Thor

“Two Worlds.
One Hero”

De toda la vida de un dios, la infancia de su hijo está marcada por personajes de ficción, ya sean estos radiofónicos, televisivos, cinematográficos, literarios o como en este caso gráficos.
Todos, o por lo menos la gran mayoría, nosotros hemos soñado alguna vez con ser como Superman, El Llanero Solitario, Sherlock Holmes, Hércules, Indiana Jones, Peter Pan, X-Men, etc.
Durante muchos años, todos esos personajes fueron las inspiración de una gran cantidad de cineastas para sus films, bueno todos no, los gráficos, es decir los que salían en las revistas ahora llamadas cómics, fueron poco utilizados.
Pero no porque no hubiese niños que no soñasen con ellos, sino porque era precisamente el público al que estaba destinado, la razón por la que no se hacía, los cómics, eran para niños y como tal se veían a esos personajes.
No fue hasta el año 78 cuando se pudo ver por 1ª vez en pantalla grande, y de forma seria, un superhéroe de esos que salía en las revistas.
Richard Donner abrió el camino con “Superman”, pero lo abrió poco.
Si bien las dos primeras películas de la saga tuvieron gran éxito comercial y estaban bien realizadas, las dos siguientes dejaban mucho que desear, y esto mismo hizo que todo volviese a quedar en el mismo estado en el que estaba antes, en el olvido.
La desconfianza de los grandes estudios hacia este tipo de películas hacía que se creasen productos de bajo presupuesto o directamente peor que mediocres que fueron directos a video.
Curiosamente muchas fueron creadas por estudios pequeños e independientes al amparo de la que fue la 2ª incursión seria de otro personaje “en mallas” que llego en el año 88 de la mano de ese genio para algunos, y chiflado para otros, que es Tim Burton con un “Batman” de coloristas contrastes, que empezaba a demostrar que eran muchas las generaciones, que habiendo crecido con estos personajes, estaban dispuestos a acudir a las salas de cine para seguir disfrutando de las aventuras de esos personajes que les hacían soñar de niños.
Pero por desgracia, sin contar con ese destacable “The Crow”, otros 10 años de espera y productos de serie inclasificable como “Spawn” de New Line, fueron necesarios para que finalmente “Blade” pusiese por fin una pica en Flandes e hiciese que esos primeros surcos, que había abierto 20 años antes “Superman”, y que se hicieron más profundos 10 después con “Batman” se convirtiesen en un camino a seguir a partir de ese momento, por todas las grandes distribuidoras para explotar esa gran veta dorada en la que ha acabado por convertirse todo aquello que aparece en una viñeta gráfica.
En sólo 13 años, el subgénero de los cómics, y dentro de este el de los superhéroes, ha crecido exponencialmente, tanto en calidad gracias a Singer y Nolan entre otros, como en cantidad, haciendo las delicias de esas generaciones antes mencionadas, entre las que tengo la suerte de encontrarme que soñaban con ver a sus admirados personajes en pantalla grande.
Tanto ha sido así, que se podría decir que, lo que antes eran productos marginales dentro de los grandes estudios, se han convertido en los grandes proyectos de las mismas, esos que aseguran la taquilla, que hay que explotar de todas las formas posibles desde que George Lucas inventase el “Merchandising” y que al menos una vez por año nos hacen pasar por caja para ver, y a ser posible disfrutar de las andanzas de estos dioses de la imaginación.
En este caso, Thor es un personaje de historietas publicado por Marvel Comics, un superhéroe creado por los estadounidenses Stan Lee y Jack Kirby, inspirándose en el dios nórdico Thor.
Sus historias suelen mezclar temas mitológicos y fantásticas, con la ciencia ficción y el género súper heroico.
Thor es el dios del trueno en la mitología nórdica y germánica.
Su papel es complejo ya que tenía influencia en áreas muy diferentes, tales como el clima, las cosechas, la protección, la consagración, la justicia, las Lidias, los viajes y las batallas.
Era el dios más venerado de las tribus germánicas, al menos desde los primeros registros escritos, hasta los últimos bastiones del paganismo germánico en la época vikinga tardía.
La mayoría de los mitos germánicos lo mencionan, o se centran en sus hazañas y en los relatos de las Eddas cumple el papel de protector del Midgard, “el mundo de los hombres”
Su arma es el martillo de guerra arrojadizo, llamado “Mjölnir”, del cual se hicieron réplicas en miniatura como amuleto que luego se convirtió en un símbolo desafiante de los paganos nórdicos durante la cristianización de Escandinavia.
Durante, y una vez que el proceso de cristianización fue completado, la figura de Thor fue demonizada por la creciente influencia de misioneros cristianos.
Después de que el cristianismo se cimentara, restos de su fe se conservaron de forma clandestina principalmente en áreas rurales, sobreviviendo así hasta tiempos modernos en el folclore germano, y más recientemente reconstruido bajo diversas formas en el neo paganismo germánico.
En el comic, como hijo de Odín y Gaea, Thor posee capacidades físicas muy superiores a sus compatriotas asgardianos.
Puede levantar sin problemas al menos 100 toneladas.
Situándose entre los héroes más fuertes del Universo Marvel, su vitalidad es tal que puede sobrevivir durante largos períodos en el vacío del espacio sin protección, y combatir durante horas sin sentir cansancio.
Su carne es más densa que la de los simples mortales, por lo que posee una gran resistencia al dolor y al daño físico, también posee inmortalidad gracias a unas manzanas encantadas que solo se pueden encontrar en Asgard, la velocidad de un rayo y sus huesos son hiperdensos.
El resto de poderes de Thor derivan de su martillo encantado de mango corto, “Mjölnir”
Mjölnir está forjado de un metal ficticio llamado “Urú”, prácticamente indestructible, y fue encantado por Odín, y posee además las siguientes habilidades:
Vuelve a la mano de su dueño una vez lanzado.
Mjölnir es capaz de atravesar prácticamente cualquier barrera, e incluso viajar a través de dimensiones para volver a la mano de su lanzador.
Permite volar a Thor.
Para ello Thor gira su martillo y lo lanza, sujetándose a la correa del mismo.
La velocidad máxima que puede alcanzar es desconocida, si bien alcanza velocidades extraordinarias.
Algunas de las habilidades de Mjölnir y poderes son:
Puede controlar los elementos, el clima y el rayo.
Girando a Mjölnir Thor es capaz de crear un portal que le permite viajar a dimensiones adyacentes.
Originariamente también podía crear un tornado que le permitía viajar por el tiempo, pero este poder fue retirado por Inmortus.
Proyectar rayos de anti-fuerza, absorber y reflejar energía, etcétera.
Thor posee además varios objetos asgardianos de poder único aunque no suele usarlos habitualmente:
Cinturón de fuerza:
Duplica la fuerza de Thor, pero cuando se lo quita le deja débil y agotado durante un tiempo.
Guanteletes:
Son de hierro y protegen los brazos de Thor.
Armadura de metal asgardiano:
La usó cuando Hela le maldijo haciendo sus huesos frágiles.
Carro tirado por dos machos cabríos:
Rechinante y Triturador, correspondientes a “Tanngrisnir” y “Tanngnjóstr”
Además, Thor puede invocar "la cólera del guerrero", que hacen que su fuerza, resistencia y poderes sean aumentados hasta niveles todavía no determinados.
“Oh, no... this is Earth... isn't it?”
Thor es una película de superhéroes estadounidense estrenada en 2011 y basada en el personaje homónimo de Marvel Comics.
Es el cuarto largometraje del Universo cinematográfico de Marvel en ser estrenado, y contó con Kenneth Branagh como director, y Ashley Edward Miller, Zack Stentz y Don Payne como guionistas.
Protagonizado por Chris Hemsworth, Natalie Portman, Anthony Hopkins, Tom Hiddleston, Stellan Skarsgård, Idris Elba, Kat Dennings, Clark Gregg, Jaimie Alexander, Ray Stevenson, Tadanobu Asano, Josh Dallas, Colm Feore, Rene Russo, Samuel L. Jackson y Jeremy Renner.
Hay que reconocer que llevar el personaje de Thor a la gran pantalla y caer en el ridículo, es una de las cosas más sencillas que se pueden hacer en el cine actualmente, y Kenneth Branagh encaja a la perfección.
Me da cierta pena, que un autor-actor como él, tenga que hacer este tipo de trabajos orientados a mantener su estatus económico-social, pero si lo hace de esta manera, “tan digna”, en este tipo de géneros siempre será bienvenido...
Los largometrajes “de superhéroes” al igual que los denominados “de acción” se basan en una fórmula sencilla:
Cuatro o cinco escenas de acción enlazadas mediante una trama, más o menos interesante, dependiendo de lo conseguida que sea la trama, obtendrá la aprobación o desaprobación de la crítica, y dependiendo de lo conseguida que sean las escenas de acción, obtendrá mayor o menor éxito de taquilla.
A estas alturas de las adaptaciones Marvel, no podemos dejar de alegrarnos por Stan Lee, que a sus casi 80 primaveras tiene que estar disfrutando de lo lindo, viendo cómo el grueso de los iconos de “La Casa de Las Ideas” sigue saltando a la gran pantalla.
El caso que nos ocupa, que también cuenta con un cameo suyo, evidentemente, no es la mejor de las propuestas que han invadido las salas los últimos años, pero tampoco es la peor.
“No eres más que un niño que quiere demostrar que es un hombre”
Lo cierto es que Thor encuentra en la aceptación de sus limitaciones la mejor de sus virtudes.
Y lo hace abrazando una orientación narrativa y textual tendente al disparate, convertida ya desde sus primeros rollos en una consciente, honesta y entretenida comedia de superhéroes “kitsch” y delirante, dominada por un Chris Hemsworth que se disuelve perfectamente en su personaje; bruto y forzosamente entrañable desde su llana simpatía, actúa como un energúmeno con la suficiente efectividad homoerótica como para aguantar en cámara a base de sonrisas, diálogos imposibles, bíceps y descomunales pectorales, en ese sentido, es descacharrante comprobar cómo el elenco femenino, liderado por Natalie Portman y Kat Dennings, le sigue a pies juntillas embelesado por su belleza.
El argumento se centra en Thor (Chris Hemsworth), hijo de Odín (Anthony Hopkins)
Thor es un arrogante guerrero que debido a sus imprudentes actos reaviva una antigua guerra entre las fuerzas más poderosas.
Como castigo, es expulsado, enviado a la Tierra y obligado a vivir entre humanos, en donde se relata cómo traba una relación con Jane Foster (Natalie Portman), una científica.
A través de diversas situaciones, Thor se ve en la obligación de detener a su hermano adoptivo Loki (Tom Hiddleston), quien anhela en convertirse en el nuevo Rey de Asgard.
Es entonces cuando Thor debe aprender a ser un verdadero héroe, enfrentarse a su destino, y hacer lo posible para evitar que el planeta caiga en malas manos, al tiempo que pasa de Príncipe Heredero de un trono de dioses, a humilde superhéroe de nuestro mundo.
Por “supuesthor”, la historia de amor no podía faltar, pero la verdad es que aporta poco, o nada, a la trama, aunque no estorba ni mucho menos.
Tampoco es que se profundice demasiado en la relación entre Thor y Jane Foster pudiendo dar la sensación de que es un romance forzado.
Thor se divide en dos:
Cuando Thor está en su reino, el cartón piedra del 3D, y cuando es desterrado a la tierra, en donde muestra sus más graves carencias.
A pesar de que el humor está bastante chirriado y se hace pesado, las escenas en La Tierra parecen muy apresuradas, al ritmo de rayo, valga la referencia.
Thor tendrá que aprender rápidamente a ser humano para ser héroe, y a ser héroe para ser dios.
Quizás por ser un dios y no un superhombre, Thor, bruto y engreído, nos resultó un tanto cargante en nuestro planeta Tierra a donde fue enviado por su padre Odín para aprender una lección de humildad.
Algo que debió hacer en alguna elipsis del metraje, pues no se llega a percibir un detonante convincente capaz de tal transformación.
En el planeta azul, Thor no sólo pierde el martillo que le hace singular, sino el interés del espectador.
Se puede resumir con dos o tres pinceladas:
No hay química con su partenaire Jane Foster (Portman), la secuencia en la que se enfrenta al robot siderúrgico, piedra angular de su estancia en nuestro planeta, no ofrece ni tensión ni ritmo alguno, y las gracias resultan demasiado forzadas, véase al superhéroe zampando con la avidez de un cerdo.
Como espectadores nos hemos llegado a ser estafados y a preguntar por qué Kenneth Branagh, el shakesperiano realizador, no siguió tomándose licencias “poéticas” y se llevó a su dios, antes de lo previsto, de vuelta al puente multicolor de Asgard.
Lo mejor de Thor:
Las escenas en que Thor empuña el martillo.
Lo peor:
Confirmar hasta donde ha llegado la necesidad de sacarle plata a los espectadores descerebrados y a los seguidores de los comics.
Los besos en la mano de Thor a la Portman, insufrible, un caballero-dios vikingo refinado y casto, no cuela.
¿Por qué el espectador se da cuenta de quién es el malo malísimo nada más verlo, mientras que el resto de personajes necesitan ayuda para coscarse?
El universo… digno del cartón piedra tecnológico, con trajes al estilo “Caballeros del Zodiaco” y ese tono cansado y heroico del héroe, da la impresión que habla más a través de los testículos que por la mente.
Y es que lo que pudo ser lo mejor de Thor, por su estética preciosista del comic, resultó excesiva, barroca hasta el mal gusto.
De hecho, nunca se vio un pueblucho del oeste con 2 calles tan, tan transitadas.
Los túneles de plástico y puentes tipo “gay parade” sobran.
¿Thor estaba patrocinada por “Just For Men”?
Porque no me explico el tinte que tenía el malvadísimo hermano-drag-queen cornudo.
Y ni hablar de la rata en la cabeza que lucía el protagonista, estaba tan tiesa, que ni se movía, era como que el pelo le crecía desde el centro de la frente, terrible.
Como datos muy negativos, un guión que intenta abarcar mucho pero no deja nada claro, quizás hubiese sido mejor intentar abarcar menos campos de la historia de Thor, unos efectos muy mal gastados, ya que en los momentos de acción, apenas se ven ya que el movimiento lo nubla todo y en 3D esto se multiplica, unos personajes muy vulgares:
El malo muy típico, los amigos del bueno patéticos, los humanos mejor ni hablar...
Unos actores que ni fu ni fa, Thor, el adonis sin expresión facial, Natalie Portman en un papel casi secundario, un Anthony Hopkins en otro de sus peores papeles...
Thor es un ejemplo de la desesperación por pagar deudas de ganadores del Oscar.
Lo malo es que no salí excesivamente contento de la experiencia mística.
Ni consigue contentar al crítico seguidor, por desperdiciar no sólo a Thor sino a todo lo que le rodea, lo de los 3 guerreros y Sif (Jaimie Alexander) es de risa, ni al neófito, que no ve más allá que otra hueca historia de chico idiota y engreído, en este caso dios imbécil y engreído, pero para el caso es lo mismo, que se redime por el amor, en un abrir y cerrar de ojos, rodeado de puñetazos, poses, explosiones y un peligro que amenaza al mundo, es decir, lo mismo de una y mil veces.
Da la sensación de ser una película sin alma por culpa de que alguien estrechó las miras de un proyecto que de pretender ser bueno, debiera haberse rodado para DVD o TV, y consigue ser un producto del montón con unos mimbres tremendos.
Para ir finalizando este ensayo de tolerancia, por todos los dioses:
O tenemos el cerebro atrofiado o Darwin tiene razón con su teoría.
La evidencia es clara.
Sólo que en un punto estuvo equivocado.
No estamos evolucionando.
Todo lo contrario.
La estupidez humana en función del tiempo es una serie que diverge al infinito.
Curiosamente, hubo gente que si le hizo caso a Thor como film, desde los sectores más conservadores, se organizo un boicot a la película.
The Council of Conservative Citizens anunció poco antes de su estreno, un boicot para Thor.
El motivo fue la inclusión del actor afro británico Idris Elba como el dios nórdico Heimdal que, según las Eddas, es descrito como "El Más Blanco de Todos" y que inclusive en el propio comic es representado por un hombre blanco.
Lo que describen como un acto de racismo anti-blanco y una falta de respeto hacia sus raíces ancestrales…
A dicho boicot se le sumaron organizaciones de ideología nacionalsocialista en todo el mundo.
Y miembros de religiones neopaganas como el Wotanismo, el Ásatrú y el Odinismo mostraron también su descontento con la película a lo largo del mundo.
Plop!
Por desgracia este Thor, más que dios del trueno, se queda en colega del mazo gordo y eso no tiene perdón de dios, digo de Odín.

“Yeah.
Uh, base, we've got, uh, Xena, Jackie Chan, and Robin Hood”



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