Sex, Lies, And Videotape

“I remember reading somewhere that men learn to love the person that they're attracted to, and that women become more and more attracted to the person that they love”

Hay una fina línea entre la verdad y las falsas apariencias, en las que tan fácilmente nos instalamos, el estatus y la mentira, como protector de nuestros miedos.
¿Hay algo de transgresor en el hecho de contarle a una cámara de vídeo tu sexualidad más recóndita?
El deseo sexual inhibido es un trastorno sexual muy común y, con frecuencia, ocurre cuando uno de los miembros de la pareja no se siente íntimo o cercano al otro.
El síntoma principal es la falta de interés sexual.
La anafrodisia, anorexia sexual, o deseo sexual inhibido, se refiere al bajo nivel de interés sexual, en el cual una persona no comenzará ni responderá al deseo de actividad sexual en la pareja.
La situación provoca insatisfacción y depresión, constantemente se formulan diversas excusas para evitar la relación sexual.
Algunas de las posibles causas que la originan, tanto físicas como psicológicas, son:
Poseer un concepto propio de poco o nulo atractivo físico; negación al éxito, al placer y al amor; miedo al rechazo por parte de él, o a dificultades para manifestar sus deseos sexuales, conflictos, rutina sexual, etc.
El deseo sexual inhibido puede estar relacionado con la pareja, la persona que lo padece está interesada en otras personas, pero no en su pareja, o puede ser general, la persona afectada no está interesada sexualmente en nadie.
En la forma extrema de aversión sexual, la persona no sólo carece de deseo sexual, sino que también puede encontrar el sexo repugnante.
Algunas veces, el deseo sexual no está inhibido, sino que ambos compañeros tienen niveles de interés sexual diferente, aunque sus niveles de interés están dentro del rango normal.
Alguien puede afirmar que su pareja presenta deseo sexual inhibido cuando, en realidad, esa persona tiene un deseo sexual hiperactivo, y es muy exigente sexualmente.
Entre los factores comunes se encuentran:
Problemas de comunicación, falta de afecto, pugnas y conflictos de poder y la falta de tiempo para que la pareja pueda estar a solas.
Por otra parte, el deseo sexual inhibido, también puede ocurrir en personas que han tenido una educación sexual muy estricta durante la crianza, actitudes negativas hacia el sexo, o experiencias sexuales traumáticas, u otras causas como enfermedades y algunos medicamentos, afecciones psicológicas, incluso cambios hormonales, etc.
Los trastornos de deseo sexual, con frecuencia, son difíciles de tratar y parecen ser, incluso, un desafío mayor de tratar en los hombres.
El sexo es algo que puede, ya sea estrechar los lazos de la relación, o lentamente, separar la pareja.
Cuando uno de los miembros de la pareja está menos interesado en el sexo que el otro, y esto se ha convertido en una fuente de conflicto, se recomienda buscar ayuda profesional antes de que la relación se torne más tirante.
“Garbage.
All I've been thinking about all week is garbage.
I mean, I just can't stop thinking about it”
Sex, Lies, And Videotape es una película estadounidense del género dramático de 1989, escrita y dirigida por Steven Soderbergh.
Protagonizada por James Spader, Andie MacDowell, Peter Gallagher, Laura San Giacomo, Steven Brill, Ron Vawter, Alexandra Root, Earl Taylor, David Foil, entre otros.
Sex, Lies, And Videotape fue presentada en la sección a concurso del Festival Internacional de Cine de Cannes y galardonada con la Palme d’Or.
Sex, Lies, And Videotape también fue candidata al premio Oscar de la Academia en la categoría mejor guión original.
Filmada con escaso presupuesto y con un elenco poco conocido entonces, Sex, Lies, And Videotape lanzó a la popularidad a sus protagonistas:
Andie MacDowell y James Spader, así como a su director, Steven Soderbergh, quien nos muestra nuevas formas de ser, nuevos acoples, nuevas creencias de que todo no es tan serio como se lo plantean algunos.
Atrevimiento, valentía y madurez son las principales cualidades de Sex, Lies, And Videotape cuyos puntos fuertes son el guión, la dirección y las actuaciones.
Quizás lo más sorprendente de todo es que este guión fue escrito por el propio Soderbergh en tan sólo 8 días, y que para mi constituye uno de los más sólidos que he visto y sin duda, como es llamada a ser, una de las piedras angulares del cine independiente.
El guión es sencillo, aunque deja en su desarrollo un panorama bastante profundo sobre la complejidad del tópico sexual, tratando de bosquejar qué significa el mismo, y cuáles son sus atractivos mediante una interesante interacción de sus personajes principales.
Sex, Lies, And Videotape deja claro que tanto temas sexuales, como psicológicos, son muy complicados, y deben ser abordados con autoridad por parte de las personas más allegadas, sí esto no se cumple de esta forma, las cosas, suelen terminar en rupturas.
Los diálogos son abundantes, fluidos, concisos y realistas.
Sex, Lies, And Videotape puede parecer simple conversación, pero es que en cada escena, cada palabra, cada gesto, está calculado para asemejarse tanto a la realidad, que parece que estuviéramos escuchando las conversaciones de personas de la vida real, y no de actores interpretando un papel.
El ritmo del relato es pausado y equilibrado.
La puesta en escena es imaginativa y funcional.
El conjunto del trabajo pone de manifiesto el ingenio y el talento del realizador.
El humor, presente con reiteración, se basa en la ironía y la sátira.
Sex, Lies, And Videotape aborda la forma de vivir y sentir la sexualidad de 4 treintañeros muy disímiles.
Se desarrollan sus debilidades, miserias, traumas, instintos más carnales, y resulta al menos interesante cómo interactúan estos 4 personajes, cómo mienten y sobrellevan las inmoralidades, las inhibiciones y las perturbaciones de índole sexual.
Sex, Lies, And Videotape es sencilla en sus variantes:
Tenemos un matrimonio que no funciona, que adolece de sexo, aventuras carnales y descaradas mentiras, impotencia sexual y traumas psicológicos de un excéntrico que viene a despertar inquietudes, y una patológica competencia entre 2 hermanas que no se soportan.
No obstante, hay mucho trasfondo psicológico, muy complejo, detrás de cada personaje, lo cual hace que Sex, Lies, And Videotape termine siendo un interesante acercamiento descriptivo y sobrio, para nada explícito, de ese tema tabú como es la sexualidad en el ser humano.
La acción dramática tiene lugar en Baton Rouge, Louisiana, durante varios días del otoño de 1988.
Se centra en la cuádruple relación, que generalmente de ofrece siempre de 2 en 2 personajes, establecida entre el matrimonio formado por Ann Bishop Mullany (Andie McDowell) y John Mullany (Peter Gallagher)
Ambos forman una pareja joven, aparentemente triunfadora y socialmente acomodada.
John es un abogado atractivo, narcisista y de éxito, mientras su mujer contempla con recelo la vivencia del sexo, y entre los 2 esposos no hay relación afectiva alguna, que John solventa teniendo como amante a Cynthia Patrice Bishop (Laura San Giacomo), la vulgar y atractiva hermana de Ann, al contrario que esta, siempre ávida de sexo.
Un día llega a casa del matrimonio un antiguo amigo de estudios de John.
Se trata de Graham Dalton (James Spader), un extraño joven que pronto revelará una personalidad introvertida y que sufre de impotencia tras una experiencia traumática mantenida con una antigua novia, Elizabeth, que ahora vive también en Baton Rouge.
La narración en Sex, Lies, And Videotape se apoya en el uso de sutilezas, sugerencias, y detalles de escaso relieve aparente, que comunican al espectador muchos extremos relevantes.
El color de la camisa de Graham, la variación de vestidos de Ann, la pajarita de John, la lluvia, etc., son elementos que definen matices que enriquecen el relato, descubren aspectos ocultos de la personalidad, los deseos y las intenciones de los protagonistas, y revelan características especiales de la acción y el argumento.
De la misma manera que la comunicación requiere la presencia de alguien dispuesto a escuchar, la reflexión se ve estimulada y potenciada por el uso de cintas de vídeo que enfrentan a los actores con ellos mismos.
El enfoque del tema se concreta en un conjunto de afirmaciones correctas, oportunas y lúcidas; además de relaciones sexuales, el ser humano, relaciones de afecto, amor y comunicación.
Por otro lado, el recurso a la mentira y al engaño como medio de autoprotección en las relaciones con otras personas no sólo no resuelve los problemas, sino que los prolonga y agrava.
Sex, Lies, And Videotape explora los conceptos de sexo y no sexo, soledad y compañía, amor y desamor, compatibilidad e incompatibilidad, funcionalidad y disfuncionalidad y otros que plantean las relaciones humanas.
Los problemas que analiza, se formulan en términos de gran sobriedad.
Se presentan animados por pulsaciones contenidas y controladas, lo que permite su análisis reposado y tranquilo, exento de sobresaltos y de estados emocionales alterados.
Centrado en el análisis de personas jóvenes, Sex, Lies, And Videotape respira optimismo, fuerza vital, flexibilidad y vigor.
Aborda temas humanos que siguen siendo de actualidad y mantienen su interés.
Las dos hermanas son opuestas en todo:
Mientras Ann es introvertida, equilibrada, ordenada, solitaria y ¿feliz?, Cynthia es extrovertida, desordenada, sociable y ¿egoísta?
Y todos los elementos de Sex, Lies, And Videotape ponen en evidencia estas antítesis:
El vestuario:
Ancho, de tonos suaves, cuando no directamente blanco, el toque elegante de los collares de perlas de Ann frente a las camisetas ajustadas, los tejanos gastados, el pelo suelto y revuelto, la gargantilla metalizada y la estrecha, y corta falda de Cynthia.
Los decorados:
Casa amplia, con muchos ventanales, escasa de muebles pero muy bien escogidos, distribución cuidada y separación de los diferentes espacios:
Salón, comedor, cocina, escaleras, baño.
Mientras que Cynthia vive en una casa-estudio donde se ve al mismo tiempo un tresillo de bambú floreado, la cama y la zona de luz cubierta de pinturas a medio hacer, con botes multicolores y pinceles por todas partes.
Es más, justo antes de que Ann descubra el pendiente, en su exhausta tarea de dejar impoluta la bonita casa del bonito John, Cynthia le está pidiendo a John que la ayude a poner orden en su destartalada casa.
Y es después de esa escena cuando Ann parece que se va a convertir en Cynthia, arrancándose la ropa, dejándola tirada por la moqueta y apareciendo en camiseta negra y tejanos.
También John y Graham parecen opuestos:
Uno rubio, otro moreno.
Uno bien establecido, modelo de marido y profesional ejemplar que sube peldaños en el bufete de abogados, con un buen coche, una buena esposa, un despacho imponente con vistas al río.
Otro sólo, sin profesión conocida, sin dirección fija, sin ambiciones económicas ni de ningún tipo.
Graham cuida de sí mismo, y apenas se preocupa de alimentarse, ni de crearse un entorno mínimamente agradable; en cambio, John le ha pedido a su esposa que deje el trabaja para que le cuide “su” casa, aunque, en realidad, Graham siempre está en su casa, y John apenas si pisa su magnífica mansión.
Las relaciones entre los 4 personajes parten siempre de un tercer elemento:
O el psiquiatra, o el cliente del bar, o la cámara de vídeo... siempre necesitan tener un espectador para avanzar.
Y avanzan.
Despacio pero avanzan.
Y llueve. 
Y sólo hace falta un escalón y un abrazo para refugiarse del agua.
Cada miembro de la pareja requiere del otro:
Gracias a su hermana, Ann conoce la verdad acerca de su marido y consigue liberarse de las ataduras que su propia intimidad le exige; y por superar la belleza y fama de su hermana, Cynthia iniciará un romance con el marido de ésta, casi pareciendo querer avisarla inconscientemente del carácter mentiroso de John.
¿Quién es más dueña de su propia intimidad?
Ann, la hermana mayor, mujer introvertida y esclavizada por la medición de cada uno de sus movimientos; o Cynthia, que parece necesitar divulgar abiertamente su intimidad por superar a su hermana.
¿Y quién es el verdadero impotente?
Graham, que atraviesa un proceso de cambio y no puede excitarse ante la visión directa de otras personas; o John, que siente la necesidad de acostarse con la hermana de Ann porque ésta ha intuido su distanciamiento y no le permite acercarse; es decir, porque quizá siente que se le ha negado su virilidad.
La primera vez que Andy McDowell va de visita a casa de Graham, lleva un vestido que sólo le llega a la rodilla, en lugar de las faldas monjiles con las que aparecía hasta ese momento; el marido, el abogado ambicioso, se nos muestra en su despacho de traje claro con pajarita, asombrosamente ridículo, en una de las escenas finales; la camisa invariablemente negra de James Spader nos hace pensar sin querer en un paralelismo religioso:
El sacerdote, la confesión... hasta las hermanas tienen un apellido que no da lugar a dudas: Bishop, “obispo” en inglés.
Arrastra un problema de impotencia tras la ruptura con su antigua novia.
Su único medio de excitación sexual es la grabación de confesiones y actos sexuales de mujeres en unas cintas de video que, posteriormente, ve en soledad.
La introducción de Graham en el mundo ordinario de Ann, como ella misma le confesará, le cambia la vida, llegando con sus largas conversaciones a ayudarla más que su terapeuta.
En ese entorno sucumbirán también en primer lugar Cynthia y posteriormente Ann, participando ambas del experimento, y logrando entre las 2, que se rompa el entramado que les unía por separado a John, la primera como amante y la segunda como esposa.
La trama sexual se aborda de diversas formas:
Desde el enfoque de la impotencia y el voyerismo, desde el mundo de la infidelidad, y desde la inapetencia.
En este último término se halla Ann.
Analicemos los personajes:
Ann (Sex):
El personaje interpretado por Andie McDowell es una joven esposa que, por deseo de su marido, abandona su trabajo para dedicarse a atenderle a él y a la casa.
De las iniciales conversaciones con su psicólogo, charla con la que abre Sex, Lies, And Videotape, observamos su aburrimiento, su obsesión con la limpieza y su conducta sexualmente cohibida, confesando su desinterés por el sexo, y el hecho de no mantener relaciones con su esposo desde hace un tiempo.
Su ingenuidad e inocencia la convierten en un personaje del tipo inexperta sexual, en el cual encajaría pese a tratarse habitualmente de adolescentes que comienzan a adentrarse en la sexualidad.
Ann, aunque es una mujer adulta, casada y con relaciones, su estado, en un inicio, totalmente asexual y desinteresado, la convierte en parte en esta clase de personaje, pues en cierta manera, se narra su despertar sexual, aunque esto acontezca en la madurez de su vida.
Un despertar que no es producido por la persona que, en teoría, debería hacerlo, su marido.
Su egocentrismo y narcisismo, hacen que este personaje no se preocupe por nadie más que por sí mismo, lo cual no provoca atracción ni por parte del espectador, ni por el de su esposa.
Será su amigo Graham quien, con sus conversaciones, preocupación y atención, logre que Ann se interese y experimente en el ámbito sexual.
El contrapunto de Ann es su hermana Cynthia, otro ser egoísta, quien, junto con su marido, la traicionan.
Cynthia representa el rol de mujer experta y sexualmente liberada, todo lo contrario que su hermana.
El rol de Ann consistirá en ayudar a Graham a superar su impotencia, del mismo modo que él terminará por ayudarla a ella que, en cierto modo, y dada su frigidez, comparte esta anomalía.
En esta liberación juega un papel predominante la gestión del espacio que tan importante es en una película sobre el voyerismo porque, en definitiva, siempre trata de la posibilidad del voyeur de salir afuera, de exteriorizarse y abandonar la concha en la que se refugia.
A esa cerrazón, refiere la ambigüedad de la palabra inglesa “closure”, que emplea Graham al afirmar, en referencia a su relación anterior, que ha vuelto después de su ausencia de 9 años para “clausurar” algo.
En realidad, ese algo puesto en clausura, es él mismo, y lo esencial de su vuelta consistirá, de ser capaz de lograrlo, en abrirse al mundo.
La mención a la lluvia en el porche de su casa en la escena final de Sex, Lies, And Videotape constata, dado que el agua en su curso es un símbolo de fertilidad, la superación de su impotencia gracias a Ann, su liberación de la reclusión y la salida al mundo.
O bien, es una bendición al estilo religioso.
John (Lies)
John, así como su cuñada, representan las mentiras.
Él es un joven abogado de éxito, vanidoso y con ideas tradicionales.
Obliga a su mujer, tras el matrimonio, a abandonar el trabajo para dedicarle el tiempo a él y a la casa.
Esta actitud retrógrada se manifiesta con fuerza durante la cena con Graham, donde John se deja servir por una sumisa esposa que se mantiene en silencio, hablando tan sólo para darle la razón en sus continuos reproches sobre la comida.
Es en esta escena cuando se observa claramente la empatía de Graham, interesándose más por Ann que su marido, el cual no cesa de anularla.
También, es en este instante, cuando por labios de Graham es revelado quiénes son las 2 clases peores de personas:
Primero los abogados y segundo los mentirosos.
Algo que implica a John doblemente.
Las mentiras como temática de Sex, Lies, And Videotape, son las que mantienen reprimido al personaje de la esposa, por consiguiente, en lo que quedan destruidas, es decir, en lo que se sucede de verdad, es cuando Ann sale al exterior, se convierte en un ser libre.
Graham (Videotape) 
Graham es el detonante del cambio, tras 9 años de ausencia regresa a la ciudad.
Es el viejo amigo de la universidad al que John ya casi ni reconoce, su personalidad ha cambiado totalmente.
Se marchó tras la ruptura con una novia, hecho que le marcó en extremo, convirtiéndolo en impotente.
Únicamente llega a la excitación con el visionado de unas cintas de video en las que graba sesiones con mujeres que se desnudan psicológica y, en ocasiones, físicamente, para confesar sus intimidades sexuales.
Estas cintas son el único medio con el cual logra excitarse tras una ruptura que lo dejó herido, incapacitado para mantener relaciones con otra persona.
Graham, empático y gran conversador, es el símil de la verdad, el personaje antagónico de John.
Con su fragilidad e interés logra captar con su cámara la verdad absoluta de las mujeres, a pesar de ese voyerismo y onanismo que a la par lo aísla de ellas, ya que en ningún momento es capaz de acercarse, de tomar cualquier tipo de contacto físico.
Es él, con su cámara, quien capta la verdad de Ann, una sorprendente confesión tan inesperada para el espectador, como para su celoso marido, quien la descubrirá al entrar furioso en el apartamento de su amigo, y disponerse al visionado de la cinta grabada por su esposa.
Una verdad que en ese mismo momento también se revelará ante nosotros con una magnífica elipsis temporal, en la que las imágenes sucedidas en el televisor de Graham, observado por John, se fusionan con el del propio espectador.
La declaración de esta verdad es lo que destruye, y desmonta toda la mentira, o lo que es lo mismo a John, su representante.
Si Graham es el personaje que logra liberar a Ann, ella es quien le devuelve a la vida normal.
En la entrevista final que mantiene con ella, Graham, como es habitual, se esconde tras la cámara, es en esta última sesión cuando llegará la curación de este personaje.
Cuando Ann coge la cámara y toma el control de la grabación y de la entrevista, logrando con ello que él también se libere de todos los problemas que arrastraba.
La recompensa para ambos es el poder mantener una relación sana y verdadera. 
El castigo para aquellos que han mentido, es la soledad.
En la excelente composición del personaje de Spader destacan las dubitaciones en sus diálogos que probablemente reescribiera añadiéndoles la naturalidad de lo imperfecto.
La media sonrisa, la mirada interrogativa y esos titubeos denotan la inseguridad de un personaje que sólo está dispuesto a participar en la vida con la mirada.
Graham nos descubre su voyerismo a la primera que se presenta cuando le pregunta a Ann si ha salido alguna vez en televisión:
Consciente o inconscientemente, desde el principio la imagina víctima de su objetivo.
Pero Graham no es el clásico “voyeur”, una tensión interna le acomete y se manifiesta en sus contradicciones.
Si por un lado se resiste a encerrarse bajo 7 llaves, según afirma, por el otro pronto se enclaustra para rehuir el contacto con los demás.
Sin embargo, la puerta de su casa permanece abierta, y su contacto con el mundo se mantiene gracias a esta circunstancia que permite las distintas intrusiones del trío de protagonistas.
Me interesan aquí 2 escenas de la primera parte, en la que se presenta el personaje:
La sobremesa con el matrimonio de John y Ann, y la charla en el café a solas con Ann.
En la primera, sorprende la atracción creada entre Ann y Graham a expensas del marido que se muestra en todo momento cínico y distante.
Las miradas de Graham gravitan en torno a la figura de Ann desplazando a su amigo al que, por otra parte, ya nada le une después de 9 años de separación.
El número 9 alude al cambio de vida, a una muerte y una resurrección simbólicas, en consonancia con su costumbre de vestir de luto.
Además de ese detalle de numerología, hay otra referencia bíblica en la mención a la costumbre de la mujer de salar en abundancia las comidas.
La sal se ofrendaba en los pactos realizados ante Dios y probablemente sea una vaga referencia al pacto de fidelidad del matrimonio.
Las posturas aparentemente opuestas de John y Graham se confrontan simbólicamente.
Mientras que John, el infiel, se mofa de esa manía de su mujer de poner tanta sal, de Graham se nos dice anecdóticamente que años atrás “oficiaba misas privadas detrás de la capilla”, en alusión a su fidelidad.
En la escena del café los personajes de Ann y Graham tienen la posibilidad de intimar en ausencia del marido.
Graham pide té helado, una bebida que le caracteriza durante toda Sex, Lies, And Videotape, hasta que logra figuradamente romper el hielo, ponerse del otro lado de la cámara -algo que aterroriza a cualquier “voyeur”, y expresar sus temores.
Quizá la elección del té helado invite a una intimidad cuyo propósito parece ser antes la curiosidad que la lascivia.
Graham descubre su impotencia, mientras Ann acaricia inadvertida y repetidamente el pie de su copa de vino blanco en un ligero movimiento de vaivén.
No hay lascivia en ese gesto porque no hay consciencia del mismo.
Ese detalle mínimo de puesta en escena adelanta el tipo de relación que se establece entre los 2 personajes.
Sex, Lies, And Videotape es ante todo una película de personajes, de largas conversaciones en las que se revelan las grandes problemáticas humanas.
Unos seres que viven entre el engaño, entre los trastornos sexuales, problemas maritales y arraigados conflictos familiares; pero que, por suerte, al encontrarse con su complementario, como Ann y Graham, ponen fin a sus desgracias.
“Basura”, esta primera palabra está fusionada con un curioso plano con el que comienza Sex, Lies, And Videotape, enfocando la carretera por la que circula el coche de Graham, y que para mí simboliza las ocasiones en la vida en las que debemos volver a un punto anterior, lo cual es totalmente acorde con el desenlace de la obra.
Curioso, no es la infidelidad el único tema presente en Sex, Lies, And Videotape ni mucho menos, pero las demás situaciones que vemos son, o productos de este tema o causantes del mismo, y es allí donde reside la belleza del film.
La historia es de naturaleza intensa, como suelen serlo aquellas en las que se analiza el comportamiento humano a fondo, y se nos presenta como una exposición de lo que realmente son las relaciones entre adultos:
Los vínculos que se crean, las costumbres, los vicios y, por supuesto, las mentiras.
La infidelidad de John hacia su esposa se debe al hecho de que a esta no le causa ningún placer el sexo, una actividad a la que encuentra tonta.
Mientras tanto, Cynthia, su hermana, accede a acostarse con su cuñado simplemente porque ambos son tal para cual.
Por otro lado, Graham, el nuevo visitante y antiguo amigo de John, tiene un pasado que lo atormenta, y al cual ha dedicado 9 años, tiempo que transcurrió sin tener contacto con su amigo, a cambiar por completo.
No obstante, cuando Graham y Ann comienzan a mantener conversaciones a expensas de John, un vínculo se crea entre ellos, y es éste el elemento que detona realmente los grandes cambios que se ven a lo largo de Sex, Lies, And Videotape.
Cabe también destacar que el personaje de Graham es tal vez el más interesante de todos, pues a pesar de su historia, también carga a cuestas con un fetiche que no puede abandonar aunque quiera:
El voyerismo.
No un voyerismo vulgar y a hurtadillas, no, Graham encuentra placer filmando, bajo su consentimiento, a mujeres desconocidas mientras estas hablan, sólo hablan y nada más, sobre su vida sexual.
Al unir todos estos elementos con el resto de personajes, se obtiene una fórmula cinematográfica que no puede fallar, y que Steven Soderbergh se encarga de narrar.
Me llama la atención especialmente la escena en la que Ann descubre el pendiente y corre al coche tras cambiarse agresivamente de ropa.
En el momento de entrar en él se tapa los oídos como en señal de tremenda rabia, para dar paso instantáneamente al lugar donde ha aparcado, justo enfrente de casa de Graham.
En el momento en el que Ann toma las riendas de la grabación y enfoca a Graham se cambian los papeles y el voyerista pasa a ser el confesor:
Graham niega toda relación humana para evitar el dolor de la ruptura y el rechazo, reflejado en la manera que tiene de estructurar su vida, tal y como él dice, y se da cuenta de su error cuando ve que él ha influenciado ya la vida de Ann, y sobre todo cuando John le revela que él fue el artífice de su fracaso con Elisabeth.
Por su parte, Ann está influenciada por su hermana, al afirmar que detesta sentir las mismas cosas que Cynthia, y que por ello detesta pensar en los hombres; y toma la decisión de enfrentarse a un problema que realmente puede abarcar, y es el ayudar a Graham.
La escena final me remite a la gran sensación de realismo de Sex, Lies, And Videotape al no presentarnos el típico final feliz, sino simplemente que “está lloviendo”
Por supuesto, las actuaciones también resultan maravillosas y el hecho de que se lleven a cabo de forma tan natural, pero sin perder su intensidad, ayudan a que el espectador se hunda dentro de la atrapante historia que transcurre a lo largo de 100 minutos.
Soderbergh extrae de las miradas, de la modulación y de los gestos de los actores, especialmente de James Spader, el visitante, y de Andie MacDowell, la esposa, una riqueza expresiva que con frecuencia sobrepasa el texto de los diálogos.
Soderbergh les da tiempo a sus intérpretes para decir lo que tienen que decir y, más que eso, les da tiempo para recuperarse.
No hay que mirar en menos esta habilidad.
En muchos sentidos, el cine es el arte de la duración del plano, y si este joven cineasta aún no lo sabía, dichoso él porque quiere decir que aquí lo descubrió.
Pareciera que la clave de tanto entusiasmo, antes que en la puesta en escena, está en el planteamiento que le sirve de base:
En los asuntos de la sexualidad nadie tiene la suerte comprada.
El sexo es una fuente de comunicación y placer, pero también puede serlo de aislamiento, de desdicha y, como lo supo Sade, incluso de horror.
Soderbergh ciertamente no llega a los extremos a los que fue el Marqués.
Se necesita una inspiración maldita para hacerlo y él definitivamente no la tiene.
Por eso opta por quedarse en la dimensión traumática del sexo, en tanto instancia y analogía de encuentro.
La verdad es que se trata de un terreno devastado por muchas especulaciones, pero en su caso, la gracia está en que su mirada, no es clínica, sino confesional.
Por eso Sex, Lies, And Videotape conquista y sorprende.
Conquista, porque parece sincero.
Sorprende, porque contradice algunas de las banderas de la permisividad, el triunfalismo erótico y la percepción del sexo como aptitud gimnástica, pero manteniéndose, eso sí, al margen de toda ética prescriptiva o de posiciones que puedan ser vulnerables al cargo de conservadurismo.
Ahí radica la originalidad de Sex, Lies, And Videotape y parte importante de su magnetismo.
Habrá quienes la encuentren aburrida y otras la encontrarán común y corriente.
No puede negarse, eso sí, que se trata de un trabajo muy bien hecho y que, además de estar construido de forma genial, también es el reflejo de una sociedad que sufre los mismos problemas desde el inicio de los tiempos.

“Let's make a videotape”



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