20,000 Leagues Under The Sea

“...there is hope for the future.
When the world is ready for a new and better life, all this will someday come to pass, in God's good time”

El mar, siempre ha sido interpretado como fuente de vida, pero ha sido también, el origen de amenazas y peligros.
Jules Verne, es considerado “el padre de la ciencia ficción”
No es un género que hubiera creado expresamente, la narrativa de Verne, siempre se orienta hacia los viajes exóticos, y las aventuras; pero cuando las vías tradicionales de explorar el mundo se le terminaron, comenzó a experimentar, con viajes por debajo de éste:
Al centro de La Tierra, bajo el mar; o por encima con naves voladoras o bien, yendo a La Luna…
Quien terminaría por darle forma al género, sería su contemporáneo, H.G. Wells; pero a ojos del público, Verne es sinónimo de ciencia ficción.
“Vingt Mille Lieues Sous Les Mers: Tour du Monde Sous-Marin” o “20.000 Leguas de Viaje Submarino”, es una obra que se dio a conocer en la Magasin d'Éducation et de Récréation, o Magazín de ilustración y recreo, desde el 20 de marzo de 1869, hasta el 20 de junio de 1870.
El título en francés, hace referencia a la distancia recorrida, mientras bajo el mar, y no a una profundidad, como 20.000 leguas, es más de 6 veces el diámetro de La Tierra; puesto que la mayor profundidad que se menciona en el libro, es de 4 leguas.
El libro, utiliza leguas métricas, las cuales son 4 kilómetros por cada una.
Una traducción literal del título francés, terminaría en los “mares” en plural, lo que implica por tanto, “los 7 mares”, a través del cual, los personajes de la novela se van de viaje; sin embargo, las primeras traducciones al inglés del título, utilizan “mar” en singular, que significa el mar en general.
“Vingt Mille Lieues Sous Les Mers: Tour du Monde Sous-Marin”, es una obra narrada en primera persona, por el profesor francés, Pierre Aronnax, notable biólogo, que es hecho prisionero por El Capitán Nemo, y es conducido por los océanos, a bordo del submarino Nautilus, en compañía de su criado Conseil, y el arponero canadiense, Ned Land.
El Nautilus, cuyo nombre puede estar tomado del submarino real “Nautilus” de Robert Fulton, fue diseñado y comandado por El Capitán Nemo, nombre del latín “nemo” que significa “nadie”, quien era un antiguo príncipe, e ingeniero hindú; fue encargado por piezas, a diferentes fábricas y astilleros de todo el mundo, para no levantar sospechas, y serían ensambladas todas ellas, por los propios empleados de Nemo, y por la futura tripulación, en una isla del Pacífico.
Su motor, era propulsado por electricidad, producida por baterías de una amalgama de sodio-mercurio, el sodio, era extraído del agua de mar.
La sala de máquinas, ocupaba la parte final del submarino, siendo aireada con frecuencia, debido a las emanaciones de sodio.
El submarino estaba constituido por 2 cascos separados por compartimientos de lastre.
La velocidad máxima era de 50 nudos, unos 92,5 km/h.
Su desplazamiento era de 1356,48 toneladas en superficie, y 1507 sumergido.
A diferencia de los submarinos normales, que sólo pueden descender unos 100-600 metros bajo el mar; El Nautilus era como un sumergible, pues estaba capacitado para descender a profundidades superiores a los 11 km.
Contaba con una torreta, en la cual el piloto, protegido por gruesos vidrios, podía dirigir la navegación de la nave; contaba también con un poderoso reflector eléctrico, con el cual era posible iluminar los alrededores de la nave.
Era de forma ahusada, muy parecido al pez vela, por lo que podía ir a altas velocidades.
Contaba con un espolón de forma triangular en uno de sus extremos, con el cual atacaba a los barcos.
La historia de “Vingt Mille Lieues Sous Les Mers: Tour du Monde Sous-Marin”, comienza con una expedición a bordo de un buque de la marina de guerra estadounidense:
El Abraham Lincoln, al mando del almirante Farragut, que busca dar caza a un extraño cetáceo, con un largo y filoso cuerno en el hocico, que luego se demuestra que el animal es un narval, que había ocasionado la desaparición misteriosa de diversas embarcaciones.
Durante la expedición, los protagonistas se ven lanzados por la borda del buque, como resultado de una embestida del animal.
El profesor Aronnax, y su acompañante Conseil, son rescatados por el arponero canadiense Ned Land, y los 3 logran llegar a nado a un lugar seguro.
Una vez a salvo, descubren que no se encuentran realmente en una isla, sino sobre una estructura metálica:
Un submarino a flote, en cuyo interior acceden por una compuerta, llevados por 8 enmascarados.
En el interior del misterioso artefacto, conocen al Capitán Nemo, personaje desgraciado y brillante, con un oscuro pasado, y de grandes aptitudes científicas y artísticas.
Éste les muestra toda la nave, El Nautilus, y les da notables explicaciones sobre su ingeniería.
El Capitán les informa de que, al haber conocido su existencia, no puede dejarlos volver a la superficie...
A lo largo del viaje, les son revelados muchos secretos, y recorren diversos lugares, entre los que se menciona La Mítica Atlántida, Las Islas de La Polinesia, El Mar Rojo, Las Costas del Lejano Oriente, El Mediterráneo, etc.
A través de su personaje Aronnax, Jules Verne señala varios posibles inventos:
Escafandras autónomas de buceo, fusiles de balas eléctricas, máquinas para producir aire respirable, etc.
Un rasgo que hace muy interesante a la novela, es la minuciosa descripción de los paisajes submarinos que se visitan, así como la casi enciclopédica descripción de una infinidad de seres marinos.
Se da asimismo, una minuciosa descripción de las percepciones, y las intenciones de los personajes, a lo largo de la historia.
Queda claro, por ejemplo, que el arponero Ned Land, es partidario de escapar...
Tras una larga derrota, y tras varios acontecimientos relativos a la vida a bordo del Nautilus, en el transcurso de los cuales, éste es perseguido y atacado varias veces por buques de guerra, El Capitán Nemo, presa de una fuerte depresión, se aísla de sus “invitados”
En los capítulos finales, los aislados prisioneros, deciden escapar de manera definitiva.
Este intento de escape, coincide con momentos de mucha agitación en la nave, durante los que se oye a los tripulantes, repetir la palabra “maelstrom”
Tiene lugar el escape de una manera forzada, y pierden la conciencia durante él...
Al final, se hallan sanos y salvos, en las costas de Noruega, donde son rescatados.
El Nautilus, terminó sus días en una cueva de La Isla Lincoln, descrita en la novela “L'Île Mystérieuse” (1874) donde se convierte en la cripta del Capitán Nemo, y acaba por ser enterrada por los escombros que produce la titánica explosión volcánica, que arrasa y destruye por completo la isla.
¿Pero que había sido del Nautilus?
¿Viviría El Capitán Nemo?
¿Aportarían las olas algún día, el manuscrito que contiene la historia de su vida?
¿Se sabrá la nacionalidad de la nave, y la de aquel hombre?
Así lo esperaba el profesor, como también deseaba, que aquel potente aparato, hubiera resistido aquella fuerte corriente, la más peligrosa de todos los mares.
En conclusión a todas esas preguntas el profesor contesto en relación a la pregunta formulada por Eclesiastés:
“¿Quién ha logrado nunca sondear las profundidades del abismo?”
A esa pregunta, solo tenían el derecho de responder, un pequeño puñado hombres, los hombres que se habían encontrado a bordo del Nautilus.
Desde siempre, la obra más popular de Verne ha sido “Vingt Mille Lieues Sous Les Mers: Tour du Monde Sous-Marin”, y que había tenido 2 adaptaciones muy libres, en la época del cine mudo:
Una proveniente del mítico Georges Méliès, hasta la llegada de una lujosa producción de la Disney de 1954.
Posteriormente, habría nuevas, y cada vez más bizarras versiones para cine y TV, pero sin duda, la versión de Disney, sigue siendo el molde de excelencia, de cómo adaptar a Verne, y no ha sido superada hasta el momento.
“There is a great genius behind all this”
20,000 Leagues Under The Sea es una película de fantasía y ciencia ficción, del año 1954, dirigida por Richard Fleischer.
Protagonizada por Kirk Douglas, James Mason, Paul Lukas, Peter Lorre, Robert J. Wilke, Carleton Young, entre otros.
El guión es de Earl Felton, basado en la Novela “Vingt Mille Lieues Sous Les Mers: Tour du Monde Sous-Marin” (1970), escrita por Jules Verne, y producida por Walt Disney.
Disney, quería hacer esta película animada, pero los diseños de Harper Goff, y su entusiasmo porque se hiciera con actores de verdad, le hicieron cambiar de opinión.
En razón que el proyecto, se anunciaba demasiado caro:
Walt Disney contrató a un director, relativamente poco conocido, Richard Fleischer, que empezó a trabajar en el guión, con su colaborador habitual, Earl Felton.
Llegaron a escribir hasta 9 versiones, revisadas por un Walt Disney, que eliminaba sistemáticamente, todas las secuencias de violencia, para potenciar el tono familiar de la historia.
Con 20,000 Leagues Under The Sea, Disney inició con éxito, su carrera como productor de películas de imagen real, la cual tuvo un presupuesto de $5 millones, y generó por venta de taquillas, la cantidad de $28 millones, más $11millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además, ganó 2 Oscar por:
Mejores Efectos Especiales y Mejor Dirección de Arte; y una nominación a mejor edición.
Rodada entre California, y Las Bahamas; el marco temporal es la segunda mitad del siglo XIX.
Cuando los océanos y los mares, no eran seguros para la navegación… pues se han perdido numerosos barcos, sin que exista una clara explicación.
Muchos creen, que se trata de un monstruo marino, una especie de ballena, con un gran cuerno afilado en su frente.
Finalmente, se organiza desde los Estados Unidos, una expedición cuya misión consistirá, en desvelar el secreto de estos hundimientos.
El prestigioso biólogo marino, Pierre Aronnax (Paul Lukas), es invitado por el gobierno de los Estados Unidos, a unirse a un buque de guerra, en una expedición exploratoria, con el fin de encontrar a un monstruo marino, que destroza a acorazados y navíos mercantes, en aguas del Pacífico.
Luego de varios meses de esfuerzos en vano, El USS Abraham Lincoln, presencia el hundimiento de un barco, cerca de su ruta y, al ir a su encuentro, descubre al monstruo con el cual traba combate.
Pero el buque es hundido, y Aronnax, su ayudante Conseil (Peter Lorre), y el experimentado arponero, Ned Land (Kirk Douglas), flotan a la deriva en el océano.
Cuando la suerte parece estar echada, descubren al cuerpo del monstruo, que resulta ser un buque submarino, fuertemente acorazado, llamado Nautilus, y está al mando del Capitán Nemo (James Mason), quien decide retenerlos; y les muestra toda la nave, en donde son muy bien tratados, y les informa que quienes ingresan al Nautilus, no vuelven a salir nunca, por lo que les son revelados muchos secretos…
Así las cosas, los retenidos recorren diversos lugares, entre los que se menciona La Mítica Atlántida.
Nemo, es un brillante inventor y estratega, que se ha planteado a sí mismo, y a su tripulación, la misión de destruir todo barco de guerra, y buque que transporte materiales militares que encuentren en su camino.
Pero con el paso del tiempo, Aronnax descubrirá el oscuro pasado de Nemo, y que detrás de su deseo de justicia, se esconde una insaciable sed de venganza.
“I am not what is called a civilized man, Professor.
I have done with society for reasons that seem good to me.
Therefore, I do not obey its laws”
La década de los 50, fue especialmente fructífera en la carrera de Richard Fleischer; además de consolidarse como un director ecléctico y habilidoso, gracias a películas de gran calibre, comenzó a ser requerido por los grandes estudios, para llevar a cabo ambiciosas producciones.
Para traducir en imágenes, el rico universo del original literario de Verne, Fleischer retoma la iconografía de los grabados del siglo XIX, y les añade las posibilidades expresivas del Tecnicolor.
El resultado, alcanza grandes cotas de belleza y plasticidad, no sólo por la fotografía de Franz Planer, sino también por el diseño de producción, muy inspirado en lo referente a decorados, y vestuario.
Esta producción, era tan grande, que Disney tuvo que usar instalaciones en otros estudios:
Universal International, y 20th Century Fox.
20,000 Leagues Under The Sea contó con un presupuesto de $5 millones, y 10 meses de rodaje…
Los planos del ataque del pulpo gigante en plena tormenta, aumentaron el presupuesto de la película, en $200,000 además de retrasar el rodaje 6 semanas.
Y es que 20,000 Leagues Under The Sea, es un filme bellamente orquestado; en escenarios y efectos especiales, el despliegue es impresionante e impecable.
La figura del Nautilus, es sencillamente hermosa, y es una de las más inconfundibles creaciones que ha dado el cine.
Llama la atención, lo detallado de la dirección de arte, poniendo el esfuerzo en los decorados del submarino, que refleja con impecable pulcritud la cápsula que aísla y refugia al Capitán Nemo, de los problemas del hombre.
Como dato, el interior del Nautilus, fue diseñado por Roland Hill, que posteriormente diseñaría El Castillo de “La Bella Durmiente” en Disneyland.
Como filme infantil, 20,000 Leagues Under The Sea es directamente aburrido; y para los adolescentes, hay algunas secuencias de acción, pero hay un notorio exceso de verborragia, que tampoco es demasiado excitante…
En realidad, 20,000 Leagues Under The Sea es un filme bastante adulto, camuflado de espectáculo para toda la familia.
Mientras que la novela fascinaba a chicos y adolescentes con su narrativa, pues la mayor parte de tiempo, funcionaba como una enciclopedia de la vida marina, explicada amenamente, toda esa trama educativa, desaparece por completo en el film.
Por momentos, el viaje resulta demasiado abreviado, uno se sorprende, cuando Aronnax explica que ya han viajado 10,000 leguas... y ha ocurrido muy poco en semejante transcurso; y si bien es cierto, que semejante trama, en realidad daría mejor pie a una miniserie, lo cierto es que 20,000 Leagues Under The Sea, logra entretener, porque apunta al otro punto esencial de Verne, que es la aventura.
La llegada de los náufragos al Nautilus, es fascinante, con la visión del entierro en alta mar…
Sorprende que un filme de Disney, muestre la muerte como un tema esencial de la trama, en ésta, y otras escenas posteriores…
Son escenas excelentes:
Desde el entierro en el mar, pasando a los ataques del Nautilus, hasta el excepcional ataque del calamar gigante, y el gran clímax en la isla secreta de Nemo.
Por supuesto, hay detalles, como la orden final de Nemo, en donde la tripulación aguarda lentamente a la muerte en sus camarotes, que no tienen demasiada lógica, salvo simplificar el escape del trío central, pero la cantidad de virtudes del film, terminan por opacarlas.
Pero lo que sí resulta extraño, es el enfoque elegido:
20,000 Leagues Under The Sea es una película mucho más compleja de lo que inicialmente aparenta.
Sin duda, está Kirk Douglas, cantando, bailando, y haciendo piruetas con una foca; pero aparte de eso, tiene muy poco para ofrecer para lo más chicos.
Los actores, cumplen de sobra su cometido, de dotar de emoción a la historia.
Douglas, compone un héroe a quién no le interesa demasiado el debate moral que proponen Nemo y el profesor Aronnax; por su parte, Peter Lorre aparece con el humor…
Lorre comentó una vez, que el tipo de papel que la industria cinematográfica, normalmente reservaba para él, se lo dieron en 20,000 Leagues Under The Sea, al pulpo gigante…
Aronnax, es realmente un papel secundario aquí, cuando en el libro, tenía un protagonismo indiscutible.
En el filme, los protagónicos van a parar, por una cuestión de cartel, a James Mason como Nemo, y a Kirk Douglas, que transpira carisma como Ned Land.
Pero Land, que en la novela era un papel al margen, como el catalizador que detona los hechos y el escape del Nautilus, roba demasiado tiempo de cámara, que debería haber correspondido al enciclopedismo marino de Aronnax.
Además, Aronnax actuaba como un par intelectual de Nemo, proveyéndole un grado de consciencia y juicio, que aquí resulta muy “light”; además de que la interpretación de Paul Lukas, es muy blanda.
Y es que el guión, no elude las cuestiones ecológicas ni pacifistas que El Capitán Nemo interpreta bajo su óptica particular, unos planteamientos que lejos de entorpecer la trama, la llenan de profundidad. Es precisamente en el carácter de Nemo, en donde el libreto realiza un perfil complejo, y por lo cual, nos atrevimos a decir previamente, que se trataba de un filme adulto, disfrazado de espectáculo familiar:
En un principio, Nemo es mesiánico, un hombre destinado a cumplir una misión, rodeado de fieles seguidores; es una mente brillante, genial inventor, adelantado a su tiempo.
En otro toque de clase, 20,000 Leagues Under The Sea, muestra que El Nautilus, posee propulsión nuclear en plena era victoriana.
Nemo, es un abnegado misántropo, renegado de la sociedad, y convencido de los viles propósitos militares que posee la humanidad; pero también es un personaje idealista, y trágico, que fuera esclavizado en su momento por los hombres, y por cuya ambición militarista, descubrir los inventos de Nemo, terminara por perder a esposa e hijo, a causa de la tortura.
Esa es una nota sorprendentemente oscura, para una cinta Disney…
Es interesante ver, como la historia muestra a Nemo, como una personalidad de múltiples caras, pero incapaz de redimirse.
Hasta el final, continúa con sus propósitos, y semeja ser una persona absolutamente fría, carente de consciencia.
Sólo en una escena intermedia, cuando desata sus emociones en el órgano del submarino, mientras El Nautilus destroza a otro barco, parece tener un espasmo de sentimientos humanos.
Y si bien 20,000 Leagues Under The Sea, no explora en profundidad en un personaje tan fascinante, lo poco que muestra, está bien hecho.
¿Es Nemo realmente un asesino, o un hombre justo?
¿O se trata simplemente, de otro ciego idealista?
Baste recordar que, 20,000 Leagues Under The Sea, como cualquier obra de arte, posee diferentes niveles de lectura:
Son 2 los abismos en los que nos sumerge; de una parte el subacuático, y de otra el ético.
Para los historiadores de la ciencia, en cuanto alter ego del profesor Aronnax, que representa a la ciencia oficial, Nemo es el científico hereje.
A esta categoría, pertenecieron:
Copérnico, Galileo, o Darwin, quienes tuvieron el suficiente arrojo, para cuestionar lo establecido como “verdad”
En un diálogo de 20,000 Leagues Under The Sea, Nemo declara a Aronnax, que su trabajo ha sido brillante, pero que, refiriéndose tanto a la metáfora, como a la realidad, se ha quedado en la superficie.
Nemo asume la responsabilidad del pensador capaz de dar un paso adelante, para llegar a donde nadie lo había hecho.
Y hace que, tanto su investigación, como su método y objetivo, aún dentro del campo de la ciencia, se nutran básicamente de rebeldía.
Pero en Nemo, coexiste una segunda forma de rebelión:
La que se ha originado en su historia personal, sus ideas sociales, y sus propósitos de venganza.
Desde esta óptica, Nemo utiliza a la ciencia, para intentar mejorar el mundo, pero también, para defenderse de él y, en ocasiones, para atacarlo abiertamente.
Su perfil psicológico, a medio camino entre el del sabio, el anacoreta, y el neurótico, lo faculta perfectamente, para cumplir con todos estos objetivos.
Pretende estudiar el mar y, a la vez, obtener de él, la única independencia posible, con el fin de escapar de la sociedad.
De ésta, no quiere saber nada, pues en ella, fue un esclavo, y su mujer e hijos asesinados; hacia la sociedad va dirigido todo su odio, y resentimiento.
En la historia de Nemo, sus motivos son emocionales, y sus objetivos terriblemente claros, pero el método a seguir, no es otro que el de la ciencia.
Todo parece teñido de un grito de desesperación, en aras de una decidida rebeldía.
Razón y pasión parecen, más que nunca, ir cogidas de la mano.
Quizás por eso, Nemo se haya convertido en el significado universal del hombre, capaz de pensar y decir “no”; y es que, en diferentes grados, todos somos, o nos sentimos como él.
El papel de Nemo, asignado a James Mason, no es de villano como tal, sino más bien, de una forma de ver la vida en un mundo, el oceanográfico, que desconocemos.
La otra mitad de La Tierra, que todavía no se nos ha permitido vivir…
Verne, también le coloca en una tesitura en la que no dista en exceso de un fascismo extremista, atacando a todo aquello que le es ajeno para la construcción de su ansiado sueño de pureza:
“Todos los hombres son culpables y malvados por naturaleza”
La enorme confianza de Nemo en su proyecto, su confianza en su vida contemplativa en medio de la naturaleza, toca a su fin, cuando el calamar gigante les da la estocada final, tras el ataque del barco de guerra.
Es por ello que, como le dice al profesor, “decide sacrificar su experimento, antes que entregarlo a un hombre que no merece” algo con lo que, si bien está concebido para el bien, no tardaría en darle un uso bélico.
De hecho, ha creado en su Nautilus, una comunidad ideal, en la que toda imperfección humana ha desaparecido, pero a costa del crimen, la destrucción de la individualidad, y la opresión más sectaria.
Su mundo en realidad, es el horror totalitario.
Nemo, es un villano, y paga las acciones que ha cometido con su muerte.
Pero Nemo es un personaje demasiado gris, para caer en semejantes juicios...
Algo realmente llamativo en la producción, es que no hay escenas demasiado complejas de acción, y sin embargo, para ello, Fleischer utilizó a 26 dobles de riesgo, que es una barbaridad…
Esto puede ser entendido, desde la apuesta que hizo “la compañía del ratón” en esta producción, ya que fue el primer film realizado por ellos, que no era de animación en los Estados Unidos…
Sus más de 500 páginas, de obra original, que en muchas ocasiones se convierten en auténticos tratados de ingeniería, ictiología, geografía, u oceanografía, son traducidas al medio cinematográfico, en la medida de lo posible.
Son también muy diferentes, los desenlaces finales que se desarrollan en las obras de Verne y Fleischer.
Lo que no desmerece en absoluto, pues ésta llega no sólo a respetar sus orígenes literarios, sino incluso, a homenajearlos y engrandecerlos.
Aunque Nemo muere en 20,000 Leagues Under The Sea, se desconoce su destino en la novela original de Verne, y reaparece en la secuela “L'Île Mystérieuse” (1874) con una actitud más humanitaria.
Lo que subliminalmente 20,000 Leagues Under The Sea procura demostrar, es otro de los tópicos habituales de la ciencia ficción de los 50, y es que la ciencia es una Caja de Pandora.
Esto lo hemos explicado previamente; como resultado de la invención de la bomba atómica en 1945, el concepto popular acerca de los científicos, era que resultaban ser monos con navajas, dispuestos a comprobar ciegamente, todas sus teorías, aunque pudieran poner en riesgo a la humanidad.
Y para ello, siempre contaban con el infinito financiamiento de fuerzas militares.
En ese sentido, 20,000 Leagues Under The Sea, se suma a dicha movida; con las palabras finales de Aronnax, existe una suerte de redención para Nemo, destruyó la tecnología atómica futurista que había creado, a costa de su vida, y también un nuevo mensaje de advertencia:
“¡Cuidado con los científicos!
¡Lo que desarrollan, puede destruirnos a todos!
¡No corresponde a ésta época la tecnología nuclear, simplemente porque no estamos capacitados para manejarla!”
Por último, el compositor estadounidense, Paul J. Smith, se ha caracterizado por su estrecha, y fructífera relación con la productora Disney.
Smith recreó, el particular mundo de los océanos, a través de una composición que acentuaba lo imponente de la ambientación marina.
Recurriendo a un “leitmotiv” de tono aventurero, construyó el “score” a partir del mismo, en una sucesión de arreglos, que reforzaban la temática de dicho género.
“The natives over there are cannibals.
They eat liars with the same enthusiasm as they eat honest men”
En 20,000 Leagues Under The Sea, son muchas las cuestiones que se nos sugieren, aunque todo esté enmascarado en forma de relato de aventuras.
Para empezar, habría que afirmar que, más que adelantarse a la tecnología de su época, como se ha venido insistiendo, esta historia la refleja, y constata.
Así, a modo de ejemplo, las investigaciones en aparatos submarinos, eran una realidad en los tiempos en los que se escribió la novela.
Por otra parte, la electricidad, debido al ingenio de científicos como Edison, Tesla, o Faraday, empezaba a ser entendida, y dominada.
Sus aplicaciones, como es bien sabido, estarían presentes en toda la tecnología de finales del siglo XIX, todo el XX, y lo que llevamos del XXI.
Ésta aparece a lo largo del filme, en forma de novedad tecnológica, productora de luz, fuente de energía, e incluso, arma defensiva.
Verne reflejó, algunos de los adelantos tecnológicos del momento en que vivió, y que no fueron pocos.
Aunque la novela fue publicada en 1870, el primer submarino, completamente eléctrico, apareció en 1884, “El Peral” de La Armada Española.
Actualmente, los submarinos eléctricos funcionan en base a baterías, que no son tan misteriosas, como lo eran en la época de Verne.
Según El Capitán Nemo, la electricidad es “un agente poderoso, obediente, rápido, fácil, que se conforma con todo uso, y reina a bordo de mi nave”
Tanto reinaba la electricidad en la nave del Capitán Nemo, que hasta las armas usaban electroshock.
Los primeros dispositivos de este tipo, comenzaron a ser desarrollados, recién en 1969.
Pero existen elementos en la novela, que sí constituyen ideas de anticipación.
El uso de las escafandras en el siglo XIX, le posibilitaba al buzo mantenerse bajo el agua.
En los trabajos submarinos, el individuo iba provisto de un traje impermeable, y con la cabeza protegida por un casco metálico, mientras que recibía el aire para poder respirar, a través de unos tubos de goma, que lo unían a la fuente de entrada y salida de este fluido, en la embarcación.
Si Verne en ocasiones, partió de la ciencia y la tecnología de su época, en otras pareció, sin embargo, querer mostrarnos directamente el futuro.
Esto es lo que ocurre, por ejemplo, en el caso de la cámara de combustible del Nautilus.
En este auténtico órgano central, que mantiene tecnológicamente vivo al submarino, se nos llega a insinuar, la presencia de “energía atómica”
Para ambos casos, lo que sería imaginado en forma de poder ilimitado, terminaría por convertirse en la realidad, en energía nuclear.
Fue ésta, la que movió al primer submarino atómico que, con nombre del original de Verne, era botado 4 años después del estreno de la película 20,000 Leagues Under The Sea.
Con este nuevo, y temible desarrollo bélico, La Marina de EEUU, pretendía tomar la delantera, de forma definitiva, en la carrera de armamentos dentro de La Guerra Fría.
Tanto en la ficción inventada por Verne, como en la historia real, no deja de ser inquietante, que tan excelente logro de la ciencia y la tecnología, tan dotado de belleza, comenzara siendo utilizado como un arma de destrucción masiva.
El tema de las “predicciones” de Jules Verne, es inagotable.
Los estudiosos de la obra “verniana” recomiendan no leer tan profundamente en los textos, y no exagerar lo que allí se encuentre…
Un misil autopropulsado, no es lo mismo que un misil autoguiado; el delirio de un científico que exagera el poder de su explosivo, no es necesariamente equivalente, a una predicción de la bomba atómica; la proyección a través de potentes reflectores de una imagen que no se mueve, no es en modo alguno, algo parecido a la descripción del cine que conocemos actualmente...
Para muchos las “predicciones” que se le atribuyen al autor galo, no son más que extrapolaciones hechas a partir de técnicas emergentes, o de especulaciones a partir de cosas conocidas teóricamente, la electricidad, por ejemplo, o imperfecciones, como las exploraciones por ejemplo.
No se debe olvidar, que Verne reunía muchos documentos geográficos y científicos, antes de escribir sus novelas, y que leía muy regularmente, un gran número de revistas científicas y geográficas; lo cierto es que el gran talento de escritor de Jules Verne, lo llevó a incluir en sus novelas, todas estas “anticipaciones”, que casi 100 años después de su muerte, aun cuando muchas de ellas, son ya algo común en nuestro siglo, siguen cautivando y encantando a las generaciones actuales, e inspirando a quienes leen sus escritos.
Verne como Nemo, adelantados a su tiempo.

“Nitrates and phosphate for ammunition.
The seeds of war.
They're loading a full cargo of death.
And when that ship takes it home the world will die a little more.
I was once one of those pitiful wretches you see down there.
Look at it again, professor, I don't want you to forget what you've seen here today”



Comentarios

Entradas populares