Turist

“Så nu har han fem dagar på sig att fokusera på sin familj”
(Así que ahora tiene cinco días para centrarse en su familia)

Fina es la tela que mantiene tapado nuestro equilibrio emocional, no hace falta mucho para rasgarla, y dejar al descubierto, nuestros más íntimos deseos, inquietudes, y actitudes...
La disección de los mecanismos psíquicos, que forman y deforman a las relaciones de pareja, se ha convertido en uno de los “leitmotiv” más recurrentes de la historia del cine.
Cineastas tan variopintos como Godard, Kubrick, Bergman, Cassavetes, Allen, etc., han aportado con sus respectivas filmografías, piezas cruciales dentro del interminable rompecabezas emocional de la vida en pareja, ese fenómeno que no cesa de mutar, tanto con el paso del tiempo, como con la ubicación geográfica, y que continúa siendo analizado año tras año, ya sea desde la comedia más simplona, o desde el drama más impenetrable, por una miríada de creadores fílmicos.
¿Quién no ha vivido unas “vacaciones de infierno” en lo que absolutamente todo sale mal, y lo absurdo envuelve cada día?
“Det finns inget i huvudet som du inte har sagt!”
(¡No hay nada en tu cabeza que no hayas dicho!)
Turist es un drama sueco, escrito y dirigido en 2014, por Ruben Östlund.
Protagonizado por Johannes Bah Kuhnke, Clara Wettergren, Lisa Loven Kongsli, Vincent Wettergren, entre otros.
Ruben Östlund, narra con eficiencia y sigilo, una turbadora fábula de lo real, nada pasa, todo acontece, en un sólo segundo, sin apenas darnos cuenta, se nos cae encima la techumbre de unos sentimientos que creíamos arraigados, y bien cimentados.
Turist, es una obra pertinente acerca del papel del hombre en la familia moderna, la cual pivota sobre la idea del abandono, en el cual, la percepción de una crisis, desencadena una respuesta inesperada, y de consecuencias extremas para todos los implicados; por lo que la hace uno de los estudios más extraordinarios que se han hecho, sobre la institución del matrimonio, en el siglo XXI.
Turist, fue seleccionada para competir en la sección “Un Certain Regard” en El Festival Internacional de Cine de Cannes de 2014, donde ganó El Premio del Jurado.
El rodaje de Turist, tuvo lugar en Les Arcs, una estación de esquí en Saboya, Francia.
Con Turist, el director sueco ha cumplido uno de sus sueños:
Rodar en una estación de esquí.
“Una de las razones por las que siempre he querido rodar en una estación de esquí, es que en esos lugares, siempre existe una lucha entre el hombre y la naturaleza.
Es como la parte civilizada, y la no civilizada; como la fuerza de la naturaleza, y el hombre que intenta controlarla.
Creo que es bastante metafórico, que Turist transcurra en ese lugar”, asegura Östlund.
Turist sigue a una familia que pasa las vacaciones de invierno en las montañas nevadas.
El sol brilla, y las pistas están magníficas, pero cuando almuerzan en un restaurante, se produce un evento inesperado.
Los clientes del restaurante se asustan, Ebba (Lisa Loven Kongsli), la madre, llama a su esposo Tomas (Johannes Bah Kuhnke) para que le ayude, e intenta salvar a sus hijos, Vera (Clara Wettergren) y Harry (Vincent Wettergren); pero Tomas ha huido para salvar su vida…
La avalancha se detiene delante del restaurante, sin ocasionar daños, y sin embargo, el universo familiar, se ha resquebrajado.
Cuando Ebba confiesa a 2 desconocidos, cómo su marido ha abandonado cobardemente, a ella y a sus hijos, ante una aterradora avalancha, un sonoro trueno retumba en la existencia de esta pequeña familia modélica de Suecia, durante sus vacaciones en Francia:
Una deflagración que se hará aún más violenta, cuando el marido la niegue…
Persiste en Turist una duda sobre el padre, y Tomas buscará desesperadamente, recuperar su lugar de patriarca de la familia.
Cabe señalar que Turist produce mucha tensión en varios momentos, pero principalmente, en la escena de lo que se ha denominado “el momento”, que provoca todo el conflicto, cuando una avalancha programada, parece acercarse a la familia, mientras almuerza, provocando que el padre de la familia, salga arrancando, dejando atrás a su mujer, y sus 2 hijos.
Durante el resto del metraje, toda conversación, toda mirada y conflicto, se basará en esos breves segundos, tensos, y que vienen a reiterarse en lágrimas simples, lágrimas histéricas, risas desesperadas, e insomnio.
“Han blev så rädd att han sprang iväg från bordet”
(Se puso tan asustado que salió corriendo de la mesa)
El críptico cineasta sueco, prosigue con su apasionante trabajo de estudio de los comportamientos humanos, a la hora de enfrentarse a situaciones extremas, colocando esta vez bajo su microscopio, el instinto individual de supervivencia, junto con la solidaridad, con un trasfondo moral que gira en torno al tema de la cobardía, ya abordado, desde otro punto de vista, en su anterior película, “Play” (2011)
Ahora, este realizador nos ofrece el drama caótico de una familia de turistas escandinavos, en Los Alpes Franceses tras una avalancha; donde su blanca imagen, contrarresta con sus turbadoras y negras personalidades...
Un largometraje con este argumento, puede fácilmente hacernos pensar en el subgénero hollywoodense de “cine de catástrofes”, con su vaciedad de caracteres, y su melodramatismo forzado, en situaciones donde la naturaleza está desbocada, y ante la oposición humana, se revela inútil, más si entre la destrucción, surge la figura del héroe, que lleva a final feliz la historia.
Eso no sucede aquí.
Turist está dividida en 5 capítulos, uno por cada día que pasan en la estación de esquí francesa de Les Arcs:
Tomas, que trabaja demasiado, según su mujer Ebba, quien preferiría que dedicase un poco de tiempo a su familia y a sus 2 hijos, Vera y Harry.
Aunque la primera jornada transcurre “perfectamente” donde hasta forzosamente, la familia se ve obligada a posar, de manera poco natural para unas “fotos del recuerdo” justo al inicio, todo con tal de obedecer el clásico cliché de “la unión familiar” donde en esta ocasión, todos esquían juntos, todos echan la siesta juntos, etc.
Pero el buen ambiente se enrarece, a partir del segundo día, cuando una enorme avalancha se cierne sobre la terraza en la que almuerza la familia...
Todo perfecto, hasta que el padre comete la torpeza de, por un instante, dejarse llevar por su instinto más primario, y no mostrar la actitud de lo que se espera de él, como padre y esposo, en una situación límite.
Esto desencadena una crisis personal, matrimonial, e incluso social, donde se pone en entredicho su rol en la familia, y donde se evidencia su excesiva individualidad.
Para Östlund, Turist habla sobre todo, de la psicología familiar.
“Es lo que todos queremos para nuestras vidas, casarnos, tener hijos, y vivir en familia.
Poner hoy en duda, este tipo de vida, creo que puede ser muy provocador”, explica el director.
“Creo que con la familia, intentamos levantar un muro a nuestro alrededor.
Vivimos separados de muchísima gente.
Cuando invitamos a alguien a casa, esas personas suelen ser parecidas a nosotros, parejas con niños.
Nos alejamos de todas aquellas personas que no serían felices viviendo como nosotros”, explica también el actor, Johannes Kuhnke.
En Turist, Östlund diseca con paciencia, la reacción en cadena que pone en marcha su guión, a modo de avalancha, nunca mejor dicho, y vuelve a dar muestras de su originalidad, a la hora de analizar la naturaleza humana.
A caballo entre un realismo socio-psicológico muy riguroso, como el día a día de los personajes; y una diestra sugestividad de asuntos existenciales, pasando por secuencias atmosféricas, con esa enorme montaña blanca, llena de nieve que todo lo ve desde las alturas, la noche estrellada, las luces de la estación, lo grandes copos de nieve cayendo lentamente; que el director se permite algunos chascarrillos en boca de figuras secundarias, como lo son los diferentes testimonios de los enfrentamientos de la pareja; y una escena casi onírica, y bastante enigmática, como la pérdida del término “familia”, en la escena final, ante una espesa bruma de nieve, donde todos los personajes desaparecen...
El conjunto, mezcla lo conceptual y lo verdadero y, a pesar de una conclusión que se presta abiertamente a la discusión, hace de Turist, un film fascinante, por la fuerza universal de su tema principal.
Con su discreción habitual, su sentido de la interpretación abierta, sus múltiples temas de reflexión, como la familia, la pareja, la dualidad entre el hombre y la mujer, la mentira y la verdad, la educación de los hijos, o la sociedad del ocio; Ruben Östlund presenta una obra, inteligente con una puesta en escena brillante, que lleva la ya clásica rúbrica visual del cineasta:
Planos fijos, y personajes saliendo y entrando del cuadro, procedimiento que refleja a las mil maravillas, la desunión que brutalmente incidirá en la familia, y el aislamiento progresivo que sufrirá el marido, Tomas, como pago por su actuar.
La construcción que realiza Östlund, del contexto que rodea a esta familia, es tan frío, como el lugar donde se ambienta, así como los crueles momentos que hace pasar a esta familia:
Un hotel que se antoja, totalmente distante y solitario, que embulle poco a poco a estas personas, con tan solo un testigo silencioso de todo lo que sucede:
El misceláneo (Johannes Moustos)
¿Por qué nadie se quejó de la avalancha con la gerencia del hotel, no siquiera se nota que hubo alguna indemnización?
Lo anterior se repite con el autobús que los transporta fuera de ese lugar…
¿Quién contrata a tan atorrante chófer?
Un cuarto de hotel tan aséptico, que es irreal, y que contrasta con lo enturbiada que se está volviendo la trama.
Personajes que se alteran, hasta llegar a un punto caricaturesco.
Un sonido envolvente, sorpresivo y atronador, que se mezcla con música clásica hiriente, que nos presenta cada día; o más contemporánea, totalmente desbocada.
La cámara de Fredrik Wenzel, sobria, desprovista de florituras formales, pero profundamente efectiva, se vale de los hermosos paisajes alpinos, del gigantesco hotel de madera, y de la hasta cierto punto, melancólica rutina de preparación de las pistas de esquí, para enmarcar con gran habilidad, a esos personajes que, incapaces de conectar entre ellos, en la comodidad de su hogar burgués o acomodado, dependen de ese aislamiento total para convivir, en un intento desesperado por crear la falsa rutina familiar occidental, de felicidad y armonía que, tan artificial como ese hotel en medio de la nada, Östlund se dedica a confrontar.
También, es un nuevo paradigma, una película con una atmósfera completamente cerrada, pero en un ambiente abierto, mayoritariamente al aire libre:
En un campo de esquí en Francia, una familia de origen sueco, viene a pasar una semana de vacaciones, aprovechando los días libres del padre de familia…
Rápidamente, las grandes tomas de la nieve, las máquinas aplanando el terreno, las explosiones programadas para causar avalanchas controladas, dan la idea de un espacio enorme, frío, y a la vez muy abierto, pero que al mismo tiempo, está concentrado en un solo espacio:
El cuarto de hotel donde se está quedando la familia.
La precisa fotografía, y el posicionamiento de la cámara, habla de un perfeccionismo preciso, relacionado con este mundo de clase elevada, pero que se ve enterrado en esta discusión sobre sobrevivencia, sobre el rol del padre, el rol de “el hombre”, teniendo en la misma Turist, una discusión filosófica, sicológica, y sociológica, sobre el concepto de “héroe”, y lo que ha determinado en el actuar de los hombres, y lo que pensamos como sociedad, de quienes se sacrifican por el resto.
A la distancia, en varias tomas podemos ver, cómo el cuarto de ellos, pareciera ser la única pieza habitada, donde ellos parecieran ser los únicos en la pista de esquí, para luego verse rodeados por seres humanos en los espacios comunes, muy fantasmagórico, una dicotomía interesante a analizar.
Sin embargo, hay elementos que aún no he logrado solucionar del todo, como:
La constante presencia del misceláneo, que pareciera estar siempre presente en los momentos más tensos de la historia, observando, y juzgando en silencio.
El papel de las 2 parejas de “amigos”
Un hombre joven con una mujer adulta, y al revés, dando criterio del problema de la pareja principal…
Así, Turist se revuelve en ese ámbito, de la caída y la vuelta de la masculinidad, de cómo el padre termina, por unos días, con su propia figura masculina, frente a su esposa, sus hijos, y sus amigos.
Es una persona que termina dañada en su ego, una persona eminentemente desagradable, pero que a su vez, revela que el resto es, tanto o más desagradable que él.
Todos están equivocados, no existe lo masculino, y ese exterior, fumador y autodenominado héroe, es sólo una máscara, una que nadie se atreve a quitar, por miedo a descubrir el horror de la realidad, de esas lágrimas lastimeras, que son el suicidio del “Yo”
Turist, se aprovecha además de la parte musical y sonora:
Con los atronadores violines de Antonio Vivaldi de “Le Quattro Stagioni” específicamente, “Concerto Nº 4 en fa menor, Op. 8, RV 297, “L'Inverno”; donde el  “Allegro non molto” nos indica cómo cae la nieve; se desata la tormenta; hay que moverse para combatir el frío; los cuerpos tiritan; los dientes chasquean.
Aquí, Vivaldi expresa armonías disonantes, para reflejar el ambiente gélido:
El hombre disfruta ante el fuego hogareño.
Con el “Largo”:
Cae la lluvia, y se escuchan las canales de los tejados.
En el “Allegro” ahora caminamos por las aguas de la helada…
El paso es inseguro; hay resbalones; pero los hielos se van rompiendo.
Comienza el deshielo; la música se agita; todo es movimiento que dan paso a estruendosas explosiones controladas, para hacer caer esa nieve que será la causante de un auténtico drama familiar que, intuimos, venía de lejos, de una vida rutinaria, llena de reproches, los mismos a los que asistimos durante sus vacaciones.
Esas explosiones, se coordinan bastante bien con las explosiones personales de sus intérpretes, que caen todo el metraje, en la trampa de la reiteración, pero repetimos, para acentuar más lo absurdo, o lo patético de ellos mismos, y su situación, una situación que llegará a una explosión final de auténtico drama personal en pantalla, pero de regocijo “cómico” para los que estamos al otro lado.
Además de este apartado, que claramente se puede referenciar en Turist, hay un estudio muy detallado e interesante, no sólo de las relaciones de pareja, sino que va más allá, entrando en la naturaleza de sus personajes, ante un acontecimiento de tal magnitud:
La feroz leona que protege a los suyos; y el simplón león que huyó de buenas a primeras.
Desde ese momento, hay un abrir de ojos, que cambia totalmente la perspectiva de Ebba, hasta el punto de replantearse las cosas, en cuanto a, cómo funciona su matrimonio, su esposo, mientras tanto, se escuda totalmente en el instinto de supervivencia, en una acción que no dio tiempo de pensar.
¿Cuáles son realmente los intereses de uno y otro?
¿Hay o no hay intención de actuar de tal manera?
El título alternativo de Turist, ha sido “Force Majeure”; que es “La Fuerza Mayor”, o “Causa Mayor”, también conocido como “Mano de Dios” o en latín “vis maior”, es un hecho que no se puede evitar, y tampoco se puede prever.
Tiene gran importancia, en Derecho, a la hora de establecer la responsabilidad por los daños.
Quedan excluidas las causas que no se pueden evitar, pero sí prever, que se denominan “caso fortuito”, y las negligencias, que son casos que sí se pudieron evitar, por ejemplo:
Si una persona tiene contratado un viaje al Caribe, en una agencia de viajes, y se sabe que un huracán va cruzar esa zona…
No se puede evitar que el huracán devaste esa zona, pero sí puede anular el viaje al cliente, y devolverle el dinero.
O si el suministro eléctrico falla, debido a que queda estropeado un transformador por falta de mantenimiento…
La avería era inesperada, pero era debida a un mantenimiento negligente…
Otra exclusión sería, en el caso de que el origen del fallo, fuera desconocido.
No se podría apelar a “la fuerza mayor”, porque si no, las empresas intentarían no descubrir, u ocultar el origen del fallo.
La dinámica en Turist, queda rápidamente establecida, y de inmediato asimilamos que la esposa, es una madre abnegada, y sexualmente frustrada, que debe sobrellevar por el bien común, el trabajo de su marido, y soportar en solitario, el agobiante peso de la maternidad, mientras los 2 hijos intentan sobrevivir a una dinámica familiar, cargada de dudas y reproches velados.
El marido, un hombre moderno, posiblemente “spornosexual” por lo que se nota en su entorno, tanto tecnológicamente, hasta en la pulcra apariencia, y en el modo impuesto de vestir a todos por igual… en un curioso contraste con Mats (Kristofer Hivju) su amigo de apariencia “montañés” que hoy se dice “lumbersexual”, que en su pasado de soltero, pudo ser una persona demasiado independiente, materialista, e individualista; el incidente, que bien podía haber quedado como un acontecimiento intrascendente, digno de algunas risas, comienza a erosionar poco a poco, la psique de la esposa de Tomas, desatándose una sutil crisis de alejamiento entre ambos, donde Östlund consigue representar con maestría, utilizando como herramienta, la intervención de una hilarante pareja secundaria, los mecanismos de transferencia de culpa, maltrato psicológico, y finalmente poder, que se manifiestan, una y otra vez, en esa pugna a la que llamamos “amor”
Al final, Turist es un brillante juego de máscaras, en el que sus personajes interpretan burdos roles, para conservar las rutinas que creen, los validan como seres humanos, hasta que hechos fortuitos, los exponen como los animales vulnerables y volubles que son.
Turist, da entonces, un periplo de lo que pueden ser unas vacaciones realmente espantosas.
Solamente ver las fotografías de principio, forzosas a más no poder; ser vistas en esa casa, de regreso de esas tensas “vacaciones”, da la impresión de que todo aquello bello, no fue del todo agradable.
Östlund cierra el metraje, con una secuencia ilógica, respecto al relato, pero confirma la peste vacacional de una familia, que simplemente no va a querer volver a este lugar, e incluso, hasta tomar otras vacaciones.
Una extorsión, y una burla total para Tomas y Ebba.
Primero cuando se le da la oportunidad a Tomas de reivindicarse ante su esposa e hijos, al salvar a Ebba que pide auxilio… probablemente planeado entre los padres, para hacer creer el heroísmo dañado del padre.
Pero que en la escena del bus, de descubre que nada ha cambiado, que Tomas sigue siendo, tal vez indiferente, que no cobarde ante las situaciones emocionales extremas, en donde Ebba es la que toma el liderazgo y partido, no solo en la familia, sino en toda la “micro comunidad” del bus, incluyendo a sus amigos cercanos que conocieron la problemática, exponiendo a Tomas, de la forma a como lo trajeron al mundo.
Completamente desnudo, desmintiéndolo completamente.
“Vi är här för att Thomas har arbetat så mycket”
(Estamos aquí porque Thomas ha estado trabajando mucho)
Turist me ha resultado una obra polémica, desde mi punto de vista, porque trae a la mesa de discusión, el papel del hombre de familia, ante las consecuencias de haber sufrido un evento inesperado.
Los temas podrían ser:
La cobardía, el heroísmo, la individualidad, la falta de valores, el matrimonio, los hijos...
Y las preguntas que podrían salir pueden ser:
¿Qué se espera de nosotros los hombres?
¿Será que la masculinidad moderna, está cambiando nuestros parámetros de comportamiento?
¿Por qué el instinto de supervivencia se relaciona con cobardía?
En Turist vemos una trama construida sobre los roles de género, y de cómo si eres hombre o mujer, se espera de ti unos comportamientos sociales muy concretos, e inherentes a tu sexo.
¿Quién me obliga, la sociedad?
Estos patrones, en muchas ocasiones se convierten en estereotipos, y prejuicios que complican nuestro día a día personal, familiar, y social.
Si no eres capaz de cumplir con estas pautas de conducta, estereotipadas o no, vas a ser para el resto de tu vida, algo así como un “bicho raro”, incluso en un país que creemos tan avanzado como Suecia.

“Du är inte gråter på riktigt”
(No estás llorando de verdad)



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