The King And I

“There is a happy land, far far away, where saints in glory stand bright, bright as day!”

Mongkut o Rama IV (18 de octubre de 1804 – 1 de octubre de 1868) fue Rey de Siam de 1851 a 1868 y está considerado por los historiadores como uno de los monarcas más importantes de la dinastía Chakri, es el segundo hijo de Buda Loetla Nabhalai y de la Reina Srisuriyendra.
Fallecido su hermano mayor al nacer, era el heredero legítimo al trono, si bien a la muerte de su padre la nobleza apoyó la entronización de su hermanastro Nangklao, debiendo Mongkut marchar al exilio fuera de la Corte recorriendo el país.
Mongkut adquirió una amplia formación en distintas materias como inglés, latín y astronomía durante los 27 años que permaneció ajeno al poder, hasta que en el año 1851 llegó al trono.
Su mayor preocupación fue el mantenimiento de la independencia del país frente a los colonizadores europeos representados por la expansión en el sudeste asiático de Francia y el Reino Unido.
Dada su formación, Mongkut consideró que era necesario que los tailandeses adoptasen modos de vida occidentales para no ser considerados como bárbaros por las potencias coloniales.
Así, favoreció la llegada de profesores e instructores extranjeros para educar a sus hijos.
Entre ellos se encontraba Dan Beach Bradley, que fue autorizado a introducir la medicina occidental, y que publicó por vez primera un diario sin control gubernamental.
También llegó al país Anna Leonowens, cuya influencia dio lugar a una fuerte controversia en Tailandia, especialmente en la manera en la que marcó la forma de ver y apreciar el mundo del entonces príncipe Chulalongkorn, que sucedería a su padre, Mongkut.
Anna enseñó al joven príncipe los valores occidentales de la libertad y la condena de la esclavitud, aunque el modelo esclavista de Siam era muy distinto al estadounidense.
Algunas leyendas atribuyeron a Mongkut el ofrecimiento a Abraham Lincoln de elefantes de guerra durante la guerra civil norteamericana para luchar contra los confederados.
Lo cierto es que sí ofreció el envío al presidente James Buchanan, para ser usados los animales como bestias de carga en el transporte.
La leyenda surgió a raíz de que la carta de ofrecimiento llegó tarde y a manos del presidente Lincoln, que sucedió a Buchanan, quien rehusó la oferta indicando al rey tailandés que la maquinaria estadounidense podía cumplir con las tareas de los elefantes.
La historia de Anna Leonowens inspiró el musical Rodgers & Hammerstein y la película “The King And I”, entre otras obras.
Formado en el budismo, Mongkut trabajo para introducir en Tailandia el Thammayut Nikaya, una orden de monjes budistas que se consideraba más ortodoxa que la escuela Theravāda y le ofreció durante su reinado un gran apoyo.
Durante una exitosa expedición científica a la provincia de Prachuap Khiri Khan al sur de Bangkok, en la que Mongkut quiso mostrar a los occidentales su amplia formación en astronomía invitándoles a observar un eclipse solar que había predicho dos años antes, contrajo malaria, falleciendo poco días después.
“Getting To Know You”
The King And I es una película musical estadounidense de 1956, dirigida por Walter Lang.
Protagonizada por Deborah Kerr, Yul Brynner, Rita Moreno, Martin Benson, Terry Saunders, Carlos Rivas, Alan Mowbray, entre otros.
El guión está a cargo de Ernest Lehman, Oscar Hammerstein II, basados en el musical “The King And I” de Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II, basado a su vez en el libro “Anna And The King Of Siam” escrito por Margaret Landon, que narra la autobiografía de Anna Leonowens como institutriz de los hijos del Rey Mongkut de Siam a comienzos de la década de 1860.
De inicio en 1950, Fanny Holtzman, manager y abogada de la actriz Gertrude Lawrence, buscaba un personaje para su cliente cuando el agente de la autora del libro “Anna And The King Of Siam”, le propuso realizar una adaptación teatral del mismo con Lawrence como protagonista.
A Holtzmann le pareció una buena idea, pero pensó que sería mejor convertir la historia del libro en un espectáculo de teatro musical.
Después de que Cole Porter rechazara la propuesta de crear un musical a partir de esta historia, Holtzmann se lo propuso a Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II.
Inicialmente Rodgers no estaba demasiado convencido en aceptarlo porque pensaba que el rango vocal de Lawrence era limitado, pero se dio cuenta de que la historia tenía un gran potencial, y decidieron trabajar en lo que posteriormente se convertiría en The King And I.
Las preparaciones se iniciaron en otoño de 1950.
Hammerstein quería que Joshua Logan dirigiera y coescribiera el libreto junto a él, pero Logan no aceptó, así que Hammerstein decidió escribir el libreto él solo y contó con John van Druten como director.
Inicialmente ofrecieron el personaje del Rey a Rex Harrison, quien había protagonizado la película dramática de 1946 “Anna And The King Of Siam”, dirigida por John Cromwell, pero estaba trabajando en Londres.
Se iniciaron así las audiciones para buscar al Rey, y el primer candidato fue Yul Brynner, que dejó impresionados a los productores por su autoridad y su presencia escénica e inmediatamente se le ofreció el personaje.
La producción, la más cara hasta la fecha de Rodgers & Hammerstein, contaba con un presupuesto de 360.000 dólares.
Durante los ensayos Gertrude Lawrence se dio cuenta de que la partitura era muy compleja ya que, aunque Rodgers la compuso teniendo en cuenta las limitaciones vocales de la actriz, le resultaba muy complicado sentirse cómoda con ella.
The King And I inició una pre-gira previa a su estreno en Broadway en New Haven, en febrero de 1951, con su protagonista, Gertrude Lawrence, batallando contra una laringitis.
El espectáculo duraba casi 4 horas y la crítica lo trató de manera desigual.
La producción se trasladó a Boston, donde las críticas fueron mediocres.
Lawrence pensó que uno de los problemas del I Acto fue el largo tiempo que había entre el I y el II número musical.
Rodgers estuvo de acuerdo, y decidió incluir una canción que finalmente había sido eliminada de otro musical, “South Pacific”, y que encajaba a la perfección con The King And I, y era “Getting To Know You”
También en Boston decidieron alargar la escena de “Shall We Dance?” debido a la respuesta positiva del público en ese número.
Para el estreno en Broadway del musical todas sus piezas fueron puestas en el lugar adecuado y las críticas fueron excelentes, y destacaban las actuaciones de los dos protagonistas.
Así Lawrence se preparó para continuar interpretando a Anna en Broadway, y posteriormente en el West End y en la película.
Sin embargo, la actriz fue diagnosticada de un cáncer de pulmón y falleció a los 54 años, siendo reemplazada por su “understudy” Constance Carpenter.
La producción original de The King And I permaneció en cartel durante 1.246 funciones, ganando el premio Tony al Mejor Musical, entre otros premios.
Se han estrenado numerosos “revivals” en todo el mundo, y en 1956 se estrenó su versión cinematográfica, con el ENORME Yul Brynner y Deborah Kerr como protagonistas, obteniendo 5 Oscar:
Mejor Actor (Yul Brynner), Mejor Decoración En Color (Lyle Wheeler, John DeCuir, Walter M. Scott y Paul S. Fox); Mejor Vestuario En Color (Irene Sharaff); Mejor Sonido (Carl Falkner) y Mejor Adaptación Musical (Alfred Newman y Ken Darby) y estuvo nominada como mejor película, director, actriz (Kerr) y cinematografía.
Cabe destacar que en esta película se respetó, por una vez, la coreografía creada en Broadway para esta obra por el GRAN Jerome Robbins.
Sin embargo, la película The King And I fue prohibida en Siam debido a las libertadas a la hora valorar a la sociedad del país y por lo poco parecido con el monarca original.
En The King And I, la acción transcurre en 1862, en el legendario, lejano y fabuloso país de Siam.
Un buque procedente de Inglaterra deposita en el muelle de Bangkok a una hermosa viuda, Anna Leonowens (Deborah Kerr), y su hijo Louis (Rex Thompson)
Anna ha sido llamada por el Rey Mongkut de Siam (Yul Brynner), que pretende abrir su país a la civilización de Occidente.
Pero el monarca desea incluir entre los deberes de la institutriz, el de educar también a sus hijos:
“Sólo tengo 106 hijos, no llevo mucho tiempo casado” y a sus numerosas mujeres.
Pese a todo, cediendo a los ruegos de los pequeños, y de la favorita del monarca Lady Thiang (Terry Saunders), Anna accede a encargarse de la instrucción de todos ellos.
Y no tarda en comprobar que, pese a su apariencia salvaje y violenta y el sometimiento a costumbres ancestrales, el Rey posee nobles y elevados sentimientos.
Y poco antes de morir le ruega que no abandone el país y al príncipe heredero Chulalongkorn (Patrick Adiarte), al que transmite sus poderes.
Las súplicas del nuevo Rey, las de su madre, las de sus numerosos hijos y esposas del que está a punto de fallecer, convencen a Anna de lo que tiene su propia e importante misión que cumplir en este remoto país.
Y el barco de regreso zarpará de Bangkok sin Anna y su hijo.
El eje central de The King And I es la relación entre ambos (culturas diferentes), perfectamente llevada por ambos actores, por momentos muy cómica:
El narcisismo de uno y la coherencia de la otra chocaban en muchas escenas y por otros muy tierna y romántica.
Es evidente que no sería justo no destacar la parte musical de The King And I, sobre todo el excelente momento “Shall We Dance?” con Deborah y Yul en pleno apogeo.
Sin embargo, lo mejor de The King And I es sin duda la presencia del ENORME Yul Brynner, un actor único, muy especial y realmente fantástico.
Habiendo trabajado como acróbata en un famoso circo, Yul Brynner podía bailar, tocar la guitarra y cantar.
Su maravillosa voz grave y su exótica apariencia le hacían ideal para representar papeles autoritarios o personajes no caucásicos, como este del Rey Mongkut.
Brynner representó el papel del Rey en este musical hasta su muerte en 1985, lo que representa un total de más de 4,600 actuaciones.
Fue una gran suerte para Brynner ser contratado para este papel, que le acompañó durante el resto de su vida, y la verdad es que había nacido para ser el Rey de Siam.
Las diferencias entre las dos culturas, la siamesa y la inglesa, son tratadas ampliamente en The King And I, como también lo es la relación entre Anna y el Rey, que llega a ser de profundo respeto y comprensión mutuos.
El amor aparece entre ellos, pero no de un modo explícito, y esto es precisamente lo que hace interesante The King And I:
Todo en ella es sutil, delicado y mágico, y esta sutilidad es lo que la hace tan atractiva.
Los ENORMES Yul Brynner y Deborah Kerr parecen quemarse con sus miradas.
Pese a que no se dicen palabras de amor, éste queda patente en el modo en que se miran o se comen con las miradas.
Sublimes las escenas en las que se ve a todas luces cómo se van enamorando y se sienten turbados por ello.
La mirada de él es tan intensa que derrite a una pobre Anna que no puede menos que sentirse atraída por un rey tan atractivo, y vaya ver lo bien que está Yul Brynner en The King And I, ¡está buenísimo!
Él, pese a tener muchas esposas, ha descubierto ahora a la mujer de su vida y ambos saben que es un amor imposible.
¡Qué bonito!
También, hay que recordar ese:
“Ahora entiendo porqué un hombre sólo quiere a una mujer”
Por otro lado, la personalidad del Rey está llena de matices:
Puede ser autoritario, sabio, divertido y tierno, peculiaridades que junto con la diferencia de costumbres entre una y otra cultura dan pie a situaciones graciosas que hacen que el tono de The King And I sea de un humor exquisito.
En la parte técnica, los decorados están muy cuidados, con bellos detalles, y el vestuario es precioso y exótico.
The King And I es uno de los más clásicos musicales de la historia del cine, e incluye una suerte de adaptación, y muy buena por cierto, “a la siamesa” de “La Cabaña del Tío Tom”
Quizás si deba ponerle un “pero” a The King And I es a la parte final, me pareció muy abrupta y un poco carente de sentido, que el Rey de un segundo a otro pase de estar de charanga a morir... no es muy coherente.
Pero todo esto se perdona ante esas miradas cargadas de tensión que se lanzan ambos, y ese momento de celos del Rey de Siam cuando un antiguo novio aparece, o la sensualidad que hay en la escena del baile... o mil escenas distintas.
Y es que solo un personaje como el de Deborah, una institutriz británica arrastrando costumbres victorianas, de fuerte temperamento puede hacer frente al poder de un rey bígamo, en una corte donde predomina el rojo y el oropel, de un reino en un lejano país.
Hablando de Siam, también me resultó penoso el tratamiento sin ningún rigor histórico al Rey de Siam como si fuera un “niño grande caprichoso y mandón” cuando no fue así.
Por no hablar del tratamiento a los surasiáticos como si fueran estúpidos…
“Etc., etc., etc.”
Por otro lado, las canciones de Rodgers & Hammerstein son preciosas, especialmente “Getting To Know You”, “Young Lovers” y “Shall We Dance?”
No hace falta decir que la mejor escena es la del baile entre el Rey y Anna en el suntuoso salón.
Algo tan simple, sólo 2 personas bailando al son de la música, resulta tan ardiente, ojo con la mirada de Brynner, como elegante, ojo el vestido de Deborah Kerr!
No es posible describirlo:
La mejor escena de un musical para “El Rey de Los Musicales”, The King And I es una película que sobrepasa las 2 horas y que no desearías que terminara nunca.
Curiosamente, las canciones interpretadas por Deborah Kerr son dobladas por la recurrente voz de Marnie Nixon, muy conocida por sus trabajos en el Hollywood musical, en tanto que su compañero de reparto Yul Brynner si cantó con su propia voz, interpretando legendarios temas como “A Puzzlement” y “Song Of The King”, mientras Rita Moreno (Tuptim) fue doblada por Leona Gordon y Carlos Rivas (Lun Tha) por Rueben Fuentes.
The King And I es una bonita película, en definitiva.
Hay que tener en cuenta que tiene más de 50 años y que las formas de hacer cine han cambiado mucho, pero sin duda aquella fue una época dorada del cine.

“Et cetera, et cetera, et cetera!”



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