Vincent

“Vincent Malloy is seven years old, he's always polite and does what he's told”

Refinado, elegante y versátil actor estadounidense, que tras una larga carrera en el cine y teatro, se convirtió en uno de los intérpretes de terror más admirados y respetados de la historia del Séptimo Arte.
Vincent Price fue conocido principalmente por las películas de terror de bajo presupuesto en las que trabajó durante la última etapa de su carrera, siendo el último en forjarse una carrera íntegramente basado en el género del terror.
Con 1,93cm de estatura, Vincent Price se interesó por el teatro en los años 1930, actuando por primera vez en 1935 en la obra “Chicago”
Colaboró además junto a Orson Welles en el Mercury Theatre, compañía de teatro fundada por Welles en Nueva York.
Durante sus primeros años como actor, Price recibió los consejos de Helen Hayes, quien le recomendó permanecer algunos años más, en el mundo del teatro, antes de dedicarse al cine.
Finalmente, tras varias audiciones, Vincent Price realizó su debut cinematográfico en la cinta “Service de Luxe” en 1938 y luego en “The Private Lives Of Elizabeth And Essex” (1939)
Su primer rol dentro de una película de terror fue en “Tower Of London” (1939), donde actuó junto a Boris Karloff, famoso por haber interpretado al monstruo de Frankenstein en 1931.
El reinado de Vincent Price empezó en los años 40, como actor secundario de lujo en producciones de lujo.
Su porte altivo e insinuante, presencia distinguida y sugestiva capacidad vocal, hacían de Vincent Price el villano ideal.
El humor fue de, hecho, la marca registrada de Price, que se subrayó en casi todos los villanos a quienes dio vida.
Se puede pensar que, el tono de burla con que Vincent Price se aproxima al terror, es una manera de hacer un guiño al público, y agradecerle por toda la diversión que el actor estaba pasando mientras los asustaba.
En los años 1950 se adentró al cine de terror con “House Of Wax” (1953), la primera película en 3D de la historia, y “The Fly” (1958)
Además Vincent Price actuó en “House On Haunted Hill” (1959) como Fredrick Loren, un excéntrico millonario.
Su presencia en numerosos títulos de terror, misterio y ciencia ficción entre finales de los años 50, y las siguientes décadas, hicieron de Price uno de los grandes mitos para el aficionado al cine fantástico.
Aunque ya asociado al cine de terror, Price tocó papeles muy diversos, y en 1956 rodó el melodrama “Serenade”, junto a Mario Lanza, Joan Fontaine y Sara Montiel, y participó en la superproducción “The Ten Commandments” (1956) de Cecil B. DeMille.
Durante los años 60, Vincent Price participó en varias películas de clase B dirigidas por Roger Corman, las cuales eran adaptaciones de obras del escritor Edgar Allan Poe, como:
“House Of Usher” (1960), “Pit And The Pendulum” (1961), “Tales Of Terror” (1962), “The Raven” (1963), “The Masque Of The Red Death” (1964) y “The Tomb Of Ligeia” (1965).
Al estar basadas en relatos cortos, se debieron agregar elementos nuevos a la trama, los cuales trataban en detalle ciertos temas, o explicaban algunas situaciones.
Vincent Price estaba familiarizado con el trabajo del escritor desde mucho antes de comenzar a rodar las películas:
“Las historias de Poe me cautivaron desde el momento en que las leí cuando era niño”
Según Price, gran parte de las historias de Edgar Allan Poe eran sátiras, las cuales presentaban una importante cuota de humor, por lo que era necesario incorporar esa esencia en las películas.
Vincent Price encarnó al personaje “Egghead”, villano creado especialmente para la serie de televisión “Batman” de los años 1960.
En 1964 Vincent Price protagonizó “The Last Man On Earth”, película basada en la novela “I Am Legend” del escritor Richard Matheson.
En 1968 interpretó a un excéntrico artista en el musical “Darling Of The Day” junto a la actriz Patricia Routledge.
Esta fue su primera y única participación en un musical de Broadway.
En el último tramo de su vida, Vincent Price apareció en “The Whales Of August” (1987), un film dirigido por el británico Lindsay Anderson que estaba protagonizado por grandes glorias del Hollywood clásico como:
Bette Davis, Lillian Gish, Ann Sothern y Harry Carey Jr.
Price redujo su aparición en películas para dedicarse al trabajo de su voz en narraciones.
Participó con su voz en el álbum “Welcome To My Nightmare” de Alice Cooper, al igual que en el especial de televisión Alice Cooper “The Nightmare” y colaboró en la canción "Thriller" de Michael Jackson.
Price fue contactado por el compositor Quincy Jones para participar en el proyecto, y su rol en la canción consistió en recitar unos pasajes que fueron incorporados al final, en la cual, el actor completó su grabación en dos tomas.
Hacia finales de los años 1980, Price padeció enfisema y enfermedad de Parkinson por lo que debió ser cuidado por su hija Victoria.
Uno de sus últimos trabajos fue en la cinta “Edward Scissorhands” (1990) de Tim Burton, donde interpretó al inventor de Edward.
Además, Price será recordado por haber participado en films como:
“The Song Of Bernadette” (1943), “Laura” (1944), “Curtain Call At Cactus Creek” (1950), “Son Of Sinbad” (1955), y el cortometraje, inaugural en la filmografía de Tim Burton “Vincent” (1982), dedicado al actor.
En lo personal, Price contrajo matrimonio tres veces y tuvo dos hijos:
Vincent, Jr. de Edith Barrett, y Victoria, hija de Mary Grant.
Además de dedicarse a la actuación, Vincent Price se interesó en la cocina y el arte.
Lamentablemente, Vincent Price falleció de cáncer de pulmón el 25 de octubre de 1993, a los 82 años de edad, provocado por su adicción al tabaco; y en el momento de su muerte estaba viudo de su tercera esposa, la actriz australiana Coral Browne.
Sus restos fueron incinerados y sus cenizas esparcidas en el océano Pacífico.
Su voz fue usada póstumamente en el filme animado “Arabian Knight” (1995)
El legado de Vincent Price reside en que se divirtió mientras filmó sus películas de terror, y que nunca le dio la espalda al género que lo inmortalizó, y que le otorgó fama y fortuna, que le permitió comprar obras de arte, escribir libros de cocina, ver el Mundo, contribuir a la caridad, inspirar a jóvenes artistas y poetas de diversas razas y culturas, en definitiva, disfrutar la vida en su totalidad.
Con su fallecimiento, llegó a su fin una larga y distinguida línea de actores que, quiéranlo o no, encontraron un lugar como monstruos y villanos en nuestras pesadillas cinematográficas:
Chaney, Lugosi, Karloff, Lorre, y Vincent Price, todos maestros de la época dorada del Cine de Terror.
“You're not Vincent Price, you're Vincent Malloy”
Vincent es un cortometraje realizado por Tim Burton y Rick Heinrichs en 1982.
Tim Burton, se ha caracterizado por trabajar muchas piezas cinematográficas con un respeto a su estética y su particular forma de ver el arte y esto se puede evidenciar hasta en sus primeros proyectos que fueron trabajados para compañías que manejaban de forma tradicional la animación, nos referimos a Disney.
Vincent está basado en un poema que Burton escribió al estilo de los cuentos del “Dr. Seuss: How The Grinch Stole Christmas”, entre otros, mientras trabajaba para la compañía Disney.
Por tanto, Vincent es el primer cortometraje dirigido por Tim Burton, y utiliza la técnica de animación “stop-motion”, cuadro por cuadro, con muñecos de ojos grandes y lúgubres, figuras de arcilla, con un excelente guion y música.
En Vincent, Burton muestra el lado que siempre le gustó, la oscuridad, desesperación, miedo y figuras trasroscadas.
Cuenta con la fotografía de Victor Abdalov y la música es de Ken Hinton.
El personaje del niño está basado en el propio Burton, quien desde pequeño admiraba a Vincent Price.
El niño es descrito por la voz del narrador, que es el auténtico Vincent Price, utilizando rimas que rinden claro homenaje a Edgar Allan Poe.
Bajo estos tutores, el joven Vincent pasa entre el mundo de la realidad:
Su madre, tía y mascotas.
Y el mundo de la fantasía:
Monstruos, arañas y vampiros, casi rondando en una pequeña locura infantil.
Burton nos muestra el mundo de Vincent, y cómo su obsesión transporta al espectador hacia una trama entre imaginación y realidad.
Vincent cuenta la historia de un niño de 7 años llamado Vincent Maloy, quien está obsesionado con el actor Vincent Price y todos sus papeles de cine, así como de Edgar Allan Poe.
Vincent es tranquilo y obediente, y en sus fantasías sueña con ser su idolatrado Vincent Price, uno de los intérpretes de terror más admirados y respetados de la historia del Séptimo Arte.
La historia está claramente influenciada por el expresionismo alemán de los años 20s y 30s, por las películas de Vincent Price, a las que se hace referencia en algunas ocasiones, y por los escritos de Poe.
Vincent Malloy es un niño educado y correcto, pero que se ve atrapado en sus propios sueños terroríficos.
Sueña con vivir en una casa llena de arañas y murciélagos, con meter a su tía en cera para su museo, o con convertir a su perro “Abercrombie” en un horrible zombi con el que buscar víctimas por Londres.
El estilo es el estilo Burton, que es la mejor forma de definirlo, y se pueden apreciar todas las inquietudes que tenía en sus orígenes, y que después desarrollaría a lo largo de su carrera.
Incluso se puede ver en un par de ocasiones una primera idea de lo que después acabaría siendo “Jack Skellington” en “The Nightmare Before Christmas” (1993)
La transición entre el mundo real y el mundo de ensoñación que se ha creado Vincent es muy original, pasando de ser un niño normal a convertirse en un muchacho con bigotillo, estilizado, con el pelo desaliñado y fumando con un aspecto muy sofisticado; como si fuera Vincent Price.
Las referencias a las películas de Price son continuas, sin olvidar, claro está, las referencias a la obra de Poe.
La música encaja perfectamente con la historia, y destaca la canción con la que empieza y acaba Vincent que es una versión de una melodía muy conocida titulada “The Streets Of Cairo, Or The Poor Little Country Maid”, también conocida como “Hootchie Kootchie Dance”
El poema que recita Vincent Price en Vincent es el siguiente:
“Vincent Maloy tiene siete años, es un niño amable, pero algo huraño.
Es bueno, obediente y muy educado, pero él quiere ser como Vincent Price, su ídolo soñado.
No le importa vivir con su perro, su gato y su hermana, aunque preferiría compartir casa con murciélagos y arañas.
Allí jugaría con los horrores que ha inventado, y vagaría por los oscuros pasillos, sólo y atormentado.
Cuando viene su tía, Vincent parece un cielo, pero se imagina sumergiéndole en cera hirviendo para su museo.
Hace experimentos con su perro Abercrombie, con el fin de crear un horrible zombie.
Con ese espectro terrorífico para los hombres, buscaría sus víctimas por la niebla de Londres.
Pero él no sólo piensa en crímenes violentos; Vincent pinta y, de vez en cuando, lee cuentos.
Mientras otros niños leen revistas de acción, a Vincent es Edgar Allan Poe quien llama su atención.
Una noche, cuando leía una historia horripilante, algo le hizo palidecer al instante; con tan maño disgusto, su vida quedó derrumbada, pues su bella esposa, viva había sido enterrada.
Debía cerciorarse de que había muerto, e intentando desenterrarla, destrozó las flores del huerto.
Su madre lo envió a su cuarto como castigo, desterrado en sus sueños a la torre del olvido.
Sentenciado a pasar el resto de su vida con el retrato de su amada, que fue enterrada viva.
Y mientras lloraba sumido en la desesperación, apareció su madre en la habitación.
Le dijo:
“Si quieres puedes salir a jugar, hace un día estupendo, lo puedes aprovechar”
Vincent trató de hablar pero no pudo; los años de aislamiento lo volvieron casi mudo.
Así que cogió su pluma y se puso a escribir:
“Estoy poseído por esta casa, nunca volveré a salir”
Su madre le contestó:
“Ni estás poseído ni estás medio muerto, este juego tuyo es solo un invento.
Eres Vincent Maloy, no eres Vincent Price, y no estás ni loco ni atormentado, ¡Caray!
Tienes siete años y eres mi hijo, vete a jugar, ¡te lo exijo!”
Y tras este llamado de atención, abandonó la habitación.
Pero cuando Vincent trató de sobreponerse, las paredes empezaron a moverse, crujían, temblaban, y su horrible locura la cima alcanzaba.
Vio a Abercrombie, su terrible esclavo, y su mujer lo llamaba desde el otro lado.
De la tumba nacían sus ecos y de las paredes surgían manos de esqueletos.
Todas las desgracias que sus sueños atormentaban, entraron en su vida mientras él gritaba.
Trató de escapar, de huir del horror, pero su mustio cuerpo se derrumbó por el dolor.
Y débilmente, casi sin voz recitó “El cuervo” de Edgar Allan Poe:
Mi alma, esa sombra que allí flota fantasmal, no se alzará, nunca más”
Cabe señalar que, en el mundo imaginario de Vincent impera lo excéntrico, lo macabro y lo espeluznante.
Le gusta creer que es Vincent Price antes que Vincent Malloy; sociabilizar con seres imaginarios interesantes antes que con seres humanos aburridos; hacer una que otra inofensiva perversidad, que en nada alterará el orden del mundo real; de vez en cuando pintar, también leer a Edgar Allan Poe para despertar más su insaciable imaginación.
Vincent Malloy es el típico niño introvertido, solitario, pero muy creativo:
No le gusta pensar como un niño normal, quiere ser libre de manipular las situaciones de la vida y hacerlas siempre divertidas, le gusta sentirse víctima de los más “insospechados” acontecimientos, ser el centro del asunto, el juego es lo único que le da sentido a su vida, confunde la ficción con la realidad un poco más que todos los demás.
Vincent es un ser que vive preferentemente en la imaginación, ella es su mejor amiga, a ella le debe todo lo que siente que está destinado a ser.
La imaginación de Vincent, sin embargo, le lleva poco a poco a causar desórdenes en su comportamiento, a perturbar la tranquilidad de su casa y, lo que supuestamente es peor, a dejar de aparentar ser un niño normal como cualquier otro.
En ese momento, la imaginación del niño sufre una terrible crisis:
Se le prohíbe controlar los actos del niño, es torturada por la razón que trata de hacerle ver a Vincent que creer en cosas que no son está mal.
Entonces Vincent comienza a sentirse mal, una contradicción empieza en su mente, siente que la voz se le apaga, y con ella su libertad.
Al final, su mundo de diversión se torna en su pesadilla, el mundo real lo llama, lo exige.
Apenas y tiene tiempo su amada imaginación para recitar, estando su cuerpo tirado en el piso, este hermoso y fatal verso del maestro Poe:
“... y mi alma lejos de esas sombras,
yace flotando sobre el piso,
para no levantarse nunca más”
Desde ese día, seguramente, Vincent ya no fue tan inocente y tan creativo como antes.
Vincent no sólo se limita a esta corporación obsesiva, sino que está inclinado hacia una visión de la vida oscura, solitaria y marginal, de la que parece no poder, o querer, escapar.
Las dificultades de sentirse diferente en un mundo que no admite demasiados desajustes respecto de la “norma” le causa dolor y angustia, al entender que, ser él mismo provoca rechazo y pena aún en sus seres queridos.
Tema que Burton trataría profusamente en su obra de largometraje, en mayor o menor medida, por ejemplo:
Los experimentos con animales, el personaje solo e incomprendido, muy presente en casi todas sus películas, y que aquí, es más que en ninguna otra el propio Burton, y la estética general.
Vincent Price recitó la poesía para el corto y más tarde mantuvo una amistad con el director Tim Burton que se materializó en una colaboración para “Edward Scissorhands” (1990), y un documental inacabado, filmado por Burton titulado “Conversations With Vincent”, ya que Price murió en 1993.
Es admirable apreciar a Tim Burton haciendo sus primeros trabajos, y observar ya una estética muy depurada, una idea clara de cómo quería que se vieran sus personajes, todos ellos llevados a la vida a través de la técnica del “stop-motion” que mantuvo en varios largometrajes

“And my soul from out that shadow that lies floating on the floor,
Shall be lifted - Nevermore!”



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