Lie with Me

“People fucking each other for one night, one year, twenty years.
It doesn't matter; it all hurts”

¿La mujer busca amor, y el hombre sexo?
Desde siempre, ellas dicen ser más afectivas, y ellos más sexuales…
Una nueva investigación analiza cómo cada género, vive la atracción “a primera vista”, y qué tendría que pasar, para que una relación tenga futuro.
Las conclusiones destacaron que, las damas valoraban los rasgos de familiaridad, que provocan en ellas sentimientos de agrado y apego.
Esto contrasta con los hombres, quienes puntuaron alto para los rostros y expresiones nuevas, para nada asociadas a ninguna experiencia anterior conocida, ya sea familiar, o de pareja.
De ellas dependerá la elección del hombre, basada en los sentimientos iniciales de apego y familiaridad.
Y en caso de concretar un vínculo duradero, lo que viene después, para nada responderá a condiciones humanas primitivas:
La responsabilidad será actual y compartida.
¿Por qué las mujeres confunden el sexo con el amor?
Pues, porque por naturaleza, son más sensibles emocionalmente que los hombres, mientras éstos son más hormonales, y no tienen necesidad de pensar mucho para notar la diferencia.
“Es cuestión de género”, dice la psicóloga Susana Sáenz, y aclara que las mujeres por naturaleza, se dejan deslumbrar con el hombre con el que se acuestan, y ven en él, una posible pareja.
“En realidad, la mujer siempre está buscando compañía, afecto, alguien con quien compartir.
Es más demandante afectivamente, mientras que los varones se quedan simplemente con lo físico, y con el momento vivido”, señaló.
Pero qué pasa si sucede al revés:
La mujer busca sexo, y el hombre amor…
A pesar de esto, reconoce la psicóloga, la constitución subjetiva de las mujeres, hace que haya una necesidad y tendencia afectiva, que se sobrepone a la necesidad física.
“Una mujer, no se va a acostar sólo porque tiene ganas.
Tiene ganas, pero además, necesita estar y compartir con alguien, y esto es por las necesidades emocionales que tiene de tener una pareja, y porque así es su estructura femenina”
La sociedad machista en la que vivimos, hace que la mujer tenga esa necesidad.
Es mucho más factible, que se enamore del hombre con el que se acuesta, aunque en un principio puede ser sólo sexo, pero después, es muy posible que se convierta en amor.
En cambio, para el psicólogo Guillermo Soria, se trata sólo de un mito social:
“Muchas veces, las personas son criadas en familias que consideran, que el acto sexual está relacionado netamente al amor.
Por ello, sus hijas piensan que sólo deben tener relaciones con la persona que aman” aseguró.
Las dudas como decía Yoda en “Star Wars” genera miedo:
Miedo a la soledad, miedo a sentir, miedo a comprometer la libertad, en pos de una relación, miedo a dejar de sentir, miedo a la adrenalina... en fin, miedo de vivir.
“I can't stop thinking about you.
All day.
All night.
All I do is think about you, it's all I have left”
Lie with Me es una película erótica canadiense, dirigida por Clément Virgo, en el año 2005.
Protagonizada por Lauren Lee Smith, Eric Balfour, Richard Chevolleau, Frank Chiesurin, Michael Facciolo, Don Francks, entre otros.
El guión es de Tamara Faith Berger y Clément Virgo, basados en la novela homónima de Berger, una novela erótica, que bucea por el mundo psicológico de una adolescente, que se encuentra entre las necesidades emocionales de una mujer, y su satisfacción sexual.
Berger empezó a interesarse por esta cuestión, ya en los inicios de su carrera, cuando publicaba relatos y críticas de cine, en varias publicaciones para adultos.
Entonces, se dio cuenta de que se obviaban de forma sistemática, los aspectos más complejos e interesantes de la sexualidad femenina, sobre todo, de la desinhibida sexualidad de las jóvenes de ahora.
Como dato, en la llamativa portada del libro, aparece el dibujo caricaturesco de una mujer, aparentemente infantil, salvo por un escandaloso detalle:
La figura tiene unos genitales representados de forma realista.
Esta fascinante imagen, sugiere inocencia y experiencia al mismo tiempo, una dualidad tipo “Eva” que fascinó a Berger, y a muchos escritores que la precedieron.
“La obra surgió de mi trabajo como escritora, para revistas porno, y de mi inmersión en las representaciones sexuales de las mujeres como “depredadoras” o “presas”, explica la autora del libro.
“Cuando escribí “Lie with Me” quería acabar con esas representaciones limitadas, y revelar las verdaderas emociones que subyacen tras el instinto sexual femenino” dijo la escritora.
En opinión del director Clément Virgo, el resultado fue una novela corta, muy original, repleta de “prosa erótica con revelaciones íntimas”
De hecho, le produjo un gran respeto al leerla; y quedó muy impresionado con el personaje principal, pero la idea de articular toda la narración, en torno a una sola voz femenina, le pareció arriesgada.
Eso por no hablar del tratamiento audaz y directo que se daba al sexo...
Su título, “Lie with Me”, curiosamente tiene un doble sentido:
“Lie with”, cuando “lie” se usa como verbo, y significa al mismo tiempo, “yacer con alguien”, en el sentido bíblico de la expresión; y es también “mentir con alguien”
Así las cosas, Lie with Me sigue Leila (Lauren Lee Smith), una joven sexualmente voraz, que tiene frecuentes encuentros esporádicos con chicos.
Una noche de fiesta, conoce a David (Eric Balfour)
Al principio, le atrae el físico; poco después, mientras Leila practica sexo con un desconocido, en la parte trasera de la casa, David y su novia Victoria (Polly Shannon) hacen lo mismo, pero en su coche.
Leila y David se miran fijamente, mientras hacen el amor con otras personas, iniciándose así, un ritual de cortejo, que dará paso a una aventura sexual entre ambos.
A medida que pasa el tiempo, el amor surge entre ellos, y su amistad es más que el sexo.
A partir de aquí, iniciarán una tórrida y pasional aventura, no exenta de algún que otro contratiempo, y Leila parece darse cuenta con el tiempo, que David no es uno más, en su larga lista de amantes, sino alguien a quien busca cada día, en su afán por experimentar nuevas sensaciones.
En definitiva, Lie with Me trata de ofrecer, un estudio del amor de mujer, a través del sexo.
Una ninfómana y un artista, que sólo hablan para decir palabras eróticas...
El resto, es una lucha incesante, entre el deseo y la necesidad, entre el miedo y la vulgar mentira, entre las ganas de ser y no poder, un despliegue enorme de debilidades humanas, que llegan a un final  francamente difícil; en lo que resulta ser un drama romántico, como una “Soft Porno” con amor; aunque ni tanto…
“You have to wait... until you're uncovered.
You have to wait with someone naked.
And then you have to wait some more”
Lie with Me, es la carrera sin rumbo de Leila, huyendo de sí misma y de su pasado, de su presente, huyendo del amor, por los senderos de un laberinto sin modo de salir evidente.
Los minutos iniciales, van de una masturbación, felaciones simultáneas, sexo en variadas posiciones, desnudos masculinos y femeninos, mucha “voz en off” y nada de diálogos...
Esto hace que uno comprenda, automáticamente, que Lie with Me es “de mucho arte”
A pesar de su alto contenido sexual, que es lo que más ha vendido Lie with Me, no es pornográfica, por muchas razones:
La primera, es que los personajes tienen nombre, aunque no mucho más.
Luego, la historia es el colmo de la originalidad.
Lie with Me, no es realmente de sexo, aunque el personaje disfruta mucho con ello.
Se pregunta por la relación en el amor y el sexo.
En todo momento, la cámara juega con sus protagonistas, se ceba en primeros planos, invadiendo su intimidad, en un esfuerzo por hacernos partícipes de los hechos, pero de poco sirve, si no hay una historia que transmitir...
El peso de la narración, viene del pensamiento de Leila, como si fuese repasando mentalmente su propio diario, y los diálogos entre personajes, se reducen a su mínima expresión.
Gracias a las “voz en off” somos capaces de percibir su angustia vital, sus miedos, y es en ese punto, donde más flaquea la solidez del guión, pues todo se queda a medias.
En el trasfondo, nos encontramos con el viejo ideal de la búsqueda del amor, pero en este caso del amor, a través del sexo.
Cualquiera diría, que Lie with Me no es más que eso, una gratuita provocación al espectador, una historia cargada de los excesos sexuales de sus protagonistas, y aderezada con una mínima pizca de sus traumas, e inseguridades.
Insustancial en su conjunto, el argumento no da mucho más de sí:
Chica conoce chico, chica y chico inician una aventura, problemas, reconciliación, y se acabó.
El único recurso que el director ha explotado hasta la saciedad, para mantener nuestra atención, es el sexo entre los protagonistas.
Y es que para ellos, como para muchos otros jóvenes de su generación, el sexo es una forma de comunicación.
Aquí, Leila empieza a darse cuenta, de que lo que la une a David, es diferente a lo que ha vivido hasta entonces.
Y David siente lo mismo por ella.
Por primera vez, ambos sienten necesidades y deseos, que van más allá de lo estrictamente físico.
Lo que realmente buscan, es una conexión emocional.
Los protagonistas, tienen miedo de enamorarse, porque piensan que su desenfrenado deseo sexual, no será lo mismo.
En este aspecto, Lie with Me acierta, retratando la intimidad entre ambos, pero apenas se matiza, ni se clarifica la relación que se va fraguando entre ellos, por no hablar del resto de historias paralelas, como:
La separación de los padres de Leila, la muerte del padre de David, y la reaparición de su ex–novia; de las que apenas se nos muestran unas pocas pinceladas.
Los protagonistas, vienen y se van, sin que nada quede lo suficientemente claro, están juntos, y al rato vuelven a separarse, pero:
¿A dónde nos lleva todo esto?
Leila nos cuenta, como echa correr tras su primer encuentro sexual con un chico, y de hecho, es lo que pasa haciendo buena parte del metraje, correr, huyendo, o en busca de David, sin que nada más nos quede muy claro.
Las actuaciones son buenas, en especial Lauren Lee, quien nos contagia con su lujuria, con su miedo, con la inmensa frustración que siente, ante cada acción propia; aunque dan ganas de darle un “bitch slap” de ubicación.
De David, y su reacción ante ello, el desprecio enorme que siente ella por el género masculino en general, Lauren contagia.
Pero si hay un elemento que se destaca fuertemente, es lo gráficas que son las escenas sexuales.
No sorprende tanto la desnudez sin tapujos de Smith, pero sí la de Balfour:
Se sabe que es muy difícil, que un actor más o menos conocido, muestre algo más que las nalgas en una película.
Y aquí, se llega a ver su muy pequeño “hongo”, en manos de su coprotagonista.
Ese es el cliché más rayado:
En una porno, David sería fontanero o butanero, pero en Lie with Me es “un artista”
Se perpetúa así, otro de los grandes mitos de nuestra sociedad, mientras que los informáticos han sido crucificados, más de una vez por los medios, debido a como parecen liberar sus represiones sexuales, a través de los personajes femeninos de los videojuegos, nadie dice nada, de cómo los artistas se representan a sí mismos, fruto supongo también, de no menos represiones.
Por lo que uno ve en las películas, ser “artista” va de la mano con tener la potencia sexual de un toro, y el apetito de un jabalí en celo, siempre dispuestos a liberar del aburrimiento del matrimonio, a una madura pero atractiva mujer, o a introducir en el mundo del sexo a cuatro manos, a una joven de buen ver también...
Eric Balfour se refirió escuetamente, al desafío de representar la intimidad de una pareja en escena, lo cual demanda mucho más carácter, que simplemente sacarse la ropa:
“La respuesta sincera a veces asusta.
No es el aspecto físico de eso, sino el emocional, porque tuvimos que hacer el amor en esas escenas.
No es fácil, es muy sensitivo, y la parte más difícil para nosotros.
El porno, es bidimensional, esto es mucho más que eso” dijo.
También, es llamativo que casi todas esas escenas sexuales, transcurrieran de día…
Aunque las elocuentes e innovadoras escenas de sexo que se suceden a lo largo del metraje, parecen espontáneas, fueron cuidadosamente preparadas.
Virgo, los actores, y el resto del equipo, prepararon todo lo que iba a suceder, detalle a detalle.
También, hablaron sobre los aspectos emocionales de las escenas, intentando reflejar fielmente, los cambiantes procesos internos de los personajes.
Para crear esta sensación de intimidad, Virgo sólo permitió en el estudio, la presencia de la cámara, el personal de sonido, y los actores.
Se preocupó de que Smith y Balfour, se sintieran cómodos con las decisiones que iban tomando.
“Por supuesto que tiene que haber confianza entre el director y los actores” reconoce Virgo.
“Y nosotros la tuvimos enseguida” sentenció.
Pero la verdad, en Lie with Me no vi ni amor, ni sexo explícito, del sabroso, solo la búsqueda del morbo.
No ocurre nada, aparte de los 4 polvos mal echados...
Senos tan naturalmente adolescentes, que rechazan cualquier erección; y un pene del tamaño meñique del pie izquierdo.
Por lo poco que acabamos conociendo de la protagonista, es que le gusta el sexo, y que asegura que sabe follar, afirmación que se contradice con sus sosas evoluciones, en las mismas escenas de sexo…
Quizá, haya que leer la novela, antes de ver la película, para entender mejor lo que se quiere decir, y para apreciarla tal y como debe ser, pero después de ver la adaptación, no me han quedado muchas ganas de leer la novela...
Probablemente, si hay que decir algo positivo, tras mucho rascarse la cabeza, está el hecho de que al menos, tiene una visión honrada, que no realista, del sexo:
Desnudos y explicitud, se equilibran para ambos sexos, cosa rara de ver en un mundo tan machista, como es el del sexo en el cine, y más si es dirigido por un hombre.
Lie with Me es entonces, una película que trata el sexo, desde una perspectiva femenina, quizás algo superficialmente, pero se agradece quitar hierro al asunto, y al mismo tiempo, endulzar algo tan vulgar como el sexo, que de tanta libertad, se ha perdido algo de la magia que tiene.
El argumento del equipo realizador, Virgo y Berger, sostienen que la sexualidad cruda, es ya parte de nuestra cultura, presente en la música, y la literatura, pero que el cine, en cambio, parece estar bajo el control del moralismo más represivo.
El productor, Damon D'Oliveira, se manifestó sobre su idea de recuperar un sentido más franco, de mostrar el erotismo en pantalla, algo que se perdió de vista en la industria del espectáculo, desde los años 70:
“El sexo, al estilo de Hollywood, está lleno de risas y bromas.
Estamos haciendo la anti-“American Pie”
Hoy por hoy, las películas que otrora trasgredían Los Códigos de Censura, y eran estigmatizadas con calificación “NC-17” o “X”, lo que significaba su muerte anticipada, y la exclusión del circuito comercial, tienen en la actualidad cabida en segmentos alternativos, y disponibles gracias al material adicional del DVD, esto además de que los parámetros tienden a liberalizarse un poco más.
Creo que el director, trata de cuestionar el concepto de amor que se vivía en esos años, 2005; y que ahora, pareciera lo más normal del mundo, relaciones donde la libertad se siente agredida, amenazada ante la palabra compromiso, libertad que pierde fácilmente sus límites, volviéndose al libertinaje mórbido…
Por tanto, no esperen una historia conmovedora, o una moraleja que cambie sus vidas; más bien, busquen una historia apasionante, y pregúntense:
¿Yo habría hecho lo mismo?
“I won't become good.
I won't become nice.
I'll be bad just for him.
I'll fuck just for him.
When I can fuck without looking for his love I'll stop running”
Es imposible, no asociar “el molde” a una clase de chica actual, “de mujer-hombre”, que vemos seguido, en esa búsqueda impertérrita de amor, a como dé lugar, jugando a la ruleta rusa, con la idea que, de tanto probar, mientras más, mejor; alguna vez darás con la pareja que cuaje con tus necesidades, que espante tus inseguridades, que acompañe tus soledades, que evapore las dudas, y se abstenga de los juicios.
Una clase de mujer-niña, que te encuentras más a menudo de lo que quisieras, o más bien, de lo que puedes llegar a soportarlas.
Las clasificables, las que de seguro ves sumidas en tiempos de individualismo que expropian ciertos grados de apego y madurez emocional, lo que tarde o temprano las hará caer en la moneda de cambio que canjea sexo por aceptación.
De creer, oscuramente casi siempre, que esa manera de convivir con el género masculino está mal habida, que es sucia, y manoseable costumbre, que las desmerece, que cumplen sólo con el requisito del “amor express” cuando precisamente se trata de lo otro...
De búsqueda de amor, de sentirse queridos.
¿Qué es más importante, el amor propio, o el que se siente por alguien?
¿Qué es lo que marca la diferencia entre amar a alguien, y necesitar a alguien?
Son preguntas apasionantes, para todo aquel que ha vivido con intensidad una relación, cuando la pasión por la pareja, quema la piel y los nervios, cuando los celos y el miedo a perder al ser amado, vuelven irracional aún, al más lúcido ser humano.

“Answer me.
Tell me, tell me you feel the same way I do.
Tell me you're never gonna leave me, promise me”



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