Che

“¡Patria o muerte!”

Ernesto “Che” Guevara, posee sin dudas, un atractivo romántico y cultural para muchos jóvenes que se identifican con su imagen “rebelde”, pero aún más importante, es que el renovado interés por El Che Guevara, refleja el atractivo que siempre tuvo para todos aquellos que buscaban una forma de cambiar la sociedad, y terminar con la explotación del Capitalismo y El Imperialismo.
Amplios sectores, en diferentes países del mundo, han manifestado su adhesión a las acciones, personalidad, e ideales del Che Guevara.
Esa extendida identificación, ha sorprendido a muchos analistas, que han intentado explicar el fenómeno, recurriendo a diversas hipótesis:
La búsqueda de ejemplos éticos, por parte de la juventud; la identificación con su personalidad frontal; la comercialización de su imagen; su muerte violenta, siendo joven; las similitudes físicas con Jesucristo, etc.
Sin embargo, los opositores a la figura del Che Guevara, también remarcan sus ideas comunistas, a las que consideran totalitarias, y la influencia que tuvo para que Cuba se adhiriera al Comunismo y, durante La Guerra Fría, ingresara al Bloque Comunista conducido por La Unión Soviética.
Por sobre todo, Ernesto “Che” Guevara, fue político, escritor, periodista, y médico argentino-cubano.
Su sobrenombre “Che”, nació debido a su condición de argentino, y al uso reiterado de esa palabra, por parte del propio Guevara, y le fue impuesta en Guatemala, en 1954, por Ñico López.
Muchas de las biografías de Ernesto “Che” Guevara, sostienen que nació por azar, en la ciudad argentina de Rosario, en la provincia de Santa Fe, el 14 de junio de 1928, pero según otras fuentes, habría nacido el 14 de mayo de 1928, exactamente, un mes antes.
El Che Guevara, desarrolló una serie de ideas y conceptos, que se han conocido como “guevarismo”
Su pensamiento, tomaba el antiimperialismo, el marxismo, y el comunismo, como elementos de base, pero con reflexiones sobre la forma de realizar una revolución, y crear una sociedad socialista, que le dieron identidad propia.
Guevara otorgaba un papel fundamental a la lucha armada.
A partir de su propia experiencia, desarrolló toda una teoría sobre la guerrilla, que ha sido definida como “foquismo”
Para él, cuando en un país existían “condiciones objetivas” para una revolución, un pequeño “foco” guerrillero, podía crear las “condiciones subjetivas”, y desencadenar un alzamiento general de la población.
Ernesto “Che” Guevara, fue uno de los ideólogos y comandantes de La Revolución Cubana.
Desde 1953, viajó por Perú, Ecuador, Venezuela, y Guatemala, descubriendo la miseria dominante entre las masas de Iberoamérica, y la omnipresencia del Imperialismo de EEUU en la región, y participando en múltiples movimientos contestatarios, experiencias que le inclinaron definitivamente a la ideología marxista.
En 1955, Ernesto “Che” Guevara, conoció en México a Fidel Castro, y a su hermano Raúl, que preparaban una expedición revolucionaria a Cuba.
Guevara trabó amistad con Los Castro, se unió al grupo como médico, desembarcando con ellos en Cuba, en 1956.
Instalada la guerrilla en Sierra Maestra, Guevara se convirtió en lugarteniente de Castro, y mandó una de las dos columnas que salieron de las montañas orientales, hacia el oeste, para conquistar la isla.
Participó en la decisiva batalla por la toma de Santa Clara en 1958, y finalmente, entró en La Habana en 1959, poniendo fin a la dictadura de Batista.
En aquellos años, Guevara representó a Cuba en varios foros internacionales, en los que denunció frontalmente, El Imperialismo de EEUU.
Guevara, participó desde La Revolución, y hasta 1965, en la organización del Estado cubano.
Desempeñó varios altos cargos de su administración, y de su Gobierno, sobre todo en el área económica, fue Presidente del Banco Nacional, y Ministro de Industria.
En el área diplomática, actuó como responsable de varias misiones internacionales.
Convencido de la necesidad de extender la lucha armada en todo El Tercer Mundo, El Che Guevara impulsó la instalación de focos guerrilleros en varios países de América Latina.
Entre 1965 y 1967, él mismo combatió en El Congo, y en Bolivia.
En este último país, fue capturado y ejecutado de manera clandestina y sumaria, por El Ejército Boliviano, en colaboración con La CIA, el 9 de octubre de 1967.
Dado que El Che se había convertido en un símbolo para los jóvenes de todo el mundo, los militares bolivianos, aconsejados por La CIA, quisieron destruir el mito revolucionario, asesinándole, para después exponer su cadáver, fotografiarse con él, y enterrarlo en secreto.
Se salvó, sin embargo, su “Diario de Campaña”, el cual fue publicado en 1967.
En 1997, 30 años después, los restos del Che Guevara, fueron localizados, exhumados, y trasladados a Cuba, donde fueron enterrados con todos los honores por el régimen de Fidel Castro.
“Recuerden que el eslabón más alto que puede alcanzar la especie humana… es ser revolucionario”
Che es un drama de corte bélico de 2008, dirigida por Steven Soderbergh.
Protagonizada por Benicio del Toro, Demián Bichir, Elvira Mínguez, Jorge Perugorría, Catalina Sandino Moreno, Vladimir Cruz, Unax Ugalde, Rodrigo Santoro, Óscar Isaac, Yul Vazquez, Édgar Ramírez, Julia Ormond, Alfredo De Quesada, Jsu García, Benjamín Benítez, Armando Riesco, Franka Potente, Benjamin Bratt, Lou Diamond Phillips, Óscar Jaenada, Douglas J. Aguirre, Rob Alicea, Mariesé Alvarez, Carlos Bardem, Matt Damon, Joaquim de Almeida, Ramón Fernandez, Eduard Fernández, Jordi Mollà, Jesús Carroza, Cristian Mercado, Antonio de la Torre, entre otros.
El guión es de Peter Buchman, junto a Benjamin A. van der Veen, apoyados por el consultor histórico, Jon Lee Anderson; y basados en 2 escritos del Che:
“Pasajes de La Guerra Revolucionaria” y “Diario del Che en Bolivia”
El primero, es un detallado relato, escrito en artículos separados, entre 1958 y 1961, y publicados en 1963, de Guevara, sobre los avatares de la lucha revolucionaria, sin mayores exposiciones de su estrategia política.
Che, trata sobre el revolucionario argentino, Ernesto “Che” Guevara, que suaviza la dimensión agresiva del personaje, humanizándolo, a la vez que la desmitifica.
Recordemos que Che fue realizado, en vísperas de la nueva administración demócrata en La Casa Blanca, que se mostraba favorable a la posibilidad de flexibilizar la política hacia Cuba, y en momentos en que el nuevo gobierno de Raúl Castro, manifestaba su disposición a abrir el diálogo con EEUU; hoy todo un hecho.
Con producción de Quentin Tarantino y Ana Roth; Benicio Del Toro, Laura Bickford como productora, y Steven Soderbergh como director y productor, estuvieron trabajando en este proyecto, durante 10 años.
El director admitió, “sentirse fascinado por la personalidad de Guevara, que se ha convertido en el símbolo de la rebelión juvenil en todo el mundo, y por una de las vidas más ricas de todo el siglo XX”
Respecto de su relación con el gobierno de Fidel Castro, este realizador aseguró, que “Cuba para mí, es un tema bastante menos interesante que El Che”
El Che, es uno de esos personajes históricos, que hace tiempo que han abandonado, en el imaginario colectivo, la condición de persona mortal, para convertirse en algo más, en un símbolo adorado por unos, denostado por otros.
Es, en sí mismo, la encarnación de unas ideas y, sobre todo, el espíritu de una época, cuyo ideal sigue ejerciendo una enorme influencia en nuestros días.
Y todo eso hace, antes que nada, prácticamente imposible confinar su tremenda personalidad, en el ajustado traje de una película, por más que ésta tenga 4 horas de duración, y haya tenido que ser empaquetada en 2 partes, para que la distribuidora terminara de darle el visto bueno.
Lo que se rescata es que hablan en español, y con acento, y es de agradecer el detalle, por no hacer que El Che hable en inglés.
Las escenas, fueron filmadas en San Francisco de Campeche, México; y en Puerto Rico en 39 días.
Y en España, en la misma cantidad de tiempo.
Las imágenes del Che, hablando en La ONU, fueron tomadas un poco antes de que este escenario sufriera mayores renovaciones.
Soderbergh ha dicho, que está abierto a realizar otra película sobre las experiencias del Che en El Congo, pero solamente si Che recauda $100 millones.
El presupuesto del filme Che, fue de $58 millones, y apenas ha recaudado $41 millones…
Quien piense encontrarse con el relato pormenorizado de la vida del Che, esto es:
Nacimiento, infancia, adolescencia, etc., que se ahorre el visionado, porque no va a encontrar nada de eso, puesto que Che no es biográfica, y arranca en el momento justo, en el que un grupo de guerrilleros del Movimiento 26 de julio, entre los que se encontraban Raúl Castro, y El Che, comandados por Fidel Castro, inician su intento de derrocar al dictador Batista, para instaurar un régimen democrático y nacionalista en Cuba.
Por metraje, Che está dividida en 2 partes:
La primera, llamada “Che, El Argentino”, se centra en La Revolución Cubana, desde el momento en que Fidel Castro (Demián Bichir), El Che Guevara (Benicio del Toro), y otros combatientes, desembarcan en La Isla Caribeña, hasta que derrocan a la dictadura de Fulgencio Batista, 2 años después.
Así pues, el 26 de noviembre de 1956, liderados por Fidel Castro, un grupo de más de 80 rebeldes, parte hacia Cuba.
Entre estos jóvenes rebeldes, está el médico, soldado, y marxista argentino, Che Guevara.
Alimentado sólo por la determinación, el grupo se involucra en una rápida y sangrienta batalla, para liberar al pueblo cubano, de la corrupta dictadura de Fulgencio Batista.
La victoria llega el 1º de enero de 1959.
En Che, también se puede apreciar, como Guevara representa a Cuba ante Las Naciones Unidas, en 1964.
Si en esta primera parte, se nos mostraba la utopía, incluso desde un punto de vista pedagógico; ahora en la segunda parte, se nos habla de la puesta en práctica de esta utopía, aunque con un resultado diferente al de casi una década atrás.
En la segunda parte, llamada “Che: Guerrilla”, se enfoca en el intento del Che, de crear una revolución en Bolivia, y en el fracaso de su intento.
Ahora nos encontramos 7 años después, con la llegada de un enviado de La Organización de Estados Americanos (OEA), a La Paz, en Bolivia.
Este enviado, no es otro que un Ernesto Che Guevara, que ha abandonado sus cargos en Cuba, y ha decidido continuar la revolución en otro país necesitado de ella.
A la altura de su fama y poder, desaparece del ambiente público, y se introduce de incógnito en Bolivia, seguido de otros militares cubanos.
Ya allí, comienza a reclutar a bolivianos, para formar una guerrilla en las selvas del sureste del país.
La misión, está matizada por traiciones, y falta de apoyo, que llevan el movimiento hacia el fracaso, y a él, a su muerte...
Che da, pues, un largo salto en el tiempo, dejando de lado para el espectador:
La labor de Guevara como Ministro de Industria en Cuba, sus aventuras en El Congo, con la guerrilla que se alza contra Mobutu Sese Seko; y sus contactos con políticos y periodistas estadounidenses.
De este modo, Soderbergh nos sitúa en el último año del Che en Bolivia, y en su nueva guerrilla, del mismo modo que la primera parte nos situaba en la guerrilla cubana.
Guste o no, actualmente El Che se ha convertido en mito, algunas veces utilizado por dictaduras de izquierdas para justificarse, pero que consiguió despertar a La América Latina más pobre, y que perdurará como un símbolo de lucha contra las injusticias.
Como tantas veces en la historia, el mito prevalecerá, sobre la figura real.
“…si usted es capaz de temblar de indignación, cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante”
La carismática, y controvertida figura del Che, revolucionario libertario para unos, y sanguinario para otros, con una imagen actual, mercantilizada en total discordancia con sus objetivos en vida, ya había sido argumento central de otras perspectivas cinematográficas.
El proyecto de Che, dirigida por Steven Soderbergh, ha durado muchos años, un periodo en el que la labor de documentación ha sido muy ardua:
“Nadie conocía mucho sobre El Che, o sobre la historia de Cuba, y durante la investigación, aprendimos mucho, no queríamos inventarnos nada”, ha explicado el actor Benicio del Toro.
Tal vez, por ese respeto a la historia, y a lo que supuso Che Guevara, Benicio del Toro ha confesado:
“Es imposible hacer una película sobre El Che, pero nosotros lo intentamos”
Los responsables de Che, inclusive se reunieron con El Capitán boliviano que lo capturó, así como con los 3 cubanos:
Urbano, Benigno, y Harry “Pombo” Villegas, que le acompañaron a Bolivia, y escaparon de vuelta a casa, tras su ejecución.
Y es que pocas veces, la pantalla ha sido capaz de crear una sensación mayor de veracidad, de encontrarnos integrados en la columna comandada por un hombre que nos transmite su carisma, su manera de actuar, y que nos va puntuando, con su voz “en off”, las razones de su lucha, su idea de la revolución, su profundo convencimiento de que algo se ha roto en la historia, y nada volverá a ser lo mismo.
Quizá consciente de ello, Steven Soderbergh afronta Che, con la intención de convertirlo en un documento, lo más realista posible.
Y lo hace no sólo en uno de los 2 ejes argumentales:
La visita de Ernesto Guevara a New York, para pronunciar un discurso en Las Naciones Unidas, cuando la rebelión cubana ya ha triunfado, segmento con un tratamiento documental y periodístico, en blanco y negro, y un montaje casi de reportaje televisivo soberbio, sino en la parte del león de la narración, la crónica del desembarco de los insurrectos al mando de Fidel Castro, y la lucha en Sierra Maestra, para abrir el camino hacia La Habana.
Lo que hace Soderbergh en Che, es mezclar su labor revolucionaria-bélica, con el Che, liderando las tropas rebeldes, en un ambiente selvático contra la dictadura de Batista, y la tarea revolucionaria-ideológica, con el protagonista desplegando su oratoria de insurrección en busca de justicia.
Los 2 cursos se manejan con muchos tópicos, en torno a un esquemático calado ideológico del revolucionario, y al contexto en el que se mueve, sin desligarse de tratamientos similares al mismo, en otros escenarios.
En el tramo bélico, como en tantas otras misiones de grupo, sean revolucionarios o no, se acometen lugares comunes de patriotismo, disciplina, autoridad jerárquica, compañerismo, ansias de un mejor futuro...
En su disertación diplomática, se adopta un estilo de docudrama casero, en el que tampoco Soderbergh se evade de tópicas generalidades sentenciosas, con cierto enfoque hagiográfico, que no aportan nada a la figura de un Che correctamente incorporado por Benicio Del Toro.
Y es que Benicio del Toro no interpreta al Che, ES El Che.
No entiendo cómo se le pudo ignorar en los Oscar, será porque su papel no es en inglés… o definitivamente, los Oscar son políticos…
Me quedo con lo segundo, obviamente.
La resurrección cinematográfica del portorriqueño, Benicio del Toro, no solo se comió el papel, sino que tiene un buen argentinismo en su hablar, no le sale forzado, realmente ha visto muchos videos del Che, y ha aprendido a hablar en “argentino”, cosa para nada fácil.
El intérprete logra, que lo que podría haber desembocado en una mera construcción de cartón piedra, impostada, y de cara a la galería, respire verdad por los 4 costados.
Para su construcción, el actor y la productora, Laura Bickford, pasaron 3 años investigando los eventos mostrados en Che; y del Toro confesó, que solamente pensó en Guevara, como en “el malo de la película” desde que era niño.
Para su papel, pasó 7 años en “obsesiva investigación”, lo que lo hizo sentir que se había ganado el personaje, además del enorme parecido físico.
La preparación, también incluyó observar fotografías del Che, y leer sus escritos personales.
Adicionalmente, leyó “Don Quijote de La Mancha”, uno de los libros favoritos de Guevara.
También, se entrevistó personalmente, con personas relacionadas en diferentes escenarios de la vida del revolucionario, incluyendo al hermano pequeño del Che, y sus amigos de la niñez.
En respuesta a los encuentros con todos, desde los compañeros guerrilleros, hasta el chofer, describió la reacción como “siempre la misma”, declarando que sintió en todo momento, el amor que todavía profesaban al Che.
También, visitó a la viuda, y la familia de Guevara.
Compartió 5 minutos con Fidel Castro, en una Feria del Libro, que le expresó que estaba feliz, por la seria investigación que estaba desarrollando…
Después de la conclusión de Che, Benicio del Toro dijo que “cuando cuentas la historia del Che, estás contando la historia de un país, por lo que tienes que ser muy cuidadoso”
El oscarizado actor, ha descrito su personaje como “la figura más grande del siglo pasado en Latinoamérica”, y ha confesado que gracias a la interpretación que ha llevado a cabo, ha aprendido mucho sobre la historia del continente.
Por otra parte, el mexicano Demián Bichir, interpreta a Fidel Castro,  imitando cada uno de sus gestos y muletillas, y hasta aportando cierto parecido físico.
Como un personaje secundario, muy bien logrado, para no entorpecer el protagonismo de Ernesto.
Destaca también, el papel del venezolano/chileno Santiago Cabrera como Camilo Cienfuegos, líder de tropas, y amigo del Che, quien hace uso de su espontaneidad, para retratar a alguien quien también es reconocido por la historia de Cuba.
En el caso de Camilo, hay que resaltar el trabajo de guión, que además de ser fiel al rol político-militar que tuvo en La Revolución Cubana, le da el toque de humor, coincidente con muchos de los relatos históricos, en medio de la situación de combate.
También, hay que destacar a Unax Ugalde, que tiene ahí, un papel de cierta importancia, con acento cubano, eso sí, como Roberto “El Vaquerito” Rodríguez.
Innumerable reparto, todos correctos que van desde Oscar Jaenada, Eduard Fernández, Jordi Mollà, Carlos Bardem, Jesús Carroza... a Matt Damon y Franka Potente, Julia Ormond, Rodrigo Santoro, etc.
El cuidado en los detalles, es asombroso:
El escucha en Che, la palabra “chanco”, y reconoce que es un cerdo, o que “pucho” es un cigarro para un peruano guerrillero, y que dentro de la linealidad de la película, El Che organiza 2 grupos entorno al suyo:
Una vanguardia, y una retaguardia…
Ni siquiera el crítico de cine que reduce su análisis a una opinión política, es capaz de valorar estos pequeños detalles.
Lo mejor que puede decirse de Che, es que se trata de una nueva demostración del profesionalismo de un cineasta increíblemente prolífico y diverso, como lo es Steven Soderbergh.
Pues Che se sigue con bastante interés, está bien narrada, tiene una producción cuidada, no cae en importantes errores históricos, ni en demasiadas licencias propias de Hollywood, evita los golpes de efecto, las frases grandilocuentes, y la exaltación elegíaca, pero al mismo tiempo, le cuesta salir de una medianía general, de una corrección que por momentos, resulta casi intrascendente.
Los disímiles orígenes de los intérpretes, y la velocidad con que se filmó esta coproducción, mayoritariamente franco-española, hicieron que los acentos, incluido el de Benicio del Toro, poco tengan que ver con la forma en que se habla en Cuba, la Argentina, o Bolivia, pero más allá de este tipo de detalles, y del inevitable didactismo, Che es una película irreprochable desde su aspecto formal.
Desde el punto de vista político, al margen de las célebres frases de Guevara, Che tiene sustancia:
La conexión establecida en los ideales del Che, entre socialismo y agricultura; la situación y la relación con el campesinado; la lucha contra un imperialismo que oprime al hombre, y que derroca, o alza gobiernos a conveniencia; y la necesidad de que esa lucha sea internacional, con la mayor cantidad de “focos” posible...
No es que desprenda una gran intensidad en las formas, el carácter tranquilo y educado del personaje no da pie a ello, aunque sí lo hace en el fondo.
¿Cómo?
Sencillo; si algo destaca por encima del conjunto, es la sensación de inquebrantable determinación y fe en sus ideales, de la que hace gala el personaje del Che, encarnado a la perfección por Benicio del Toro.
Independientemente de las simpatías o resquemores que propicie, la figura del revolucionario, y sin entrar en el debate de las formas, Steven Soderbergh ha plasmado una visión, más o menos objetiva, de alguien que antepuso su ética, su desasosiego interno, en la búsqueda de un mundo distinto, a las comodidades de una vida propia de un cargo de gobierno.
Su compromiso, podría resumirse perfectamente en la cita:
“Yo, ya estoy aquí.
Y de aquí solo me sacan muerto...”
Ni más ni menos, literal.
El retrato psicológico del revolucionario que nos da Che, es uno de los puntos fuertes del guión:
Ernesto Guevara, es la personificación del fanático, un hombre que lucha por sus ideas, no tocando los bongos delante de la sede de un partido político, o tirándole piedras a un McDonald's; está seguro de que la utopía que persigue, bien vale el sacrificio de vidas humanas, incluida en última instancia, la suya.
Poco sabía él, que su cara iba a terminar en el catálogo de invierno de Zara Hombre... o en calcomanías, y “merchandising” al más puro capitalismo imperialista que tanto batalló.
Encantador realismo, a la hora de mostrar la dureza de la guerra de guerrillas, y más para un asmático severamente enfermo como El Che.
Asimismo, a la hora de mostrarse cómo El Che, era tan obsesivo con la disciplina y la templanza “moral” de sus hombres.
No obstante, el guión de Peter Buchman, no puede evitar cierta romantización del personaje, a veces a costa de retocar un poco la realidad.
Así por ejemplo, cuando El Che visita New York, para dar su arenga en La ONU, en Che tiene un careo con McCarthy, en el que le agradece el intento de invasión en Bahía Cochinos, puesto que gracias a él, la unión de los cubanos, que empezaba a ser frágil, es ahora más fuerte que nunca…
El momento, ayuda a que el público sea testigo del carisma que sin duda tuvo que tener Guevara, pero en realidad, tal encuentro jamás sucedió, y tal conversación se produjo por carta, lo que sin dejar de ser cierto, es mucho menos “nice”
La grandeza del libreto, es conseguir que alguien así, le resulte aceptable al espectador medio, sin tener que recurrir a trucos baratos como mostrar a niños hambrientos, o soldados viciosos, apelando lo menos posible a los sentimientos del que mira, habilitándole entonces, la posibilidad de que se forme un juicio respecto a lo que ha visto.
Quien ha de decidir sobre la moralidad de los actos de Guevara, no es ni Soderbergh, ni Peter Buchman, ni Benicio Del Toro, sino el que ha comprado, sin saberlo, tal derecho con la entrada del cine/visionado.
Sobre su propia vida personal; es lo que más queda difuminado en Che, pues apenas una referencia a una esposa, y un hijo que le esperan en México...
Sin embargo, personalmente creo que una película no basta para describir el carisma de este personaje, que se ha hecho hueco en la historia, con mucho esfuerzo y dedicación.
Che no es una obra de arte, pero desde luego, es la mejor película sobre El Che que se ha hecho hasta la fecha, y la interpretación de del Toro, una de las mejores de su carrera.
No hay que estar de acuerdo con la ideología para verla, proporciona herramientas para argumentar, y generar nuestra propia opinión, ya sea a favor o en contra.
Hasta cierto punto, Che sigue siendo neutral, ya que está basada en sus propios diarios.
No utiliza drama o acción en exceso, para hacerla más comercial y atractiva, y esto puede ser bueno o malo para muchos.
Finalmente, con Che tenemos conocimiento de cultura general.
La banda sonora fue compuesta por Alberto Iglesias, y como nota, una elección muy grande, de un maestro de la música, Silvio Rodríguez con su “Fusil contra Fusil”, emocionante.
“¡Hasta la victoria!
Siempre tuyo, El Che.”
El Che, como bien dijo Benicio del Toro, hay que entenderlo como una figura de los años 60, y comprender también, que su ideología ha quedado obsoleta, debido al brutal cambio que ha sufrido la sociedad.
Y es que la figura de Ernesto “Che” Guevara, despierta grandes pasiones en la opinión pública, tanto a favor como en contra, convertido en un símbolo de relevancia mundial.
Para muchos de sus partidarios, representa la lucha contra las injusticias sociales, o de rebeldía, y espíritu incorruptible; mientras que es visto por muchos de sus detractores, como un criminal, responsable de asesinatos en masa, acusándolo además, de una mala gestión como Ministro de Industria.
Su retrato fotográfico, obra de Alberto Korda, es una de las imágenes más reproducidas del mundo, tanto en su original, como en variantes que reproducen el contorno de su rostro, para uso simbólico, artístico, o publicitario.
La foto de Ernesto “Che” Guevara, es ahora, uno de los íconos del movimiento contracultural.
Su foto, es considerada:
“La más famosa fotografía, e icono gráfico del mundo, en el siglo XX”
Ernesto “Che” Guevara, fue transformado con los años, desde un estilo soviético comunista revolucionario, a un santo mártir para la juventud idealista.
La vida familiar de Ernesto Guevara, es de poca relevancia, ya que es conocido fundamentalmente por su trayectoria política, la defensa de derechos tan básicos, como la igualdad y la libertad, sin embargo, cabe señalar que Ernesto Guevara, se casó 2 veces, y tuvo 6 hijos.
Su legado, sigue siendo objeto de disputa, y por eso, no es casualidad, que en la actualidad, las clases dominantes se empeñan en confiscar el espíritu y la sustancia revolucionaria de su enorme figura.
De mil formas distintas, la maquinaria cultural del Capitalismo, pretende expropiar el legado político del Che, y a través del esterilizante “elogio” que reconoce al luchador “que se jugó la vida por sus ideales”, busca reducirlo a una simple “referencia ética”
Ernesto “Che” Guevara, no está muerto, sino que vive en la pelea de todos los explotados y oprimidos del mundo, de los millones que no se resignan a las calamidades del Sistema Capitalista, y se indignan frente a sus injusticias, de los que aún se atreven a soñar con una sociedad sin explotadores, ni explotados.

“Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo, cualquier injusticia cometida contra cualquiera, en cualquier parte del mundo.
Es la cualidad más linda de un revolucionario”



Comentarios

  1. Arturo Silva Lucas desde la publicación en Facebook, nos comenta, y copio textual:

    "Me gusto lo que escribiste, tambien creo q las 2 peliculas tratan a esa figura tan mitificada de una manera muy objetiva e humanizada.
    Sigo pensando que la Rev. Cubana tiene todos los elementos para hacer un estilo de pelicula de corte epico; eso si sin dejarse llevar por sesgos ideologicos o amarillistas.
    Ya que el hecho de que no mas de 15 hombres de menos de 30 años hayan marcado de una manera tan profunda no solo la historia de su pais sino de todo un continente no es poco. Sobre todo ese periodo q los historiadores llaman el periodo "romantico" de la Revolucion: la lucha armada y todo el proceso de transformacion de la sociedad que implico la creacion del Estado Socialista, la construccion de la conciencia socialista, las continuas agresiones extranjeras, las bases de los proyectos sociales (que aunque no les guste a muchos Cuba sigue siendo un ejemplo en cobertura medica, educacion, deporte, etc) hasta la primera Constitucion a mediados del 70.
    Y claro los aspectos negativos: la suprecion de la individualidad en aras de un proyecto colectivista.
    El Che es sin duda una sintesis hecha humano de su tiempo y sus conflictos sociales, son esas figuras que de manera conciente o no logran trascender el periodo q les toco vivir y plantear una alternativa;mala o buena; de lo q hay q cambiar y como. Igual que Lincoln, Bolivar, Martí, etc.
    Una vez lei una entrevista en que Bichir hablaba sobre la posibilidad de hacer un proyecto similar de Fidel bajo la direccion de Soderberg, la verdad me pareceria super interesante. Aunque Fidel tiene la desventaja que envejecio en el poder.
    Te dejo con una anecdota de la Ilíada cuando los dioses le preguntan a Aquiles si prefiere morir de viejo en su cama tibia y rodeado de sus seres queridos o morir joven pero eterno en la memoria de los hombres... la respuesta de Aquiles ya la sabemos. Creo que con el Che paso algo similar... son esos locos que escogen una vida por la cual vale la pena morir segun sus propios valores y codigos...."

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  2. Me gustó la obra de Soderbergh, un revisión del Che, algo larga, pero así es como debe ser. Una revolución de muchos con el nombre de unos cuantos, posiblemente los más "doctos" para calzar en libros de historia, dejando de lado otros personajes, inclusive las facetas más oscuras, que ojo, se las trae... La figura del Che es ENORME, y esta es la mejor de las que se han hecho, a caballo entre lo documental, y la ficción romántica, agregando un reparto grandioso, como también la labor de lujo del director, y de la producción. Muy buena anécdota y aplica perfectamente.

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