Congo

“Where you are the endangered species”

“La maldición de los recursos”, también conocida como “la paradoja de la abundancia”, se refiere a la paradoja de que países y regiones, con una abundancia de recursos naturales, especialmente de fuentes puntuales de recursos no renovables, como minerales y combustibles, tienden a tener un menor crecimiento económico, y resultados de desarrollo, peores que los países con menos recursos naturales.
Existe una hipótesis que apunta a muchas razones diferentes, incluyendo una disminución de la competitividad de otros sectores económicos, causada por la apreciación del tipo de cambio real, cuando los ingresos provenientes de estos recursos ingresan en la economía, un fenómeno conocido como:
“Mal Holandés”
Esto se debe a la volatilidad de los ingresos provenientes de estos recursos naturales, debido a la exposición a los vaivenes del mercado mundial de los productos básicos, la mala gestión de los recursos que hace el gobierno, o la presencia de instituciones débiles, ineficaces, corruptas, e inestables, posiblemente debido al flujo de ingresos reales o previstos, provenientes de actividades extractivas, que son fácilmente desviados.
Este proceso, se ha visto en varios países alrededor del mundo, incluyendo, entre otros, a La República Democrática del Congo con los diamantes, y varias otras naciones.
Todos estos recursos, son considerados “recursos malditos”
Al respecto, “Congo” es una novela de ciencia ficción y aventuras, escrita en 1980, por el escritor, fallecido en 2008, Michael Crichton, y que trata sobre el campo de la investigación aplicado a las telecomunicaciones, frente a la investigación altruista y académica.
Se podría decir que la novela, en su vertiente como género de aventuras, tiene una base amplia, o al menos, está influenciada a modo de homenaje, por la famosa obra “King Solomon's Mines” (1885) de Sir Henry Rider Haggard, KBE; a la que Crichton imprime su habitual carácter de ciencia ficción, y mensajes pseudo metafísicos, y científicos:
“Congo” sigue a un grupo de investigadores, formado de manera fortuita, que viajan a La República del Congo, específicamente a la región volcánica de Virunga, con diferentes intereses, entre ellos, la búsqueda de la famosa y ficticia ciudad perdida de Zinj, símil de “El Dorado” en Sudamérica.
Enfrentando retos y una carrera contra el tiempo, para encontrar una especie de diamante única en el mundo, para uso tecnológico.
“This is for you Charlie...”
Congo es una película de aventuras, del año 1995, dirigida por Frank Marshall.
Protagonizada por Dylan Walsh, Laura Linney, Ernie Hudson, Grant Heslov, Tim Curry, Joe Don Baker, Mary Ellen Trainor, Carolyn Seymour, Adewale Akinnuoye-Agbaje, Bruce Campbell, entre otros.
El guión es de John Patrick Shanley, y es una adaptación al cine de la novela de Michael Crichton, “Congo” desde el punto de vista de los personajes principales, Congo trata  varios enfoques de un viaje de investigación, entre los que observamos están:
El científico y el comercial.
El autor Michael Crichton, renovó el género de la ciencia ficción y aventuras, en la década de los 90; tras el brutal éxito de “Jurassic Park” (1993), muchas de sus novelas fueron adaptadas rápidamente, siendo “Congo” una de las que menos ha permanecido en la memoria, tras el paso de los años...
La mayor parte del rodaje, se desarrolló en Costa Rica, cerca de los volcanes Arenal e Irazú.
En Congo, 3 historias confluyen, hasta unirse en una inestable república centroafricana:
En la primera, El Dr. Peter Elliot (Dylan Walsh), causa sensación con su gorila Amy (Lorene Noh/Misty Rosas), una gorila de lomo plateado, a la cual le ha enseñado a hablar, utilizando un dispositivo de voz electrónica…
Elliot es un académico primatólogo, que lleva trabajando varios años con una gorila de montaña, de la región volcánica de Virunga, en El Congo, acerca del lenguaje de signos, y la comunicación humana con animales.
Ahora Elliot se encuentra obsesionado con experimentar con Amy, en su lugar natal, para lo cual ha decidido viajar con ella hasta África.
Pero, al carecer de fondos, es contactado por un supuesto mecenas rumano, llamado Herkemer Homolka (Tim Curry), cuyo verdadero propósito es, llegar hasta el lugar donde nació Amy, para investigar sus alrededores, ya que está convencido que allí yacen los restos de las legendarias minas de diamantes del Rey Salomón…
Y, por su parte, una corporación decide enviar a una experta a la misma zona, a donde van Elliot y Homolka, ya que allí se extravió una expedición liderada por el hijo del dueño de la empresa, el cual se proponía hallar un yacimiento de diamantes perfectos, ideales para construir potentes rayos láser.
Por su parte, La Dra. Karen Ross (Laura Linney), es una brillante especialista en telecomunicaciones, que trabaja para la empresa de telecomunicaciones TraviCom, y que viaja al Congo con 2 propósitos fundamentales, para la empresa, y uno personal:
Investigar un accidente de uno de los grupos de investigación de campo, a cargo de su antiguo novio, e hijo de su jefe, presidente de TraviCom.
TraviCom, es una compañía de telecomunicaciones, basada en una vasta base de datos, y sistema de recogida y análisis de información, conseguido principalmente, tanto por escaneo vía satélite de imágenes, y expediciones de investigación de campo, a lo largo y ancho del planeta.
Por su parte, R.B. Travis (Joe Don Baker), es El Presidente de TraviCom, jefe y antiguo suegro de Karen, quien dirige la investigación para encontrar un diamante azul puro, que puede ser la piedra angular del nuevo espectro de tecnologías usadas en comunicación vía satélite.
A Ross le mueve un interés personal, por encima de todos, y saber qué le ha ocurrido a su antiguo novio, y rescatarlo si sigue con vida...
Así pues, junto a otros personajes, como una especie de guía y mercenario, El Capitán Munro Kelly (Ernie Hudson), Richard (Grant Heslov), amigo y ayudante de Peter Elliot en El Proyecto Amy, y Kahega (Adewale Akinnuoye-Agbaje), miembro local en El Congo, y del equipo de Munro, es el encargado de los porteadores, y amigo de éste; se embarcan en un viaje lleno de peligros.
Así pues las misiones son:
Por parte de Karen Ross, encontrar a su ex, y una mina de diamantes azules, que son de vital importancia para el nuevo mercado del sector de las telecomunicaciones vía satélite.
Y por parte de Elliot, llevar al gorila Amy, a su hogar, y estudiar cómo se comporta en su hábitat natural, junto a sus congéneres.
Ambos descubrirán que, en ocasiones, lo que más queremos, puede ser la fuente de nuestras desgracias...
Todos terminarán juntos, en un territorio altamente peligroso, habitado por criaturas salvajes, que han desarrollado una inteligencia superior a la normal, y que se han convertido en letales guardianes de la zona, desde tiempos inmemoriales.
La expedición, deberá enfrentarse a una guerra civil, a unos gorilas asesinos, a las ansias de poder de unos, a las de riqueza de otros, y el ego del gorila parlanchín, lo que da una idea de lo que uno puede encontrarse…
“Are you serving that ape a martini?”
Congo gana muchos puntos, y se consolida como una comedia involuntaria, que te hace reír de principio a fin, con esa particular y absurda aventura, que tiene todo lo que debe de tener.
Es una de esas películas, que con el paso del tiempo, se van haciendo cada vez “más raras”
Aquí no estamos hablando, particularmente de una cinta que da un paso más allá en cualquier aspecto de su realización, o sea, Congo no es estrictamente un filme de vanguardia, sino todo lo contrario:
La historia es bastante sencilla, la idea es la de contar una aventura, o sea que se recurren a todos los elementos medulares del género, por lo que no hay estrictamente ninguna gran sorpresa, y las actuaciones están bastante bien, rindiendo para lo que demanda.
Entonces:
¿Por qué hablamos de una “cinta rara”?
Porque hay muchísima gente que ni la conoce y, al mismo tiempo, lo que se esperaba que fuera una película recaudadora, devino en un trabajo más, que pasó sin pena ni gloria.
Y es que Congo es un disparate, pero reconozco que un disparate entretenido, pasan mil cosas, a cuál más inverosímil:
El New Yorker, la calificó como un intento desastroso de Marshall, de adaptar el guión de Crichton, por otra parte, de dudosa popularidad, según el autor.
Hay momentos tan ridículos, que son geniales de lo insólitos que resultan:
La relación casi zoofílica entre Elliot y la gorila Amy.
Los diálogos que esta última tiene con ese sistema que le permite hablar.
La representación excesivamente terrorista de todos, y cada uno de los africanos.
La tranquilidad con la que todos se manejan, pese a que están constantemente al borde de la muerte.
Y así como esas, hay muchas situaciones absurdas más...
Los ejemplos son innumerables:
Una gorila que habla con un aparatito eléctrico, y toma Martini para no estresarse durante el viaje en avión.
Un pedante expedicionario negro, que habla todo el tiempo, como si fuera la versión africana de Sean Connery.
Un ridículo millonario, que grita todo el tiempo, y al que le importa un pito si se murió su hijo, total, lo único que quiere son diamantes, para usarlos en medios de comunicación…
Un estafador idiota, de acento rumano, que quiere engañar al protagonista, para que lo lleve a Centroáfrica... y no tiene dinero para el avión…
Una ex agente de La CIA, convertida en secretaria, y que carga 2 toneladas de armas por la selva.
La misma agente, enojada, que utiliza una pistola laser experimental para apuntar, disparar, y reventar a un satélite en plena órbita…
Una gorila, obviamente falsa, a la cual le hablan sin mensaje de señas, y entiende incluso, cuando le hablan de espaldas…
El ridículo único superviviente de la fallida expedición, que esperó a morirse justo cuando Karen, después de cruzar toda África, llegó hasta él, y lo despertó del coma…
Y los casos siguen, condimentados con toneladas de malos diálogos, y actuaciones risibles, con primates asesinos súper inteligentes, volcanes que explotan justo cuando faltan 5 minutos para terminar el film, y da chance que darle una mirada para no perder el espectáculo…
El gran momento, es cuando Laura Linney logra ensamblar el rayo láser, partiendo un diamante a mano, y empieza a partir del medio, árboles y criaturas asesinas...
Lo increíble es el elevado presupuesto que se le asigno, $50 millones, que se fue en “animatronics”, remotas localizaciones africanas, como los volcanes en Costa Rica…
¿uh?
En cualquier caso, creo que el único motivo por el que un proyecto salió adelante, es por estar basado en un “best seller” de Crichton.
Y eso que el libro “Congo” no es de los mejores de su bibliografía tampoco, pero no está mal...
Y es que las novelas de Crichton, suelen coger un determinado tema de interés científico, y desarrollarlo por caminos que no pensábamos…
Además, suelen estar muy bien documentadas.
Si bien, Congo no es totalmente fiel a la novela de Crichton, siempre está la excusa de “basada en…”
Congo es una película que tiene muchos puntos en común, más allá de personajes, localizaciones, o situaciones.
Pero hay personajes inventados respecto la novela, como el de Tim Curry, y otras escenas que, seguramente por falta de presupuesto, no se realizaron, pero el conjunto resulta muy entretenido.
No faltan los elementos de ciencia de vanguardia, habituales en Crichton, en este caso, reflejados en el comunicador del gorila Amy.
Este simio, es un personaje más, aunque hable con voz de ordenador.
Todo ello hace que Congo sea una de esas películas de aventuras, de las que esperas que realmente lo sea, y acaba defraudándote…
En este caso, esos diamantes gigantescos se quedan allí, en una cueva, custodiados por una especie de simios agresivos, porque la agresividad humana y su codicia, merecen una lección.
Se cumplen los mitos mineros del África Negra, y esperas que no sea una barbaridad lo que te mantiene en la intriga, pero finalmente no te convence.
No obstante, Congo concentra dispersos, los mejores elementos que tiene:
Una dosis de aventura, suspenso, un relato en donde los personajes deben pasar diversas peripecias, tanto físicas como políticas, para llegar a su destino; la lucha en el medio de una serie de paisajes impresionantes:
Casi parece la fascinación que el siglo XIX tenía con la naturaleza, llevada a una cinta de 35 mm.
Congo, según el director, pretende ser una llamada de atención hacia esta familia de animales, cuya población en las tierras bajas de África Central, entre 40 a 45 mil ejemplares, también está disminuyendo en los últimos años; así como el comercio de los diamantes y su posterior industrialización, incrementando la pobreza en los países donde se desarrollan.
“I'll be human later!”
En algunos de los países de África Central y Occidental políticamente más inestables, los grupos revolucionarios han tomado control de las minas, usando los ingresos provenientes de las ventas de diamantes, para financiar sus operaciones.
Los diamantes vendidos a través de este proceso, son conocidos como “diamantes de conflicto” o “diamantes de sangre”
Grandes corporaciones de comercio de diamantes, continúan financiando y alimentando estos conflictos, al hacer negocios con los grupos armados.
En respuesta a la preocupación pública, de que sus compras de diamantes pudieran estar contribuyendo a la guerra, y a violación de los derechos humanos en el África Central y Occidental, La Organización de Las Naciones Unidas, la industria de diamantes, y las naciones comercializadoras de diamantes, introdujeron El Proceso Kimberley, en el 2002.
El Proceso Kimberley apunta a asegurar que los diamantes de conflicto, no se entremezclen con los diamantes controlados por tales grupos rebeldes.
Esto se logra, al requerir que los países productores de diamantes, provean pruebas de que el dinero que hacen de la venta de diamantes, no es usado para financiar actividades criminales, o revolucionarias.
Aunque El Proceso Kimberley ha tenido un éxito moderado, en limitar el número de diamantes de conflicto que entran al mercado, algunos aún encuentran su camino ahí.
Entre el 2% y el 3% de los diamantes comerciados, hoy en día son, potencialmente, diamantes de conflicto.
Son 2 grandes fallos, aún limitan la efectividad del Proceso Kimberley:
La relativa facilidad de hacer contrabando de diamantes, a través de las fronteras africanas.
Y la naturaleza violenta de la minería de diamantes, en las naciones que no tienen técnicamente, un estado de guerra, y cuyos diamantes son considerados, en consecuencia, “limpios”
El Gobierno Canadiense, ha establecido un cuerpo conocido como The Canadian Diamond Code, para ayudar a autentificar los diamantes canadienses.
Éste es un sistema muy riguroso de vigilancia de los diamantes, y ayuda a proteger la reputación de “libre de conflictos” de los diamantes canadienses.
En el 2003, La ONU aprobó El Proceso de Kimberley, que mediante un programa de calificaciones, intenta combatir este tráfico.
Canadá por su parte, ha aprovechado esta coyuntura, para presentarse como un proveedor fiable de diamantes “limpios”
De forma parecida, otra serie de materias primas, como el coltán en La República Democrática del Congo, son o han sido objeto de comercializaciones ilegales, con el objetivo de financiar conflictos armados.
Aunque los países no cumplan con algunos de los requerimientos para ser miembros del proceso, pueden entrar al Proceso.
En 2007, el valor de los diamantes de conflicto, fue de $10.2 millones.

“Quite frankly, the twentieth century sucks.
Maybe the twenty-first will be better”



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