A Monster Calls

“Stories are wild creatures”

Hay temas difíciles de hablar con los más pequeños.
Uno de ellos es la muerte, una finitud que parece tan lejana, desconocida y cruel para los niños.
Patrick Ness, es un escritor, periodista y conferenciante estadounidense, que se trasladó a Londres a los 28 años, y se le conoce por sus libros para jóvenes.
“A Monster Calls” tuvo su origen en Siobhan Dowd, otra escritora que trabajaba con el mismo editor de Walker Books, Denise Johnstone-Burt; quien a pesar de tener los personajes, una premisa y un comienzo, no pudo terminar la obra debido a su prematura muerte, a causa del cáncer, en 2007.
Ella supo ver, que estábamos hechos de historias, más en los entornos sociales con dificultades económicas, en los que la cultura termina por no ser un bien, sino un lujo.
Los jóvenes que sufrían pobreza o falta de recursos, necesitaban más que nadie, que les contara un cuento sin moraleja.
Después, Denise Johnstone-Burt acordó por separado con Ness, la escritura del libro, y con Jim Kay, la ilustración del mismo; y ambos hicieron su parte, sin llegar a conocerse.
A Monster Calls, se publicó en 2011, siendo una novela para niños, del género conocido como “low fantasy”
Ambientada en la Inglaterra actual, de 2015; está protagonizada por un muchacho que lucha por soportar las consecuencias del cáncer terminal de su madre; y que es repetidamente visitado en medio de la noche, por un monstruo que le va contando historias...
Jim Kay, imagino la historia, como una película o una pieza de teatro, y empiezo construir el atrezo, y poniendo el decorado alrededor de los personajes.
“Lo que tienen las buenas ideas, es que generan otras ideas.
Casi antes de que pudiera evitarlo, las ideas de Siobhan me sugirieron otras, y empecé a sentir ese deseo que todo escritor ansía:
El deseo de juntar palabras, el deseo de contar una historia”, escribe Ness.
A Monster Calls es una historia tan rica, con tantos matices, así como tan dura, devastadora, y a la par, aleccionadora.
Este autor apuesta por la metáfora constantemente, pues habla de todo de una forma sutil, de manera que tenemos que prestar mucha atención, para desentrañar el mensaje que hay detrás
La historia comienza con Conor O'Malley, de 13 años, despertando de la misma pesadilla que ha estado experimentando en los últimos meses:
“Una con oscuridad, viento y gritos”, 7 minutos después de la medianoche; una voz lo llama desde el exterior de la ventana de su dormitorio, desde la cual se puede ver una iglesia vieja, con su cementerio protegido por un Tejo.
Al acercarse a la ventana, Conor conoce al monstruo, una mole enorme de ramas y hojas con forma humana.
El monstruo insiste, en que Conor le convocó, y ayudará a este último, contándole 3 cuentos.
A cambio, Conor tiene que contarle su propia historia después.
El monstruo continúa visitando a Conor, casi siempre a las 12:07am, para contarle sus historias, las cuales apuntan a demostrar las complicaciones inherentes a los humanos.
Y se revela que la madre de Conor, está siendo tratada con quimioterapia, y que viene siendo afligida por un cáncer en los últimos meses.
El padre de Conor, no está nunca para consolarlo, y el mantener una relación fría con su abuela, tampoco le proporciona ningún alivio.
Para peor, Conor es víctima de acoso escolar, y se ha distanciado de todo contacto social.
A medida que la historia avanza, la condición de su madre empeora…
Los encuentros de Conor con el monstruo, tienen consecuencias crecientes:
Mientras la primera historia no tiene impacto real en la vida de Conor; la segunda historia lo lleva a ser culpado por la destrucción del salón de su abuela a manos del monstruo; y la tercera resulta en agredir físicamente a Harry, el matón escolar, después de ser brevemente poseído por el monstruo.
Cuando es forzado a revelar su pesadilla al monstruo, Conor empieza a afrontar sus sentimientos.
Finalmente, el monstruo le consuela, revelando que su propósito era curarle.
Patrick Ness, utiliza con habilidad su argumento, con muchos elementos ocultos en la mente de un niño, y puede justificar muchas de las conductas adoptadas en una situación de crisis.
Así, que A Monster Calls toma estos elementos, y los transforma en pequeñas historias de supervivencia, lucha, conquista, y especialmente, en cómo hacer caer las barreras psicológicas que el mundo muestra “más o menos” tal como son.
“Life is always in the eyes.
There's our monster!”
A Monster Calls es una película de fantasía, del año 2016, dirigida por de Juan Antonio Bayona.
Protagonizada por Lewis MacDougall, Sigourney Weaver, Felicity Jones, Liam Neeson, Toby Kebbell, Geraldine Chaplin, Tom Holland, James Melville, Garry Marriott, Joe Curtis, Kai Arnthal, Max Gabbay, entre otros.
El guión es de Patrick Ness, basado en su novela homónima, del año 2011; siendo una historia de fantasía, sobre la difícil transición psicológica de un niño hacia la madurez, a través del dolor.
A Monster Calls, es la película con más nominaciones de La XXXI Edición de Los Premios Goya, en 12 categorías; y llama poderosamente la atención, el uso de la metáfora y la alegoría, que usó el autor, para mostrar las experiencias de un niño durante la muerte de su madre:
Un monstruo, la realidad, será la compañía, como alter ego del protagonista, para ir superando los obstáculos que se le presentan.
En palabras del director:
“Conor es un niño que busca su espacio en un mundo de adultos y, al encontrarlo, se encuentra también con su madre, con el origen de los cuentos, y con el monstruo…
Eso es lo que somos todos:
Un compendio de nuestros padres, nuestras historias, y nuestros monstruos.
Como se dice en un momento de la película:
“Las historias son criaturas salvajes”
Y es que el mundo en el que vivimos, está tocado; cada vez importa menos la verdad, y más las apariencias.
Las historias, deberían comunicar esa verdad, y A Monster Calls es un homenaje a los narradores, a los creadores, a los artistas en general, porque lo que hacen es importante:
“Nos recuerdan continuamente, que el arte puede ayudar a curar, e incluso, a veces, a vencer a la muerte”, dijo el director.
Con este nuevo trabajo, Bayona cierra su trilogía sobre las relaciones materno-filiales, que inició con “El Orfanato” (2007), y continuó con “Lo Imposible” (2012)
Pero también regresa a sus tópicos:
La soledad, el sufrimiento, las relaciones madre/hijo, la importancia de la fantasía, el dibujo como catarsis y testimonio; gigantes, monstruos, niños, ventanas, etc.
Con un presupuesto de $43 millones, A Monster Calls ha recaudado apenas $39.7 millones; el rodaje tuvo lugar en España e Inglaterra.
La acción se centra en Conor O'Malley (Lewis MacDougall), un joven de 12 años que, tras la separación de sus padres, se convierte en el hombre de la casa, y el encargado de llevar las riendas del hogar.
Con su joven madre, Lizzie Clayton (Felicity Jones), enferma de cáncer; el pequeño intentará superar todos sus miedos y fobias, con la ayuda de un monstruo (Liam Neeson/Tom Holland)
Así, las fantasías, los cuentos de hadas e las historias imaginarias del pequeño, se verán las caras no solo con la realidad, sino con su fría y calculadora abuela (Sigourney Weaver)
A Monster Calls muestra con bellos encuadres y puesta en escena, que la magia y dulzor de la vida no está exenta de sufrimiento, y que entre cada alegría, hay una pena superada, y un camino recorrido.
El mensaje llega, con todo la fuerza de las emociones más humanas.
“I know everything about you, the truth that you hide, the truth you dream”
El director barcelonés, Juan Antonio Bayona, es uno de esos escasos directores españoles, que han logrado un gran éxito comercial, y ha entrado a bregar en el mercado internacional.
La infancia y sus claroscuros, más bien oscuros que claros, son el tema subterráneo que aporta unidad a toda su filmografía.
Y A Monster Calls es su 3ª película; y 3ª ocasión en la que su historia crea un conflicto con un fuerte vínculo familiar, en esta ocasión, fusionando el drama psicológico con el misterio sobrenatural, y el realismo mágico.
Es un cuento, y unos cuentos dentro de un cuento, sobre las tinieblas que envuelven nuestras vidas.
Un viaje emocional, donde el drama funciona desde la distancia con el mundo adulto.
Juan Antonio Bayona, al igual que en sus películas anteriores, presenta la perspectiva de un niño, tratando desesperadamente de comprender cómo se sobrevive, o cómo este crea su propio mundo, para reducir la sensibilidad emocional que le falta para sobrellevar lo que es inevitable.
El director, también recupera su tradición de poner un personaje joven en el centro de toda una trama.
La parte fantástica, en realidad representa una alegoría sobre los sentimientos contradictorios del muchacho, y cómo en su mente, se perfilan las justificaciones y los temores que lo asaltan.
Esa, desde luego, es una forma de interpretar la situación.
También podría verse como una verdadera fantasía, con el monstruo apareciéndose para ayudar; y siendo realmente el espíritu del abuelo muerto...
O también, un ser sobrenatural, pero forjado por los sentimientos del muchacho, en una especie de manifestación física, de sensaciones anímicas.
Pero ante todo, es un viaje de autodescubrimiento, pues nos habla de las facetas que se viven en el duelo, ese momento donde comprendemos el valor de la vida y la inmensidad del dolor ante la pérdida de una persona amada.
Porque somos seres inherentemente sociales, construyendo nuestras convicciones y nuestra mirada sobre el mundo, a través de las conexiones que establecemos con otros.
Así Conor goza del dibujo, porque su madre se lo enseñó desde pequeño.
El arte, es su método de escape de una realidad que parece aplastarlo.
Pero también, Conor sufre de bullying en el colegio; y el cáncer que consume al único pilar de su hogar, su madre.
Con solo 12 años, la vida parece dura e injusta.
Conor tiene terror de ser invisible, y quedarse solo en su pelea diaria.
Fuertes sentimientos y sensaciones crecen en su interior, ahogándolo, creando así un monstruo gigante, que parece ser el único capaz de comprenderlo, y darle un respiro:
A través de pequeños relatos, el enorme árbol le enseñará el camino al niño hacia la comprensión del dolor, y de la esencia misma que compone al ser humano, donde nada es tan blanco o negro como parece.
Conor, no comprende el solitario destino de los monstruos en las películas...
¿Por qué la gente ataca a King Kong, si no ha hecho nada?
¿Solo porque es diferente?
El niño se acerca así, a cuentos de príncipes y curanderos, donde a veces, lo moralmente incorrecto, es necesario para hacer el bien.
En la vida, no hay villanos sin matices, y verdades absolutas.
Todo está en constante transformación, y la realidad y sus reglas, se configuran a través del punto de vista por donde se mire.
En definitiva, una profunda y emotiva historia, donde es imposible no sumergirse y sentirse identificado.
El joven Conor tiene 2 dilemas importantes:
El primero, con su situación interna, donde él se hace cargo de su madre, víctima del cáncer, sin una figura paterna presente, y con una abuela, con la cual no mantiene una relación cercana.
Incapaz de aceptar que su madre está enferma, Conor le resta importancia al caso, por el que espera alguna milagrosa mejoría.
El segundo dilema, también relacionado con el tema de “aceptación”, tiene que ver con su situación escolar, y el acoso del cual es víctima, y lo sufre en silencio, permaneciendo en un anonimato social que perpetúa su condición.
Por un lado, Conor se siente incapaz de hablar sobre lo que le preocupa, ya que vive en una inestabilidad emocional que le impide tener un crecimiento libre y saludable.
Es entonces que, inconscientemente, él encuentra refugio en el relato imaginario de un monstruo que vive en la parte trasera de su casa, debajo de un enorme árbol.
Para él, el monstruo que lo visita, podría representar el miedo a lo desconocido, o una clara representación de sus temores.
El monstruo es un elemento que solo él puede ver y escuchar, lo que Conor no sabe, es que este monstruo viene con una misión muy específica.
El “monstruo”, tiene 3 historias que contar, 3 cortas historias de supervivencia y aprendizaje, pero que no son tan simples como parecen, estas llevan todo un conjunto de enseñanzas que están destinadas a “ayudar a crecer” a este niño que ya ha asumido un rol de adulto por la fuerza, y las condiciones en las que vive.
La narrativa, como el uso de las historias, y cómo son mostradas, hace de la propuesta algo original; muy a pesar que posee referencias a Shakespeare, Dickens, Tolkien, y a toda la batería de cuentos clásicos de Los Hermanos Grimm, Lewis Carroll y Charles Perrault, entre otros; pero atemperando excesos y consiguiendo transmitir con tensión las emociones de una trama sobre la necesidad de aceptar la verdad, el transcurso inexorable del tiempo, continua simbología con reloj de pulsera, un carrillón, despertadores digitales… la virtud de mantener principios, o el tránsito a la madurez a través de la tragedia, con pérdida de inocencia.
El uso de las diferentes técnicas de animación, elevan la obra, y logra mostrar el viaje emocional que todos hemos pasado, pasamos, y pasaremos.
Bayona, recibe un apoyo incondicional de su equipo técnico más cercano:
Oscar Faura, hace un muy buen trabajo de fotografía, teniendo su punto más alto en las secuencias nocturnas, con un adecuado manejo de las sombras.
Los efectos especiales visuales y sonoros, son de buena calidad, aunque el monstruo mantenga algunos elementos de apariencia a Groot o Los Ents, y otros similares.
“Me gusta pensar, que las raíces y las ramas forman los tendones y los músculos, y que las hojas son la carne.
Pero además, hay trozos de barro y fragmentos de roca que quedan atrapados dentro del monstruo, y que dan forma a partes de su cuerpo, como un tobillo o un talón.
Las raíces de los tejos, son impresionantes”, explica Kay, sobre la revisión de los diseños.
El movimiento del monstruo, lo puso el actor Liam Neeson, quien describe a ese monstruo, como un ser enorme:
“Mide 30 metros de alto, y está hecho de tierra y árboles milenarios.
Tiene por alma al tejo.
Es como El Merlín de Las Leyendas Artúricas.
Es la fuerza elemental de la tierra, del universo...
Es el viento y el mar.
Es todos los animales, todos los instintos, todas las emociones que hemos sentido como seres humanos.
Eso es el monstruo”, relata el actor.
Del reparto, todos están muy correctos:
Sigourney Weaver nunca defrauda, aquí como una abuela que poco comprende el mundo de su nieto, aunque a ambos los une la misma ira e impotencia ante la muerte.
Mientras le estoy empezando a tomar cariño a la carrera de Felicity Jones, muy emotiva y entregada.
Jones está soberbia de principio a fin, sosteniendo los momentos más emotivos del film, y logrando resaltar la actuación del joven protagonista, quien evoluciona los matices de su personaje, al mismo tiempo que lo hace la historia.
La voz de Liam Neeson, como la de Morgan Freeman, siempre profunda y conmovedora, llena de fuerza y sabiduría, da vida al monstruo.
Toby Kebbell, sorprende en un papel muy dramático, que le va bien.
Conor, vive un oasis a su desolación con la visita de su padre.
Sin embargo, él ya formó otra familia, y el niño no pertenece a ese hogar, que hasta se consolidó en otro país.
A padre e hijo, los separa una frontera emocional y territorial, pero tienen momentos de conexión, como cuando el niño pregunta por la razón de la separación con su madre…
Él le responde que “siempre la amará, pero que el amor no es suficiente, que así es la vida”
Con esa tremenda declaración, A Monster Calls se convierte en una fábula desgarradora, que destruye al espectador pero, por sobre todo, invita a la reconstrucción.
Geraldine Chaplin, actriz fetiche de Bayona, tiene un papel pequeño, más como cameo; y la revelación de A Monster Calls:
Lewis MacDougall, el corazón que bombea toda la película.
Como siempre, los niños nunca decepcionan.
Y claro está, el monstruo.
Él es una bella metáfora sobre el torbellino de emociones y vivencias que nos componen como seres humanos.
La relación entre Conor y él, tiene mucha química.
El monstruo en sí representa muchas dualidades:
Como monstruo, es el inconsciente y la verdad; como árbol, vida y muerte…
Creo que lo más interesante de A Monster Calls, son las 3 historias que el monstruo le relata al protagonista, que involucran dilemas éticos complejos, y que ilustran la complejidad de la vida y los seres humanos, que no puede ser reducida a la dicotomía maldad/bondad, justicia/injusticia.
El arbóreo monstruo, aporta otro interesante uso para el relato mágico:
La aceptación de la ambigüedad, y la paradoja en un universo donde quizá las brujas no sean exactamente asesinas, los príncipes justos carguen con considerables mochilas de culpa, y los hechiceros hostiles tengan una cierta pureza en su interior.
En una lectura más profunda, A Monster Calls trata de cómo los seres humanos, intentamos rebelarnos contra la enfermedad y la muerte, y como transitamos por las distintas fases del duelo, hasta aceptar la futilidad de nuestros esfuerzos para doblar la mano al destino.
En el fondo, con esta película, Bayona se está psicoanalizando con la misma inclemencia con que, al final, se psicoanaliza su protagonista infantil, abrazando una oscuridad que no siempre está ahí afuera, sino, por regla general, aquí adentro, como bien sabían Jung y su sombra.
Amén de lo conseguida que está la reconstrucción del monstruo, son sus fases animadas, donde A Monster Calls se alza como algo más que una mera adaptación.
Cada una de las historias que el árbol que camina le descubre al niño, la película deja atrás la acción real, para ofrecer escenas animadas de una belleza y una oscuridad visual apabullante.
No en vano, se inspiran en el trabajo de Edmund Dulac.
Más cuando consigue hilar este hecho con otra trama no presente en la novela original:
La pasión por la ilustración que sienten madre e hijo.
Dibujos que ofrecen el cenit dramático del film, y una pequeña luz de esperanza.
En el film, la ilustradora Pilar Gutiérrez Sánchez, es el pincel de la madre; mientras que los dibujos de Juan Martínez Serrano, un niño de la edad de Conor, se esconden tras los trabajos del hijo.
Algo, que según cuentan en el libro de Desirée de Fez, es un elemento autobiográfico de José Antonio Bayona:
“De niño, también pasaba las tardes dibujando, intentando emular el talento de su padre, Juan Antonio García, ilustrador de pósteres de cine”
Todos esos elementos, sorprendentes y turbadores, parecen potenciar la idea de que el chico proyecta los problemas emocionales, por medio de una fantasía con la cual intenta suplir el dolor cotidiano que le asalta.
El monstruo, vendría finalmente a ser la conciencia del muchacho, que intenta decirse a sí mismo, aquello que no se atreve a aceptar.
“Ojalá pudiera darte 100 años”, le dice la madre a su hijo.
Y la vida es eso:
Aprender a atesorar, pero también dejar ir, comprender la grandeza de las alegrías, y el poder sanador de las tristezas; y que la finitud está llena de renacimientos.
Porque nadie está solo, y las batallas más importantes se luchan dentro de uno mismo, y contra nuestras contradicciones.
A Monster Calls habla de muchas cosas:
Un viaje a la verdad, cómo aceptar la tragedia, cómo ver el mundo aceptando la realidad, y todo lo que eso conlleva; y cómo muchas veces, hay cosas peores que ser “invisible” para los demás.
Es interesante observar, como el niño protagonista está siendo víctima del acoso escolar, pero no se queja nunca a ningún profesor, ni lo comparte con ningún compañero de la escuela.
En primera instancia, se puede pensar que es porque está muerto de miedo, y ante el miedo que muchos niños víctimas de acoso sienten hacia sus agresores, se bloquean, y prefieren optar por el más absoluto silencio.
A pesar de ello, esto no es lo que sucede en este caso, y se acaba revelando que el niño protagonista, desea ese encuentro con su agresor, en el que siempre acaba recibiendo algún trato violento, debido a que es el único niño de la escuela que le hace caso.
El protagonista, se sentía invisible para todo el mundo:
Profesores, compañeros, etc., pero su agresor era el único que le hacía caso, y el protagonista buscaba su mirada desafiante para tener encuentros con él, aunque la relación entre ambos, era completamente tóxica, y sólo estaba basada en insultos y palizas.
¿O será que esas miradas tienen alguna alusión a un despertar homosexual, y el monstruo es la representación social que tiene que domar?
Allí está otra lectura…
Cuando el niño agresor se da cuenta que su víctima “disfruta” de sus encuentros, en el sentido que consigue el objetivo de llamar su atención, decide que sea invisible para él también.
En ese momento, Conor experimenta mucha rabia, ya que no quiere ser olvidado por él, y arremete contra su agresor, convirtiéndose en ese instante, en agresor de su agresor, como única forma de contacto, la violencia.
El mensaje en esta situación, es bastante claro, y es que no debemos dar por hecho, que hay niños más solitarios, o que por estar pasando por algo malo, debemos dejarlos más tranquilos y apartados, como en caso de los profesores en A Monster Calls.
Son niños que necesitan relacionarse y desarrollar sus habilidades sociales, sentirse integrados dentro de un grupo, ya que sin todo ello, se convierten en personas débiles emocionalmente e inseguras.
En el caso de la escuela, es un mensaje muy interesante para que los profesores se den cuenta, que por muy diferentes que sean cada uno de sus alumnos, estos son aspectos básicos y necesarios para el crecimiento de un niño feliz.
Como curiosidad de producción, Liam Neeson aparece como el abuelo de Conor en la foto de la madre de Conor cuando era una niña, llevada por su padre.
Por otro lado, comparar el libro con el filme, hace flaco favor a ambas obras.
No porque pierdan fuerza analizadas de manera independiente, sino porque son igual de sugerentes.
Aunque las páginas de Patrick Ness, cuenten con un tono más crudo y directo la historia que la película de Bayona, este aporta nuevas miradas a temáticas que podían escaparse en la original.
Entre una y otra, se pierden matices de personajes, se sacrifica la sátira débil entre la cultura de EEUU y la flema británica, desaparece del mapa un personaje fundamental como la mejor y única amiga de Conor, o se pierden los elementos que convertían en real, cada visita del monstruo.
En definitiva, la capacidad de crecer antes de tiempo, y la necesidad de afrontar al mundo tal como es, son el enfoque de Ness y Bayona, quienes dirigen de manera irreprochable, a través de una visión adolescente, simplemente para crear una visión de cómo superar el dolor, la pérdida, o incluso la incapacidad para adaptarse al mundo.
Por último, la música de Fernando Velázquez, colabora con la dirección para crear cierta tensión en la trama, principalmente en las apariciones y la narrativa de las 3 historias del monstruo.
“Of course you are afraid, but you will make it through for this is why you called me”
El filósofo Carl Jung, bautizó con el término de “Sombra”, a todos los aspectos ocultos o inconscientes de uno mismo, tanto positivos como negativos, que el ego ha reprimido, o nunca ha reconocido.
La sombra, hace referencia a todos aquellos pensamientos que no nos permitimos tener, y a las actitudes que no nos damos permiso a adoptar, pero también a aquellos rasgos que admiramos, o criticamos de los demás.
Si algo nos chirría de otra persona, probablemente ese algo esté diciendo más de nosotros, que de la otra persona.
Por otra parte, y según La Teoría de Los Procesos Irónicos, del sicólogo social Daniel Wegner, cuanto más nos empeñemos en reprimir un pensamiento, con más fuerza y recurrencia acudirá a nuestra mente.
Imponte la orden:
“No pienses en un elefante rosa”, pues el paquidermo va a llamar a tu puerta sin cesar.
Así, cuando no tienes el soporte necesario para pasar un proceso doloroso, aparecen los mecanismos de defensa, que en el caso de A Monster Calls, ayudándole a entender ciertas circunstancias que, mediante el relato de unos cuentos, se envía siempre un mensaje del que el protagonista transfiere a su propia situación.
El monstruo, simbólicamente, no era más que el propio niño pretendiendo entenderse a sí mismo, y la situación que por la que está pasando, por lo que es interesante reflexionar, sobre qué no se debe dar por hecho que un niño, si no sabe algo, o no lo comprende, va a dejarlo estar.
Es decir, el monstruo es su mejor psicólogo.
Los niños están constantemente intentando conocer su mundo, y entenderlo, y buscarán respuestas aun cuando no las encuentren.
Los cuentos, envían mensajes a los niños de una forma muy natural, que les permite asimilar la finalidad de éstos con facilidad.
El arte de contar historias, algo que se pierde día a día, es uno de los muchos temas de A Monster Calls.
De alguna manera, Juna Antonio Bayona nos invita a sentarnos en torno a una hoguera, a escuchar la fantástica historia de un niño y un monstruo.
El monstruo, por su parte, explica al niño 3 cuentos que tienen que ayudarle a procesar su dura realidad, y a salir adelante.
Cuento de cuentos, fábula de fábulas, A Monster Calls habla largo y tendido sobre el poder transformador de la tradición oral.
Estamos, quizás, ante el fenómeno infantil/juvenil más maduro y conseguido del año, al hablarnos sobre la pérdida, el dolor, el amor, y el poder de la verdad.
Hablar de estos temas, aunque no de una forma totalmente abierta con el niño, ya que es un niño, y hay que saber hasta qué punto puede entender cierta información dependiendo de la edad y madurez; y mostrarse comunicativo con él, ayudándole a que pase esa situación de la forma más relajada posible, rellenando esos interrogantes que le surgen en el camino, beneficiará su estado emocional interno.
El silencio, y omitir que están sucediendo cosas cuando hay alguna situación que no es agradable, o debido al miedo por afrontarla, tanto por parte de los padres, como por que sufra el hijo, no hará más que ponerle más nervioso, debido a su incomprensión, y causará el efecto contrario que se pretende.
Muchas veces, tenemos miedo, pero luego, nos damos cuenta de que hay cosas mucho peores que un simple monstruo.
Hay miedos que nos pueden marcar para toda la vida, y la única forma de terminar con ellos es, enfrentándolos.
Debido al carácter evasivo de la vida real, necesitamos la ayuda de la ficción para organizar la vida, desde el antes hasta el después, a condición de considerar revisables, las figuras de la nueva construcción.
“Todas las penas pueden soportarse, si las ponemos en una historia, o contamos una historia sobre ellas”, escribía Isak Dinesen.

“You do not write your life with words...
You write it with actions.
What you think is not important.
It is only important what you do”



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