Wonderland

“The '80s – unplugged.
The murders – unveiled.
The legend – unzipped”

John Holmes, llamado “el dios del cine porno”, poseía un miembro enorme, y eso lo lanzó al estrellato, en una época en que la pornografía peleaba por ser legal, los filmes XXX tenían argumento, la mafia controlaba el negocio, y las actrices porno eran las únicas divas con derecho a un sueldo mejor que el resto.
Pero Holmes era un tren fuera de control y, para principios de los 80, su drogadicción había menguado sensiblemente su masculinidad, cayendo en una espiral autodestructiva, con lo cual, el actor se transformó en un símbolo de los tiempos de decadencia que afectaron a la industria pornográfica.
Y es que Holmes llegó a ser la mayor estrella del cine porno; su verdugo fue el mismo virus que ahora golpea los platós de Hollywood especializados en este género, que se han puesto en cuarentena, tras descubrirse que están infectados algunos actores.
Pero esta leyenda erótica, falleció de SIDA en 1988, después de amenazar con propagar la enfermedad, diciendo:
“¡Morirán todos!”
John sufrió maltratos de niño, y desempeñó trabajos variopintos, hasta que llegó a Los Angeles, respondiendo a un anuncio que solicitaba un actor porno...
Tras comprobarse que estaba bien dotado, nada más y nada menos que con 30 centímetros para el papel, rodó más de 2 mil películas, y se acostó con más 14 mil mujeres... y hombres!!!!
Pero su estrella se apagó, cuando se vio envuelto en un oscuro crimen...
Tardaron muy poco en saber que Holmes, de 38 años, había perdido su estela gloriosa.
Tras más de una década practicando el sexo como profesión, gracias a un legendario pene, y a su capacidad para eyacular cuando se le pedía, este nativo de Pickaway County, Ohio, llevaba casi un lustro viviendo un romance mortal.
Su amante real:
Las drogas, que al igual que Elvis Presley, había sucumbido al poder de la adicción.
Ya no imponía el respeto de antaño, y nadie le daba trabajo.
No es extraño que se sintiera abatido, después de ganar una fortuna cuando estaba en la cima de su carrera, con su peculiaridad anatómica, le permitía cobrar hasta $3.000 diarios.
“Para alimentar algo tan grande, toda la sangre le abandonaba el cerebro”, dijo sobre el actor porno, la starlette, June Wilkinson, cuyas apariciones en la revista Playboy, fueron legendarias.
“La verdad es que era un buen chico”, recuerda Bill Amerson, su descubridor.
“No muy brillante, un poco simple, pero bastante agradable”, concluyó.
El actor, perdía el dinero rápidamente…
Empezó a robar todo lo que podía.
En las casas alquiladas para rodar películas, inspeccionaba armarios y cajones en busca de joyas, dinero, o cualquier cosa de valor.
Más tarde, empezó a llevarse pertenencias de coches solitarios, y a aprovecharse de amigos y amantes.
Su mujer, pues estaba casado, también sufrió del insostenible apetito de su marido por la droga.
Cuenta que una vez le llegó un extracto de su tarjeta por valor de $30.000…
Mercancías compradas por el actor, que luego vendió por dinero contante y sonante.
Todo por conseguir unas dosis.
Holmes, se casó con Sharon Gebenini en 1965, antes de entrar en el mundo de la pornografía; y se separaron en 1982, y en la época del crimen, el actor estaba unido a una niña de 15 años, a la que también obligaba a prostituirse.
La dependencia de las drogas, hizo que conociera a Adel Nasrallah, también llamado Eddie Nash, un peligroso traficante.
“La pura encarnación del diablo”, según la policía.
Acosado por las deudas, entró en contacto con la pandilla de Ron Launius y Billy Deverell, ladronzuelos adictos a las drogas, que hacían de camellos.
El actor, hizo algunos trabajos para ellos…
Una vez se quedó con parte de la droga que debía entregar; y para saldar su error, les dijo que Nash tenía dinero y cocaína en su casa, y juntos planearon el robo.
Fue un botín espectacular:
Más de $100.000 en metálico y joyas, que luego vendieron por $150.000.
Lógicamente, Eddie Nash quería sangre...
En 1981, 4 personas asociadas con la llamada Banda de Wonderland, fueron asesinadas como parte de una conspiración del tráfico de drogas, en la que el actor pornográfico, John Holmes, conocido por el tamaño de su pene, estuvo supuestamente involucrado.
El evento fue conocido como “The Wonderland murders”, “The Four On The Floor Murders” y “The Laurel Canyon Murders”
La Banda de Wonderland, estaba conformada por varias personas relacionadas con el tráfico de drogas en Los Angeles, en las décadas de los 70's y 80's, que vivían en una casa rentada en la Avenida Wonderland, de ahí su nombre, en la sección de Laurel Canyon en Los Angeles.
Entre sus miembros se cuentan:
El líder, Ronald Launius; William R. Deverell, su mano derecha; David Clay Lind, antiguo amigo de Launius; Joy Audrey Gold, novia de Deverell; y Tracy Raymond McCourt.
Todos estos eran tanto vendedores, como adictos a las drogas.
El 28 de junio de 1981, los 5 miembros estaban reunidos con John Holmes, también un conocido drogadicto, planeando un robo a la residencia de Eddie Nash, emprendedor narcotraficante, y dueño de varios clubs.
Holmes, cliente de Nash, solía visitar su casa para comprarle drogas; y en una de estas visitas, echo un vistazo a la casa, y abrió una puerta trasera para facilitar el robo.
La mañana del 29 de junio de 1981:
DeVerell, Launius, Lind, y McCourt, fueron a la casa de Eddie Nash.
McCourt se quedó vigilando dentro del automóvil, un Ford Granada, también robado, mientras los otros 3 entraron por la puerta que había abierto Holmes.
Tomaron a Nash y a su guardaespaldas, Gregory Diles por sorpresa, y los ataron de manos.
Robaron grandes cantidades de joyas, dinero y drogas, y amenazaron con matar a sus prisioneros.
Luego, volvieron a la casa rentada, para repartir el botín entre los involucrados, excepto Holmes y McCourt.
Nash, que ya sospechaba de Holmes, ordeno a Diles que lo trajera a su residencia.
Fue encontrado en las calles de Hollywood, usando uno de los anillos que fueron robados a Nash.
Nash y Diles lo golpearon hasta que identifico a La Banda de Wonderland como los perpetradores del robo.
Scott Thorson, novio del artista Liberace, presencio la golpiza.
En la mañana del 1 de julio de 1981, 2 días después del robo, un grupo de personas, “3 figuras sombrías”, según la sobreviviente Susan Launius; entró a la casa en el 8763 Ave. Wonderland.
Miller, DeVerell, y Launius, estaban presentes; además de Susan Launius y Barbara Richardson, parejas de Launius y Lind, respectivamente.
Los 5 fueron golpeados repetidamente con barras de hierro…
Susan fue la única que sobrevivió, pero aun así, sostuvo heridas graves.
John Holmes, también estaba presente, como lo evidencian sus huellas, pero se desconoce si participó o no en la matanza.
David Clay Lind, no fue atacado, porque paso la noche en un motel de San Fernando Valley, consumiendo drogas, y participando en una orgía…
Poco después de que los asesinatos fueron reportados a los medios, Lind contacto a la policía, y acuso a Nash y a Holmes, iniciando la investigación.
La casa de Nash, fue registrada por agentes del Departamento de Policía de Los Angeles, luego de los asesinatos.
Más de $1 millón en cocaína fueron encontrados, y Nash pasó 2 años en la cárcel.
Inicialmente, John Holmes fue acusado de cometer los asesinatos.
El Fiscal, Ron Coen, intentó exponerlo como un participante de la masacre que traicionó a La Banda de Wonderland, porque no le dieron toda su parte del botín del robo.
Sus abogados lo presentaron con éxito, como una de las víctimas, forzado contra su voluntad por los verdaderos asesinos a dejarlos entrar a la casa.
Holmes, fue absuelto el 16 de junio de 1982; se negó a testificar o colaborar con las autoridades, y pasó 110 días en la cárcel por desacato al Tribunal.
Murió de SIDA 6 años más tarde.
Después de su muerte, su esposa Sharon Gebeneni afirmo, que había visto a Holmes la mañana después de los asesinatos, empapado de sangre, pero no dio más detalles.
En 1990, Eddie Nash fue acusado en La Corte Estatal, de haber planeado los asesinatos; y Gregory Diles, con haber participado en ellos.
Scott Thorson testificó contra ellos, pero acabó como juicio nulo; el segundo en 1991, terminó en una absolución.
Diles murió en 1995.
En 2001, Nash fue acusado por llevar a cabo operaciones de narcotráfico y lavado de dinero, conspiración, y el soborno de la única jurado a favor de él en su juicio.
Se declaró culpable, y fue condenado a 37 meses.
El crimen, sigue sin esclarecerse satisfactoriamente.
“Okay Bill, I'm gonna tell you a story.
It's a story called “Wonderland”
Wonderland's the house everyone on the whole mountain hope's would burn down”
Wonderland es un drama de suspense, del año 2003, dirigido por James Cox.
Protagonizado por Val Kilmer, Lisa Kudrow, Kate Bosworth, Christina Applegate, Josh Lucas, Dylan McDermott, Carrie Fisher, Tim Blake Nelson, Natasha Gregson Wagner, Janeane Garofalo, Ted Levine, Eric Bogosian, Franky G, M.C. Gainey, Faizon Love, Scoot McNairy, Paris Hilton, entre otros.
El guión es de James Scott, D. Loriston Scott, Todd Samovitz, y Captain Mauzner; que dramatiza los sucesos de Los Asesinatos de Wonderland.
El realizador, James Cox, trasladó a la gran pantalla, el confuso y no totalmente esclarecido cuádruple asesinato en el que se vio involucrado John Holmes, la célebre estrella del porno, cuya vida parcialmente ya había convertido en imágenes, Paul Thomas Anderson, 6 años antes, en la gran “Boogie Nights” (1997)
La sorpresa de Wonderland, es que la novia que tenía John Holmes en el momento de los hechos, es la productora ejecutiva de la película.
Por su parte, Lions Gate no estaba seguro de cómo comercializar Wonderland, debido al contenido significativo de drogas, la referencia pornográfica intermitente, y la violencia brutal representada.
El contenido en cuestión se mantuvo, pero a Wonderland sólo se le dio una limitada distribución en el mercado.
“Holmes, era una personalidad camaleónica”, señaló Cox.
“Por eso no quisimos hacer una película biográfica, sino el análisis del crimen”, comenta.
El realizador, muestra en Wonderland, a un personaje acabado y violento, pero lo hace desde la mirada de los demás.
En este título, que es más un drama criminal basado en hechos reales, que un biopic, que sería lo interesante, sobre Holmes, se intenta subrayar la decadencia y caída personal, de quien había sido “el gran rey del porno” poco antes de sucederse el hecho que detona toda la acción de la historia.
Inmerso en una peligrosa espiral de drogas y violencia, enfocada de manera sucia y apagada por James Cox, John Holmes conocerá el declive de su existencia, a comienzos de la década de los 80, culminada con su fallecimiento a causa del SIDA, en 1988.
Cox confiesa, que ésa era su intención al conocer los datos del caso:
“Cuando nos acercamos al suceso, y analizamos el juicio, vimos que casi todos estaban mintiendo, que había varios puntos de vista”
Su apreciación personal sobre Holmes, es que “no se trataba de una persona mala, sino que tomaba decisiones equivocadas.
Se atreve a decir que era un “mentiroso compulsivo”, un hombre con encanto “al que todos odiaban pero apoyaban”
A mucha gente le caía mal, pero a mí me parece muy humano.
En su día, no pudo decirle a su novia que se dedicaba a la pornografía.
Era un mentiroso increíble, un camaleón…
Aunque todo el mundo le odiaba, tenía encanto”, dijo el director.
En Wonderland, no hay demasiadas referencias al mundo del cine X, ya que en 1981, Holmes “ni siquiera era capaz de tener una erección”, devela el director.
La génesis de Wonderland sucedió, cuando Cox acudió a un videoclub clandestino, para hacerse con películas de Holmes, y acabó descubriendo una macabra cinta rodada por La Policía de Los Angeles, el día después de la masacre en la avenida Wonderland, “un vídeo muy gráfico, donde aparecen los cadáveres”
Para Cox, Wonderland es una película “muy estadounidense, una historia de sexo sin sexo, pero con mucha violencia.
Porque “El Sueño Americano” siempre acaba creando marginados”, dijo tajantemente.
El realizador, que se proclama fan del cine negro, tomó como referencias para la producción, filmes como “Taxi Driver” (1976) y “The Usual Suspects” (1995)
El director, encontró algunas resistencias en actores a los que había enviado el guión, porque “no querían asumir el riesgo de interpretar un papel tan oscuro”
De hecho, Val Kilmer tardó 10 meses en dar el sí.
Tras el estreno, la crítica en Estados Unidos la acusó en general, de relatar sucesos terribles con poca implicación con los personajes y sus motivaciones.
Y es que este es un caso sórdido, en el que estuvo involucrado un actor de fama bastante sórdida; basada en una historia real, explora los brutales asesinatos múltiples acaecidos en la parte alta de La Avenida Wonderland, en el Laurel Canyon de Los Angeles, durante el verano de 1981.
En un principio, el caso parecía tener relación únicamente con camellos y gente de la noche, pero pronto evolucionaría hacia todo un clásico de la crónica negra de L.A., cuando se descubrió la conexión del famoso “rey del porno”:
John C. “Johnny Wad” Holmes (Val Kilmer)
Para cuando arranca esta historia, Holmes había caído ya desde su glorioso pedestal de la estrella más grande de la industria del porno duro, a un estado de ruina financiera y toxicológica.
Holmes adora a Dawn Schiller (Kate Bosworth), su amante adolescente, mientras sigue casado con su esposa, Sharon (Lisa Kudrow), formando un triángulo amoroso de lo menos convencional.
En medio de este descenso en picado, Holmes traba amistad con los camellos locales:
Ron (Josh Lucas) y Susan Launius (Christina Applegate), junto con su socio, David Lind (Dylan McDermott), que operan desde una casa de Wonderland, famosa por sus fiestas.
Pero Holmes está fuera de su elemento, en el arriesgado mundo del crimen y el narcotráfico, y pronto estará metido de lleno en angustiantes problemas.
Desesperado por conseguir dinero y droga, La Banda de Wonderland, decide robar a otro traficante amigo de John, el conocido y temido:
Eddie Nash (Eric Bogosian)
Bajo la promesa de hacer un “negocio” que les permitirá irse de Los Angeles, y comenzar una mejor vida juntos, John deja a Dawn en un motel, y se desaparece por un día...
Al regresar, parece trastornado, y muy drogado.
Dawn se entera por un noticiero de TV, que en la casa a la que John siempre iba a buscar droga, habían matado a 4 personas, y dejado a otra en estado crítico.
Mientras en otra parte de la ciudad, el patotero David Lind, también ve la noticia, y comienza a unir los puntos:
Esa era la casa donde él se estaba quedando con unos amigos... y decide llamar a la policía, y de esa manera comienza la investigación del caso.
Lind le relata al detective, Sam Nico (Ted Levine) su parte de la historia.
Sobre como él, Ron Launius, y Billy Deverell (Tim Blake Nelson), robaron a un adinerado mafioso de nombre Eddie Nash, con la ayuda de John Holmes, y que los asesinatos son una represalia por ese crimen.
La policía detiene a John, quien, como es de esperar, le relata su propia versión de lo ocurrido.
Los detectives no logran esclarecer el crimen, y determinar de manera cierta, y sin dudas:
¿Qué fue lo que realmente sucedió esa noche?
¿Vendió Holmes a sus colegas, para salvar su pellejo de la ira de Nash?
Todo depende de quién explique la historia...
Es horrible de ver, cómo se echa por la borda, toda una vida de éxitos, los sexosos también; casa, dinero, matrimonio… por el maldito vicio de la asquerosa droga.
Wonderland es un viaje sin retorno a los infiernos.
“You're going to do to those guys on Wonderland, what you did to me!”
El cine porno, es una realidad invisible.
No aparece en los medios, pero según la revista Forbes, mueve al año, $4.000 millones en EEUU.
Allí se producen 10.000 títulos anuales, tan sólo en el californiano Valle de San Fernando, se ruedan 200 filmes cada semana.
Muchos videoclubes, jamás lo confesarían, pero sobreviven gracias a los DVD y vídeos X, que constituyen el 25% del mercado.
El sábado noche, todos los títulos vuelan junto a las últimas novedades en alquiler.
Wonderland, es un drama basado en el declive de la estrella más popular del género, el malogrado John Holmes, y se estrenó en un momento en que el cine porno había saltado a las páginas de los periódicos.
Pues entonces, varios análisis positivos de virus del SIDA entre actores estadounidenses, obligaron a interrumpir los rodajes en un periodo de cuarentena.
Sobre el retrato cinematográfico de su estrella más grande, literalmente hablando, Wonderland, al contrario de “Boogie Nights” (1997), era una crónica luminosa de La Edad Dorada del Porno, que no muestra cariño por sus personajes.
El director, James Cox, se decanta por la sordidez a la hora de narrar la decadencia de Holmes, y toma su título del asesinato de 4 personas en Los Angeles, en 1981.
La masacre de la avenida Wonderland, que simbolizó el fin de una Era:
El promiscuo y marihuanero Hollywood setentero, dio paso a La Década del Crack y El SIDA.
La Policía habló de “la escena de un crimen más sangrienta desde los asesinatos de La Familia Manson”, acontecidos en 1969.
Y aquí nos llega un nuevo ejemplo del recurrente gusto de los estadounidenses, por hacer películas sobre anti-héroes, perdedores, y en general, enseñar de manera sórdida, los aspectos más sórdidos de su sociedad.
Además, este es un “thriller” basado en hechos reales, por lo que no se escatima realismo a la hora de reflejar el lumpen, y por si fuera poco, el protagonista es el mítico John Holmes, la estrella porno que muchos adolescentes todavía quieren ser.
El homicidio múltiple en el que se vio involucrado, en casa del conocido empresario Eddie Nash, es el hecho en torno al que se construye el filme.
Actúa como punto de partida, para ir alternando los testimonios de 4 implicados, al estilo “Rashōmon” (1950)
Seguiremos la investigación policial, que trata de reconstruir los hechos, y repartir responsabilidades.
No obstante, esas idas y venidas entre el presente y el tiempo pasado, entre las declaraciones individuales ilustradas junto a voces “en off”, fragmentos de telediario y “flashbacks” subjetivos, no logran engancharnos a la trama, ni construir personajes con gancho.
Resumiendo:
Un poco de sexo, nada explícito, como debió ser; mucha droga y mucho rock and roll, porque además, la banda sonora no está nada mal.
Lo cierto es que en Wonderland no vamos a ver un John Holmes en su “plenitud”
Todo empieza cuando se acaba su estrellato en el cine porno.
Así que más bien se nos presenta una figura patética, un tipo que se arrastra delante de quien sea, para conseguir su dosis diaria de caballo, de coca o de lo que se tercie.
Y la cosa acaba un poco mal, o muy mal.
Juzguen ustedes mismos:
4 cadáveres, litros de sangre, y John Holmes en medio de todo ese follón.
Partiendo de esa premisa, Wonderland se desarrolla a través de un competente “flashback”, en el que conocemos la historia desde diferentes puntos de vista, a través de los cuales, todo el mundo intenta quitarse el muerto de encima, y nunca mejor dicho.
Aparte de la historia básica del “thriller”:
Los asesinatos, la droga, las mafias, la policía... también se puede aprovechar la ocasión para aprender un poco más sobre la vida intrínseca del “pornstar”
Y constatar que James Cox, nos presenta a un John Holmes casi infantil.
Se podría decir, que rozando la oligofrenia, esa discapacidad mental grave, que se caracteriza por una deficiencia en el desarrollo intelectual, y alteraciones del sistema nervioso.
En realidad, casi todos los personajes menos el de Lisa Kudrow, rozan la oligofrenia, pero lejos de ser esto una tara de la película, reflejan de manera certera, lo que son esos ambientes.
Aun así, los caracteres, pese a ser unos delincuentes consumados, que no limpian la casa, se hacen simpáticos al espectador, pues son presentados como seres débiles, incapaces de conducir su vida.
Víctimas de las circunstancias, que se dice…
Aunque en realidad, no son víctimas más que de sí mismos.
Al estar la acción situada en 1981, el director ha optado por una realización un tanto de la época, con mucho “zoom”, y manierismos setenteros; pero combinada con los usos del momento, como cámara al hombro, montajes vertiginosos, y todos esos bonitos recursos; utiliza varias técnicas de edición rápida, para darle más impacto a las escenas de mayor acción, como el robo y los relatos de los 2 sospechosos; y también se utiliza en los momentos de espera, para acentuar al paso del tiempo.
Las interpretaciones, son todas más que notables, y además, hay que reconocer que el reparto no es nada desdeñable:
Dylan McDermott se sale un poco de lo que hace siempre, con la peor barba postiza del mercado.
Lisa Kudrow se sale muchísimo de lo que hace siempre, es la “amiga” de todos…
Y Val Kilmer repite lo de siempre, igual como Jim Morrison, como John Holmes, aunque su parecido sea más cercano a Barry Gibb a punto de cantar “Staying Alive”, vaya ironía.
Acá, hay un zoológico de gente despiadada, y quizás el personaje de Lisa Kudrow sea el único que aporta humanidad... aunque una sola persona no pueda hacer la diferencia, ni pueda corregir la espiral autodestructiva de un circo de amorales.
Como dato, en la película, Val Kilmer, como John Holmes, lleva una cadena alrededor de su cuello, que sostiene un anillo.
El anillo, es el de la boda real que John Holmes dio a su esposa, Sharon, cuando se casaron en 1965.
Sharon le prestó a Val, para darle buena suerte en la película...
Cuando la película terminó, Sharon le dio el anillo a Dawn Schiller.
Tanto Josh Lucas como Val Kilmer, pasaron la noche en la casa real de Wonderland, en el aniversario de los asesinatos.
Christina Applegate, creció cerca del sitio de los asesinatos de Wonderland, y recuerda haber visto los colchones ensangrentados en la calle, lo que le llevó a aceptar un papel relativamente pequeño en la película.
Y aunque Wonderland no lo describe, mientras que John estaba siendo golpeado en la casa de Nash, el amante de Liberace, Scott Thorson, estaba presente.
Fue su testimonio, el que finalmente llevó a la acusación de Eddie Nash por las autoridades federales.
No obstante, el problema con Wonderland, es que nosotros conocemos los hechos, las víctimas y los responsables, pero desconocemos el cómo; de hecho todavía no se conoce realmente.
El punto es que después de la tercera versión de los incidentes, uno empieza a menear la cabeza...
¿Cuál es el objetivo de las repeticiones?
Acá, el tema sería que a uno debería interesarle mínimamente la suerte de John Holmes, ya que es el protagonista, y la diferencia de versiones de los distintos testigos, marcaría su grado de culpabilidad en los hechos:
Si fue un estúpido soplón, un desquiciado ambicioso, una víctima de sus propios vicios, o un amoral despiadado.
El asunto es que, dejando de lado su testimonio, y el de los demás; el perfil de John Holmes, es absolutamente despreciable.
A la platea no le importa en absoluto, la suerte de este tipo y, quizás, Wonderland debería haberse enfocado más en la vida de Holmes, que en el incidente policial, poniendo a la matanza como la frutilla del postre de una vida desquiciada y autodestructiva, con énfasis en el mundo marginal, explicando, cómo Holmes llegó a todo esto.
Como errores, varios, al principio de la película, un personaje es visto usando un “ladrillo” teléfono móvil.
El primer teléfono móvil, el Motorola DynaTAC 8000X, se introdujo en el mercado en 1983, por tanto, un teléfono no podría ser utilizado en 1981.
Hay una gran cantidad de automóviles, que no salieron en la época de la película.
Y un grave error es que vemos que Dawn orina en una lata de soda, pero cuando ella lo lanza fuera del coche, suena vacío…
En la escena culminante del asesinato, desde la perspectiva de John Holmes, hay varias escenas de los cadáveres reales, mostradas como las fotografías de la escena del crimen, hechas por El LAPD de 1981.
Por último, la banda sonora contiene estupendas canciones de T. Rex, Stooges, Lou Reed, Bad Company, Bob Dylan y Free.
“He's dicking us around.
A mile of dick and no balls”
¿Quién podía dudar, de que John Holmes tenía las manos manchadas de sangre?
¡El Jurado!
Pues el 26 de junio de 1982, John Holmes fue absuelto de los cargos.
A pesar de ello, pasó varios meses entre rejas...
Abandonó definitivamente la cárcel, el 22 de noviembre de 1982.
Convertido en un hombre libre, intentó recuperar su gloria pasada…
Fue imposible.
Rodó su última película, “The Rise and Fall Of The Roman Empress”, y se acabó todo.
En febrero de 1986, 6 meses después de dar negativas las pruebas para el virus VIH, Holmes fue diagnosticado positivo.
Según Laurie Holmes, él dijo que nunca usó agujas hipodérmicas, y que les temía profundamente.
Tanto su primera esposa, Sharon, así como Bill Amerson, confirmaron que Holmes no pudo haber contraído VIH por uso de drogas intravenosas, porque nunca usó agujas.
Sus 2 últimas películas porno, crearon furor cuando fue revelado que John Holmes había decidido conscientemente, no revelar su estado serológico a sus coestrellas, antes de participar en relaciones sexuales sin protección para el rodaje.
¡Cómo es posible!
Sin querer revelar la verdadera naturaleza de su salud, Holmes afirmó a la prensa, que estaba sufriendo de cáncer de colon…
Holmes se casó con Laurie Rose, el 23 de enero de 1987, en Las Vegas, después de confiarle a ella que tenía SIDA.
Durante los últimos 5 meses de su vida, John Holmes permaneció en El Hospital de Veteranos, en Sepulveda Boulevard en Los Angeles; hasta su muerte por complicaciones relacionadas con El SIDA, según su certificado de defunción:
Paro cardiorrespiratorio y encefalitis debido al Sida, asociado con adenopatía y candidiasis esofágica; el 13 de marzo de 1988, a la edad de 43 años.
Su cuerpo fue incinerado, y su viuda, Laurie y su madre, Mary, esparcieron sus cenizas en el mar, frente a la costa de Oxnard, en California, EEUU.
John Holmes, fue a la industria cinematográfica para adultos, lo que Elvis Presley fue para el rock 'n' roll.
Simplemente fue “El Rey”

“The only thing I want to heat up right now is some dope”



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