Final Fantasy: The Spirits Within
“Truth In Every Dream”
El cine parece estar, cada vez más enamorado de los efectos especiales.
La última década, ha sido testigo del desarrollo de una tecnología, capaz de reproducir movimientos más detallados y complejos, mientras que creaciones con aspecto humano, son comunes en películas y videojuegos.
Los avances de la última década, en la captación del movimiento, dispararon la búsqueda de hacer una cara humana realista, generada por computadora.
Pero en lugar de sustituir al actor, el proceso realmente funciona en conjunto con su desempeño, localizando, y captando los movimientos de su rostro.
Esta información, se introduce de nuevo en el software, para generar un rendimiento digital, tan realista como sea posible.
La película “Final Fantasy: The Spirits Within”, estrenada en 2001; puede ser desconocida para muchos en estos días, pero marcó el primer lanzamiento de una película realizada, íntegramente con la tecnología de captura de movimiento.
En otros escenarios, como en los estudios de AudioMotion, en las afueras de Oxford, Inglaterra; se ha trabajado en algunas de las más grandes películas y juegos de ordenador, de los últimos años.
La compañía, se especializa en la captación del movimiento, que involucra actores con un traje especial de captura cubierto de puntos muy reflectantes.
La ubicación de los puntos, es capturada por las cámaras en el plató, y los ingenieros de efectos visuales, son capaces de recrear digitalmente los movimientos exactos del actor.
El proceso, se hizo conocido con el lanzamiento de la película “The Lord Of The Rings: The Two Towers” (2002), donde la actuación de Andy Serkis como Gollum, se ganó elogios de la crítica.
“The city may be lost, but we are not”
Final Fantasy: The Spirits Within es una película de animación, y ciencia ficción, dirigida en 2001, por Hironobu Sakaguchi y Motonori Sakakibarai.
Protagonizado por Ming-Na, Alec Baldwin, Ving Rhames, Donadl Sutherland, James Woods, Steve Buscemi, John Di Maggio, John DeMita, Keith David, Peri Gilpin, Matt McKenzie, Jean Simmons, entre otros.
El guión es de Al Reinert y Eff Vintar, sobre una historia de Hironobu Sakaguchi; el creador de la serie de videojuegos “RPG Final Fantasy”; siendo el primer intento serio, de crear humanos animados foto realísticamente, por medio de ordenadores.
El fotorealismo, es la cualidad de una imagen generada por computadora, que trata de imitar las imágenes generadas por cámaras fotográficas, mediante complejos cálculos y algoritmos matemáticos, que simulan los efectos/defectos que la luz, como halos y destellos; las sombras como coloreado de sombras, y difusión; las texturas como la aspereza, el brillo, los reflejos, y la refracción; y la radiosidad, como el coloreado de la luz ambiente; todo esto, se producen en las imágenes resultantes.
La animación, escala un peldaño con esta asombrosa cinta de hiperrealidad, un nuevo paso en la carrera del pixel.
En su vertiente comercial, la expectación que levantó en Internet su espectacular tráiler, no se confirmó en las pantallas, a pesar de ser la película animada más perfectamente “real” de la historia hasta la fecha.
¿El motivo?
Se cree que fue su argumento, al no estar a la altura de la calidad de su técnica; lo que la convirtió en uno de los fracasos más grandes de taquilla de la historia, con pérdidas de más de $120 millones, que efectivamente, provocaron la bancarrota de Square Pictures; y que a partir de ahora, sólo colaborarán con otras productoras de cine, en vez de arriesgarse por su cuenta, a la hora de producir películas.
El presupuesto inicial, era de unos $70 millones, aunque por diversas causas, el dinero necesario para continuar con el film, ascendió a más de $140 millones.
Square Pictures, fue el lugar donde se instaló un equipo de más de 150 artistas gráficos, programadores, y animadores, provenientes de todo el mundo, incluyendo Hollywood, Tokyo, y Europa; eso sí, destacar que todos los decorados de fondo, fueron pintados a mano.
Con todo, Final Fantasy: The Spirits Within nos introduce en un mundo post apocalíptico, de mega ciudades automatizadas, viajes interestelares, y futuro incierto para la humanidad, una humanidad que se encuentra en un punto crítico, y cuya salvación, depende de una mujer visionaria.
Es el año 2065, y tras la llegada de un devastador meteorito, La Tierra es invadida por unos alienígenas de apariencia espectral.
Las ciudades son arrasadas, generando un estado de confusión y destrucción en todo el planeta.
Ante la imposibilidad de luchar contra estos seres, la escasa población terrestre, decide atrincherarse en ciudades escudo, mientras intentan buscar una forma de sobrevivir; pero el tiempo se acaba...
Los habitantes del planeta, se debaten entre buscar nuevas maneras de combatir el ataque extraterrestre, o abandonar La Tierra, y aniquilarla.
Pero una bella e inquietante doctora, llamada Aki Ross (Ming-Na), se aferra a los valores de la condición humana, confiando en que debe existir un futuro esperanzador.
Con el objetivo de entender y luchar directamente contra el enemigo, Aki decide infectarse con un virus alienígena, y así conseguir la clave que derrote a estos extraños seres.
La búsqueda de Aki, no será fácil, el tiempo no corre a su favor, ya que cuenta con la oposición del General Douglas Hein (James Woods), que está decidido a aniquilar a los extraterrestres, con un arma mortífera, que podría destruir la totalidad del planeta.
Pero la doctora Ross no está sola; dispone de la ayuda del eminente Dr. Sid (Donald Sutherland), y del escuadrón “Deep Eyes”, liderado por Gray Edwards (Alec Baldwin), junto a:
Ryan Whittaker (Ving Rhames), Neil Fleming (Steve Buscemi), y Jane Proudfoot (Peri Gilpin)
Todos juntos, intentarán salvar La Tierra, mientras los planes del General Hein, avanzan inexorablemente.
Aki busca un milagro.
Un conflicto interno, y unos extraños sueños, la llevarán hacia un viaje interior, en busca de la salvación de la humanidad.
Quizás la solución sean los valores humanos, la dedicación, o el amor...
Quizás La Tierra, todavía tenga una esperanza.
Los personajes, aunque arquetípicos, están bien definidos:
Aki Ross, es una brillante y hermosa científica, que se convertirá en la última esperanza contra la extinción del planeta Tierra.
Deberá utilizar sus conocimientos, su dedicación, y su constancia, para combatir a los extraterrestres.
Aki todavía confía en los valores de la condición humana; para demostrarlo, llegará a poner su propia vida en peligro, con el objetivo de salvar al planeta.
Sus sueños, sus propios conflictos internos, y su naturaleza optimista, serán la clave para encontrar la respuesta, que le permita evitar la destrucción.
El Doctor Sid, es un genio científico, convencido de que debe existir algún método para poner fin a la invasión extraterrestre, sin que eso afecte al planeta.
Mentor de Aki, actúa como un padre para ella, ayudándola a conseguir una solución.
Su visión innovadora en el campo de la ciencia, puede ser la clave.
El Doctor Sid, cree que el principio del caos planetario, puede residir en el comportamiento de las personas.
El General Douglas Hein, es un excelente y experimentado estratega militar, pero su deseo de venganza y su ego, eclipsan su sabiduría, lo que lo convierte en el antagonista.
Hein, desea aniquilar a los alienígenas, y terminar de una vez por todas, con la invasión que ha destrozado La Tierra.
El problema es que el método que ha ideado para poner fin a la devastadora invasión, puede implicar el fin del planeta, pero ahora que los alienígenas han matado a su familia, nada le importa...
Gray Edwards, es el capitán del ejército, y líder del escuadrón “Deep Eyes”
Gray es una persona impulsiva, que se enfrenta a enemigos o aliados por igual, aunque se ha ganado el apoyo incondicional de sus tropas, por su lealtad, confianza, y capacidad de liderazgo.
Gray es amigo de Aki desde hace años, pero nunca se ha atrevido a declarar el amor que siente hacia ella.
Ahora que la vida de Aki corre peligro, Gray luchará contra todo aquello que se oponga a sus objetivos.
Jane, rompe los estereotipos, su impresionante belleza, y excelente forma física, se unen a su lealtad y compañerismo como soldado miembro del escuadrón “Deep Eyes”
Fría y calculadora en su trabajo, no le importa arriesgar su propia vida en el campo de batalla.
Entre Jane y Neil, hay una relación especial de amor y odio, que nunca llega a cuajar.
Neil, es el cerebro detrás del escuadrón “Deep Eyes”, aplica su fortaleza mental y física, para desafiar a los depredadores alienígenas.
Posee un sarcástico sentido del humor, que desmiente su pesimismo intelectual; es un componente íntegro, y de confianza del escuadrón.
Ryan, es el sargento del escuadrón “Deep Eyes” y segundo al mando.
Ryan muestra una dedicación tenaz hacia su equipo, y su causa.
Su confianza en sí mismo, y su valor, sirven de ejemplo a sus compañeros soldados.
Aunque en algunas ocasiones sea irreverente, Ryan reconoce su deber a su superior, y mejor amigo, Gray Edwards; y luchará por la victoria, hasta que derrote a sus oponentes.
Esta coproducción entre Estados Unidos y Japón, intenta combinar 2 miradas bien diferentes, me atrevería a decir antitéticas de la ciencia ficción:
Por un lado, el lado oriental, es el que aporta los elementos más místicos y de “cyberpunk”, además de cierto discurso filosófico, acerca de la existencia de una fuerza que anida en todos nosotros, y que nos comunica directamente con la esencia del planeta.
Por otro lado, Final Fantasy: The Spirits Within, ha iniciado un fenómeno de dimensiones “orwellianas”
Refrendando el viejo temor de la ciencia ficción, acerca del remplazo del hombre por la máquina, ahora se habla de un futuro en que el cine pueda prescindir de los actores.
“When the physical body dies, the mature spirit, enriched by its life on earth, returns to Gaia.
Bringing with it the experiences… enabling Gaia to live and grow”
Para la creación de Final Fantasy: The Spirits Within, se utilizó una versión totalmente nueva del programa Maya de Wavefront.
Gracias a la capacidad de este software, hemos podido ver efectos como los de “Hollow Man” (2000), o animaciones visualmente deslumbrantes, como la saga “Toy Story”, “Antz” (1998) o “A Bug's Life” (1998)
Entre cada una de estas cintas, han aparecido versiones mejoradas del programa, de acuerdo a los requerimientos de los animadores, por lo que la tecnología usada para una película, ya es obsoleta para la siguiente.
La realización de Final Fantasy: The Spirits Within, inició en los estudios digitales de Square Pictures en Honolulu, Hawaii, EEUU; con la filmación de actores en vivo, que recrearon las escenas de la historia, vestidos con trajes especiales, dotados con unos pequeños sensores, colocados en las partes clave del cuerpo humano, con el objeto de marcar más tarde, un mapa de movimiento en la computadora, para ser seguido por la figura animada, creada digitalmente.
Este efecto, no se había logrado en anteriores producciones 3-D, es por eso que en otros estudios, primero se experimentó animando insectos, juguetes, o dinosaurios, figuras que tienen un movimiento cortado, y no requieren de tanta precisión, como el humano.
El resultado es más que sorprendente, en pantalla, podemos ver no sólo persecuciones, saltos, y movimientos humanos, que se confunden con la imagen viva, sino también:
Explosiones, paisajes espaciales, monstruos con un diseño visual integral, que serán apoyados por efectos sonoros desarrollados por Square, y un casting de voz.
Uno puede distinguir, desde el vello del entrecejo, o las marcas del acné de la doctora Aki Ross, hasta los lunares del Capitán Grey, o las manchas cutáneas, fruto de la edad del Doctor Sid.
Aunque también, cabe decir que, si bien en determinados momentos, se puede llegar a creer que se está viendo un film con protagonistas humanos, reales, es a la hora de expresar emociones, a través de los movimientos faciales, cuando Final Fantasy: The Spirits Within no consigue el mismo grado de verosimilitud.
Lo más llamativo, es el cabello de la protagonista, que se mueve y ondula como en un comercial de shampoo, bastante complicado debe de ser ese proceso, pues los demás personajes, llevan el pelo en casquete corto, y/o engominado; por lo que resulta irreal, por ejemplo, cuando están flotando en la nave, en el espacio, los 2 protagonistas, ella continúa con el pelo lacio, y colgando hacia abajo, cuando lo normal, es que el pelo vaya en todas direcciones...
Pero es que era complicado todo, pues para “renderizar” el pelo, se utilizaron RiCurves, con una aproximación estándar de sombreado.
La iluminación y el sombreado, son muy complicados, porque los hilos eran mucho más pequeños que un píxel, por lo que creaban mucho “aliasing”, y había que corregirlo a mano.
Para su simulación, utilizaron técnicas de simulación de partículas, paquetes básicos de Maya e, incluso en algunos primeros planos, llegaron a animarlo, pelo por pelo, dependiendo de las demandas de la escena.
Lo difícil a la hora de renderizar todo el conjunto, era que tenía que parecer real, pero no sólo su textura, sino sobre todo, que la caracterización, sus gestos, sus movimientos, fueran lo más realista posible.
Por eso, mismo casi nadie se atreve a hacer películas de animación por ordenador de por medio.
Por ejemplo:
Para la caracterización de la protagonista, la Dra. Aki Ross, su modelado ocupaba más de 300 Mbytes.
Su pelo tenía sólo la mitad de densidad que un pelo normal.
Sin embargo, tenía sobre 60.000 hilos para que el movimiento resultara realista.
Cuando se diseñaron los gráficos, la 5ª parte del tiempo gastado, fue en esos 60.000 pelos.
Después de la animación inicial, las escenas completas, fueron enviadas a la red de computadoras que realizaban el “render” y consistían en 960 estaciones de trabajo Pentium III-933Mhz individuales; y se procesaron como “frames” separados.
Durante este proceso de “renderizado”, la animación nutría las texturas de detalles extremadamente finos, añadidos por el clúster de la red.
Como consecuencia, cada “frame” tenía el doble de resolución de una TV actual de alta definición, HDTV, y contenían 10Mb de datos cada uno.
En cuanto a los polígonos, los personajes principales, tienen una media de 300.000 polígonos, considerando sólo la vestimenta, a los que hay que añadir 60.000 más de la geometría facial, 20.000 más del vello de la cara, y luego el pelo...
Para el pelo, se tenía un sdetware especial, hecho por Square, en el que el nivel de polígonos, dependía de la distancia a la que se encontraba la cámara.
De media, se componía de unos 60.000 polígonos.
Luego, podía darse el caso, de que el “renderman”, hiciera uso del “smooth”, con lo que los polígonos se subdividían, y podía a llegarse el caso, de que doblaran lo anterior.
En el caso de la iluminación, ésta es muy oscura, porque así se evitaba que se viesen uno de los grandes problemas de la película.
Los ordenadores, no eran lo suficientemente potentes, como para hacer transparencias en la piel, sus sombras... que con una iluminación muy potente, eran muy difíciles de conseguir.
En efecto, Final Fantasy: The Spirits Within, nos sumerge en un futuro creíble, donde se mezclan la devastación, y la alta tecnología.
Hay algo fascinante en su realismo virtual, que le da a varias escenas, la impresión de ser acción viva.
Todo lo que es paisaje, escenografía, decorado... los objetos inertes, se ven reales; sin embargo, ese verismo, aún depende de la oscuridad.
Los datos técnico-estadísticos de Final Fantasy: The Spirits Within se puede resumir así:
Número de “shots” = 1,336
Número de “layers” = 24,606
Número final de “renders” = 2,989.318
Número de “frames” en la película = 149,246
Número medio de “shots” por secuencia = 37.11
Número medio de “layers renderizados por shot” = 18.42
Número medio de “frames por shot” = 111.71
Media estimada del número de “renders” para revisión = 5
Media estimada de tiempo de “renderizado por frame” = 90min
“Shot con más layers” = 498
“Shot con más frames” = 1899
“Shot con más renders, layers, frames” = 60160 “renders”
Secuencia con más “shots” = 162
Secuencia con más “layers” = 4353
Secuencia con más “frames” = 13576
Las secuencias de acción, son espectaculares, y la atmósfera no deja de sorprendernos.
El problema llega, con la inclusión de elementos oníricos, y nuevas ramas argumentales:
Lo que había comenzado como una historia de acción y ciencia ficción, poco más que una batalla de humanos contra “fantasmas”; gira sobre sí mismo, y se retuerce, hasta hablar de la simbiosis entre especies, y el alma de la protagonista…
Desgraciadamente, Final Fantasy: The Spirits Within, se conforma con ser un espectáculo de acción, con un grupo de soldados, enfrentándose a los fantasmas alienígenas que les acosan, en un desarrollo que recoge lo peor del género de acción “Made in USA” con personajes estereotipados como la soldado dura por fuera, pero de tierno corazón; el joven chistoso; el galán.
Y maniqueos, como El General Hein, que es presentado como un retorcido villano de una pieza, cuyo objetivo parece ser únicamente, entorpecer el trabajo de los científicos; y lugares comunes, incluyendo, por supuesto, el sacrificio heroico.
Aunque lleva implícito el nombre de “Final Fantasy”, realmente no hay demasiadas similitudes entre la trama de la película, y la saga de juegos; y casi todo lo que se puede ver en ella, estuvo ideado originalmente para la misma, no hay referencias a la saga de juegos, y las que hay, son mínimas, salvo en Dr. Sid.
Pero toda esta tecnología, sobrepasó al equipo.
La mayor parte del desarrollo, de 4 años, nada menos; se invirtió en aspectos visuales, dejando de lado el argumento.
A Final Fantasy: The Spirits Within, se le reclama que no hay magia, no hay dragones, y la historia se desarrolla en el planeta Tierra, cosa que nunca jamás ocurrió, en ninguno de los capítulos troncales del juego, por lo que no es una buena película sobre el mundo de “Final Fantasy”
La idea de Squaresoft, antes del estreno de Final Fantasy: The Spirits Within, era emular lo que hacían con su saga de videojuegos, y de haber sido exitosa en la taquilla, al realizar otras películas, no hacer secuelas, sino que sean historias nuevas, con personajes nuevos, ambientadas en mundos distintos, tal cual ocurre con los juegos en cuestión...
Lamentablemente, esto nunca llego a pasar.
De “Final Fantasy” solo tiene el título.
Un argumento muy espiritual, tal como anuncia su subtítulo “Spirits Within”, pero con demasiado regusto japonés para la mayoría.
El principal tema aquí, es que La Tierra es un organismo vivo, y posee espíritu, Gaia, un mar de él, en su centro.
Al nacer, te llevas parte de tu espíritu de La Tierra contigo, a la superficie.
Sin él morirías, solo serias un envase.
¿Qué pasaría, si un mundo como el nuestro, fuera destruido en millones de pedazos que vagan por la galaxia?
¿Qué pasaría si uno de esos meteoritos, llenos de espíritus de animales, que no pudieron regresar a su Gaia, cae en La Tierra?
La respuesta la da Final Fantasy: The Spirits Within, pero para los que no entendieron, la respuesta puede ser que buscarán un Gaia que los acoja desesperadamente, o un cuerpo donde habitar.
Pero son criaturas distintas, de un mundo distinto, fantasmas buscando cuerpos no compatibles, un Gaia no compatible...
Pero ahí es donde entra Aki Ross busca esas respuestas, y la solución.
¿A dónde va esa luz al espacio, al final, ese Gaia?
La respuesta es obvia, a crear nueva vida.
Reconociéndole alguna buena idea de puesta en escena, con ese maravilloso plano en picado, que nos muestra como un fantasma surge del suelo, “inundando” el jeep en el que intenta escapar un soldado, y escenas realmente espectaculares, con la cámara, siguiendo la salida de una nave que, al contacto con un fantasma, empieza a caer, hasta estrellarse en el suelo en plano secuencia.
Con todo, Final Fantasy: The Spirits Within se disfruta; dejando a un lado todos los logros técnicos que consiguió hace más de 10 años, su universo es original, complejo, y creíble.
Hay que recordar, que los videojuegos y películas de “Resident Evil” por ejemplo, sacaron del olvido al “género zombie” y hoy en día, videojuegos y películas van cogidas de la mano, de tal manera que las películas quieren parecerse a estos.
Sobre Final Fantasy: The Spirits Within, hay películas de animación mucho peores hoy, más de 1 década después, que son tan rentables, como debería haberlo sido ésta, y nadie sabe por qué...
¿O por qué solo han hecho filmes de animación realista, como “Beowulf” (2007), pero otros continúan con las caracterizaciones de caricatura?
La gran paradoja.
“You've been trying to tell me that death isn't the end.
Don't back out on me, now that I finally believe”
Resulta que James Lovelock, cobró notoriedad, por ser el primero en formular una teoría científica, en la que se aborda una intuición profunda en el pensamiento humano:
Que el planeta está vivo, y es un organismo complejo en sí mismo.
Lovelock, formuló esta hipótesis, que en la actualidad, es ya una teoría, mientras trabajaba como consultor de La NASA, en la década de los 60.
La Hipótesis de Gaia, es un conjunto de modelos científicos de la biosfera, en la cual se postula que, la vida fomenta y mantiene unas condiciones adecuadas para sí misma, afectando al entorno.
Según La Hipótesis de Gaia, la atmósfera, y la parte superficial del planeta Tierra, se comportan como un todo coherente, donde la vida, su componente característico, se encarga de autorregular sus condiciones esenciales, tales como la temperatura, composición química, y salinidad, en el caso de los océanos.
Gaia se comportaría, como un sistema auto-regulador, que tiende al equilibrio.
La teoría, fue ideada por el químico James Lovelock en 1969, aunque publicada en 1979, siendo apoyada y extendida, por la bióloga Lynn Margulis.
Lovelock, estaba trabajando en ella, cuando se lo comentó al escritor William Golding, fue éste, quien le sugirió que la denominase “Gaia”, diosa griega de la Tierra, llamada también “Gea” o “Gaya”
En su último libro, “The Revenge Of Gaia”, Lovelock predice que el clima extremo, será la norma, causando gran devastación.
Para el 2040, Europa se parecerá al Sahara, y buena parte de Londres, estará bajo el agua.
Estos cálculos, son más radicales que los del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), pero no del todo lejanas a sus estimaciones.
“Ha habido 7 desastres, desde que los humanos evolucionaron, similares a lo que está por ocurrir.
Creo que estos eventos, siguen separando “el grano de la paja”
Y eventualmente, sí tendremos un humano en el planeta que entiende esto, y vive de manera apropiada.
Ésa es la fuente de mi optimismo” dijo.
Según Lovelock:
“La Tierra, como la evolución misma, no se comporta de una manera lineal, sino sufre discontinuidades, y grandes saltos en su trayecto.
La historia de La Tierra, y de modelos climáticos simples, basados en la noción de un planeta vivo y responsivo, sugieren que el cambio repentino y sorpresivo, es más posible que la suave curva ascendente de temperatura, que predicen la mayoría de los modelos, para los siguientes 90 años”
En la visión de Lovelock, el planeta es un ser vivo, posiblemente inteligente, su inteligencia, es la evolución misma; una unidad de la cual, todas las formas de vida son parte, que se reproduce autorreferencialmente, a través de la “autopoiesis”, que es un neologismo, con el que se designa un sistema capaz de reproducirse, y mantenerse por sí mismo; y se autorregula para mantenerse en “homeostasis”, que es un conjunto de fenómenos de autorregulación, que intentan mantener equilibradas las composiciones, y las propiedades del organismo.
Aunque su teoría es usada para afirmar las creencias del “new age” y el “movimiento verde”, Lovelock no cree en las acciones estilo “salva al planeta, dejando de usar bolsas de plástico”, o cosas por el estilo.
Lovelock cree, que este tipo de cosas, son una fantasía, y una delusión que nos han hecho creer, para sentirnos mejor, pero no hacen una diferencia.
“Es demasiado tarde.
Tal vez si hubiéramos tomado diferentes rutas en 1967, habría ayudado.
Pero no tenemos tiempo.
Estas cosas verdes, como el desarrollo sustentable, creo que son sólo palabras que no significan nada.
Muchas personas vienen a mí, y me dicen que no puedo decir eso, porque hace que no tengan nada que hacer.
Yo digo que al contrario, nos da una inmensa cantidad de cosas que hacer.
Sólo que no del tipo de cosas que quieren hacer” concluye.
Hay que decir que Lovelock, es sumamente controversial, y sus predicciones, han sido apoyadas por la IPCC, pero parece que su meta es armar la polémica.
Lovelock no cree que la energía renovable, permita alimentar a una sociedad como la nuestra.
En cambio, prefiere la energía nuclear…
Considera que, al haber pasado un punto crítico, el calentamiento global hará, que buena parte del mundo, sea inhabitable, y que muera hasta 80% de los seres humanos.
¿Qué hacer ente todo esto?
Lovelock dice sonriente:
“Disfruta la vida, mientras puedas; porque si tienes suerte, te quedan 20 años antes de que todo se venga abajo”
Pues para él, la amenaza real consiste, en que se alteren las zonas donde residen los circuitos primarios del control planetario, es decir, el cinturón de las selvas tropicales, y las plataformas continentales.
“No more fairy tales, this is reality”
El cine parece estar, cada vez más enamorado de los efectos especiales.
La última década, ha sido testigo del desarrollo de una tecnología, capaz de reproducir movimientos más detallados y complejos, mientras que creaciones con aspecto humano, son comunes en películas y videojuegos.
Los avances de la última década, en la captación del movimiento, dispararon la búsqueda de hacer una cara humana realista, generada por computadora.
Pero en lugar de sustituir al actor, el proceso realmente funciona en conjunto con su desempeño, localizando, y captando los movimientos de su rostro.
Esta información, se introduce de nuevo en el software, para generar un rendimiento digital, tan realista como sea posible.
La película “Final Fantasy: The Spirits Within”, estrenada en 2001; puede ser desconocida para muchos en estos días, pero marcó el primer lanzamiento de una película realizada, íntegramente con la tecnología de captura de movimiento.
En otros escenarios, como en los estudios de AudioMotion, en las afueras de Oxford, Inglaterra; se ha trabajado en algunas de las más grandes películas y juegos de ordenador, de los últimos años.
La compañía, se especializa en la captación del movimiento, que involucra actores con un traje especial de captura cubierto de puntos muy reflectantes.
La ubicación de los puntos, es capturada por las cámaras en el plató, y los ingenieros de efectos visuales, son capaces de recrear digitalmente los movimientos exactos del actor.
El proceso, se hizo conocido con el lanzamiento de la película “The Lord Of The Rings: The Two Towers” (2002), donde la actuación de Andy Serkis como Gollum, se ganó elogios de la crítica.
“The city may be lost, but we are not”
Final Fantasy: The Spirits Within es una película de animación, y ciencia ficción, dirigida en 2001, por Hironobu Sakaguchi y Motonori Sakakibarai.
Protagonizado por Ming-Na, Alec Baldwin, Ving Rhames, Donadl Sutherland, James Woods, Steve Buscemi, John Di Maggio, John DeMita, Keith David, Peri Gilpin, Matt McKenzie, Jean Simmons, entre otros.
El guión es de Al Reinert y Eff Vintar, sobre una historia de Hironobu Sakaguchi; el creador de la serie de videojuegos “RPG Final Fantasy”; siendo el primer intento serio, de crear humanos animados foto realísticamente, por medio de ordenadores.
El fotorealismo, es la cualidad de una imagen generada por computadora, que trata de imitar las imágenes generadas por cámaras fotográficas, mediante complejos cálculos y algoritmos matemáticos, que simulan los efectos/defectos que la luz, como halos y destellos; las sombras como coloreado de sombras, y difusión; las texturas como la aspereza, el brillo, los reflejos, y la refracción; y la radiosidad, como el coloreado de la luz ambiente; todo esto, se producen en las imágenes resultantes.
La animación, escala un peldaño con esta asombrosa cinta de hiperrealidad, un nuevo paso en la carrera del pixel.
En su vertiente comercial, la expectación que levantó en Internet su espectacular tráiler, no se confirmó en las pantallas, a pesar de ser la película animada más perfectamente “real” de la historia hasta la fecha.
¿El motivo?
Se cree que fue su argumento, al no estar a la altura de la calidad de su técnica; lo que la convirtió en uno de los fracasos más grandes de taquilla de la historia, con pérdidas de más de $120 millones, que efectivamente, provocaron la bancarrota de Square Pictures; y que a partir de ahora, sólo colaborarán con otras productoras de cine, en vez de arriesgarse por su cuenta, a la hora de producir películas.
El presupuesto inicial, era de unos $70 millones, aunque por diversas causas, el dinero necesario para continuar con el film, ascendió a más de $140 millones.
Square Pictures, fue el lugar donde se instaló un equipo de más de 150 artistas gráficos, programadores, y animadores, provenientes de todo el mundo, incluyendo Hollywood, Tokyo, y Europa; eso sí, destacar que todos los decorados de fondo, fueron pintados a mano.
Con todo, Final Fantasy: The Spirits Within nos introduce en un mundo post apocalíptico, de mega ciudades automatizadas, viajes interestelares, y futuro incierto para la humanidad, una humanidad que se encuentra en un punto crítico, y cuya salvación, depende de una mujer visionaria.
Es el año 2065, y tras la llegada de un devastador meteorito, La Tierra es invadida por unos alienígenas de apariencia espectral.
Las ciudades son arrasadas, generando un estado de confusión y destrucción en todo el planeta.
Ante la imposibilidad de luchar contra estos seres, la escasa población terrestre, decide atrincherarse en ciudades escudo, mientras intentan buscar una forma de sobrevivir; pero el tiempo se acaba...
Los habitantes del planeta, se debaten entre buscar nuevas maneras de combatir el ataque extraterrestre, o abandonar La Tierra, y aniquilarla.
Pero una bella e inquietante doctora, llamada Aki Ross (Ming-Na), se aferra a los valores de la condición humana, confiando en que debe existir un futuro esperanzador.
Con el objetivo de entender y luchar directamente contra el enemigo, Aki decide infectarse con un virus alienígena, y así conseguir la clave que derrote a estos extraños seres.
La búsqueda de Aki, no será fácil, el tiempo no corre a su favor, ya que cuenta con la oposición del General Douglas Hein (James Woods), que está decidido a aniquilar a los extraterrestres, con un arma mortífera, que podría destruir la totalidad del planeta.
Pero la doctora Ross no está sola; dispone de la ayuda del eminente Dr. Sid (Donald Sutherland), y del escuadrón “Deep Eyes”, liderado por Gray Edwards (Alec Baldwin), junto a:
Ryan Whittaker (Ving Rhames), Neil Fleming (Steve Buscemi), y Jane Proudfoot (Peri Gilpin)
Todos juntos, intentarán salvar La Tierra, mientras los planes del General Hein, avanzan inexorablemente.
Aki busca un milagro.
Un conflicto interno, y unos extraños sueños, la llevarán hacia un viaje interior, en busca de la salvación de la humanidad.
Quizás la solución sean los valores humanos, la dedicación, o el amor...
Quizás La Tierra, todavía tenga una esperanza.
Los personajes, aunque arquetípicos, están bien definidos:
Aki Ross, es una brillante y hermosa científica, que se convertirá en la última esperanza contra la extinción del planeta Tierra.
Deberá utilizar sus conocimientos, su dedicación, y su constancia, para combatir a los extraterrestres.
Aki todavía confía en los valores de la condición humana; para demostrarlo, llegará a poner su propia vida en peligro, con el objetivo de salvar al planeta.
Sus sueños, sus propios conflictos internos, y su naturaleza optimista, serán la clave para encontrar la respuesta, que le permita evitar la destrucción.
El Doctor Sid, es un genio científico, convencido de que debe existir algún método para poner fin a la invasión extraterrestre, sin que eso afecte al planeta.
Mentor de Aki, actúa como un padre para ella, ayudándola a conseguir una solución.
Su visión innovadora en el campo de la ciencia, puede ser la clave.
El Doctor Sid, cree que el principio del caos planetario, puede residir en el comportamiento de las personas.
El General Douglas Hein, es un excelente y experimentado estratega militar, pero su deseo de venganza y su ego, eclipsan su sabiduría, lo que lo convierte en el antagonista.
Hein, desea aniquilar a los alienígenas, y terminar de una vez por todas, con la invasión que ha destrozado La Tierra.
El problema es que el método que ha ideado para poner fin a la devastadora invasión, puede implicar el fin del planeta, pero ahora que los alienígenas han matado a su familia, nada le importa...
Gray Edwards, es el capitán del ejército, y líder del escuadrón “Deep Eyes”
Gray es una persona impulsiva, que se enfrenta a enemigos o aliados por igual, aunque se ha ganado el apoyo incondicional de sus tropas, por su lealtad, confianza, y capacidad de liderazgo.
Gray es amigo de Aki desde hace años, pero nunca se ha atrevido a declarar el amor que siente hacia ella.
Ahora que la vida de Aki corre peligro, Gray luchará contra todo aquello que se oponga a sus objetivos.
Jane, rompe los estereotipos, su impresionante belleza, y excelente forma física, se unen a su lealtad y compañerismo como soldado miembro del escuadrón “Deep Eyes”
Fría y calculadora en su trabajo, no le importa arriesgar su propia vida en el campo de batalla.
Entre Jane y Neil, hay una relación especial de amor y odio, que nunca llega a cuajar.
Neil, es el cerebro detrás del escuadrón “Deep Eyes”, aplica su fortaleza mental y física, para desafiar a los depredadores alienígenas.
Posee un sarcástico sentido del humor, que desmiente su pesimismo intelectual; es un componente íntegro, y de confianza del escuadrón.
Ryan, es el sargento del escuadrón “Deep Eyes” y segundo al mando.
Ryan muestra una dedicación tenaz hacia su equipo, y su causa.
Su confianza en sí mismo, y su valor, sirven de ejemplo a sus compañeros soldados.
Aunque en algunas ocasiones sea irreverente, Ryan reconoce su deber a su superior, y mejor amigo, Gray Edwards; y luchará por la victoria, hasta que derrote a sus oponentes.
Esta coproducción entre Estados Unidos y Japón, intenta combinar 2 miradas bien diferentes, me atrevería a decir antitéticas de la ciencia ficción:
Por un lado, el lado oriental, es el que aporta los elementos más místicos y de “cyberpunk”, además de cierto discurso filosófico, acerca de la existencia de una fuerza que anida en todos nosotros, y que nos comunica directamente con la esencia del planeta.
Por otro lado, Final Fantasy: The Spirits Within, ha iniciado un fenómeno de dimensiones “orwellianas”
Refrendando el viejo temor de la ciencia ficción, acerca del remplazo del hombre por la máquina, ahora se habla de un futuro en que el cine pueda prescindir de los actores.
“When the physical body dies, the mature spirit, enriched by its life on earth, returns to Gaia.
Bringing with it the experiences… enabling Gaia to live and grow”
Para la creación de Final Fantasy: The Spirits Within, se utilizó una versión totalmente nueva del programa Maya de Wavefront.
Gracias a la capacidad de este software, hemos podido ver efectos como los de “Hollow Man” (2000), o animaciones visualmente deslumbrantes, como la saga “Toy Story”, “Antz” (1998) o “A Bug's Life” (1998)
Entre cada una de estas cintas, han aparecido versiones mejoradas del programa, de acuerdo a los requerimientos de los animadores, por lo que la tecnología usada para una película, ya es obsoleta para la siguiente.
La realización de Final Fantasy: The Spirits Within, inició en los estudios digitales de Square Pictures en Honolulu, Hawaii, EEUU; con la filmación de actores en vivo, que recrearon las escenas de la historia, vestidos con trajes especiales, dotados con unos pequeños sensores, colocados en las partes clave del cuerpo humano, con el objeto de marcar más tarde, un mapa de movimiento en la computadora, para ser seguido por la figura animada, creada digitalmente.
Este efecto, no se había logrado en anteriores producciones 3-D, es por eso que en otros estudios, primero se experimentó animando insectos, juguetes, o dinosaurios, figuras que tienen un movimiento cortado, y no requieren de tanta precisión, como el humano.
El resultado es más que sorprendente, en pantalla, podemos ver no sólo persecuciones, saltos, y movimientos humanos, que se confunden con la imagen viva, sino también:
Explosiones, paisajes espaciales, monstruos con un diseño visual integral, que serán apoyados por efectos sonoros desarrollados por Square, y un casting de voz.
Uno puede distinguir, desde el vello del entrecejo, o las marcas del acné de la doctora Aki Ross, hasta los lunares del Capitán Grey, o las manchas cutáneas, fruto de la edad del Doctor Sid.
Aunque también, cabe decir que, si bien en determinados momentos, se puede llegar a creer que se está viendo un film con protagonistas humanos, reales, es a la hora de expresar emociones, a través de los movimientos faciales, cuando Final Fantasy: The Spirits Within no consigue el mismo grado de verosimilitud.
Lo más llamativo, es el cabello de la protagonista, que se mueve y ondula como en un comercial de shampoo, bastante complicado debe de ser ese proceso, pues los demás personajes, llevan el pelo en casquete corto, y/o engominado; por lo que resulta irreal, por ejemplo, cuando están flotando en la nave, en el espacio, los 2 protagonistas, ella continúa con el pelo lacio, y colgando hacia abajo, cuando lo normal, es que el pelo vaya en todas direcciones...
Pero es que era complicado todo, pues para “renderizar” el pelo, se utilizaron RiCurves, con una aproximación estándar de sombreado.
La iluminación y el sombreado, son muy complicados, porque los hilos eran mucho más pequeños que un píxel, por lo que creaban mucho “aliasing”, y había que corregirlo a mano.
Para su simulación, utilizaron técnicas de simulación de partículas, paquetes básicos de Maya e, incluso en algunos primeros planos, llegaron a animarlo, pelo por pelo, dependiendo de las demandas de la escena.
Lo difícil a la hora de renderizar todo el conjunto, era que tenía que parecer real, pero no sólo su textura, sino sobre todo, que la caracterización, sus gestos, sus movimientos, fueran lo más realista posible.
Por eso, mismo casi nadie se atreve a hacer películas de animación por ordenador de por medio.
Por ejemplo:
Para la caracterización de la protagonista, la Dra. Aki Ross, su modelado ocupaba más de 300 Mbytes.
Su pelo tenía sólo la mitad de densidad que un pelo normal.
Sin embargo, tenía sobre 60.000 hilos para que el movimiento resultara realista.
Cuando se diseñaron los gráficos, la 5ª parte del tiempo gastado, fue en esos 60.000 pelos.
Después de la animación inicial, las escenas completas, fueron enviadas a la red de computadoras que realizaban el “render” y consistían en 960 estaciones de trabajo Pentium III-933Mhz individuales; y se procesaron como “frames” separados.
Durante este proceso de “renderizado”, la animación nutría las texturas de detalles extremadamente finos, añadidos por el clúster de la red.
Como consecuencia, cada “frame” tenía el doble de resolución de una TV actual de alta definición, HDTV, y contenían 10Mb de datos cada uno.
En cuanto a los polígonos, los personajes principales, tienen una media de 300.000 polígonos, considerando sólo la vestimenta, a los que hay que añadir 60.000 más de la geometría facial, 20.000 más del vello de la cara, y luego el pelo...
Para el pelo, se tenía un sdetware especial, hecho por Square, en el que el nivel de polígonos, dependía de la distancia a la que se encontraba la cámara.
De media, se componía de unos 60.000 polígonos.
Luego, podía darse el caso, de que el “renderman”, hiciera uso del “smooth”, con lo que los polígonos se subdividían, y podía a llegarse el caso, de que doblaran lo anterior.
En el caso de la iluminación, ésta es muy oscura, porque así se evitaba que se viesen uno de los grandes problemas de la película.
Los ordenadores, no eran lo suficientemente potentes, como para hacer transparencias en la piel, sus sombras... que con una iluminación muy potente, eran muy difíciles de conseguir.
En efecto, Final Fantasy: The Spirits Within, nos sumerge en un futuro creíble, donde se mezclan la devastación, y la alta tecnología.
Hay algo fascinante en su realismo virtual, que le da a varias escenas, la impresión de ser acción viva.
Todo lo que es paisaje, escenografía, decorado... los objetos inertes, se ven reales; sin embargo, ese verismo, aún depende de la oscuridad.
Los datos técnico-estadísticos de Final Fantasy: The Spirits Within se puede resumir así:
Número de “shots” = 1,336
Número de “layers” = 24,606
Número final de “renders” = 2,989.318
Número de “frames” en la película = 149,246
Número medio de “shots” por secuencia = 37.11
Número medio de “layers renderizados por shot” = 18.42
Número medio de “frames por shot” = 111.71
Media estimada del número de “renders” para revisión = 5
Media estimada de tiempo de “renderizado por frame” = 90min
“Shot con más layers” = 498
“Shot con más frames” = 1899
“Shot con más renders, layers, frames” = 60160 “renders”
Secuencia con más “shots” = 162
Secuencia con más “layers” = 4353
Secuencia con más “frames” = 13576
Las secuencias de acción, son espectaculares, y la atmósfera no deja de sorprendernos.
El problema llega, con la inclusión de elementos oníricos, y nuevas ramas argumentales:
Lo que había comenzado como una historia de acción y ciencia ficción, poco más que una batalla de humanos contra “fantasmas”; gira sobre sí mismo, y se retuerce, hasta hablar de la simbiosis entre especies, y el alma de la protagonista…
Desgraciadamente, Final Fantasy: The Spirits Within, se conforma con ser un espectáculo de acción, con un grupo de soldados, enfrentándose a los fantasmas alienígenas que les acosan, en un desarrollo que recoge lo peor del género de acción “Made in USA” con personajes estereotipados como la soldado dura por fuera, pero de tierno corazón; el joven chistoso; el galán.
Y maniqueos, como El General Hein, que es presentado como un retorcido villano de una pieza, cuyo objetivo parece ser únicamente, entorpecer el trabajo de los científicos; y lugares comunes, incluyendo, por supuesto, el sacrificio heroico.
Aunque lleva implícito el nombre de “Final Fantasy”, realmente no hay demasiadas similitudes entre la trama de la película, y la saga de juegos; y casi todo lo que se puede ver en ella, estuvo ideado originalmente para la misma, no hay referencias a la saga de juegos, y las que hay, son mínimas, salvo en Dr. Sid.
Pero toda esta tecnología, sobrepasó al equipo.
La mayor parte del desarrollo, de 4 años, nada menos; se invirtió en aspectos visuales, dejando de lado el argumento.
A Final Fantasy: The Spirits Within, se le reclama que no hay magia, no hay dragones, y la historia se desarrolla en el planeta Tierra, cosa que nunca jamás ocurrió, en ninguno de los capítulos troncales del juego, por lo que no es una buena película sobre el mundo de “Final Fantasy”
La idea de Squaresoft, antes del estreno de Final Fantasy: The Spirits Within, era emular lo que hacían con su saga de videojuegos, y de haber sido exitosa en la taquilla, al realizar otras películas, no hacer secuelas, sino que sean historias nuevas, con personajes nuevos, ambientadas en mundos distintos, tal cual ocurre con los juegos en cuestión...
Lamentablemente, esto nunca llego a pasar.
De “Final Fantasy” solo tiene el título.
Un argumento muy espiritual, tal como anuncia su subtítulo “Spirits Within”, pero con demasiado regusto japonés para la mayoría.
El principal tema aquí, es que La Tierra es un organismo vivo, y posee espíritu, Gaia, un mar de él, en su centro.
Al nacer, te llevas parte de tu espíritu de La Tierra contigo, a la superficie.
Sin él morirías, solo serias un envase.
¿Qué pasaría, si un mundo como el nuestro, fuera destruido en millones de pedazos que vagan por la galaxia?
¿Qué pasaría si uno de esos meteoritos, llenos de espíritus de animales, que no pudieron regresar a su Gaia, cae en La Tierra?
La respuesta la da Final Fantasy: The Spirits Within, pero para los que no entendieron, la respuesta puede ser que buscarán un Gaia que los acoja desesperadamente, o un cuerpo donde habitar.
Pero son criaturas distintas, de un mundo distinto, fantasmas buscando cuerpos no compatibles, un Gaia no compatible...
Pero ahí es donde entra Aki Ross busca esas respuestas, y la solución.
¿A dónde va esa luz al espacio, al final, ese Gaia?
La respuesta es obvia, a crear nueva vida.
Reconociéndole alguna buena idea de puesta en escena, con ese maravilloso plano en picado, que nos muestra como un fantasma surge del suelo, “inundando” el jeep en el que intenta escapar un soldado, y escenas realmente espectaculares, con la cámara, siguiendo la salida de una nave que, al contacto con un fantasma, empieza a caer, hasta estrellarse en el suelo en plano secuencia.
Con todo, Final Fantasy: The Spirits Within se disfruta; dejando a un lado todos los logros técnicos que consiguió hace más de 10 años, su universo es original, complejo, y creíble.
Hay que recordar, que los videojuegos y películas de “Resident Evil” por ejemplo, sacaron del olvido al “género zombie” y hoy en día, videojuegos y películas van cogidas de la mano, de tal manera que las películas quieren parecerse a estos.
Sobre Final Fantasy: The Spirits Within, hay películas de animación mucho peores hoy, más de 1 década después, que son tan rentables, como debería haberlo sido ésta, y nadie sabe por qué...
¿O por qué solo han hecho filmes de animación realista, como “Beowulf” (2007), pero otros continúan con las caracterizaciones de caricatura?
La gran paradoja.
“You've been trying to tell me that death isn't the end.
Don't back out on me, now that I finally believe”
Resulta que James Lovelock, cobró notoriedad, por ser el primero en formular una teoría científica, en la que se aborda una intuición profunda en el pensamiento humano:
Que el planeta está vivo, y es un organismo complejo en sí mismo.
Lovelock, formuló esta hipótesis, que en la actualidad, es ya una teoría, mientras trabajaba como consultor de La NASA, en la década de los 60.
La Hipótesis de Gaia, es un conjunto de modelos científicos de la biosfera, en la cual se postula que, la vida fomenta y mantiene unas condiciones adecuadas para sí misma, afectando al entorno.
Según La Hipótesis de Gaia, la atmósfera, y la parte superficial del planeta Tierra, se comportan como un todo coherente, donde la vida, su componente característico, se encarga de autorregular sus condiciones esenciales, tales como la temperatura, composición química, y salinidad, en el caso de los océanos.
Gaia se comportaría, como un sistema auto-regulador, que tiende al equilibrio.
La teoría, fue ideada por el químico James Lovelock en 1969, aunque publicada en 1979, siendo apoyada y extendida, por la bióloga Lynn Margulis.
Lovelock, estaba trabajando en ella, cuando se lo comentó al escritor William Golding, fue éste, quien le sugirió que la denominase “Gaia”, diosa griega de la Tierra, llamada también “Gea” o “Gaya”
En su último libro, “The Revenge Of Gaia”, Lovelock predice que el clima extremo, será la norma, causando gran devastación.
Para el 2040, Europa se parecerá al Sahara, y buena parte de Londres, estará bajo el agua.
Estos cálculos, son más radicales que los del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), pero no del todo lejanas a sus estimaciones.
“Ha habido 7 desastres, desde que los humanos evolucionaron, similares a lo que está por ocurrir.
Creo que estos eventos, siguen separando “el grano de la paja”
Y eventualmente, sí tendremos un humano en el planeta que entiende esto, y vive de manera apropiada.
Ésa es la fuente de mi optimismo” dijo.
Según Lovelock:
“La Tierra, como la evolución misma, no se comporta de una manera lineal, sino sufre discontinuidades, y grandes saltos en su trayecto.
La historia de La Tierra, y de modelos climáticos simples, basados en la noción de un planeta vivo y responsivo, sugieren que el cambio repentino y sorpresivo, es más posible que la suave curva ascendente de temperatura, que predicen la mayoría de los modelos, para los siguientes 90 años”
En la visión de Lovelock, el planeta es un ser vivo, posiblemente inteligente, su inteligencia, es la evolución misma; una unidad de la cual, todas las formas de vida son parte, que se reproduce autorreferencialmente, a través de la “autopoiesis”, que es un neologismo, con el que se designa un sistema capaz de reproducirse, y mantenerse por sí mismo; y se autorregula para mantenerse en “homeostasis”, que es un conjunto de fenómenos de autorregulación, que intentan mantener equilibradas las composiciones, y las propiedades del organismo.
Aunque su teoría es usada para afirmar las creencias del “new age” y el “movimiento verde”, Lovelock no cree en las acciones estilo “salva al planeta, dejando de usar bolsas de plástico”, o cosas por el estilo.
Lovelock cree, que este tipo de cosas, son una fantasía, y una delusión que nos han hecho creer, para sentirnos mejor, pero no hacen una diferencia.
“Es demasiado tarde.
Tal vez si hubiéramos tomado diferentes rutas en 1967, habría ayudado.
Pero no tenemos tiempo.
Estas cosas verdes, como el desarrollo sustentable, creo que son sólo palabras que no significan nada.
Muchas personas vienen a mí, y me dicen que no puedo decir eso, porque hace que no tengan nada que hacer.
Yo digo que al contrario, nos da una inmensa cantidad de cosas que hacer.
Sólo que no del tipo de cosas que quieren hacer” concluye.
Hay que decir que Lovelock, es sumamente controversial, y sus predicciones, han sido apoyadas por la IPCC, pero parece que su meta es armar la polémica.
Lovelock no cree que la energía renovable, permita alimentar a una sociedad como la nuestra.
En cambio, prefiere la energía nuclear…
Considera que, al haber pasado un punto crítico, el calentamiento global hará, que buena parte del mundo, sea inhabitable, y que muera hasta 80% de los seres humanos.
¿Qué hacer ente todo esto?
Lovelock dice sonriente:
“Disfruta la vida, mientras puedas; porque si tienes suerte, te quedan 20 años antes de que todo se venga abajo”
Pues para él, la amenaza real consiste, en que se alteren las zonas donde residen los circuitos primarios del control planetario, es decir, el cinturón de las selvas tropicales, y las plataformas continentales.
“No more fairy tales, this is reality”
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