Wild

“You get lonely?”

Cheryl Strayed nació en Pensilvania en 1968, siendo la mediana de 3 hermanos, y fue a las universidades de St. Thomas y Minnesota, donde se licenció “cum laude” de 2 especialidades:
Literatura Inglesa y Estudios Femeninos.
También trabajó como camarera, en campañas políticas, administrativas, y técnica sanitaria en una ambulancia.
En el año 1991, Cheryl tenía solo 22 años, y su madre acababa de morir de un cáncer fulminante, dejando a la joven, en una situación más que precaria con sus 2 hermanos:
Karen y Leif.
Tras el entierro, y durante los 4 siguientes años, Cheryl cayó en un pozo que parecía no tener fondo:
Se divorció de un hombre al que todavía amaba, se distanció de su familia, recorrió el país, buscando un hogar que nunca encajaba, se liaba con cualquier hombre que la buscara, y llegó incluso, a engancharse a la heroína.
En definitiva, 4 años que la llevaron a convertirse, en una mujer totalmente extraviada, y sin pilares a los que aferrarse.
Hasta que la casualidad puso en su camino, una guía sobre algo llamado:
“El Sendero del Macizo del Pacífico” (SMP)
La ruta, es principalmente a través de un Parque Nacional Forestal y Silvestre protegido.
El sendero evita la civilización, y cubre un pintoresco y original terreno montañoso, con pocos caminos; el cual pasa a través de:
Laguna, Santa Rosa, San Jacinto, San Bernardino, San Gabriel, Liebre, Tehachapi, Sierra Nevada, y Klamath que oscila en California, y Cascade Range en California, Oregon, y Washington.
Se cuenta que la mayoría de los excursionistas, cubren cerca de 20 millas, unos 32 kilómetros por día; y por lo general, completarlo toma entre 4 y 6 meses, que requiere preparación, y dedicación completa previa; tanto que La Asociación “Trail Pacific Crest” estima que se necesita, en la mayoría de los excursionistas, entre 6 y 8 meses para planificar su viaje.
Los excursionistas, también tienen que determinar sus puntos de reabastecimiento; los cuales están en pueblos, u oficinas de correos, donde los excursionistas reponen alimentos y otros suministros como combustible para cocinar.
El paso logístico principal final, es crear un calendario aproximado para su conclusión...
Así pues, Strayed sin saber esto, impulsivamente decide poner fin a su situación, y emprender aquella ruta de senderismo:
Ella recorrería totalmente sola, toda la costa Oeste de los EEUU, desde el desierto de Mojave en California y Oregón, hasta el estado de Washington.
Según cuenta:
“Fue una decisión arriesgada, hasta para un experimentado senderista, cosa que en absoluto era; es más, no recordaba haber andado nunca demasiadas horas seguidas.
Había que ser una mujer muy valiente, loca o simplemente salvaje, para encarar ese plan.
Pero esa era la ruta que había decidido tomar, para volver a encauzar mi vida”
Valiéndose de los diarios personales que iba escribiendo, y sobre todo, de sus propios recuerdos, Cheryl Strayed, terminó componiendo “Wild”, un libro que es un testimonio de vida, y de ese recorrido de auto descubrimientos.
“Wild”, es el resultado, y fiel reflejo de un recorrido de muchos kilómetros, que la autora realizó a pie, por La Cordillera del Pacífico de los EEUU, y que supuso no solo un viaje físico, sino también interior.
Ese fue el camino elegido, para frenar la espiral descendente de autodestrucción en que se encontraba, y expulsar todos esos demonios que no sabes cómo ha llegado a ocupar su espacio vital.
La escritora concluye que aprendió:
“Siempre, pese a todo, hay que seguir adelante”
“Para escribir “Wild”, me basé en mis diarios personales, investigué los datos cuando pude, consulté con varias de las personas que aparecen en sus páginas, y recurrí a mis propios recuerdos de los sucesos referidos, y de esa etapa de mi vida.
He cambiado los nombres de la mayoría de las personas, pero no de todas, mencionadas en “Wild” y, en algún caso, también he modificado detalles que pudieran identificarlas, para salvaguardar el anonimato.
No se incluyen en el libro, personajes ni sucesos que sean mitad ficción, mitad realidad.
De vez en cuando, he omitido personas y sucesos, pero solo si dicha omisión no afectaba a la veracidad, o el contenido del relato”, asegura la protagonista de esta aventura, que inició cuando tenía 22 años, y le anunciaron que su madre padecía un cáncer, que acabó fulminantemente con su vida.
Ambas estaban muy unidas y, tras su muerte, y 4 años después, un día por casualidad, en la cola de un supermercado, vio una guía sobre “El Sendero del Macizo del Pacífico” (SMP) y, sin pensarlo mucho, decidió acometer este viaje.
“No comprendí del todo, lo mal preparada que estaba hasta que salí…
Había sido una asidua practicante de las marchas de un día, y había acampado frecuentemente.
Había crecido en el salvaje norte de Minnesota.
Pero hacer el SMP, no tenía nada que ver con ir un día de marcha por el campo, o crecer en los bosques”, recuerda Strayed.
Y agrega:
“Tenía que transportar todo lo que necesitaba en mi espalda.
Ir por zonas en las que estaba días, sin ver a otro ser humano.
Era mucho más difícil de lo que había planeado.
Pero fue lo mejor de lo que me ha pasado en la vida.
Soy una mujer que aprende, cuando hay dificultades”
Así las cosas, Cheryl Strayed se lanzó a recorrer sola, el largo tramo del “Pacific Crest Trail” con “Monstruo”, una descomunal mochila que pesaba más que ella, y con unas botas de montaña, que le quedaban pequeñas...
Ella cuenta parte de sus experiencias diciendo:
“Eran árboles altos, pero yo estaba en una posición aún más alta:
Por encima de ellos, en una escarpada ladera en el norte de California.
Momentos antes me había quitado las botas de montañismo, y la del pie izquierdo había caído entre esos árboles, al volcarse sobre ella la enorme mochila, salir catapultada por el aire, rodar hasta el otro lado del sendero pedregoso, y despeñarse por el borde...
Tras rebotar en un afloramiento rocoso, a unos metros por debajo de mí, se perdió de vista entre la enramada del bosque, donde ya era imposible recuperarla.
Atónita, ahogué una exclamación, pese a que llevaba 38 días en medio de aquella agreste naturaleza, y a esas alturas, sabía ya que cualquier cosa podía ocurrir, y que ocurriría.
Pero no por eso, dejaba de asombrarme cuando por fin sucedía.
La bota había desaparecido.
Había desaparecido de verdad” cuenta, que por cierto, esa bota es la portada de su libro “Wild”
“Estaba sola.
Estaba descalza.
Tenía 26 años, y también yo era huérfana.
“Una verdadera extraviada”, había dicho un desconocido, hacía un par de semanas, cuando le di mi apellido, “Strayed” que significa “extraviada” en inglés, y le hablé de mis escasos lazos con el mundo”, describe en su libro.
“Durante los años anteriores al momento en que arrojé mi bota al precipicio en esa montaña, yo misma estaba arrojándome a un precipicio.
Había deambulado, vagado, y errado, de Minnesota a New York, de allí a Oregón, y luego por todo el oeste, hasta que por fin, en el verano de 1995, me encontré allí, descalza, sintiéndome no ya sin lazos con el mundo, sino amarrada a él.
Era un mundo en el que nunca había estado, y que sin embargo, como bien sabía, siempre había existido; un mundo en el que había entrado a trompicones, afligida, confusa, temerosa, y esperanzada.
Un mundo que, según pensé, me convertiría en la mujer que yo sabía que podía llegar a ser, y a la vez, me permitiría volver a ser la niña que había sido en otro tiempo.
Un mundo cuyas dimensiones eran medio metro de ancho, y 4.285 kilómetros de largo…
Había oído hablar del Sendero por primera vez, solo 7 meses antes, cuando vivía en Minneapolis, triste, desesperada” cuenta la escritora.
Así las cosas, durante más de 3 meses, y casi 2 mil kilómetros, Cheryl Strayed caminó por las cadenas montañas de California y Oregón.
Además de sus botas, perdió varias uñas de los pies, aunque encontró a otros mochileros solitarios como ella, llamados:
Greg, Matt, Albert, Tom, Doug, Jimmy Carter… con los que compartió charlas, risas, y comida.
Todo y más, lo cuenta en su libro “Wild”, en el que mezcla las experiencias del viaje, con los recuerdos de su vida anterior, con descarnada sinceridad, con una prosa divertida, y conmovedora; enérgica y directa, a ratos, como en el capítulo donde nos habla de su yegua “Lady”… muy dura.
Pero, paso a paso, “a pesar de los osos y las serpientes de cascabel, y los pumas; a pesar de las ampollas, las costras, los arañazos, y las laceraciones; del agotamiento, y las privaciones; del frío y el calor; de la monotonía y el dolor”, Cheryl va encontrando su propio camino, con su mochila cada vez más ligera de peso, y de fantasmas:
“Ahora, de pie y descalza en aquella montaña californiana, se me antojaba que habían pasado años, que en realidad, había sido en otra vida, cuando había tomado la decisión, posiblemente insensata, de darme un largo paseo sola por el SMP, con el propósito de salvarme.
Observé mis pies descalzos y maltrechos, con sus escasas uñas residuales.
Eran de un blanco espectral, hasta la línea trazada a unos centímetros por encima de mis tobillos, donde normalmente acababan los calcetines de lana.
Por encima, tenía las pantorrillas musculosas, doradas y velludas, cubiertas de polvo, y una constelación de moretones y arañazos.
Había empezado a caminar en el desierto de Mojave, y no pensaba detenerme hasta tocar con la mano, un puente que cruza el río Columbia, en el límite entre Oregon y Washington, cuyo magnífico nombre es:
“Puente de Los Dioses”
Miré al norte, en dirección a él:
La sola idea de ese puente, era  para mí una almenara.
Miré al sur, hacia donde había estado, hacia la tierra agreste que me había aleccionado, y abrasado, y me planteé mis opciones.
Solo tenía una, lo sabía.
Desde el principio, había tenido solo una.
Seguiría adelante”, concluye.
En el prólogo del libro, agrega que “desearía que las cosas fueran distintas de cómo eran.
Ese deseo, era un paraje inhóspito, y tenía que encontrar el camino para salir del bosque.
Tardé 4 años, 7 meses, y 3 días en conseguirlo.
No sabía adónde iba, hasta que llegué allí.
Era un lugar llamado:
El Puente de Los Dioses”
Pasado un tiempo, 13 años después, específicamente, de realizar ese viaje, Strayed comenzó a escribir “Wild”, donde se relata su transformación que esa travesía supuso, y cómo la lucha por la supervivencia, la hizo encontrar su propio camino.
“No escribí “Wild” pensando en transmitir un mensaje.
Lo que realmente quería, era contar la historia de mi viaje”, indica la autora.
“Mi corazón está en el libro.
Yo quería contar toda la verdad sobre mi experiencia y mis sentimientos.
Creo que debe ser la función del escritor:
Ser un ejemplo de veracidad, e iluminar la verdad”, afirma.
“Why are you here?”
Wild es un drama del año 2014, dirigido por Jean-Marc Vallée.
Protagonizado por Reese Witherspoon, Laura Dern, Gaby Hoffmann, Michiel Huisman, Thomas Sadoski, Kevin Rankin, Charles Baker, Brian Van Holt, W. Earl Brown, Nick Eversman, Orianna Herrman, entre otros.
El guión es de Nick Hornby, basado en la memoria “Wild: From Lost to Found on The Pacific Crest Trail” (2012), escrito por Cheryl Strayed; el cual está dedicado:
“Para Brian Lindstrom, y para nuestros hijos, Carver y Bobbi”
Wild entrelaza las historias de vida de Strayed, antes y durante el viaje, describiendo sus problemas físicos, y realizaciones espirituales, mientras sigue su camino hasta completar su travesía.
Cabe destacar que el libro “Wild”, no es una guía de senderismo, aunque trata del viaje a pie que realizó su autora en 1995, por El Sendero del Macizo del Pacífico, (Pacific Crest Trail)
Por su parte, Reese Witherspoon, quien en 2010 adquirió los derechos de esta historia, también hace parte del equipo de productores, siendo Wild, nominada a 2 Premios Oscar:
Mejor actriz (Reese Witherspoon) y actriz secundaria (Laura Dern)
Así las cosas, tras una serie de trágicas experiencias personales, Cheryl Strayed (Reese Witherspoon), decide a pesar de no tener experiencia alguna como excursionista de larga distancia, recorrer sola, una conocida senda que cruza los estados de California, Oregon y Washington, que en inglés se la conoce como “Pacific Crest Trail”, como una manera de curarse a sí misma, a raíz de su divorcio con Paul (Thomas Sadoski), la muerte de su madre Barbara Anne “Bobbi” Grey (Laura Dern), y los años de su conducta imprudente y destructiva.
Durante el camino, repleto de retos, hambre, frío, calor, lluvia, nieve, hambre, cansancio, dolor, a través de constantes “flashbacks” evocados por sensaciones, formas, sonidos, la iluminación, que la remontan al pasado reciente, se arma el perfil de una mujer en convulsión, por una infancia agredida por el alcoholismo, y la violencia de su padre; una apasionada estudiante de literatura, una drogadicta que engañó varias veces a su esposo, antes de divorciarse; una mujer enloquecida, teniendo que reordenarse tras el luto, por la muerte de una madre joven, causada por un cáncer devastador...
A la par del camino, Cheryl avanza redescubriendo los recovecos más polvosos de su cabeza, haciendo que cada paso en su camino, sea poco a poco, cada vez más firme, siempre acompañada del afortunado humor, y una belleza natural.
“I've always been someone's daughter or mother or wife.
I never got to be in the driver's seat of my own life”
Wild es una experiencia visual maravillosa y exuberante, pero que también captura algo de la soledad, la fatiga, y de la nublada y estrábica alienación que los viajes pueden infligir.
Su director, Jean-Marc Vallée, propone un viaje por el interior de la mente de una mujer, con un pasado lleno de problemas, y emociones fuertes.
Una aventura por los senderos de “La América Profunda”, que vale la pena experimentar, para sentirse impresionado por los hermosos paisajes.
De entrada, es aplaudirle la labor de Vallée, al conseguir una película sumamente entretenida, a pesar de que se centra básicamente en un sólo personaje, y que narra una travesía que, únicamente relata la caminata de la protagonista, apoyándose de “flashbacks” como único recurso narrativo, para darnos a conocer el tormentoso pasado del personaje.
Wild se destaca, porque empieza con fuerza, abriendo la función con un estremecedor grito de la desgastada protagonista, una mujer llamada Cheryl, que decide caminar varios kilómetros, con el fin de superar su adicción a las drogas, un aborto, y la muerte de su madre.
A partir de ahí, el director deja en claro que, Wild es precisamente, como ese desolador alarido, y que las escenas desgarradoras, estarán a la orden del día, dado que son parte de la expiación, y la catarsis del personaje.
Desde el inicio hasta el desenlace, el director rompe cualquier barrera con el público, y lo convierte en el compañero de viaje de Cheryl, dado que la llegamos a percibir, como si fuera una íntima amiga a quien llegamos a conocer profundamente.
El cansancio del personaje, pasa a ser nuestro cansancio, y nuestros labios se empiezan a sentir resecos, cuando ella padece sed.
Es loable también, que a pesar de lo dura y cruda que puede resultar la historia, el guión incluye unos muy bien insertados golpes de humor, que se perciben naturales, y para nada forzados, logrando arrancar la sonrisa del público, en medio de recogimiento.
Del reparto, Reese Witherspoon realiza uno de los monólogos interiores más “exorcizados” de la pantalla grande, tratando de poner su vida en orden, y lograr ver su futuro, enfrentando lo duro de lo inhóspito, lo natural, y lo salvaje, tras haber vivido, prácticamente todo, y también de modo “salvaje”
La actriz cuenta que:
“Empecé a producir hace 2 años, compré 2 libros, “Wild” es el 2º; y lo hice cuando tenía la esperanza de tener guiones qué hacer”, comenta entusiasmada la actriz de 38 años.
“En Hollywood, hay mucho papeles de protagonistas, de mujeres dinámicas, como las que conozco e hice, para mí son importantes, pero también, son para otras actrices; comenzamos esto, y ha sido alentador que los estudios nos llamen, y digan:
Queremos más historias, como las que hacen”, agrega.
En lo personal, su personaje brilla mucho como “voz en off” y en los “flashbacks” pero es silente en el tiempo real que se ve en pantalla. “Han sido muchos los comentarios, en cuanto a que si todo el guión le sucede a mujeres, pero jamás hemos dicho que Wild es una película de ellas; se trata de amor, sexo, drogas, muerte...
Me parece una historia muy humana, y diré que la manera en que se manejan los hombres, es altamente positiva”, considera la histrión.
“Se trata de la humanidad, y de la gente que te encuentras en la vida, y cómo ella está preocupada de recorrer eso”, subraya.
“Hubo unas 4 propuestas diferentes y, al final, dije:
“No voy a cambiar ni una sola palabra del libro”, asegura Witherspoon, respecto a la adaptación de Wild.
Respecto a Laura Dern, me resulta su nominación, bastante exagerada, tanto por su poco minutaje en pantalla, como el desarrollo del personaje, que es demasiado corto para valorarla con justicia.
Por su parte, en lo técnico, Vallée crea un relato impresionante en todos los sentidos:
La cámara acompaña a la protagonista por los distintos lugares del recorrido, acentuando con planos generales, la aridez del lugar, y la belleza de los imponentes paisajes.
Mientras vemos como sufre, y resuelve los problemas, descubrimos las razones de ese extraño viaje...
Mediante el uso del “flashback” descubrimos un pasado lleno de problemas, de sexo, droga, muerte, y dolor.
Aquí, el director maneja los tiempos y los sentimientos con mucho realismo.
Nada es demasiado emotivo, ni forzado, pues todo posee su desarrollo justo.
Y la música y la fotografía que acompañan, lo hacen de manera justa con las imágenes.
Todos los “flashbacks” tienen una razón lógica y emotiva, que se conjugan con algún hecho que le sucede en su enigmático recorrido.
Lo malo de Wild, puede ser tal vez, la producción que hizo Danny Boyle en “127 Hours” (2010), una historia que prácticamente se trataba en un monólogo de un aventurero; pero acá, Jean-Marc tomó nota, y hace que la travesía de Witherspoon sea vibrante, en vez de caer en lo lineal y repetitivo, algo en lo que pudo haber caído fácilmente, de no ser por un exquisito guión, que a la vez deja frases para analizar y reflexionar, una vez terminado el visionado.
La banda sonora, es impagable, muy bonita, y no se llega a sacar de la mente, la versión “El Cóndor Pasa” de Simon & Garfunkel.
“My mother used to say something that drove me nuts.
There is a sunrise and a sunset every day and you can choose to be there for it.
You can put yourself in the way of beauty”
La hoy, famosa escritora Cheryl Strayed cuenta que “al finalizar el recorrido, sentí paz, y una especie de éxtasis.
Fue de verdad, uno de los momentos que nunca podré olvidar:
Gozoso y emocionante”, y asegura que fue a partir de entonces, cuando pudo empezar a reconciliarse con la idea de la muerte de su madre.
Pero lo mejor, confiesa, fue cuando tras publicarse “Wild”, miles de personas se dirigieron a ella, para decirle cómo habían visto sus sentimientos reflejados en su historia.
Y es que “algunas veces, en las historias más personales, es donde podemos encontrar los sentimientos más universales”
Como curiosidad, después de la publicación de la obra, Strayed escribió lo siguiente en Facebook, el cual también fue publicado en The New York Times:
“A menudo recibo correos electrónicos de lectores, que me dicen que estamos conectados, porque sus vidas son muy parecidas a la mía.
Infancias similares, pérdidas similares, luchas similares…
Esta experiencia, ha sido un gran recordatorio para mí, cuán conectados estamos, a pesar de nuestras diferencias.
Al leer uno de esos e-mail, hace poco, pensé que estaba leyendo lo habitual, hasta que llegué a la parte de, cómo el remitente se llegó a sentar de golpe en la cama, mientras leía “Wild” hacia la mitad del capítulo 1, y se dio cuenta que teníamos el mismo padre…
Ella era media hermana, que obtuvo mi libro por casualidad, y que ahora sabía de mi existencia, pero no de mi nombre, y me encontró”
Strayed había dicho al Times, que ella había hecho esfuerzos por localizarla, tanto a ella como a su medio hermano, a lo largo de muchos años, sin tener éxito...
Pero cuando su media hermana comenzó a leer “Wild”, “sabía lo suficiente acerca de mí, y mis hermanos, que ella se enteró de quien era.
Ella leyó el resto del libro, y entonces me escribió; y se sorprendió.
Yo también, y sin embargo, siempre supe que nuestros caminos se cruzarían.
La vida es así, siempre hay más, siempre un revelar”, acotó.
Cheryl Strayed, considera la soledad, como una especie de lugar físico:
“Odio sentirme sola, pero adoro estar sola”, indica la escritora, que asegura que si repitiera la experiencia del SMP, lo volvería hacer sin compañía.
No obstante, destaca la relación que entabló con senderistas que, de un modo desinteresado, se prestaron a tenderle una mano, cuya compañía permitió que superara los obstáculos, y aprendiera que la soledad es “una actitud ante la vida”
A pesar de su éxito, Cheryl es una persona humilde.
Afirma que para poder escribir, bajo la sombra de sus influencias, como Toni Morrison, Alice Munro, y Raymond Carver; “me di cuenta de que tenía que asumir mi propia mediocridad”
Además, está segura de que el éxito, entendido no como “la fama y el dinero”, ni siquiera como publicar, sino como lograr “hacer el libro que quieres hacer”, no se debe al talento ni al trabajo, sino a “qué tanto quieres realmente hacerlo”
En lo personal, Strayed se casó nuevamente en 1999, con el cineasta Brian Strayed Lindstrom, con quien tiene 2 hijos, y viven en Portland, Oregon.
De hecho, su hija, Bobbi Strayed Lindstrom, hizo el papel de Cheryl Strayed, en la adaptación cinematográfica de “Wild”
Hoy, la escritora es una activista feminista, y sirve en La Primera Junta Directiva de Vida: Women In Literary Arts.
Además, Strayed ha escrito otras novelas, ensayos y artículos diversos para revistas y diarios como The New York Times y The Washington Post.

“If your Nerve, deny you.
Go above your Nerve”
Emily Dickinson



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