The Imitation Game

“Sometimes it is the people who no one imagines anything of who do the things that no one can imagine”

La criptografía , que literalmente significa “escritura oculta”; tradicionalmente se ha definido, como el ámbito que se ocupa de las técnicas de cifrado o codificado, destinadas a alterar las representaciones lingüísticas de ciertos mensajes, con el fin de hacerlos ininteligibles a receptores no autorizados.
Estas técnicas, se utilizan tanto en el arte como en la ciencia; por tanto, el único objetivo de la criptografía, era conseguir la confidencialidad de los mensajes.
Para ello, se diseñaban sistemas de cifrado y códigos.
La aparición de la informática, y el uso masivo de las comunicaciones digitales, han producido un número creciente de problemas de seguridad.
Las transacciones que se realizan a través de la red, pueden ser interceptadas, y por tanto, la seguridad de esta información, debe garantizarse.
Este desafío, ha generalizado los objetivos de la criptografía, para ser la parte de la criptología, que se encarga del estudio de los algoritmos, protocolos, que se les llama “protocolos criptográficos”, y sistemas que se utilizan para proteger la información, y dotar de seguridad, a las comunicaciones y a las entidades que se comunican.
Para ello, los criptógrafos investigan, desarrollan, y aprovechan técnicas matemáticas, que les sirven como herramientas para conseguir sus objetivos.
Los grandes avances que se han producido en el mundo de la criptografía, han sido posibles, gracias a los grandes avances que se han producido en el campo de la matemática, y la informática.
Un máquina criptográfica ejemplar, fue Enigma, que era el nombre de una máquina que disponía de un mecanismo de cifrado rotatorio, que permitía usarla tanto para cifrar, como para descifrar mensajes.
Varios de sus modelos, fueron muy utilizados en Europa, desde inicios de los años 1920.
Su fama, se debe a haber sido adoptada por las fuerzas militares de Alemania, desde 1930.
Su facilidad de manejo, y supuesta inviolabilidad, fueron las principales razones para su amplio uso.
Pero su sistema de cifrado, fue finalmente descubierto, y la lectura de la información que contenían los mensajes, supuestamente protegidos, es considerado a veces, como la causa de haber podido concluir La Segunda Guerra Mundial, al menos 2 años antes de lo que hubiera acaecido, sin su descifrado.
Por el contrario, Bombe era un dispositivo electromecánico, usado por los criptólogos británicos, para ayudar a descifrar las señales cifradas por la máquina alemana Enigma, durante la contienda mundial.
El diseño inicial del Bombe, fue producido en 1939, en el Government Code and Cypher School, en Bletchley Park, por Alan Turing, con un importante refinamiento ideado por Gordon Welchman.
El diseño de ingeniería y la construcción, fue el trabajo de Harold Keen de la British Tabulating Machine Company.
Y era un desarrollo substancial, de un dispositivo que había sido diseñado en 1938, por el criptologista polaco, Marian Rejewski, del Biuro Szyfrów, y conocido como “La Bomba Criptológica, del polaco:
“Bomba Kryptologiczna”
La función del Bombe, era descubrir algunos de los ajustes diarios de las máquinas Enigma, en las varias redes militares alemanas:
Específicamente, el conjunto de rotores en uso, y sus posiciones en la máquina; los ajustes de los anillos del alfabeto; y uno de los cableados del “plugboard”
Por otro lado; existe el eterno debate, sobre los motores que mueven las máquinas de la historia.
Y aquí entra en escena, Alan Mathison Turing, OBE, quien fuera un matemático, lógico, científico de la computación, criptógrafo, y filósofo británico; considerado uno de “los padres de la ciencia de la computación” siendo el precursor de la informática moderna.
Turing proporcionó, una influyente formalización de los conceptos de algoritmo y computación, como lo fue “La Máquina de Turing”
Formuló su propia versión, de la hoy ampliamente aceptada Tesis de Church-Turing.
Pero fue muy influyente, durante La Segunda Guerra Mundial, cuando trabajó en descifrar los códigos nazis, particularmente los de la máquina Enigma, cuya configuración o clave, cambiaba diariamente, y durante un tiempo, fue el director de la sección Naval Enigma, del Bletchley Park.
El sistema de cifrado de Enigma, fue finalmente descubierto, y la lectura de la información que contenían los mensajes, supuestamente protegidos, es considerada, a veces, como la causa de haber podido concluir La Segunda Guerra Mundial.
Tras la guerra, Turing diseñó uno de los primeros computadores electrónicos programables digitales, en el Laboratorio Nacional de Física del Reino Unido, y poco tiempo después, construyó otra de las primeras máquinas, en la Universidad de Manchester.
Entre otras muchas cosas, también contribuyó de forma particular, e incluso provocativa, al enigma de si las máquinas pueden pensar, es decir, a la inteligencia artificial.
En lo personal, Turing fue concebido en Chatrapur, India Británica; pero nacido en Paddington, Inglaterra, el 23 de junio de 1912; y posteriormente, dando muestras ya desde una edad muy temprana, del ingenio que más tarde mostraría prominentemente.
Se cuenta que Turing aprendió a leer por sí solo, en 3 semanas, y que desde el principio, mostró un gran interés por los números, y los rompecabezas.
Las esperanzas y las ambiciones de Turing en la escuela, fueron plantadas por la estrecha amistad que desarrolló con un compañero un poco mayor, Christopher Morcom, que fue el primer amor de Turing.
Pero Morcom murió repentinamente, el 13 de febrero de 1930, sólo unas pocas semanas después de su última temporada en Sherborne, debido a complicaciones de la tuberculosis bovina, contraída tras beber la leche de alguna vaca infectada.
Como resultado, la fe religiosa de Turing se hizo pedazos, y se volvió ateo.
Adoptó la convicción de que todos los fenómenos, incluyendo el funcionamiento del cerebro humano, deben ser materialistas.
Sin embargo, siguió creyendo en la supervivencia del espíritu después de la muerte.
Turing, continuó mostrando una singular habilidad para los estudios, que realmente le gustaban, y llegó a resolver problemas muy avanzados para su edad, en 1927, sin ni siquiera haber estudiado cálculo elemental.
En 1928, con 16 años, Turing descubrió los trabajos de Albert Einstein, y no sólo pudo comprenderlos, sino que además, infirió las críticas de Einstein, a Las Leyes de Newton de la lectura de un texto en el que no estaban explícitas.
Durante su edad escolar, Turing fue un joven, cuyo optimismo y ambiciones se vieron acrecentados, debido en gran parte a su intensa unión con su amigo Christopher Morcom, cuya muerte, aún joven, afectaría a Turing profundamente.
Durante La Segunda Guerra Mundial, Turing fue uno de los principales artífices de los trabajos del Bletchley Park, para descifrar los códigos secretos nazis.
Es entonces, cuando el gobierno de Churchill, con el recién creado MI6, recluta a un grupo de matemáticos y lingüistas, para tratar de descifrar Enigma, y poder invertir así, el curso de la guerra.
Sus perspicaces observaciones matemáticas, contribuyeron a romper los códigos de la máquina Enigma, y de los codificadores de teletipos, FISH, que eran máquinas de teletipos codificados, que fabricaron conjuntamente Lorenz Electric y Siemens & Halske.
Sus estudios del sistema Fish, ayudarían al desarrollo posterior, de la primera computadora programable electrónica digital, llamada “Colossus”, la cual fue diseñada por Max Newman y su equipo, y construida en La Estación de Investigaciones Postales de Dollis Hill, por un equipo dirigido por Thomas Flowers, en 1943.
Pero para romper los códigos de la máquina Enigma, y permitir a los aliados anticipar los ataques y movimientos militares nazis, Turing diseñó la Bombe, una máquina electromecánica, llamada así en reconocimiento de la diseñada por los polacos “Bomba Kryptologiczna”, que se utilizaba para eliminar una gran cantidad de claves enigma candidatas.
Para cada combinación posible, se implementaba eléctricamente, una cadena de deducciones lógicas.
Era posible detectar, cuándo ocurría una contradicción, y desechar la combinación.
La Bombe de Turing, con una mejora añadida que sugirió el matemático Gordon Welchman, era la herramienta principal que usaban los criptógrafos aliados, para leer las transmisiones Enigma.
Es más, los trabajos de ruptura de códigos de Turing, han sido secretos hasta los años 1970; ni siquiera sus amigos más íntimos, llegaron a tener constancia.
A mediados de 1948, Turing fue nombrado Director Delegado del Laboratorio de Computación de La Universidad de Manchester, y trabajó en el software de una de las primeras computadoras reales:
Manchester Mark I.
Durante esta etapa, también realizó estudios más abstractos, y en su artículo:
“Máquinas de Computación e Inteligencia” (1950), Turing trató el problema de la inteligencia artificial, y propuso un experimento que hoy se conoce como:
“Test de Turing”, con la intención de definir una prueba estándar, por la que una máquina podría catalogarse como “sensible” o “sintiente”
En el documento, Turing sugirió, que en lugar de construir un programa para simular la mente adulta, sería mejor producir uno más simple, para simular la mente de un niño, y luego someterlo a educación.
Una forma invertida de La Prueba de Turing, se usa ampliamente en Internet, el Test CAPTCHA, que está diseñado para determinar si, un usuario es un humano, o una computadora.
Entre 1948 y 1950, en conjunto con un antiguo colega, D.G. Champernowne, Turing empezó a escribir un programa de ajedrez, para un ordenador que aún no existía.
En 1952, trató de implementarlo en el Ferranti Mark 1, pero a falta de potencia el ordenador, no fue capaz de ejecutar el programa.
En su lugar, Turing jugó una partida, en la que él simuló al ordenador, tomando alrededor de hora y media en efectuar un movimiento.
Una de las partidas, llegó a registrarse; el programa perdió frente a un colega de Turing, Alick Glennie.
Su test, fue significativo, característicamente provocativo, y una gran contribución para empezar el debate alrededor de la inteligencia artificial, que aún hoy continúa.
Turing, trabajó junto a Norbert Wiener, en el desarrollo de la cibernética:
Esta rama de estudios, se genera a partir de la demanda de sistemas de control, que exige el progresivo desarrollo de las técnicas de producción, a partir del siglo XX.
La cibernética, pretende establecer un sistema de comunicación, entre el hombre y la máquina, como premisa fundamental para administrar los sistemas de control.
Sus estudios profundizaron en esta relación, estableciendo el concepto de interfaz, y cuestionando los límites de simulación del razonamiento humano.
Turing trabajó, desde 1952 hasta que falleció en 1954, en la biología matemática, concretamente en la morfogénesis.
Publicó un trabajo sobre esta materia titulado:
“Fundamentos químicos de la morfogénesis” en 1952.
Su principal interés era comprender la filotaxis de Fibonacci, es decir, la existencia de los números de Fibonacci, en las estructuras vegetales.
Utilizó ecuaciones de reacción-difusión, que actualmente son cruciales en el campo de la formación de patrones.
Sus trabajos posteriores, no se publicaron hasta 1992, en el libro:
“Obras Completas de A.M. Turing”
Muchos años después, en 2014, científicos británicos demostraron, que la morfogénesis química, efectivamente puede explicar, cómo células que son idénticas, pueden diferenciarse.
La carrera profesional de Turing, se vio truncada, cuando lo procesaron por su homosexualidad.
En 1952, Arnold Murray, el amante de Turing, ayudó a un cómplice, a entrar en la casa de Turing para robarle.
Turing acudió a la policía, a denunciar el delito.
Durante la investigación policial, Turing reconoció su homosexualidad, con lo que se le imputaron los cargos de “indecencia grave y perversión sexual”, los actos de homosexualidad, eran ilegales en El Reino Unido en esa época, y fueron los mismos que condenaron a Oscar Wilde, más de 50 años antes.
Convencido de que no tenía de qué disculparse, no se defendió de los cargos, y fue condenado.
Según su ampliamente difundido proceso judicial, se le dio la opción de ir a prisión, o de someterse a castración química, mediante un tratamiento hormonal de reducción de la libido.
Finalmente, escogió las inyecciones de estrógenos, que duraron 1 año, y le produjeron importantes alteraciones físicas, como la aparición de pechos, o un apreciable aumento de peso, que lo condujeron a padecer de disfunción eréctil.
El haber sido procesado “legalmente” por ser homosexual, hizo que se le revocara sus permisos gubernamentales para seguir trabajando en los proyectos, e investigaciones de análisis criptológicos y cifrados, así como también, se le prohibió la entrada a Estados Unidos; y 2 años después del juicio, en 1954, Turing falleció, debido a la ingestión de una manzana contaminada con cianuro, en un contexto que indica un posible suicidio.
Tenía 41 años.
Entre las personas que lo llegaron a conocer bien, se encuentra, Joan Elisabeth Lowther Murray, MBE, nacida Joan Elisabeth Lowther Clarke, que falleció en 1996, a la edad de 76 años.
En la primavera de 1941, Turing propuso matrimonio a Clarke, y posteriormente le presentó a su familia.
Después de admitirle su homosexualidad, que era supuestamente “imperturbable” Turing decidió que no podía seguir adelante con el matrimonio, y rompió con Clarke, en el verano de 1941.
Joan fue sombra, confidente, y amiga íntima del hombre que derrotó a Enigma.
Curiosamente, la codificación de Enigma, fue casi totalmente hecha por hombres durante la guerra; por lo que a Clarke se le pagó menos que a ellos, lo que le impidió progresar aún más, por su condición de ser mujer…
Así las cosas, La Máquina de Turing, glorioso paso hacia la inteligencia artificial, fue creada por un hombre enigmático, ambiguo, tan difícil de desentrañar, que se convirtió en espía, porque simplemente, llevaba escondiéndose toda su vida.
No deja de tener su actualidad ahora que Corea de Norte y EEUU pueden enzarzarse en lo que sería, La Primera Ciberguerra, oficialmente declarada de la historia.
“Are you paying attention?”
The Imitation Game es un drama del año 2014, dirigido por Morten Tyldum.
Protagonizada por Benedict Cumberbatch, Keira Knightley, Mark Strong, Charles Dance, Matthew Goode, Matthew Beard, Allen Leech, Tuppence Middleton, Rory Kinnear, Tom Goodman-Hill, Hannah Flynn, Steven Waddington, Alex Lawther, Jack Bannon, James Northcote, Ancuta Breaban, Victoria Wicks, entre otros.
El guion es de Graham Moore, basado en la biografía de Alan Turing titulada:
“The Enigma” de Andrew Hodges; sobre el matemático, criptoanalista, y pionero científico de la computación británica, Alan Turing, una figura clave en el descifrado de los códigos de la máquina Enigma de la Alemania Nazi, lo que ayudó a la victoria de los aliados en La Segunda Guerra Mundial; y que más tarde, fue procesado penalmente, por su homosexualidad.
El título “The Imitation Game”, hace referencia a la prueba del mismo nombre, propuesta por Turing, en su trabajo de 1950, sobre la inteligencia artificial, titulado:
“Computing Machinery and Intelligence”
La prueba tiene como objetivo, responder a la pregunta:
“¿Pueden pensar las máquinas?”
El guion de The Imitation Game, encabezó la “Black List”, lista de los mejores guiones de Hollywood no producidos, en 2011.
Después de un proceso de licitación contra otros 5 estudios, The Weinstein Company adquirió los derechos, por una cifra récord de $7 millones, en febrero de 2014, la cantidad más alta jamás pagada por los derechos de distribución en Estados Unidos, en el European Film Market.
Tras el Royal Pardon, otorgada por El Reino Unido a Alan Turing, el 24 de diciembre de 2013, los cineastas lanzaron la primera fotografía oficial de promoción de Benedict Cumberbatch, en el personaje, al lado de la máquina Bombe de Turing, en el mismo día.
En la semana del aniversario de la muerte de Turing, en junio de 2014, la revista Entertainment Weekly publicó 2 nuevos “stills” de la producción.
En el 102° cumpleaños de Turing, el 23 de junio, Empire publicó 2 fotografías más.
El rodaje de The Imitation Game se llevó a cabo en:
Sherborne School, la escuela de Turing; y Bletchley Park, donde Turing y sus colegas trabajaron durante la guerra; Joyce Grove, en Nettlebed, Oxfordshire; y Chesham, Buckinghamshire; y en el Aerodromo de Bicester; y en los exteriores del edificio de la Sociedad de Derecho, Chancery Lane.
Obtuvo 1 premio Oscar al Mejor Guión Adaptado; y 7 nominaciones:
Mejor película, director, actor (Benedict Cumberbatch), actriz de reparto (Keira Knightley), edición, diseño de producción y banda sonora.
The Imitation Game, sigue a un genio que bajo gran presión, ayudó a acortar la guerra y, consecuentemente, salvar miles de vidas.
En la sobrecogedora vida de Turing, hay tantos hitos emocionales, que su relato podría haber estado protagonizado, por muy variados sucesos.
Moore, inspirado por un libro de Andrew Hodges, elige 3 de ellos:
La dirección del proyecto de creación de una máquina descifradora de la alemana Enigma, utilizada durante La Segunda Guerra Mundial, como eje central; y su detención, años después, acusado de homosexualidad, cuando aún estaba penada en El Reino Unido, como base para la estructura dramática.
Así pues, The Imitation Game narra la carrera contra el tiempo de Alan Turing (Benedict Cumberbatch), y su equipo de descifrado de códigos, en su intento de romper el cifrado de la máquina Enigma de la Alemania Nazi, en el ultra secreto Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno del Reino Unido, situado en la mansión de Bletchley Park, durante los días más oscuros de La Segunda Guerra Mundial.
La idea era, generar una máquina capaz de descifrar los mensajes generados por Enigma, las famosas máquinas alemanas, cuya configuración o clave, cambiaba diariamente.
El número máximo de combinaciones a probar, era de 139 trillones, y dar con la clave correcta, hacía válido el descifrado, hasta las 12 de la noche de ese mismo día…
El variopinto grupo de académicos, matemáticos, lingüistas, campeones de ajedrez, y oficiales de inteligencia, tenía un poderoso aliado en El Primer Ministro Winston Churchill, que les extendió un “cheque en blanco”, autorizando de antemano, la prestación de cualquier recurso que necesitaran.
Me resulta curioso, que el famoso saludo fascista:
“Heil Hitler” fuese la causa de la derrota de Enigma, todo un acierto.
Más importante aún que descifrar el código correcto diariamente, es el mantener el secreto, de que son capaces de hacerlo, que haría que los alemanes cambiasen el diseño de la máquina, y mandase al diablo el trabajo realizado hasta ese momento.
Por ello, idean una estrategia para detener algunas operaciones, y dejar pasar otras.
Según decían en The Imitation Game, era como “jugar a ser Dios”, puesto que tenían en su mano, el poder o no salvar un montón de vidas a voluntad.
Gracias a semejante proeza, se calcula que la guerra terminó 2 años antes, y que se salvaron 14 millones de vidas humanas.
Lamentablemente, la de Alan Turing no fue una de ellas, puesto que en esa época, en Inglaterra, ser homosexual estaba considerado como una actitud indecorosa, y tipificado como delito, por lo que Alan fue condenado a un tratamiento que se supone que “lo curaría de su enfermedad”
Al año de dicho tratamiento, el propio Alan decide poner fin a su vida, suicidándose.
Una vez más, las leyes escritas por unas pocas personas, hacen que otras personas sean culpables de un delito.
El hecho de que el cifrado de Enigma, había sido roto durante la guerra, permaneció en secreto hasta finales de los años 60.
Las importantes contribuciones al esfuerzo de la guerra de muchas grandes personas, no fueron hechas públicas, y no pudieron compartir su parte de la gloria, pese a que su participación fue probablemente, una de las razones principales por las que los Aliados ganaran la guerra, tan rápidamente como lo hicieron.
Finalmente, la historia salió a la luz.
Por tanto, The Imitation Game, abarca los períodos clave de la vida de Turing:
Sus años de adolescente infeliz en el internado; el triunfo de su trabajo secreto durante la guerra, en la construcción del revolucionario Bombe electromecánico, que fue capaz de romper 3,000 códigos navales generados por Enigma; y la tragedia de su caída en desgracia, durante la posguerra, tras su condena por “indecencia grave”, por admitir haber mantenido una relación homosexual, algo que poco tiempo después, dejó de ser delito.
De ahí que la muerte de Christopher, el primer y único amor de Alan, es el motor de toda la trama, un amor que flota durante todo el metraje.
Lamentablemente, el año pasado, Turing recibió un “indulto póstumo” del Gobierno británico, como si hubiera que perdonarle algo.
Y no ha sido hasta enero de este año, que un Primer Ministro Británico, haya pedido perdón, por el trato hacia Turing.
Todo ello hace de The Imitation Game, una muy honesta y primorosa película, sobre la tortura de saberse diferente, y señalado por el dedo acusador; por los motivos equivocados, y sobre la imposibilidad de salvarse, buscando en la inteligencia y altanería intelectual, la tabla salvífica que nos redima de nuestros “pecados”, que nos limpie o exonere de nuestra “mancha original”, como si tuviéramos que purgar, o expiar una profunda culpa que permanece acechante, como una espada de Damocles, sobre nuestras atribuladas cabezas heridas.
Y nunca hay suficiente esfuerzo ni sacrificio, que nos permita alcanzar la meta anhelada:
La paz interior, la tranquilidad, la reconciliación con la sociedad, la relajación emocional.
Por ello, el interminable juego lacerante del disimulo, de la mentira, de la ocultación, siguen vigentes.
“Now, if you wish you could have been normal...
I can promise you I do not.
The world is an infinitely better place precisely because you weren't”
Alan Turing, matemático, filósofo, científico, pensador, precursor de la informática moderna, con cerebro de insólito funcionamiento, en las gracias y en las desgracias, en su brillantez, en su imposibilidad de practicar el sentido del humor, en su soberbia, en su timidez, en su sinceridad no reflexionada sino simplemente accionada, en sus vivencias y hasta en su muerte, fue un hombre extraordinario, con una existencia de película.
De ahí que The Imitation Game sea un film de corte clásico, con un montaje sobrio, que utiliza de manera elegante, y sin abusar el recurso del “flashback”, cuyos artífices están tan seguros de su apuesta, que se permiten casi prescindir de localizaciones exteriores, y de escenas bélicas, o que muestren en pantalla, las consecuencias directas de La Segunda Guerra Mundial, desarrollando la totalidad de la obra, en un par de interiores, y focalizando la acción en los diálogos, y la interacción del omnipresente Turing, y el resto de los personajes.
De esta manera se evita que se vaya a las 3 horas de duración, por exceso de ambientación e información, una de las lacras habituales de este tipo de películas, y además, crea una constante sensación de distancia, entre el conflicto bélico, y los protagonistas, básica para comprender como resultaron de decisivas sus acciones, pese a los kilómetros que les separaban de la guerra, propiamente dicha.
La estructura subterránea de “thriller”, y la sensación de urgencia en la carrera contra el reloj, aportan fluidez a la trama, sin olvidarse nunca del objetivo principal, que es ofrecer el más completo retrato de su protagonista.
The Imitation Game tiene 3 frentes temporales, que se van intercalando:
1928, cuando un Turing preadolescente (Alex Lawther), es por primera vez consciente de su homosexualidad, al enamorarse del compañero de colegio, que le ayuda a superar los abusos de los matones de turno.
El período que va de 1939 a 1941, en el que Turing (Benedict Cumberbatch) y sus compañeros de Bletchley Park:
Joan Clarke (Keira Knightley), Hugh Alexander (Matthew Goode), y John Cairncross (Allen Leech), entre otros, trabajaron para descifrar el código Enigma, y que llevó al perfeccionamiento del conocido como Bombe, la máquina que serviría para descifrar el código de forma definitiva, diseñada por el servicio polaco de criptografía, unos años antes.
Y 1951, cuando la investigación de un detective (Rory Kinnear), que cree que Turing puede ser un espía soviético, desemboca en el descubrimiento de la condición sexual del matemático, y en su condena a ser castrado químicamente por “indecencia”
De los 3, el período de La Segunda Guerra Mundial, es el que centra la mayor parte del metraje, donde se establece el estatus de Turing, como mito de la historia británica, y donde se desarrolla su relación con Joan Clarke, quizá una de las pocas personas que quisieron, o supieron entender, al menos parcialmente, al matemático londinense.
El director, Morten Tyldum, bucea en el genio y el ingenio de un mártir de la guerra, un héroe clásico, en sentido literal, de esos que dan un paso adelante, para liquidar personalmente la batalla, con un combate individual que evite un baño de sangre.
Clásico también, porque es un héroe sin brillo:
Sus hazañas fueron borradas de los registros por los servicios secretos, y su homosexualidad, acabó granjeándole la ruina, frente a una sociedad retrógrada e intolerante, no solo represora de la sexualidad no ortodoxa, sino además ingrata y olvidadiza, con los méritos de sus servidores más ilustres.
Sobre las actuaciones:
La de Cumberbatch es tan estimulante, que hay que ver como la llena de matices, atentos a sus reacciones gestuales, según, cuándo, y con quién está hablando, y también, a cómo modifica su tono de voz, acorde a ello, como sucede en el caso.
Pero, The Imitation Game, ni siquiera se toma la molestia, de poner toda la carne en el asador, para que su interpretación sea aún más memorable.
En la contraparte femenina, Keira Knightley, que jamás había estado tan bien, nada de mohines, ni de caritas de pena, ni de sonrisitas tontas, su Joan Clarke es un personaje de carne y hueso, de principio a fin, pero sin trascendencia emotiva.
A pesar de la mención explícita a la homosexualidad del matemático, el guión de Graham Moore, elige no hablar del tema, más de lo estrictamente necesario, sobredimensionando su relación con Joan Clarke, para intentar explicar una historia más agradable, o ¿aceptable? a ojos del espectador medio, y eligiendo centrarse en ello, en lugar de en el conflicto real de la historia.
De hecho, la relación entre ambos, está tan sobredimensionada, que cada 20 minutos, más o menos, tienen que ir recordándole al espectador, que Turing es gay, sólo para que el hecho no haya quedado completamente olvidado, cuando éste es condenado.
Digámoslo directamente, The Imitation Game, pasa muy de puntillas su homosexualidad…
Y si hay algo que lleve la palabra “controversia” escrito encima, es señalar directamente, al estado británico como responsable de la destrucción del hombre, cuyas ideas cambiaron el mundo en el que vivimos, y cuyos logros, si bien no fueron los únicos, salvaron millones de vidas.
Durante la producción de The Imitation Game, hubo críticas con respecto a la supuesta minimización de la trama, y la supresión de la homosexualidad de Alan Turing, especialmente, condenando cómo está plasmada en la pantalla, su relación con un amigo cercano, y su prometida Joan Clarke.
Andrew Hodges, un biógrafo de Turing, señaló que el guion “construye la relación con Joan, mucho más de lo que realmente fue”.
Inagh Payne, una sobrina de Turing, comentó que Keira Knightley, no era la más apropiada para interpretar a Clarke, a quien describió como “bastante sencilla”
Por otra parte, algunos críticos, también expresaron su preocupación, por la falta de escenas de sexo en The Imitation Game, para poner de relieve la homosexualidad de Turing...
En declaraciones a Empire, el director, Morten Tyldum, expresó:
“The Imitation Game es una historia tan compleja.
Fue un elemento de derechos de los homosexuales, sino también cómo sus ideas se mantuvieron en secreto, y lo increíblemente importante que fue su trabajo durante la guerra, y que nunca se le dio crédito por ello”
En una entrevista para la revista GQ Reino Unido, Matthew Goode, quien interpreta a un compañero criptógrafo de Turing en The Imitation Game, dijo que el guión se centra en “la vida de Turing, y la manera como una nación que lo celebra como un héroe, lo castró químicamente, porque él era gay”
Que se refleje la homosexualidad o no, no es el problema.
El problema es que no adquiramos una concienciación aceptiva, sobre la represión que supone la supresión de identidades, no por elección, sino por identidad.
Tratar de justificar la homosexualidad, porque hay otros más como él, significa que seguimos sin entender, dónde se encuentra el problema realmente.
El desconocimiento personal, no debe ser una consecuencia para aceptar/adquirir el desconocimiento que proviene de la ignorancia colectiva.
Y por supuesto, ojalá hubiesen existido medios, para que un genio de esa talla, pudiese haber permanecido vivo durante toda su vida.
Si lo que pretendía Morten Tyldum era, hacer hincapié en que Turing se obsesionó con su máquina, porque de alguna manera, le servía para resucitar a Christopher Morcom, el chico del que se enamoró en el instituto, fallecido prematuramente por una tuberculosis bovina, le ha faltado fuerza...
Apenas hay emoción en el retrato del hombre, empeñado en construir el primer ordenador de la historia con inteligencia artificial, de nombre “Christopher”...
Por otra parte, las escenas que retratan el trabajo realizado en Bletchley Park, son vagas:
Se nos dice constantemente, que el trabajo realizado allí es vital, que lo fue; alto secreto, que también; que cambió la historia de la humanidad, en parte también… y sin embargo, todo lo que vemos, es gente garabateando números en trozos de papel, y a Turing trasteando con una máquina, el Bombe, que ni siquiera se molestan en explicar, para qué y cómo sirve o funciona exactamente.
¿Por qué reducir su genialidad, a poco menos que un golpe de suerte, en una charla de bar?
Además, impera una sensación de intrascendencia y superficialidad bastante preocupante, ya que The Imitation Game, tampoco consigue crear esa sensación de urgencia de la tarea asignada a Turing y su equipo, y del cómo va ganándose el favor de los demás, también transmite cierta sensación de porque sí, que no le hace ningún bien al conjunto.
También, me parece algo malgastada la propia máquina de Turing; no sé, quizá es una idea loca, pero volviendo al recuerdo de Christopher Morcom, se le podría haber dotado de más personalidad; “de alma”
Y es que, repito, ni siquiera se nos explica muy bien cómo funciona La Máquina, de qué está hecha o cuáles son sus ventajas, e inconvenientes:
Los protagonistas se acercan, aprietan botones, mueven resortes, y el mecanismo se pone en marcha, como por arte de magia, sin saber nosotros qué fue aquello.
Y es que faltó metraje.
El tramo final, es una prueba evidente; en lugar de alargar un poquito el metraje, que no habría estado de más, opta por resumir los últimos años de Turing, en 2 breves escenas/líneas, y ni siquiera filma el último capítulo de su vida, que podría haber sido simbólico y emotivo…
Por cierto que, según la leyenda urbana, parece ser que su suicidio tiene una conexión directa con el logotipo de Apple…
Pero en su lugar, aparecen varias líneas de texto, que leemos con desgana mientras pensamos:
¿Por qué me lo escribes?
¡Enséñamelo!
The Imitation Game no profundiza nada en las leyes de la época, y en las persecuciones que sufrían los homosexuales, ni se habla del juicio, ni se habla de por qué se suicidó Alan Turing, ni nada…
Varios historiadores, han afirmado que hay elementos de The Imitation Game, que  representan distorsiones de lo que realmente ocurrió.
Inexactitudes históricas declaradas que incluyen:
Exagerar las dificultades sociales de Turing, hasta el punto que lo presenta tener el síndrome de Asperger, o de otra manera, de estar en el espectro del autismo.
Si bien es cierto que Turing tuvo su cuota de excentricidades, Turing tenía amigos, fue visto con tener un sentido del humor, y tenía buenas relaciones de trabajo con sus colegas.
Nunca hubo una máquina llamada “Christopher”
No hay registros que muestran, que Turing y El General Mayor, Stewart Menzies (Mark Strong), Jefe del Servicio Secreto de Inteligencia Británico, interactuar durante su tiempo en Bletchley Park.
Y en realidad, la naturaleza de la muerte de Turing, es un asunto de considerable debate aún hoy.
El período de la castración química, había terminado 14 meses antes de su muerte…
Tal vez, The Imitation Game no profundizó más en el asunto homosexual, no por corrección política, sino porque, precisamente, todo lo que se conoce sobre Turing, gira en torno a que fue homosexual, y que fue condenado, y no por su obra matemática.
Paul Nurse, Presidente de la Royal Society, en su campaña para que perdonasen a Turing en la que participaron varios científicos, entre ellos Hawking, dijo:
“La persecución de este gran científico británico, por su sexualidad, fue trágica, y estoy encantado de que ahora podemos centrarnos, únicamente, en la celebración de su legado”
Pese a las reservas anteriores, la sobrina de Turing, Inagh Payne, le dijo a Allan Beswick, de BBC Radio Manchester, que “The Imitation Game realmente hizo honor a mi tío” después de que ella la viera en El Festival de Cine de Londres, en octubre de 2014.
En la misma entrevista, el sobrino de Turing, Dermont Turing afirmó, que Cumberbatch es “perfecto.
Yo no podía pensar en nadie mejor”
James Turing, un sobrino-nieto del “Codebreaker”, dijo sobre Cumberbatch:
“Sabe cosas que antes no sabía.
La cantidad de conocimiento que tiene sobre Alan, es increíble”
A mí me parece que, The Imitation Game busca hacer eso, que conozcamos a Turing, el científico, y el por qué tantos otros matemáticos y científicos lo respetan y lo admiran.
Pero eso no quita que sea una película muy ambivalente, académica, muy pensada en su concepción, y con muy poco espacio para darle un toque personal; con la moraleja evidente y, a ser posible, ensalzando valores universales, y que quepan en un eslogan publicitario, del tipo Oscar:
“Si quieres, puedes” o “El mundo te necesita tal y como eres”
Por último, la excelente banda sonora de Alexandre Desplat, grabada por The London Symphony Orchestra, en Abbey Road Studios en Londres, contribuyen a hacer de The Imitation Game, una obra digna de ver, aunque sólo sea por disfrutar de un grupo de actores británicos, aún hoy, los mejores del mundo, le pese a quien le pese, en plena demostración de sus talentos.
“I know it's not ordinary.
But who ever loved ordinary?”
A los británicos, no les gusta que se lo recuerden, pero la deuda moral e histórica que el país tiene para con Alan Turing, es imposible de saldar.
No sólo por lo que un estado retrógrado e hipócrita le hizo a una de las mentes más brillantes del siglo XX, sólo por la razón de ser homosexual, sino por haber tardado casi 60 años, en reconocer la magnitud de su injusticia.
También, por el hecho de que la figura de Turing, sea un recordatorio inmortal, como lo es la de Oscar Wilde, de que otros miles de hombres, sufrieron el mismo trato a manos del estado, y que jamás, recibirán el “perdón oficial”, no digamos ya las disculpas, por las salvajadas a las que se les sometió en nombre de la mal llamada “decencia”, no tienen perdón.
Así pues, 2 años después del juicio, en 1954, Alan Turing murió por envenenamiento con cianuro, aparentemente tras comerse una manzana envenenada, que no llegó a ingerir completamente.
La mayoría piensa, que su muerte fue intencionada, y oficialmente se le consideró como un suicidio.
Sin embargo, su madre intentó negar la causa de su muerte, atribuyéndola a una ingestión accidental, provocada por la falta de precauciones de Turing en el almacenamiento de sustancias químicas de laboratorio.
Y es que los últimos años de la vida de Turing, fueron amargos y reservados.
Esta muerte, no esclarecida, ha dado lugar a diversas hipótesis, incluida del asesinato.
Muchos años después, el 10 de septiembre de 2009, El Primer Ministro del Reino Unido, Gordon Brown, emitió un comunicado, declarando sus disculpas en nombre de su gobierno, por el trato que recibió Alan Turing durante sus últimos años de vida.
Este comunicado, fue consecuencia de una movilización pública, solicitando al Gobierno que pidiera disculpas oficialmente, por la persecución contra Alan Turing.
Sin embargo, en el año 2012, el gobierno británico de Cameron, denegó el indulto al científico, aduciendo que la homosexualidad, era considerada entonces, un delito penal.
Finalmente, el 24 de diciembre de 2013, recibió el indulto de todo tipo de culpa, por orden de La Reina Elisabeth II.
En honor a Turing, La Association for Computing Machinery, otorga anualmente, El Premio Turing, a personas destacadas por sus contribuciones técnicas al mundo de la computación.
Este premio, está ampliamente considerado, como el equivalente del Premio Nobel, en el mundo de la computación.
Para cerrar, The Imitation Game, es una de esas historias tan necesarias de contarse, como frustrantes en su inherente injusticia, una de esas historias que reafirman al ser humano, a la vez como una criatura tan extraordinaria como repulsiva, tan inteligente como falaz.
Más que una celebración de los extraordinarios logros de Alan Turing, The Imitation Game se debería tomar como una disculpa.
Una disculpa ante la vergonzosa destrucción y acoso, que este brillante personaje, anónimo durante demasiado tiempo, sufrió por sus preferencias sexuales, en un contexto y una civilización que, curiosamente, se encontraba luchando contra el totalitarismo y la barbarie, pero que con uno de sus héroes de esa guerra, fue tan cruel, absoluto, e irracionalmente vil, como lo eran los enemigos con la justicia.
Una reivindicación de las ciencias, la sabiduría, la filosofía, y las matemáticas, frente a la barbarie humana.

“His machine was never perfected, though it generated a whole field of research into what became known as “Turing Machines”
Today we call them “computers”



Comentarios

  1. ¡Excelente análisis de la película "The Imitation Game"! Muy acertada la crítica con respecto a que la película no enfatiza en la importancia de los aportes de Alan Turing a la humanidad, en especial en lo que respecta al desarrollo de la computación.

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