Juno and The Paycock

“Fellow countrymen, continuously and courageously we have fought and struggled for the national salvation of Ireland!”

Seán O'Casey, fue un dramaturgo irlandés; comprometido nacionalista y socialista, fue el primer autor teatral irlandés, que escribió sobre las clases trabajadoras de Dublín.
En su obra, destaca el tratamiento piadoso de los personajes femeninos; y en esta tragicomedia, “Juno and The Paycock”, publicada en 1924, es una de las obras más reconocidas y, a menudo realizadas en Irlanda; siendo a su vez, la segunda de su conocido “Trilogía Dublín” con los otros 2 títulos:
“The Shadow of a Gunman” (1923), y “The Plough and The Stars” (1926)
Su obra fue catalogada por William Butler Yeats, con las siguientes palabras:
“Es una nueva esperanza, y una vida nueva para el teatro”
Y desde su aparición, “Juno and The Paycock”, quedo insertada en el repertorio del Abbey Theatre.
Su gran éxito, luego de su presentación, se debe en alguna medida, al actor cómico y legendario, Barry Fitzgerald como Captain Jack Boyle.
La acción, transcurre en 1922, luego del Tratado Anglo-Irlandés, y de la conformación de Irlanda como estado libre, bajo el estatus de dominio, cuando un enfrentamiento sangriento era sostenido entre los republicanos extremistas, y partidarios del estado libre.
Su argumento en síntesis, es como sigue:
El espectador, es testigo de las calamidades que sufren los miembros de la familia Boyle; Jack, el padre, es un perezoso y borracho; el hijo; Johnny, es un ser enfermizo y amargado; y Mary, la hija.
El endeudamiento de la familia, se produce por la esperanza en una herencia; que infortunadamente surgen poco tiempo después que los acreedores la reclamen.
Mary, es abandonada por su prometido, y queda embarazada.
Johnny fallece, y Jack continúa en la embriaguez.
Juno, es el personaje que permite que “Juno and The Paycock” sea inolvidable; según su autobiografía, ella es una evocación de la madre de Seán O’Casey; también, contribuye a que esta obra se mantenga en la memoria la señora Moore, cuyos hijos van cayendo paulatinamente, víctimas de los antiterroristas, y su represión, al tiempo que ella sigue prendiéndole la lamparilla a San Antonio.
Así pues, “Juno and The Paycock”, no provoco los alborotos que causo luego…
El surgimiento de sus estrellas, a pesar de que resultaba tan virulenta como “Juno and The Paycock” fue representada muchísimas veces, en los países de habla inglesa.
“Twas a darlin' scramble, cap'n.
A darlin' scramble”
Juno and the Paycock es un drama con toques de comedia, del año 1930, dirigida por Alfred Hitchcock.
Protagonizada por Sidney Morgan, Sara Allgood, John Laurie, Dave Morris, Kathleen O'Regan, Barry Fitzgerald, John Longden, Maire O'Neill, Dennis Wyndham, Edward Chapman, Fred Schwartz, entre otros.
El guión es de Alfred Hitchcock, sobre la obra homónima de Seán O'Casey, estrenada 6 años atrás, en el Abbey Theatre de Dublín, justo al fin de La Guerra Civil Irlandesa, que tuvo lugar entre 1922 y 1923, a causa de la división que provocó en El Sinn Féin, la aceptación del Tratado Anglo-Irlandés, firmado en Londres, el 6 de diciembre de 1921, por medio del cual, se había establecido lo que sería El Estado Libre de Irlanda.
Juno and The Paycock es la 2ª película sonora de Hitchcock, acerca de una familia irlandesa, que recibe una importante herencia, y se ve corrompida por la riqueza; con una trama referida a una supuesta herencia económica, y que denuncia en cierta medida, la opresión histórica que ha ejercido El Reino Unido sobre La Irlanda Católica.
En Juno and The Paycock, aparecen continuas muestras de un exacerbado nacionalismo, comprensible, y entrañable en su contexto; se trata verosímilmente, de un reflejo de la voluntad, por explotar la novedad de la llegada del cine sonoro.
Juno and The Paycock toma lugar en los suburbios de Dublín, durante La Guerra Civil Irlandesa.
El Capitán Boyle (Edward Chapman), vive en un pequeño piso con su mujer, Juno (Sara Allgood), y sus 2 hijos:
Mary (Kathleen O'Regan), y Johnny (John Laurie)
Juno, llama a su marido “Captain Paycock”, porque cree que se parece a un vanidoso pavo real…
Ella trabaja y es la que mantiene el hogar, mientras El Capitán, va del piso al bar...
La hija Mary, tiene un trabajo, pero se declara en huelga por la criminalización de un compañero.
El hijo Johnny, se convierte en un inválido, después de perder un brazo durante la guerra, y se convierte en miembro del IRA.
El excelente escrito de O'Casey, es una delicia, y Hitchcock se dejó llevar por las travesuras del Capitán Boyle, y su compañero de juergas, “Joxer” Daily (Sidney Morgan), un par de borrachines irlandeses, que encajan perfectamente con el arquetipo que todos nosotros podamos tener en mente.
Pero detrás de los gags de Boyle y Joxer, escondiéndose de Juno, tenemos una trama de crítica, y realismo social del Dublín de la época, que poco a poco va ocupando el centro del escenario, hasta revelarse por completo, en un trágico clímax, que sirve de contrapunto irlandés, a la moraleja de la fábula de Esopo, es decir, la enseñanza moral.
“It's miraculous.
Whenever he senses a job in front of him, his legs begin to fail him”
Juno and The Paycock, es un drama típico irlandés, donde no falta el whiskey, la cerveza negra, la pobreza, y el patriotismo irlandés exacerbado; y se erige como una, en teoría, sombría tragicomedia, enclavada en el marco de una familia irlandesa, que vive en pleno periodo de rebelión contra los ingleses.
Juno and The Paycock, se inicia con un plano de grúa, en el que Hitchcock detalla la proclama efectuada ante una multitud, por el entonces joven intérprete, Barry Fitzgerald, como un orador.
Será un vano intento de exteriorización de la misma, ya que la casi totalidad del film, se encierra dentro de las paredes de la envejecida, y casi miserable vivienda de los Boyle, que sobrelleva con enorme sacrificio la matriarca, Juno, sobre cuyo constante trabajo exterior, y en el interior de la vivienda, reside la llevanza de la familia.
La misma, se completará con su esposo, un ya maduro haragán Edward Chapman, siempre metido en aspectos picarescos, que ante la menor mención de la palabra “trabajo”, se pondrá en auténtica retaguardia.
El desgastado matrimonio, contará con 2 hijos:
Uno de ellos será la joven Mary, que ha rechazado la pretensión de matrimonio de un vecino respetable del entorno, y también residirá en la desvencijada vivienda, Johnny, un joven que ha luchado en defensa de los irlandeses, y que ha vuelto mutilado, al perder el brazo izquierdo, sufriendo en su constante estancia en el triste y desvencijado hogar, una serie de constantes y temerosas actitudes, que reflejan algún hecho de su pasado reciente, que prefiere mantener en su memoria.
Cuando la familia se encuentra viviendo la más absoluta miseria, una noticia alterará sus planes, e insuflará un elemento de alegría...
La llegada de un joven y atractivo abogado, Charles Bentham (John Longden), comunicará a la familia, la pronta recepción de una cuantiosa herencia, que oscilaría entre las 1,500 y las 2,000 libras, procedentes de un lejano, y por completo olvidado familiar dublinés.
La inesperada situación, convertirá de facto a los Boyle, en unos nuevos ricos, al tiempo que acercará a Mary, a Charles, hasta que poco a poco, la realidad se imponga de manera tan contundente como decepcionante, dejando desolados a todos sus componentes y, de manera muy especial, al manco y traumatizado Johnny, cuyas visiones que auguraban un final trágico, se harán una triste, pero casi inevitable realidad.
Así, el director, cuando parecía que habían encontrado el camino correcto con la filmación de “Blackmail” (1929), la British International Pictures, le endosó un encargo, que para el director británico, carecía de interés.
Según el propio Hitchcock, Juno and the Paycock, no le llamaba la atención, desde el punto de vista cinematográfico, pero que la historia, si le gustaba.
Y es que la dirección del film, fue muy mecánica, porque no se diferenciaba mucho de la propia obra teatral.
Temáticamente, no hay nada nuevo:
Una demostración del buen teatro, en un turbio periodo de entreguerras, que no podía ofrecer más que el previsible melodrama, del que somos testigos.
Aquel oasis que, por fortuna y azar, se levanta en medio del desierto, y que como es de esperar, termina siendo un espejismo.
Cuando el gran realizador inglés, ya había dado no pocas muestras de su talento en producciones silentes, e incluso, había logrado articular con competencia, la transición del mudo al sonoro, parece que en esta ocasión, al salirse de su ámbito, más o menos ya codificado, se encontró un poco fuera del lugar.
No por ello, vamos a señalar que un cineasta ya delimitado en su ventaja con respecto a cuantos le rodeaban, tenía por fuerza que emerger de un marco genérico, en el que entonces, aún no se encontraba tan caracterizado.
En cualquier caso, hay que reconocer que esta adaptación de la obra teatral de Seán O’Casey, supone uno de los escasos títulos prescindibles, en la magna obra del cineasta británico.
Esa pesadez, el aroma polvoriento que desprende, el seguimiento de una base escénica por completo desfasada, de la que Hitchcock intenta a ráfagas desprenderse, insuflando intermitentes elementos cinematográficos, a una base dramática que se articula torpemente en el terreno de la tragicomedia, no funciona, ni en su vertiente dramática, ni en los elementos de comedia, que en tantas otras ocasiones, el autor aunaba de forma admirable.
Son numerosas las secuencias en Juno and The Paycock, en las que se observa esa ausencia absoluta de ritmo, uniendo a ello, el mal estado de la copia visionada, que amputaba cabezas de algunos de sus intérpretes, entre otros detalles.
Los actores son, en gran parte, los mismos que participaron en la obra teatral, lo que justifica su carácter en escena.
Para su versión, Hitchcock contó con el dúo protagonista de la obra original:
Barry Fitzgerald y Sara Allgood, aunque curiosamente en su debut cinematográfico, Fitzgerald no interpretaría al Capitán Boyle, sino que habría de conformarse con una protagónica secuencia inicial, como orador e inflamador político callejero.
Su papel teatral, sería de todas formas, estupendamente interpretado por Edward Chapman, quien también debutaba en el cine, secundado por un también magnífico Sidney Morgan, veterano de la escena teatral, actor, y director cinematográfico.
Juno and The Paycock gustará más, a los que conozcan un poco de Irlanda, y su historia, porque verán escenas y personajes típicos.
La interpretación de los actores es correcta, por lo que es mejor si la ven en inglés, porque entonces, apreciarán mejor la forma de hablar de las clases bajas dublinesas.
Lo mejor, sin lugar a dudas, son los 10 últimos minutos, de un dramatismo brutal a cargo de Sara Allgood.
No obstante, en Juno and The Paycock, hay casi nada del universo propio del director:
No hay intriga, ni suspense, ni falso culpable con el que identificarse, no hay “macguffin”, ni persecuciones increíbles, tampoco hayamos el famoso juego de las apariencias, no hay rubias gélidas, ni tensión sexual, y tampoco el famoso cameo del cineasta.
Sin embargo, Juno and The Paycock, es un material importante dentro de la filmografía temprana, en el cine sonoro de Alfred Hitchcock.
“Don't be actin' as if you couldn't pull a wing out of a dead bee”
Probablemente, si uno es aficionado al cine, cuando se escucha el nombre de Alfred Hitchcock, le vienen a la mente, un mínimo de 5 películas… o más.
De entre toda la filmografía del gran “Maestro del Suspense”, al menos de la que ha sobrevivido, Juno and The Paycock es, seguramente, la más singular de todas.
No es la única que se aleja de las habituales temáticas del director, pero tanto por su trama, como por su dirección, se desmarca de la proyección y trayectoria a la que hoy en día, todos nos hemos acostumbrado.
Cabe rescatarle que fue una obra teatral de gran éxito, a ambos lados del Atlántico, y había cautivado a Hitchcock, no cabe olvidar que antes que cinéfilo, había sido un gran asiduo del teatro; como a tantos otros espectadores.
Como confesaría muchos años después a Françoise Truffaut, en su famosa entrevista, Hitchcock aceptó a regañadientes, dirigir la adaptación, ya que aunque le encantaba la obra, no veía en ella posibilidades cinematográficas.
Efectivamente, salvo un par de secuencias aisladas en la calle, y en la taberna, Juno and The Paycock destaca por su enorme sobriedad, más tratándose de una cinta del “Maestro del Suspense”

“Maybe I wasn't sorry enough for poor Mrs. Tancred when her son was found as my Johnny's apt to been found now.
But it's well I remember all she said, an' it's my turn to say it now.
What were the pains I suffered, Johnny, bringin' you into the world to carry you to your cradle, to the pains I suffer now bringing you out o' the world to carry you to your grave!
Mother o' God, Mother o' God, have pity on us all!
Blessed Virgin, where were you when me darlin' son was riddled with bullets, when me darlin' son was riddled with bullets?
O sacred Heart o' Jesus, take away our hearts o' stone, and give us hearts o' flesh!
Take away this murderin' hate, an' give us, give us Thine own, Thine own eternal love!”



Comentarios

Entradas populares