Moonlight

“You're the only man who ever touched me”

¿Qué es más difícil en EEUU, ser negro o gay?
¿Qué es más difícil en EEUU, ser negro gay o pobre?
¿Qué es más difícil en EEUU?
La esclavitud de los africanos en América, creó mitificaciones sobre este color de piel, que trataban de justificar el derecho de una raza a subyugar a la otra.
Uno de los mitos más difundidos hoy en día, y que entre la población es aceptado como verídico, es la potencia sexual del negro.
Mostrada por los esclavistas como prueba de su primitivismo y básicos instintos, obviando las condiciones degradadoras que el sistema de plantación propició, al confinar en un barracón, por años, a cientos de hombres sin posibilidades de consumar su derecho al sexo de forma natural.
Ser un hombre negro, significa en la memoria popular, primordialmente, ser un macho, por demás sexualmente dotado de un gran pene, a lo cual se le adjunta una innata lascivia e insaciabilidad.
Se da por sentado su superioridad en este campo, con respecto al blanco.
No se aceptan dualidades, y la bisexualidad es refrendada como mariconería escondida.
El mito ha sido tan fructífero, que es explotado grandemente por el turismo sexual.
Por ello, ser negro y maricón, significa la discriminación absoluta de blancos y negros.
Mientras que un homosexual blanco es visto, e incluso es ya aceptado, al negro se le desprecia doblemente.
Los chistes y agresiones a su costa, son percibidos como naturales, e incluso para muchos negros, estos gays representan la degradación de su raza.
Incidir en los prejuicios, se hace más difícil cuando son ignorados por los medios, y no se educa a las personas en el reconocimiento de las diferencias.
Por otra parte, más social y política, antes era impensable que un negro gobernara EEUU.
Hasta los años 60, había buses en los cuales no se les permitía subir a los negros y si subían, no podían sentarse junto a los blancos.
Eso ya cambio, la mentalidad de los estadounidenses “evolucionó”, y ahora acepta a la comunidad negra, en su mayoría, muchas veces a regañadientes, pero los acepta.
Igual está pasando ahora con los gays, “los nuevos negros”
Cada vez hay mayor aceptación hacia ellos, pero me pregunto:
¿Cuántos años más tendrán que pasar, para que EEUU elija a un presidente gay, casado con su pareja del mismo sexo, con la que viviría en La Casa Blanca?
¿Cuándo estará preparado EEUU, para aceptar a la primera pareja presidencial gay?
¿Es pedir demasiado al país de “los sueños”?
Podría pasar en unos años, tal como paso con los negros que ahora tienen los mismos derechos; y eso no es pedir mucho.
“I got you a promise.
Never let you go”
Moonlight es un drama del año 2016, dirigido por Barry Jenkins.
Protagonizado por Alex R. Hibbert, Ashton Sanders, Trevante Rhodes, Mahershala Ali, Shariff Earp, Duan Sanderson, Janelle Monáe, Naomie Harris, André Holland, Edson Jean, Jharrel Jerome, Jaden Piner, entre otros.
El guión es de Barry Jenkins, basado en la obra “In Moonlight Black Boys Look Blue” de Tarell Alvin McCraney; cuyo título hace referencia a un dicho que afirma que “los chicos negros parecen azules bajo la luz de La Luna”
Aunque no está basada en ninguna historia concreta, las experiencias del dramaturgo y del director de la película, Barry Jenkins, sí están presentes en Moonlight; un drama sobre la vida de un joven negro en los barrios bajos de Miami, su crecimiento, sus sentimientos y su sexualidad, así como su relación con el entorno.
La inspiración para la estructura narrativa de Moonlight, vino de la película del director chino, Hsiao-Hsien Hou, llamada “最好的時光” (Three Times - 2005)
Por lo que Jenkins se inspiró en su propia infancia en Miami, donde estaba “siempre rodeado por esta hierba verde muy exuberante, y estos hermosos atardeceres dorados”
Creció en “un barrio impresionante, donde ocurrieron algunas cosas muy oscuras”, según dijo.
Él siente como si su infancia fuera “una hermosa lucha”
Tanto la visión de Jenkins, como la del escritor Tarell Alvin McCraney, fueron bastante claras y singulares, en que ambos hombres crecieron en el mismo vecindario:
El Liberty Square de Miami, con madres que habían luchado tanto con la adicción a las drogas, pero con diferente suerte:
Mientras que la de Jenkins logró sobrevivir, la de McCraney no.
El dramaturgo, es homosexual y, en otro paralelismo con el protagonista, también fue rescatado por un traficante.
Aproximadamente el 80% del metraje fue filmado allí, en una de las zonas más pobres de los Estados Unidos.
El Liberty Square, es un proyecto de vivienda pública, construido en 1936, durante la presidencia de Franklin Delano Roosevelt.
Hoy en día, sus residentes están sitiados por la violencia.
Las casas, eran conocidas por ser sitios de gran actividad de drogas y juego ilícito, y varios enfrentamientos armados, han tenido lugar en el área.
Inicialmente, la producción de Moonlight estaba preocupada por los problemas de seguridad, hasta que se sacó la noticia de que Jenkins era del vecindario, entonces todo cambió para mejor.
Era la primera vez que alguien había venido a su comunidad, y quería representarlo en la pantalla, y desde que Barry Jenkins había crecido en esa área, había un sentimiento de orgullo y este deseo de apoyarlo.
“Sentí ese amor de la comunidad, que nunca he sentido en ningún otro lugar, ni en cualquier parte del mundo, y fue tan extraño lo que sucedió en un lugar donde la gente esperaba todo lo contrario”, dijo el realizador.
“Los lugareños no pudieron ser más acogedores y cooperativos”, afirmó.
Y es que tales eran las restricciones presupuestarias en esta producción, que el reparto tuvo que compartir un remolque para el vestuario, el pelo y el maquillaje, y los baños, todo tenía que ser compartido por entre los actores y el equipo.
Lo anterior dio como resultado, un sensible pero discreto melodrama, donde Jenkins tiene el enorme mérito de saltarse los tópicos de las películas de educación sentimental, y opta por un enfoque más impresionista.
Los temas que trata, son a veces tan gastados en el cine, como la marginalización, las drogas, el abuso y la homosexualidad, pero lo que podría haber resultado en un empalagoso melodrama cliché, termina rompiendo toda expectativa, y para mejor, como no suele suceder; y haciendo de Moonlight, una película con un corazón enorme.
Rodada en Miami, Florida, EEUU; Moonlight cuenta la difícil infancia, adolescencia y madurez de un chico afroamericano, que crece en una zona conflictiva de Miami.
A medida que pasan los años, el joven se descubre a sí mismo, y encuentra el amor en lugares inesperados.
Al mismo tiempo, tiene que hacer frente a la incomprensión de su familia, y a la violencia del barrio.
Dividido en 3 episodios, se la percibe además de estar interpretada por 3 actores distintos, más cruda y dolorosa, aunque capaz de generar la misma dosis de emoción.
Little (Alex Hibbert), Chiron (Ashton Sanders) o simplemente Black (Trevante Rhodes), son 3 formas de llamar a un mismo personaje.
Como niño es callado, se escapa de su casa, y en una situación de “bullying”, una constante en su vida, es rescatado por Juan (Mahershala Ali), un traficante de drogas, que se contradice con su propia profesión, dándole el refugio y el cariño que su madre drogadicta, Paula (Naomie Harris), no le da.
Como adolescente, que en pleno despertar sexual sigue siendo acosado y llevado hasta el extremo por sus propios compañeros, sufre a la vez una pérdida muy dura.
Finalmente, un joven que se hizo fuerte, porque no encontró otra salida, y hoy es un traficante de drogas, a la vez con un enorme vacío emocional esperando ser llenado.
Al crecer, Chiron reproduce la figura del mentor de su infancia, Juan:
Pañuelo, arete, dientes de oro, musculatura, aspecto desafiante al volante de su auto luminoso, pero en su interior, el personaje sigue siendo aquel chico de Liberty Square, callado, tímido, sumergido en su inmensa soledad, cuya esencia no logra corromper la dureza de la vida, y el recuerdo de la amistad y escarceo homosexual con un compañero de escuela:
Kevin (Jaden Piner/Jharrel Jerome/André Holland)
Todo finaliza en un reencuentro franco y emotivo, como redentor de 2 almas amigas.
Moonlight es fehaciente en mostrar las características del acoso escolar en un mundo marginado por la segregación racial, el desarrollo masculino de su protagonista, y cómo el mundo, irónicamente lo moldea, lleno de drogas, y abusos de todo tipo.
Actores de primera categoría, muy bien dirigidos.
Técnicamente, aquí no hay grandes alardes cinematográficos, sino una historia íntima, bastante artesanal y hermosa por su sencillez, que le puede suceder a cualquiera, más allá del detalle de la temática gay.
“This is the story of a lifetime”
El director Barry Jenkins, se adentra en lo más profundo de los recuerdos dolorosos de sus personajes, creando interpretaciones contenidas ferozmente, y polémicas, pero a la vez tiernas imágenes que parecen salidas de lo más profundo del corazón, encantadoramente personal, y a veces insoportablemente personal, como un documento social clave, una mirada cruda a la realidad negra de EEUU, y un poema escrito con luz, música y rostros humanos.
Moonlight es una de esas extrañas películas, que se centra completamente en sus personajes, mientras trata temas tan universales como el de la identidad, la sexualidad, la familia y, sobre todo, la masculinidad.
Y coge el tema del dolor de crecer, transformándolas en cicatrices endurecidas y en caricias íntimas.
Se nos muestra así, la capacidad del ser humano de cambiar, y nos deja la sensación de que nunca es demasiado tarde.
Jenkins, trabajó con el cinematógrafo y amigo de larga data, James Laxton; y ambos eligieron evitar el aspecto documental, por tanto, rodaron la película usando CinemaScope de pantalla panorámica, en una cámara digital Arri Alexa, lo que mejoró el tono de la piel.
Con el colorista, Alex Bickel, lograron esto creando un grado de color que aumentaba el contraste y la saturación, preservando al mismo tiempo, el detalle y el color.
Como resultado, los 3 capítulos de Moonlight:
Little, Chiron y Black, fueron diseñados para imitar diferentes existencias.
El primer capítulo, emuló la película de Fuji, para intensificar los tonos de piel del reparto.
El segundo capítulo, imitó el material de película de Agfa, que añadió cian a las imágenes; mientras que el tercer capítulo usó un material de película modificado de Kodak.
Así las cosas, Chiron es un niño solitario e inexpresivo, al que llaman “Little”; pasa el tiempo cabeza abajo, es débil y tímido; otros chicos lo maltratan.
También su madre, Paula, una drogadicta que lo llama “maricón” por su forma de caminar, y por su suavidad y notable sensibilidad.
Little no tiene más familia; por ello, se asume como marginal, y elige omitirse en un profundo silencio.
Así empieza Moonlight, cuando unos policías blancos matan a un joven negro.
Está ambientada en los 90, pero hoy todo sigue igual.
Es difícil andar por las calles de Miami para alguien de color.
Por eso, Juan siempre está a la defensiva.
Él es un camello, y en las calles aparenta ser un líder, con su auto como trono, y su ropa de matón.
Pero conoce su realidad marginal, tanto como Little.
El poder no es para hombres como él; y su vida puede terminar rápido, con una pistola o un cuchillo.
Un día, Little es perseguido por los que lo maltratan; logra esconderse en una casa abandonada, y los pierde.
Allí, Juan entra a la casa, y se miran.
Ambos parecen como un espejo del otro.
Quizás, Juan ve a su pasado, y Chiron ve a un posible futuro.
Lo que esperamos ver a lo largo del metraje, es que Juan lo acoja como un entrenado en el mundo de las drogas...
Pero lo que realmente pasa, es que lo lleva a su casa, y le presenta a Teresa (Janelle Monáe), su mujer, quien lo alimenta.
Juan y Teresa, se vuelven una segunda familia para Chiron.
Pero ellos siempre lo devuelven con Paula, no importa cuando drogadicta y abusiva sea con él; ante todo, ella es su madre.
Un código que no se entiende tanto entre blancos, si lo quieres, lo salvas; pero sí en un mundo marginal.
En Moonlight, no hay blancos.
Esta es un historia sobre una sociedad de negros, y cómo se gobiernan entre ellos.
El objetivo de Chiron, es sobrevivir y evitar ser uno mismo para lograrlo.
Juan sabe, que Chiron está condenado a la miseria.
Eso lo motiva a influenciar en él; por ejemplo, busca a Paula para que deje la droga, y atienda a su hijo...
¿Pero cómo puede dar una lección, si él mismo las vende?
Todo en Moonlight es el círculo vicioso de “La América del Subdesarrollo”:
¡Hazlo y te devolverá!
Barry Jenkins, narra con soltura y con cierta melancolía, como el azul con el que decide teñir algunos planos; y de una manera más metafórica, a su personaje principal:
Alex R. Hibbert, Ashton Sanders y Trevante Rhodes, que son los 3 actores que le imprimen cada uno su sello al mismo personaje.
Y ojo; Moonlight no es solo el despertar homosexual de un chico negro y pobre en un entorno hostil.
Ese es el pretexto para construir una fábula social, donde recordamos nuestra propia juventud:
El primer amor, el modelo a seguir, y la familia siempre fracturada, o la familia de vida, aquella que escogemos.
En una vida tan extrema como la de Chiron, donde las emociones son más precarias e intensas, se esconde la vida de cada uno.
Jenkins te introduce en el mundo de su introvertido protagonista, y te paraliza a medida que observa, con una angustia y una perspicacia emocional, nada comunes, su durísimo camino de 2 décadas, para encontrar una respuesta definitiva a la pregunta:
¿Quién soy?
Presenta a los personajes como arraigados, convencidos, dominantes, pero mayormente asustados, tímidas criaturas que pasean por la vida, con la esperanza de encontrar un refugio.
En la primera parte, la más interesante de todas, vemos al protagonista en su etapa de infante, lleno de preguntas y de muy pocas respuestas.
Aquí predomina la emoción, y es donde el espectador comienza a descubrir la mente de Jenkins, un director que utiliza la poesía visual y su bella fotografía para narrar una complicada historia de vida.
En la segunda parte, nos encontramos con un protagonista adolescente, y con la ira que está a punto de explotar.
Mientras que en el segmento final, lo vemos ya adulto, y totalmente cambiado.
Moonlight pierde intensidad, mientras los minutos van pasando, pero su sentido se entiende, y su poderoso mensaje nunca pierde valor.
El conflicto del personaje, funciona a varios niveles:
Es la mejor representación que se ha hecho jamás, de lo que implica ser negro y gay en una cultura tan conservadora como la afroamericana, pero también apela al gran público, al abordar cómo viven, y qué significan esos momentos que, de una forma u otra, marcan la vida para siempre.
Cada episodio, deja con ganas de saber más de Chiron y Kevin, pero el guión economiza y confía en la labor de unos actores soberbios, que echan toda la carne en el asador.
Del reparto, aunque parecen muy acertados los niños y los adolescentes, por el “cambio físico natural”, es en la edad adulta donde resulta difícil de creer…
Si no fuera porque se nos dice que son los mismos personajes, no lo creo.
Moonlight es Alex R. Hibbert, Ashton Sanders y Trevante Rhodes.
Aunque también Naomie Harris y Mahershala Ali hacen un gran trabajo; hablar de Moonlight, es hablar de Little/Chiron/Black.
Y por ellos es que vale la pena el visionado:
Difícil olvidar sus miradas, sus silencios, y sus angustias.
Clase Magistral de actuación, señores.
Como dato de producción, decir que cuando Juan enseña a Little cómo nadar, Mahershala Ali, está realmente enseñando a Alex R. Hibbert, cómo nadar.
Cuando comenzó la producción, Hibbert no sabía nadar.
En una entrevista, Barry Jenkins dijo que los 3 actores que interpretan a Chiron, nunca se conocieron durante la producción.
Él quería que cada uno de ellos construyera su propia persona de Chiron, durante sus respectivos segmentos, sin influencia de los otros retratos.
La misma técnica se utilizó con los actores que interpretan a Kevin:
Jaden Piner, Jharrel Jerome, y André Holland.
Nuevamente, lástima que no logramos saber más de Kevin…
Mientras Naomie Harris, hizo su papel completo en 3 días, durante su gira promocional de “SPECTRE” (2015), siendo el único actor que aparece en los 3 actos de la película.
Harris había afirmado, que no quería interpretar una mujer negra estereotipada, y había sido insistente desde el principio, en un plan de carrera para retratar a las mujeres sólo en una luz positiva.
Sin embargo, cuando Barry Jenkins le confió que ella estaría retratando a un personaje basado en su propia madre, adicta a crack, accedió a asumir el papel.
En preparación para el papel, ella pasó un mes investigando las vidas de drogadictos, observando varios videos de adictos al crack en YouTube.
De hecho, la escena favorita del director Barry Jenkins en Moonlight, fue con ella, en una secuencia improvisada, donde Paula que mira directamente a la cámara, sobre cruzada a 48fps.
Esta fue una decisión de última hora de Jenkins, específicamente destinada a involucrar plenamente a la audiencia con el personaje de Paula.
Naomie Harris ha dicho, que nunca se había sentido tan apreciada y cómoda en un set de película, durante este rodaje.
Por su parte, al igual que ella, André Holland filmó la totalidad de sus escenas en pocos días, 5.
Mahershala Ali consideró, que el papel de Juan era una oportunidad importante para retratar a un mentor masculino afroamericano, y se basó en sus experiencias de “crecer con Juan”, y de hecho, está enorme, también lástima que lo vimos más en pantalla; de igual forma que Janelle Monáe, que recibió el guión y se conectó inmediatamente a su papel de Teresa, comentando que ella también tenía familiares con luchas similares relacionadas con las drogas, y la identidad sexual.
Un dato curioso, es que Black conduce un automóvil con el número de matrícula “BLACK305”
Evidentemente, “BLACK” es el apodo que Kevin le dio a Chiron cuando eran adolescentes; y el “305”, es el código de área para Miami.
Podemos achacarle a Moonlight, que todo pasa muy rápido en el transcurrir de la historia:
Personajes claves, salen de repente, y no se les vuelve a ver, como Juan y Teresa; en clara alusión, muy probablemente, a aquellas personas que nos marcaron en un momento de nuestra vida, de cuyo contacto nos amoldó el carácter y la personalidad.
Así como el personaje de Kevin, que entra después de tantos años... me pareció incomprensible…
Pero no nos ceguemos, Moonlight abraza el conflicto de la represión sexual que ya tenía “Brokeback Mountain” (2005), y la aproximación cotidiana a los pequeños momentos de la vida que caracterizaba a “Boyhood” (2014), pero sin la sensación de “no pasa nada”, que tenían algunos pasajes de la película de Richard Linklater; y la sexualidad casi explícita de la obra de Ang Lee.
Mientras que “Boyhood” fluye sin grandes sobresaltos, Moonlight cuenta con numerosos giros y sorpresas; y va muy deprisa en la línea del tiempo.
Por otro lado, hemos visto muchísimas historias sobre temas como el “bullying”, los peligros de las drogas, y “la salida del armario”, pero el guión de Jenkins esquiva todos los clichés a la hora de presentar el viaje de autodescubrimiento de Chiron.
También se le podría achacar que el “Precious: Base on Nol by Saf (Based on the Novel “Push” by Sapphire)” (2009), y lo digo porque el director apunta los tiros para recordármelo a través de ciertas escenas:
La madre de Chiron es una adicta como Mary (Mo’Nique) que abusa psicológicamente, y aquí vemos acaso también un velado abuso incestuoso…
Ahí se los dejo.
También en la precariedad en que viven, inclusive la casa es parecida a la Precious; tanto que cuando Chiron va donde la ayuda, la mujer que esperaba ver era a Mariah Carey, vamos que no lo pensaron; la escena es idéntica.
Por tanto, el encanto de Moonlight reside en cómo es narrada una historia, para nada original.
Barry Jenkins presenta pequeños detalles cargados de simbolismos, elegancia y emoción, que convierten la película en algo único.
Lo mejor es que no se recrea en escenas de sexo, para hablar francamente de sexualidad, y lo más grande, en importancia:
La necesidad de que el hombre muestre sus sentimientos, cuales quiera que esos sean, por ejemplo, algo tan simple como llorar.
En eso, Moonlight es todo un lujo, vemos a hombres, muy machos, cero plumas, que tienen sentimientos, con el derecho de cualquier hombre en conectar con su lado sentimental, y no lo llamemos “lado femenino”
Y siendo muy objetivos, todos son tremendos ejemplares.
Por último, llama poderosamente la atención, la similitud que tiene el poster oficial promocional con el de “The Neon Demon” como el lado femenino de la historia; pues vemos que el personaje principal, tiene impreso un triángulo, símbolo de la sexualidad, para arriba femenino, para abajo masculino; así como el uso de los colores pasteles y neón en su arte, la sexualidad, etc.
Muy sin embargo, a pesar del apoyo de la crítica a Moonlight, el director Barry Jenkins declaró haber recibido insultos en Twitter, acusándole de realizar “una película que amenaza la masculinidad afroamericana”
Y precisamente, es ese estereotipo machista el que quiere desterrar.
Moonlight supone una ruptura con el arquetipo de personaje afroamericano que solemos ver en el cine.
“Cuando creces, te dicen que siendo un hombre negro, tienes que ser mejor que tus colegas.
Tienes que ser fuerte, masculino, y la fuerza más dominante en la habitación siempre.
Así que automáticamente te bloqueas, y no piensas que sea posible mostrar ningún tipo de vulnerabilidad en ti”, afirmó el actor Trevante Rhodes, cuya interpretación ha sido calificada de “asombrosa e impresionante” por la inesperada crítica de cine, Madonna.
Por último, la banda sonora de Nicholas Britell, con 18 piezas originales, es potente; con algunas canciones bellas que ayudan a lo que vemos en pantalla, como “Hello Stranger” de Barbara Lewis; mientras Caetano Veloso está fuera de lugar, con su “Cucurrucucú Paloma”, el mensaje de esa canción mexicana puede estar muy a tono, pero es inimaginable en un ambiente negro.
¿Eso que dijo fue muy racista?
Creo que sí, entonces me declaro culpable.
Bien porque a los afroamericanos les puede gustar la música mexicana…
“Running around, catching a lot of light.
In moonlight, black boys look blue.
You're blue.
That's what I'm gonna call you:
Blue”
El pasado mes de agosto de 2016, se cumplieron 4 años de la creación de A24, una distribuidora estadounidense de películas, fundada por Daniel Katz, David Fenkel y John Hodges, que a pesar de su breve trayectoria, ya se ha convertido en una referencia absoluta del mejor Cine Independiente.
Ellos fueron los responsables de estrenar en Estados Unidos, películas de culto como:
“Spring Breakers” (2013), “Under The Skin” (2014), y “A Most Violent Year” (2014)
Y para ese año, A24 ya había estrenado en la producción de sus títulos propios, bajo la supervisión de los productores de “Selma” (2014); siendo Moonlight, la encargada de inaugurar este nuevo desafío.
Los resultados no pueden ser mejores; son de hecho, extraordinarios.
Tomemos en cuenta que en la pasada gala de los Premios Oscar, A24 consiguió el mayor reconocimiento hasta ahora, gracias a las estatuillas para el documental “Amy” (2015), “Ex Machina” (2015) y “Room” (2015), siendo este último, el primero de sus títulos que logró la nominación al Oscar a como Mejor Película; y que Brie Larson logró llevarse el premio de Mejor Actriz del año.
En esta edición, a realizarse en 2017, podría llegar la consagración definitiva de A24 con Moonlight como cabeza de cartel.
Otro buen augurio, es que otra de sus productoras es Plan B, financiada por Brad Pitt, que en los últimos años ha dominado la gala con filmes como “12 Years a Slave” (2012), La Mejor Película de ese año, y “The Big Short” (2015)
Si repite la suerte de esta última, Moonlight podría convertir los Oscar en “trending topic” con la etiqueta #SoBlack.
La denominada como “mejor película del año”, bien lo merecería; y la crítica parece coincidir:
Moonlight es un pequeño milagro.
Describir Moonlight como una película que cuenta el impacto de crecer siendo gay, pobre y negro, sería quedarse en la corteza del asunto.
Tampoco sería demasiado concreto clasificarla “en una historia sobre el abuso de drogas, el encarcelamiento masivo, y la violencia escolar”, como describe The New York Times.
Parece ser que Moonlight, una historia sobre las desventuras de un gay afroamericano, va camino de colarse entre las candidatas al Oscar.
Un hecho determinante, si tenemos en cuenta que, como afirma The Guardian a propósito de esta producción, “las historias de personas negras y LGBT, se han ignorado en gran medida en el cine, o al menos relegado a un segundo plano”
El metraje de Barry Jenkins, explora lo que significa quererse a sí mismo en un momento confuso de la vida, y la condición de negro y gay de Chiron, sólo potencia el mensaje.
El mismo director, denomina a esta promesa cinematográfica como “un ensayo de rito paso sobre el drama LGBT”
Mientras el escritor Cord Jefferson, dijo para The Fader, que “mucho de lo que produce Hollywood, despoja a los negros de nuestra humanidad esencial”
Sin embargo, cuando vio la cinta de Jenkins, “no sentía estar viendo personajes negros, sino personas negras”, dijo.
Esa es su principal baza.
A fin de cuentas, Moonlight no deja de ser, más allá de una película con intención, un documento social urgente, que actúa como mirada hacia las condiciones de un negro inmerso en la dura realidad de los Estados Unidos.
Y el público está acompañando bien la propuesta.
¡Ha llegado el momento!

“At some point, you gotta decide for yourself who you're going to be.
Can't let nobody make that decision for you”



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