Maps to The Stars

“On the stairs of Death I write your name, Liberty”

Así como el cine le brinda al público, un sin fin de historias para disfrutar, no sólo es en la pantalla grande, donde puede encontrarse este tipo de entretenimiento.
Muchos mitos, rumores, y leyendas, han surgido alrededor de quienes protagonizan la industria cinematográfica.
Algunas de éstas, han impulsado más a las celebridades que las protagonizan, otras las han hundido en un mar de habladurías y prejuicios.
En California, media docena de empresas, comercializan guías y mapas con las casas y mansiones de las estrellas de Hollywood, desde las más clásicas, como Marilyn Monroe, Greta Garbo, Frank Sinatra, Charles Chaplin, o Cary Grant, a las más actuales, como Angelina Jolie o Leonardo DiCaprio.
Algunas de estas guías, como la Starland Estates and Mansions, llevan editándose desde la década de los 30, con gran éxito de ventas.
Cada año venden, con datos y fotos actualizadas, cerca de 10,000 guías que permiten a los curiosos, saber dónde viven las deslumbrantes estrellas del cine actual, en qué casa murió Marilyn, o dónde pasó sus últimos días Gary Cooper o Cary Grant.
Las guías, que incluyen prácticos mapas de la zona, indican que la casa señalada es la residencia actual del actor o actriz, si está vacía actualmente, o incluso, si se puede observar fácilmente o no, desde la calle.
Pero:
¿Qué hay realmente adentro de ese lujo y oropel?
La afición hollywoodense por el glamur y el éxito, pero sobre todo la exagerada importancia que los actores, directores, y productores de esa industria se dan a sí mismos, han generado desde siempre, un saludable interés por hurgar en su lado menos presentable.
Al buscar “los pies de barro” de estos ídolos, en ocasiones se han cometido injusticias, como la que terminó con la carrera del comediante Fatty Arbuckle, en la etapa silente, al ser acusado de la muerte de la actriz Virginia Rappe; y también se han generado rumores que son absolutamente falsos, pero que han alcanzado el rango de “leyendas urbanas”, gracias a que encajan con la imagen de Hollywood, como un nido de iniquidad.
Varias de estas leyendas, fueron recopiladas por el cineasta experimental, Kenneth Anger, en su libro “Hollywood Babylon”, publicado originalmente en 1959, y aunque muchas de sus aseveraciones han sido impugnadas por historiadores serios, no falta quien siga creyendo que Lupe Vélez murió con la cabeza metida en el retrete, o que Clara Bow se echó a todo el equipo de futbol americano de la Universidad del Sur de California.
Así como Hollywood prefiere generar una imagen desmesurada de sus propios méritos, siempre habrá un sector del público que se niegue a creer, que los vicios de sus estrellas favoritas, son tan ordinarios, como los de cualquier ejecutivo con dinero de sobra, y un pobre control de sí mismo.
Es como si a los bendecidos por el “star system” se les exigiera un “plus” de perversidad.
¿Cuál es la peor consecuencia de la fama?
¿Por qué se dice que Hollywood es la ciudad de los vicios, y las crisis de nervios, del incesto, y los celos?
“I can't believe i just spent eighteen thousand dollars!”
Maps to The Stars es un drama del 2014, dirigido por David Cronenberg.
Protagonizado por Julianne Moore, Mia Wasikowska, Robert Pattinson, John Cusack, Olivia Williams, Carrie Fisher, Evan Bird, Sarah Gadon, Emilia McCarthy, Jayne Heitmeyer, Justin Kelly, Amanda Brugel, Ari Cohen, Clara Pasieka, Joe Pingue, Donald Burda, entre otros.
El guión es de Bruce Wagner, que había escrito una novela titulada “Dead Stars” basado en el guión de Maps to the Stars, después de que los planes iniciales para hacer la película con Cronenberg, fracasaran:
Piromanía, incesto, abusos a menores, estrellas infantiles psicópatas, fantasmas de madres y niños muertos, tríos sexuales, escritores de autoayuda, drogas, estrangulamientos, disparos, y asesinatos, son algunos de los elementos del explosivo cóctel que ha elaborado Cronenberg, en su retrato del mundo de Hollywood.
Vale aclarar, que David Cronenberg es un director que a lo largo de su filmografía, más allá de las aguas que haya dividido entre los gustos de cada espectador, ha demostrado ser un artista diferente y único, por su osado estilo.
Cronenberg, no deja de ser Cronenberg en Maps to The Stars, pero es un tipo tan inteligente, que en ningún momento deja de tener en cuenta, el universo y la fama de su guionista, Bruce Wagner, célebre por sus corrosivos retratos de un Hollywood que conoce bien desde dentro.
Cronenberg logra desplegarse en su estado puro, cuando el ambiente general es tan enfermo, lleno de traumas y adicciones, que el retrato se completa a base de oscuridad, perversión, y una sensación final de desazón.
Maps to The Stars, es una salvaje sátira sobre la gente que puebla las colinas de Hollywood, una panda de gente tan vacía, que hasta banalizan sus propios traumas y problemas, transformándolos en una combinación de cháchara psicológica, pose peliculera, excusa para ponerse hasta arriba de fármacos, y puro negocio promocional.
Ahondar en las perversiones humanas, primero a través del cuerpo y la carne, y luego purgándolo de ese efectismo, para dejarlo sólo en lo psicológico...
Desaparece la sangre, pero se mantiene el bisturí despiadado, con el que el canadiense saca a la luz las perturbaciones de su universo; y cuando le agregas visiones de seudo fantasmas, pirómanos, incestos, asesinatos, y golpes, te das cuenta de que Maps to The Stars no es cualquier película, y que deja de ser comedia, para pasar un poco al drama, y al suspenso.
Destacar diciendo que Julianne Moore, se alzó con el premio a La Mejor Actriz en El Festival Internacional de Cine de Cannes, y cuya película, fue ninguneada en los Oscar del 2014.
Maps to The Stars se filmó en Toronto y Ontario, en Canada; y Los Angeles, en California, EEUU.
Maps to The Stars, incorpora muchos recursos:
Desde el gore, la ironía, y el humor negro, hasta el sexo, las obsesiones, y referencias cómplices, con la sabiduría del espectador.
Es un cuento moderno, sobre la obsesión por la popularidad, la decadencia de los adultos, y la perversidad de los niños que dejan de serlo, demasiado pronto.
En un mundo de drogas, sexo, y desprecio hacia los demás, que parece no tener límites, donde algo malo se ve sustituido siempre, por algo peor.
Allí vemos a Agatha Weiss (Mia Wasikowska), que llega a Hollywood con intensiones poco claras, tiene parte de su cuerpo quemado, y desea inmensamente, vincularse a los círculos de famosos.
Con ese propósito, contrata una limusina que es conducida por Jerome Fontana (Robert Pattinson), un actor que busca una oportunidad para triunfar.
Por otro lado, Havana Segrand (Julianne Moore), es una actriz cincuentona, que ya no recibe papeles, y que carga con el peso de que su madre Clarice Taggart (Sarah Gadon), fallecida y nominada al Oscar en los 70s, por su papel en el melodrama juvenil “Stolen Waters”, abusara sexualmente de ella cuando pequeña.
Es Havana quien contrata a Agatha como asistente.
Y su masajista-terapeuta, El Dr. Stafford Weiss (John Cusack), es el padre de una de las estrellas más jóvenes de Hollywood:
Benjie Weiss (Evan Bird), estrella de la franquicia “Bad Babysittter”, que apenas está entrando a la adolescencia, pero ya tiene tras de sí, un historial de abuso de drogas, y estadías en centros de rehabilitación; es una celebridad “teen”, arrogante, cruel, miserable, y despreciable.
Y que curiosamente, es hermano de Agatha…
Y finalmente, su madre Christina (Olivia Williams), sobreprotectora pero también bastante interesada en recibir cada peso que pueda obtener del pequeño Benjie…
Para ser tomada en serio por la industria, ahora Havana trata de convencer a los productores, del remake de “Stolen Waters” para que le permitan interpretar al mismo personaje que hiciera su madre, como una forma de exorcizar el pasado…
Aquí entonces, se van desplegando una serie de celebridades dislocadas, que ponen frente a la cámara, el cúmulo de hipocresías que se intuyen detrás de las enfermizas cualidades y prácticas que observamos.
Desde el absurdo del yoga, que intentan en medio de un desequilibrado “modus vivendi”, hasta las torcidas terapias que practican, una actriz en el olvido, un gurú espiritual de la TV, y su hijo, joven estrella del cine, se van mostrando como seres extraños, pervertidos por la vida contemporánea, estéril y artificial.
Actores y guionistas frustrados, que se conforman con conducir las limusinas de los famosos, estrellas casi olvidadas, que venden su alma al diablo por un determinado papel, o familias truncadas, que sobreviven gracias a la fama televisiva de su hijo menor de edad…
La envidia y la frustración, pasan factura, pero por suerte, siempre se puede recurrir a los estupefacientes, para aliviar la existencia.
Maps to The Stars es una visión muy cuestionable, de cómo Hollywood se retroalimenta de su propia miseria, y en el caso de Cronenberg, sugiriendo la sangre aria de las estrellas.
La endogamia que engulle al mundo del cine, casi al pie de la letra; y nos revela que Hollywood, esa “meca del cine” donde nuestros actores sueñan con ir aun negándolo, no es más que un vertedero, un enorme contenedor, donde lo que ya no vale se deshecha, donde las nuevas generaciones pisan a las anteriores, donde la promiscuidad, las drogas, y la maldad, sólo sirven como carta de presentación, como tarjeta de visita.
Lo cantó Madonna:
“¿Cómo puede lastimarte lo que luce tan atractivo?”
“I think you are a little crazy”
David Cronenberg mira la cara más densa y viciada del “show business” en Maps to The Stars, donde articula un filme coral de personajes entrelazados, completamente alienados en el Hollywood actual.
Aquí, los juegos de perversión y sinsentido que los actores desarrollan, van fluyendo de manera muy efectiva hasta el final, a pesar de lo pesado que pudiera parecer.
Cronenberg, director especial donde los haya, nos narra un sesudo, e inquisitivo retrato, furioso, doliente, y doloroso, el espíritu que esconde el mundo de las estrellas de Hollywood, con un desencanto en su enfoque, en su acercamiento al desfase continuo, las malas tentaciones, las malas ideas, las malas decisiones, y los malos finales, de una forma que inevitablemente, aturde al espectador, y le abofetea directamente en la cara, de forma desencantada, pero absolutamente fascinante.
En una hipérbole sarcástica, cínica, y punzante de un Hollywood, que bien podría ser el real, pero no es necesario que lo sea, introduce unas historias cruzadas retorcidas, histriónicas, y pervertidas.
El canadiense, expone una obra despiadada, mordaz, y a la vez intermitente.
Su pulso para manejar las escenas, cuenta con una elevada dosis de imprevisibilidad, se trata de instancias en las que cualquier cosa puede acontecer.
Una comedia negra, o más bien, un intento de ello, que no causa gracia alguna, ni invita a la risa, que utiliza como base lo satírico en sus formas más brutales, sexuales, perversas, y hasta escatológicas.
Todo es llevado a los extremos más retorcidos posibles; el fin es desnudar sarcásticamente, las miserias, los excesos, las inseguridades, y los demonios internos de las figuras de la “meca del cine”
¿Pero a qué precio?
La efectiva y fluida farsa que orquesta Cronenberg, pone el dedo en la llaga del hastío existencial que padecemos, y donde una metafísica trastornada, va a ser el catalizador de este verosímil cuento sobre el incesto, la fama, la cultura pop, la violencia, la locura, etc.
En este sentido, uno de los logros de Maps to The Stars, es la poderosa dirección de actores, donde vemos una fuerza poco común en el cine gringo de los últimos años, desde los veteranos del cine comercial, Cusack y Moore, pasando por los jóvenes, Pattinson y Wasikowska, hasta el novel portento que sujeta a toda la película, el caprichoso Evan Bird, el mejor, y más complejo niñito que Hollywood le podría vender a las adolescentes.
Se trata de un oscuro drama cómico, acerca de 2 niños actores, arruinados por la depravación de Hollywood.
Sin duda, Maps to The Stars será una inquietante historia de fantasmas, y a su vez, un ataque mordaz contra una sociedad obsesionada por las “celebrities de L.A.”
Un popurrí de personajes de la alta sociedad hollywoodense, la alcurnia de lo peor, gran parte de este paradigma del estrellato, de lo que es “el mapa de las estrellas”, es aquí representado de la forma más tosca posible, desde actrices de mediana edad con problemas para conseguir trabajos, actores jóvenes con problemas de drogas, aspirantes buscando sus primeros trabajos, directores, terapeutas, todos con grandes crisis, intentando tener siempre una apariencia positiva, seres hipócritas que representan un imaginario...
Todas las historias, se conectan de forma escabrosa, y la resolución está a la altura de lo que propone.
Mientras vemos la frivolidad, la hipocresía, la salvaje competitividad, y una exagerada visión de los actores, y el ambiente de Hollywood, tanto que suena más a burla que a crítica, Julianne Moore se destaca en imprimir el dramatismo, y la locura de un personaje ambicioso por conseguir que su nombre siga en lo más alto, también la acompaña una Mia Wasikowska, que entiende perfectamente bien, la actitud de su personaje, y un elenco cuya actuación general, consolida las intenciones de Cronenberg.
Específicamente, Mia Wasikowska encarna el futuro truncado de la industria.
Lo que llaman “un juguete roto”
Una actriz infantil, que conoció el éxito, y fue inmediatamente olvidada, a raíz de que un incendio la dejara marcada físicamente.
La hija pirómana, mal-herida, y alejada de la familia Weiss, acepta un trabajo como asistente personal de Havana, a la espera de la oportunidad de hacer las paces con su familia.
Wasikowska, dijo sobre su personaje:
“Me encanta Agatha, porque ella es oscura, pero al mismo tiempo, en un montón de maneras, ella tiene una perspectiva muy positiva.
Hay algo muy dulce y triste en esta chica que, en medio de sus padres, celebridades obsesivas, y este pasado turbulento, en realidad sólo quiere conectarse con ellos.
Y la han rechazado totalmente, pero de una manera, ella está tratando desesperadamente de imitar su vida.
Ella está tratando desesperadamente, de encontrar su identidad” dijo.
A través de ella, Cronenberg se adentra en la imposibilidad de estos actores, para asumir su fracaso, extendiendo esa visión a todos los personajes con los que trata.
Pueden ser hijos desintoxicados de 14 años, que protagonizan una saga de éxito, o bien actrices con afán de diva, a las que la edad empieza a pasar factura con el subsiguiente decaimiento de una carrera que, ya sólo se mantiene con títulos menores.
El premio a Julianne Moore en Cannes es totalmente meritorio, porque su personaje esta estupendamente desarrollado, es tan carente, tan falso, y está tan desesperada, que hasta se alegra de la muerte de un niño, cuando sabe que esto podría ayudarla a conseguir un papel…
Se ha acostado con todo el que ha podido, y claramente en su cabeza, hay algo que nunca ha funcionado bien.
Su personaje, Havana Segrand, es la pieza fundamental en esta película de cine negro, que siguiendo una línea que en 2014 se sobreexplotó, nos muestra una radiografía de lo alocado, extenuante, y a veces asqueroso, que es el mundo de Hollywood.
“Ella es alguien que vive completamente aislada en este mundo de fantasía.
Ella realmente no tiene una familia, y todavía está muy enojada con su madre, porque ella se siente que fue abusada...
Ella siempre vivió a la sombra de su madre, y en su mente, todo es una especie de confusión, un lío freudiano” explica Moore.
Maps to The Stars es un relato construido sobre 7 personajes, totalmente sin ética, relacionados entre sí, que actúan como bombas de tiempo, llevando a la destrucción, a aquel que está cerca, todo esto ligado a los excesos de todo tipo.
También, las actuaciones de los secundarios son interesantes:
John Cusack es el jefe de la familia Weiss, un psicólogo de televisión, con un número de clientes de celebridades de alto perfil, e inmensamente egoísta sobre el éxito de su hijo Benjie.
Stafford explota las emociones de la gente, y se aprovecha de ellos.
Como dato curioso, Stafford Weiss y su esposa Christina, son hermano y hermana; que fueron separados al nacer, y descubrieron su relación, después de reunirse en la universidad, y convertirse en una pareja…
Robert Pattinson, aporta poco o nada.
Jerome está inspirado en el guionista Bruce Wagner, quien en el momento cuando concibió la idea para esta historia, era él mismo un actor que luchaba, mientras trabajó como chofer de limusinas.
Pero sobre todos ellos, Evan Bird y su rol de adolescente mal criado e insolente, es el que mejor cumple.
Me he quedado fascinado con su actuación, tiene una soltura, y unas maneras que realmente merecen ser destacadas, brillante, y con un grandioso futuro por delante, con tan solo 14 años.
Benjie es una estrella masiva adolescente de proporciones Bieberescas.
Bird dijo sobre su personaje:
“Él realmente no tiene amor, y sin embargo, no tienen limitaciones, tampoco.
Así que está en busca de ambas cosas.
Él está haciendo demasiado dinero, que está siendo aprovechado por sus padres, y por lo que lo mantiene siempre de mal humor”
Todos los actores, crean personajes repelentes, porque así se los pide el director.
La incipiente relación entre Agatha y Jerome, pareciera funcionar como contrapunto a la decadencia de quienes les rodean, capaces de alegrarse por desgracias ajenas, si eso los acerca a obtener el papel anhelado, o a negar a sus propios hijos, con tal de salvaguardar sus secretos.
No obstante, ni Agatha ni Jerome, son encarnaciones de los amantes adolescentes de “Stolen Waters”, en la realidad cinematográfica propuesta por Cronenberg, no hay cabida para finales felices, como no sean los de una retorcida escala de valores.
Si en el Hollywood clásico, los relatos podían terminar con la boda de la pareja protagónica, como promesa de felicidad eterna, en el espejo deformante que es Maps to The Stars, la reunión de los amantes separados, sólo puede ser la antesala a la degradación…
Maps to The Stars es una película violenta, con escenas bastante crudas, y donde es imposible evitar los cuestionamientos morales, la forma en que los acertijos se van resolviendo, también están muy bien trabajados,  pero cuando termina, es difícil saber, cuál es la historia que te querían contar…
Todo el rato, pareciese que estamos frente a un filme que pretende abarcar demasiado, para quedarse a medio camino de todo:
Se mete con la Cienciología, con el cinismo, hay sexo, gore, humor, momentos esquizofrénicos, algunos asuntos en el guión que carecen un tanto de sentido, como la aparición de algunos personajes en la cabeza de los protagonistas, y un final incómodo, oscuro, y bastante desolador.
En el terreno 100% Cronenberg, el realizador tiene tiempo para entregarse a escenas de sexo perturbador, y comportamientos psicológicos alterados, marca de la casa, todo ello, rodado con la habitual maestría del canadiense.
Al espectador, se le escapará más de una sonrisa culpable, ante las miserias y mamarrachadas de unos personajes ridículos, pero que, a pesar de los pesares, inspiran cierta compasión.
Todo esto perfila oscuramente el gran tema del Ego, que ha estado guiando la mirada del conocido director canadiense en sus últimas películas.
Y Maps to The Stars lleva tranquilamente al espectador, de principio a fin, dejando un gran sabor de boca, más si se trata de un cinéfilo con gusto por los “thrillers psicológicos”
Hay escenas como si de dioses se tratara, se hace creer al resto de los mortales:
Que deben tolerar verlos gritar, cagar, follar, o cualquier tipo de atropello; ignorar sus posibles padecimientos mentales; hacerles lisonja, acompañada de caravanas al deambular por la calle; y mantenerse al tanto de sus necesidades más básicas…
Cronenberg no se reserva nada, y pega duro contra todo lo que representa esa industria dorada, haciendo chistes, lo mismo sobre la Cienciología, haciendo que uno de sus personajes, maté a otro con un premio de actuación, y muchas otras situaciones similares, todo dentro de un humor negro puntilloso.
Por último, a banda sonora, corrió a cargo del siempre espectacular, Howard Shore.
“You crazy cunt!”
David Cronenberg reprocha el “star-system” hollywoodense:
Su falsedad, cinismo, y degradación, y se adentra en un esquizofrénico, y superficial retrato de personajes.
“Hollywood es un putero, en donde se usa y se desusa a los actores más jóvenes, es una casa de putas, donde la gente se está volviendo loca”
Fueron las recientes palabras del mismísimo John Cusack, en donde hace referencia al millonario mundo que lo rodea en Los Angeles, cuna de las más grandes filmaciones que vemos por estos tiempos.
Y bueno, conociendo su opinión, la verdad es que no cuesta entender el por qué se ha puesto en las manos del siempre controvertido David Cronenberg, y su “Mapa de Las Estrellas”, un filme que también apunta directo a la frivolidad de todo el círculo de personajes que da vida a Hollywood, productoras, directores y, por supuesto, actores.
Según se sugiere en Maps to The Stars, los traumas también responden a las modas, y “lo último” puede llegar a ser, por ejemplo, una historia de abusos incestuosos infantiles.
Tendría su gracia, si no sospechásemos que este tipo de idioteces, realmente no sean invenciones de Cronenberg y Wagner, y que no se limiten a Hollywood, sino a los famosos de todo el mundo, o la gente común con ganas de destacar.
No hay salida, tampoco escapatoria posible.
Es el cínico mensaje que Cronenberg transmite a una industria que se muestra tan endogámica, como incestuosa, demente, y degenerada.
Sus personajes, son tan presos de lo frívolo, como del ansia de popularidad, y la superficialidad del lujo.
Son fantasmas, cuerpos de artificio, que carecen de espiritualidad, y alma, que vagan por un mundo que se antoja tan trivial y volátil, como vacuo y defenestrado.
El desafío que propone Cronenberg a la sociedad, no es a Hollywood directamente, sino a la imagen, el éxito, y lo que se consagra como modelo a seguir.
Hollywood es un eslabón más, la excusa que utiliza.
Cuando algo no está dentro de ese encuadre, se lo excluye, se lo oculta, y se lo aísla.
Así es Hollywood, y aquí todo el mundo tiene un sueño.

“Na-na-na-na!
Na-na-na-na!
Hey-hey-hey!
Goodbye!
Sing it!”



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