The Doors

“The ultimate story of Sex, Drugs & Rock 'N' Roll”

Hay personas que quedan en la memoria colectiva cómo símbolos que rebasan sus defectos y virtudes, en la historia se convierten en mitos y su legado se convierte en leyenda.
Uno de estas personas es James Douglas Morrison vocalista y letrista de The Doors, banda formada en julio de 1965, que ha sido descrita como una de las bandas más innovadoras y poderosas en la historia del rock.
Cuatro décadas después de su muerte en París a los 27 años, el magnetismo y el misterio sigue arropando la figura de Jim Morrison, el poeta que trascendió la escena musical para convertirse en icono de la generación maldita del rock and roll.“Mr. Mojo Risin”, anagrama de Jim Morrison, fue un poeta, compositor y cantante estadounidense, célebre por ser el vocalista del influyente grupo de rock psicodélico The Doors.
Jim Morrison está clasificado como uno de los 100 mejores cantantes de todos los tiempos en la revista Rolling Stone; la importancia de Morrison en la música recae sobre todo en su manera de hacer poesía.
Morrison no decía, más bien sugería.
Pretendía abrir las puertas de la sensibilidad, de ahí el nombre del grupo, ir más allá de las palabras concretas.
Con estos intereses, era totalmente comprensible que adorara las drogas.
Con su ayuda, cambiaba la realidad, nótese que me arriesgo a llamar realidad sin ningún tipo de prueba a lo que percibimos en estado de sobriedad, y sacaba lo mejor de sí.
Con las drogas descubría lo absurdo de la existencia, la ausencia de sentido:
“Me interesa cualquier cosa que tenga que ver con las revueltas, el desorden, el caos.
Especialmente las actividades que parecen no tener sentido”, dijo una vez.
Jim Morrison aprendió a ser libre desatando su mente.
Creo un largo, prolongado, y ordenado trastorno de los sentidos hasta obtener lo desconocido.
Pocas personas en la historia han sido tan ambiciosas como para explorar el mundo suprasensible con la música.
Desde niño, la familia de Jim Morrison debió trasladarse por varias ciudades de Estados Unidos debido a la carrera de su padre y vivir en diversas bases militares, a los catorce años de edad ya había tenido siete hogares.
Según se cree, este tipo de vida sin apego a lugares o personas, caló profundamente en su forma de ser.
Jim Morrison tenía un negro sentido del humor, escribía poesía, pintaba un poco y leía vorazmente.
Desde muy joven estuvo fascinado por la literatura y la poesía y decidió centrarse en lo que consideró siempre su verdadera vocación:
La poesía.
Para tal efecto, Jim Morrison se trasladó a Venice Beach en Los Ángeles, California, viviendo en la azotea de un edificio o en las casas de las chicas que conseguía conquistar con su estrafalario aspecto y recitando complejos sonetos del siglo XVIII.
Esta fue una época de descubrimientos para Jim.
Por un lado, el acercamiento a las drogas psicodélicas que tanto le fascinaban, como el peyote, la marihuana y el LSD, según se dice su favorita, cortesía de autores como Baudelaire y Aldous Huxley, y por otro, el nacimiento de la cultura hippie que florecía por doquier y de la que vivió rodeado.
Sin embargo, nunca se llegó a identificar con ella e incluso la desdeñaba en buena medida debido a su nihilismo.
Su visión del mundo estaba muy alejada de cuestiones hippies fundamentales, como el acercamiento al espíritu a través de la meditación, el vegetarianismo o la astrología.
Se dice que Jim Morrison tenía el elevado coeficiente intelectual de 149.
Aunque no está comprobado en las pruebas de IQ de aquellos días, es cierto que leía textos complejos para la mayoría, incluidas las obras de autores como Friedrich Nietzsche, Aldous Huxley, Jack Kerouac, Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud, el conde de Lautréamont, Emanuel Swedenborg, Gérard de Nerval y William Blake, entre muchos otros.
Un profesor de Jim incluso relató a sus biógrafos que solía acudir a la Biblioteca del Congreso para comprobar si existían algunos de los libros que Jim decía leer.
Los profesores de la universidad charlaban largamente con Jim sobre libros de este tipo.
Según declaraciones de algunos, "parecía como si él mismo hubiera escrito esos libros; la mayoría de los otros alumnos no llegaban a comprenderlos como él"
En 1965, tras graduarse en la Universidad de California, Jim Morrison tuvo un encuentro casual con Ray Manzarek, ex compañero de clases en la universidad y también músico, que estaba al frente de la banda Rick And The Ravens.
Con intención de difundir su poesía, Jim le mostró un par de trabajos que podían ser musicalizados.
Manzarek pidió que le cantara alguno y Jim, tímidamente, entonó los primeros versos de Moonlight Drive.
Al escucharlo, Manzarek quedó sorprendido por su talento y le pidió que formaran una banda de rock, lo que Jim aceptó "para ganar un millón de dólares", como ya siendo famosos comentaran.
Después de varios cambios en la alineación de la banda, terminaron conformando The Doors:
Ray Manzarek en los teclados, Robby Krieger en la guitarra y John Densmore en la batería, estos dos últimos procedentes del grupo The Psychedelic Rangers, además de la voz de Jim.
El nombre que escogieron procede del título del ensayo “Las Puertas de la Percepción” de Aldous Huxley sobre la mezcalina inspirado a su vez en la cita de William Blake:
"Si las puertas de la percepción fueran depuradas, todo aparecería ante el hombre tal cual es: infinito"
Jim Morrison escribió un poema llamado "La Celebración del Lagarto", que motivaba en la primera portada del álbum de The Doors "Waiting For The Sun"
El poema contiene la línea:
“I am the Lizard King.
I can do anything”
Los aficionados pensaban que era en referencia al mismo Jim Morrison.
El apodo se le pegó, y, después de un tiempo, la banda le añadió música y el poema se cantó varias veces en vivo.
Sin embargo, la carrera de The Doors fue corta, poco más de cinco años, pero fue fulminante e intensa.
Las letras de The Doors se caracterizaron por su descaro y sobre todo, su erotismo.
En 1967, el primer disco de The Doors vio la luz.
La canción “The End” con letras como:
“Padre, quiero matarte/Madre, quiero follarte” convirtieron al grupo en referencia obligada del Underground de Los Ángeles.
Pero fueron canciones como “Light My Fire” o “Touch Me” las que auparon al grupo a los primeros puestos de la lista de ventas.
Jim, pasó a convertirse en un icono de lo prohibido, tanto para quinceañeras como para hippies.
Sus pantalones de cuero ajustados, su melena, y sus eróticos movimientos causaron furor entre el público femenino… y masculino.
Cabe resaltar el dramático cambio que experimentó Morrison hasta convertirse en la estrella del grupo The Doors.
Durante su infancia y adolescencia tuvo muchos problemas de personalidad, que hicieron que fuera una persona muy insegura.
Su mayor influencia, como cantante y en cuanto al medio escénico, fue Elvis Presley, a quien no conoció ni vio en concierto pero de quien conocía prácticamente todo su repertorio.
De hecho, se ha asegurado que Jim Morrison sufría un problema de trastorno límite de la personalidad, que le impulsaba a tomar drogas antes de cada concierto.
Fue tanto el impacto que tuvieron en él las drogas que se convirtió en un experto en el tema, interesándose por el chamanismo dada su estrecha relación con el peyote.
Incluso escribió un tratado sobre drogas.
También se dice que Jim Morrison se caracterizaba por sus pequeños bailes al estilo indio-chamánico, y que, al llegar a la ciudad de Los Ángeles, vio la muerte de un indio en un accidente.
La leyenda dice:
“Si ves a un indio morir, su espíritu se encarna en ti”
Las presentaciones de Jim Morrison, eran un espectáculo en si puesto que a media canción entraba en trance y recitaba sus poesías o bailaba como un salvaje, con el micrófono como Tótem.
Más no importaba a los fanáticos si el disco era bueno o malo, lo que los lleva a los conciertos, era el descontrol y la falta de respeto a la autoridad, es entonces, que la gente recuerda a Jim como el cantante loco que bailaba como Sioux, el que se mofa de los policías, el que proclama:
“Amor, Sexo, Drogas, y Rock 'n' Roll”
Su actitud provocadora en escena, perturbando el orden público, hizo que sus conciertos fueran prohibidos en varias ciudades de los Estados Unidos.
Así las cosas, The Doors comenzó entonces a resquebrajarse.
Las continuas borracheras de Jim y el abuso de las drogas hicieron mella en su cuerpo, pasando de ser, en poco más de dos años, un sex-symbol a convertirse en un borracho gordinflón con carraspera.
La gota de agua que colmó el vaso fue la detención de Jim en un concierto, donde apareció completamente borracho e insultando a los policías.
El 1 de marzo de 1969, Jim Morrison fue llevado a juicio a raíz de una actuación en la que algunos asistentes afirmaron que enseñó su pene y simuló una masturbación, entre otras cosas, aunque no hubo pruebas fehacientes.
En 1971, ante el riesgo de ser condenado a prisión, Morrison decidió abandonar la música y radicarse en París, donde se dedicaría por completo a su mayor inclinación:
La poesía.
Es importante hacer notar que Morrison abandonó la carrera musical en su momento de mayor popularidad, cuando The Doors estaba convirtiéndose en el único grupo norteamericano que competía con éxito con las grandes bandas como The Beatles o The Rolling Stones.
Sin embargo, James Douglas Morrison Clarke ya había publicado dos pequeños libros de poemas:
“The Lords” y “The New Creatures”, así como el opúsculo “An American Prayer” y “Ode to L.A.”
Al día de hoy, estos libros pueden leerse como filosofía y, por momentos, también como ensayos sociológicos o manifiestos conceptuales.
En la mañana del 3 de julio de 1971 Jim Morrison fue encontrado muerto en la bañera de su piso del Barrio del Marais en París, Francia, donde vivía junto a su pareja y amante, Pamela Courson, aunque existen muchas otras versiones sobre su muerte, incluyendo la idea de un suicidio y de un asesinato.
No hubo autopsia, pero se declaró que murió por un paro cardíaco, según su acta de defunción.
Protegidos por una valla metálica en la división 6 del cementerio del Père-Lachaise, los restos de James Douglas "Jim" Morrison Clarke yacen bajo una lápida a la que nunca le faltan flores.
Allí se congregan sus adeptos, que a menudo declaman poemas, hacen fotografías o colocan botellas de bourbon junto a la célebre lápida, la cual es mucho más frecuentada que los vecinos lechos del escritor Oscar Wilde, la soprano Maria Callas o el compositor Frédéric Chopin.
En torno a la extraña muerte de “The Lizard King”, han surgido muchas especulaciones.
Ray Manzarek, teclista de The Doors, declaró:
“Si existe un tipo capaz de escenificar su propia muerte, creando un certificado de muerte ridículo y pagando a un doctor francés, poner un saco de 150 libras dentro del ataúd y desaparecer a alguna parte de este planeta, ese tipo es Jim Morrison.
Él sí sería capaz de llevar todo esto a buen puerto”
Jim Morrison murió a los 27 años al igual que otros famosos músicos como Brian Jones, Robert Johnson, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Kurt Cobain o Amy Winehouse.
Su epitafio está escrito en griego antiguo, traduciéndose como “de acuerdo con su propio demonio” o “fiel a su propio espíritu”, y dice:
“Kata ton daimona eaytoy”
The Doors es una película biográfica estadounidense sobre la banda de rock del mismo nombre, dirigida por Oliver Stone y estrenada en 1991.
El guion fue escrito tanto por Stone como por Randall Johnson, basado en el libro “Riders On The Storm” de John Densmore.
The Doors hace hincapié en la tormentosa vida de su vocalista, Jim Morrison, a 20 años de su confusa muerte.
Protagonizada por Val Kilmer, Meg Ryan, Kevin Dillon, Kyle MacLachlan, Frank Whaley, Michael Madsen, Billy Idol, Kathleen Quinlan, Bruce McVittie, Dennis Burkley, Josh Evans, Costas Mandylor, Crispin Glover, entre otros.
Resultan notables dos breves cameos con los verdaderos John Densmore y Patricia Kennealy en distintos personajes.
El papel del ingeniero de sonido Bruce Botnick lo interpreta el propio John Densmore, baterista original de The Doors.
La bruja que casa a Jim con la periodista Patricia Keanelly, que representó Kathleen Quinlan, es la mismísima Patricia Keanelly.
Como curiosidad, la vestimenta que usó Val Kilmer fue extraída de un museo, prendas que fueron del propio Jim Morrison.
Después de tanto film bélico, Oliver Stone pensó que le llegó el turno al malditismo del rock de los sesenta.
Así The Doors podría considerarse una visión crítica sobre la juventud de aquellos maravillosos años.
Una generación influenciada por un grupo inestable, abordándolo desde un punto de vista mesiánico y destructivo.
Pero no.
El resultado se reduce en la figura de Jim Morrison, símbolo de la provocación; político erótico del rock, poeta eléctrico, cantante lisérgico y Rey Lagarto donde los haya.
Que vive, hace imposible la vida de los demás y se deja caer por su propio peso:
La fama.
Stone nos hace viajar en un tren sin retorno donde la música, el sexo y las drogas fluyen como anhelo de vida hasta dar con la muerte repentina en un final demasiado súbito.
The Doors fue un grupo de rock-blues, formado en Los Ángeles, California, en julio de 1965 y disuelto en 1973, que junto con bandas como “Jefferson Airplane” y “Grateful Dead”, se convirtió en los máximos exponentes de la música de los años 60.
Supongo que el máximo propósito de Stone al rodar The Doors fue la apresurada caída de un mito, ya que se limita a enaltecer las carencias y enajenaciones del grupo y su líder, y del mismo modo a torpedear otras virtudes y excepcionalidades.
Así las cosas, la vida de Jim Morrison (Val Kilmer) cambió cuando, a orillas de un camino de Nuevo México, vio morir a un grupo de indios navajos.
Se convirtió en un hippie, consumió drogas y formó parte del rock and roll de los 60.
Después, formó parte del grupo de música The Doors y saboreó el éxito.
The Doors nos muestra su vida, desde el concierto en el Whisky A Go Go, con Jim Morrison cantando de espaldas al público a causa de su “vergüenza” hasta el final:
“Father? Yes, son? I want to kill you.
Mother? I want to... fuck you!”
Por supuesto, sin olvidarme del magnífico final en el cementerio Père-Lachaise, y el inicio de los créditos, con todos disfrutando mientras escuchan a The Doors interpretar “L.A. Woman”
Y el estilo narrativo del director así lo demuestra fehacientemente, ritmo desenfrenado y anárquico, desmadres por doquier, abusos y libertinajes, todo bien retratado en un filme documental y musical al mismo tiempo, porque para los fanáticos del grupo hay abundante material sonoro como era de esperarse, con algunos aportes de “The Velvet Underground” y una sublime escena de sexo salvaje con el tema de “Carmina Burana” sonando de fondo, en uno de los aspectos musicales más conseguidos a mi gusto en The Doors.
Y sí, infaltables “Light My Fire” y “Break On Through” como los temas más sobresalientes de la banda, así como una más que encomiable interpretación de Val Kilmer como Jim Morrison.
Un papel ENORME, muy logrado, dando vida a un sujeto con problemas de adicciones y de conducta descontrolada.
Un individuo que permanentemente contravenía leyes y poco le importaban las normas preestablecidas.
Así fue su vida, caótica y por ende su final corrió la misma suerte.
En definitivas, una aceptable alternativa para ver el comienzo, clímax y decadencia de una las bandas de rock and roll más reconocidas de los sesenta.
The Doors posee una fotografía muy buena de Robert Richardson, habitual de las películas de Stone, que aprovecha al máximo las posibilidades que ofrecías los escenarios y los juegos de luces.
“Riders On The Storm”
Val Kilmer fue el elegido, luego de que Oliver Stone lo descubrió en 1986.
Kilmer tenía el mismo tipo de voz para el canto como Morrison y logró convencer al director de que él era perfecto para el rol del cantante.
Gastó varios miles de dólares en filmar su propio vídeo de ocho minutos, con una muestra de su canto y el aspecto de Morrison en las distintas etapas de su vida.
Para prepararse para el papel, Kilmer perdió peso y pasó seis meses ensayando canciones de The Doors todos los días.
El actor aprendió 50 canciones, de las cuales 15 son en realidad interpretadas por él mismo en The Doors.
Kilmer también pasó cientos de horas con el productor musical Paul Rothchild para que le ayudara con su caracterización, quien le dijo que incorporara “anécdotas, historias, momentos trágicos, momentos de humor, como Jim pensaba y se dijera ¿cuál fue mi interpretación de las letras de Jim?”, dijo Rothchild.
También le recomendó en el estudio que utilizara “alguna pronunciación, cosas idiomáticas que Jim podría hacer que una canción sonara como él”
Curiosamente, aunque Kilmer logró conocer y reunirse con Robby Krieger y John Densmore, Ray Manzarek rehusó del todo hablar con él, debido a su posición abiertamente adversa a la historia que se produciría.
Se afirma que cuando los restantes The Doors escucharon a Kilmer cantando, creyeron oír la propia voz de Morrison.
Lamentablemente, The Doors pasó de lejos en los Oscar, donde fácilmente considero a Val Kilmer digno de nominación, así como la maravillosa fotografía, cinematografía y edición de The Doors.
“Break On Through (To The Other Side)”
Aunque los miembros sobrevivientes de la banda se acreditaron como asesores técnicos, tanto ellos mismos, como aficionados y familiares del fallecido Jim Morrison se mostraron altamente disconformes con el resultado de The Doors.
Ray Manzarek incluso describió su personaje como “un psicópata fuera de control”
De los tres miembros sobrevivientes del grupo The Doors, el teclista Ray Manzarek fue el único que se negó a colaborar en la película The Doors, a pesar de las muchas súplicas de Oliver Stone.
Además, se dedicó a echar pestes de ella después del estreno, afirmando que nada de lo que se cuenta en The Doors tiene el menor parecido con la verdadera historia de Jim Morrison y The Doors.
La obra de Stone básicamente se centró en aspectos controversiales de la vida del cantante, en particular con sus escándalos en el escenario y su abuso con el alcohol y las drogas, dejando casi por completo su lado humano y su talento artístico como músico y poeta.
Resulta bastante difícil de imaginar para el espectador cómo se habrían llegado a compenetrar y a lograr la química adecuada que se alcanzó entre los cuatro integrantes de la banda, si su líder hubiera tenido siempre ese comportamiento tan errático, distante e incluso hostil, como el presentado en The Doors.
Finalmente, a pesar de contar con algunos elementos biográficos reales, existen notables inexactitudes y hechos no verdaderos, los cuales fueron incorporados libremente para enfatizar el personaje decadente y mítico del Morrison creado por Stone.
Quizás el episodio más evidente e inexacto en The Doors es el referente a la célebre participación de la banda en el programa televisivo The Ed Sullivan Show.
No es cierto que Morrison cantara deliberadamente una línea que se le pidió que modificara en del tema “Light My Fire”
The Doors muestra a un desafiante Morrison gritando la palabra “higher” ("drogado") en la cámara de televisión, mientras que, de hecho, destacó el “fire” ("fuego") durante la ejecución, y cantó la línea "higher", más o menos como originalmente lo grabó.
En una versión, Morrison insistió en que era un accidente, que tenía la intención de cambiar la letra, pero estaba tan nervioso acerca de la realización en directo en televisión que él se olvidó de cambiarla cuando estaba cantando.
En otra versión, Ray Manzarek dice que The Doors fingió estar de acuerdo con el cambio de palabras y deliberadamente tocó la canción como siempre lo habían hecho, sin embargo, sin mayor énfasis en la palabra que se consideraba ofensiva.
Otra inexactitud, igual de notable, es que The Doors retrata el primer período de Morrison con The Doors, con todos los miembros de la banda original incluidos.
Sin embargo, Robby Krieger no se unió a sus compañeros hasta más tarde en el mismo año de este período en particular.
Y otros anacronismos se presentan como cuando a Morrison se le puede ver usando gafas Wayfarer de Ray-Ban, creadas en los últimos años de los ochenta.
Y la edición de “The Portable Nietzsche” (Viking/Penguin), que Jim Morrison lee durante la escena de la presentación de su trabajo de la clase de cinematografía, fue publicada por primera vez en 1982, después de la muerte de Jim Morrison.
Una de las escenas más criticadas por Ray Manzarek es ésa en la que Jim Morrison destroza un aparato de TV durante una de sus borracheras.
Según Manzarek, Jim jamás actuaba de forma tan violenta, ni siquiera cuando estaba completamente drogado.
“Roadhouse Blues”
Las canciones, algunas:
“Light My Fire” es una canción de su álbum debut, grabado en septiembre de 1966, y lanzado en enero de 1967.
Alcanzó el número uno en la lista Billboard de Singles pop en 1967.
La canción fue escrita por Robby Krieger (música/letra), aunque usualmente los créditos son dados a The Doors.
El tecladista Ray Manzarek añadió el intro.
La canción representa una pareja “llegando alto” (getting high), un término callejero para la sensación eufórica de la gente cuando se droga.
“People Are Strange” es una canción de su segundo disco “Strange Days”
De acuerdo con el análisis de Allmusic, la canción “muestra la fascinación del grupo por la música teatral de los cabarets europeos”
El tema habla de alienación, de ser un desconocido y, según el análisis antes mencionado, la canción podría estar escrita a la cultura hippie, a los marginados y a los consumidores de drogas, especialmente el LSD.
La canción fue escrita por Robbie Krieger junto con un deprimido Jim Morrison mientras caminaban por el Laurel Canyon.
El baterista John Densmore cree que la canción es una manifestación de la “vulnerabilidad” de Morrison.
“Riders On The Storm” es una canción que fue sacada como single en su álbum “L.A. Woman” de 1971, el último disco con Jim Morrison.
La canción comienza con unos sonidos de truenos y lluvia que fueron incorporados con el Fender de Ray Manzarek.
La canción está relacionada con el asesino Billy Cook, quien mató a una familia: hizo auto stop y mató a la familia que le recogió, en especial en la línea:
“There's a killer on the road”
Según la leyenda urbana la canción fue concebida a una alusión a un accidente producido por un auto que conducía descuidado, y que encontraba la muerte al chocar con la tribu de Navajo.
En una parte se escucha:
“Into this house we're born, into this world we're thrown”
“Break On Through (To The Other Side)” es una canción de su álbum debut.
Fue el primer single de la banda y tuvo relativamente poco éxito comparado con sus temas venideros, alcanzando solo el número 106 en el Billboard Hot 100.
La banda tocó esta, junto con otras 5 canciones, en su demo para los Aura Records, en 1965.
Elektra censuró parte de la canción argumentando que el uso de la palabra “high”, tiene una connotación en el mundo de las drogas.
La versión del álbum original tiene la línea “She gets high” truncada, de modo que solo se escucha “She gets”, y un soplido.
Versiones en vivo y otros lanzamientos de la canción están sin censura, con la palabra “high” restaurada.
En fin, el reino de los cielos tenía una prima donna llamada Jim Morrison en la época en la que los grandes mitos estaban abocados al infierno.
Presencia del exceso, un genio empujado al vacío del éxito, uno de los elegidos, como otros muchos para volar sin alas y reavivar sus llamas sin permiso alguno.

“There are things known and things unknown and in between are The Doors”



Comentarios

  1. Donde se podran encontrar grabaciones de val kilmer cantando que no sea la pelicula?

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  2. No tengo conocimiento, que Val Kilmer haya grabado música fuera de la que grabó para el soundtrack de esta película, tiene una muy buena voz, ¿Cierto?
    Lástima que si tiene otra música grabada, aparte, nos es desconocida.
    Siento no responder tu pregunta satisfactoriamente.
    Saludos y gracias por dejar tu nota.

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