The Snows Of Kilimanjaro
“Everybody isn't required to like Africa, you know”
El estatus del Kilimanjaro, ha evolucionado desde una dimensión mítica a mitad del siglo XIX, debida a las relatos oníricos de La Antigüedad, a las fantasías de El Dorado del Renacimiento, y por último, a las historias sagradas de la supuesta presencia de nieve en su cumbre, a imagen emblemática a medida que los misioneros y exploradores fueron capaces de demostrar la realidad de la existencia de los glaciares, y estudiar la geografía de la montaña.
Sin embargo, todavía permanece en el imaginario iconográfico y textual, un lugar que evoca los relatos bíblicos, los grandes animales, la imagen del “buen salvaje” y la cuna de La Humanidad por los descubrimientos arqueológicos.
La literatura, ha evocado muchas veces el aspecto fantástico del Kilimanjaro, uno de ellos fue Ernest Miller Hemingway, escritor y periodista estadounidense, y uno de los principales novelistas y cuentistas del siglo XX.
Su estilo sobrio y minimalista, tuvo una gran influencia sobre la ficción del siglo XX, mientras que su vida de aventuras, y su imagen pública, dejó huellas en las generaciones posteriores.
Hemingway, es un autor al que se le ubica habitualmente dentro del modernismo inglés; este movimiento, se caracteriza por centrarse en realizar un análisis psicológico profundo de los personajes; además, el lenguaje utilizado en los relatos, contiene gran variedad de símbolos, metáforas, y otros recursos literarios.
Cabe recalcar, por otro lado, que Hemingway pertenece a lo que se llamó “La Generación Perdida”, destacada por el pesimismo de sus obras, además de poner de relieve el materialismo de la sociedad moderna, y el deterioro de los valores.
En los textos de sus autores, se puede constatar el manejo del tema de la muerte como atmósfera, dentro de un contexto de un cierto oscurantismo.
La parte formal en los escritos de Hemingway, en particular, se caracteriza, por otro lado, por su simultaneidad narrativa.
Maneja un lenguaje que hace notar que hay una historia oculta tras el relato principal, y maneja la denominada “Teoría del Iceberg”, la cual hace referencia a que lo más importante es lo que no se cuenta; es decir, que hace evidente la necesidad de una segunda historia, la cual no se cuenta de manera explícita, sino de modo sugestivo.
Así pues, después de su divorcio de Hadley Richardson en 1927, Hemingway se casó con Pauline Pfeiffer; y en 1933, se fueron de safari a África del Este.
El viaje de 10 semanas, proporcionó material para el cuento “The Snows Of Kilimanjaro” (1936), publicado originalmente en la revista Esquire; y posteriormente también publicado en una colección llamada “The Snows Of Kilimanjaro and Other Stories” (1961); que trata sobre un hombre recto, de naturaleza salvaje, que nunca supo cómo separarse de la tierra; y por supuesto, rodeado de la naturaleza que tan bien conocía Hemingway por su experiencia en guerra, cacería, pesca, etc.; siendo considerada por la crítica, como el mejor trabajo de Hemingway.
El marco geográfico de donde coge el título, es El Kilimanjaro, una montaña situada en el noreste de Tanzania, formada por 3 volcanes inactivos:
El Shira, en el oeste, de 3962m de altitud; el Mawenzi al este, de 5149m; y el Kibo, el más reciente, desde el punto de vista geológico, situado entre ambos, y cuyo pico, el Uhuru, se eleva hasta los 5891,8m, y se constituye en el punto más elevado de África.
Además de por este hecho, El Kilimanjaro es conocido por los famosos campos de hielo de su cumbre, que se están reduciendo de forma drástica desde principios del siglo XX, y se estima que desaparecerán por completo entre 2020 y 2050.
Hemingway, estaba convencido de que las nieves del Kilimanjaro, que identificaba con la muerte, eran definitivas y perpetuas...
Durante ese safari, el escritor sufrió un ataque de disentería, lo cual obligó a llamar un avión de rescate, que llevara al autor a un hospital donde fuera atendido.
Durante el vuelo, Hemingway pudo mirar las laderas del Monte Kilimanjaro, lo que le recordó una anécdota, que le fuera contada por el guía Philip Percival, en torno a un cadáver helado de un leopardo, que fuera encontrado por un explorador en uno de los picos de la montaña, suponiendo que había encontrado la muerte persiguiendo a una cabra montesa.
Este suceso, le inspiro el magnífico cuento “The Snows Of Kilimanjaro”, que inicia precisamente así:
“El Kilimanjaro, es una montaña cubierta de nieve de 5,913 metros de altura, y dicen que es la más alta de África.
Su nombre en masai, es “La Casa de Dios”
Cerca de la cima, se encuentra el esqueleto seco y helado de un leopardo, y nadie ha podido explicarse nunca, que buscaba el leopardo en esas alturas”
Hemingway, elimina la explicación, para darle así a su prefacio un sentido de enigma o parábola, adentrándonos así en el personaje del escritor Harry Street, quien vive insatisfecho por no haber logrado escalar las cimas artísticas como escritor.
El cuento, es una introspección que Harry hace de su vida pasada, al encontrarse moribundo, debido a una gangrena provocada por una herida causada “cuando una espina le hirió la rodilla, mientras se acercaba a un rebaño de antílopes con el objeto de sacarles una fotografía”
Así, “The Snows Of Kilimanjaro”, pone de manifiesto la preocupación con la mortalidad común a la mayor parte de la ficción de Hemingway; una importante distinción entre la muerte física y espiritual.
Por comprometer su talento literario, Harry ya ha adoptado una especie de muerte en vida.
Él, Monte Kilimanjaro, ofrece la intempestiva posibilidad de un polifacético simbolismo, cuyo principal exponente es la hiena, animal que preludia y acompaña la muerte del protagonista.
Hay algo de muerte anunciada en el fin de su vida.
De hecho, se ha interpretado a éste hecho, como una liberación, un verdadero triunfo moral de un hombre, el fracaso con una actitud desesperadamente indiferente, y que por tanto, se encontraba ya prematuramente en el ocaso agónico de sus días.
Al principio del cuento, se ven algunas aclaraciones del Kilimanjaro, que en masai significa, “La Casa de Dios”
Esto simboliza la dimensión espiritual que va a utilizar Hemingway respecto a dicha elevación.
El relato inicia con una breve descripción de la condición del protagonista, y el paisaje donde se encuentra.
Se dan breves indicios, de que Harry tiene algún problema de salud.
Él es un hombre desganado, pesimista, y desencantado.
Luego se mencionan a ciertas aves horrorosas, que esperan cerca del campamento.
Estos animales, simbolizan la muerte, la cual cada vez está más cerca de Harry, y solo espera el momento adecuado de tomarle.
Después, se describe el campamento donde están, cuyo ambiente se contrapone a la condición del personaje.
La mujer que lo acompaña, su esposa, es igualmente opuesta a él, por lo cual, siempre pelean.
De este modo, en su relación se ve la tensión de esperanza/desilusión.
Diremos que ella también representa la bondad y las ganas de vivir; desde ya, esta mujer es el reflejo de las relaciones amorosas de Hemingway con mujeres con quienes compartió su vida, y que nunca terminaron bien.
Posteriormente, se habla, por primera vez, sobre el alcohol.
Esta bebida, es mencionada a lo largo de toda la obra, y es calificada como dañina y poco conveniente.
Sin embargo, la esposa de Harry la usaba como un escape de la realidad, y él mismo la bebía con esos fines.
Con esto se quiere representar los vicios que se presentan en la vida, al igual que es un reflejo de las propias adicciones que tenía Hemingway.
En el cuento, después se trata acerca de la enfermedad del protagonista, y se menciona que:
“Desde que le empezó la gangrena en la pierna derecha, no había sentido ningún dolor, y le desapareció también el miedo, de modo que lo único que sentía era un gran cansancio y la cólera que le provocaba el que esto fuera el fin”
En esta cita se evidencia la resignación del personaje ante su muerte.
Debido a esto, y por lo que no siente nada bien realmente, trata mal a su mujer, y le dice cosas hirientes para, al final, excusarse con que la quiere de verdad.
Dicha enfermedad, causa una muerte a los tejidos por falta de circulación.
Se puede indicar, que toda esta descripción, representa la putrefacción de la persona, es decir, del ser humano, y cómo este, se ha ido deteriorando con el tiempo, debido a su propia condición.
En otro caso, anuncia el deterioro de un tipo de hombre ligado a las determinaciones de la sociedad de consumo quien, a la final, termina siendo un desamorado.
Más tarde, Harry empieza a reflexionar sobre su vida, y menciona que ya no iba a escribir nunca las cosas que había dejado para redactar cuando tuviera la experiencia suficiente.
Menciona que iba a escribir sobre los ricos, y que iba a ser como un espía entre ellos.
Sin embargo, se deja llevar y vivir sus días rodeado de comodidades, sin trabajar…
Fue por eso que decide viajar a África, y librarse de su grasa, digamos, “espiritual”
En una parte, el narrador menciona:
“He destruido mi talento por no usarlo, por traicionarme a mí mismo, y olvidar mis antiguas creencias y mi fe, por beber tanto, que he embotado el límite de mis percepciones, por la pereza y la holgazanería, por las ínfulas, el orgullo y los prejuicios, y, en fin, por tantas cosas buenas y malas”
En otras palabras, se arrepiente de cómo malgastó su vida y no escribió nada.
Es decir, se dejó llevar por sus comodidades.
Aquí se destaca de nuevo el materialismo del mundo en el que se encuentra, y que le carcome.
En este contexto, se reafirma que solamente este ser humano escribió por dinero, y no porque amara hacerlos.
Punto aparte, son las descripciones de escenas horrorosas de guerra, las que representan partes de la vida del autor, quien era corresponsal de guerra en distintos lugares.
También menciona a las mujeres que había amado, y con las que había estado y, partiendo de esos recuerdos y momentos, inventa las historias que debió escribir.
Es importante darse cuenta que, en estos pequeños relatos aislados de la historia principal, se evidencia la relatividad del tiempo que maneja el autor.
Se trata de un tiempo subliminal, donde se dan los monólogos internos del personaje, y se explora más su pensamiento y psicología.
Al final, Harry se duerme, y siente a la muerte.
Esta está metaforizada, y cada vez se acerca más a Harry, aunque desaparece al ser llevado a su cama.
Después, ve cómo llega el piloto de un helicóptero, y lo lleva a la cima del Kilimanjaro, que representaría el cielo, o la otra vida.
Al final se lee:
“Fuera de la tienda, la hiena seguía lanzando el mismo gemido extraño que la despertó.
Pero los latidos del corazón le impedían oírlo”
Ese animal, característico por su aullido similar a una risa, se encuentra presente en toda la historia; y representa la burla frente a esas situaciones, donde no se hace algo por ser feliz; aunque al final, emite un lamento similar al humano.
En esta historia, Hemingway busca dar un mensaje entre líneas.
En el fondo, la trama de un relato, esconde siempre la esperanza de una epifanía.
Dicho mensaje en el cuento de Hemingway, es el deterioro y la corrupción de la persona, debido a los vicios y la falta de pasión en sus trabajos, los cuales se hacen solamente por dinero, y no por satisfacción personal.
También es una crítica al materialismo de la sociedad, concentrada en la acumulación de riquezas.
En conclusión, el trabajo estético de Ernest Hemingway en su cuento, nos revela que él maneja una prosa llena de detalles, que transportan al lector al ambiente donde se desarrolla la historia.
Por otro lado, se ve en su narrativa, que Hemingway maneja una historia oculta, que es la que sostiene al cuento, la cual busca transmitir algo más profundo que una simple historia.
Y finalmente, en el relato analizado, se cuenta la historia de un hombre lastimado, que pelea con su esposa y muere, línea narrativa que transmite la pérdida de los valores, así como una crítica a la putrefacción del mundo:
Con 2 guerras mundiales, una guerra civil, varios sanfermines, innumerables corridas, cazas, pescas; 4 esposas, cuántas mujeres…
¿Qué buscaba aquí Hemingway entonces?
“The Snows Of Kilimanjaro”, es el relato de un hombre enfrentado a la certeza de la muerte por un torpe accidente al pie del Kilimanjaro.
Se pasa revista a su vida, sus aventuras, sus amores y los remansos violentamente líricos, y se contempla a sí mismo.
¿Qué has hecho con todo esto?, con tu talento, con toda la vida, las experiencias, los cambios que has presenciado…
Absolutamente nada.
Lo inmediato es culpar a su mujer, icono del confort, con quien se casó por indolencia.
Pero el personaje sabe que ella no merece las culpas, que fue su decisión renunciar, comenzar a mentir, pues es más cómodo, más eficaz, casarse con ella aun sin amarla.
Al fin y al cabo, a su mujer, hermosa, audaz, buena compañera de borrachera y mejor amante; a ella, atenta, que le ama:
¿Qué puede reprocharle?
Fue decisión propia, vencerse a la indolencia, engañarse, fingirse diferente, un espía en la burguesía, para no afrontar la realidad:
Los cuadernos en blanco, la máquina oxidada; y ahora quieres escribir, pero te mueres.
Hemingway, lo que buscaba era morir en la cima nevada del Kilimanjaro.
Así pues, la pareja Hemingway-Pfeiffer visitó Mombasa, Nairobi, y Machakos en Kenia, y luego viajaron a Tanganica, donde cazaron en el Serengeti en torno al lago Manyara, y al oeste y al sureste del actual Parque Nacional de Tarangire.
Su guía fue el notable “cazador blanco” Philip Hope Percival, quien había guiado Theodore Roosevelt en su safari en 1909.
Un dato musical, es que Pascal Danel, sacó en 1966, la canción “Kilimanjaro” cuya letra parece inspirada por la novela de Hemingway; siendo un éxito internacional, que se adaptó en 6 idiomas diferentes, y que tuvo más de 180 versiones.
“A man should never lose his hand at hunting”
The Snows Of Kilimanjaro es una película de aventura, del año 1952, dirigida por Henry King.
Protagonizada por Gregory Peck, Ava Gardner, Susan Hayward, Hildegard Knef, Leo G. Carroll, Torin Thatcher, Marcel Dalio, entre otros.
El guión es de Casey Robinson, basado en el relato homónimo de Ernest Hemingway.
The Snows Of Kilimanjaro fue candidata a 2 premios Oscar:
Mejor dirección artística, y fotografía.
Producida por el gran jefe de La FOX, Darryl F. Zanuck, fue filmada en París, la Riviera Francesa y España; aunque hubo una impresionante segunda unidad de trabajo rodada en Kenia, los principales actores filmaron sus escenas africanas en Hollywood.
Roy Ward Baker, dirigió las imágenes en África, mientras Henry King dirigió todas las secuencias de estudio.
La acción sigue a Harry Street (Gregory Peck), un escritor que ha sido gravemente herido en un accidente de caza en África.
Está postrado en su litera en el campamento establecido cerca de las laderas del monte Kilimanjaro, mirando a La Parca, que lo contempla con ojos secos y profundos.
Pero Harry es un tipo con suerte:
Éxito literario, viajes, mujeres, dinero, y sin embargo, está marchito por dentro.
En su semblante, se dibuja una nube gris, como un velo que le opaca la frente, y sus ojos, por siempre anhelantes, no se libran de evocar momentos felices que no volverán.
En sus ataques febriles, recuerda su pasado, y cómo perdió a la mujer que más amó:
Cynthia Green (Ava Gardner), y que ahora está muerta…
Se hace reproches de haber antepuesto su trabajo como escritor a su vida privada, y se considera un fracasado.
Su actual esposa, Helen (Susan Hayward), cuida de él mientras esperan la llegada de ayuda.
Ella se muestra comprensiva, y le manifiesta su amor.
Poco a poco, Harry se va dando cuenta, de que junto a su mujer, podrá rehacer su vida…
The Snows Of Kilimanjaro es una excelente adaptación de la novela de Ernest Hemingway, sobre un personaje muy parecido a sí mismo, y en la que casualmente, Ava Gardner se interpreta casi a sí misma.
Cine de gran calidad en Tecnicolor, que recoge a la perfección el espíritu del autor del libro; pues como se supone, Harry representa a Hemingway, y en ese guión aparece París, España, los toros, y La Guerra Civil Española, ya que son 4 aspectos que pertenecen a la vida de Ernest Hemingway, pero que como también pertenecen a la vida de Ava Gardner, los junta en la película, ya que Ava y Ernest, de alguna manera los vivieron al coincidir en sus vidas en dichos lugares, y en sus gustos por España y los toros, además de ser grandes amigos.
“There's a war going on here too right at this table!
There's a dandy little war going on!”
El avezado director Henry King, llevó en este film a la gran pantalla, un relato autobiográfico de Ernest Hemingway, pero con un “happy ending”, contrario al final del libro.
La historia original, narra el cruel ajuste de cuentas del escritor con su pasado, su progresivo deterioro y su muerte final.
La adaptación cinematográfica, narra un final feliz inverosímil, al tiempo que agita en una coctelera, pasajes de la mitología del escritor, para darle al conjunto, un forzado “toque Hemingway”
Desde que Darryl Zanuck le compró los derechos a Ernest Hemingway, y le encargo el guión a Casey Robinson, así como la dirección a Henry King; giró las instrucciones, para que se modificara el final del cuento, buscando un final feliz, que no fue otro más que el mostrar a Harry recuperado de la gangrena, y dispuesto a aprovechar la lección que le ha dejado ese encuentro con la muerte, para que con la ayuda de su esposa Helen, llegar a ser un escritor genuino.
Salvo su parte final, The Snows Of Kilimanjaro, refleja claramente el espíritu de Hemingway, ya que si bien el guionista Casey Robinson tuvo que “saquear” material de otras historias del escritor para darle consistencia cinematográfica al breve relato, lo hizo siempre respetando los lineamientos del código de los héroes “hemingwayanos”, en particular, en la invención del personaje de Cynthia.
La penetración psicológica del personaje, en cuitas existenciales, se recoge de forma trivial, ya que se centra básicamente en sus relaciones sentimentales, y la significación de su pareja en su “modus vivendi”, olvidando aspectos más interesantes en la vida del escritor de La Generación Perdida con su existencia despreocupada y aventurera, asuntos retratados durante la película, como su pasión por España y los toros, su participación en La Guerra Civil, su existencia bohemia en París, sus constantes cambios de residencia; pero sin incidencia más allá de la anécdota sentimental y exigida.
Cuando lo intenta, al final del metraje, sin jamás perder el enfoque melodramático, el resultado es bastante parsimonioso y plúmbeo.
Difícil sobrevivir con el recuerdo de los errores propios pisoteándote la conciencia...
Esta es, compendiada, la elucubración vital de un hombre víctima de sus propios actos.
Y en esta elucubración, está el meollo de The Snows Of Kilimanjaro.
Cada uno de los instantes revividos en esa secuencia de “flashback”, fruto de la fiebre y de la pierna gangrenada, son cuentas de un rosario.
Cynthia era mucha mujer, y no solo en lo físico; Harry lo sabe ahora, cómo lo supo en aquel tiempo, donde la prepotencia no le dejaba ver otra cosa.
Y lo sabe aún con la abnegada presencia de otra gran mujer:
Helen.
Harry Street, espera con ella, junto a la ladera del Kilimanjaro, la llegada de una avioneta que pueda evacuarlos hasta un hospital, ya que Harry tiene una pierna a punto de gangrenarse, debido a que le olvidó darse iodo tras recibir un rasguño con una espina, cuando intentaba fotografiar a un grupo de gacelas.
Harry recuerda su pasado, y a su primera novia, Connie (Helene Stanley), que se enfadó porque no quería casarse aún, y prefería esperar a escribir su primera novela…
En París conoció a Cynthia Green, una mujer alegre, que afirma que solo aspira a ser feliz, y con la que comienza a vivir, y con la que comparte la alegría de ver que publicarán su primer libro, decidiendo utilizar el dinero conseguido para viajar a África.
Cynthia, no disfrutó con la cacería tanto como él, pues teme a los animales…
Poco después, ella recibe la noticia de que está embarazada, y el médico le dice que no debe tener sobresaltos, y que tendrá que pasar el mayor tiempo posible en la cama.
Pero Harry, que no sabe nada, ha planeado ya un nuevo viaje a Madrid, por lo que ella, que no desea decepcionarlo, acaba lanzándose por las escaleras, abortando.
Al enterarse él de lo ocurrido, Harry entristece, aunque finalmente podrán ir sin problemas a Madrid como él deseaba.
Una vez allí, acuden a los toros y a los tablaos, pero cuando él le dice que le han ofrecido ir a Siria para cubrir la guerra entre franceses y sirios, ella le dice que se siente una carga para él, pues no puede seguir su ritmo, y él prefiere conocer el mundo entero, pese a que ello sea la perdición de su matrimonio.
Tras ello, lo abandona, y le pide que no se moleste en buscarla, pues no volverá.
Y Harry continuará su vida, comenzando a salir con Elizabeth (Hildegard Knef), una condesa que hace esculturas, y que posee una gran fortuna.
Recibe entonces noticias del éxito de su nueva novela, de la que ya vendió incluso sus derechos para el cine, estando previsto que la interprete Greta Garbo.
Harry está en la cima del éxito, pero no puede evitar echar de menos a Cynthia, de la que finalmente llega una carta desde Madrid, aunque celosa, Elizabeth se la rompe, ante lo que Harry, enfadado, decide abandonarla, e irse a Madrid.
Pero España está en guerra, y Cynthia ya no está en el hotel desde el que le escribió.
Se alista con el ejército republicano, entrando de inmediato en batalla, tratando de encontrar a Cynthia, que trabaja como enfermera, y a la que reencontrará en el campo de batalla, cuando la ambulancia en que ella viajaba, sufre un accidente.
Él se encarga de llamar a un camillero, y luego trata de ir con ella en la ambulancia, ante lo que un oficial lo acusa de cobarde, disparándole e hiriéndolo en una pierna.
Muerta Cynthia, y de nuevo en París, coincide, mientras pasea borracho, con Helen, que le pide fuego, y a la que conoció anteriormente cuando la persiguió al confundirla con Cynthia.
Entretanto, muere su tío, Bill (Leo G. Carroll), quien siempre le guio y le aconsejó, el cual le anima siempre a ir de caza, tratando de encontrarse a sí mismo, y su salvación.
A Helen sí le gusta cazar, pero él no está tan enamorado de ella como lo estuvo de Cynthia, pero ella le cuida y, temerosa de que la herida acabe por infectar todo su cuerpo, se la abre.
Las hienas rondan esa noche su tienda, al olor de la sangre, aunque Helen consigue ahuyentarlas con sus gritos.
Al día siguiente, él se despierta mejor, y observa que ya no están en el árbol cercano, los cuervos que lo vigilaban hasta el día anterior, escuchándose el ruido de la avioneta que viene a salvarlo.
Más que una película de aventuras, The Snows Of Kilimanjaro es una película sobre el espíritu aventurero, y cómo el dilema de ser fiel a él o no serlo, transforma la vida del protagonista.
Su vocación de escritor, está asociada a la experiencia vital, y sólo quien vive a fondo esa vida, viajando y engañándose de sensaciones fuertes, está capacitado para ser un escritor total, como lo es Harry Street.
En The Snows Of Kilimanjaro se encuentran muchos de los elementos característicos de Hemingway:
El gusto por la caza y el safari, el Paris nocturno, las mujeres que amar con un cierto punto machista, La Guerra Civil Española, los toros, las ansias de entregarse como escritor...
Todo esto aparece por medio de unos estupendos “flashbacks”, en la figura de Harry.
Y de ahí, la famosa frase de Hemingway al productor Darryl F. Zanuck al término del estreno:
“Yo te he vendido los derechos de la novela, no los de mis obras completas”
En lo técnico, The Snows Of Kilimanjaro cuenta con una buena fotografía en tecnicolor, a cargo de Leon Shamroy, mostrándonos en unos excelentes fotogramas, algunos de ellos en plan documental, y con escenas rodadas en parajes naturales de Kenia, concretamente en La Reserva Nacional de Samburu.
Pero a diferencia de la novela, The Snows Of Kilimanjaro es simplemente, el relato de una agonía.
Realidad y alucinación se funden en el cerebro del moribundo, y crean una atmósfera ambigua, intensamente reveladora del fracaso total de una existencia.
Los recuerdos, las esperanzas fallidas, acuden al examen de memoria que precede la muerte, y ésta alcanza al héroe a mitad de camino, entre la desesperación y la indiferencia.
Harry es un escritor que está pasando por los últimos momentos de su vida, tenía problemas con el alcohol, era orgullo, y muy prejuicioso, en sus épocas de juventud, mentía bastante, esto respecto con las mujeres que había tenido.
Helen, es una mujer que tiene mucho dinero, que tuvo otro matrimonio antes de conocer a Harry, tuvo 2 hijos con los cuales no tenía lazos afectivos muy sólidos, uno de sus hijos muere, y es cuando Helen se siente sola, sin ganas de conocer a más hombres, siempre andaba muy pensativa, y le gustaba leer bastante.
Este personaje parece clave a lo largo de la historia, ya que cuando Harry no tenía más ganas de vivir ni de tratar de salir adelante, ella es quien lo centra, quien le da ánimos, ella en verdad estaba enamorada de Harry, razón por la cual lo seguía a todos lados, y hacia todo lo que él quería.
Tenemos a los sirvientes, que únicamente aparecen en la historia para ayudar a Helen a cuidar a Harry, y para resalir labores domésticos.
Y los animales como los buitres que rondaban el campamento donde se desarrolla la mayor parte de esta historia, porque son animales que suelen alimentarse de cosas muertas, y creo que estos pueden percibir la muerte, como Harry ya estaba casi delirando debido a la infección que tenía en la pierna, estaban al pendiente con la intención de comérselo.
Y la hiena, era la forma de representar que la muerte se acercaba día a día, conforme iba empeorando la situación de Harry, ya que al final de la historia, con los aullidos que lanza, es significado de que el escritor había muerto, riéndose de una vida de fracasos.
Lo más destacable de todo, es el impresionante guión, el cual narra una historia dura.
Plantea un personaje, el cual es inculcado desde niño a cazar; ya sean animales o mujeres.
Este personaje, solo busca dirigir un odio interno, intentando saciar su sed, buscando nuevas conquistas, y cuando tiene una nueva mujer; busca animales que sufran, ya sea cazando en África, o viendo corridas de toros en Madrid.
Es un personaje egoísta, que solo desea su propia felicidad, sin pensar en el sufrimiento de los demás; de ahí el ver sufrir a los animales, ya que el sufrimiento que muere bajo la piel del rinoceronte, o del toro, es el sufrimiento que no quiere tener él.
No obstante, se enamora, y esa búsqueda de su único amor, será su mayor objetivo.
Del reparto, estupendo el trio estelar, elegido aquí por el maestro King y, encabezado por su actor fetiche:
Gregory Peck en el papel de Harry Street; allí junto a su esposa, y con muy pocas esperanzas de sobrevivir, recuerda los episodios más impactantes de su vida.
Y junto a él, 2 estrellas tan bellas como rutilantes del Hollywood Dorado:
Ava Gardner metida en el cuerpo de Cynthia Green, una bellísima mujer que Harry conoce en Paris, los 2 se enamoran, pero el destino les separa y, cuando de nuevo se encuentran en España con La Guerra Civil de por medio, llega la otra:
Susan Hayward como Helen, la también bellísima esposa del escritor, una mujer valiente, que lo cuida con toda su alma en aquel paraje perdido africano, con los buitres acechando a su alrededor, y aun sabiendo que la muerte la tienen cerca, ella sabe también que la esperanza es lo último que se pierde.
Un dato curioso, es que cuando la película fue filmada, Ava Gardner estaba casada con Frank Sinatra, quien discutió severamente sobre el hecho de que tenía que ir a África, debido a la producción.
Por tanto, Gardner insistió en el director Henry King, para que las escenas con ella tuvieran que ser tomadas lo más rápidamente posible.
A Ernest Hemingway, no le gustó la película, porque pensó que había canibalizado material de su otro trabajo, para rellenar la historia.
Le dijo a Ava Gardner, que las únicas cosas que le gustaban, eran ella y la hiena.
Y se ha informado, pero no confirmado, que el director Henry King, fue quien le puso voz, o risa a la hiena en la banda sonora.
Una turbadora, a la vez que muy apreciable banda sonora y, dándole un tono nostálgico para manejar más el relato de la historia compuesta por Bernard Herrmann, nos hace participes con unos temas nostálgicos, en donde hay que destacar el bellísimo “Interludio”, al igual que “Memory Waltz”
“Oh, I just devoured your last book!”
Hemingway dijo:
“¿Y si ya no puedes estar a la altura, ni involucrarte, si ya has agotado todas las fantasías?
Un campeón no puede retirarse como los demás.
¿Cómo demonios puede retirarse un escritor?
El público no se lo permitirá.
Cuando un hombre pierde el centro de su ser, pierde su ser.
¿Retirarse?
Es la palabra más social de la lengua inglesa.
Es empezar a retroceder hacia la tumba.
Si no puedo existir en mis términos, la existencia es imposible.
Así es como yo he vivido, y así debo vivir… o no vivir”
En The Snows Of Kilimanjaro, el escritor de ficción muere.
En la vida real, en 1958, como si Hemingway quisiera sellar con sangre el tono autobiográfico de su obra, el escritor se suicida.
The Snows Of Kilimanjaro, demuestra con una vida muy sufrida, que aunque tengamos un amor agradable con el que decidimos vivir el resto de nuestra vida, siempre va a haber un amor que no se olvida, un amor que te marca como un tatuaje a la piel, para mantenerse, y que al darlo a conocer, no hace más que infringir una molestia sana, que siembra la duda a la persona que amada, cuestionándose a sí mismo.
¿Seré la persona correcta?
“And there was never another time like that first time in Africa”
El estatus del Kilimanjaro, ha evolucionado desde una dimensión mítica a mitad del siglo XIX, debida a las relatos oníricos de La Antigüedad, a las fantasías de El Dorado del Renacimiento, y por último, a las historias sagradas de la supuesta presencia de nieve en su cumbre, a imagen emblemática a medida que los misioneros y exploradores fueron capaces de demostrar la realidad de la existencia de los glaciares, y estudiar la geografía de la montaña.
Sin embargo, todavía permanece en el imaginario iconográfico y textual, un lugar que evoca los relatos bíblicos, los grandes animales, la imagen del “buen salvaje” y la cuna de La Humanidad por los descubrimientos arqueológicos.
La literatura, ha evocado muchas veces el aspecto fantástico del Kilimanjaro, uno de ellos fue Ernest Miller Hemingway, escritor y periodista estadounidense, y uno de los principales novelistas y cuentistas del siglo XX.
Su estilo sobrio y minimalista, tuvo una gran influencia sobre la ficción del siglo XX, mientras que su vida de aventuras, y su imagen pública, dejó huellas en las generaciones posteriores.
Hemingway, es un autor al que se le ubica habitualmente dentro del modernismo inglés; este movimiento, se caracteriza por centrarse en realizar un análisis psicológico profundo de los personajes; además, el lenguaje utilizado en los relatos, contiene gran variedad de símbolos, metáforas, y otros recursos literarios.
Cabe recalcar, por otro lado, que Hemingway pertenece a lo que se llamó “La Generación Perdida”, destacada por el pesimismo de sus obras, además de poner de relieve el materialismo de la sociedad moderna, y el deterioro de los valores.
En los textos de sus autores, se puede constatar el manejo del tema de la muerte como atmósfera, dentro de un contexto de un cierto oscurantismo.
La parte formal en los escritos de Hemingway, en particular, se caracteriza, por otro lado, por su simultaneidad narrativa.
Maneja un lenguaje que hace notar que hay una historia oculta tras el relato principal, y maneja la denominada “Teoría del Iceberg”, la cual hace referencia a que lo más importante es lo que no se cuenta; es decir, que hace evidente la necesidad de una segunda historia, la cual no se cuenta de manera explícita, sino de modo sugestivo.
Así pues, después de su divorcio de Hadley Richardson en 1927, Hemingway se casó con Pauline Pfeiffer; y en 1933, se fueron de safari a África del Este.
El viaje de 10 semanas, proporcionó material para el cuento “The Snows Of Kilimanjaro” (1936), publicado originalmente en la revista Esquire; y posteriormente también publicado en una colección llamada “The Snows Of Kilimanjaro and Other Stories” (1961); que trata sobre un hombre recto, de naturaleza salvaje, que nunca supo cómo separarse de la tierra; y por supuesto, rodeado de la naturaleza que tan bien conocía Hemingway por su experiencia en guerra, cacería, pesca, etc.; siendo considerada por la crítica, como el mejor trabajo de Hemingway.
El marco geográfico de donde coge el título, es El Kilimanjaro, una montaña situada en el noreste de Tanzania, formada por 3 volcanes inactivos:
El Shira, en el oeste, de 3962m de altitud; el Mawenzi al este, de 5149m; y el Kibo, el más reciente, desde el punto de vista geológico, situado entre ambos, y cuyo pico, el Uhuru, se eleva hasta los 5891,8m, y se constituye en el punto más elevado de África.
Además de por este hecho, El Kilimanjaro es conocido por los famosos campos de hielo de su cumbre, que se están reduciendo de forma drástica desde principios del siglo XX, y se estima que desaparecerán por completo entre 2020 y 2050.
Hemingway, estaba convencido de que las nieves del Kilimanjaro, que identificaba con la muerte, eran definitivas y perpetuas...
Durante ese safari, el escritor sufrió un ataque de disentería, lo cual obligó a llamar un avión de rescate, que llevara al autor a un hospital donde fuera atendido.
Durante el vuelo, Hemingway pudo mirar las laderas del Monte Kilimanjaro, lo que le recordó una anécdota, que le fuera contada por el guía Philip Percival, en torno a un cadáver helado de un leopardo, que fuera encontrado por un explorador en uno de los picos de la montaña, suponiendo que había encontrado la muerte persiguiendo a una cabra montesa.
Este suceso, le inspiro el magnífico cuento “The Snows Of Kilimanjaro”, que inicia precisamente así:
“El Kilimanjaro, es una montaña cubierta de nieve de 5,913 metros de altura, y dicen que es la más alta de África.
Su nombre en masai, es “La Casa de Dios”
Cerca de la cima, se encuentra el esqueleto seco y helado de un leopardo, y nadie ha podido explicarse nunca, que buscaba el leopardo en esas alturas”
Hemingway, elimina la explicación, para darle así a su prefacio un sentido de enigma o parábola, adentrándonos así en el personaje del escritor Harry Street, quien vive insatisfecho por no haber logrado escalar las cimas artísticas como escritor.
El cuento, es una introspección que Harry hace de su vida pasada, al encontrarse moribundo, debido a una gangrena provocada por una herida causada “cuando una espina le hirió la rodilla, mientras se acercaba a un rebaño de antílopes con el objeto de sacarles una fotografía”
Así, “The Snows Of Kilimanjaro”, pone de manifiesto la preocupación con la mortalidad común a la mayor parte de la ficción de Hemingway; una importante distinción entre la muerte física y espiritual.
Por comprometer su talento literario, Harry ya ha adoptado una especie de muerte en vida.
Él, Monte Kilimanjaro, ofrece la intempestiva posibilidad de un polifacético simbolismo, cuyo principal exponente es la hiena, animal que preludia y acompaña la muerte del protagonista.
Hay algo de muerte anunciada en el fin de su vida.
De hecho, se ha interpretado a éste hecho, como una liberación, un verdadero triunfo moral de un hombre, el fracaso con una actitud desesperadamente indiferente, y que por tanto, se encontraba ya prematuramente en el ocaso agónico de sus días.
Al principio del cuento, se ven algunas aclaraciones del Kilimanjaro, que en masai significa, “La Casa de Dios”
Esto simboliza la dimensión espiritual que va a utilizar Hemingway respecto a dicha elevación.
El relato inicia con una breve descripción de la condición del protagonista, y el paisaje donde se encuentra.
Se dan breves indicios, de que Harry tiene algún problema de salud.
Él es un hombre desganado, pesimista, y desencantado.
Luego se mencionan a ciertas aves horrorosas, que esperan cerca del campamento.
Estos animales, simbolizan la muerte, la cual cada vez está más cerca de Harry, y solo espera el momento adecuado de tomarle.
Después, se describe el campamento donde están, cuyo ambiente se contrapone a la condición del personaje.
La mujer que lo acompaña, su esposa, es igualmente opuesta a él, por lo cual, siempre pelean.
De este modo, en su relación se ve la tensión de esperanza/desilusión.
Diremos que ella también representa la bondad y las ganas de vivir; desde ya, esta mujer es el reflejo de las relaciones amorosas de Hemingway con mujeres con quienes compartió su vida, y que nunca terminaron bien.
Posteriormente, se habla, por primera vez, sobre el alcohol.
Esta bebida, es mencionada a lo largo de toda la obra, y es calificada como dañina y poco conveniente.
Sin embargo, la esposa de Harry la usaba como un escape de la realidad, y él mismo la bebía con esos fines.
Con esto se quiere representar los vicios que se presentan en la vida, al igual que es un reflejo de las propias adicciones que tenía Hemingway.
En el cuento, después se trata acerca de la enfermedad del protagonista, y se menciona que:
“Desde que le empezó la gangrena en la pierna derecha, no había sentido ningún dolor, y le desapareció también el miedo, de modo que lo único que sentía era un gran cansancio y la cólera que le provocaba el que esto fuera el fin”
En esta cita se evidencia la resignación del personaje ante su muerte.
Debido a esto, y por lo que no siente nada bien realmente, trata mal a su mujer, y le dice cosas hirientes para, al final, excusarse con que la quiere de verdad.
Dicha enfermedad, causa una muerte a los tejidos por falta de circulación.
Se puede indicar, que toda esta descripción, representa la putrefacción de la persona, es decir, del ser humano, y cómo este, se ha ido deteriorando con el tiempo, debido a su propia condición.
En otro caso, anuncia el deterioro de un tipo de hombre ligado a las determinaciones de la sociedad de consumo quien, a la final, termina siendo un desamorado.
Más tarde, Harry empieza a reflexionar sobre su vida, y menciona que ya no iba a escribir nunca las cosas que había dejado para redactar cuando tuviera la experiencia suficiente.
Menciona que iba a escribir sobre los ricos, y que iba a ser como un espía entre ellos.
Sin embargo, se deja llevar y vivir sus días rodeado de comodidades, sin trabajar…
Fue por eso que decide viajar a África, y librarse de su grasa, digamos, “espiritual”
En una parte, el narrador menciona:
“He destruido mi talento por no usarlo, por traicionarme a mí mismo, y olvidar mis antiguas creencias y mi fe, por beber tanto, que he embotado el límite de mis percepciones, por la pereza y la holgazanería, por las ínfulas, el orgullo y los prejuicios, y, en fin, por tantas cosas buenas y malas”
En otras palabras, se arrepiente de cómo malgastó su vida y no escribió nada.
Es decir, se dejó llevar por sus comodidades.
Aquí se destaca de nuevo el materialismo del mundo en el que se encuentra, y que le carcome.
En este contexto, se reafirma que solamente este ser humano escribió por dinero, y no porque amara hacerlos.
Punto aparte, son las descripciones de escenas horrorosas de guerra, las que representan partes de la vida del autor, quien era corresponsal de guerra en distintos lugares.
También menciona a las mujeres que había amado, y con las que había estado y, partiendo de esos recuerdos y momentos, inventa las historias que debió escribir.
Es importante darse cuenta que, en estos pequeños relatos aislados de la historia principal, se evidencia la relatividad del tiempo que maneja el autor.
Se trata de un tiempo subliminal, donde se dan los monólogos internos del personaje, y se explora más su pensamiento y psicología.
Al final, Harry se duerme, y siente a la muerte.
Esta está metaforizada, y cada vez se acerca más a Harry, aunque desaparece al ser llevado a su cama.
Después, ve cómo llega el piloto de un helicóptero, y lo lleva a la cima del Kilimanjaro, que representaría el cielo, o la otra vida.
Al final se lee:
“Fuera de la tienda, la hiena seguía lanzando el mismo gemido extraño que la despertó.
Pero los latidos del corazón le impedían oírlo”
Ese animal, característico por su aullido similar a una risa, se encuentra presente en toda la historia; y representa la burla frente a esas situaciones, donde no se hace algo por ser feliz; aunque al final, emite un lamento similar al humano.
En esta historia, Hemingway busca dar un mensaje entre líneas.
En el fondo, la trama de un relato, esconde siempre la esperanza de una epifanía.
Dicho mensaje en el cuento de Hemingway, es el deterioro y la corrupción de la persona, debido a los vicios y la falta de pasión en sus trabajos, los cuales se hacen solamente por dinero, y no por satisfacción personal.
También es una crítica al materialismo de la sociedad, concentrada en la acumulación de riquezas.
En conclusión, el trabajo estético de Ernest Hemingway en su cuento, nos revela que él maneja una prosa llena de detalles, que transportan al lector al ambiente donde se desarrolla la historia.
Por otro lado, se ve en su narrativa, que Hemingway maneja una historia oculta, que es la que sostiene al cuento, la cual busca transmitir algo más profundo que una simple historia.
Y finalmente, en el relato analizado, se cuenta la historia de un hombre lastimado, que pelea con su esposa y muere, línea narrativa que transmite la pérdida de los valores, así como una crítica a la putrefacción del mundo:
Con 2 guerras mundiales, una guerra civil, varios sanfermines, innumerables corridas, cazas, pescas; 4 esposas, cuántas mujeres…
¿Qué buscaba aquí Hemingway entonces?
“The Snows Of Kilimanjaro”, es el relato de un hombre enfrentado a la certeza de la muerte por un torpe accidente al pie del Kilimanjaro.
Se pasa revista a su vida, sus aventuras, sus amores y los remansos violentamente líricos, y se contempla a sí mismo.
¿Qué has hecho con todo esto?, con tu talento, con toda la vida, las experiencias, los cambios que has presenciado…
Absolutamente nada.
Lo inmediato es culpar a su mujer, icono del confort, con quien se casó por indolencia.
Pero el personaje sabe que ella no merece las culpas, que fue su decisión renunciar, comenzar a mentir, pues es más cómodo, más eficaz, casarse con ella aun sin amarla.
Al fin y al cabo, a su mujer, hermosa, audaz, buena compañera de borrachera y mejor amante; a ella, atenta, que le ama:
¿Qué puede reprocharle?
Fue decisión propia, vencerse a la indolencia, engañarse, fingirse diferente, un espía en la burguesía, para no afrontar la realidad:
Los cuadernos en blanco, la máquina oxidada; y ahora quieres escribir, pero te mueres.
Hemingway, lo que buscaba era morir en la cima nevada del Kilimanjaro.
Así pues, la pareja Hemingway-Pfeiffer visitó Mombasa, Nairobi, y Machakos en Kenia, y luego viajaron a Tanganica, donde cazaron en el Serengeti en torno al lago Manyara, y al oeste y al sureste del actual Parque Nacional de Tarangire.
Su guía fue el notable “cazador blanco” Philip Hope Percival, quien había guiado Theodore Roosevelt en su safari en 1909.
Un dato musical, es que Pascal Danel, sacó en 1966, la canción “Kilimanjaro” cuya letra parece inspirada por la novela de Hemingway; siendo un éxito internacional, que se adaptó en 6 idiomas diferentes, y que tuvo más de 180 versiones.
“A man should never lose his hand at hunting”
The Snows Of Kilimanjaro es una película de aventura, del año 1952, dirigida por Henry King.
Protagonizada por Gregory Peck, Ava Gardner, Susan Hayward, Hildegard Knef, Leo G. Carroll, Torin Thatcher, Marcel Dalio, entre otros.
El guión es de Casey Robinson, basado en el relato homónimo de Ernest Hemingway.
The Snows Of Kilimanjaro fue candidata a 2 premios Oscar:
Mejor dirección artística, y fotografía.
Producida por el gran jefe de La FOX, Darryl F. Zanuck, fue filmada en París, la Riviera Francesa y España; aunque hubo una impresionante segunda unidad de trabajo rodada en Kenia, los principales actores filmaron sus escenas africanas en Hollywood.
Roy Ward Baker, dirigió las imágenes en África, mientras Henry King dirigió todas las secuencias de estudio.
La acción sigue a Harry Street (Gregory Peck), un escritor que ha sido gravemente herido en un accidente de caza en África.
Está postrado en su litera en el campamento establecido cerca de las laderas del monte Kilimanjaro, mirando a La Parca, que lo contempla con ojos secos y profundos.
Pero Harry es un tipo con suerte:
Éxito literario, viajes, mujeres, dinero, y sin embargo, está marchito por dentro.
En su semblante, se dibuja una nube gris, como un velo que le opaca la frente, y sus ojos, por siempre anhelantes, no se libran de evocar momentos felices que no volverán.
En sus ataques febriles, recuerda su pasado, y cómo perdió a la mujer que más amó:
Cynthia Green (Ava Gardner), y que ahora está muerta…
Se hace reproches de haber antepuesto su trabajo como escritor a su vida privada, y se considera un fracasado.
Su actual esposa, Helen (Susan Hayward), cuida de él mientras esperan la llegada de ayuda.
Ella se muestra comprensiva, y le manifiesta su amor.
Poco a poco, Harry se va dando cuenta, de que junto a su mujer, podrá rehacer su vida…
The Snows Of Kilimanjaro es una excelente adaptación de la novela de Ernest Hemingway, sobre un personaje muy parecido a sí mismo, y en la que casualmente, Ava Gardner se interpreta casi a sí misma.
Cine de gran calidad en Tecnicolor, que recoge a la perfección el espíritu del autor del libro; pues como se supone, Harry representa a Hemingway, y en ese guión aparece París, España, los toros, y La Guerra Civil Española, ya que son 4 aspectos que pertenecen a la vida de Ernest Hemingway, pero que como también pertenecen a la vida de Ava Gardner, los junta en la película, ya que Ava y Ernest, de alguna manera los vivieron al coincidir en sus vidas en dichos lugares, y en sus gustos por España y los toros, además de ser grandes amigos.
“There's a war going on here too right at this table!
There's a dandy little war going on!”
El avezado director Henry King, llevó en este film a la gran pantalla, un relato autobiográfico de Ernest Hemingway, pero con un “happy ending”, contrario al final del libro.
La historia original, narra el cruel ajuste de cuentas del escritor con su pasado, su progresivo deterioro y su muerte final.
La adaptación cinematográfica, narra un final feliz inverosímil, al tiempo que agita en una coctelera, pasajes de la mitología del escritor, para darle al conjunto, un forzado “toque Hemingway”
Desde que Darryl Zanuck le compró los derechos a Ernest Hemingway, y le encargo el guión a Casey Robinson, así como la dirección a Henry King; giró las instrucciones, para que se modificara el final del cuento, buscando un final feliz, que no fue otro más que el mostrar a Harry recuperado de la gangrena, y dispuesto a aprovechar la lección que le ha dejado ese encuentro con la muerte, para que con la ayuda de su esposa Helen, llegar a ser un escritor genuino.
Salvo su parte final, The Snows Of Kilimanjaro, refleja claramente el espíritu de Hemingway, ya que si bien el guionista Casey Robinson tuvo que “saquear” material de otras historias del escritor para darle consistencia cinematográfica al breve relato, lo hizo siempre respetando los lineamientos del código de los héroes “hemingwayanos”, en particular, en la invención del personaje de Cynthia.
La penetración psicológica del personaje, en cuitas existenciales, se recoge de forma trivial, ya que se centra básicamente en sus relaciones sentimentales, y la significación de su pareja en su “modus vivendi”, olvidando aspectos más interesantes en la vida del escritor de La Generación Perdida con su existencia despreocupada y aventurera, asuntos retratados durante la película, como su pasión por España y los toros, su participación en La Guerra Civil, su existencia bohemia en París, sus constantes cambios de residencia; pero sin incidencia más allá de la anécdota sentimental y exigida.
Cuando lo intenta, al final del metraje, sin jamás perder el enfoque melodramático, el resultado es bastante parsimonioso y plúmbeo.
Difícil sobrevivir con el recuerdo de los errores propios pisoteándote la conciencia...
Esta es, compendiada, la elucubración vital de un hombre víctima de sus propios actos.
Y en esta elucubración, está el meollo de The Snows Of Kilimanjaro.
Cada uno de los instantes revividos en esa secuencia de “flashback”, fruto de la fiebre y de la pierna gangrenada, son cuentas de un rosario.
Cynthia era mucha mujer, y no solo en lo físico; Harry lo sabe ahora, cómo lo supo en aquel tiempo, donde la prepotencia no le dejaba ver otra cosa.
Y lo sabe aún con la abnegada presencia de otra gran mujer:
Helen.
Harry Street, espera con ella, junto a la ladera del Kilimanjaro, la llegada de una avioneta que pueda evacuarlos hasta un hospital, ya que Harry tiene una pierna a punto de gangrenarse, debido a que le olvidó darse iodo tras recibir un rasguño con una espina, cuando intentaba fotografiar a un grupo de gacelas.
Harry recuerda su pasado, y a su primera novia, Connie (Helene Stanley), que se enfadó porque no quería casarse aún, y prefería esperar a escribir su primera novela…
En París conoció a Cynthia Green, una mujer alegre, que afirma que solo aspira a ser feliz, y con la que comienza a vivir, y con la que comparte la alegría de ver que publicarán su primer libro, decidiendo utilizar el dinero conseguido para viajar a África.
Cynthia, no disfrutó con la cacería tanto como él, pues teme a los animales…
Poco después, ella recibe la noticia de que está embarazada, y el médico le dice que no debe tener sobresaltos, y que tendrá que pasar el mayor tiempo posible en la cama.
Pero Harry, que no sabe nada, ha planeado ya un nuevo viaje a Madrid, por lo que ella, que no desea decepcionarlo, acaba lanzándose por las escaleras, abortando.
Al enterarse él de lo ocurrido, Harry entristece, aunque finalmente podrán ir sin problemas a Madrid como él deseaba.
Una vez allí, acuden a los toros y a los tablaos, pero cuando él le dice que le han ofrecido ir a Siria para cubrir la guerra entre franceses y sirios, ella le dice que se siente una carga para él, pues no puede seguir su ritmo, y él prefiere conocer el mundo entero, pese a que ello sea la perdición de su matrimonio.
Tras ello, lo abandona, y le pide que no se moleste en buscarla, pues no volverá.
Y Harry continuará su vida, comenzando a salir con Elizabeth (Hildegard Knef), una condesa que hace esculturas, y que posee una gran fortuna.
Recibe entonces noticias del éxito de su nueva novela, de la que ya vendió incluso sus derechos para el cine, estando previsto que la interprete Greta Garbo.
Harry está en la cima del éxito, pero no puede evitar echar de menos a Cynthia, de la que finalmente llega una carta desde Madrid, aunque celosa, Elizabeth se la rompe, ante lo que Harry, enfadado, decide abandonarla, e irse a Madrid.
Pero España está en guerra, y Cynthia ya no está en el hotel desde el que le escribió.
Se alista con el ejército republicano, entrando de inmediato en batalla, tratando de encontrar a Cynthia, que trabaja como enfermera, y a la que reencontrará en el campo de batalla, cuando la ambulancia en que ella viajaba, sufre un accidente.
Él se encarga de llamar a un camillero, y luego trata de ir con ella en la ambulancia, ante lo que un oficial lo acusa de cobarde, disparándole e hiriéndolo en una pierna.
Muerta Cynthia, y de nuevo en París, coincide, mientras pasea borracho, con Helen, que le pide fuego, y a la que conoció anteriormente cuando la persiguió al confundirla con Cynthia.
Entretanto, muere su tío, Bill (Leo G. Carroll), quien siempre le guio y le aconsejó, el cual le anima siempre a ir de caza, tratando de encontrarse a sí mismo, y su salvación.
A Helen sí le gusta cazar, pero él no está tan enamorado de ella como lo estuvo de Cynthia, pero ella le cuida y, temerosa de que la herida acabe por infectar todo su cuerpo, se la abre.
Las hienas rondan esa noche su tienda, al olor de la sangre, aunque Helen consigue ahuyentarlas con sus gritos.
Al día siguiente, él se despierta mejor, y observa que ya no están en el árbol cercano, los cuervos que lo vigilaban hasta el día anterior, escuchándose el ruido de la avioneta que viene a salvarlo.
Más que una película de aventuras, The Snows Of Kilimanjaro es una película sobre el espíritu aventurero, y cómo el dilema de ser fiel a él o no serlo, transforma la vida del protagonista.
Su vocación de escritor, está asociada a la experiencia vital, y sólo quien vive a fondo esa vida, viajando y engañándose de sensaciones fuertes, está capacitado para ser un escritor total, como lo es Harry Street.
En The Snows Of Kilimanjaro se encuentran muchos de los elementos característicos de Hemingway:
El gusto por la caza y el safari, el Paris nocturno, las mujeres que amar con un cierto punto machista, La Guerra Civil Española, los toros, las ansias de entregarse como escritor...
Todo esto aparece por medio de unos estupendos “flashbacks”, en la figura de Harry.
Y de ahí, la famosa frase de Hemingway al productor Darryl F. Zanuck al término del estreno:
“Yo te he vendido los derechos de la novela, no los de mis obras completas”
En lo técnico, The Snows Of Kilimanjaro cuenta con una buena fotografía en tecnicolor, a cargo de Leon Shamroy, mostrándonos en unos excelentes fotogramas, algunos de ellos en plan documental, y con escenas rodadas en parajes naturales de Kenia, concretamente en La Reserva Nacional de Samburu.
Pero a diferencia de la novela, The Snows Of Kilimanjaro es simplemente, el relato de una agonía.
Realidad y alucinación se funden en el cerebro del moribundo, y crean una atmósfera ambigua, intensamente reveladora del fracaso total de una existencia.
Los recuerdos, las esperanzas fallidas, acuden al examen de memoria que precede la muerte, y ésta alcanza al héroe a mitad de camino, entre la desesperación y la indiferencia.
Harry es un escritor que está pasando por los últimos momentos de su vida, tenía problemas con el alcohol, era orgullo, y muy prejuicioso, en sus épocas de juventud, mentía bastante, esto respecto con las mujeres que había tenido.
Helen, es una mujer que tiene mucho dinero, que tuvo otro matrimonio antes de conocer a Harry, tuvo 2 hijos con los cuales no tenía lazos afectivos muy sólidos, uno de sus hijos muere, y es cuando Helen se siente sola, sin ganas de conocer a más hombres, siempre andaba muy pensativa, y le gustaba leer bastante.
Este personaje parece clave a lo largo de la historia, ya que cuando Harry no tenía más ganas de vivir ni de tratar de salir adelante, ella es quien lo centra, quien le da ánimos, ella en verdad estaba enamorada de Harry, razón por la cual lo seguía a todos lados, y hacia todo lo que él quería.
Tenemos a los sirvientes, que únicamente aparecen en la historia para ayudar a Helen a cuidar a Harry, y para resalir labores domésticos.
Y los animales como los buitres que rondaban el campamento donde se desarrolla la mayor parte de esta historia, porque son animales que suelen alimentarse de cosas muertas, y creo que estos pueden percibir la muerte, como Harry ya estaba casi delirando debido a la infección que tenía en la pierna, estaban al pendiente con la intención de comérselo.
Y la hiena, era la forma de representar que la muerte se acercaba día a día, conforme iba empeorando la situación de Harry, ya que al final de la historia, con los aullidos que lanza, es significado de que el escritor había muerto, riéndose de una vida de fracasos.
Lo más destacable de todo, es el impresionante guión, el cual narra una historia dura.
Plantea un personaje, el cual es inculcado desde niño a cazar; ya sean animales o mujeres.
Este personaje, solo busca dirigir un odio interno, intentando saciar su sed, buscando nuevas conquistas, y cuando tiene una nueva mujer; busca animales que sufran, ya sea cazando en África, o viendo corridas de toros en Madrid.
Es un personaje egoísta, que solo desea su propia felicidad, sin pensar en el sufrimiento de los demás; de ahí el ver sufrir a los animales, ya que el sufrimiento que muere bajo la piel del rinoceronte, o del toro, es el sufrimiento que no quiere tener él.
No obstante, se enamora, y esa búsqueda de su único amor, será su mayor objetivo.
Del reparto, estupendo el trio estelar, elegido aquí por el maestro King y, encabezado por su actor fetiche:
Gregory Peck en el papel de Harry Street; allí junto a su esposa, y con muy pocas esperanzas de sobrevivir, recuerda los episodios más impactantes de su vida.
Y junto a él, 2 estrellas tan bellas como rutilantes del Hollywood Dorado:
Ava Gardner metida en el cuerpo de Cynthia Green, una bellísima mujer que Harry conoce en Paris, los 2 se enamoran, pero el destino les separa y, cuando de nuevo se encuentran en España con La Guerra Civil de por medio, llega la otra:
Susan Hayward como Helen, la también bellísima esposa del escritor, una mujer valiente, que lo cuida con toda su alma en aquel paraje perdido africano, con los buitres acechando a su alrededor, y aun sabiendo que la muerte la tienen cerca, ella sabe también que la esperanza es lo último que se pierde.
Un dato curioso, es que cuando la película fue filmada, Ava Gardner estaba casada con Frank Sinatra, quien discutió severamente sobre el hecho de que tenía que ir a África, debido a la producción.
Por tanto, Gardner insistió en el director Henry King, para que las escenas con ella tuvieran que ser tomadas lo más rápidamente posible.
A Ernest Hemingway, no le gustó la película, porque pensó que había canibalizado material de su otro trabajo, para rellenar la historia.
Le dijo a Ava Gardner, que las únicas cosas que le gustaban, eran ella y la hiena.
Y se ha informado, pero no confirmado, que el director Henry King, fue quien le puso voz, o risa a la hiena en la banda sonora.
Una turbadora, a la vez que muy apreciable banda sonora y, dándole un tono nostálgico para manejar más el relato de la historia compuesta por Bernard Herrmann, nos hace participes con unos temas nostálgicos, en donde hay que destacar el bellísimo “Interludio”, al igual que “Memory Waltz”
“Oh, I just devoured your last book!”
Hemingway dijo:
“¿Y si ya no puedes estar a la altura, ni involucrarte, si ya has agotado todas las fantasías?
Un campeón no puede retirarse como los demás.
¿Cómo demonios puede retirarse un escritor?
El público no se lo permitirá.
Cuando un hombre pierde el centro de su ser, pierde su ser.
¿Retirarse?
Es la palabra más social de la lengua inglesa.
Es empezar a retroceder hacia la tumba.
Si no puedo existir en mis términos, la existencia es imposible.
Así es como yo he vivido, y así debo vivir… o no vivir”
En The Snows Of Kilimanjaro, el escritor de ficción muere.
En la vida real, en 1958, como si Hemingway quisiera sellar con sangre el tono autobiográfico de su obra, el escritor se suicida.
The Snows Of Kilimanjaro, demuestra con una vida muy sufrida, que aunque tengamos un amor agradable con el que decidimos vivir el resto de nuestra vida, siempre va a haber un amor que no se olvida, un amor que te marca como un tatuaje a la piel, para mantenerse, y que al darlo a conocer, no hace más que infringir una molestia sana, que siembra la duda a la persona que amada, cuestionándose a sí mismo.
¿Seré la persona correcta?
“And there was never another time like that first time in Africa”
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