Le Monde selon Monsanto

“We are talking very dirty tricks here”

La bioética, es la rama de la ética, dedicada a proveer los principios para la conducta más apropiada del ser humano respecto a la vida, tanto de la vida humana, como de la vida no humana, animal y vegetal, así como al ambiente en el que pueden darse condiciones aceptables para la misma.
Se trata de una disciplina relativamente nueva, pues abarca las cuestiones éticas acerca de la vida que surgen en las relaciones entre biología, nutrición, medicina, química, política, que no debe confundirse con la “biopolítica”; derecho, filosofía, sociología, antropología, teología, etc.
En su sentido más amplio, la bioética, a diferencia de la ética médica, no se limita al ámbito médico, sino que incluye todos los problemas éticos que tienen que ver con la vida en general, extendiendo de esta manera su campo, a cuestiones relacionadas con el medio ambiente, y al trato debido a los animales.
El criterio ético fundamental que regula esta disciplina, es el respeto al ser humano, a sus derechos inalienables, a su bien verdadero e integral:
La dignidad de la persona.
La bioética, es con frecuencia, asunto de discusión política, lo que genera crudos enfrentamientos entre aquellos que defienden el progreso tecnológico en forma incondicionada, y aquellos que consideran que la tecnología no es un fin en sí, sino que debe estar al servicio de las personas, y bajo el control de criterios éticos.
La bioética, se diferencia de la ética, según algunos autores, en que no necesita la aceptación de ciertos valores tradicionales que son fundamentales para la ética.
Los problemas de la investigación científica, en particular la investigación biomédica y biotecnológica, que tanto pueden transformar al hombre, como:
La manipulación genética, tecnologías reproductivas como la fecundación in vitro, o la, por ahora sólo hipotética, clonación humana, etc.
Por otra parte, El Principio de Equivalencia Sustancial, es un principio apoyado por La OECD, FAO, OMS, FDA, COFEPRIS, entre otras instituciones de salud de varios países alrededor del mundo, y se basa en lo siguiente:
“Los alimentos novedosos, por ejemplo, alimentos modificados genéticamente, deben considerarse igual de seguros que los alimentos convencionales, si estos demuestran las mismas características de composición, por tal motivo, si una planta novedosa, es equivalente a su contraparte, debe ser regulado por el mismo marco regulatorio que el convencional”
Las estrategias para evaluar la seguridad de los alimentos producidos mediante biotecnología, concluyen que “el ADN de todos los organismos vivos, es estructuralmente similar.
Por esta razón, la presencia de ADN transferido en los productos en sí, no causa ningún impacto en la salud del consumidor”
Monsanto Company, es una multinacional estadounidense, cotizada en bolsa productora de agroquímicos y biotecnología destinados a la agricultura.
La sede de la corporación, se encuentra en Creve Coeur, Saint Louis, en el estado de Missouri; siendo el líder mundial en ingeniería genética de semillas, y en la producción de herbicidas, el más famoso de ellos es El Glifosato, comercializado bajo la marca “Roundup”
Su fundador, John Francis Queeny, era un químico veterano de la industria farmacéutica, el cual fundó la compañía con capital propio; dándole el nombre de soltera de su esposa:
Olga Méndez Monsanto.
Así pues, Monsanto se dedica en la actualidad, principalmente a la producción de herbicidas y de semillas genéticamente modificadas, llamadas comúnmente:
Alimentos transgénicos.
En septiembre de 2016, Monsanto anunció la aceptación de la oferta de compra de Bayer, valorada en $66.000 millones, lo que supondrá la pérdida de su independencia, tras más de un siglo de historia, y la formación de un gigante agroquímico.
Desde su fundación en 1901, Monsanto producía en un principio, aditivos alimentarios como la sacarina y la vainillina; también proveyó de edulcorantes a Coca-Cola, haciéndose uno de sus principales proveedores.
En la década de 1920, ya producía numerosos productos químicos industriales como ácido sulfúrico y el policlorobifenilos (PCB); y en la década de 1940, se había convertido en un importante productor de plásticos, incluyendo poliestireno y fibras sintéticas.
Monsanto consiguió logros notables en el campo de la industria química, y sus científicos estaban a la vanguardia de la investigación en hidrogenación asimétrica catalítica; tanto que la compañía fue la primera en producir en masa, diodos emisores de luz (LED)
Sus productos, LED discretos y pantallas numéricas de 7 segmentos; se convirtieron en los estándares de la industria; siendo los principales mercados entonces, las calculadoras electrónicas, relojes digitales, y otros tipos de aplicaciones con display digital; y fue pionera en el campo de la optoelectrónica durante la década de 1970, traspasando el lugar más tarde a HP.
La compañía, también fabricó productos polémicos como el insecticida DDT, los PCB, la somatotropina bovina recombinada, y El Agente Naranja, utilizado en La Guerra de Vietnam por Estados Unidos, y responsable de la muerte de cientos de miles de personas, y de la destrucción o daño de millones de hectáreas de selva y cultivos.
El Agente Naranja, fue uno de los herbicidas y defoliantes utilizados por los militares estadounidenses, como parte de su programa de Guerra Química en La Operación Ranch Hand, durante La Guerra de Vietnam, entre 1961 y 1971.
Vietnam estima que 400 mil personas fueron asesinadas o mutiladas, y 500 mil niños nacieron con malformaciones congénitas, como resultado de su uso.
El agente, es una mezcla 1:1 de 2 herbicidas hormonales:
2,4-D y 2,4,5-T, que fue fabricado para El Departamento de Defensa, principalmente por Monsanto Corporation, y Dow Chemical.
Posteriormente se descubrió, que el 2,4,5-T utilizado para producir El Agente Naranja, estaba contaminado con TCDD, un compuesto de dioxina, extremadamente tóxico.
Como dato, se le dio el nombre de “Agente Naranja”, por las franjas de color naranja en los barriles utilizados para su transporte, y fue de lejos, el más ampliamente utilizado de los llamados “herbicidas arcoíris”
El objetivo del programa de uso del Agente Naranja en Vietnam, era defoliar tierras forestales y rurales, privando a la guerrilla de cubierta donde protegerse; otro objetivo era la inducción forzosa de proyectos de urbanización, la destrucción de la capacidad de los campesinos para ganarse la vida en el campo, obligándolos a huir a las ciudades dominadas por los Estados Unidos, privando así a la guerrilla de su apoyo rural, y el suministro de alimentos.
El vertido, provocó el crecimiento de la población urbana en Vietnam del Sur, casi 3 veces:
De 2,8 millones de personas en 1958, a 8 millones en 1971.
El rápido flujo de personas, llevó a un ritmo rápido e incontrolado de urbanización, y se estima que 1,5 millones de personas vivían en los suburbios de Saigón.
La tasa de migración de zonas rurales a urbanas, aumentó espectacularmente, ya que los campesinos escapaban de la guerra y el hambre en las zonas rurales, huyendo a las ciudades dominadas por Estados Unidos.
Por otra parte, la somatotropina bovina (BST), es una hormona proteínica producida en la glándula pituitaria del ganado.
Es también llamada la hormona del crecimiento bovina, o rBGH; y se administra a la vaca por inyección, y se utiliza para aumentar la producción de leche.
Actualmente, Monsanto comercializa la somatotropina bovina recombinante, bajo el nombre comercial Posilac.
En Latinoamérica, la empresa Elanco, comercializa la rBST bajo el nombre comercial de Lactotropina.
Así como también, Monsanto fue pionero en la modificación genética de células vegetales, y uno de los 4 grupos que anunciaron la introducción de genes en plantas en 1983; también fue uno de los primeros en realizar ensayos de campos de cultivo modificados genéticamente, en 1987.
Un organismo genéticamente modificado, u organismo modificado genéticamente, abreviado (OMG) u (OGM), también llamado “transgénico”, es un organismo cuyo material genético ha sido alterado, usando técnicas de ingeniería genética.
Según el mismo organismo, el mercado de productos de cultivos comerciales transgénicos, como maíz, soja y algodón, mueve al año, $160 billones, según datos de 2011; y se venden 13,2 billones de semillas modificadas genéticamente; siendo una de las aplicaciones comerciales más conocidas.
Algunas plantas transgénicas, incluyen genes que les confieren resistencia a determinados herbicidas, como El Glifosato, utilizado para combatir plagas de otras plantas en los cultivos.
El Glifosato, N-fosfonometilglicina, C3H8NO5P, CAS 1071-83-6; es un herbicida de amplio espectro, desarrollado para eliminación de hierbas y de arbustos, en especial los perennes; es absorbido por las hojas, y no por las raíces.
Se puede aplicar a las hojas, inyectarse a troncos y tallos, o pulverizarse a tocones como herbicida forestal.
El Glifosato, es el principio activo del herbicida “Roundup”, nombre comercial producido por Monsanto, cuya patente expiró en 2000.
Monsanto patentó en algunos países la soja transgénica resistente a glifosato, conocida como “soja RR” o “Roundup Ready”, o “soja 40-3-2”, tecnología que permite la aplicación del herbicida en cobertura total, sin afectar el cultivo.
Los principales ejemplos son, el maíz RR y la soja RR; ambos son cultivados y comercializados en varios países del mundo, y tienen una importante cuota de mercado y producción.
Otros cultivos, tienen insertado el gen Bt, que les confiere a las hojas de estos cultivos, la resistencia a plagas, sin la necesidad de tener que ser rociadas con algún plaguicida.
Estos cultivos, dieron a los agricultores la posibilidad de controlar las malezas de forma total, ya que el glifosato no afectaba sus cultivos genéticamente modificados.
En 2005, 87% del cultivo de soja de EEUU, era de la variedad transgénica resistente al glifosato.
En una revisión bibliográfica, la empresa Monsanto señaló entre los efectos del uso del glifosato como herbicida de mercado, la posibilidad de adoptar una serie de prácticas conservacionistas del suelo, con la consiguiente reducción de la cantidad de labores mecánicas para el control de malezas, la reducción de la erosión, la disminución del uso de combustibles, y una mayor conservación de la humedad del suelo.
Monsanto patenta la mayoría de las semillas que desarrolla la compañía.
Según Monsanto, lo hacen con la intención de recibir el pago por la inversión que fue necesaria para la creación de las semillas, y para incentivar la investigación.
La controversia surge, cuando los agricultores reutilizan las semillas, provocando que la compañía los demande.
Un agricultor que trabaja con Monsanto, además de comprar la semilla, cada año debe pagar $15 por hectárea, para mantener válida la licencia del uso de la misma.
De no ser así, o por simplemente hablar mal de la empresa con otros agricultores, les cuesta 1/3 parte, o la totalidad de su cosecha.
Con todo lo anterior, Monsanto continua siendo una de las 10 mayores empresas químicas estadounidenses, hasta que se deshizo de la mayor parte de estas compañías, entre 1997 y 2002, a través de un proceso de fusiones y escisiones que enfocaron a la empresa hacia la biotecnología.
La compañía, fue una de las primeras en aplicar modelos de negocio de la industria biotecnológica a la agricultura, y en introducir el uso de técnicas desarrolladas por la empresa Genentech, y otras compañías farmacéuticas y biotecnológicas a finales de la década de 1970, en California.
En este modelo de negocio, las empresas invierten mucho en investigación y desarrollo, para después amortizar los gastos, y generar beneficios gracias a la utilización y aplicación de las “patentes biológicas” derivadas de la investigación.
La apuesta de Monsanto por este nuevo modelo de desarrollo agrícola, junto con su ambición de crear un sistema global y uniforme, que le asegure sus derechos de mejora vegetal desde la década de 1980, le han generado numerosos conflictos con agricultores, cuya práctica habitual, había sido siempre guardar, reutilizar, compartir, y desarrollar en comunidad nuevas variedades de plantas.
El hecho de patentar semillas, ha sido visto como una amenaza a la biodiversidad y un acto de biopiratería.
También, se ha criticado los posibles y graves perjuicios a la salud, y el impacto ambiental negativo de sus productos, algunos de los cuales, han sido prohibidos en Europa y otros países.
En Europa, los alimentos transgénicos, principal actividad actual de Monsanto, encuentran gran resistencia entre la población y los agricultores, que no consideran probada su seguridad para la salud humana.
Debido a esto, y tras varios intentos fallidos Monsanto, anunció en 2013, su retirada del mercado europeo, salvo de 3 países:
España, Portugal y La República Checa.
El cultivo de dichos alimentos transgénicos, es prácticamente inexistente en el territorio de La Unión Europea, con la única excepción de España y Rumania.
El papel de Monsanto en los cambios agrícolas, los productos biotecnológicos y los grupos de presión formados en las agencias gubernamentales, casos de sobornos, para evitar mayores controles, y su historia en la industria química; han hecho de la compañía, una empresa muy controvertida y cuestionada.
“This is the best way to control the population of the world”
Le Monde selon Monsanto es un documental francés, del año 2008, escrito y dirigido por Marie-Monique Robin.
Protagonizado por David Baker, Ken Cook, David Carpenter, Dan Glickman, James Maryanski, Vandana Shiva, Jeffrey Smith, entre otros.
El único no acreditado en el documental, es Monsanto; por su parte, Marie-Monique Robin, es también autora de varios ensayos, algunos de los cuales han sido grandes éxitos; siendo esa una de las peculiaridades de su trabajo de investigación:
Cada uno de sus libros, describe en detalle la investigación realizada con ocasión de sus películas, y profundiza sobre el tema.
Le Monde selon Monsanto, también es el título de un libro de investigación escrito por la misma autora, traducido a 11 lenguas; cuya autora ha sido galardonada con El Premio Noruego, Rachel Carson de 2009, dedicado a mujeres ambientalistas.
Le Monde selon Monsanto fue producido por Arte France, Image et Campagnie, Producctions Thalie, Office National du Canadá, WDR, y tiene una duración de 108 minutos; una investigación de 3 años, basado en miles de documentos oficiales, publicaciones científicas, y artículos encontrados en Google.
Le Monde selon Monsanto señala los peligros resultantes del crecimiento exponencial de los cultivos de transgénicos, que en 2007 cubrían 100 millones de hectáreas, con propiedades genéticas patentadas en un 90% por Monsanto; así como la historia de la compañía, y sus productos comerciales, la política, el impacto en la agricultura, la biotecnología, y la salud de las personas.
El documental muestra a la autora, Marie-Monique Robin, investigando y extrayendo información de Internet; haciendo entrevistas, y reconstruyendo la historia de Monsanto, compañía implantada en al menos 46 países; se ha convertido en el líder mundial de los OMG, con más del 90% de la cuota de mercado; la compañía también produce piraleno (PCB), herbicidas como El Agente Naranja usado durante La Guerra de Vietnam; u hormonas de crecimiento bovino y lácteo, prohibidas en Europa.
El documental explica que desde su creación en 1901, la firma acumuló procesos por envenenamiento o contaminación, al tiempo que se presenta hoy en día, como una empresa de “ciencias de la vida”, convertida a las virtudes del desarrollo sostenible.
En su investigación, la periodista afirma que “para imponer su mundo OMG, Monsanto se ha infiltrado en las principales esferas científicas y regulatorias”
Así pues, este documental es de terror:
Ofrece antecedentes y bases sólidas, para hacer pensar que existe una conspiración mundial, en donde Monsanto juega un rol esencial, para apoderarse literalmente de todo el suministro alimentario del planeta.
El invento funciona como sigue:
Monsanto crea una patente para un transgénico...
Los transgénicos están en la comida y en la bebida…
Están en todo lo que consumes.
¿Sabes lo que es un transgénico?
Básicamente le arrancan un gen a una pobre e infortunada planta o animal, y lo cambian de un lado a otro.
Una posibilidad muy interesante para el desarrollo humano… figúrense.
Le metemos a una planta, el gen de la resistencia al pesticida X.
Luego bombardeamos el cultivo entero con dicho pesticida X, para erradicar absolutamente todo lo que impida a esa planta crecer, llámese malezas, malas hierbas, caracoles, langostas, comunistas…
En cuanto a hacer crecer nuevos cultivos...
¡El cielo es el límite!
¿Qué podría salir mal?
Bueno, en primer lugar, el tema de las regulaciones.
Porque toda la comida de Estados Unidos, es vigilada por la Food and Drug Administration (FDA), pero:
¿Quién vigila a La FDA, quién nos protege de los lobistas, y quién paga a los lobistas?
¡Monsanto!
Una vez creada la patente para un transgénico, luego envía a los lobistas para convencer al Gobierno de que los transgénicos son exactamente iguales a los productos naturales de toda la vida, que no lo son.
Luego, emprende agresivas campañas de desprestigio y de persecución personal en contra de cuanto profesor, académico y político que trate de denunciarlos.
A continuación, amasa suficiente dinero como para vender sus patentes a todo el mundo.
Luego, la gente compra las semillas transgénicas, bajo la promesa de que rinden más que los cultivos tradicionales.
Y no fuera nada que los cultivos tradicionales queden desplazados, bueno, salvo la pérdida de la biodiversidad, eso es.
Es que además, los transgénicos son propensos a generar contaminación cruzada, por lo que cultivos inicialmente no transgénicos, pueden verse invadidos.
Y si Monsanto dispone la patente sobre el gen, entonces... adivinaron:
Cualquier cultivo en donde se detecte el gen transgénico, automáticamente pasa a estar regido por el estatuto de patentes a favor de Monsanto; inclusive el derecho al uso del terreno, pues este ha sido tratado con producto Monsanto, por tanto, nada de cambiar semillas, ni de seccionar terrenos para otros cultivos, ni nada.
Por supuesto que los cultivos transgénicos son resistentes a ciertos herbicidas:
¿Y adivinan quién vende justo esos herbicidas a los que son resistentes dichos cultivos?
¡Monsanto!
¿Resultado final?
Todo el suministro alimentario del planeta, termina perteneciéndoles a una empresa transnacional, que escamotea sus actividades a los gobiernos del Primer Mundo, mediante lobistas.
Por amenazas mucho menores contra la seguridad nacional de países latinoamericanos, se han justificado Golpes de Estado y dictaduras completas, y resulta que tenemos en la mano, un documental acerca de cómo El Golpe no está viniendo desde el tráfico de armas ni las altas finanzas internacionales, sino desde un grupo de ejecutivos que, además, juega a las sillas musicales con El Gobierno de turno, cualquier Gobierno de turno, y Le Monde selon Monsanto proporciona nombres y apellidos.
Así pues, de entrada podemos decir, que Le Monde selon Monsanto es un “ataque” directo a la compañía, pues esta no se defendió ni respondió a ninguna de las entrevistas y cuestionamientos de la directora; y evidencia que Monsanto ha manipulado, ocultado, falsificado, publicado información parcial a los consumidores, que han presentado problemas de salud, pérdidas millonarias, viéndose imposibilitado de producir ante las patentes, siendo al fin y al cabo, víctima de una empresa controladora de la alimentación a nivel global, a través de sus políticas sucias.
El hecho de que una compañía química, sea hoy la mayor multinacional comercializadora de productos destinados a la agricultura, requiere que sea 100% transparente en sus datos de investigación, de conocimiento público, desde la experimentación, pruebas/ensayos y error, hasta el etiquetado de producto terminado, permitiendo libertades tanto al productor como al consumidor.
Esto no es así.
La multinacional, está acabando con el pequeño productor, acarreando pobreza, abandono, enfermedad y muerte.
Para la directora:
“No tengo nada contra la ciencia y la investigación, pero que en el tema de los transgénicos, no sea a campo abierto, porque el peligro de esto, es la contaminación”
Esta tecnología, tiene un grave problema, no está al servicio de la humanidad, sino del comercio.
“The issue is that many diseases are caused by PCB exposure; the one everyone knows about is cancer”
El Proyecto de Ley que impulsaba la introducción de transgénicos en Francia, enfrentó un grave enemigo a la hora de ser votado en El Parlamento:
El “bestseller” Le Monde selon Monsanto, de la periodista Marie-Monique Robin.
El ensayo periodístico más leído de los últimos tiempos en el país galo, logró la titánica tarea de cambiar el voto de varios diputados, que luego de leerlo, decidieron rechazar la iniciativa, por lo que a mediados de 2008, se decidió que la nación liderada por Nicolas Sarkozy, quedaría libre de este tipo de plantaciones.
En poco más de 500 páginas, y a través de un lenguaje fluido, con datos fidedignos, y plenamente respaldados, el lector descubre los tentáculos del gigante de los transgénicos, que lo han llevado a conseguir, gracias a gobiernos y legislaciones permisivas, dominar el mercado mundial de la alimentación.
Disfrazado con esa figura muy de moda estos días, de “responsabilidad social empresarial y producción limpia”, Monsanto vende muy bien sus productos, y ha monopolizado gran parte de la industria agraria en el mundo.
Hábilmente, ha introducido y mantenido sus productos, ha ocultado deliberadamente los efectos nocivos de estos, y persigue a todo aquel que no comulga con su filosofía, o no comparte los resultados de sus investigaciones.
En su afán de vender, y no perder ni $1, esta empresa líder en productos transgénicos sin estudios concluyentes sobre los efectos de estos productos, ni a corto, mediano, ni el más impactante, a largo plazo; no sólo en los humanos que consumimos esto, también en el ecosistema y el impacto en la genética en general.
No hace falta ser todo un Mendel o Darwin, para sospechar del asunto.
Si se juega a la selección natural:
¿No se estará dirigiendo la evolución?
Y el problema en sí, es que no se puede dirigir, porque no sabemos a dónde va.
Y los resultados aberrantes se pueden ver en el documental, Le Monde selon Monsanto.
Tanto el documental como el libro, trata primero la historia judicial de Monsanto, especialmente lo relacionado al PCB, y luego se tratan los productos de Monsanto del Agente Naranja, al “Roundup”, Glifosato, y Los OGM.
La trama se desarrolla de acuerdo a la información que Marie-Monique Robin va encontrando en Google, uno de los motores de búsqueda más consultados en Internet; es decir, las pistas que guían esta investigación, aparecen de un modo tan simple, que están al alcance de cualquier internauta interesado en seguirlas y, en su caso, comprobarlas.
El sitio web de Monsanto, marca la pauta del documental; se presentan diferentes aspectos de lo que esta compañía dice de sí misma para, posteriormente revelar lo que algunos científicos, consumidores y personas interesadas opinan al respecto.
Poco a poco se deduce, que la cara que Monsanto ofrece al público, dista mucho de lo que se afirma en diversos ámbitos académicos, políticos y sociales.
Al parecer, en esta empresa trasnacional, trabajan con tenacidad para anular, a cualquier precio, aquellos discursos que cuestionen o contradigan las ventajas que prometen a los usuarios de sus productos:
Herbicidas, transgénicos u organismos genéticamente modificados (OGM), aspartame, hormona de crecimiento bovino, y policloruro de bifenilo (PCB), entre otros.
La pesquisa, llevó a la directora a Estados Unidos, y países como India, Paraguay, Brasil, o México, cotejando las virtudes proclamadas de los OGM, con realidades que a menudo, son las de campesinos hundidos por las deudas con la multinacional, las de personas que sufren problemas de salud a proximidad de las plantaciones, o las de variedades originales de granos amenazadas por las especies transgénicas.
“Estamos hablando de trucos muy sucios aquí.
No hay ética en absoluto en lo que está sucediendo aquí.
Muestra una organización que está decidida a empujar sus productos a países de todo el mundo.
Y está decidido a destruir la reputación de cualquiera que se interponga en su camino”, dijo Jonathan Matthews, Presidente de GM Watch.
La primera parte del documental, aborda el problema del PCB, comercializado en Francia como Pyraléne, producido por la fábrica de Monsanto, su filial Solutia Inc., en Anniston, Alabama, Estados Unidos
Y Le Monde selon Monsanto alega que la contaminación provocada por la fábrica, causó y continúa causando víctimas, mayoritariamente en la población negra más pobre, elevando la tasa de diversos tipos de cáncer.
Se le reprocha a Monsanto, haber contaminado el agua, derramando PCB en los canales de evacuación de aguas que desembocan en el canal Snow Creek; a la tierra, con el descargado de desechos contaminantes a cielo abierto en el mismo sitio de producción, cercano a barrios circundantes; y en el aire de Anniston.
También, se le reprocha a Monsanto, haber ocultado la nocividad del PCB2, liberado en la población para no perder dinero, estando ellos al tanto de esta nocividad, como prueban notas internas de la compañía.
En 1937, un estudio de La Universidad de Harvard, notificó a la empresa Monsanto, que la exposición al PCB causa cloracné, y lesiones en el hígado.
En 1966, un estudio Sueco de Soren Jensen, mostró que El PCB crea problemas medioambientales de gran magnitud, ya que tiene la capacidad de acumularse a lo largo de la cadena alimentaria, bioacumulación.
Todo ello está basado en los archivos internos de la firma, que fueron desclasificados por un proceso legal, una demanda colectiva de 3500 habitantes de Anniston contra Monsanto.
Monsanto y su filial, fueron condenados a pagar $700 millones para indemnizar a las víctimas, descontaminar el lugar, y construir un hospital especializado.
Ningún dirigente de Monsanto, fue perseguido.
Monsanto cesó la producción de PCB en EEUU, en 1977, y se prohibió la sustancia en ese país, en 1978.
Pero la investigación examina a otros productos creados y comercializados por Monsanto; sus consecuencias sobre el medio ambiente y la salud:
Las dioxinas, como El Agente Naranja en La Guerra de Vietnam, y sus efectos sobre la población hasta hoy en día:
Cáncer, malformaciones congénitas…
Los PCB, y la contaminación derivada de su uso; la hormona somatropina de crecimiento bovina, que está prohibida en Europa y Canadá.
Le Monde selon Monsanto, continúa con en el estudio de la toxicidad del herbicida “Roundup”, glifosato producido por Monsanto, que fue presentado como “respetuoso del medio ambiente”
En enero del 2007, la sociedad Monsanto, fue condenada por un tribunal de Lyon, Francia, por publicidad engañosa relativa al producto “Roundup”, al calificarlo como “biodegradable”
Unos pocos años antes, la firma había sido condenada en EEUU por el mismo motivo.
Entre los científicos citados en el informe, se encuentra un equipo de La CNRS y de la Universidad Pierre et Marie Curie, cuyas investigadores demostraron que el “Roundup” tiene un efecto nocivo sobre el ciclo celular, disfunciones características del cáncer:
“De hecho, es suficiente una gota para afectar al proceso de división celular.
Concretamente, se puede decir que para utilizar el herbicida sin riesgo, se necesita no solo portar un traje y una máscara, sino también asegurarse de que no haya personas a menos de 500 metros”
En la segunda mitad, el documental ataca a Monsanto como una empresa que se esfuerza por obtener la lista negra de disidentes, y evitar que la verdad vea la luz del día; por lo que Le Monde selon Monsanto, utiliza varios testigos primarios, y un par de grandes entrevistas.
“La diferencia es que La Primera Revolución Verde, fue dirigida por el sector público.
Estaba impulsada por agencias gubernamentales, y las agencias gubernamentales controlaban la investigación.
La Segunda Revolución Verde, es impulsada por Monsanto; es una revolución impulsada por ellos.
La gran diferencia es que La Primera Revolución Verde, tenía un objetivo oculto de vender más productos químicos, pero su primer objetivo era proporcionar comida, era seguridad alimentaria...
La Segunda Revolución Verde, no tiene nada que ver con la seguridad alimentaria.
No se trata de la seguridad alimentaria, sino de los beneficios de Monsanto, eso es todo.
Siempre han dicho, que la ingeniería genética es la manera de llegar a patentar, pero la patente es el verdadero objetivo.
Una vez que hayan establecido la norma, de que las semillas deben ser las propias, como de su propiedad, y los derechos de recolección, dependeremos de ellos para cada semilla que crezca en cada cultivo que cultivamos.
Si controlan la semilla, controlan los alimentos, lo saben, es estratégico.
Es más poderoso que las bombas, es más poderoso que las armas.
Esta es la mejor manera de controlar la población del mundo”, dijo Vandana Shiva, filósofa y escritora india; activista en favor del ecofeminismo, que recibió El Premio Nobel Alternativo, en 1993.
Y es que las evidencias más desgarradoras de su monopolio, las encontramos en India, con el algodón transgénico de Monsanto.
Antes de los transgénicos, los agricultores indios utilizaban sus abonos y pesticidas naturales, y guardaban las semillas para las siguientes temporadas, pero a partir de la introducción de las semillas transgénicas de Monsanto, por diferentes distribuidoras indias bajo su control, y fuertes campañas publicitarias, las cosas cambiaron.
Son semillas patentadas, y está prohibida su reproducción en los siguientes años.
Qué paradoja, semillas no renovables, que además requieren de insecticidas específicos, propiedad de Monsanto.
Esta política implacable, ha hecho posible el silenciamiento de científicos disidentes, el despido o la corrupción de empleados y funcionarios gubernamentales en los Estados Unidos y en el extranjero, y el desplazamiento, eliminación, empobrecimiento y, con frecuencia, muerte o suicidio de miles de pequeños agricultores en los países más pobres del mundo:
Brasil, México, Argentina, India, etc.
Las mortíferas semillas venenosas de Monsanto, también están destruyendo por contaminación del “stock” genético de la mayoría de los alimentos en este planeta, para que llegue el momento en que la población de La Tierra nunca estará segura de lo que está ingiriendo, y de su efecto sobre su salud.
Suena como un escenario de ciencia ficción, o por lo menos una pesadilla. Desafortunadamente, todo es cierto.
Uno de los puntos señalados, y que merece un tratamiento más profundo, fue la puerta giratoria de Washington/EEUU corporativa.
Pensé que los efectos negativos de este carrusel, estaban más o menos confinados a los Estados Unidos; tristemente, Le Monde selon Monsanto, hizo ver que no es el caso.
Finalmente, la periodista hace un estudio sobre los OGM de Monsanto, especialmente la soja y el maíz diseñados por Monsanto, para resistir el herbicida “Roundup”, OGM's llamados “Roundup Ready”
Y da la palabra a científicos alrededor del mundo, que cuentan sobre las presiones que han sufrido como consecuencia de estudios sobre los OGM de Monsanto, especialmente desde el punto de vista de sus efectos sobre la salud pública.
Estos científicos, afirman haber sido incitados por sus tutelas a no comunicar lo investigado, para no comprometer el desarrollo de los OGM's.
“Estados Unidos, ya es el líder mundial en biotecnología, y queremos mantenerlo así.
Sólo en 1991, era una industria de $4.000 millones; debería alcanzar al menos $50.000 millones para el año 2000, siempre y cuando nos resistimos a la propagación de la regulación innecesaria”, dijo Dan Quayle, entonces Vicepresidente del Gobierno de George Bush.
En las entrevistas realizadas para Le Monde selon Monsanto, Dan Glickman, Secretario de Agricultura de Bill Clinton, ex Presidente de EEUU, declaró sobre pruebas realizadas a los OGM's y su legislación en ese país:
“Francamente pienso que deberíamos haber hecho más pruebas, pero las empresas agroindustriales no quisieron, porque habían hecho enormes inversiones para desarrollar sus productos.
Y como responsable del servicio de reglamentación del Ministerio de Agricultura, sufrí muchas presiones para, digamos, no ser demasiado exigente”
“Como un científico que trabaja activamente en el campo, creo que es muy, muy injusto usar a nuestros conciudadanos como cobayas...
Nunca me perdonarán por eso”, dijo Árpád Pusztai, bioquímico y nutricionista.
Sobre la realización del documental, la sociedad Monsanto no ha deseado responder a los pedidos de entrevistas formuladas por la autora.
Luego de la difusión de Le Monde selon Monsanto, no ha habido respuesta oficial publicada, sin embargo, Monsanto France, en un boletín, Número 22, publicado en marzo del 2008, dijo:
“La película y el libro, Le Monde selon Monsanto, son cuestiones que fueron realizadas por personas opuestas a las biotecnologías vegetales, y fue su objetivo, el desacreditar estas tecnologías y a los actores correspondientes a su desarrollo”
Es un hecho que para cualquiera, convence el trabajo investigativo de Marie-Monique Robin, y actualiza en este tema, pues ya hay estudios serios de las consecuencias para la salud, el ecosistema, y socioeconómicas de la aplicación de la tecnología OMG; siendo una tristeza la suerte de los científicos que profundizaron en ella.
Eso solo retrata a nuestra sociedad y las clases dirigentes; pues el problema del hambre en el mundo, es producto de la no disponibilidad física de alimentos en las regiones, y de la falta de acceso a los alimentos, a causa de los bajos o nulos ingresos de la población.
Con los altos costos de esta tecnología OMG, se seguirá aumentando la desigualdad y la exclusión de los más pobres en la producción, y el acceso de los alimentos; y se seguirán viendo amenazadas la seguridad y soberanía alimentaria de los países.
Por ejemplo, véase El Acuerdo Transatlántico para El Comercio y La Inversión, entre Europa y EEUU.
Si no tienen ni idea de qué es eso, simplemente advierto, de que este tratado comercial, podría tumbar todo tipo de restricciones sanitarias, ecológicas y laborales, que actualmente protegen los derechos como consumidores en Europa.
Supondría, entre otras muchas cosas, un paso de gigante para la fácil privatización de los pocos servicios públicos que aún se conservan; y permitiría la comercialización de todo tipo de productos actualmente prohibidos allí, como pollos clorados, carne de cerdo con Ractopamina, vía libre a los transgénicos, o una legislación mucho más permisiva, con respecto a la información que debe proporcionar el etiquetado de todo aquello que se compra, y ya no digamos en lo referente a todo tipo de restricciones de carácter medioambiental.
El asunto es tan peliagudo, que las negociaciones, desde 2013, se están produciendo en el más siniestro de los secretos, bajo compromiso de total confidencialidad, y con los eurodiputados conservadores, liberales y socialistas, totalmente entregados a la presión de los lobbies.
Si no hay nada más, vale la pena señalar, que muchas de las personas, de científicos a agricultores, no distinguen entre Monsanto y “los estadounidenses”, por lo que estamos siendo responsables de todo lo que Monsanto está haciendo.
Vivimos tiempos en los que tendremos que defender nuestros derechos más básicos y elementales, de los intereses lucrativos de las grandes multinacionales.
Así que conviene estar muy bien informado y, para ello, documentales como Le Monde selon Monsanto, son impagables, y deben ser de conocimiento general… muy a pesar de la repetida aparición del dichoso monitor de diseño, y la directora haciendo una búsqueda en Google… hechos que llegaron a irritarme un poco; considero imprescindible recomendarlo, hablar de él, pues su visionado pasivo y no participado, no serviría de nada.
Monsanto no es la solución para el hambre, sino la causa de ella, en muchas partes del mundo.
“…a direct consequence of the “principle of substantial equivalence”
Monsanto ha sido y sigue siendo una de las empresas que ha creado más controversia a nivel mundial, debido al peligro potencial de sus productos sobre la salud humana, animales, plantas, y sobre el medio ambiente en general; y ha sido catalogada como “Agroindustria que envenena la agricultura”
En 1935, Monsanto absorbió a la empresa que comercializaba policloruro de bifenilo, (PCB)
Los PCB, se usaron masivamente hasta mediados de la década de 1970, como aislantes para equipos eléctricos como transformadores, interruptores, condensadores, y termostatos.
Su mayor fabricante a escala mundial, ha sido la empresa Monsanto.
Por sus características anti-inflamables, la mayoría de los aceites dieléctricos con PCB's, se usaron fundamentalmente en áreas con alto riesgo de incendio, tales como plantas industriales, en transporte colectivo de tracción eléctrica, tranvías, y en la industria petroquímica.
Tras los avances de la ciencia, se prohibió el uso de PCB en 1970, tras descubrir que se trataba de un agente contaminante para el medio ambiente, según el programa de Las Naciones Unidas, es 1 de los 12 contaminantes más nocivos fabricados por el ser humano.
Su uso en agricultura e industria, junto con su gran capacidad de permanecer en el medio, incluso durante siglos, hizo que este agente llegara a la hidrosfera, donde se acumuló en sedimentos fluviales y marinos.
El agua, es bebida por los animales, y el químico con ella; el PCB se almacena en el tejido graso animal, de peces principalmente, que luego servirán para el consumo humano.
Los PCB, una vez ingeridos, se acumulan principalmente en tejidos ricos en lípidos, como puede ser el tejido adiposo, el cerebro, hígado, etc.
Se produce una transferencia de la madre al feto, durante la gestación, y esta contaminación del feto, puede dar lugar a una ralentización del neurodesarrollo y afectar a la función tiroidea, al situarse en receptores específicos para estas hormonas.
También, se relacionaron estos compuestos, con alteraciones del sistema reproductor, del sistema inmunológico, y trastornos del desarrollo.
Su fabricación, está prohibida desde 1977 en Estados Unidos, y desde 1983 en Alemania.
Actualmente, su uso está prohibido en casi todo el mundo.
En la actualidad, existen fuertes controversias entre promotores y detractores de la producción de organismos genéticamente modificados, en relación a su conveniencia, seguridad e impacto sobre el ambiente y el hombre.
La práctica de modificar genéticamente las especies para uso humano, acompaña a la humanidad desde sus orígenes, aunque solo recientemente se realiza en laboratorios, y no en el campo o zonas de cultivo directamente.
Sin embargo, la inocuidad de los transgénicos en el ambiente, es objeto de controversia entre los sectores a favor de esta clase de biotecnología, y los sectores ambientalistas en contra de la misma.
Ambos sectores, esgrimen estudios científicos para sustentar sus posturas, y se acusan mutuamente de ocultar o ignorar hechos frente al público.
Existe un amplio consenso científico, en que los OMG que se encuentran actualmente en el mercado, no representan un peligro mayor que los alimentos convencionales, y hasta la fecha, no se ha documentado ningún caso de enfermedad en humanos, debido al consumo de OGM.
De hecho, mientras que los nuevos alimentos producidos por técnicas convencionales, la inocuidad de las modificaciones, raramente es evaluada.
Sin embargo, todos los organismos genéticamente modificados, deben someterse a controles exhaustivos para garantizar su inocuidad, tanto para la salud humana, como para el ambiente, antes de ser comercializados.
Monsanto, fue productor de la hormona sintética somatotropina bovina, o rBGH recombinante.
Existen estudios científicos que prueban que la hormona provoca cambios significativos en la biología de las vacas:
Mastitis, esterilidad, y un aumento de la hormona del crecimiento y de otras hormonas en la leche producida; y también existen estudios que tratan de probar lo contrario, que la hormona es inocua.
La mastitis, genera dolor innecesario e inusual, e inflamación de la ubre produciendo pus, con lo cual, se administran antibióticos para disminuir la infección.
Tanto el pus como los antibióticos, pasan a la leche comercializada y sus derivados lácteos.
Una investigación europea, sobre los efectos potenciales de la rBGH a la salud humana, correlacionó que existen evidencias de una relación entre  factor de crecimiento tipo insulina 1 (IGF-1), y los cánceres de mama y próstata.
El reporte decía:
“El riesgo relativo de cáncer de mama, aumenta con la cantidad de productos lácteos consumidos...”
Estas aseveraciones, son particularmente serias, cuando se aplican a infantes.
Los niños toman más cantidad de leche que los adultos, y su exposición es mayor, porque tienen menor masa corporal que puede procesar los contaminantes de la leche.
Debido a que sus organismos, especialmente sus sistemas inmunológicos y reproductivos, todavía están desarrollándose, el estímulo prematuro del crecimiento, es una verdadera preocupación frente a ingestiones sostenidas de IGF-1 en niveles elevados.
El uso del rBGH, está permitido en:
Estados Unidos  México, Brasil, Corea, Argentina, Colombia, Egipto, Costa Rica, Emiratos Árabes Unidos, Israel, Honduras, Kenia, Jamaica, Perú, Namibia, Eslovaquia, Turquía, Sudáfrica y Zimbabue; pero está prohibida en Canadá y La Unión Europea.
El producto, no está registrado en Canadá, en La Unión Europea, Japón, Australia y Nueva Zelanda, sin embargo, no existe prohibición de la comercialización de productos derivados de leche de vaca tratadas en estos mercados.
Por otro lado, una de las ventajas del uso de cultivos genéticamente modificados, es la reducción en el uso de pesticidas y herbicidas.
El uso de cultivos resistentes al glifosato, ha reducido el uso de herbicidas más tóxicos, y con mayor permanencia en el medio ambiente como:
La atracina, metribucina o el alacloro, reduciendo el riesgo de contaminación de acuíferos.
Algunos estudios aislados indican, sin embargo, que el uso de plantas resistentes al glifosato, pueden estar fomentando un mayor uso de este.
Además, las especies evolucionan de forma natural para adaptarse a los nuevos ambientes.
En noviembre de 2009, científicos de Monsanto, encontraron que las lagartas rosadas, una especie de polilla de algunas partes de Gujarat, India, se habían vuelto resistentes a la primera generación de algodón Bt, que solo expresa un gen, el Cry1AC.
Esta resistencia, se ha encontrado también en España, Australia, China y Estados Unidos.
El uso del herbicida glifosato, es objeto de controversia desde el punto de vista toxicológico y ambiental.
En 2 ocasiones, La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (USEPA), ha encontrado científicos falsificando deliberadamente los resultados de las pruebas realizadas en los laboratorios de investigación contratados por Monsanto, para estudiar los efectos del glifosato.
En 1996, Monsanto fue acusado de publicidad falsa y engañosa de los productos derivados del glifosato, acarreando una demanda judicial iniciada por El Fiscal General del Estado de New York.
El 20 de enero de 2007, Monsanto fue declarada culpable de publicidad engañosa, por presentar al “Roundup” como “biodegradable”, y alegar que el suelo permanecía limpio después de su uso.
Defensores del medio ambiente y de los derechos del consumidor, plantearon el caso en 2001, sobre la base de que el glifosato, el ingrediente principal del “Roundup”, está clasificado por La Unión Europea, como “peligroso para el medio ambiente” y “tóxico para los organismos acuáticos”
Como consecuencia, Monsanto tuvo que retirar la palabra “Biodegradable” de su producto, y cambiar su publicidad, para poder continuar comercializándolo.
Monsanto Francia, tiene previsto apelar el veredicto…
En abril de 2016, El Parlamento Europeo apoyó renovar la autorización para el uso del glifosato en su territorio por 7 años más, pero restringido a usos profesionales.
El 20 de marzo del 2015, La Organización Mundial de La Salud, declaró en Lyon, Francia, que el glifosato es “un probable carcinógeno para los seres humanos”, y lo clasificó en el Grupo 2A.
La Agencia Internacional para La Investigación del Cáncer (IARC), define el Grupo 1, “como carcinógeno para los seres humanos”
El siguiente grupo, el 2A, menos maligno, lo define “como probablemente carcinógeno para el ser humano”
También que existe “evidencia limitada”, de que el glifosato puede producir linfoma no Hodgkin en los seres humanos, y que hay pruebas “convincentes” de que puede provocar cáncer en animales de laboratorio.
Las comillas están sujetas a que Monsanto no tiene pruebas para contrariarlas.
El movimiento anti-transgénico, esgrime entonces varios argumentos para oponerse a los OGM:
Por daños a la salud humana, los antitransgénicos argumentan que los herbicidas asociados a los OGM, como el “Roundup” son tóxicos.
Consideran que no se han realizado estudios suficientes para garantizar la inocuidad de su consumo.
Durante el proceso de ingeniería genética, se usan genes que otorgan resistencia a antibióticos para identificar las células con la modificación deseada.
Existe la preocupación, de que dichos genes puedan ser transferidos a microorganismos, originando cepas resistentes a los antibióticos.
La posibilidad de usar intensivamente insecticidas, a los que son resistentes los transgénicos, hace que se vean afectadas y dañadas las especies colindantes, no resistentes.
Aunque no se ha observado, el movimiento anti-transgénico argumenta que los transgénicos pueden generar nuevas alergias.
Se ha acusado al algodón transgénico de la ola de suicidios de agricultores acaecida en la India.
Sin embargo, dicha ola empezó antes de la introducción del algodón transgénico, y no se ha demostrado que haya una relación...
Sobre el impacto medioambiental; se teme que el uso de OGM resistentes a herbicidas, produzcan como efecto secundario, que los agricultores empleen una mayor cantidad de herbicida, afectando a las especies colindantes.
El polen de las especies transgénicas, puede fecundar a cultivos convencionales, obteniéndose híbridos, y transformando a estos cultivos en transgénicos.
Para los agricultores, las semillas obtenidas tras la cosecha, no pueden ser sembradas por estos, tanto porque violaría los contratos que han firmado, como porque las semillas híbridas pierden vigor y, en consecuencia, deben ser reemplazadas todos los años.
Sobre el impacto económico, el mercado de semillas transgénicas, está dominado por muy pocas compañías multinacionales, lo que provoca un grave riesgo de oligopolio.
Este hecho se ve agravado por la alta inversión inicial, necesaria para desarrollar una variedad nueva, y la gran cantidad de problemas legales que se encuentran las pequeñas compañías en algunos países.
Monsanto y gobiernos afines, se han negado a publicar o garantizar el acceso público, transparencia, a las distintas pruebas de campo realizadas en países europeos de sus hortalizas genéticamente modificadas.
Las pruebas de campo, consideradas fallidas por los gobiernos y por la propia Monsanto, han llevado a la compañía a retirar sus campañas de promoción, y a acelerar su salida parcial de la mayor parte de los mercados europeos.
Los cables de los servicios diplomáticos estadounidenses en Europa, publicados por WikiLeaks, dieron a conocer, cómo el gobierno de Estados Unidos, presionaba a La Comisión Europea, a favor de los intereses de Monsanto, apoyados por el gobierno español del entonces Presidente, José Luís Rodríguez Zapatero.
La polémica sobre los transgénicos, también se traslada a la obligación o no de etiquetar los alimentos que contengan algún componente derivado de cultivos transgénicos.
En este aspecto, la legislación varía según los países.
En Estados Unidos y Canadá, no es necesario este etiquetado, pero sí en La Unión Europea, Japón, Ecuador, Malasia, y Australia.
Este etiquetado, requiere la separación de los componentes transgénicos y no transgénicos durante su producción, pero también durante el procesado subsiguiente, lo que exige un cuidadoso seguimiento de su trazabilidad.
El 18 de julio de 2013, se realizaron marchas y protestas contra la mayor productora mundial de semillas transgénicas, Monsanto, y a la vez, contra compañías similares, en más de 40 países del mundo, y cientos de ciudades en coordinación.
Los motivos fueron:
La falta de etiquetas a los productos transgénicos, aduciendo daños a la salud humana, y las prácticas abusivas presuntamente cometidas por la transnacional contra los agricultores.
Uniéndose a la jornada, el grupo de piratas informáticos, Anonymous, llamó a la sociedad a través de su cuenta en Twitter a “no alimentar a sus hijos con la basura de los productos modificados genéticamente”
Así pues, hay híbridos transgénicos de ambas resistencias a pestes y a herbicidas.
Este maíz tratado, se reproduce naturalmente, pues hay seguramente escape de polen transgénico...
Por lo que se han observado abejas obteniendo polen de maíz transgénico.
“Si las abejas desaparecieran, a la humanidad le quedarían 4 años de vida”
Esta frase, que se atribuye a Albert Einstein, puede ser un poco extrema, pero no deja de ser cierto que, la desaparición de las abejas, sí supondría un enorme reto para la humanidad:
La biodiversidad, nuestra alimentación, e incluso la economía, se verían seriamente dañadas.
Por último, la gran capacidad del Agente Naranja de permanecer activo en el suelo, ha provocado graves daños en las selvas de Vietnam, así como generaciones de niños con malformaciones y problemas de cáncer al colon.
En 1984, una acción judicial, impulsada por veteranos estadounidenses de La Guerra de Vietnam, contra las compañías químicas suministradoras del Agente Naranja, entre ellas, Dow Chemical, Monsanto, Diamond Shamrock, Hercules Inc., TH Agricultural & Nutrition Company, Thompson Chemicals Corporation, y Uniroyal Inc.; desembocó en un acuerdo de $93 millones en indemnizaciones para los soldados, por daños a la salud.
Sin embargo, las demandas presentadas por La Asociación Vietnamita de Víctimas del Agente Naranja (VAVA), han sido rechazadas.
Según El Juez, Jack Weinstein:
“No existen bases legales que justifiquen las demandas de los 4,000.000 de víctimas vietnamitas del Agente Naranja”
Weinstein, es el mismo juez que en 1984 llevó el caso de los veteranos de guerra estadounidenses…
El gobierno de Estados Unidos, ha tratado de evadir su responsabilidad, fijándola en las empresas a quienes ellos utilizaron para producir este químico:
Monsanto.
“Durante 3 decenios, los estadounidenses han negado su crimen”, dijo en 2013, El Presidente de La VAVA, El General retirado, Nguyen Van Rih.
Seamos conscientes, de que lo que estamos comiendo, no es precisamente “alimento” para nosotros, sino “alimento” para el bolsillo de unas cuantas multinacionales.
¿Qué tal si empezamos a dejar de “alimentarlas”?
¿Sabemos lo que comemos?

“There's no ethics at all in what's going on here.
It shows an organization that is determined to push its products into countries around the world.
And it's determined to destroy the reputation of anybody who stands in their way”



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