En man som heter Ove

“Misär Hatar Företaget”
(La miseria odia la compañía)

¿Qué se esconde tras una mirada, y tras una vida?
¿Conocemos realmente a las personas que nos rodean, a aquellas que juzgamos ya desde la primera impresión?
Contemplamos, durante mucho tiempo, a la gente que pasa por nuestra vida, pero aun así, no les conocemos en su totalidad:
Un gesto, una palabra, unos ojos tristes, pueden guardar en su interior tantos significados como personas hay en el mundo.
El detalle, lo íntimo, es donde se encuentra el verdadero propósito, donde se esconde uno cuando tiene miedo, o cuando, simplemente, se encuentra solo.
Todos acabamos influyéndonos los unos a los otros, sólo hay que saber apreciarlo.
Cuando cerramos los ojos, y pensamos en toda la gente que conocemos, que se cruzan en nuestro camino, es muy difícil que nos paremos a pensar en todo aquello que nos han aportado.
Es como si se necesitara su falta para poder comprenderlo.
Pero ellos nos tocan, de alguna forma, y convierten la vida en lo que debe ser:
Un entramado de relaciones, satisfactorias e insatisfactorias, en el que perdernos, en el que sentir, en el que, definitivamente, vivir.
Porque no hay mayor verdad que el dicho “más vale tarde que nunca” y abrir los ojos, descubrir lo que tenemos enfrente, lo que de verdad es importante, es lo que a la larga nos hace humanos, de otra especie, una en la que una palabra puede significar un mundo, y el mejor de los regalos pueda ser, simplemente, reconocernos en la mirada del otro, y saber que con su falta, habrá un espacio que se quede vacío para siempre.
La vida, cuando se escucha a voces, sólo es más ruidosa, no más interesante.
¿Por qué queremos a personas que parecen quejarse de la vida en general?
“Fyra nollor på grillen och en femtedel vid ratten!”
(¡Cuatro ceros en la parrilla y una quinta en la rueda!)
En man som heter Ove es una comedia sueca, del año 2015, escrita y dirigida por Hannes Holm.
Protagonizada por Rolf Lassgård, Bahar Pars, Filip Berg, Ida Engvoll, Tobias Almborg, Klas Wiljergård, Chatarina Larsson, Börje Lundberg, Stefan Gödicke, Johan Widerberg, Anna-Lena Bergelin, Lena Nelly Jamarani, Zozan Akgün, Viktor Baagøe, Simon Edenroth, Poyan Karimi, Maja Rung, Simeon Da Costa Maya, Jessica Olsson, Ola Hedén, Lasse Carlsson, Anna Granath, Karin De Frumerie, entre otros.
Basada en el libro de Fredrik Backman del mismo nombre, publicado en 2012, siendo un éxito literario en Suecia.
A pesar de su fama, Backman no se deja fotografiar ni concede entrevistas a los medios suecos, ya que afirma que no quiere ser famoso; pero ha explicado que todo empezó con un blog en el que comentaba situaciones familiares.
Sin olvidar el humor, describe las relaciones que se establecen entre un solitario personaje y sus vecinos, a los que en primera instancia no ve con muy buenos ojos, aunque los acabará acogiendo como si fueran los hijos que no pudo tener.
Advierte Backman, de que las peores cualidades del personaje, le pertenecen a él, mientras que las buenas provienen de su padre, “quien tiene un sentido fantástico para lo que está bien y lo que está mal.
Es la típica persona que si ve a alguien con problemas en una autopista detiene el coche para ayudar, aunque lo haga refunfuñando todo el rato”, aclara.
“En man som heter Ove es una historia sobre la vida, y allá donde haya vida, la gente podrá identificarse con ella”, ha dicho el director Hannes Holm, cuya película ha sido nominada a 2 Premios Oscar como:
Mejor película de habla no inglesa; y mejor maquillaje y peluquería.
El cine sueco en general, ha conseguido 14 nominaciones al Oscar en la categoría de mejor película extranjera; la última vez fue hace 12 años, cuando “Så som i himmelen” (2004) logró preseleccionarse.
Y hace ya 33 años, que “Fanny och Alexander” (1982) de Ingmar Bergman, se hizo con la estatuilla.
Aunque para la crítica, En man som heter Ove no sea la favorita de esta categoría, para algunos especialistas puede ser una seria contendiente al premio, porque tiene un factor emocional bastante marcado.
El título, se traduce como “Un hombre llamado Ove”, y esta es su historia:
Un hombre mayor que perdió a su esposa recientemente, y tras una serie de intentos de suicidio, la gente a su alrededor lo hará encontrar la paz interior.
La adaptación de Holm, es un drama enigmáticamente divertido, trágico y definitivamente reconfortante sobre la vida de un hombre solitario, pero extraordinario.
Ove (Filip Berg/Rolf Lassgård) tiene 59 años, es un hombre gruñón que ha perdido la fe en todo el mundo, incluido en él mismo, hasta que su visión negativa del hombre y la sociedad, es puesta a prueba por una familia que se muda a la casa de al lado.
Es que Ove es un tipo peculiar, tan obsesivo con el orden, que resulta cómico.
Está convencido de que la vida le ha arrebatado demasiado cosas, por lo que Ove toma esta actitud para esconder su tristeza por el recién fallecimiento de su esposa Sonja (Ida Engvoll)
Incapaz de acostumbrarse a vivir sin el amor de su vida, el hombre está dispuesto a suicidarse… y cuando parece que su existencia ha perdido sentido, una serie de circunstancias le devuelven la esperanza en el género humano.
El lazo de amistad que surge entre el viudo y Parvaneh (Bahar Pars), su vecina de origen persa, y embarazada, le ayuda a dar un enfoque distinto a su vida, y también a recordar las enseñanzas de su padre (Stefan Gödicke), quién siempre lo guiaba por el camino de la honestidad, la perseverancia y la bondad hacia los demás.
Así, las personas que le rodean, comienzan a comprender que su barrio no sería el mismo sin el gruñón de Ove.
Sería un lugar más frío, menos solidario y, aunque parezca mentira, también mucho menos divertido... porque, al final, todo el mundo quiere a Ove.
Hacía ratos que no me reía sabroso, decentemente, con inteligencia, casi viéndome al espejo, pues vi reflejado muchos aspectos de la personalidad de Ove en mí, algo que me recordó a Melvin Udall en “As Good as It Gets” (1997)
Hilarante propuesta que contradice la fría personalidad de los suecos, y nos regala esta comedia para reconciliarnos con el pasado, para darle la bienvenida al presente, con cada día, haciendo el bien a las personas, una bonita moraleja, muy difícil de hallar en estos tiempos, mientras se goza junto a Ove y los personajes impagables; pero ojo que también tiene sus temas:
La xenofobia, la industria, la jubilación, la homosexualidad, la empatía, el honrar el recuerdo, la redención, las historias...
Es una película agradable de ver con un tono tragicómico y sentimental, cuidadosamente equilibrado, muy envolvente, donde contemplamos una profunda transformación espiritual de un hombre irritante, con un carácter muy difícil, que toma un nuevo camino para asombro de vecinos y personas cercanas a él:
Observamos cómo Ove adopta a un gato callejero, salva a un hombre que cae en una vía de tren, y permite a un camarero homosexual vivir con él en su casa después de que su homófobo padre lo echara.
Todo un ejemplo para la sociedad; y no demuestra que al final, todos los que somos como Ove, tenemos un corazón grande.
“Det är inte en hund.
Det ser ut som en vinterkänga med ögonen”
(Eso no es un perro.
Parece una bota de invierno con ojos)
El actor Hannes Holm, ha logrado el mayor éxito de su carrera como director con En man som heter Ove, en donde se adapta la novela homónima de Fredrik Backman, que también ha tenido su traslación a los escenarios; y ha funcionado muy bien a nivel de crítica y público, por la capacidad de emocionar y hacer reír prácticamente a la vez.
La historia empieza de manera brusca y desagradable, y algo más que estereotípica.
Entonces se abre y se convierte en algo como una epopeya sobre la vida cotidiana, emocionante, divertida, y absorbente, porque todos tenemos un vecino molesto, y quizás nos importe poco el por qué lo es.
En man som heter Ove trata de eso precisamente, el adentrarte en la vida de un anciano vecino en una comunidad, maniático en principio, y bastante cansino, la historia muestra en modo de “flashback” la cara más amable, y el porqué de las cosas en la vida de Ove.
Y es que Ove es un viejo gruñón y antipático, que solo quiere poder suicidarse para estar al lado de su recién fallecida mujer, Sonja.
Ella era la luz de su vida, y no quiere vivir sin ella.
Pero Ove no es lo suficientemente habilidoso para conseguir llevar a cabo el suicidio, ya que es interrumpido siempre en cada intento, tal vez por mano divina de su esposa fallecida, justo en el momento en que empieza a perder la conciencia.
Son en estos momentos, en forma de “flashbacks”, en la mente de Ove, cuando se nos revelan acontecimientos fundamentales, y partes de su difícil vida que nos ayudará a entender su ira, frustración y pérdida.
Además, está demasiado ocupado peleando con sus vecinos y funcionarios del exterior como para morir todavía.
Y por si fuera poco, Ove tiene una especial inquina, con la nueva familia que se ha mudado al lado:
Una mujer embarazada llamada Parvaneh, su marido y 2 hijas:
Sepideh (Nelly Jamarani) y Nasanin (Zozan Akgün), todos inmigrantes de Irán, y con un sentido de la comunidad completamente diferente.
Ove fue despedido recientemente de la empresa donde llevaba trabajando 43 años, y destituido como Presidente de La Comunidad de Vecinos por su comportamiento extremo, pero Ove sigue vigilando el vecindario donde vive de arriba abajo, con patrullas realizadas a diario, de forma puntual, con el fin de hacer cumplir de forma escrupulosa, las normas que rigen La Comunidad.
Esto provocará continuas tensiones con sus vecinos.
Los enfrentamientos de Ove con su embarazadísima vecina persa, cuya sociabilidad y compresibilidad casi agresiva, obliga al viejo gruñón a salir de su caparazón.
El contrapunto físico existente entre ambos, Ove es alto, fuerte, de piel blanca; mientras que ella es baja, delicada y embarazada, y de tez morena, encuentra una cierta armonía con la obstinación de ambos.
Al final, desarrollan una química tan poderosa, que Parvaneh se convertirá de alguna manera, en esa hija que nunca tuvo Ove.
La conjugación entre misantropía y el sentido del deber de Ove, es parte del encanto.
No es una persona codiciosa, sino más bien un hombre escandalizado, porque su sentido rígido de la responsabilidad y la autosuficiencia, no es igualada por el del resto del mundo a los que considera idiotas.
Los “flashbacks”, ayudan a enmarcar la psicología de Ove, al tiempo que son utilizados para conseguir algunas lágrimas del espectador.
En man som heter Ove es una obra que engancha desde un principio, y que va ganando peso según avanza.
El interés va en aumento; y los personajes secundarios también, los conoceremos, no sólo su aspecto exterior, sino también sus cualidades interiores, que hace que entiendas porqué todos quieres a Ove, a pesar de que sólo reciben gruñidos como respuesta.
En man som heter Ove no tiene demasiados personajes, pero son tan completos que llenan todo el espacio, todo el escenario en que se desarrolla la obra.
Variopintos, de distintas raza, credos e incluso orientación sexual.
Pero nada de esto importa a Ove.
Él acepta a todo el mundo, siempre que cumplan las normas.
Para él, la disciplina es muy importante, y las cosas bien hechas.
Su mujer, aún muerta, es un personaje con mucho papel en esta obra.
Al tiempo que nos cuenta el presente de Ove, vamos conociendo su pasado, alternando ambos.
Conoceremos a su padre, a un Ove niño, cómo consiguió trabajo, y se entregó a él para siempre, y cómo conoció a su mujer, y quedo perdida y eternamente enamorado de ella.
También, sabremos de todas los reveses de la fortuna que ha tenido que soportar, y le comprenderemos mucho mejor y entenderemos un poco mejor su forma de ser; porque Ove es un tipo peculiar y tan obsesivo con el orden, que podríamos definirlo mejor, como alguien extremadamente concienciado con sus obligaciones como ciudadano, tanto como para que lo considere todo blanco o negro, y no deje pasar ni una.
Además, es alguien que sigue a rajatabla su escala de valores hasta las últimas consecuencias, y cuyos principios tienen la solidez de los cimientos del edificio donde vive y cohabita con otros.
Pero también es un hombre al que la vida le ha arrebatado demasiado cosas y, por este motivo, nunca está dispuesto a dejarse pisotear.
Este personaje, tiene también la virtud de ser una buena persona, pese a sus innumerables manías, y a que parezca que siempre está de mal humor, aunque sea un hombre de lo más tierno y comprensivo en el fondo.
Así que, como mencionábamos, es un tipo bastante peculiar.
Con un estilo sencillo y directo, Fredrik Backman nos lleva por la vida de Ove en la actualidad, y por los momentos de su vida que más le han marcado de tal modo que nos encontramos con situaciones para reír, otras para llorar o emocionarnos, pero siempre arrancándonos una sonrisa con su forma de ser, de ver la vida y de la luchar contra todo lo que considera injusto.
Y además de Ove, el resto de personajes que lo rodean, y que logran hacerse con un lugar en su corazón, son también geniales, y muy distintos unos de otros, tanto en su forma de ser, como en su físico, lo que le da a En man som heter Ove una gran variedad en las distintas escenas protagonizadas por ellos, haciendo muy universal la propuesta.
La dirección es muy buena, el metraje se pasa en un santiamén, debido al excelente ritmo y montaje que hace que nada quede fuera.
La historia tiene momentos de humor bastante negro, a la vez toca la fibra sensible sentimental, y consigue engancharte al estar todo muy bien encajado.
Debo confesar, que En man som heter Ove me recordó a “Hundraåringen som klev ut genom fönstret och försvann” o “El abuelo que saltó por la ventana y se largó” de 2013, otra excelente comedia sueca, que compitió por el premio Oscar en la categoría de mejor maquillaje y peluquería, que como En man som heter Ove, tiene personajes creados en función de la historia, que no se necesita profundizar en su perfil, porque no son importantes en sí mismos, son piezas que se utilizan para llevar al espectador a donde el director quiere llevarnos:
A emocionar y a enternecer.
De los actores, todos están muy bien escogidos y afectuosos, pero nada de empalagamientos ni cursilerías.
Rolf Lassgård, el actor que interpreta a Ove, tenía 59 años cuando comenzó el rodaje de la película.
La misma edad que el personaje que interpreta.
Lassgård logra hacer que caigamos rendidos ante el encanto y simpatía de su personaje, a pesar de sus temores e inseguridades.
El maquillaje y peluquería, es de aplauso, al servicio de una historia entrañable.
Como dato, cuando Ove conoce a su futura esposa, Sonja en un tren, está leyendo “The Master and Margarita”, la clásica novela rusa, escrita por Mikhail Bulgakov en la década de 1930, pero no se  publicó ninguna edición hasta 1967, 27 años después de la muerte del autor.
Y claro, no podría faltar la recurrida crítica a la burocracia sueca, y su estado del bienestar.
La crítica es demasiado obvia y fácil también, nada más fácil que hacer un perfil típico de funcionario despiadado, sin corazón, con chanchullos a su espalda, ineficaz, y que quiera llevarse a la fuerza a un asilo a uno de los personajes:
Rune (Börje Lundberg), su amigo/enemigo
En man som heter Ove es en definitiva, un canto amable y sincero a las relaciones, a las de cualquier tipo, no hay que ser cerrados de mente, porque si de algo se nutre esta historia, es de ese placer que da conocer a su protagonista, el gran Ove, un tipo al que odiaremos al principio, pero al que después entenderemos, e incluso querremos, porque todos guardamos una historia dentro, que nos hace ser como somos.
Seres irrepetibles, en cualquier caso, aunque a algunos nos cueste más darnos a conocer.
“Stopp Stoltserar”
(Deja de presumir)
Seguro conoces la frase “las palabras se las lleva el viento”
Hablar y hablar, pero no actuar, también es una manera de condenarnos a que tengan una impresión errónea sobre nosotros.
En man som heter Ove promueve la tolerancia común, como clave para encontrar la felicidad; y apuesta por hacernos entender, que juzgar a la ligera es muy peligroso y muy injusto.
En cuanto escarbas un poco en la superficie de las personas, empiezas a conocerlas de verdad.
También a valorar las diferencias.
Todos somos diferentes, aunque algunos parezcamos iguales al adoptar el rol que nos impone la sociedad, pero en el fondo, somos diferentes, y no tenemos por qué cambiar, pero siempre respetando la individualidad y forma de ser del otro.
Todos tenemos un lado bueno que debemos potenciar, y los demás intentar descubrir.
Y seamos positivos e intentemos ser felices:
Porque la vida es un minuto.
Ove, en realidad, somos todos nosotros, batallando contra el mundo que no nos entiende o que, si lo hace, parece empeñado en no hacérnoslo ver.

“Du är otroligt skit på döende”
(Eres increíblemente cabrón al morir)



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