Fame

“I'm gonna live forever”

¿Qué impulsa a los jóvenes, a iniciarse en una senda plagada de incertidumbre?
El mundo artístico es una carrera que siempre está llena de sorpresas, y de imprevistos.
A veces accede a ella, gente escasamente interesada, y que triunfa de forma inesperada, mientras que personas que han amado la profesión, nunca encuentran el lugar donde encajar.
Un camino nada fácil, oscuro, imprevisible, en donde aparecen de la nada, enemigos que te odian sin saber por qué motivo, ni a santo de qué te insultan, y te amenazan.
Gente que se quiere aprovechar de ti en su propio beneficio.
Gente que te quiere explotar, o que pretende engatusarte para que termines durmiendo en su cama, o realizando el acto sexual con él, o con ella.
Estafadores, ladrones aparecen a lo largo de la carrera, también numerosos lunáticos…
Pero no todo son espinas:
También hay mucha miel, grandes momentos, grandes amistades, y momentos sublimes.
La aventura de la vida artística, es apasionante sin lugar a dudas.
A veces no triunfa el que más vale, sino el que más resiste a las adversidades, o tal vez, la más astuta o aquella que ha estado en el lugar adecuado, en el momento apropiado.
A veces es suerte, pero en otras, mucho talento has de tener, para ser alguien en esta jungla de sueños y desengaños.
“Remember my name”
Fame es un musical de 1980, dirigido por Alan Parker.
Protagonizado por Irene Cara, Lee Curreri, Laura Dean, Antonia Franceschi, Paul McCrane, Barry Miller, Gene Anthony Ray, Maureen Teefy, Meg Tilly, entre otros.
El guión es de Christopher Gore, la coreografía es de Louis Falco, y la partitura musical, es de Michael Gore.
Fame sigue a un grupo de estudiantes, a través de sus estudios en The High School of Performing Arts, que más tarde se fusionó con The High School of Music & Art, para convertirse en Fiorello H. LaGuardia High School of Music & Art and Performing Arts.
Como dato curioso, muchos conocidos artistas, fueron entrenados en esa escuela, como:
Liza Minnelli, Jennifer Aniston, Robert DeNiro, Al Pacino, Freddie Prinze, Ving Rhames, Suzanne Vega, Pinchas Zukerman, entre otros.
Fame se divide en secciones que corresponden a las etapas de estudios:
Auditions, Freshman Year, Sophomore Year, Junior Year, y Senior Year.
De Fame, que no dejaba por otra parte de ser un drama musical, se tocaban muchos temas:
La ambición, y el afán de superación, la ayuda, la cooperación, y algo muy común en la sociedad, como es la competitividad, la sinceridad, la confianza en uno mismo, y en los demás, el cariño y el respeto, la envidia, la homosexualidad, la incomprensión, la soledad, la depresión, la fuerza, el éxito, el dinero, la intolerancia…
Pero ya no es en sí, el precio de la fama…
Es algo que a todos nos suena mucho, porque al fin y al cabo, de todo esto que he dicho, hemos tenido, y vivimos con ello.
Como dato, los jóvenes intérpretes de Fame, alcanzaron una enorme popularidad, tanto dentro como fuera de Estados Unidos, y se organizaron giras de conciertos en directo, incluso después de la cancelación de la serie que resultó de la película.
También, se ha realizado un musical de Broadway, titulado precisamente “Fame” y estrenado en 1988.
Fame logró el hecho sin precedentes en la historia de Los Premios de La Academia, al obtener 2 canciones de una misma cantante, y una misma película, que fueran nominadas en la misma edición para el Oscar a La Mejor Canción Original.
Las nominaciones fueron para:
“Out Here On My Own” y “Fame”, ambas interpretadas por Irene Cara.
Esta última, además, se llevó el galardón, y obtuvo otro premio a La Mejor Banda Sonora; y 3 nominaciones más como:
Mejor guión original, sonido, montaje; y bueno, agrego aquí, la canción original:
“Out Here On My Own”
Fame generó una serie de televisión del mismo nombre, que tuvo gran éxito; y estuvo en antena desde su estreno en 1982, hasta 1987, siendo una de las series más longevas en la televisión por aquella época.
La fotografía principal, se llevó a cabo entre agosto y noviembre de 1979, en Manhattan, Brooklyn, Queens, y el Bronx, New York, EEUU.
Así pues, a la New York City High School for the Performing Arts, se presentan algunos jóvenes, entre los que están:
Coco Hernández (Irene Cara), la más ambiciosa, siempre preocupada porque todo saliera bien.
Tiene sus más y sus menos con sus compañeros, pero siempre acaban perdonándola.
Es una gran bailarina, y poseedora de una voz muy dulce.
Leroy Johnson (Gene Anthony Ray), es el más rebelde de todos los estudiantes.
Abandonado por su madre, Leroy sin quererlo, tratará de triunfar en el mundo de la danza.
Bruno Martelli (Lee Curreri), es un compositor de música, tiene sus discusiones con El Profesor Benjamin Shorofsky (Albert Hague), debido a su afán innovador.
Piensa que los sintetizadores, algún día sustituirán a la música clásica...
Doris Finsecker (Maureen Teefy), y Montgomery MacNeil (Paul McCrane), son otros estudiantes que seguirán sus aspiraciones y estudios como:
Actores, cantantes, y bailarines.
Cuando son aceptados, deberán superar los exigentes cursos que los llevarán a graduarse como profesionales.
Al final, todos descubren varias cosas sobre sí mismos, y el espectador se alegra de que así sea.
Doris se convertirá en una gran actriz, Raúl García/Ralph Garci (Barry Miller) en un comediante con éxito, Coco en una maravillosa cantante, Montgomery será un actor genuino, Bruno un talentoso músico, y Leroy en un particular bailarín.
“I'm gonna learn how to fly… high!”
El atractivo de la marca “Fame”, siempre ha residido en la visión de jóvenes con talento, persiguiendo sin reposo sus objetivos de triunfo, a través del trabajo duro, mientras entretienen y emocionan a lo largo de todo el proceso.
Alan Parker revive las ilusiones y las desilusiones de esos jóvenes, que acuden a la escuela en busca de un mañana mejor.
Porque se creen unos grandes artistas que triunfarán, y se convertirán en grandes celebridades.
Chicos y chicas que forjan sueños que muchas veces, la mayoría de las ocasiones, se estrellan ante la dura realidad con la que se encuentran.
Sin ir más lejos, Fame pasa por realidad de inicios de los 80s:
La homosexualidad, el aborto, las drogas, los abusos, la pornografía, la marginalidad, la discriminación, el analfabetismo, las frustraciones del artista sin talento, y algún otro ítem…
Y es que Fame tiene momentos, canciones, y retazos, que hacen de este musical, un pequeño y gozoso rincón de encuentro.
Un crisol de jóvenes creativos en New York.
Jóvenes de distintas culturas, distintos niveles económicos, y diferentes aspiraciones artísticas.
Fame los reúne y, como una película documental falsa, los sigue en distintas situaciones.
Y entonces vivimos sus 4 cursos, en los que se preparan para ser futuros cómicos, actores, y actrices dramáticos, cantantes, músicos, o bailarines.
Y los vemos en un edificio que se cae a pedazos, con unos profesores exigentes que les piden lo máximo en sus clases.
Vamos viajando, y conocemos sus sentimientos, sus fobias, sus miedos, sus éxitos, sus fracasos, sus realidades sociales, sus relaciones, sus enamoramientos, sus enfados, sus entornos familiares, sus bofetadas con el duro mundo real… y ellos mientras siguen creando y creyendo que mañana está cerca, y se pegan batacazos, y todavía se levantan.
Las historias no son lineales, ni siquiera terminan, pero parece que nos acercan la vida de unos jóvenes desconocidos, que luchan por su pasión, con consistencia y determinación.
Todos tienen el impulso común de dar el salto, sea cuales sean sus preferencias; unos por vocación, otros porque lo llevan en la sangre.
Apoyados por unos, no poco rígidos, profesores de la escuela como:
Miss Olivia Berg (Joanna Merlin), y Elizabeth Sherwood (Anne Meara), o el paciente señor Shorofsky (Albert Hague)
Fame, tiene a todo tipo de profesores que les enfrentan a la vida:
La profesora de danza dura, que les dice si tendrán futuro o no.
El profesor de arte dramático, entregado a sus clases.
El anciano profesor de música, que reconoce los talentos musicales, pero que no siente más allá de la música clásica.
O la dura y exigente profesora de lenguaje, que cree en cada uno de ellos más que nadie…
Y en los alumnos, todo un crisol de jóvenes de la generación de los 80:
El homosexual pelirrojo solitario, y con traumas al que le cuesta salir del armario.
La joven tímida y judía, que se siente insignificante.
La bella bailarina rubia, y niña pija que juega a ser niña mala.
La bailarina y cantante afroamericana, y vital, que se come el mundo, pero se golpea con la dura realidad que no puede apagar su voz.
El muchacho genio de pelo rizado, de descendencia italiana, que es un dios de la música electrónica, y choca con la música clásica.
El chico latino alegre, bromista, y optimista, que esconde una vida dura, precaria, violenta, y traumática.
O el muchacho afroamericano marginal, que apenas sabe leer, ni tiene donde vivir, pero se mueve como nadie…
Vivimos junto a ellos, pinceladas de sus 4 años de formación.
Entre medias, vemos que bailan en las calles, cantan en el comedor del centro, sudan en las clases, se descubren ante sus compañeros, son conscientes de que sus sueños pueden no convertirse en realidad, tratan de saltar obstáculos, y de vivir la vida.
Todo un elenco de personajes, magníficamente retratados, que en su lucha por el éxito, tienen que enfrentarse tanto a sus miedos particulares, como a los sinsabores de la vida.
Alan Parker nos introduce así, con toda la crudeza de la que es capaz, en una historia en la que los protagonistas se enfrentan al miedo al fracaso, a ser rechazados, a los sueños rotos, al mundo de las drogas, a los traumas personales, a la marginación, a los abusos sexuales, a la degradación de los personajes, a la homosexualidad, al aborto, a la superación personal, al amor no correspondido, etc.
Naturalmente, Fame tiene sus fallos, y adolece de cierta falta de ritmo e integridad argumental.
El espectador, por ejemplo, se ve obligado a asumir que, de alguna manera, los personajes han conseguido resolver sus conflictos, y se gradúan en un acto final que, por otra parte, sólo puede calificarse de repentino y apresurado; pues queda sin resoluciones de ningún tipo, de hecho, el final es tan brusco, que no nos enteramos de cómo terminaron los problemas planteados…
Principalmente creo que Fame pudo ser un éxito, en parte porque su elenco carecía de figuras de renombre.
Esto hizo que el espectador pudiera fijarse, y creer en esos personajes, sin ver detrás a un gran actor hollywoodense.
Parker tiene una maestría en mostrar el alma de sus personajes.
Sabe lo que hace, lo bueno que tiene, y lo muestra.
Pero, aunque se trate de unos alumnos de una escuela de New York, lo importante no es el baile, la música, o la interpretación.
Fame no se trata de eso.
Lo importante son los personajes:
Cómo son presentados, y luego desmenuzados, destripados delante de la cámara, para ver qué es lo que llevan dentro...
Fame trata de la vida, con todos sus defectos, y todas sus virtudes.
Aquí lo que verdaderamente importa, es llegar a leer un libro, así de sencillo, y olvidarse de uno mismo, y ofrecerle la mano a quien antes odiabas.
Lo que importa es que aprendas, lo que es el amor, el desamor, y el verdadero significado de la amistad; que sepas convivir con el propio sufrimiento, y los propios traumas, que aprendas a conocerte a ti mismo, que madures, que sudes, que llores, que te apasiones, que sientas...
Que quieras hacer reír a los demás, para que el mundo sea un poco mejor.
Y entonces, sí triunfaremos.
Fame cuenta con momentos clave, que forman parte de la memoria cinéfila:
El momento de la cafetería “Hot Lunch”
Irene Cara cantando “Out Here On My Own”
El momento “The Rocky Horror Picture Show” (1975)
Cuando el padre de Bruno, pone su taxi delante de la escuela, y enciende los altavoces, y suena la música de su hijo… FAME!
Y de pronto los alumnos se vuelven locos, y asaltan las calles a golpe de danza.
Tampoco tienen desperdicio, las pruebas de selección de los alumnos, donde muchos profesores, inclusive, inducen la vocación de ellos, por ejemplo:
Se descubre el talento de Leroy, el chico afroamericano que viene sólo a acompañar a su pareja, y ya muestra que es chico rebelde y malote, pero con un talento innato para el baile, que deja a todos embobados, y a su novia, como no admitida.
O la vez que la profesora de inglés le dice a Leroy, que si no sabe leer, no pasará de curso, porque Leroy es analfabeto… ante lo cual provoca la furia del estudiante, quien rompe los vidrios de la biblioteca…
O el momento de la niña caucásica, rubia y rica, que queda embarazada de Leroy, teniendo que abortar, para no cortar su carrera de bailarina, y sus excusas ante el médico por el acto que realizará…
Impresiona el momento en que los 3 amigos de arte dramático, Doris, Ralph y Montgomery, se encuentran en el bar, con un camarero que era el mejor alumno de teatro en la promoción anterior…
La triste y emotiva escena de Montgomery, tocando la guitarra al lado de la ventana, luego de revelarnos su homosexualidad…
Y Coco, asistiendo a su primer casting, donde la obligan a desnudarse, y donde ella asiente sin saber bien qué está haciendo, pero igualmente sigue entre llantos, mientras el camarógrafo no deja de filmarla…
Todo un camino lleno de obstáculos con tal de alcanzar la “fama”
Por último, Michael Gore, compuso la banda sonora de Fame, junto a Irene Cara.
Claro, que mucho del éxito de Fame, se debe a su increíble música, desde la canción archiconocida “Fame”, hasta la muy sentida y emotiva “I sing the body electric”, pasando por las baladas:
“Out here on my own” y “Dogs in the yard”
La música acompaña a éstos personajes, en éste viaje por los desaciertos y descubrimientos que tiene la vida.
Como dato curioso, tanto Gore como cara, participaron también en la banda sonora de la película “Flashdance” (1983), repitiendo el galardón a Mejor Canción Original.
“I feel it coming together”
No hay una forma segura, que haga que un individuo se convierta en una celebridad…
A pesar de que las celebridades provienen de diferentes campos de trabajo, la mayoría de las celebridades, se asocian típicamente con las personas que vienen del arte, del entretenimiento, o del deporte, o una persona que es una figura pública, comúnmente reconocida en los medios de comunicación…
Con talento innato, la pasión, la diligencia, la disciplina, la inspiración, y la tenacidad, son los factores fundamentales que ayudan a lograr el éxito, y convertirse en una celebridad.
La fama y/o la fortuna, a veces se producen de forma espontánea, con relativamente poco esfuerzo, debido a un golpe de suerte, o por ser afortunado con las conexiones, o simplemente, por estar en el lugar correcto, en el momento correcto.
Cuando Alan Parker realizó Fame, la naturaleza de la fama, probablemente estaba más ligada al talento de lo que está hoy en día, y existía la idea de que el trabajo duro, y la lucha, estaban implícitas en la fama.
Eso sigue siendo cierto, sin embargo, actualmente, la visión que se tiene de ser famoso sin talento, se ha generalizado, dando inclusive, solo 15 minutos.

“People will see me and cry!”



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