The Mist

“What we saw was impossible”

Tras el manto blanquecino, que se produce por efectos de la atmósfera, se esconden los deseos más aborrecibles de asesinos, psicópatas, y demonios. Sherlock Holmes y su infalible doctor Watson, tuvieron que perseguir los instintos más bajos de la sociedad victoriana, envueltos en la fría presencia de un fenómeno conocido como “La Niebla”
La capacidad dramática y misteriosa que aporta semejante perturbación meteorológica, ha dado pie a multitud de historias, que El Séptimo Arte ha sabido dignificar con las adecuadas dosis de incertidumbre, y fascinación.
Y es que el miedo, es una de las sensaciones más difíciles de controlar por los seres humanos.
Muy pocos actúan con plena cordura, y con total control de sus emociones ante una situación de pánico y angustia, que ponga en peligro su vida.
Entre otras cosas, se necesita valor, experiencia, equilibrio emocional, y control mental, para actuar reflexivamente bajo presión, de lo contrario, el instinto de conservación, hará lo primario, y podría salir a flote el instinto animal agresivo y destructivo, sin reparar en nada.
Si nombramos a Stephen King, su nombre en el terreno de la cinematografía, está firmemente unido a su estirpe de novelista elite de ciencia ficción; o bien, sus novelas han caído en manos de directores novatos o, en el menor de los casos, en manos de directores de renombre, y con acierto para saber encaminar sus proyectos, para lograr hacer una adaptación digna.
“The end times have come; not in flames, but in mist...”
The Mist es una película de terror y ciencia ficción, escrito y dirigido en 2007, por Frank Darabont.
Protagonizado por Thomas Jane, Marcia Gay Harden, Laurie Holden, Andre Braugher, Toby Jones, William Sadler, Jeffrey DeMunn, Alexa Davalos, Frances Sternhagen, Nathan Gamble, Sam Witwer, Chris Owen, Melissa Suzanne McBride, Brian Libby, entre otros.
The Mist está basada en la homónima novela corta de 1983, de Stephen King, para que fuera publicada dentro de la antología “Skeleton Crew” (1985), que es la 2ª Antología de Cuentos.
La colección incluye 22 trabajos:
19 cuentos cortos, 1 novela corta “The Mist”; y 2 poemas:
“Paranoid: A Chant” y “For Owen”
El director Frank Darabont, primero leyó la novela de los 80, de Stephen King, “The Mist” en la antología “Dark Forces”, y originalmente, se mostró interesado en dirigir la adaptación fílmica para su debut en dirección.
Además, filmó “The Shawshank Redemption”, también basada en otra novela de Stephen King.
En octubre de 1994, luego de concluir con “The Shawshank Redemption”, Darabont reiteró su interés en dirigir “The Mist”
Darabont no lo llevó a cabo de inmediato, como fue con la película, adaptación de 1999, de la novela “The Green Mile” de Stephen King…
Darabont eventualmente, estableció un contrato para el primer libro/guión para “The Mist” con Paramount Pictures, habiendo encargado derechos característicos del film por Stephen King.
En diciembre de 2004, Darabont contó que había comenzado a escribir una adaptación fílmica para “The Mist”, y en octubre de 2006, el proyecto pasó de Paramount, a Dimension Films; en la cual se rodó en 37 días en Shreveport, Louisiana, EEUU; en febrero de 2007.
Como dato, el director, modificó el final del filme, para lograr más oscuridad en comparación con el de la novela, un cambio logrado en mutuo acuerdo con King.
El autor, Stephen King, alabó el nuevo final de Darabont, describiéndolo como uno perturbador para los estudios, King dijo:
“El final, es como una sacudida, ¡zas!
Es aterrador.
Pero la gente que va a ver una película de terror, no necesariamente quieren irse con un final “Pollyanna”
Por otro lado, se intentó dar a las criaturas, un aspecto único, para lograr una diferencia, respecto a las criaturas de otras películas con monstruos...
The Mist trata sobre:
Política, familia, y religión, esta última, auspiciada y nutrida por la desesperación; el peligro de los líderes carismáticos, las interesadas interpretaciones de aquello que se considera sagrado y cierto, en pro del confort irracional y ciego; el poder del amor entre padre e hijo, cómo algo tan puro y certero, puede llevar a la más equivocada de las atrocidades…
Es un film, de gente corriente, con una vida corriente, y unas preocupaciones de lo más corrientes, que se ven alterados por un suceso inexplicable, que les cambian la perspectiva de toda su vida, dejando de lado el perfeccionismo, y aflorando el lado más inseguro:
Una fuerte tormenta cae sobre el poblado de Castle Rock en Maine, EEUU.
Los Drayton, han sido una de las familias damnificadas con la caída de árboles y otros daños, causados por el temporal.
A la mañana siguiente, David Drayton (Thomas Jane) se dirige, junto con su hijo Billy (Nathan Gamble), y su vecino, Brent Norton (Andre Braugher), hacia el supermercado del pueblo, para comprar elementos necesarios para las reparaciones.
Pero después de la tormenta, una extraña neblina comienza a cubrir el pueblo, y David y su hijo, encerrados en el supermercado junto con una multitud de personas, contemplan atónitos, como la visibilidad queda reducida a cero, y suenan las alarmas locales.
Dan Miller (Jeffrey DeMunn) aparece en el negocio, cubierto de sangre, y exclamando a gritos, que existe algo mortal en la niebla.
Pronto, comienzan a descubrir que enormes criaturas se encuentran asolando al local.
Y mientras tanto, Mrs. Carmody (Marcia Gay Harden) ha caído en una sicosis religiosa, vociferando que el fin del mundo ha llegado.
Con las bestias asediando al supermercado, y el inestable clima de paranoia que prolifera entre las personas atrapadas, termina por generarse un ambiente de pesadilla, que puede estallar en cualquier momento.
Lo principal, y lo que hace grande a The Mist, es la dura mirada, sin concesiones, al lado más temible y estúpido del ser humano; por lo que su visionado amerita más de una reflexión; pues no es un simple proyecto de terror, es un concienzudo estudio del miedo, y de la fe; un miedo que lo cambia todo.
“People are basically good.
Decent.
My God, David, we’re a civilized society!”
The Mist es una soberbia crónica sobre el aislamiento, y el miedo como instrumento de manejo de masas, aquí llevado a otro nivel, por el siempre eficaz Frank Darabont; y es que podría decirse que Stephen King, ha sido quien ha puesto a Darabont en el mapa cinematográfico.
Gracias a obras suyas, pudimos ver de lo que este director era capaz.
Y más sorprendente aún, es que Darabont, un cineasta eminentemente dramático, haya decidido incursionar en el terreno fantástico, y de terror con ciencia ficción, por el cual, King es más conocido.
El escritor, en la sección de notas en “Skeleton Crew”, dice que se inspiró en “The Mist” en una experiencia de la vida real.
Si bien no hubo extrañas criaturas, una tormenta masiva muy parecida a la que aparece en la historia, ocurrió en donde vivía King.
El día después de la tormenta, King fue al supermercado local con su hijo.
Mientras buscaba panecillos de perro caliente, King se imaginó un “gran reptil volador prehistórico” aleteando alrededor de la tienda…
En el momento en que los 2 estaban en la fila para pagar sus compras, King tenía la base de su historia:
“Sobrevivientes atrapados en un supermercado, rodeados de criaturas desconocidas”
Mientras se experimenta el clima primaveral que precede a la tormenta, algunos personajes hacen referencia a la gran ventisca que hubo en 1888, que devastó gran parte del noreste de Estados Unidos.
“The Mist”, también demuestra fuertes influencias de Howard Phillips Lovecraft.
King, un admirador del trabajo de Lovecraft, a menudo incorpora ciertos elementos de Lovecraft en sus historias, muchas de las cuales, se relacionan con la indefinible sensación de horror, que surge más allá de la capacidad de conocimiento humano, que Lovecraft buscó enfatizar en sus obras.
King incorpora este horror amorfo, con la inexplicable aparición de criaturas horribles, que atormentan a los personajes principales en la historia, pero más pronunciadamente, en la descripción de las propias criaturas; no se da una descripción concreta, sin embargo, la aparición de tentáculos, como apéndices, son claras aberraciones inspiradas por Lovecraft.
Con todo, Frank Darabont vuelve a recurrir a un escrito de King, pero le da otra dimensión, nunca mejor dicho.
Como si estuviera harto de la raza humana, nos da un puñetazo en pleno estómago, con una demoledora sucesión de escenas que muestran, de forma realista, y aterradora, hasta dónde podríamos llegar, en un caso tan desesperado, como el que plantea The Mist.
El miedo y la desesperación, transforman a un grupo de personas, en seres tan terribles, como los que viven dentro de esa niebla, tan propia del cine de ciencia ficción de antaño.
Una de las cosas que más me ha sorprendido, es que The Mist haya pasado inadvertida para los productores de Hollywood, durante todos estos años...
En esencia, tiene el clima propio de un film serie B de los 50, con criaturas monstruosas asolando La Tierra, perfecta para la maquinaria Sci-Fi.
Entre las múltiples virtudes que atesora este guión, figura la de crear situaciones de una tensión extrema, y plantear conflictos morales de difícil resolución, incluso, a cargo del espectador, que observa atónito, las encrucijadas en que se ven envueltos Thomas Jane y compañía.
Porque The Mist, es un particular estudio de la reacción de la gente, frente a lo desconocido, y al peligro, entre lo racional (Drayton), lo impulsivo (Norton), y la sicosis religiosa (Mrs. Carmody)
Es cierto que existen momentos en que el personaje de Mrs. Carmody, bordea el cliché, pero Darabont se preocupa de limitarlo.
Ya que Darabont pule a los roles, de manera de que no sean simples clones de todo lo que uno ha visto anteriormente:
Drayton no es un idealista, sino un individuo que quiere simplemente, salvar a su hijo.
Mrs. Carmody, no es sólo una fanática religiosa, que podría sermonear a todos con un lenguaje prístino; Gay Harden transforma al personaje en algo viral, que maldice, escupe veneno, y contagia a los demás.
Las reacciones de la gente, son naturales, entre el escepticismo y la intolerancia.
Y la evolución del drama es consistente, donde después de la confirmación de la amenaza, con los primeros ataques, la gente comprende que el desenlace de la situación, es cuestión de tiempo, y se le dispara la desesperación de las más diversas maneras.
Es por ello que el director hunde más el cuchillo, en crear un denso clima de tensión dentro del supermercado, que en las esperadas secuencias de efectos especiales, donde un cineasta corriente, pondría más hincapié.
Otro de los temas que Frank Darabont quiso implantar en The Mist, fue la idea de que el ser humano, vuelve a su estado primitivo:
Allá donde se adoraban a Dioses, y se hacían sacrificios; cegados por el miedo, y condicionados por la religiosa, casi todos los allí presentes, empiezan a elegir entre los posibles culpables, para sacrificarlos a “sus dioses”, las criaturas de la niebla, tal y como se hacía en culturas antiguas de la humanidad.
De ahí lo curioso de la conversación, entre David y su hijo Billy, el niño le dice a su padre:
“Prométeme que no dejarás que los monstruos me cojan”
Frank Darabont, quiso que esta frase tuviera un doble sentido:
Por un lado, se refiere a los monstruos de la niebla, pero por otro, se refiere a los monstruos del interior del supermercado, los propios seres humanos, que ya habían sacrificado a algunos de ellos, y que más tarde, querían coger al niño…
Por tanto, eran quizás ellos, más monstruos que los de la niebla...
Sobre el final, Frank Darabont quiso que fuera como un guiño a la historia bíblica de Abraham, cuando debía sacrificar a su propio hijo, pero esta vez, ocurre de verdad…
Una lectura peligrosa es:
Frank Darabont, tiene claro que por mucho que pretendan los hombres, la mano de Dios está por encima de la mano de nosotros mismos.
Manipular este Orden Divino, puede terminar por desencadenar el fin de los tiempos…
Aquí entra el personaje de Marcia Gay Harden, que empieza siendo un personaje desagradable, que termina convirtiéndose en una “mártir” que muere para que nuestro protagonista se dé cuenta, que esta “predicadora” realmente era algo más… era la “luz”… el “camino”… la “verdadera interprete” del “mensaje de Dios en La Tierra…”
En el polo opuesto, Thomas Jane juega a ser Dios, y al final, se da cuenta que jugar a eso es peligroso, ya que cuando se permite el lujo de decidir el destino “no natural” de sus compañeros de viaje… Dios le deja ver que, con un poco de “fe”… las cosas podrían haber sido de otro modo…
Y más con perlas de Mrs. Carmody, como:
“NO al Aborto…
NO a la Investigación de Las Células Madre…
NO a jugar a ser DIOS…
SI, a dejar que sea la propia naturaleza, la que se abra camino, y que el hombre no sea una interferencia a esa voluntad natural…”
Lo peor del discurso, es la moraleja que da:
“Jamás enfrentes tus miedos, pierde toda esperanza, y quédate escondido cual cobarde, y triunfaras en la vida”
Otro podría ser:
“Por no ayudar a tu prójimo, Dios se cargara a tu mujer, tus hijos, tu casa, y todos tus seres queridos”
Resulta increíble, lo que Darabont logra también en el aspecto interpretativo:
Me refiero, especialmente, al resultado que ofrece Thomas Jane, a priori, una razón para desconfiar de The Mist.
Jane se convierte en un actor convincente y carismático en esta película, algo de lo más sorprendente, después de lo que habíamos podido ver hasta ahora de su trabajo.
Como dato, en la novela, el personaje David Drayton, quien está casado, y tiene una relación sexual con Amanda Dumfries, quien también está casada.
Darabont, no creyó conveniente mostrar en escena al protagonista, teniendo una aventura extramarital.
Los personajes en el film, retratados por Thomas Jane y Laurie Holden, como Amanda Dumfries, comparten más, una relación emocional.
Jane explicó:
“Es como que forman una pequeña familia, una especie de familia sustituta, donde está mi hijo, y yo soy su padre, y ella se convierte en su madre.
Nos convertimos en una pequeña unidad, que estamos tratando de salir de esta pesadilla juntos”
Por su parte, Holden, comparó la pesadilla experimentada, con la de los refugiados dentro del Súperdomo de Louisiana, durante El Huracán Katrina.
Aquí, Thomas Jane se echa The Mist a las espaldas, siendo el líder del grupo “bueno”, pondría 15 comillas; pero quien está mejor, es una impresionante Marcia Gay Harden, que debería llevarse un Oscar por su personaje.
Una inteligente, despreciable, y odiosa fanática religiosa.
Desde un principio, ves su paranoia, y te das cuenta del peligro que tiene una persona desquiciada, en un entorno cerrado, y con el resto del personal desconcertado ante la situación.
En cuanto al resto del reparto, decir que es numeroso, y que realizan una labor impecable.
Es maravilloso comprobar, cómo se pueden mostrar a tantos personajes, tan diferentes, y que todos tengan su parte de protagonismo en la historia, aportando siempre, un pedacito de su entidad, para dar cuerpo a la historia.
Destacar, de todas formas, a Toby Jones, y a la veterana Frances Sternhagen como:
Ollie Weaks, el cajero del supermercado, y la maestra retirada, Irene Reppler, respectivamente, que detrás de su apariencia inofensiva, resultan letales a la hora de combatir cuerpo a cuerpo a las criaturas.
Y ese supermercado, gran protagonista, erigiéndose como una gran parábola sobre nuestra sociedad, a modo de un “Arca de Noé”, un lugar que ofrece la seguridad de lo conocido, el ocio del consumismo, y las relaciones presuntamente intrascendentes entre vecinos.
Todo este esfuerzo, porque conozcamos a los personajes, para decirnos que el ser humano, en una situación límite, es imprevisible, y puede sacar lo peor de sí mismo.
Por otra parte, los efectos son lo suficientemente bien logrados, el montaje, y el diseño de las criaturas, son notables, y las escenas de acción, son inquietantemente creíbles, sin recursos facilistas, como el héroe que acaba con todos, y termina por salvar a la humanidad.
Tampoco es fácil conseguir diálogos con gran contenido, en una película de monstruos, pero The Mist, no por nada es uno de los mejores “Best Sellers” que ha publicado Stephen King en su dilatada trayectoria.
Además, The Mist consigue alcanzar el horror, y el constante temor, no a partir de escenas particularmente sangrientas ni violentas, sino a través de la paranoia, y el descontrol que esto comienza a provocar en los habitantes.
Como film, The Mist no sólo captura la esencia del cuento de Stephen King de manera excelente, sino que en ningún momento, pareciera que la anécdota estuviera demasiado estirada, teniendo en cuenta que se trata de un cuento de 133 páginas.
En todo caso, lo que hace Darabont, que es director y guionista, es redondear los personajes, dándole mayor profundidad dramática.
Pero todas las escenas del cuento, están aquí:
La disputa con el vecino, la sorpresa de la llegada de la neblina al supermercado, la fanática religiosa, quien es más joven en la película que en el perfil del personaje en el cuento, y que resulta un cambio adecuado, ya que hay varias escenas violentas con ella, y hubieran resultado más chocantes, con una mujer de más edad; la secuencia en la entrada de servicio, el escape hasta la farmacia...
Está todo.
A lo sumo, lo que Darabont agrega de su autoría, es un tramo donde se explica el origen de la niebla, que en el cuento estaba sugerido, y un drástico cambio del final del cuento; pero es una adaptación impecable.
El componente sobrenatural, no deja de ser si no un gran “mcguffin”, algo secundario, en pos de lo que verdaderamente se nos quiere contar, que es una vez más, lo miserable, primario, e instintivamente mezquino, que puede llegar a ser el ser humano, en situaciones de supervivencia, y nervios al límite.
Lo que distingue a una excelente película de otras menores, es su funcionamiento en varios niveles, y lecturas diversas.
The Mist, entretiene de lo lindo, como una película de horror debe hacerlo, la intensidad del desarrollo del guión, nos lleva por secuencias dramáticas muy efectivas, y la crítica sociológica está a la orden del día.
Una exquisita dosis cinematográfica que satisface, e incluso nutre.
¿Qué más se puede pedir?
Un final arrollador, desolador, como conmovedor, con tema de fondo incluido “The Host Of Seraphim” del grupo Dead Can Dance; recomendado para días lacónicos.
Como dato curioso, al inicio, mientras viajan al supermercado, los personajes hablan de “la vieja que tiene una nave espacial enterrada en la granja”, en referencia a Bobbi Anderson, de la novela de King “The Tommyknockers”
Sigo con esa parte final, que deja al espectador sin respiración, aturdido, y deseando que todo lo que haya sucedido, sea en realidad, una pesadilla de algunos de los protagonistas.
El final, te hacen pensar por qué el ser humano toma decisiones tan apresuradas, para luego lamentarse.
Además, creo que el autor quiere mostrar de alguna forma, el estado de miedo en el que vive la sociedad de EEUU, ante amenazas desconocidas, en los tiempos que corren.
Solo queda una pregunta:
“¿Por qué la “avispa” gigante, no atacó a Mrs. Carmody?
¿Qué sale a la luz, cuando todo aquello que creíamos cierto y seguro, se desvanece?
¿En qué nos convertimos, presos del miedo, y sin la certeza de un mañana?
“You don't have much faith in humanity, do you?”
¿Qué se esconde en la niebla?
Terror a las excentricidades, y a las formas de actuar que tiene la gente, cuando las situaciones llegan al extremo de la locura.
The Mist, es una descorazonadora visión del caos que se puede provocar, cuando la desesperación y la incredulidad a lo inesperado, se cierne sobre un grupo de gente, obligada a compartir techo.
Se demuestra que, por momentos, el miedo real no está enfocado a lo desconocido, que ya de por sí es inmenso, si no a las actuaciones de tus congéneres.
El conflicto entre una naturaleza humana “irracional” y otra “racional”, encubre la trama social de una supuesta libertad de “conciencia”, hasta llegar a un final que descubre que los individuos, somos un nudo de relaciones sociales, un producto social, es decir, sujetos atados a un orden del discurso que más allá de los contenidos de sus acciones, que se encuentran atados a una forma de vivir estructurada por los dispositivos de disciplinamiento y control social, que explican nuestra actualidad.
La metáfora de la “niebla” resulta consistente con la crítica a nuestras condiciones de existencia:
Vivimos inmersos en esa espesa niebla, que constituye nuestra subjetividad.
De modo que, aunque estemos llegando a sus bordes, nos mantenemos siempre dentro de sus límites.
La “niebla” conduce nuestras conductas, impidiéndonos atisbar que existe un afuera.
Lo monstruoso, no es el monstruo, sino la gente que podemos tener a nuestro alrededor; pues el ser humano, sigue siendo el peor monstruo que se conoce.

“As a species, we're fundamentally insane.
Put more than two of us in a room, we pick sides and start dreaming up reasons to kill one another.
Why do you think we invented politics and religion?”



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