Out Of The Furnace

“Sometimes your battles choose you”

La vida de ciertas personas, está profundamente marcada por el lugar donde nacieron, y desarrollaron sus primeros años.
Muchas veces, esta relación que se construye con el entorno, hace imposible el desarraigo, aunque ello signifique mejorar las condiciones de vida, laborales, o de cualquier otra índole.
A veces, no somos conscientes de cuan apegados estamos a la casa de la infancia, los vecinos, y amigos del barrio, las mismas calles recorridas, día tras día.
La idiosincrasia pueblerina, se convierte entonces, en un poderoso elemento narrativo, a la hora de contar estas historias simples, que se desarrollan en los lugares más recónditos, y olvidados de “La América Profunda”:
Pequeñas ciudades industriales, golpeadas por los embates económicos, donde las posibilidades son pocas, así como las elecciones de vida.
¿Hasta dónde aguanta un hombre, antes de enviarlo todo a la mierda?
¿Cuánto tiene que soportar una buena persona, antes de estallar?
Advenimiento anunciado, catástrofe imparable, depresión continua de una vida no merecida; inconsolable frustración de un buen hombre estrellado ante un azar caprichoso; persona íntegra y moral, que despojada de todo, abandona su más preciada esencia, su espíritu más limpio, por un equilibrio que la vida no le ofrece; un tiro al blanco/caza al asesino/duelo de final anticipado, donde todo vale/nada importa.
Pueblo pequeño, infierno grande.
“The fucking mill killed our dad!”
Out Of The Furnace es un drama del año 2013, dirigido por Scott Cooper.
Protagonizada por Christian Bale, Casey Affleck, Zoe Saldana, Sam Shepard, Woody Harrelson, Willem Dafoe, Forest Whitaker, Boyd Holbrook, Dendrie Taylor, Tom Bower, entre otros.
El guión es de Scott Cooper, y Brad Ingelsby.
El director, Scott Cooper, leyó un artículo sobre Braddock, Pensilvania, una ciudad en declive por la industria del acero, fuera de Pittsburgh, y los esfuerzos para revitalizarla, encabezada por El Alcalde, John Fetterman.
Después de la visita, Cooper se inspiró para utilizar la ciudad como escenario para Out Of The Furnace; y desarrolló la historia de “The Low Dweller”, un guión escrito por Brad Ingelsby, que tenía el actor Leonardo DiCaprio, y el director Ridley Scott.
El estudio, ofreció el guión a Cooper, que lo reescribió, basándose en su experiencia de haber crecido en Appalachia, una localidad del Estado de Virginia, y sobre la pérdida de un hermano, a una edad temprana; por lo que al final, DiCaprio y Scott, se quedaron como productores.
Como dato, la historia, no tiene ninguna relación con la novela histórica de 1941, “Out Of The Furnace” por Thomas Bell, ubicado en Braddock.
Esta Out Of The Furnace, es una historia intensa y solemne, sobre los lazos de sangre que se convierte en un volcán melodramático, lleno de abstracciones sobre la masculinidad, Estados Unidos, y su violencia.
La mayor parte del rodaje, tuvo lugar en Braddock, con escenas extras en las cercanías del Norte Braddock, Imperial, y Rankin.
Las escenas de la prisión, fueron filmadas en el Northern Panhandle, de West Virginia, en la antigua Penitenciaría del Estado en Moundsville.
El rodaje, también tuvo lugar en el condado rural de Beaver, incluyendo un caza ciervos, escena en Raccoon Creek State Park, y una escena de molino en Koppel.
El Carrie Furnace, un horno abandonado cerca de Braddock, sirvió de sede para el final.
Como dato, Christian Bale tenía un tatuaje de código postal de Braddock, 15104, en su cuello, como un homenaje al Alcalde de la ciudad, John Fetterman, que tiene el mismo diseño en su brazo.
Out Of The Furnace sigue Russell Baze (Christian Bale), quien tiene un hermano menor, Rodney (Casey Affleck), y ambos viven en Rust Belt, una zona desindustrializada, que registra el índice de paro más alto de los Estados Unidos.
Russ, trabaja en la acería de Braddock, cuyas chimeneas dominan el paisaje de la ciudad, mismo lugar donde trabajó su padre toda la vida, para alimentarlos a él, y a su hermano menor.
Así, este pueblito se convierte en un protagonista más de la historia de Russell, un hombre que tiene todo lo que necesita para llevar una vida digna, aunque no sea demasiado.
Y es que Russ es un tipo familiar y sobreprotector, un laburante que no se mete con nadie, y eso se nota.
Hay en él, un atisbo de superación, de querer formar una familia en un lugar mejor, pero la enfermedad de su papá, y los múltiples quilombos en los que se mete Rodney, no lo dejan.
Por su parte, Rod no es un chico con muchas luces...
En vez de seguir la herencia laboral de los hombres de su familia, decidió servir a su país, y sus múltiples incursiones en Irak, le dejaron heridas físicas y psicológicas, difíciles de sanar.
No encuentra su lugar en el mundo, y se dedica a peleas callejeras, las cuales consigue por medio de John Petty (Willem Dafoe), quien está harto de conseguirle peleas a Rodney, porque cada vez termina con más fracturas, y porque éste apuesta hasta el dinero que no tiene, con la ilusión de poder escapar, aunque no sabe muy bien hacia dónde.
Entonces, un día llega a sus vidas, Harlan DeGroat (Woody Harrelson), un montañés ultra violento, dedicado al crimen, y a las drogas, para darles una vuelta de 180 grados.
Cuando su hermano desaparece en circunstancias desconocidas, y la policía no se encarga lo suficientemente bien del caso, Russell decide encargarse con sus propias manos.
Out Of The Furnace es un relato sencillo, humano, que refleja cierta realidad que nos puede resultar ajena, pero en el fondo, es la historia de todos aquellos que se encuentran en una situación de desventaja, y sólo buscan la forma de superarse.
Y tan real, Out Of The Furnace es una historia de decisiones y consecuencias, del ahogo de un pueblo sin opciones, del peso de las deudas, y la escasez de empleo.
“I got a problem with everybody”
Out Of The Furnace, es la 2ª película del director Scott Cooper, tras su debut con “Crazy Heart”, una de las mejores cintas del 2009, y que le valió a Jeff Bridges, un Premio Oscar como Mejor Actor.
Así pues, Out Of The Furnace es un relato seco y duro, cargado de crítica social sobre la marginalidad, la escasez de oportunidades, el peso de la culpa, y la mano del destino, que siempre nos atrapa.
La historia nos traslada a una zona de Estados Unidos, en la que el trabajo escasea, y lo poco que se mantiene, es una fábrica de acero, que vive sus días al límite, en vista de la productividad asiática, y sus precios más económicos.
De ésta forma, el personaje de Casey Affleck, se siente inútil, pues la profesión de su padre y hermano, siempre ha ido ligada a la acería, por lo que decide ganar dinero de una forma más fácil:
Las apuestas en las peleas, y él, siendo parte íntegra de la lucha.
Esto lo llevará a un encuentro con el peligroso traficante de drogas, Harlan DeGroat, un despiadado y sanguinario hombre, que actúa sin pensar.
Scott Cooper, presenta una venganza que representa todo lo contrario a las minuciosas maquinaciones:
No hay tiempo de reflexión, y si lo hay, no es una posibilidad a considerar.
Se actúa bajo el calor y la pasión del momento, a ciegas, sin contemplar reacciones, subterfugios, o daños colaterales.
Pero antes de llegar hasta ese clímax de la acción, el director efectúa un análisis minucioso de sus actores:
Él es quien se toma su tiempo para actuar, por medio de un ritmo narrativo lineal y lento, y no el protagonista.
Cooper presenta a los personajes, sin ninguna prisa, pues al igual que en su anterior película, “Crazy Heart” (2009), le interesa que nos recreemos en su índole, que conozcamos con detenimiento, tanto a ellos, como a las historias individuales que los rodean.
Y así, a partir de este análisis exhaustivo, quedan al descubierto los inconscientes miedos que cada uno esconde bajo su impasible fachada.
El pueblo, las casas, la acería, la prisión, todo está magníficamente ambientado, y da una sensación de realismo extremo, porque el director documenta sin estorbar.
La presentación, y el nudo argumental de la trama, se funden de forma casi imperceptible, mientras el director aprovecha para hacer una crítica de la marginación social que sufren muchas familias en los suburbios de Estados Unidos, todo mantiene una apariencia de forzada naturalidad, un apacible efecto de “falsa calma”, en el que tendremos la impresión de estar en el ojo del huracán, y en un momento, todo se precipita a un inevitable, e intenso final que, pese a su violencia, seguirá manteniendo esa serenidad y quietud.
Cooper, junta a un elenco impresionante para esta historia de hermandad y violencia.
La intensidad de Christian Bale, sólo se manifiesta cuando es necesario, y por lo demás, nos deja ver a un hombre sencillo, y con buenas intenciones, capaz de hacer lo impensable por sus seres queridos.
Y queremos que le vaya bien, pero sabemos que las circunstancias no están a su favor.
Bale hace el papel de un tipo frío, sufrido, y de sentimientos profundos, que le sienta tan bien, como cualquier otra encarnación opuesta que haya concebido.
Casey Affleck, está genial como siempre, en el rol de este muchacho que perdió su inocencia, pero no puede escapar de sus instintos más básicos.
Y Woody Harrelson, cerrando el trío protagónico, aporta la cuota de violencia excesiva, cuyo papel que le cabe, como anillo al dedo.
El arranque de Out Of The Furnace, nos enseña la punta del iceberg, de lo que puede llegar a dar el personaje de Harrelson:
Osado, turbio, y de temer.
Woody, lleva a cabo una interpretación que cautiva, de esas que el espectador apaña, empatiza, y a la vez odia al carismático villano.
Este tal, Harlan DeGroat, vive en las montañas Ramapo, y se puede decir, que es el antagonista, ya que es el jefe criminal del lugar, que según el personaje de Willem Dafoe, sus habitantes son “el resultado de la endogamia”
Además de esa dudosa presentación, durante los minutos en que la acción transcurre en las montañas, lo único que vemos, es a un montón de drogadictos, “rednecks” criminales, que tienen su propia sociedad, donde no hay ni Dios ni ley que seguir:
“Una vez dentro de las montañas, no vas a salir”, se dice en su momento.
La historia, está llena de momentos, en donde los personajes intentan demostrar lo fuertes que pueden llegar a ser cada uno en su ámbito, lo que propicia que los actores logren generar bastantes matices, que terminan siendo muy creíbles, y amenos de ver.
Out Of The Furnace, nos muestra esa otra parte de EEUU que “no sale en las películas”:
El mismo lugar como protagonista de la acción, con zonas deprimidas, sectores industriales en crisis, en las que no hay nada que hacer, excepto ir al bar, emborracharse, o meterse en negocios clandestinos para sobrevivir.
A destacar el momento en el que el personaje de Bale y Saldana conversan sobre ellos y su pasado, en el puente sobre las vías del tren:
Su conversación y la respuesta de éste entre lágrimas, y su falsa alegría, son dignas de Oscar, sin lugar a dudas.
De igual modo, el estallido eufórico del personaje de Affleck ante Bale, cuando éste le pide que le enseñe las manos, es de una magnífica actuación por parte de ambos, sobre todo cuando el otro no reacciona, y sigue impasible ante el griterío.
Pero lo mejor no es una escena en sí, sino un cúmulo de imágenes que entremezclan una caza de ciervos, con la última pelea del personaje de Affleck:
El ciervo, es parte importante para entender el símil al ser cazado, sin embargo, la decisión de Christian Bale, cuando apunta con el objetivo, nos dirá mucho de la evolución de Out Of The Furnace.
Es decir:
Russell sale a cazar al bosque, y apunta con su rifle a un ciervo, pero finalmente, no puede acabar con la vida del pobre animal... sin embargo, no duda en matar a Harlan DeGroat, el despiadado y cabronazo animal que mató a sangre fría a su hermano Rodney.
Quizás sea una película más sobre “El Falso Sueño Americano”, y la pobreza de algunos estados, pero yo creo que se trata más de una historia familiar y muy, pero que muy, humana.
Es una historia oscura, sobre la naturaleza hermosa del ser humano; y una difícil de contar, porque no es socialmente correcta, y muchos condenarán la redención supuesta que comprende su final.
Es que toda historia, debe absorberse tal y como es, sin suponer que hay un “error”
Manipular una idea, o querer hacerlo a nuestra manera, es una práctica de intolerancia condenable.
Out Of The Furnace es lo que es, y así debe ser aceptada.
El Director, Scott Cooper, dijo del final:
“Este es un hombre que está luchando en contra de su alma, y vivir con las consecuencias de la violencia.
Cuando fue a matar a Harlan DeGroat, pensó que podría haber ido a la cárcel, o ser matado por la policía.
Él nunca pensó, que iba a matar, y que el sheriff acabaría diciéndole:
“Quiero dejar esto bien.
Y él lo hace”, dijo Cooper, acerca del final, que tiene lugar en un punto sin fecha, después de que Russell haya asesinado a DeGroat.
“Este es un hombre que, no le importa, si llega a estar o no en la cárcel por el resto de su vida.
Esperemos que encuentre la paz y la alegría en algún momento.
Soy una persona muy optimista, espero que, finalmente, Russell Baze alcance eso”, sentenció el director.
Out Of The Furnace nos dice, que todo lo malo que ocurre, al menos en esos lados, es por culpa de la negligencia de las autoridades, quienes abandonan a los ciudadanos sin mayor consideración.
“Esto es lo que pasa, cuando nos abandonan”, dicen en algún momento, y en muchos casos, la muerte se convierte en una forma de liberación, como bien dice la canción de los créditos, a cargo de la enorme banda, Pearl Jam.
La escena final, es muy lamentable, pues Russ ha perdido todo, y eso se transmite al espectador.
La crítica social hacia la milicia, las armas, las peleas ilegales, la familia con problemas, la inoperancia de los guardianes de la ley, es de latigazo a espalda descubierta.
La banda sonora, fue compuesta por Dickon Hunchliffe; y el vocalista de Pearl Jam, Eddie Vedder, también hizo una canción especial para Out Of The Furnace:
“Release” la cual es impagable por su mensaje de redención, olvido, perdón y liberación.
“Working for a living?
I gave my life for this country and what's it done for me?
Huh?
What's it done for me?”
El General, Pierre Choderlos de Laclos, escribió, allá por 1782, en su novela “Les Liaisons Dangereuses”, una frase que se ha convertido en uno de los proverbios más famosos de nuestro tiempo:
“La venganza, es un plato que se sirve frío”
Dicha cita, destaca por oportuna y discreta, gracias a 2 motivos:
Insta a recapacitar, lo que podría llevarnos a la sensatez y al abandono, y deja tiempo para planificar, lo que ayudaría a minimizar, e incluso a eliminar cualquier error de cálculo.
El cine, ha exprimido desde sus orígenes, las historias de venganza, uno de los géneros más atractivos que existen, y a su vez, agradecidos, ya que con una misma premisa, ofensa y desagravio, se puede generar un sinfín de métodos diferentes, para llevar a cabo ese castigo.
De entre todos los ejemplos que existen, encontramos 2 corrientes que consideramos las más representativas de este frío y calculador ejercicio:
El cine asiático, en concreto de Corea y Japón, es maquiavélico y despiadado, sus venganzas suelen conllevar enrevesados planes de una crueldad extrema.
En segundo lugar, tenemos el western de La Época de Oro de Hollywood, con un estilo más acorde a los preceptos de Sun Tzu, y “El Arte de La Guerra”, planteando acciones menos crueles, pero muy bien planificadas, en las que se utilizaban uno o más compañeros, para llevarlas a cabo.
Pero no muy alejados, el paro, la precariedad, y la guerra, destrozan nuestra humanidad, y nos convierte en crueles portadores de la venganza, porque visualizamos algo tan abstracto como el poder, fuera de nuestras manos, en la fuerza de quien se ha dejado llevar por el músculo, y la misma herramienta del que se la hace pagar.
Por una imagen milenaria del que demuestra tener sangre noble, haciéndola brotar, o comparándola con la que verte la víctima.
Y así, el bombero de sangre, como el de un corazón herido, deprimido, y sin respuestas, que tiene el cerebro sorbido por el hambre, el empleo torturador, o por academias de asesinos, sin acceso a las respuestas, y a la motivación, no deja de bombear sangre de muertos…
El sistema, es el corazón de la sangre de los muertos.
La venganza por tanto, se sigue sirviendo fría.

“Russ, I'm sorry about the other day.
I know you're looking out for me.
But you gotta understand that I'm different than I was before I left.
And I think that I always will be.
I can't explain how exactly.
My head is just full of stuff and I can't get it out.
But I'm gonna turn things around.
I'm gonna do this one last fight and then I'll be done.
Then I'm gonna shovel asphalt or dig for coal or I'll work with you and Roach at the mill.
I'll do anything.
I'm gonna get things back on track.
I promise.
I love you, man.
I'll see you tomorrow when I get back”



Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares