The Prince of Egypt

“Yes, Aaron, it's true.
Pharaoh has the power.
He can take away your food, your home, your freedom.
He can take away your sons and daughters.
With one word, Pharaoh can take away your very lives.
But there is one thing he cannot take away from you:
Your faith.
Believe, for we will see God's wonders”

Toda religión, sea la que sea, parte de una mitología.
Puedes creer en esa mitología o no, pensar que fue real, o que no lo fue.
Yo soy de los que no creen en la religión, en ninguna, pero admiro sus cuentos.
Admiro las historias de la mitología griega, me quedo impresionado con el antiguo Egipto, y me gustan algunas historias de la mitología cristiana, o católica, llámese como quiera.
Por ello, la hermenéutica bíblica, es la interpretación de La Biblia, o exégesis bíblica; además de los términos “exégeta” y “hermeneuta”, también se utiliza el término “escriturista”, para denominar al experto en Las Sagradas Escrituras.
El arte de interpretarlas, depende de lo adecuado del método utilizado; especialmente el método gramático-histórico, que tiene en cuenta, tanto la crítica filológica, como el impacto del contexto, sobre el texto.
Hay una etapa en la vida de Moisés, de la que apenas ha quedado rastro:
La infancia y la adolescencia.
Sin embargo, como demuestra el escritor Howard Fast, hay muchos indicios para poder deducir, cómo tuvieron que ser los años de formación de Moisés.
Naturalmente, lo que más interesa a Howard Fast en su libro:
“Moses: Prince Of Egypt” (1958), y es cómo se va creando, y forjando una conciencia crítica, con respecto al poder, tanto en el ámbito político, como en el religioso, en un sentido amplio, en este caso, representado además por su propia familia.
El descubrimiento de sus orígenes, la envidia, y las luchas entre los hijos del faraón, el viaje a las tierras de Kush, en que entra en contacto directo con la violencia que emplean los poderosos con el pueblo, o la amistad con un esclavo, son algunos de los elementos que emplea Fast, para recrear una biografía conmovedora, y trazar al mismo tiempo, una novela de formación.
La vida de Moisés, admite muchas lecturas distintas, todas ellas provechosas:
Con mensaje político, sobre que los judíos son los “buenos”; respetuosamente religiosa, es la historia de una tragedia familiar, de 2 hermanos que terminan enfrentados, y separados irremisiblemente.
Es la historia de un superhéroe nietzscheano, elegido por Dios, para llevar la salvación a los buenos y justos.
Y desde todas estas perspectivas, cumple sobradamente, preferencias ideológicas aparte, claro está.
Al fin y al cabo, los mitos, son narraciones verdaderas de nuestra vida.
Y todo mito tiene una verdad que contar.
“There can be miracles when you believe”
The Prince of Egypt es una película musical de animación, dirigida en 1998, por Brenda Chapman, Simon Wells, y Steve Hickner.
Protagonizada por Val Kilmer, Ralph Fiennes, Michelle Pfeiffer, Sandra Bullock, Jeff Goldblum, Patrick Stewart, Danny Glover, Steve Martin, Martin Short, Helen Mirren, entre otros.
El guión es de Penney Finkelman Cox, Sandra Rabins, y Jeffrey Katzenberg; basados en el Libro del Éxodo, y sigue la vida de Moisés, desde que era un Príncipe de Egipto, hasta su destino final, dirigiendo la salida de los esclavos hebreos de Egipto.
A finales de la década de los 90, del siglo pasado, poco después de que se forjará la unión entre directores, para crear el sello Dreamworks, la idea para The Prince of Egypt, se produjo en la fundación de la misma, cuando los 3 socios:
Steven Spielberg, Jeffrey Katzenberg, y David Geffen, estaban reunidos en el salón de Spielberg; y este le dijo al que es hoy, el actual presidente de la empresa, y ex-ejecutivo de Disney, Jeff Katzenberg, que sería una idea interesante, realizar una historia animada sobre La Biblia, en especial, sobre Los Diez Mandamientos.
Así pues, The Prince of Egypt fue escrito durante todo el proceso de la historia.
A partir de un esquema de partida, los supervisores de la historia, Kelly Asbury y Lorna Cook, dirigieron un equipo de 14 artistas y escritores de “storyboards”, y esbozaron la película completa, secuencia por secuencia.
Debido a que DreamWorks estaba preocupado por la exactitud histórica, y teológica, Jeffrey Katzenberg decidió llamar a estudiosos de La Biblia, teólogos cristianos, judíos, y musulmanes, y líderes árabes de América, para ayudar a que su película, fuera lo más exacta y fiel posible a la historia original.
Después de obtener una vista previa de la película en desarrollo, todos estos dirigentes, señalaron que los ejecutivos del estudio, habían escuchado y respondido a sus ideas, y elogiaron al estudio, que hubiesen tenido en cuenta comentarios de fuentes externas.
Los directores artísticos, Kathy Altieri y Richard Chávez, junto con el diseñador de producción, Darek Gogol, dirigieron a un equipo de 9 artistas de desarrollo visual, en la creación de un estilo visual para la película, que fuese representativo de la época, y el estilo arquitectónico del Antiguo Egipto.
Parte del proceso, incluyó la investigación, y la recopilación de obras de diferentes artistas, así como tomar parte en algunos viajes, como uno de 2 semanas a Egipto, llevado a cabo por los directores, antes de que comenzase la producción de la película.
The Prince of Egypt es la primera película de animación tradicional, producida y distribuida por Dreamworks Animation; que consiguió una recaudación de $218,613.188 en los cines de todo el mundo, siendo la 2ª película de animación tradicional, no distribuida por Disney, en recaudar más de $100,000.000 en los Estados Unidos.
Además, The Prince of Egypt, fue la película animada, no distribuida por Disney, más taquillera hasta el año 2000; y siguió siendo la más taquillera para una película que no fuera de Disney, hasta 2007.
En la realización, intervinieron 350 artistas de 35 países diferentes, que trabajaron durante 4 años, para poder acabar la película.
The Prince of Egypt estuvo nominada al Oscar a la mejor banda sonora original, y ganó el premio de Mejor Canción por:
“When You Believe”
Además, es la película de DreamWorks Animation, animada enteramente de manera tradicional, en ganar un Oscar, y una de las 4 películas de DreamWorks Animation, en ser nominada a más de un Oscar.
The Prince of Egypt, sigue al Príncipe Moses (Val Kilmer/Amick Byram), cuando descubre que en realidad es hebreo, y decide cambiar su vida en El Palacio Real, por la de su pueblo.
Cuando Dios (Val Kilmer), le pide que libere a los hebreos esclavizados por el pueblo egipcio, Moses deberá enfrentarse al que consideró durante muchos años su hermano:
El ahora faraón, Rameses II (Ralph Fiennes)
El tema principal de The Prince of Egypt, es la dignidad que otorga la libertad e independencia de un pueblo sufrido y agobiado por la ambición desmedida.
La historia de un hombre que descubre quién es en realidad, que renace, y ha de desvincularse de su pasado, enfrentándose a lo que más ama, y rompiendo el corazón a quien más quiere, en aras de un pueblo que ha sido torturado durante siglos.
¿Puede haber tarea más dura?
El temor, la esperanza, la pérdida, los conflictos fraternales, el amor, la responsabilidad, el sacrificio, la religiosidad, la injusticia...
No, definitivamente, The Prince of Egypt no es apta para niños.
“Last night, the gods granted me a vision.
I'm not merely going to restore this temple; I will make it more grand, more splendid than any other monument in upper or lower Egypt...”
The Prince of Egypt, es una cinta con una animación particular, donde las características físicas, no resultaban tan cómicas a como estábamos acostumbrados, léase Disney.
Se nota el respeto hacia el origen y la raza hebrea, dándole de ésta forma, unos perfiles muy pronunciados en los rostros, y una mezcla de colores con tonalidades ocres, jugando con sus tonos reales, y el color de la arena del desierto.
Estos aspectos, muestran un respeto a la obra original muy acertado, que consiguió que The Prince of Egypt, aun siendo “para toda la familia”, se decantase más por los mayores.
La historia se desarrolla de forma lineal, es decir, desde un principio hasta el final, sin hacer apenas saltos temporales, ni adelante ni atrás; además, los recuerdos son narrados, o cantados por alguno de los personajes, por lo que la línea temporal no se ve interrumpida.
Además, el punto de vista de los espectadores, es principalmente el de Moisés, en casi todo momento.
La historia de Moisés, se desarrolla en El Antiguo Egipto, en The Prince of Egypt, la época que correspondería con los reinados de los faraones Seti I (Patrick Stewart) y su hijo, Rameses II.
Al principio, la acción se desarrolla en las obras de construcción de templos y monumentos de diverso tipo, tomando una vista panorámica de la vida de los hebreos en el Egipto de la época.
Inmediatamente, se llega a la zona de callejuelas y casuchas de los hebreos, desde donde sale la madre de Moses, para dejarle en El Nilo.
A lo largo del Nilo, se desvelan los habitantes animales de las aguas, los barcos de pesca y navíos de otras clases, como barcas de recreo, pasado finalmente a un recodo, que entra en El Palacio, donde crecerá Moses.
Cuando Moses es un joven Príncipe, se aprecian distintas construcciones de la ciudad, las mismas que aparecen al principio, aunque en un estado más avanzado, y se ven diversas salas de palacio, una de las cuales, será fundamental en distintos momentos del filme, sala donde los hermanos se cuentan sus problemas.
Más adelante, se verán parte del desierto, y un oasis, en el que vive el pueblo de Tzipporah (Michelle Pfeiffer), la futura mujer de Moses.
En esta parte, también se mostrará el lugar en el que Moses ve la zarza ardiendo, y sentirá la presencia de Dios.
Cuando Moses regresa a Egipto, nuevamente aparecerán la capital con la diferenciación entre la zona hebrea y la egipcia, así como algunas salas del Palacio, mostradas en la primera parte.
Ya en el final, nos encontraremos con El Mar Rojo, el cual se abrirá en 2, para permitir el paso de los hebreos al otro lado, y que de esta manera, escapen del faraón.
Esta partición, nos permitirá apreciar algunos ejemplares de la fauna submarina, retratados bellamente.
La descripción breve de estos escenarios, tiene el propósito de mostrar las contraposiciones entre los 2 estilos de vida:
El de los “egipcios/nobles/sacerdotes/ciudadanos”, frente al de los “hebreos/esclavos”, sobre todo, para hacer más presente al espectador, la escisión social que existía, y poner de relieve las condiciones precarias de estos últimos.
Los diseñadores de personajes, Carter Goodrich, Carlos Grangel, y Nicolas Marlet, trabajaron estableciendo la apariencia, y el diseño general de los personajes:
Moses:
Es un joven Príncipe de Egipto, arrogante y problemático, pero que siempre acaba tomando la responsabilidad de sus actos.
Cuando descubre que en verdad es hijo de una hebrea, cambia la forma de ver su vida, y escapa al desierto, contraria la tradición literal de La Biblia.
Y consigue recuperarse de su crisis de identidad, y se convierte en un hombre de confianza, que muestra una gran amabilidad, y compasión por los otros.
Cuando Dios le indica todos los males que caerán sobre los egipcios, Moses siente tanto dolor, como el que sintió al saberse hebreo, y ver los males que su pueblo sufría.
Aunque sigue las directrices divinas, su crianza egipcia le ha marcado, y siempre siente la duda, de por qué las cosas deben hacerse de manera tan dolorosa.
Por lo que intenta hacer entrar en razón a Rameses, a quien sigue considerando su hermano, porque no desea que nadie sufra daños, ni egipcios, ni hebreos.
Rameses:
Es el hijo de Seti I, y considera a Moses su hermano, pues siempre le sigue en sus locuras, aunque acabe llevándose él, todas las reprimendas.
Ser el heredero del trono de Egipto, conlleva unas grandes responsabilidades y, aunque se esfuerza por aprender, y actuar del modo correcto, parece que nunca consigue agradar a los demás, en ese sentido.
No le guardará rencor a Moses, por su brusca huida, pero sí actuará duramente contra el pueblo hebreo, pues tiene muy inculcado que él es “el eslabón débil de la cadena”, y no quiere que eso suceda bajo ningún concepto.
Su mayor deseo, es agradar a su padre, y al resto de dioses, y hará cuanto sea necesario para conseguirlo.
La madre de Rameses, Tuya (Helen Mirren):
Esta mujer resulta especialmente relevante al principio de la trama, después no vuelve a aparecer.
Curiosamente, fue dibujada en forma de cobra…
Salva a Moses, a pesar de saber que es hebreo, y consigue criar tanto a Rameses como a Moses, como hermanos, y les muestra cariño, respeto, y confianza.
Moses, se guiará por su criterio, ya que le transmite a su hijo, calma y sabiduría a la hora de tomar las decisiones, aunque principalmente se basa en los deseos de los dioses.
Tzipporah:
Es la esclava capturada para Rameses, contrario al mito bíblico; que éste le entregó a Moses, al ver su rebeldía, y que consigue escapar de Egipto con cierta ayuda por parte del propio Moses.
Aunque al principio se lleven bastante mal, finalmente ella será su gran apoyo, y confiará en él, a pesar de las dudas que tiene, respecto a la tarea que le ha encomendado Dios.
Miriam (Sandra Bullock/Sally Dworsky/Eden Riegel):
Es la hermana de Moses, quien cree fervientemente, en que él les liberará de la esclavitud, y será su escudo, frente a los hebreos que dudan de la palabra de Moses.
Ella dará pie, a que Moses descubra la verdad de su nacimiento.
En general, los personajes femeninos, tienen bastante qué decir, y son muy influyentes en el giro de los acontecimientos, aunque el protagonista sea Moses.
Hay 1,192 escenas en The Prince of Egypt, y 1,180 de ellas, tienen efectos especiales.
Estos efectos, fueron elementos ambientales, como viento, polvo, o lluvia.
También, se diseñaron efectos en términos de iluminación, y cómo ésta proyecta las sombras en la escena.
Estos efectos, ayudaron a los animadores, a ilustrar escenas como “Las 10 Plagas” y la separación de las aguas del Mar Rojo.
Aunque los diseños de los personajes, y el filme en general, se sitúan en gráficos 2D, las imágenes de los paisajes de fondo, tanto naturales, como El Mar Rojo, El Nilo, las nubes... como construcciones humanas, templos, estatuas... se han diseñado en 3D.
Aunque pueda parecer extraño, están tan bien conectados ambos tipos de gráficos para la época en la que se hizo The Prince of Egypt, que no se nota apenas la diferencia, ayudando las imágenes 3D, a aumentar la profundidad de las escenas.
En general, los colores son muy vivos y brillantes, y las escenas nocturnas, también consiguen brillar, adaptándose las saturaciones más oscuras al ambiente nocturno, y apreciándose los movimientos de las sombras, originadas por focos de luz, como antorchas, luz de luna, estratégicos.
Sin embargo, para los más eruditos y estudiosos, y todos aquellos que se han leído La Biblia, encontrarán algunos errores, o incongruencias que omiten, o simplemente alteran, sobre El Antiguo Testamento.
Iniciando en que la producción, The Prince of Egypt, se prohibió en 2 países, donde la población es predominantemente musulmana:
Las Maldivas, y Malasia, con el argumento de que la representación en los medios de profetas islámicos, entre los que se cuenta Moisés, está prohibida en el Islam.
El Consejo Supremo de Asuntos Islámicos en Las Maldivas afirmó:
“Todos los profetas, y mensajeros de Dios, son venerados en el Islam, y por tanto, no puede ser retratado”
A raíz de esta sentencia, La Junta de Censura, prohibió The Prince of Egypt en enero de 1999… en el mismo mes, La Junta de Censura Cinematográfica en Malasia, la prohibió también, pero no proporcionó una explicación específica.
El Secretario del Consejo, dijo que el organismo censor, dictaminó que The Prince of Egypt era “insensible por razones religiosas y morales”
Y es que The Prince of Egypt tiene diferencias sustanciales con El Éxodo Bíblico:
La historia de The Prince of Egypt, se centra más en el amor fraternal entre Moisés, y “su hermano” Ramsés, y de cómo se van distanciándose, hasta llegar a odiarse.
En La Biblia, ni siquiera se menciona que Moisés haya sido el hermano adoptivo de Ramsés…
Por otra parte, en La Biblia no se menciona el nombre verdadero del faraón, por lo que no se sabe a ciencia cierta, si el faraón de los tiempos de Moisés, se llamaba realmente Ramsés.
En La Biblia, aparece mencionado simplemente como “El Faraón”
Aarón, no aparece como el ayudante de Moisés para liberar a su pueblo, sino como un hombre con muy poca fe, y un esclavo más.
La forma en que se abrió El Mar Rojo, es distinta a como dice en La Biblia:
“Moisés extendió sus manos, y se abrieron las aguas”
Aquí, golpea el agua con la punta de su vara con toda su fuerza, y se van abriendo alrededor de él; esto se hizo para causar más impacto dramático a la escena…
Moisés, tenía más edad de la que aparentaba en The Prince of Egypt.
No se sabe el destino de Jocabed, madre de Moisés, luego de que abandona a su hijo en el río Nilo.
En The Prince of Egypt, podría creerse que fue capturada, y asesinada por los egipcios, mientras que sus 2 hijos, Miriam y Aarón, escaparon.
Sin embargo, en La Biblia, Jocabed ocupó un trabajo de nodriza, para cuidar del nuevo hijo adoptivo de La Reina de Egipto.
De cierta forma, Jocabed continuaría siendo madre de Moisés, y jamás se le ocultaría la verdad de su pasado, a diferencia de The Prince of Egypt.
En The Prince of Egypt, Moisés regresa con Séfora, cuando realmente lo hacía con Aarón, quien llevaba otra vara, para demostrar su poder.
De la misma forma, en la conversación con Dios ante la zarza ardiente, se muestra a un Dios cambiante, capaz de gritar, asustando al más débil, como lo sería por entonces Moisés, para luego hablarle como un bebé, y calmarlo.
Éste hecho es probablemente, el más peliagudo, pues de seguro que su intervención, no sería así, ya que su firmeza al hablar, y su simple “presencia”, sería suficiente para convencer a un hombre, que como bien decía La Biblia, “no era muy sabio en las palabras”
La “personalidad” de Dios, tan agresivo y dulce al mismo tiempo, es incongruente.
Lo que no me parece correcto, es que el público infantil vea que, para que Moisés consiga su objetivo, el Dios hebreo desate su furia contra el pueblo egipcio, provocando muertes, incluida la del hijo de Ramsés.
¿Dónde está Josué, en The Prince of Egypt?
Los episodios más crudos del Éxodo, no fueron limados para nada, como lo sucedido antes que bajase con La Tablas de La Ley, quizás un poco lo de las plagas.
Aunque quizás, eso no sea tan meritorio, si se considera que la crueldad era contra los enemigos de los sionistas, lo que le da a Moisés, un poco de “legitimidad mercenaria”
Eso sí, el desarrollo de los personajes, es soberbio.
Moisés hace lo que hace en nombre de Dios, pero es capaz de alegrarse, y sentir afecto por Ramsés, incluso en lo más duro del enfrentamiento, y no se alegra de que su victoria final, signifique el fin de su enemigo.
Al mismo tiempo, Ramsés es presentado como un personaje, en esencia bondadoso, arrastrado casi a su pesar, por las preocupaciones del trono que debe defender, y que trata sinceramente de entender, por qué Moisés se ha puesto en su contra, y de ganárselo de nuevo, a lo que cree es la “causa justa”
Es decir, se trata de seres humanos, “de carne y hueso”, con dudas y vacilaciones, y no de colosos semi divinos, guiados desde lo alto, como marionetas.
De todos modos, como una advertencia para todos estos cambios, tan significativos en la historia bíblica, ya se advierte al principio, en un rótulo:
“La película que está a punto ver, es una adaptación de la historia del Éxodo.
Si bien se ha tomado la licencia artística, e histórica, creemos que esta película es fiel a la esencia de los valores, y la integridad de una historia que es una piedra angular de la fe de millones de personas en todo el mundo.
La historia bíblica de Moisés, se puede encontrar en El Libro del Éxodo”
Con estas palabras, estamos avisados de los ligeros cambios, con tal de guardar la base principal de la historia.
Y existen escenas muy buenas, algunas magníficas, que se apartan de la tónica general; secuencias brillantes, como:
La carrera de carros, entre Moisés y Ramsés, excelente y llena de emoción; o la apertura de las aguas del Mar Rojo.
Secuencias como aquéllas que envuelven a los esclavos, a los cuáles se les ve sufrir bajo los látigos de los que los retienen; el sueño de Moisés, envuelto en dibujos egipcios, y de una gran riqueza visual; la zarza ardiente; el encuentro final, entre Moisés y Ramsés, justo cuando aparece el hijo del segundo, que detiene su cuerpo frente a un mural que representará su muerte; la tenebrosa maldición que hará que Ramsés deje partir a los hebreos, representada por una noche terrorífica, y una niebla blanca, acompañada por unos efectos sonoros de chillidos, que hacen que sea innecesaria la música, para adornar tales hechos; o las ballenas en el paso por El Mar Rojo...
No obstante, The Prince of Egypt, es una clara muestra del peor defecto que yo siempre les he visto a las películas de animación.
No tengo nada en contra de los musicales, pero no termino de comprender, qué razón hay, para que en la gran mayoría de las películas de animación, sea cual sea su argumento, tengan que meter una canción, cada 10 minutos, o así, interrumpiendo continuamente el ritmo narrativo.
En el momento en que la historia empieza a arrancar, cuando menos te lo esperas, una canción.
Termina la canción, unos pocos diálogos, avanza un poquito la trama, y de repente, sin venir a cuento, otra canción.
Y así continuamente, a lo largo de todo el metraje.
Pues bien, exactamente, esto mismo es lo que sucede también aquí; una lástima.
Era una gran oportunidad, para que Hollywood demostrara, que se puede hacer animación, totalmente adulta y seria, incluso para todos los públicos, sin necesidad de edulcorarla con canciones.
Esto es algo que los japoneses llevan haciendo mucho tiempo, y les ha salido muy bien.
Por último, Hans Zimmer compuso la banda sonora, y Stephen Schwartz escribió las canciones.
El reparto de voces, incluyó una serie de importantes actores de Hollywood, en los papeles hablados, mientras que cantantes profesionales, los sustituyeron en las canciones.
Las excepciones fueron:
Michelle Pfeiffer, Ralph Fiennes, Ofra Haza, Steve Martin, y Martin Short, quienes cantaron sus propias partes.
“When You Believe”, en la versión pop, fue interpretada por Whitney Houston y Mariah Carey; canción, coescrita por Stephen Schwartz y Hans Zimmer, con producción adicional, por parte de Babyface.
“One damaged temple does not destroy centuries of tradition”
Habré escuchado, leído, y presenciado el relato de Moisés, decenas de veces.
En La Biblia, en adaptaciones literarias infantiles, en la iglesia, cuando iba regularmente, como todos los niños que se preparan para La Catequesis, antes de mi convencimiento de que todo, incluso el concepto de divinidad, es relativo.
Por supuesto, también en la televisión, en películas, sobre todo de Semana Santa, o en dibujos animados.
La historia de, cómo los judíos oprimidos, fueron liberados de la tiranía de Egipto, es como otras tantas narraciones épicas, de las que pueden hechizar, o al menos entretener, y alimentar la imaginación.
Porque para los lectores agnósticos, o ateos de hoy, entre los que me incluyo, los episodios bíblicos, no tienen por qué dejar de ser como “leyendas” o “cuentos muy antiguos”, con el encanto de su milenaria tradición, y del convencimiento de que tienen una base “cierta”, distorsionada como siempre, por la fantasía humana, pero con fuentes que fueron reales.
Como el faraón Ramsés, por ejemplo, la cultura egipcia, y el antisemitismo que comenzó, supongo, casi desde que la cultura hebraica vio la luz, hace numerosos siglos.
Con todo, The Prince of Egypt era una prueba de fuego para, la por entonces, novel división de animación de Dreamworks, el monstruo corporativo creado por Steven Spielberg, Jeffrey Katzenberg, y David Geffen.
Y la pasó con creces, haciendo una película que, siendo para público infantil, tenía un planteamiento bastante adulto.
Así las cosas, en The Prince of Egypt, Spielberg, o mejor dicho, sus marionetas en la dirección, homenajean abiertamente, a 2 grandes amores suyos:
El pueblo judío, por una parte, al que ya había dedicado “Schindler’s List” (1993), y el cine épico antiguo, en particular “The Ten Commandments” (1956), de Cecil B. DeMille, algunas de cuyas soluciones iconográficas, y argumentales, están copiadas de manera, prácticamente literal.
Por si fuera poco, su mensaje agresivamente sionista, fue un adelantado a los tiempos de “La Guerra contra El Terrorismo”, organizada por el imbécil de George W. Bush.
Entonces:
¿Cuál es el mensaje de The Prince of Egypt?
Que los sueños pueden alcanzarse, y que la libertad está al alcance del que lucha por ella.

“Look at your people, Moses.
They are free”



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