Grease

“This car could be systematic, hydromatic, ultramatic.
Why, it could be Greased Lightning!”

Estados Unidos, al ser 1ª potencia mundial, política, económica y militar, se ha convertido en escaparate y referente para la mentalidad occidental.
Su bagaje cultural ha sido importado, y lo está siendo cada vez más, a nuestras tierras de forma impresionante, y día a día podemos ver cómo sus estereotipos sociales encuentran su particular versión latinoamericana y por doquier.
El cine tiene parte de culpa en este fenómeno, pues en gran parte, es a través de él, como se nos ha mostrado el anzuelo de la sociedad ideal, la sociedad que debemos querer y a la que debemos aspirar.
Uno de los ámbitos que mejor se presta a mostrar esa realidad estadounidense supuestamente “ideal” a través del cine es “el instituto”, generándose así el género “high school”, cuyas tramas se desarrollan en el ámbito escolar de los típicos institutos americanos de atractivos quarterbacks, dulces y populares animadoras, y emocionantes bailes de fin de curso.
Nos guste o no, todo eso pertenece ya a nuestro imaginario colectivo, y por lo tanto a su correspondiente representación cinematográfica, no exenta en muchos casos de ridiculización.
Lo que hace poco lógico y usual que una persona no desarrolle un lazo emocional con un objeto es su fin como funcionalidad existencial.
Aquellos objetos a los que hago referencia se les denomina bienes, los cuales están ahí en el mercado con la intención de ofrecerte un servicio y tratar de hacer de tu vida un poco menos compleja.
Pero cuando aquellos objetos tienen un fin estético, una meta de trascendencia que evidentemente va más allá de lo meramente funcional, persiguiendo u otorgando, según sea el caso, belleza es cuando aumentan considerablemente las probabilidades que adquieras un lazo emocional con el objeto en cuestión, que es usual encontrarlos en el maravilloso mercado del arte, por así decirlo.
Es bajo esta aseveración por la cual quiero referirme a la obra Grease.
“Grease is the word!”
Grease es una película musical ambientado en los años 50 estadounidenses, dirigida en 1978 por Randal Kleiser.
Protagonizada por John Travolta, Olivia Newton-John, Stockard Channing, Jeff Conaway, Didi Conn, Lorenzo Lamas, Dinah Manoff, Barry Pearl, Michael Tucci, entre muchos más.
Grease está basada en el musical homónimo de 1972 creado por Jim Jacobs y Warren Casey, cuya película lanzó a la fama y consolidó la carrera de varios artistas.
El personaje de Sandy Olson (Olivia Newton-John) estaba basado en la actriz Sandra Dee, y a su vez Betty/Rizzo (Stockard Channing) en Marilyn Monroe.
Curioso el parecido de Channing con Liz Taylor…
Grease estuvo nominada al Óscar 1979 como mejor canción por “Hopelessly Devoted To You”, compuesta por John Farrar.
Esta obra del semi-desconocido Randal Kleiser hizo las delicias de mucha gente allá en los años 70, y en la actualidad, aún sigue siendo una fuente de inspiración.
Sus canciones pegadizas, su divertida historia, sus enredos y desenredos, y su historia de amor, calaron hondo en el público en general y en un servidor también.
Grease gusta a todo el mundo, incluso a los anti-musicales.
Años, décadas, después sigue en el recuerdo cinéfilo y en los libros de historia del cine, y estamos hablando de algo muy serio sabiendo a que género pertenece esta obra.
En Grease no solo hay baile, también tiene romance, comedia y una pizca de drama.
Todo esto bien mezclado da como resultado una de las mejores obras musicales de todos los tiempos.
No obstante, este musical cuenta con todos los tópicos posibles propios de la juventud de aquella época:
Chicos y chicas con ganas de diversión, romances, descapotables, Rock & Roll, hamburguesas y batidos por un tubo, bailes de instituto; se ven ejemplos de actitudes de los jóvenes, de la locura por el sexo, de la rebeldía, de los bien parecidos para ser aceptados o no, todo ello muy bien conjuntado, formando así un atractivo film con canciones y números musicales excelentes e inolvidables.
Grease nos traslada a los meses de julio y agosto de 1959, para meternos de lleno en las vidas del rebelde Danny Zuko (John Travolta) y la inocente Sandy Olsson (Olivia Newton-John)
Ambos se conocen durante el verano y al despedirse ninguno de los dos piensa en que se vayan a ver de nuevo.
Pero se equivocaban.
Cuando ella decide matricularse en el mismo instituto que su amiga Frenchy (Didi Conn) lo último que esperaba era convertirse en compañera de Danny, el colíder rebelde de los “T-Birds”
Curiosamente, aunque es un mcguffin, el curso escolar va entre comillas porque no les he visto preocuparse mucho por los estudios, solamente una de ellas, Frenchy, está preocupada por un examen de álgebra que tiene a la mañana siguiente, y eso es todo.
Durante todo el “curso escolar”, ellos están siempre cantando y bailando, enamorándose, desenamorándose, tuneando el coche, peleándose con los malotes de la banda rival, haciendo carrerillas, haciendo fiestas de pijamas, queriendo mucho sexo y perdiendo un tiempo valioso haciendo paridas de adolescentes.
Y lo peor, la moraleja de la historia.
Para gustar a la gente, no seas tú mismo.
Transfórmate, cambia tu personalidad para caer bien a los demás, aunque tengas que pasar de ser un niño bien a un rebelde sexual.
Sin embargo, Grease es una entretenida película musical, bastante divertida y con algunas canciones verdaderamente sugestivas ambientadas como no, en los años 50.
Si tengo también que decir que fue uno de los títulos más taquilleros de los años 70, aunque mucho de esto se lo debe a su pareja protagonista, una pareja destilando química por todos sus poros.
Cuenta con estupendas escenas y en donde yo destacaría la gran carrera de coches, y otra a tomar en cuenta, viendo al protagonista masculino cantar las penas de su corazón en un auto-cine, mientras detrás de la pantalla bailan unos “perros calientes” en una película de dibujos animados, con una sutil alegoría sexual, obvio.
En interpretaciones, Stockard Channing (Betty/Rizzo), es la que sobresale por encima de la media.
Su interpretación es muy buena y me atrevería a decir que merecía una nominación al Oscar.
En general, la lista de intérpretes comienza con los actores que encarnaron a los “T-Birds” y a las “Pink Ladies”, los amigos de Danny Zuko (John Travolta) y Sandy (Olivia Newton-John) en el instituto Rydell de los años 50.
Como dato curioso hay que señalar que todos ya habían superado los 20 y hasta los 30, algo que también ocurría con John Travolta con 24 años y Olivia Newton-John con 30.
Sólo Lorenzo Lamas (Tom Chisum), Dinah Manoff (Marty) y Eddie Deezen (Eugene Felnic) tenían una edad aproximada a los personajes que interpretaban en todo el reparto:
Los 19 años.
El resto de estudiantes superaban los 24.
John Travolta (23), Olivia Newton-John (cumplió 29 durante el rodaje), Stockard Channing (33 y ya se había casado 3 veces), Jeff Conaway (ahora fallecido, tenía 26 y ya se había casado 1 vez), Barry Pearl (27), Michael Tucci (31), Kelly Ward (tenía 20 y se casó ese mismo año), Didi Conn (cumplió 26 durante el rodaje), Jamie Donnelly (30), Susan Buckner (24), Annette Charles (29) y Dennis C. Stewart (ahora fallecido, cumplió 30 durante el rodaje)
Olivia Newton-John estaba reacia a actuar en Grease debido a sus malas experiencias anteriormente en el cine, pero John Travolta se presentó en su casa y le pidió que hiciera la película con él, lo que la hizo cambiar de parecer.
Curiosamente, Jeff Conaway (Kenickie) era más alto que John Travolta (Danny), por lo que tenía que andar de manera especial para parecer más bajo.
Y el sueño de Stockard Channing (Betty/Rizzo) siempre fue rodar un musical donde ella tuviera un peso en la historia, y pudo verlo cumplido al rodar Grease.
Como homenaje, la escena en la que Betty/Rizzo cita a Elvis Presley fue rodada el día en que éste falleció.
No obstante hay que ser justo y decir que la clave de Grease radica en su impecable banda sonora y sus esmeradas coreografías.
Los productores, el equipo técnico y artístico, realizaron un trabajo que, a día de hoy, cuesta superar y encontrar un referente en toda la historia del cine.
La banda sonora original produjo dos singles # 1:
La canción principal “Grease” interpretada por Frankie Valli, y “You're The One That I Want” interpretada por John Travolta y Olivia Newton-John, la cual fue #1 uno en todo el mundo, y llegó a vender 26 millones de copias.
“You're The One That I Want” fue una de las más exitosas y recordadas canciones de Grease que estuvo a punto de no aparecer en el corte final porque el director la aborrecía.
También ocurrió con la canción principal, “Grease” compuesta por Barry Gibb, miembro de The Bee Gees.
Pero también había otras canciones, como del gran Frankie Avalon, como “Beauty School Drop-Out”
Para sus protagonistas, Grease solo acrecentó la fama de John Travolta como ídolo juvenil y el tiempo le pasó la factura.
A modo de curiosidad Olivia Newton-John en 1974 representó a Inglaterra en el Festival de Eurovisión con la canción “Long Live Love” quedando en 4° posición, el ganador fue el conjunto sueco ABBA con “Waterloo”
Intentando situarse un poco en la época, tanto a nivel social, político y económico como, sobre todo, en el Hollywood de los convulsos 70, que alumbró joyas del cine independiente, fue también la década de la creatividad extrema de algunos cineastas, muy grandes luego en los 80 y 90, con películas comprometidas sobre Vietnam, el divorcio, las drogas, la mafia, corrupción policial, etc.., y, también, de algunas apuestas cómo Grease, basada en un musical de Broadway que superó todas las expectativas.
Curiosamente, Grease también habla de embarazos prematuros, pininos sexuales y fiebre por el sexo como una sutil relación homosexual entre Travolta (vaya novedad) y Jeff Conaway (Kenickie); o ese final, digno de una elevación orgásmica final de pérdida de virginidad para la pobre Olivia Newton-John, con tallada vestimenta como anticipo de los hechos consumidos finales.
También vemos las incursiones en el cigarro como algo prohibido, un sutil aborto, masturbaciones simuladas en bailes, etc.
No obstante, Grease fue un soplo de aire fresco.
Ambientada en los años 50, una época idealizada por los norteamericanos, en su ambiente de “high school” con sus bailes, sus ligoteos y sus tonterías, presuntamente adolescentes, Grease tiene una carga de cierto desencanto juvenil que trasciende más allá de los números musicales.
Los personajes, algo estereotipados, están bien dibujados y responden a todos los tópicos imaginables y, en fin, toda la pandilla en sí, reflejan diferentes actitudes ante la vida, que justo se abre ante ellos al acabar el instituto que van a continuar.
El resultado de todo esto es un musical delicioso, con ritmo y momentos de sonrisa contenida, en el que todavía los chicos malos no portaban armas de fuego ni trapicheaban con estupefacientes, y cuyas maldades más reprochables se reducían a las carreras de coches clandestinas y los amores prohibidos; qué tiempos aquellos...
Grease a pesar de su cursilería y exagerada melosidad, nos heredó para siempre, el triunfo del amor por el baile, por la vida, en una pareja Olivia-Travolta.
Símbolo que nos hundía en profundo sueño color de rosa, que nos hacía sentir que no había nada de qué preocuparse, como cuando éramos niños y jugábamos, y los golpes de la vida, todavía no endurecían nuestro corazón.
Un dulce sueño adolecente, en una época en que los tambores de la guerra parecían lejanos.

“I got chills,
They're multiplyin,'
And I'm losing control.
'Cause the power you're supplyin'
It's electrifyin'!”



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