Christine

“What do you believe in?
What are you doing to make a mark?”

El suicidio es uno de los tabús favoritos de la sociedad contemporánea.
El drama que nadie quiere escuchar, pero que tampoco se trabaja lo suficiente en solucionar.
Los que han decidido acabar con su vida, quedan como unos “incomprendidos”, incapaces de superar las adversidades que les rodean, porque pocas personas se han preocupado en explicar, o no les han dejado un altavoz para explicarlo, que las causas de un suicidio, van mucho más allá de eso.
El debate sobre si los periodistas y los medios de comunicación, deberían informar o no sobre los suicidios, siempre ha estado presente.
Todavía hoy, es un tema tabú, y no hablar de los suicidios, es casi una norma.
Sin embargo, muchos psiquiatras consideran, que los periodistas y los medios de comunicación, son el mejor agente “antisuicidio”, porque pueden trasladar a la sociedad, la información de que el suicidio es evitable.
En la opinión de que los medios deberían dejar de considerar tabú a los suicidios, y darles visibilidad, para ayudar a su prevención.
Sin embargo, La BBC asegura, que el suicidio, el intento de suicidio, y las autolesiones, deben presentarse con gran cuidado, ya sea en ficción o en programas de no ficción:
“Debemos tener cuidado, para no describir o mostrar con gran detalle los métodos”, indica la televisión británica, en un documento con los valores y criterios que deben respetar sus trabajadores.
Así se realizaron varias investigaciones que concluyeron 4 puntos fundamentales:
El número de suicidios aumenta proporcionalmente a la cobertura a un caso.
Cuando se informa de un suicidio con muchos detalles, o se relatan varias historias en profundidad, aumentan los intentos de quitarse la vida.
Estos intentos, también aumentan cuando la noticia aparece en la portada de un periódico, o en la apertura de los noticieros.
También concluyeron, que se producen más suicidios, cuando los titulares caen en el sensacionalismo.
Una imagen perturbadora, apareció en las pantallas de los televisores de Sarasota, Florida, Estados Unidos; en la mañana del 15 de julio de 1974.
Christine Chubbuck, fue una periodista estadounidense, recordada por haberse suicidado mientras presentaba su programa de televisión en directo.
El evento, que conmocionó a la ciudad, y pronto a todo el país, se convirtió en el primer y único suicidio televisado en directo, en Estados Unidos.
Su historia se convirtió en una leyenda, y el video de su muerte, en una especie de macabro “Santo Grial” de Internet, que nadie ha sido capaz de encontrar hasta el día de hoy, aunque no por falta de esfuerzo.
La carrera profesional de la presentadora nacida en Hudson, Ohio, parecía subir rápidamente, y con éxito.
A los 29 años, Christine ya lideraba un programa de televisión que se transmitía los domingos por la mañana, en el canal 40 de la cadena WXLT-TV, ahora llamada WWSB/Canal 7.
Justo antes de su fallecimiento, ella había sido ascendida como Directora de Asuntos Públicos de la compañía.
Pero mucho tiempo antes de su muerte, Christine Chubbuck se había mudado a la casa de verano de su familia, en Siesta Key, Florida.
La relación que mantenía con su familia era muy cercana, incluso consideraba a su madre y a su hermano Greg, como sus amigos más cercanos.
Chubbuck colaboraba voluntariamente en El Hospital Sarasota Memorial, donde hacía espectáculos de marionetas para niños con enfermedades mentales.
Incluso, incorporó dichos muñecos, hechos a mano, a su “talk show” en el canal WXLT-TV.
Aunque inicialmente había sido contratada como reportera, a Christine se le dio la oportunidad de conducir el programa “Suncoast Digest”, un “talk show” que trataba diversos temas de sociedad.
Ella tomó su rol muy seriamente, e invitó a los oficiales de Sarasota y Bradenton, para discutir temas de interés, para la creciente comunidad costera.
Pero Christine, muy personalmente, le comentó a su familia sobre su lucha contra la depresión, y las tendencias suicidas, aunque no les dijo la razón de aquellas ideas.
En 1970, ella intentó suicidarse con una sobredosis de medicamentos, y frecuentemente hacía referencias al evento.
También, había visitado a un psiquiatra semanas antes de morir...
La madre de Chubbuck, no quiso informarle a la gerencia de la estación televisiva, sobre estos pensamientos de su hija, por miedo a que fuera despedida.
Se cree, que la falta de relaciones personales, fue la causa de su depresión.
La madre de Christine, lamentó frente a sus colegas, que su hija estuviera por cumplir 30 años, siendo aún una mujer virgen, que no había tenido más de 2 citas con hombres en su vida.
Además, a Christine se le había extirpado el ovario derecho…
Su médico le había informado, de que si no lograba quedarse embarazada dentro de 2 o 3 años, era poco probable que fuera capaz de concebir en toda su vida.
Ella estaba enamorada de su compañero de trabajo, George Peter Ryan, incluso le regaló un pastel para su cumpleaños, tratando de recibir su atención, sólo para darse cuenta, de que él estaba envuelto sentimentalmente con la reportera deportiva, Andrea Kirby.
Kirby, era la compañera más cercana a Chubbuck, pero le ofrecieron un puesto de trabajo en Baltimore, y se marchó, lo que incrementó la depresión de Christine.
Sus compañeros la describían como “talentosa y entusiasta”; aunque con un humor poco convencional.
“Ella era muy optimista y muy amable”, señaló Linford Rickard, director técnico de Suncoast Digest, el último programa de Chubbuck.
“Era una chica problemática, pero también era muy joven.
Todos éramos jóvenes”, dijo Steve Newman, quien con 21 años, fue productor de su espacio televisivo, y renunció al canal, 3 meses antes del fatal episodio.
Sus compañeros, en general, la consideraban una persona brusca, sobre todo cuando intentaban demostrarle su cariño.
También, veían que a menudo, Christine hacía bromas sobre sí misma.
Según sus colegas, su falta de relaciones, se debía a su escaso amor propio, lo que la hacía reaccionar de manera brusca y defensiva ante cualquier gesto amable, además de rechazar los cumplidos.
Sobre su vida romántica, se sabe que a los 21 años, Christine mantuvo un noviazgo con un hombre de 30 años, algo que fue desaprobado por su padre, por lo que la relación terminó, y nunca volvió a tener otro novio.
“Christine tenía un bizarro sentido del humor.
Tenía 29 años, y no tenía problemas en admitir que era virgen”, recordó Gordon Galbraith, ex director de noticias.
“Una tarde que estábamos haciendo un noticiario de broma, y como ella no tenía reparos en ser virgen a los 29, comenzó a llamarse a sí misma “Pristine Buttocks”, es decir, “nalgas vírgenes”:
“Hola, soy Pristine Buttocks, y éstas son las noticias”, dijo”
“Mi familia adoraba a mi hermana.
Ella era una persona interesante”, señaló su hermano Greg, quien también la recuerda como una gran amante del lenguaje.
“Ella era una persona maravillosa, pero tenía esta especie de ingenio seco, y una lengua un poco afilada”, agregó.
Según su familia, la mujer tenía serios problemas de autoestima, sentía que no encajaba en ninguna parte, y que nunca fue lo suficientemente buena en su trabajo.
Greg Chubbuck, aseguró que sus padres gastaron cerca de $1 millón en tratamientos para la depresión de Christine, durante 20 años, no obstante, él cree que su hermana sufría de trastorno bipolar.
A 3 semanas antes del suicidio, Christine Chubbuck le preguntó al director de prensa de la televisora, si podía realizar un reportaje sobre el suicidio.
Después de aprobada su idea, visitó el departamento local del sheriff, para conversar sobre los métodos de suicidio.
En la entrevista, el oficial le explicó, que una de las maneras más eficientes para matarse, era utilizando un revólver calibre 38., con las balas perforadas en la punta, y dispararse en la parte trasera de la cabeza, no en la sien.
Una semana antes de morir, le dijo a Rob Smith, el editor del noticiero nocturno, que había comprado un arma, y bromeó sobre suicidarse “estando al aire”
Más tarde, Smith le dijo al periódico The Washington Post, que la había regañado por hacer ese comentario.
El 12 de julio de 1974, Christine tuvo una discusión con el director de prensa, Mike Simmons, después de que él eliminara una de sus historias, para reemplazarla por una sobre un tiroteo.
Robert Nelson, el dueño de la cadena, había tratado de convencer al personal, para que se concentrasen en investigar y publicar historias policiales “llenas de sangre y entrañas”
Y 3 días después, Christine confundió a sus colegas, al decir que ella debía escribir el guión de las noticias, para posteriormente leerlo en el noticiario, al comenzar su programa, algo que pocas veces había hecho antes.
El invitado de esa mañana, esperó en el plató, mientras Chubbuck se sentó en el escritorio de las noticias.
En el guión, Christine había escrito un reporte, en el que se especulaba sobre su inminente suicidio, y se señalaba que ella sería dada por muerta 11 horas después…
Ella escondió el revólver en la bolsa, donde guardaba sus marionetas, y la puso bajo el escritorio.
Durante los primeros 8 minutos del programa, Chubbuck informó sobre 3 noticias nacionales, y después sobre un tiroteo en un restaurante local, el día anterior.
Pidió que la noticia del tiroteo, fuera acompañada por imágenes de apoyo, pero éstas no pudieron ser exhibidas, debido a problemas técnicos.
La camarógrafa que la enfocaba, le informó que el vídeo estaba atascado.
Christine la miró, y le respondió:
“Esa película no va a rodar”
Acto seguido, quitó su largo cabello negro de su cara, tragó, movió nerviosamente sus labios, y dio vuelta la página del guión con su mano izquierda.
Mirando hacia abajo, comenzó a leer, sonrió, y dijo:
“De acuerdo a la política del Canal 40, de brindarles lo último en sangre y entrañas a todo color, están a punto de ver otra primicia:
Un intento de suicidio”
Su mano izquierda temblaba levemente, pero su voz era firme.
Su mano derecha surgió de abajo del escritorio, sosteniendo la pistola que apuntó detrás de su oreja derecha.
Tiró del gatillo, y se oyó un fuerte estallido.
Una nube de humo voló del arma, y su pelo se movió como si una ráfaga de viento la hubiera embestido.
Su rostro se desfiguró, su boca se desgarró hacia abajo, mientras su cabeza se sacudía.
Luego, su cuerpo cayó violentamente hacia adelante, y se perdió de vista.
El director oscureció rápidamente la imagen, y corrió al estudio de grabación, esperando encontrar a Christine en el suelo, riéndose de la broma que les había hecho...
Pero se dio cuenta de que la situación era real, al ver cómo la sangre brotaba de su nariz y de su boca, mientras su cuerpo temblaba.
La operaria de cámara, Jean Reed, explicó después que también pensaba que todo se trataba de un elaborado chiste.
Enseguida, la cadena de televisión exhibió una videocinta de servicio comunitario, y después una película.
Algunos televidentes, llamaron al 911, mientras otros se comunicaban con el canal, para saber si el disparo había sido falso.
El entonces director de noticias del canal, Mike Simmons, declaró a los medios locales, que encontró un guión con salpicones de sangre en el set de televisión, donde cayó Chubbuck después del incidente.
La periodista, había estructurado el programa entero, incluido el momento del suicidio, e incluso, escribió el reporte posterior que se daría en el noticiero sobre su “rápido traslado al hospital, donde permanecería bajo un crítico estado de salud”
Christine Chubbuck, de hecho fue llevada al Hospital Sarasota Memorial, y fue declarada muerta 14 horas después.
Durante algún tiempo, el canal WXLT exhibió repeticiones de la serie “Gentle Ben”, en reemplazo del programa de Christine.
A su muerte, Christine Chubbuck tenía 29 años; y su deceso quedó grabado en una cinta cuádruplex de 2 pulgadas marca Ampex.
“Ella pudo haber tenido una enfermedad mental, pero:
¿Por qué tuvo que hacerlo así?
Asustó a niños y familias que veían la televisión en ese momento”, señaló Steve Newman.
Algunos medios reseñaron en aquel entonces, que Chubbuck estaba molesta por el viraje editorial del canal, que insistía en mostrar imágenes fuertes o violentas, para subir los niveles de audiencia.
A pesar de los intentos de la familia por dejar el episodio en el pasado, la muerte de Christine Chubbuck, continuó reviviendo en documentales y reportajes periodísticos.
Para su antiguo colega, y actual presentador del clima en el mismo canal, Steve Newman, los nuevos filmes, no harán sino “revivir un evento profundamente doloroso.
No es que quieran enfocarse en Christine como profesional.
Al final, todo se reduce al suicidio que cometió en televisión en directo”, dijo.
La reconocida autora del diario estadounidense The Washington Post, Sally Quinn, escribió un largo perfil sobre la periodista, el mismo año de su muerte, y la película ganadora del Oscar “Network” (1976), se basó parcialmente en su historia.
“Network” (1976), puso en evidencia al cinismo y la tiranía de los medios de comunicación, Andrew Sorkin asegura que el guión de Paddy Chafesky, ha sido el faro de su carrera, y que tomó como paralelismo, el fatal desenlace de la periodista de Ohio; pues en el guión inicial, se mencionó el nombre de Chubbuck, pero después se borró.
Décadas después de cuestionar, y de qué manera, los límites del periodismo, el estreno de la película “Christine”, y del documental “Kate Plays Christine”, de los directores, Antonio Campos y Robert Greene respectivamente, ha vuelto a despertar el interés en la figura de la presentadora, y del suicidio televisivo.
Si en 2015, nos horrorizamos ante los límites del periodismo ciudadano psicópata a lo Jake Gyllenhaal en la película “Nightcrawler”; en 2016, toca recuperar la historia de Christine Chubbuck, para replantearnos:
¿Hasta dónde se puede llegar por la audiencia?
¿Realmente Chubbuck quería denunciar la degradación de los medios?
¿Qué le llevo a suicidarse estando al aire?
Todos los hallazgos recientes en El Caso Chubbuck, aportan tanta información nueva, como nuevas preguntas.
Queda la certeza de que, si un día se hacen públicas las imágenes del vídeo, no resolverán esas incógnitas.
Solo saciarán el morbo de los macabros usuarios que navegan por la ingente cantidad de webs falsas, que engañan a sus visitantes, anunciando que poseen el vídeo que se grabó aquella mañana del 15 de julio de 1974, un vídeo que no debió haberse producido nunca.
“In living color, and exclusive coverage of an attempted suicide”
Christine es un drama del año 2016, dirigido por Antonio Campos.
Protagonizado por Rebecca Hall, Michael C. Hall, Maria Dizzia, Rachel Hendrix, J. Smith-Cameron, Kim Shaw, Timothy Simons, John Cullum, Tracy Letts, Morgan Spector, Susan Pourfar, Kimberley Drummond, entre otros.
El guión es de Craig Shilowich, que al igual que Christine Chubbuck, también pasó por una depresión durante su veintena de años.
Es guión narra el episodio de vida final de Christine Chubbuck, periodista estadounidense que se suicidó mientras presentaba su programa de televisión, en directo, en 1974.
Su biografía fue investigada por el guionista, Craig Shilowich, quien conoció su historia en el 2007, al leer una lista de muertes extrañas en Wikipedia.
A partir de ese momento, Shilowich se obsesionó con Chubbuck.
Curiosamente, ese año, el canal E! Entertainment, estrenó un programa de reportajes llamado “Boulevard of Broken Dreams”, donde se le dedicó un segmento a la trágica muerte de la periodista.
Después de verlo, Shilowich contactó al productor del programa, quien le cedió toda su investigación.
Desde entonces, Shilowich trabajó 2 años en el libreto, antes de conocer al director Antonio Campos.
Después de escribir un primer borrador, basándose solo en fuentes secundarias, Shilowich viajó a Sarasota, a entrevistar a personas que habían conocido a Chubbuck, tras lo cual redactó el guión definitivo.
El acotado presupuesto de Christine, fue recaudado, en parte, gracias a la ayuda de la propia protagonista, Rebecca Hall.
“Solo tienes que leer un periódico, o ver un noticiero, y notarás que lo que aparece es terrible.
Ese concepto de publicar sensacionalismo, empezó en la década de los 70.
Y Christine fue una manifestación de ese problema, en aquella época”, señaló Antonio Campos.
El rodaje se llevó a cabo en Savannah, Georgia, durante 29 días.
Christine Chubbuck (Rebecca Hall), de 29 años, es una mujer que se encuentra a sí misma, cayendo en una espiral de crisis entre su vida personal y su carrera.
Ella siempre ha sido la persona más inteligente del lugar, en la estación de noticias de Sarasota, Florida; donde se siente destinada a hacer cosas más grandes, y es implacable en su búsqueda de una posición en el aire en un mercado mayor.
Como aspirante a mujer de noticias, siempre con los ojos abiertos, e interesada en la justicia social, se encuentra a sí misma constantemente chocando con su jefe Michael (Tracy Letts), empeñado en reconducirla a historias “más jugosas” para televisión.
Por otra parte, plagada de dudas, y con una vida familiar tumultuosa, Christine alimenta esperanzas en su creciente amistad con su compañero, George Peter Ryan (Michael C. Hall), lo que se  convierte en otro amor fallido.
Desilusionada con un mundo que siempre le cierra las puertas, Christine toma un oscuro y sorprendente giro.
Irónicamente, con los niveles de audiencia en el piso, el gerente de la estación, da la orden a sus trabajadores, de entregar noticias más sensacionalistas, un estilo que contrasta con el periodismo serio que apasiona a Christine.
Para lograr sus metas, ella debe superar sus inseguridades, y darle a los telespectadores, lo que ellos quieren.
Christine se ha realizado a partir de la información limitada que hay sobre ella, y lo convierte en un retrato sincero y convincente de una mujer ambiciosa, con problemas físicos y emocionales; que hizo de este episodio, una forma de protesta en contra de la nueva política de periodismo de su canal, la promoción de la sangre y la violencia, para conseguir audiencia.
La historia, busca los motivos por los cuales la llevaron al famoso suicidio, basándose más en sus vivencias profesionales, dejando por fuera otros motivos fuertes, como su cáncer, su vida íntima y pasada, y su relación familiar; aun así, es una película notable.
“This is a team meeting.
It's a simple concept:
If it bleeds, guys, it leads”
Curiosamente, ahora que los grandes estudios y la televisión, han optado por dar lecciones sobre “el buen y el mal periodismo”, y las consecuencias sociales que acarrean las investigaciones del gremio, como la oscarizada “SPOTLIGHT” (2015), “Truth” (2015) o la serie “The Newsroom” como ejemplo; el cine independiente, amplía el debate, mostrándonos el lado más crudo y perverso de la carroña audiovisual.
El director, Antonio Campos, gusta explorar la psiquis de sus personajes, y mostrar qué tan violentos estos pueden llegar a ser.
Por lo que Christine utiliza el estilo de “bola de nieve”, en donde somos testigos de cómo el personaje va en una evolución en picada, hasta que termina en el fondo, totalmente destruido.
Por momentos, no sentimos la desesperación y la excusa del personaje para estar de acuerdo con su desenlace, pero luego del hecho, las repercusiones en las personas que rodeaban a Christine, se hacen contundentes.
La historia de Christine Chubbuck, es extremadamente popular en los Estados Unidos.
La mayoría de los estadounidenses, saben cómo termina, y por eso la construcción de la misma es aún más interesante para aquellos que nunca han oído hablar de esta periodista.
Está claro que muchas personas llegan a esta película, debido a la curiosidad de ver una escena icónica, que causó “shock” en la cabeza de la gente en la década de 1970, hasta hoy; pues el video del suicidio nunca fue publicado, y lo que quedaba era la descripción de detalles del caso, más allá de los espectadores y colegas involucrados aquel fatídico día.
El guión de Craig Shilowich, trae entonces una serie de diálogos que aclaran muchos puntos detrás de muchas leyendas urbanas creadas en Internet.
La clave es, entender todo el contexto detrás del suicidio; que no fue un acto aislado:
Christine no llegó a la estación de televisión, y decidió poner fin a su vida de una hora para otra.
Si bien, no se pudo leer los pensamientos de Christine, su comportamiento y sus dramas personales, dan pistas que se recogen en los episodios contados a lo largo del metraje, especialmente con respecto a su decepción en el amor y la vida profesional.
Christine, es un retrato de una mujer que intenta desesperadamente hacer algo de sí misma, pero debido a un desequilibrio químico, parece que no puede sincronizar con las personas, y las situaciones que ocurren a su alrededor.
Técnicamente, tiene una gran ambientación de los años 70, y no solo se hace evidente a través del decorado y el vestuario, sino también a través de la cámara y el encuadre.
Para evocar la apariencia de las películas de los años 1970, el director Antonio Campos, escogió cámaras digitales Arri Alexa, no obstante, filmó usando la proporción 16:9, para que la imagen calzara perfectamente en los televisores modernos.
Del reparto, cada cierto tiempo, un actor toma posesión de un papel tan completamente, que se convierte tanto en tu forma de adentrarte en la película, como en la razón para verla.
Ese ese el caso de Rebecca Hall:
Impresionante trabajo actoral, aunque en algunos momentos mantiene por mucho tiempo la vis psicótica, y parece que cae en la sobreactuación; no obstante, logra que empaticemos con su personaje.
La primera vez que la vemos, está filmándose a sí misma, haciendo un simulacro de entrevista con Richard Nixon.
Más tarde la vemos examinar cada pequeño gesto, analizándose a sí misma, aparte de rediseñarse en algo mejor para llegar a la perfección; sin embargo, no importa el número de veces que Jean Reed (María Dizzia) le repita que “todo lo que hace, está más que correcto”, Christine no deja de auto evaluarse a diario.
Reed, es tal vez la única persona en el canal, que podría ser considerada como una amiga, dado a la personalidad antisocial de Christine, pues para ella, el día a día se hace cada vez más difícil.
Para preparar su personaje, Rebecca Hall tuvo acceso a un video de 20 minutos, en el que aparece Chubbuck comentando la construcción de un hotel en su programa “Suncoast Digest”
Y para realizar el sonado video del suicidio, inicialmente se filmaron muchas imágenes, y sus consecuencias, pero fueron editadas para evitar sensacionalizar la violencia de su acto.
Por esta razón, los cineastas también evitaron disparar su suicidio en primer plano.
La escena del suicidio de la periodista, fue la última del rodaje, y tomó 3 días de trabajo.
“La escena del suicidio, en Christine, es la tercera antes del final del filme, y está elaborada de una forma muy sutil, desde el punto de vista del equipo técnico que vio el evento en directo, desde la cabina de control”, dijo el crítico de cine de Variety, Peter Debruge.
Y para hacerla más creíble, se utilizaron efectos especiales mecánicos, de hecho, Rebecca Hall tuvo que esperar llegar a su hotel, para quitarse la sangre sintética, ya que la producción no contaba con remolques para los actores.
Una copia real, en video, del suicidio de Christine, se confirma hoy en día, en manos de la viuda de Robert Nelson, Mollie, quien no tiene planes de hacerla pública.
Los cineastas, nunca pensaron en buscarlo.
Como dato curioso, tanto el actor principal, Michael C. Hall; como la actriz Rebecca Hall, comparten el mismo apellido, pero no están relacionados; así como ambos tienen cónyuges llamados Morgan, que por cierto, es también el apellido del personaje que Michael interpretó en la serie “Dexter”
Muy debido a que el final de la historia, era de público conocimiento, varias empresas rechazaron el proyecto de distribución, de hecho, uno de los ejecutivos lo calificó como un “desafío publicitario”
En junio de 2016, The Orchard contactó a un individuo llamado Robert “Smitty” Smith, quien era dueño de la compañía InSync Plus, conocida por haber hecho el avance de la galardonada cinta “SPOTLIGHT” (2015)
Durante la negociación, Smitty mostró especial interés en asumir el reto, al punto de sentirse “obligado”
Cuando Craig Shilowich, guionista y productor de Christine, se reunió con Smitty, descubrió que se trataba de Rob Smith, el editor de noticias que trabajaba con Christine Chubbuck, cuando esta se suicidó.
Curiosamente, el personaje de Rob Smith, fue descartado de la película, por motivos dramáticos.
Por otra parte, Greg Chubbuck, el hermano de Christine, condenó públicamente a los realizadores de la película, “por sensacionalizar la muerte de su hermana”
También criticó a la protagonista, Rebecca Hall, por lucrar con una tragedia familiar.
En respuesta, Hall defendió su película, argumentando que “no es una obra de explotación, sino un íntimo análisis de personaje”
Por su parte, el guionista y productor, Craig Shilowich, aseguró que su intención al escribir Christine, “no fue glorificar el suicidio de la periodista, sino intentar descifrar lo que la llevó a tomar esa decisión”
Aunque la película sugiere que Christine estaba evitando la cirugía del ovario, en la vida real, Christine tenía solo un ovario, que le fue quitado 1 año antes de su suicidio.
“Is it paranoia if, indeed, everyone is coming after you?”
¿Es cierto que hablar del suicidio provoca más muertes?
Desde la famosa historia del joven Werther, escrita por Goethe en el siglo XIX, y prohibida en algunos países de Europa, hasta los adolescentes que siguen el ejemplo de famosos autodestructivos, lo cierto es que sociólogos y psiquiatras, no se ponen de acuerdo hoy, sobre la influencia real de la prensa en este tipo de conductas, ni en el carácter epidémico de las mismas.
No es habitual, que los suicidios aparezcan en los medios de comunicación.
En las redacciones, se trabaja con la idea prefijada, de que informar sobre ese tipo de noticias, sirve como ejemplo negativo, y provoca conductas imitativas.
Algunos estudios, así lo demostraban, pero casi todos estaban basados en programas televisivos de ficción, y no en los espacios informativos.
Por eso, los autores se acercan al tema, y en especial a la televisión, para sostener que, igual que se ha comprobado que la información promueve la toma de conciencia social en otros asuntos delicados, informar más sobre el suicidio, podría ayudar a reducir el número elevado de los mismos.
Los medios de comunicación, tienen un claro efecto sobre los suicidas potenciales.
Cuando una persona que se identifica con una situación, escucha una noticia que la confirma, se pone en marcha un mecanismo de deseo mimético.
Los medios, crean un conjunto de representaciones de la vida, muestran las pocas oportunidades de éxito, y eso, unido a un desequilibrio emocional previo, provoca problemas mayores.
El periodista profesional, deberá entonces ser especialmente prudente con las informaciones relativas a suicidios.
Por tanto, los suicidios deberán publicarse, solamente cuando se trate de personas de relevancia, o supongan un hecho social, de interés general.
Para los psiquiatras, no hay nada peor que la especulación de los medios sobre las posibles causas del suicidio, o sus relaciones.
Ni siquiera los expertos pueden determinar la cantidad de factores psicológicos, sociales, económicos, biológicos, e incluso ambientales, que influyen en una muerte así.
Aunque parezca evidente, insisten en el peligro de describirlos como “actos románticos”, y ofrecer minuciosos detalles sobre el método empleado para morir, como la cantidad de gramos de un determinado medicamento, o incluso el nombre del mismo.
Sin embargo, “omitir estos sucesos en la prensa, como si nunca hubieran existido, tampoco es la solución”, según otros expertos.
Esta información, debe darse para que la sociedad sepa cómo afrontarlo, no podemos cerrar los ojos, porque carecemos de soluciones, o tenemos recursos insuficientes.
Todo el que se suicida, ha pensado antes en hacerlo, así que sería importante difundir métodos de prevención.
Las familias, los amigos, los compañeros del colegio o del trabajo, deberían identificar las primeras señales, de que algo no va bien, para evitar el conflicto a tiempo.
Las recomendaciones de La Organización Mundial de La Salud (OMS) son:
No debe informarse acerca del suicidio, como algo inexplicable o simplista.
Se deben evitar las descripciones detalladas del método usado.
Los titulares en primera página, nunca son “la ubicación ideal” para un suicidio.
Según La OMS, “informar del suicidio de manera apropiada, exacta y potencialmente útil, a través de medios progresistas e inteligentes, puede prevenir una trágica pérdida de vidas”
¿Entonces, cómo informar sobre el suicidio?
Las estadísticas deberán interpretarse cuidadosa y correctamente.
Deberán usarse fuentes auténticas y confiables.
Los comentarios espontáneos, deberán manejarse con cuidado, en vista de las presiones por tiempo.
Las generalizaciones basadas en cifras pequeñas, requieren particular atención.
Las expresiones tales como “epidemia de suicidios”, y “el lugar con mayor tasa de suicidios en el mundo”, deberán evitarse.
Se debe oponer resistencia, a informar el comportamiento suicida, como una respuesta comprensible a los cambios, o la degradación social o cultural.
El sensacionalismo, deberá evitarse de manera diligente, particularmente cuando involucra a una celebridad.
Cualquier problema mental, que la celebridad pueda haber tenido, deberá reconocerse igualmente.
Deberá hacerse el mayor esfuerzo por evitar exageraciones.
Las fotografías de la víctima, del método empleado, y de la escena del suicidio, deben evitarse.
Deberán evitarse las descripciones detalladas del método usado, y cómo lo obtuvo la víctima.
No deberá informarse acerca del suicidio, como algo “inexplicable” o “simplista”
El suicidio, nunca es el resultado de un solo factor o hecho.
Usualmente lo causa una compleja interacción de muchos factores, tales como:
Enfermedad mental y física, abuso de sustancias, conflictos familiares e interpersonales y acontecimientos estresantes.
Es útil reconocer, que una variedad de factores, contribuyen al suicidio.
El suicidio, no deberá describirse como un método para enfrentar problemas personales, tales como:
Bancarrota, incapacidad de aprobar un examen, o abuso sexual.
Las informaciones, deberán tener en cuenta el impacto sobre las familias y otros sobrevivientes, en términos del estigma y el sufrimiento psicológico.
Glorificar a las víctimas de suicidio, como mártires y objetos de adulación pública, puede sugerir a las personas vulnerables, que la sociedad honra el comportamiento suicida.
En vez de eso, deberá hacerse énfasis en lamentar la muerte de la persona.
Describir las consecuencias físicas de intentos de suicidio, como daño cerebral, parálisis, etc., puede actuar como elemento de disuasión.
Aportar información sobre la ayuda disponible.
Así pues, los medios de comunicación pueden jugar un papel proactivo, en ayudar a prevenir el suicidio, al publicar la siguiente información junto con noticias sobre el suicidio, igual que se hace ya desde un tiempo con las noticias sobre asesinatos de mujeres por sus parejas, o exparejas, por ejemplo.
Para ello, los medios de comunicación pueden contribuir a difundir los siguientes elementos de información:
La lista de servicios de salud mental, y líneas telefónicas de ayuda disponibles, con sus números telefónicos y direcciones actualizados.
Publicitar las señales de advertencia del comportamiento suicida.
Transmitir mensajes sobre la frecuente asociación entre la depresión y el comportamiento suicida, siendo la depresión, una condición tratable.
Ofrecer un mensaje de solidaridad a los supervivientes en momentos de profundo dolor, proporcionando números de teléfono de los grupos de apoyo para sobrevivientes, si los hay.
Esto aumenta la probabilidad, de que profesionales en salud mental, amigos y familiares, intervengan en las crisis suicidas.
Inmediatamente después del suicidio de Christine Chubbuck, su familia introdujo un requerimiento judicial contra el canal donde trabajaba; para impedir que la cinta cuádruplex del suicidio, fuera exhibida.
Posteriormente, el sheriff de Sarasota, entregó una copia del video a la familia Chubbuck, junto con otras de sus pertenencias.
Debido a que en 1974, aún no se comercializaba el sistema de video casero, conocido como VHS, es poco probable que algún telespectador estuviera grabando el programa, por tanto, las imágenes de la muerte de Christine, nunca han vuelto a ser divulgadas.
En 2016, el hermano menor de Christine, Greg Chubbuck, confirmó que la única copia del video, fue guardada por su madre, fallecida en 1994; pero aseguró que ni él ni nadie saben dónde se encuentra actualmente.
La estación de televisión, por su parte, aseguró que en sus archivos, no se encuentra ninguna copia de dicho video.
Y en El Departamento del Sheriff de Sarasota, afirmaron que jamás han tenido ese material en su poder.
Gordon Galbraith, un antiguo trabajador de la estación, declaró que Christine Chubbuck, le pidió grabar su programa, específicamente el día que se suicidó.
Sin embargo, después del trágico suceso, Robert Nelson, el dueño del canal, obedeció la orden de sus abogados, de no exhibir la cinta bajo ninguna circunstancia.
Steve Newman, el hombre encargado de la sección del tiempo, que trabajaba en el canal, aseguró que Nelson se quedó con la única copia del video, y que actualmente está en posesión de su viuda, Mollie.
Según Newman, Mollie quiso deshacerse de la cinta, lanzándola al mar, pero él la disuadió.
Se especula que si Mollie aún mantiene el video en su poder, es probable que esté tan deteriorado por el paso del tiempo, que sería imposible reproducirlo hoy en día.
En junio de 2016, la revista Vulture recibió una llamada de Mollie Nelson, confirmando la existencia del misterioso video.
De acuerdo a la mujer, su esposo se quedó con la cinta todos estos años, más nunca le dijo por qué…
Al morir Robert, Mollie la heredó.
No obstante, cuando se estrenaron las 2 películas sobre Christine Chubbuck en enero de 2016, la prensa comenzó a contactarla, para preguntarle por el video.
Al sentirse incómoda por el asedio periodístico, Mollie decidió entregar la cinta a un bufete de abogados, para que la custodiasen, ya que no tiene intenciones de exhibirla.
El cuerpo de Chubbuck, fue cremado.
El funeral se realizó en una playa, y sus cenizas fueron esparcidas en El Golfo de México, el 18 de julio de 1974.
Acudieron aproximadamente 120 personas, incluyendo oficiales locales, que habían aparecido en su show.
Con 3 canciones de la cantante favorita de Christine, Roberta Flack, fueron interpretadas.
El ministro presbiteriano, Thomas Beason pronunció el discurso, declarando:
“Sufrimos esta pérdida, estamos asustados por su ira, somos culpables por su rechazo, estamos heridos por su elección de aislarse, y estamos confundidos por su mensaje”
Al menos 3 cadenas nacionales de televisión, comunicaron su fallecimiento.
“Fue la cosa más inesperada en el mundo.
Ninguno de nosotros tenía la menor idea, de que hubiera un problema real ahí.
Lo que estaba en su corazón o su mente, nunca lo sabremos”, señaló el ex jefe de ingeniería de la televisora, Dan Lunin.

“I'm just trying to do my best for this station and it isn't easy”



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