando el director había alcanzado un gran éxito con Drácula.
Decidió volver a la Metro Goldwyn Mayer, en donde su amigo Harry Earles, un enano alemán, le sugirió la idea de adaptar el cuento de Tod Robbins, “Spurs”, acerca de la venganza de un enano, artista de circo, hacia la trapecista que intentó quedarse con su dinero casándose con él.
Freaks fue un completo desastre de taquilla y público en su época.
En cierta medida supuso el inicio del declive de su director, Tod Browning, ya que Freaks horrorizó a los directivos de la Metro, a todos menos a Irving Thalberg que la defendió con pasión tratando de evitar males mayores a Browning.
La incomprensión hacia esta obra maestra vio su fin en los años 60, tras un pase especial que se llevó a cabo en el Festival de Cine de Venecia, evento que hizo redescubrir la excepcional película a toda una generación, ahora sí, preparada para entender y admirar toda su dimensión.
El gran problema con la crítica de la época es que no puso empeño en ver todo el filme, y evaluar la historia en sus propios términos; simplemente discriminaron a l Freaks desde el primer fotograma y por la cuestión estética de ver a los “anormales” en escena.
Porque, si uno se atiene al libreto, sólo el 5% final de Freaks entra dentro de lo que sería horror.
El resto es una crónica pintoresca sobre la vida entre bambalinas de un circo.
Así entonces, su amigo interpretó el papel de Hans, el enano, y Tod Browning amplió el número de intérpretes que desfilarían en la pantalla hasta que se convierten en los verdaderos protagonistas, simplemente mostrando en escenas cotidianas su forma de vivir.
Browning tendría que hacer frente a muchos problemas e inconvenientes para poder completar Freaks.
El reparto inicial formado por Victor McLaglen, Myrna Loy y Jean Harlow, declinaría aparecer en una película con tamaña colección de “fenómenos de feria”
El escritor F. Scott Fitzgerald, en nómina como guionista de MGM en aquella época, se negaría a comer delante de tan encantadoras e inofensivas, siempre que no hayas visto Freaks, criaturas.
A esta protesta se unirían otros ejecutivos de la compañía hasta conseguir que, salvo la pareja de enanos y las hermanas siamesas, todos los demás deformes, tullidos y minusválidos del rodaje de Freaks comieran fuera del comedor.
Además, los actores llamados “Freaks” querían cobrar como estrellas de Hollywood.
Durante muchos años, Freaks estuvo prohibida en el Reino Unido, y las reposiciones desde que al poco de estrenarse se pudieron ver fueron muy escasas incluso en los Estados Unidos.
Hoy, Freaks es un clásico de culto, pero en su tiempo fue considerada repugnante, y el público obligó a que fuera retirada de las pantallas.
Recién salidos del cine mudo, Freaks puede permitirse el lujo de ser vista sin volumen, tal es el nivel de expresividad de sus protagonistas y la capacidad descriptiva de la cámara de Tod Browning.
Freaks fue interpretada por personas con deformidades físicas reales, incluso con padecimientos mentales.
No se utilizaron efectos especiales de maquillaje, excepto en una breve escena al final de Freaks que se pude ver, retratando a la cruel Cleopatra (Olga Baclanova) como una atracción circense más, pero de alguna manera pagando el precio por sus maligno proceder.
Parece ser que el rodaje de Freaks hubo de llevarse a cabo prácticamente en secreto, tratando de evitar las acusaciones de explotación de desvalidos, seres deformes y minusválidos, que ya empezaban a circular por los estudios
Quizás el detalle que falle en Freaks sea el mismo desenlace.
Si en su alegoría sobre la discriminación, Browning se había esforzado en mostrar a los anormales como gente con mejores sentimientos que el resto de los humanos, en el clímax todo eso se va al tacho.
Freaks se ve excesiva en comparación al daño hecho, si al menos el enano Hans hubiera muerto, y sin dudas el final es impactante, pero lo que sigue parece un encastre forzado, intentando disfrazar la resolución como un “happy ending”, en realidad es una secuencia puesta con calzador por el estudio.
Entre las secuencias eliminadas, figura la castración de Hércules (Henry Victor), que tuvo una respuesta demasiado intensa y negativa.
También se añadió una secuencia a modo de epílogo, con la intención de proporcionar un final más feliz, que es la que inicia esta nota entre comillas.
Pero aún con ese detalle, Freaks es realmente excelente.
Quizás la historia no sea original, el casamiento por interés y la traición por dinero, pero el espectáculo es fascinante.
La vida de circo se ve creíble, con gente real que sufre y siente, más allá de si no tienen dos brazos, dos piernas, estatura normal o un cerebro estándar.
Lo que deslumbra es el hecho de que éstos son seres reales, no inventos del maquillaje hollywoodense, y que tienen valores de nobleza y honor superiores al resto de nosotros.
Ese es el punto de Browning:
Ver si los fenómenos somos realmente nosotros, aún cuando físicamente nos veamos normales.
En lo que respecta a otros recursos de Freaks, podríamos discutir el uso que se hace de la premonición.
Una forma de “flash forward” en la que se produce un amplio salto en el tiempo hacia adelante, para retroceder al principio de la narración hasta terminar en el punto inicial.
De esta manera se mantiene el interés morboso por ver lo que ha sido de la trapecista tras recibir su merecido castigo.
Es comprensible que Tod Browning escogiera evitar mostrar la agresión a través de una elipsis, algo que se puede justificar tanto por la violencia del acto, como por lo inapropiado de mostrar a unos seres que poco a poco han ido despertado la empatía del espectador, o incluso por la falta de justificación de algunas de las secuelas físicas que muestra la trapecista en esa imagen final.
En el epílogo añadido, Frieda (Daisy Earles), se apresura a señalar la distancia moral que comparten ella y su anteriormente prometido, que no participaron del escarnio e intentaron impedirlo, señalando que aunque hasta entre freaks hay diferencias morales.
Por cierto, que si a alguien considera que para estar prometidos, no llegan a mostrarse momentos románticos entre Frieda y Hans (Harry Earles), sepan que se debe a que en la vida real eran hermanos.
El tratamiento cinematográfico de la relación sexual entre la fascinante y altiva trapecista Cleopatra (Olga Baclanova) y el sensible enanito Hans (Harry Earles) podría insinuar un velado contacto íntimo entre ambos personajes, tema paradigmáticamente tabú y a todas luces impugnable por la censura estadounidense vigente en aquellos tiempos, además de provocar una incitación a la pedofilia.
Tan sólo mencionar aquí que todavía en 1963, en el Reino Unido, Freaks obtuvo la Clasificación X.
Esta versión cinematográfica de “Spurs” toma de su argumento original tan sólo la relación entre Hans y la trapecista, y se centra más en el ambiente que rodea a los personajes principales.
La historia de la caída y venganza del enano burlado está mezclada con la extraña vida de sus compañeros de circo hasta convertirse, su vida interior y sus relaciones con los demás, en el verdadero argumento de Freaks.
Es destacable la figura de grupo que intenta reflejar el director en las relaciones internas de los fenómenos de circo, que forma el verdadero trasfondo de Freaks:
Al principio explican que tienen un código que consiste en que, el dañar a uno dañará a todos los demás.
En la escena de la boda los fenómenos aceptan a la trapecista en su círculo interno:
Se convierte en “uno de los nuestros”
Cuando se dan cuenta del engaño hacia su compañero Hans, su venganza hará literal ese título.
Y esta parte es la única justificación de la calificación de Freaks como perteneciente al género de terror.
Curiosamente, el descubrimiento de una amplia galería de fenómenos de feria y su puesta en escena, no se realiza dentro del sucinto ámbito del documental científico o de corte social, sino en la total plenitud de cualquier film comercial de Hollywood, aspirante a competir en las taquillas con otros clásicos del género de terror fantástico.
Freaks denuncia la utilización de personas con malformaciones físicas en escenarios para regocijo del público.
Rechaza la utilización de personas con discapacidad como medio para suscitar burlas.
Muestra los sentimientos de frustración y dolor moral de los diferentes cuando son objeto de mofa y diversión.
Freaks pone en relación la singularidad de los diferentes con las monstruosidades morales de personas normales.
Ilustra la diversidad de las discapacidades físicas.
Recuerda que toda persona normal está sometida a riesgos de convertirse en discapacitada por enfermedad o accidente.
Freaks establece que la diferencia forma parte inseparable de la condición humana.
Explica cómo a lo largo de la historia han variado las pautas de tratamiento social de los diferentes.
Expone que no todas las personas normales discriminan a los diferentes y que éstos no siempre desarrollan conductas solidarias.
Respecto a la trama, Freaks se narra mediante un largo “flashback”
Freaks se abre con un largo prólogo, de seguro impuesto por el estudio, que nos informa acerca del mundo cerrado de los “fenómenos”:
“El sufrimiento de uno es el sufrimiento de todos, y la alegría de uno es la alegría de todos”
La acción tiene lugar en Francia y Londres, en 1930 y 1931, y se sitúa en un Cirque cuya troupe se encuentra mayoritariamente integrada por fenómenos:
Hans y Frieda, una parejita de enanos; Daisy y Violet, otra pareja, pero esta vez de dos hermanas siamesas unidas por la cadera; un hombre sin extremidades, otro sin nada debajo de su cintura, 3 muchachas con cabezas puntiagudas, etc.
También hay gente “normal”:
La trapecista Cleopatra, el forzudo Hércules, el payaso Phroso y la bailarina Venus.
La primera parte, nos muestra la cotidianidad de la gente del circo.
Nos presenta la historia central entre Hans y Cleopatra, y una serie de pequeñas historias como el amorío entre el payaso y otra chica, o la de las hermanas siamesas y sus pretendientes.
También podemos ver varias escenas, como por ejemplo la del paseo de los niños por el campo, que destilan una extraña poesía.
Un lirismo, que como en toda la película, reposa más en la esencia de lo narrado, en el contraste entre lo bello y lo monstruoso, que en la construcción plástica, excelente de todos modos, que propone Browning.
Por supuesto, no faltan los desplantes a los freaks, sugiriendo ya el enfrentamiento entre normalidad y anormalidad.
Freaks es un melodrama salpicado de comedia que sirve para colocar a todos en su lugar, no sólo se trata de humanizar a los freaks y realizar la acción opuesta con el resto de personajes, sino que dibuja claramente la dificultad de unir ambos universos, la escena de la boda es clave en este sentido.
En la segunda parte llega el terror, llega la tragedia vestida de pesadilla.
No se trata de un horror fantástico, sino que Browning lo extrae directamente de la realidad, sin ambages ni fantasías.
En Freaks no hay trucos de maquillaje ni efectos especiales, Browning nos muestra a los monstruos tal y como son.
El reparto te deja estupefacto y hace que te preguntes:
¿De dónde sacaría el director a semejante amalgama tan compleja y rica de personajes?
Carismáticos todos ellos hasta la saciedad, poner atención al simbolismo de los nombres:
Cleopatra (Olga Baclanova):
Es una mujer creída y arrogante.
No le importan los sentimientos de la gente; lo demuestra cuando hace rabiar de celos a Frieda, el juego con Hans y las burlas a los freaks.
Sólo le importa el dinero y está “enamorada” de Hércules.
Es cruel por el plan que traza de matar a Hans.
Y al tiempo que se cree más lista que los freaks, se cree superior, no se da cuenta que en realidad es inferior y más ingenua que ellos.
Es fría y pienso que se burla tanto de los freaks por el temor que les tiene.
No se imaginaba el final que le esperaba.
Hans (Harry Earles):
Al principio de la película se muestra como una persona fácil de engañar y muy enamoradizo, tanto que le ciega el amor.
Parece que no se da cuenta de que el amor de Cleo era pura conveniencia.
Es en su noche de bodas cuando comienza a sospechar algo, por las burlas de Cleo.
Pero cuando cae enfermo ya presenta dos caras porque ha descubierto todo.
Con Cleo sigue siendo como antes, pero cuando ella no está, junto a los freaks traman un plan de venganza.
Al final queda destrozado porque en verdad amaba a Cleo pero Frieda le ayuda a seguir adelante.
Hércules (Henry Victor):
Representa el tópico de hombre musculoso y fuerte con carácter fuerte, pasota y sin sentimientos.
Es una persona frívola y al igual que Cleo sólo le importa el dinero, no tiene en cuenta ni los sentimientos de los demás ni que tiene que hacer para conseguir lo que se propone.
Al final, la astucia de los freaks acaba con la fuerza, que tanto pensaba que le servía, de Hércules; muere en manos de estos.
Frieda (Daisy Earles):
Aunque no parezcan correctas sus reacciones ante todo lo que Hans le dice y hace, hay que tener en cuenta que ella está enamorada de él, y como es un amor bueno, desea que él sea feliz a costa de su infelicidad.
Está dispuesta a dar todo por él, por amor.
Es muy inteligente y sabe permanecer en sus cabales.
Utiliza un lenguaje y un trato correcto con cualquier persona, aunque ésta le ofenda.
Es un gran apoyo para Hans y lo demuestra desde principio a fin.
Venus (Leila Hyams):
Es una mujer inteligente y que no distingue entre las personas “normales” y los freaks, no le importa el físico.
Pero no pasa por su mejor momento, ya que rompe la relación amorosa con Hércules.
Pero la atracción hacia Phroso le ayuda a seguir adelante.
Es buena amiga, como demuestra con Frieda y buena persona.
Phroso (Wallace Ford):
Hace de payaso y además era una persona alegre.
Al igual que Venus, no hacía distinción entre las personas, y es muy cariñoso y atento con los freaks.
Es un gran apoyo para Venus, por el mal momento que estaba pasando.
En el fondo de la trama, la violencia que se ha ido generando en las sombras aflora de manera desbocada.
No es una violencia catártica pues al final los dos mundos permanecerán separados.
Es precisamente aquí donde la labor de Browning adquiere su mayor fuerza.
En la primera parte de Freaks, el director muestra con frialdad las vejaciones por las que pasan los freaks, estableciendo así con el espectador un cierto grado de sintonía e identificación.
En el desenlace, los freaks son filmados a su altura.
Viendo la escena del ataque de los freaks a Hércules y Cleopatra, casi podemos sentir el lodo por el que se deslizan, o mojarnos con la lluvia que les empapa.
La estrategia fílmica de Tod Browning deviene, de esta forma, en compromiso.
El solitario, el amante de lo oculto, y rechazado por muchos de sus compañeros, nos hace sentir por unos instantes parte integrante de ese mundo extraño.
Sin duda, fue esto lo que los coetáneos de Tod Browning no pudieron soportar.
El terror en el estado más puro, el miedo a lo desconocido, a dejar nuestras placenteras vidas para ser aquello que rechazamos.
Escenas:
Sus imágenes destilan magia visual, la narración es vigorosa, la acción respira una poética seductora, el relato es creativo, fascinante y conmovedor.
Presta especial atención a los sentimientos, y muestra cómo mueven a los personajes el deseo, la codicia, la ternura, la culpa, el remordimiento, la comprensión, el amor.
Freaks demuestra las funestas consecuencias de la discriminación, la crueldad y la venganza.
El relato es duro, amargo e inquietante.
Identifica al espectador con los diferentes, y le hace experimentar sus mismos sentimientos.
De cómo nos dejamos subyugar por la belleza física:
Hans se enamora perdidamente de Cleopatra, mujer hermosísima sin taras físicas.
Obsesionado por conseguir el amor de ésta, menospreciará el sentimiento sincero que hacia él tiene Frieda, otra “freak” como él.
De cómo rechazamos y repelemos aquello que es distinto:
La escena en la que los “freaks” se encuentran jugando en el bosque y el propietario de la parcela les increpa con total menosprecio es muy ilustrativa.
Sólo la ternura de Madame Tetrallini (Rose Dione) consigue ablandar el corazón de éste, sirviendo de contrapunto a la ignominia.
Ella les dice a los “freaks”:
“Qué vergüenza, os tengo dicho que no os asustéis, Dios nos quiere a todos”
De cómo disfrutamos infligiendo dolor a los que, por algún motivo, se hallan en desfavor:
El comportamiento gratuitamente cruel y humillante de Hércules y Cleopatra hacia los “freaks” es el paradigma.
De cómo la ambición por el dinero hace de nosotros verdaderos monstruos, esta vez, sin comillas:
Todo el plan urdido por Cleopatra y Hércules sólo persigue ese fin, quedarse con el dinero de Hans.
De cómo el corporativismo y la venganza nos son tan propios:
El espectador se identifica con los “freaks” y, en ese sentido, apoya la resolución del conflicto a partir de la más cruel de las venganzas.
Todos deseamos que, unidos, destrocen a los villanos, porque hemos sufrido como nuestras las vejaciones a Hans y a sus compañeros de circo.
Sin embargo, el castigo draconiano no es ético ni moral, por más que nuestros sentimientos heridos nos lo pidan.
De cómo hay gente buena en el mundo.
Y ahí es donde aparecen los personajes de Phroso y de Venus que, sin ser “freaks”, no menosprecian a aquéllos que son distintos.
Me resulta curioso que en vez de utilizar otra arma lo que hacen es convertir a la malvada trapecista en uno de ellos.
Y yo me pregunto:
¿Si a un enemigo mortal en vez de eliminarle lo convierten en uno de los suyos que quiere decir?
Lo redimen o qué...
Porque si lo redimen eso no es venganza, pero si lo hacen como venganza entonces, al identificarla con ellos, están aceptando su propia maldición y su perversión, ya que la condenan a ser igual que ellos.
Freaks podría tener varios significados en función de quién la vea:
Está catalogada como una película de Terror, sin embargo yo no estoy de acuerdo con ello.
El título español fue “La Parada de Los Monstruos”, y siempre dudé de quienes eran los monstruos a los que se refería el título.
Sin embargo, una mejor traducción de Freaks podría ser mejor:
“La Venganza de Los Monstruos” o “La Intolerancia de Los Monstruos”
Sin embargo, en Freaks hay otro discurso:
Aquel que dice:
“Dios cuida de todas sus criaturas”
Y que ellas se cuidan a sí mismas.
Y esto les da su grandeza aunque sean deformes.
Aunque tengan aspecto repulsivo, aunque sean tristes y estén perdidos.
Y también le da grandeza a quienes viven con ellos aceptándolos, cuidándolos, amándolos.
Respecto a los intérpretes:
Harry Earles y su hermana Daisy fueron los primeros miembros del reparto en ser elegidos, ya que Earles era buen amigo de Browning y la pareja resultaba perfecta para encarnar a Hans y Frieda.
En el plano médico, ellos no tienen ningún misterio, los enanos, ya que es una enfermedad más corriente.
Aunque físicamente no estén tan desarrollados para la edad que tienen, se les interrumpa el crecimiento, piensan como una persona adulta y normal, rompiendo el tópico de que como son físicamente pequeños, mentalmente, también lo son.
Para completar el resto, el director de reparto Ben Piazza pasó varias semanas en Nueva York, y en otras ciudades de la costa este, buscando talentos entre los fenómenos de feria, recopilando fotografías e incluso rodando pruebas de interpretación, que eran remitidas a Browning.
Finalmente, los escogidos fueron:
Los afectuosos e infantiles cabezas de alfiler: Schlitze, Elvira y Jenny Lee.
En inglés eran denominados “pinheads”
Su enfermedad consistía en el impedimento del crecimiento del cráneo lo que les provocaba retrasos mentales.
Elvira y Jenny Lee eran chicas, pero Schlitze no, aunque en Freaks se vistiera de mujer.
Las hermosas hermanas siamesas Daisy y Violet Milton.
Las siamesas habían nacido unidas por la cadera y que compartían un mismo sistema circulatorio.
Eso no les impedía tener relaciones sentimentales.
Algo interesante que sucede en Freaks es que las siamesas compartían las sensaciones, se las transmitían, ambas las sentían.
Johnny Eck, un muchacho atractivo e inteligente cuyo cuerpo desaparecía bajo la línea de la cintura.
Koo-Koo, una apacible mujer ciega de físico realmente curioso.
Sufría una malformación en los huesos, lo que le daba un aire por una malformación en la cara a un ave.
Pero aún así consigue bailar eufóricamente en la mesa del banquete de bodas.
Peter Robinson, el hombre esqueleto.
El Príncipe Randian, un auténtico torso humano capaz de apañárselas sin ninguna extremidad.
Era conocido como “La Oruga Humana”
Le faltaban las extremidades pero aún así era capaz de realizar muchas acciones, como encenderse un cigarrillo con sólo con su boca.
Su aparición es escasa, sólo se convierte en “personaje protagonista” en la escena del cigarro.
Josephine Joseph, hombre-mitad mujer.
Aunque en Freaks la tratan como un hermafrodita no queda bastante claro la veracidad de esto, ya que no hay muestras relevantes.
Las mujeres sin brazos (Frances O'Connor y Martha Morris) aprendieron a valerse con los pies, con los que podía comer, beber…
Al igual que todos los freaks aparecen en pocas escenas.
Johnny Eck, el hombre sin piernas, había nacido sin piernas, lo que provocó que tuviera una gran agilidad y era muy hábil con sus manos.
Olga Roderick, la mujer barbuda, etc.
Además, en la escena final de la venganza vemos freaks que no nos habían sido mostrados con anterioridad.
El reparto se ajustaba al de una pequeña producción.
Wallace Ford, Leila Hyams y Henry Victor no eran estrellas.
Olga Baclanova, que estaba en la recta final de su carrera al no haberse adecuado al cine sonoro, logró su trabajo más recordado en Freaks, contribuyendo con su acento ruso a la variedad lingüística, y a la universalidad social del mundo del circo.
Rose Dione (Madame Tetrallini) tiene un fuerte acento francés, Hans, Frieda y Hércules hablan con clarísimo acento alemán, y el resto de los personajes emplea diversos acentos y entonaciones del inglés.
Los “monstruos” y sus patologías:
Repasemos ahora desde el punto de vista médico los supuestos casos clínicos que Browning nos presentó en su controvertida película.
Los enanos:
El personaje de Hans, verdadero protagonista de Freaks, es interpretado por Harry Earles, su verdadero nombre era Kurt Schneider (1902-1985)
Junto a él, la encantadora Frieda encarnada por Daisy Earles, actriz afamadamente conocida también como “la Mae West enana”
Con frecuencia, ambos eran confundidos como pareja matrimonial; en realidad, se trataba de dos hermanos pertenecientes a una familia de enanos alemanes, tenían otras dos hermanas con la misma patología llamadas Grace y Tiny, emigrados a los EEUU durante la Primera Guerra Mundial.
Los cuatro actuaron juntos en repetidas ocasiones bajo el nombre artístico de “Los Muñecos Bailarines” y “La familia de los muñecos”
Todos ellos padecían el mismo trastorno, conocido como enanismo hipofisario, cuya causa radica en una deficiencia, completa o parcial, de la hormona del crecimiento humano (GH)
Desde el punto de vista fisiopatológico, este problema puede deberse a un trastorno hipotalámico, ausencia del factor de hormona liberadora del crecimiento, o a una mutación genética de la propia GH en la hipófisis.
El resultado son individuos de talla baja, de aspecto infantil, con cabeza, tronco y extremidades pequeños pero armónicos.
Este cuadro también puede ser debido a una resistencia o insensibilidad a la GH.
Estas características los diferencian de los enanos acondroplásicos, cuyo enanismo afecta principalmente al crecimiento de las extremidades.
El enanismo acondroplásico es el tipo más frecuente, manifestándose de manera incuestionable ya desde el mismo nacimiento.
Éste es un trastorno hereditario del crecimiento de los huesos, de tipo autosómico dominante, aunque puede aparecer también como consecuencia de mutaciones espontáneas.
La inteligencia de estos individuos suele ser completamente normal.
Rara vez uno de ellos ha alcanzado a superar los 150 cm de estatura.
De entre todos los enanos acondroplásicos que intervienen en Freaks, destacamos sobre todo la vivaracha figura de Angelo Salvatore Rossitto, también conocido como “Little Mo” o “Angelino” (1908-1991), desempeñando aquí el papel de “Little Angelo”, el enano que baila sobre la mesa de invitados con la “Copa del Amor” que pretendía sellar el vínculo amoroso de la hermosa trapecista y el enano Hans; precisamente Little Angelo fue el primero en sufrir el escarnio de la altiva Cleopatra, hecho desencadenante de la despiadada venganza de los monstruos.
Aunque apenas medía 89 cm, fue uno de los actores más prolíficos de Hollywood, participando entre 1927 y 1987 en más de 70 películas.
Extremadamente reivindicativo en la defensa de los derechos fundamentales de sus “pequeños” colegas, Rossitto fue uno de los fundadores de la asociación “Little People of America”
Al final de su carrera, llegaría incluso a participar junto a Mel Gibson en la 3ª entrega de la exitosa saga Mad Max.
Falleció a los 83 años.
El esqueleto humano, también conocido como Peter Robinson (1879-¿?)
En líneas generales, dentro del mundo del espectáculo circense y de las atracciones de feria, podemos distinguir dos grandes tipos de “esqueletos vivientes”:
Los probablemente afectados por una rarísima enfermedad denominada fibrodisplasia osificante progresiva o miositis osificante progresiva, grupo en el que destacamos al clásico Claude Ambroise Seurat.
Se exhibió como fenómeno por las ferias de la Europa de principios del XIX.
Su depauperada figura fue también inmortalizada en un dibujo del propio Francisco de Goya, quien tuvo la oportunidad de verlo actuar en 1826 en un circo de Burdeos.
Otro afamado fenómeno perteneciente a este grupo fue Jonathan Richardson Bass, al que se le fueron endureciendo músculos y cartílagos de forma progresiva hasta quedar su cuerpo completamente petrificado.
A diferencia de otros sujetos “osificados”, Bass siempre se exhibió de pie, sujetándose con unos arneses contra un tablero vertical.
Según los testigos que le vieron, nunca refirió dolores y se alimentaba perfectamente a base de una dieta líquida especial.
Como no podía moverse, habitualmente vivía dentro de un ataúd.
Mientras permanecía expuesto en el Museo Huber de Nueva York, contrajo una fatal neumonía que le llevó a la tumba a la edad de 62 años.
Por último, una situación similar fue vivida por Roy Bard, nacido en 1884, completamente normal hasta la edad de 24 años, cuando la enfermedad osificante comenzó por su cadera izquierda, dejando su cuerpo totalmente rígido en el curso de tan sólo 4 años.
Otros esqueletos vivientes tal vez padecieron severos trastornos del aparato músculo-esquelético, diversas distrofias musculares o bien extrañas enfermedades como el llamado leprechaunismo o dismorfismo facial, atrofia del tejido adiposo subcutáneo, lipoatrofia e hipotrofia muscular, la lipodistrofia total congénita o síndrome de Seip-Berardinelli o la diabetes lipoatrófica generalizada.
Aquí podrían encuadrarse fenómenos como:
Dolly Regan (1919 – 1994), la más famosa mujer esqueleto, o James Coffey, exhibido en el circo Barnum & Bailey, con una estatura de 1,80 cm y un peso de 32 Kg, Percy Pape del circo Ringling, que medía 1,86 cm y que apenas pesaba 31 Kg, Harry V. Lewis que actuó en los dos grandes circos, midiendo alrededor de 1,70 cm y pesando poco más de 36 Kg, Isaac W. Sprangue de circo Barnum, que pesaba tan solo 20 Kg con una talla de 1,68 cm o el propio Peter Robinson de circo Ringling, con un peso aproximado de 27 Kg.
Otra entrañable característica de estos demacrados artistas es que varios de ellos se desposaron con mujeres especialmente gordas, compañeras actrices de variedades pertenecientes al elenco de sus espectáculos.
Pete Robinson lo hizo con Bunny Smith, una robusta belleza que llegó a alcanzar los 200 Kg.
En Freaks, este esqueleto viviente protagoniza una simpática escena en la que reparte cigarros puros entre sus camaradas del circo, celebrando el nacimiento de su hijita, fruto de las relaciones con su esposa en la ficción, “La Mujer Barbuda”, interpretada por la taciturna Olga Roderick o Madame Olga.
Aquellos que le conocieron en vida, recuerdan a Pete Robinson como un hombre afable pero muy terco, sobre cuando tocaba polemizar sobre política.
La mujer barbuda, su nombre verdadero fue Jane Barnell (1871-¿?); si existe un actor o actriz entre aquellos que participaron en el rodaje de Freaks que verdaderamente se arrepintió por ello, sin duda alguna fue Olga Roderick.
Esta manifiesta incomodidad puede observarse en todos y cada uno de los planos en los que interviene, incluso en la tierna escena en la que se encuentra postrada en cama rodeada por todos los demás fenómenos, infeliz convaleciente tras el parto de la hija en común, ¿otra futura mujer barbuda? con “El Esqueleto Humano”
La fisiopatología del hirsutismo tiene que ver con un trastorno hormonal frecuentemente causado por el anormal incremento de los andrógenos, lo que provoca alteraciones en el ciclo menstrual, esterilidad e incremento generalizado del vello corporal.
En otras ocasiones, se trata de un fenómeno específico de determinadas zonas cutáneas, la hipertricosis, y que cursa con un incremento localizado de un vello excepcionalmente vigoroso y tupido, como el caso de la famosa Madame Clofullia (1831 - ?), que incluso llegó a tener 2 hijos, o el de la Baronesa Sidonia de Barczy (1866 – 1925), que también tuvo descendencia propia.
Existe una interesante visión de la mujer barbuda en la Historia del Arte.
La mujer pájaro, este papel fue desempeñado en Freaks por Koo-Koo (1880-¿?), Minnie Woolsey o Minnie Ha Ha, mujer que probablemente padeciera un síndrome de Virchow-Seckel.
Éste fue descrito por primera vez en 1892 por Rudolf Virchow, que lo denominó “enanismo de cabeza de pájaro”; más tarde sería caracterizado tal y como hoy lo conocemos por Seckel, en 1960.
Se trata de una rarísima enfermedad congénita de 1/10.000 nacidos vivos, de carácter autonómico recesivo, caracterizada por retraso del crecimiento intrauterino, microcefalia, enanismo proporcionado y facies peculiar, nariz picuda y prominente, ojos anormalmente grandes, cara estrecha, orejas de baja implantación, paladar ojival y micrognatia.
En las extremidades pueden detectarse también clinodactilia y microdactilia.
Los afectados por este síndrome suelen presentar diferentes grados de retraso mental.
Koo-Koo padecía una importante miopía, que le obligaba a portar gruesas gafas.
Los que la conocieron la recuerdan con un carácter bondadoso y afable.
Parecía no reaccionar ante los estímulos externos y era capaz de sentarse totalmente inmóvil en una silla por horas.
Quedó inmortalizada en Freaks con el eufórico baile que lleva a cabo encima de la mesa de la escena del banquete de bodas.
El hermafrodita de origen austríaco, Josephine-Joseph se presentaba al público con una mitad corporal masculina y la otra femenina.
Existen dudas sobre si se trataba de un verdadero caso de hermafroditismo o si más bien representaba un truco circense.
Resulta muy curioso que, al igual que otros fenómenos similares, como por ejemplo Albert-Alberta (1899-1963), o Freda-Fred, (1908-?), la mitad con la musculatura más desarrollada y rasgos varoniles siempre era la derecha, siendo la izquierda más delicada, lampiña y generalmente dotada de un seno de características femeninas.
Actualmente, lo correcto es hablar de estados intersexuales en la especie humana, quedando el término hermafroditismo reservado a otras especies que son capaces de producir gametos masculinos y femeninos simultáneamente.
La presentación de estos trastornos genéticos es amplia y variada en el ser humano, con la presencia de diversas malformaciones genitales como clítoris hiperdesarrollados o penes atrofiados.
En los casos que nos ocupan, existe constancia de que Freda-Fred contaba con órganos sexuales masculinos plenamente formados.
En el caso de Albert-Alberta, también nos encontramos ante un hombre llamado Harry Caro, imitador de una mujer, para lo que incluso llegó a portar una falsa prótesis de un seno femenino que rellenaba con alpiste.
Los microcéfalos, bajo el cuidado y la protección constante de Madame Tetrallini, tres son los inocentes personajes encuadrados en este grupo:
Las hermanas Jeannie Lee (1912-¿) y Elvira Snow (1900-¿), también conocidas como Zip y Pip o “las gemelas Snow”, a pesar de que Elvira era 12 años mayor que su hermana, y el simpático Schlitze, Simon Metz (1881-1861), famoso protagonista de atracciones de feria como “El Último Inca” o “El Eslabón Perdido”
Todos presentaban profundas discapacidades psíquicas, si bien su extrema bondad los hacía parecer como niños indefensos.
La mayoría de las microcefalias se producen por un crecimiento deficiente del cerebro en las etapas fetal o neonatal, ya que la expansión cerebral es la responsable de un crecimiento craneal adecuado.
En la etiología de esta malformación intervienen causas primarias, diversos síndromes de origen genético:
Down, Cornelio de Lange y trisomías, o secundarias como la rubeola y la toxoplasmosis congénitas.
Schlitze había nacido en Yucatán, México durante la década de 1880, tenía una hermana que también sufría microcefalia.
A pesar que era varón, se la vestía de mujer para facilitar sus necesidades fisiológicas.
Sin embargo Schlitze era notablemente inteligente para su estado:
Podía cantar, bailaba un poco y hasta contaba hasta diez.
Se decía que le gustaban los sombreros, los vestidos nuevos.
En verdad tenía afecto por Tod Browning, a quien le imitaba el tono de voz
Amelia y la focomelia, la amelia se define como la ausencia total de uno o varios miembros, mientras la focomelia se caracteriza por la falta de los segmentos medio y proximal de las extremidades, hecho que provoca que las manos se inserten directamente en la cintura escapular y los pies en la pelvis.
En la mayoría de los casos, su causa se debe a defectos genéticos, como por ejemplo el síndrome de focomelia de Roberts, siendo mucho menos frecuentes los casos de origen ambiental, como los desafortunadamente provocados por la talidomida.
En Freaks aparecen varios personajes con este tipo de malformaciones:
Sobre todos ellos destacamos a Príncipe Randian, “el torso viviente” (1881-1934), originario de la Guayana Británica, que había sido traído a Estados Unidos por el empresario P.T. Barnum, que lo dio a conocer como “La Oruga Humana” y “El Gusano Humano”
Radian tenía un sentido del humor muy particular, y se decía que podía hablar en Hindú, Alemán, Inglés y Francés.
Su filosofía era la de que la discapacidad física no se podía superponer a la capacidad mental.
Radian podía pintar, escribir, armar y encender un cigarrillo solo con su boca, acto que repite frente al actor Matt McHugh y con el que quedó inmortalizado en Freaks.
Su único diálogo es casi indescifrable, pero aparentemente dice algo como:
“Can you do anything with your eyebrows?”
Durante sus períodos de descanso del circo, Radian vivía en New Jersey con su devota esposa y varios hijos.
Su última aparición pública fue el 19 de diciembre de 1934, falleció poco tiempo después.
Otro fenómeno prodigioso incluido en este grupo fue Johnny Eck, “el medio muchacho” (1911-1991), que nació en un parto gemelar sin la parte inferior del abdomen ni las piernas, su hermano fue completamente normal.
Tras una larga vida dedicada al espectáculo, falleció a los 80 años.
En sus estudios Johnny fue sobresaliente, y se destacó en artes, música y filosofía.
Antes de Freaks, Johnny estaba participando en una feria en Canadá, adonde fueron a buscarlo para presentarse al casting.
Para finalizar, dos beldades.
Frances O´Connor (1914-1982), también conocida como “La Venus de Milo Viviente”, compensaba la ausencia congénita de sus brazos con una extrema habilidad en los pies, capaces de permitirle comer, beber, escribir e incluso vestirse, de la misma manera que también lo hacía Martha Morris (¿?), “La maravilla sin brazos”, cuya ausencia de brazos llevaba pareja una focomelia en sus piernas.
Las hermanas siamesas, las gemelas Daisy y Violet Hilton nacieron en Brighton en 1908.
La tragedia de su vida comenzó en el mismo momento de nacer, pues fueron vendidas por su propia madre y durante años exhibidas en múltiples atracciones de feria.
Permanecían unidas por las nalgas y la cintura, con órganos vitales independientes, pero con una circulación sanguínea común.
Liberadas por orden judicial de su explotación, se hicieron dueñas de su propio destino artístico, llegando a ser las artistas de este tipo mejor pagadas de su época.
Sin embargo, su representante las abandonó en un pueblo llamado Charlotte en Carolina del Norte.
Allí empezaron a trabajar de cajeras, mucha gente no se daba cuenta de su condición de siamesas.
En diciembre de 1960 Violet cogió La Gripe de Hong Kong y cuando consiguió superarla, fue Daisy la que enfermó.
Faltaron al trabajo durante dos semanas durante las cuales su jefe las llamaba todos los días para interesarse por su salud; pero un día el teléfono sonó y sonó y nadie respondió.
Cuando la policía entró en su casa las encontró muertas en el vestíbulo.
Tenían 60 años.
Cuando murieron no tenían dinero ni para comprar el suelo en el que debían ser enterradas.
Como curiosidad mencionaremos que la presencia de hermanos siameses era uno de los números más atrayentes en circos y ferias de fenómenos, tanto que en algunas ocasiones llegaron a “fabricarse” de manera fraudulenta, como los famosos hermanos austriacos Adolph y Rudolph de finales del XIX.
Ya desde su aspecto formalmente cinematográfico, Freaks cuestiona la noción de género al negarse a adscribirse a ninguno, al tiempo que pone de manifiesto la convencionalidad del medio cinematográfico y cuestiona nuestra noción de lo que es real.
Sin embargo, el mayor poder subversivo de las imágenes de Browning reside en que nos desvelan las fisuras que quiebran gran parte de nuestras asunciones y nos obligan a replantearnos su valor.
Nos sitúan frente a una situación extrema de un modo que resulta imposible apartar la mirada, nos fuerzan a revisar nuestros propios prejuicios morales.
Nos exigen algo:
Una respuesta, una reacción, un compromiso.
Nos obligan a enfrentarnos a esa oscura parte de nosotros mismos que preferimos ignorar que existe.
Sus imágenes son provocativas e incómodas porque suscitan inquietantes cuestiones sobre la relación entre el artista, el sujeto y la audiencia.
Implican al espectador y a la propia ética de la visión.
Tod Browning apela a lo deforme para mostrar el lado más humano del ser humano:
El amor desinteresado.
Y por eso que sensibiliza al espectador quien deberá sentirse indefectiblemente movido a ponerse del lado del feo por fuera pero hermoso por dentro.
Freaks es un juego de apariencias y de contrastes muy bien logrado:
La belleza física pero la lacra interior en Cleopatra y Hércules, y las deformidades en las apariencias externas encuentran la bondad interior y la forma de pureza extrema como forma de ser persona en la pareja de enanos.
Sencillamente brillante en este aspecto de juegos de contrastes.
Browning combina las bondades de dos géneros bastante antagónicos:
El melodrama y el fantástico.
Por lo tanto logra de una manera muy efectiva entretener porque la atención no decae en ningún momento, y por otra senda hay un fuerte discurso de poner en debate la moralidad y el recto proceder del ser humano.
Toda una proeza para la época, y a eso le agregamos que hay toques de humor que dan una cierta gracia natural a Freaks.
Una de las consecuencias de Freaks fue la aparición en inglés del término “freak” para designar algo o alguien anómalo, anormal, extraño, marginal.
El término posteriormente fue adoptado por el idioma español para nombrar, de forma genérica, primeramente a personas o comportamientos que se salen de la normalidad, las cuales presentaban un sentido más transgresor de las normas o comportamientos sociales; y, con el paso del tiempo, se alejó cada vez más de su significado original en inglés, hasta adquirir otro significado.
Así la palabra castellanizada como “friqui” del inglés “freaky”, se refiere a la persona interesada u obsesionada, con un interés o gusto desmesurado, por un tema, afición o hobby hasta el punto de convertirlo en una forma de vida.
El término se refiere actualmente a una gran variedad de personalidades y grupos.
En cuanto a la belleza y a la deformidad física, ya lo he mencionado en varias ocasiones, y creo que lo importante no es la belleza externa sino la interna.
Es más importante ser una persona bella por dentro más que bella por fuera.
Aunque en la actualidad, por ejemplo, los cánones de la belleza femenina, la publicidad, la moda… están provocando que se le dé más importancia a lo exterior que a lo interior.
Sobre la deformidad física y la discriminación es algo que pase el tiempo que pase siempre estará vigente.
Aunque no es tan exagerado como lo tratan en Freaks, de abandonar a un hijo por malformaciones, discriminarlos la gente… sí que sigue existiendo si no la adversidad un mínimo temor, impresiona ver deformidades físicas, aunque no por ello se ha de discriminar.
Yo pienso que las personas que se dedican a reírse y a discriminar a las personas con malformaciones es que se encuentran muy vacías por dentro.
Y lo hacen más por el temor a ellos que porque de verdad sientan el impulso de reírse.
La risa es como una defensa del miedo.
Y lo mismo ocurre con la crueldad humana.
Sí que es verdad que vivimos en una sociedad muy cruel, que no tiene sentimientos intensos y que no valora la vida lo suficiente, pero después de leer el prólogo de Freaks creo que la sociedad de hoy en día no tiene nada que ver con la de la época de Freaks, aunque siempre existen excepciones.
Aunque también es verdad que los avances en medicina han hecho posible reducir el número de malformaciones, y a lo mejor, si esto no hubiera ocurrido, y hubiera seguido naciendo muchas personas con deformidades, habría seguido existiendo el rechazo a éstos.
La solidaridad de los humillados se ve perfectamente en Freaks por el código que habían establecido de ayudarse los unos a los otros.
Pero bajo mi punto de vista adoptan unas posturas muy drásticas.
Sí que es verdad que atentan contra la vida de Hans, intentan arrebatársela pero por muy crueles que hayan sido, no creo que merezca, como es el caso de Hércules, “la muerte” por castración, o la deformidad de Cleopatra.
No puedes responder a algo que te parece injusto con la misma injusticia.
Y sobre lo que le hacen a Cleo, lo veo correcto en tanto en cuanto le sirve como lección, para que sienta como se sienten ellos, pero no han pensado que le han destrozado la vida.
Ellos nacieron ya con las malformaciones y creo que podrían haber inventado otro tipo de escarmiento.
Cuando ellos han pasado tanto dolor por sus deformidades, por muy ofensivas que hayan podido ser las personas que se han reído de ellos, no creo que deban desearles todo el mal que han debido pasar ellos.
El “ojo por ojo y diente por diente” nunca se debe llevar a cabo.

“We didn't lie to you folks, we told you we had living, breathing monstrosities, they didn't ask to come into the world, but into the world they came... offend one, and you offend them all”



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