Anatomy Of A Murder

“I'm just a humble country lawyer trying to do the best I can against this brilliant prosecutor from the big city of Lansing”

Yo no sé lo que haría, si fuera parte de un jurado…
Eso de ser miembro de uno, es algo que me pondría la piel de gallina, sobre todo, si el caso a juzgar es tan tremendo como un asesinato, o una violación, o pederastia, o malos tratos, o todo eso junto, y en general, cualquier acto atroz, del que el ser humano es capaz.
Si, además, en El Estado que juzga, rige la pena de muerte, entonces yo no querría estar, ni por asomo, en el pellejo del jurado…
El jurado, es una figura procesal clásica del sistema inglés, a través de la cual, los ciudadanos participan en la administración de justicia.
Cabe destacar que, si bien el jurado decide con su veredicto, es la ley la que impone las penas, el juez quien realiza la observancia de los cauces del proceso, y quien determina si se admite a trámite la demanda, y la fiscalía quien determina el contenido de la misma.
Existen divergencias de opinión, en cuanto a la conveniencia de la figura del jurado, básicamente, las mismas que hay en torno al concepto de justicia popular.
A favor, que muestra ser democrática y evita el despotismo.
En contra, que puede caer en tiranía de la mayoría, o el despotismo del tropel, es fácilmente manipulable, pudiendo dar lugar a desvirtuaciones de la prevención general, sea castigos ejemplares, penas excesivas... y prevención especial, como pena de muerte, cadena perpetua, control cerebral, castración...
En la mayoría de los países, en donde se ha establecido el jurado, la participación en el mismo, se constituye tanto como un derecho, como un deber.
Es un derecho, porque todos los ciudadanos tienen derecho a formar parte de él, no se excluye a ningún ciudadano del sorteo, salvo por motivos objetivos tasados en la ley, pero también es un deber, porque una vez nombrado, sólo cabe rechazar la participación, por motivos legalmente establecidos, por ejemplo:
Enfermedad, analfabetismo, etc.
Muchas veces, la no participación está sancionada, lo cual ha planteado en ocasiones, problemas de objeción de conciencia, como los sacerdotes cristianos, por ejemplo, tienen problemas de conciencia, para poder juzgar a nadie.
“Now, Mr. Dancer, get off the panties.
You've done enough damage”
Anatomy Of A Murder es un drama del año 1959, dirigido por Otto Preminger.
Protagonizado por James Stewart, Lee Remick, Ben Gazzara, Arthur O'Connell, George C. Scott, Eve Arden, Kathryn Grant, Joseph N. Welch, Duke Ellington, entre otros.
El guión es de Wendell Mayes, basado en la novela del mismo título, escrita por el juez y escritor, John D. Voelker.
Voelker, inspiró su manuscrito en un asesinato ocurrido en 1952, en la taberna de Lumberjack de Big Bay, Michigan, EEUU.
La novela, fue rechazada en varias ocasiones, y finalmente se publicó bajo el pseudónimo de Robert Travers.
En 1959, tras el enorme éxito de “Anatomy Of A Murder”, el autor se retiró de la carrera judicial, para dedicarse por completo, a su facera de escritor.
Bajo el nombre de Robert Travers, Voelker publicó varias novelas y relatos, la mayoría de ellos, con trasfondo legal como parte de la trama.
Además, publicó 3 libros de pesca, considerados clásicos en su género.
Así las cosas, esta novela constituye la base del guión que Wendell Mayes, con la colaboración del propio Preminger, que construye la obra que cierra el período clásico del cine negro de Hollywood.
Anatomy Of A Murder obtuvo 7 nominaciones al Oscar:
Mejor película, actor principal (James Stewart), actores de reparto (George C. Scott y Arthur O'Connell, guion adaptado, fotografía, y montaje, pero no ganó ninguno, por culpa de “Ben-Hur”; una de las mayores injusticias a las que nos tiene acostumbrados La Academia.
El cartel de Anatomy Of A Murder, está considerado como el más bello de la historia del cine.
La obra se rodó en 2 meses, y la post-producción se hizo en solo un mes.
Preminger no dudó en ambientar la historia, realmente donde transcurría la trama, en Michigan, y rodó en Ishpening y Marquette, lugares que conocía perfectamente Travers.
Además, se valió de los lugareños, para que fueran parte del jurado popular, y del público que asiste a la sala.
El juicio, no transcurre de manera épica, o con momentos excesivamente emocionantes, que apelan al espectador, sino con calma, mucha calma, de ahí su extenso metraje; donde nada es negro o blanco, ni heroico; sino todo tremendamente humano, con luces y sombras, pero sin mucho ruido.
Anatomy Of A Murder es uno de los dramas judiciales, más famosos de la historia del cine; que de una manera cotidiana y aparentemente sencilla, analiza los recovecos de la justicia, y pone sobre el papel, un tema tan apasionante, como la confrontación entre la ley y su ejercicio, y la moralidad.
De hecho, Anatomy Of A Murder fue una de las primeras, y principales películas de Hollywood, en abordar temas sobre el sexo y la violación, en términos gráficos; y ha sido descrita por profesores de derecho, como “probablemente, la mejor película de cortes, más pura jamás realizada”
Preminger consigue atraer al espectador, justo antes de que comience la acción, gracias a una excelente música de Duke Ellington, y a unos famosos créditos de Saul Bass, basados en recortes de lo que parece ser, un muñeco de papel, que representa al asesinado del título.
Paul Biegler (James Stewart), es un abogado de provincia, que no ha sido reelegido para el cargo de fiscal, y ahora se dedica más a la pesca, junto a su amigo, Parnell Emmett McCarthy (Arthur O'Connell), que a su despacho de abogado.
Sin embargo, se hace cargo de la defensa de Frederick “Manny” Manion (Ben Gazzara), Teniente del Ejército de los Estados Unidos, a pedido de su esposa, Laura Manion (Lee Remick)
El Teniente, está acusado de homicidio del propietario de un bar, que ha violado a Laura.
A Paul Biegler, todo se le pone en contra, de manera que necesitará de toda su inteligencia e imaginación, y demostrar si conserva la capacidad profesional de que hizo gala en otros tiempos, o acaso esté definitivamente adormecida, hasta saber si logra o no, triunfar en la defensa.
Durante el juicio, se reflejarán todo tipo de emociones y pasiones, desde los celos a la rabia.
Lo interesante de esta historia, no radica en saber si Manion asesinó a Barney Quill, el hombre que abusó de su esposa, pues él lo confiesa, sino que reside en, si el jurado creerá que Manion lo hizo en un momento de locura temporal, o no.
Por lo que a Manion se le declara, “no culpable” de asesinato en primer grado.
Sabemos desde el principio, que el acusado es culpable.
Ha cometido un asesinato por celos, unos celos provenientes de la violación sufrida por su pareja, una mujer “ligera de cascos”, de esas que enturbian los pensamientos de los hombres que pululan a su alrededor.
Ella, coqueteando con todos, pero sintiéndose pertenencia de aquel que es capaz de matar por ella.
A su lado, Gazzara, haciendo todo lo que su abogado le dice, pero pensando únicamente en su mujer, receloso de todo hombre que la mira, es una bomba a punto de explotar.
La cuestión reside en:
¿Existe justicia, en el momento en el que alguien que ha matado a otra persona, sale en libertad, gracias al alegar locura temporal?
“I must have been crazy”
Tenaz e inconformista, pero también brusco y tiránico, según muchos de los que le conocieron, el afán de Otto Preminger, por lograr una plena libertad creativa, le convirtió en uno de los primeros cineastas independientes.
Una compleja personalidad, pero también un audaz autor, dotado de un enorme talento para la puesta en escena, cuya concepción cinematográfica, se acercó más al espíritu del cine europeo, que a las propias producciones hollywoodenses.
Preminger, ya era un reconocido y consagrado cineasta, para fines de los 50, cuando se embarcó en un proyecto polémico, por tocar temas en pantalla, tan explícitos en su temática sexual, como nunca antes, a la vez como de hacer una minuciosa critica incisiva, mordaz e inteligente, al sistema jurídico de EEUU.
En el enfoque sobre la temática general de Anatomy Of A Murder, es novedoso y hasta escandaloso para la época.
Fue una de las primeras películas, donde se usaron vocablos como los equivalentes a “Puta”, “anticonceptivo”, “violación”, “penetración”, “bragas” o “esperma”
Otra manera de analizar la obra cinematográfica de Otto Preminger, sería su lucha continua contra la censura, y su empeño en saltarse El Horripilante Código Hays.
Él fue uno de los directores, que se atrevió a enfrentarse a lo absurdo del código, y que ayudó a precipitar su caída.
Siempre en sus películas, luchaba porque se mantuviesen palabras que eran impensables para el Hollywood de la época, así como abordar ciertos temas tabú, con absoluta transparencia.
Y Anatomy Of A Murder no fue una excepción; y tuvo que lidiar para que apareciese continuamente la palabra “bragas”, una prueba irrefutable del juicio, la denominación de esta prenda femenina, causa uno de los diálogos más divertidos durante el metraje.
O también, dejar que se hable con todo detalle de una prueba médica forense:
La espermatogénesis.
Que lo que dé sentido a la defensa durante el juicio, es demostrar claramente que, Laura Manion, ha sufrido una “violación” y demostrarlo.
Que a Laura Manion la llamen muchísimas lindezas, pero entre ellas “zorra”, y que se la juzgue continuamente por su manera de comportarse, y sobre todo de vestir.
Así como que también, se deje ver un caso de malos tratos en el matrimonio Manion, pero siempre con esa ambigüedad de fondo, con la que se juega en todo el metraje, donde Laura sería la víctima de los celos continuos, y arrebatos de violencia de su marido.
Pero además, Preminger deja una defensa del sistema judicial de EEUU, poniendo en escena sus fallas, y cómo es posible quizás declarar inocente a un culpable.
Y es ese giro y juego continuo, con la ambigüedad de cada uno de los personajes, y sus motivaciones, lo que hace a Anatomy Of A Murder, más intensa y emocionante.
Pero dejando algo claro, todo ciudadano tiene que ser defendido con las mejores artes, la presunción de inocencia tiene que quedar siempre a salvo.
Anatomy Of A Murder es de una ambigüedad extraordinaria, a pesar de la sentencia, el espectador no sabe, si el acusado es culpable, o inocente.
El personaje de Remick, es uno de los pilares de la ambigüedad que propone Preminger.
¿Es el acusado culpable o inocente?
Su esposa asegura ser violada, pero todas las pistas indican, que había una relación previa, con quien su marido asesinó…
Las dudas no sólo giran en torno del asesinato, sino, y quizás más aún, también en relación a la violación; porque una cosa es matar al violador de su esposa, y otra a su amante.
Lo realmente relevante, como decía, es lo que nos induzcan a creer, la idea que nos formemos nosotros mismos, los que no vimos lo que sucedió aquella noche fatídica, los que no fuimos testigos de aquella presunta violación, de aquel asesinato.
Si el espectador espera respuestas que satisfagan su necesidad de eliminar estas incertidumbres, Preminger no se las dará.
Queda sólo la sospecha, acerca de la culpabilidad, pero no hay confirmaciones.
Como debe ser, Otto parece decirnos:
“Yo les muestro que sucedió, saquen sus propias conclusiones”
Nadie parece decir la verdad en este juicio, empezando por la, digamos “alegre”, Lee Remick, y continuando por el barman, amigo del muerto, o el propio Teniente Manion.
Preminger se limita a exponer el juicio, con largos y planificados planos secuencia, sin decantarse por uno u otro lado.
Cualquier otro director, por ejemplo, habría usado los “flashbacks” para acompañar las declaraciones de los testigos, y Preminger no lo hace, de esta forma consigue dar al espectador, una libertad absoluta para decidir.
También, merece la pena destacar el acertado uso de la profundidad de campo, recuérdense las escenas del fiscal, preguntando a los testigos, y como al fondo, el abogado interviene continuamente en la acción.
De Anatomy Of A Murder, no hay que perderse ni un detalle, las miradas, los gestos, las actitudes de los secundarios, la secretaria, el amigo borrachín, el juez Joseph Welch, que por cierto, no es actor, es un abogado de verdad, enriquecen la trama de tal forma que, el largometraje, sale redondo.
Joseph Welch, era un abogado del ejército que se hizo famoso porque, en 1954, en una sesión televisada, se enfrentó a Joseph McCarthy, en esa “Caza de Brujas” donde el senador paranoico, veía comunistas por todas partes, y los veía además, como una amenaza, así que creaba “Listas Negras” en todos los estamentos posibles.
En un momento dado, este abogado, tranquilo, le espetó ante su acusación de otro joven colega:
“¿Tiene usted sentido de la decencia?”
Y le formuló la pregunta de varias maneras.
En Anatomy Of A Murder, se transforma en un actor solvente, realizando a un juez absolutamente creíble, y auténtico… peculiar.
El tomarle para un papel tan relevante, dice mucho también sobre lo que pensaba Preminger, sobre “La Caza de Brujas”…
El personaje protagonista, Peter Biegler, parece un hombre amable, y buena gente, que vive tranquilo en una pequeña localidad de Michigan.
A veces, necesita retirarse del mundanal ruido, e irse a pescar.
Le encanta el jazz, y toca el piano.
Es un hombre tremendamente solitario, y está soltero.
Él forma una pequeña, y extraña familia con su mejor amigo, Parnell E. McCarthy, un abogado retirado con problemas de alcoholismo, y con su propia secretaria, Maida Rutledge (Eve Arden)
Su lugar de trabajo, es su propia casa.
Hace poco le han retirado de ser fiscal del condado, y trata de llevarlo lo mejor posible, así que trabaja como abogado, en despacho propio, pero como le recuerda su eficiente secretaria, no tiene los suficientes casos, como para pagarse las facturas, y su sueldo.
Así que de pronto, le llega la oportunidad de convertirse en el abogado defensor del joven Teniente Frederick Manion, que es acusado de asesinar a tiros, al dueño del bar de la localidad, Barney Quill.
El motivo:
Éste había violado a su mujer, Laura Manion.
Peter Biegler, toma el caso no por una cuestión de justicia… sino por algo mucho más mundano:
Porque necesita el dinero; y actúa como abogado defensor, aunque sabe que sus defendidos, el matrimonio Manion, tienen todo en su contra.
Así, con la ayuda de su inseparable compañero, y de su eficiente secretaria, se enfrentará en el juicio, al nuevo fiscal del condado, que cuenta con el apoyo del ayudante del fiscal general que llega de la ciudad…
De pronto, Biegler emplea todas sus armas, y se vuelve feroz y sarcástico, para sacar un veredicto de inocencia para su cliente.
El dilema moral que despierta la fina línea que separa la verdad de la mentira, ha sido a lo largo de la historia, un laberinto humano insoslayable.
Dueña de un realismo descarnado, defendiendo lo indefendible:
El ser humano es desnudado en sus intenciones, y las consecuencias son devastadoras para todos.
La mujer será castigada, el asesino puesto libre, el abogado no se saldrá con la suya, y la justicia habrá sido burlada, de la forma más desvergonzada.
Además, Anatomy Of A Murder trata el tema de las habladurías.
La fama de Laura, simplemente por llevar vestido por encima de las rodillas, o por ir a bailar un par de días a la semana, ya se toma por la sociedad, como una excusa totalmente válida, para una violación de la que ni siquiera hay pruebas.
Así, Anatomy Of A Murder muestra con todo detalle, las diferentes fases del proceso penal en EEUU, especialmente, desde el punto de vista de la defensa, y lo hace aprovechando magistralmente la teatralidad, y la flexibilidad de su juicio oral.
Los mejores momentos se dan en los duelos verbales, entre el abogado defensor y los fiscales, aderezados con los comentarios jocosos e irónicos del juez Weaver.
Por esta razón, sorprende que Preminger obvie el trámite de conclusiones finales, en el que las partes hacen un último intento de convencer al jurado, y que pudo haber dado lugar a brillantes monólogos.
De este modo, aspectos como la lucha entre los letrados, el peso de la prueba, el manejo de los testigos, la atención del jurado, la investigación jurídica, o la voz metódica del juez, se convierten en los pilares básicos de Anatomy Of A Murder.
¿Y qué queda después?
Un mundo peor:
Una mujer a las órdenes de un hombre inestable y violento, un asesino suelto, un abogado sin cobrar, y la justicia, como el lugar en el que cualquiera con cultura y cabeza, puede hacer trampa para poner la balanza de su lado.
Todos salen perdiendo.
Como negativo, Anatomy Of A Murder es demasiado larga en su metraje, 160 minutos.
Como anécdota, resaltar el lenguaje, demasiado atrevido para la época, habiendo incluso, algún momento cómico al respecto.
Tanto es así, que al padre de James Stewart, le pareció la película más sucia que vio en su vida, recomendando en su periódico local, el no ir a verla.
De hecho, en Chicago, estuvo prohibida.
En aquellos tiempos, la escena del protagonista junto a Duke Ellington, tocando el piano juntos, fue motivo suficiente para que Anatomy Of A Murder tuviese problemas para ser proyectada en Sudáfrica.
Lana Turner, aceptó el papel interpretado por Lee Remick, a cambio de que le permitieran llevar ropa de su diseñador favorito, Jean Louis.
A pesar de que Columbia aceptó, dejando a una decepcionada e indignada Lee Remick fuera de la película, Preminger se negó, alegando que una mujer de recursos más bien modestos, jamás llevaría ese tipo de ropa.
Jayne Mansfield rechazó el papel...
Y Lee Remick entró por la puerta grande.
Pero antes, Preminger tuvo que llamarla 2 veces, porque la primera le colgó el teléfono, pensando que era una broma.
Preminger había aceptado a Turner, hasta que ésta empezó con sus condiciones...
Por último, Anatomy Of A Murder posee una banda sonora a cargo de Duke Ellington, quien aparece realizando un cameo.
Stewart además, toca el piano en varios momentos, lo cual viste su personaje, definiéndole como alguien culto.
Un score de puro jazz, que da a Anatomy Of A Murder, un abierto carácter de cine negro, en la mejor tradición del género, con personajes normales y corrientes, tan vivos, como las imprevisibles notas de cualquier melodía de Ellington.
El jazz, impregna la historia, y acompaña al personaje de James Stewart, un amante de esta música; pero a la vez, Ellington sobre todo en la primera parte, describe a cada uno de los personajes, los femeninos especialmente, y cuenta determinadas escenas con la música.
El empleo de la música, es de las 2 maneras que puede aparecer en una película:
Diegético y extradiegético; es decir, tan pronto Stewart toca el piano, o pone un disco, o realmente hay una banda sonora que impregna sobre todo la primera parte, la de presentación de los personajes, y el conflicto, antes del juicio.
Y es una auténtica gozada, el efecto que provoca la música en la propia historia.
Así como las sensaciones que produce en todo espectador, que se acerca a su visionado.
Cuando es el juicio en sí, la música desaparece, para volver a surgir en situaciones y escenas fuera de la sala del juicio…
“One judge is quite like another.
The only differences may be in the state of their digestions or their proclivities for sleeping on the bench.
For myself, I can digest pig iron.
And while I might appear to doze occasionally, you will find that I am easily awakened, particularly if shaken gently by a good lawyer with a nice point of law”
Anatomy Of A Murder, se usa como introducción al derecho procesal, en algunas clases de Las Facultades de Derecho, también, se usa al explicar la metodología jurídica, porque detalla los procedimientos, técnicas de trabajo, rutinas de derecho criminalista, desde los interrogatorios, al análisis de los argumentos, la preparación de los testigos, las argumentaciones para culpar, y exculpar al acusado, en fin, una exhaustiva “anatomía de un juicio”
Lo interesante de Anatomy Of A Murder, es que se puede disfrutar hoy, como hace medio siglo, y eso es lo que la convierte en un clásico.
Siempre existe el temor de encontrarse con anacronismos, en películas de más de 25 años de antigüedad, eso no sucede con Anatomy Of A Murder, que estrena recursos que aún hoy, son utilizados por el género.
Ahí vemos la presentación de pruebas, las declaraciones de los testigos, la presencia de un jurado popular, de un público…
Los momentos de tensión, y lo más rico son los enfrentamientos dialécticos entre el abogado defensor provinciano, que se jacta de ello; y unos fiscales, sobre todo uno, especialmente urbanita agresivo… que van por todas… al igual que el “tranquilo” abogado.
Así vemos el uso de trucos legales, la búsqueda de precedentes, cómo enfocar el caso a favor del defendido, el famoso “impulso irresistible”… todo para lograr una sentencia determinada, y para lograr que el veredicto del jurado popular, vaya por un camino o por otro.
Siguiendo con esos exquisitos detalles, en un momento determinado, se utiliza la expresión “percha legal”
¿A qué se refiere con ello?
Biegler, para conseguir un veredicto favorable, sabe que Manion se ha de declarar culpable, y ha de utilizar la violación de su mujer, para despertar simpatías en el jurado.
A partir de esta teoría, su trabajo va a ser justificar a posteriori, este veredicto del que ha partido.
Biegler le expone al Teniente, las posibilidades que existen para su defensa, y ambos eligen la única posible, esta parte sería la parte dogmática jurídica, y el abogado la hace admisible al jurado, con argumentos y con jurisprudencia.
Éste va a ser el trabajo técnico, y a la vez ético del abogado:
Encontrar en el ordenamiento jurídico, la respuesta que le interesa a su cliente.
Me gustaría también hacer mención a los peritos psiquiatras:
Son llamados por la fiscalía, y la defensa respectivamente.
Esta circunstancia, hace que deban realizar también, un informe a posteriori, partiendo de si el proceso mental transitorio, era eximente o no de la responsabilidad del Teniente Manion.
Para McCarthy, que como ya he dicho antes, creo que representa la experiencia, el que su perito sea joven, es un factor negativo, porque al jurado puede darle la impresión de menor respetabilidad, que el psiquiatra del fiscal, antes de declarar este último se lleve un breve currículo suyo.
Llama la atención que sus informes se contradigan, pero en realidad, la función de estos peritos, es explicar, teorizar, unos hechos empíricamente verificables, y es posible la corrección de ambos, aun siendo contradictorios, etc.
Vale mucho la pena ver Anatomy Of A Murder, y que cada uno vea cómo funcionaba todo el sistema jurídico de los años 50.
Con todo, Anatomy Of A Murder podrá haber establecido el género “de tribunal”
No que haya sido la primera película que contiene un tribunal y la sala, claro, pero fue uno de los primeros que hizo a la narrativa, desarrollarse alrededor de una historia de abogados, y de cómo esos abogados pueden crear historias, partiendo de hechos inventados o manipulados.
Lo bueno que podemos mirar en este tipo de disputas de tribunales, y estos juegos de “gato y ratón” entre los que acusan, y los que se defienden, es como las palabras, y la interpretación que uno hace de ellas, y como esas palabras son utilizadas, esto incluye expresiones corporales y faciales, pueden cambiar completamente, la realidad de las cosas.
Anatomy Of A Murder es, como el título sugestiona, la autopsia de un acontecimiento que nunca miramos, pasado en escenarios, con los cuales no tenemos nunca mucho contacto.
Así tenemos que visualizar, y para eso tenemos las palabras, y las opiniones que formamos de los personajes, testigos que podemos escuchar, así que estamos en un cierto sentido, en el mismo lugar que los jurados.
Lo bueno de Anatomy Of A Murder, y el por qué ha funcionado tan bien, es que, a pesar de pasarnos siguiendo a Stewart y la defesa, nunca nos dicen que deberíamos creer en el personaje, o en la historia de Gazzara.
Hay muchas sutilezas, y cuestiones abiertas.
En último análisis, las 2 teorías contadas en el tribunal, pueden ser verdaderas, pero realmente, no sabemos cuál de ellas, o si alguna es verdadera:
¿Las marcas en la cara de la mujer, fueron provocadas por el marido, o por el violador?
¿Las bragas fueron encontradas, o colocadas para ser encontradas?
¿La mujer llegó a traer al marido alguna vez?
Dice el abogado defensor, en un momento dado:
“Como abogado, he aprendido que la gente no es buena ni mala, sino ambas cosas”
El veredicto lo tiene el espectador.

“Twelve people go off into a room:
Twelve different minds, twelve different hearts, from twelve different walks of life; twelve sets of eyes, ears, shapes, and sizes.
And these twelve people are asked to judge another human being as different from them as they are from each other.
And in their judgment, they must become of one mind, unanimous.
It's one of the miracles of Man's disorganized soul that they can do it, and in most instances, do it right well.
God bless juries”



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