Grace Of Monaco

“I certainly don't think of my life as a fairy tale”

La carrera cinematográfica de Grace Kelly, fue un “cuento de hadas”:
Actriz convertida en Princesa, máxima expresión de la rubia de Hitchcock, símbolo vigente del glamur, y matriarca del mediático clan Grimaldi.
Grace Kelly, era poseedora de la delicada, hermosa, y elegante presencia femenina en el cine de Hollywood de los años 50, musa y actriz predilecta del director Alfred Hitchcock, pero que terminó casándose con El Príncipe Rainiero de Mónaco, convirtiéndose en uno de los principales objetivos de la prensa del corazón.
Kelly nunca fue demasiado prolífica en sus apariciones en la pantalla grande, ya que solo realizo 11 películas.
La actriz nació en Filadelfia, en el estado de Pensilvania, el 12 de noviembre de 1929, en el seno de una familia de origen irlandés, y católica.
A pesar de que su familia se opuso a que fuese actriz, ella quiso realizar el sueño que había tenido desde niña.
Se fue a New York, donde trabajó como modelo, y estudió interpretación en La Academia Nacional de Arte Dramático.
Seguidamente, hizo algunas apariciones en televisión, hasta que decidió trasladarse a Los Angeles, para probar fortuna en el cine.
Ya en 1951, a los 22 años, Kelly hizo su primera película “Fourteen Hours” actuando en un papel secundario.
Su elegancia, y delicada belleza, llamaron poderosamente la atención en Hollywood, de forma que al año siguiente, se le ofreció el papel principal en el western “High Noon” junto a Gary Cooper.
Su siguiente film fue “Mogambo” (1953), junto a Clark Gable y Ava Gardner, por el cual, fue candidata al Oscar como mejor actriz de reparto.
En 1954, a los 25 años, Grace Kelly ganó un Premio Oscar como Mejor Actriz Principal, por “The Country Girl” coprotagonizada por Bing Crosby, y William Holden.
En su corta carrera cinematográfica, Kelly fue una de las actrices favoritas de Hitchcock, con quien trabajó en 3 películas:
“Dial M For Murder” (1954) con Ray Milland, “Rear Window” (1954) con James Stewart, y “To Catch A Thief” (1955) con Cary Grant.
Durante el rodaje de este último, en El Principado de Mónaco, El Príncipe Rainiero visitó el hotel donde se alojaba la actriz, y quedó prendado de ella, iniciando discretamente un cortejo, mientras continuaba la labor actoral de Grace.
Grace Kelly, trabajó seguidamente al lado de Sir Alec Guinness en “The Swan” (1956), un anticipo de la aristocrática vida futura que le esperaba.
Para entonces, El Príncipe Rainiero no sólo había conquistado a la bella actriz, sino que había efectuado discretas visitas a Estados Unidos, solicitando su mano.
La última película de Grace Kelly, fue “High Society” (1956), nuevamente con Bing Crosby.
Después, Grace Kelly se trasladó a Mónaco para casarse con Rainiero, quien le había manifestado, muy a pesar de Kelly, que si se convertía en Princesa de Mónaco, debía dejar el cine, dado que era incompatible con los deberes de una futura Princesa.
El matrimonio, fue considerado como La Boda del Siglo por los medios de prensa.
Pero en los años de soltería en que fue actriz, se dice que Kelly vivió varios romances, principalmente con los actores con los que había trabajado, como:
Clark Gable, William Holden, Bing Crosby, y Cary Grant.
A pesar de todo, cuando la boda con Rainiero ya tenía fecha, fueron muchos los que pensaron que la ex actriz no aguantaría “el papel de Princesa” y regresaría a Hollywood; pero se equivocaron, “el nuevo papel” era para siempre.
Grace Kelly, contrajo matrimonio civil con El Príncipe Rainier Louis Henri Maxence Bertrand Grimaldi, el 18 de abril de 1956, en El Salón del Trono del Palacio de Mónaco.
Su boda religiosa con El Príncipe, en la que llevó un traje de novia diseñado por la estadounidense Helen Rose, tuvo lugar en La Catedral de Mónaco, el 19 de abril de 1956.
A partir de entonces, su vida y su trabajo, estuvieron dedicados por entero a su familia, y a su nuevo país.
Si Hollywood le dio como dote un Oscar por aquella película que les había unido, dejando a la favorita, Judy Garland, con las ganas… Mónaco le dio su corona.
Pero…
¿Quién benefició más a quién?
El sueño de ser Princesa, por parte de Grace Kelly, combinó a la perfección con la necesidad de Montecarlo, por revitalizar su calidad de Capital del Jet Set.
Su figura y estilo, dieron un nuevo impulso al Principado de Mónaco, el cual creció económicamente gracias al turismo, y al impulso de inversionistas, atraídos por las concesiones económicas, impulsadas por Rainiero.
Grace Kelly, creó “El Baile Anual de La Cruz Roja”, cita ineludible para las clases altas europeas, que se sumó al tradicional “Baile de La Rosa”, que había sido creado en 1954, pero también recibió una inyección de glamur, desde que ella formaba parte de La Familia Grimaldi.
Pero cuando Grace Kelly intentó volver al cine con Hitchcock, en “Marnie” (1964) recibió la negativa del Palacio por una cuestión de imagen, pues no les pareció lo más adecuado, ver a su Princesa, interpretando a una cleptómana...
Además, todos coincidieron en que La Princesa de Mónaco, no podía mostrarse en la pantalla, besándose con galanes...
Eso era algo que de ningún modo podía negociarse.
La carrera cinematográfica de Grace Kelly, había terminado para siempre.
Su glamur, quedaba reducido a las revistas de estilo y moda, como musa de firmas como Givenchy, que diseñó su vestuario para su encuentro con La Familia Kennedy en 1961, o como portadora del “Kelly”, el bello bolso de Hermès que tomó su nombre.
Y su vida, circunscrita a un papel vitalicio, el de gran anfitriona, y perfecta consorte, de madre elegante, e impecable bañista de la costa monegasca.
El matrimonio, tuvo 3 hijos:
Su Alteza Serenísima La Princesa Caroline Louise Marguerite, Princesa de Hanover, nacida en 1957.
Su Alteza Serenísima El Príncipe Albert II, nacido en 1958, y actual monarca.
Su Alteza Serenísima La Princesa Stéphanie Marie Elisabeth, nacida en 1965.
Con un poco más de seguridad, se sabe que, más allá de las apariencias, Grace Kelly llevaba una vida desdichaba y vacía en la residencia de Montecarlo.
Como declaró una vez un poblador del Principado:
“Uno nunca sabe muy bien, qué es lo que ocurre allá arriba”, en referencia al Palacio Real.
Pero algunos de los que tenían acceso al fuero íntimo, coinciden que Grace, en sus últimos años, estuvo hundida en una profunda depresión; que su adicción al alcohol, era cada vez más notoria, y que había tenido serios problemas con Rainiero, por los constantes llamados telefónicos a sus viejos amigos:
Cary Grant y Frank Sinatra.
El 13 de septiembre de 1982, La Princesa Grace, sufrió un accidente, cuando conducía su coche por una carretera cercana a Mónaco, curiosamente la misma que aparece en la película “To Catch A Thief” (1955), donde La Princesa y Cary Grant hacen un picnic.
Pero en esta ocasión, llevaba a su hija Stéphanie como acompañante, quien salió ilesa, y de quien se rumoreó, que era la que conducía el coche en el momento del accidente.
Al día siguiente, La Princesa Grace murió, sin recobrar el conocimiento, en El Centro Hospitalario Princesa Grace; curiosamente, es la primera persona que fallece en un centro médico, inaugurado por esta.
A Grace Kelly, nunca se le realizó autopsia, tenía 52 años.
Al entierro, asistieron delegaciones de los gobiernos de todo el mundo, y lo que es más significativo, representaciones de todas Las Casas Reales europeas, las mismas que la ignoraron el día de su boda, lo que demuestra que durante sus años como Princesa de Mónaco, supo ganarse el respeto, y el cariño no sólo de Mónaco, sino del mundo entero.
Su Alteza Serenísima La Princesa Grace de Mónaco, Marquesa de Baux, Duquesa de Valentinois, Condesa de Carladès, Baronesa de Saint-Lô, 101 veces dama, etc., está enterrada en La Catedral de San Nicolás, junto con su esposo Rainiero III, quien murió muchos años después, y que nunca pudo superar la pérdida de su esposa.
“I didn't discover Grace, but I saved her from a fate worse than death.
I prevented her from being eternally cast as a cold woman” - Alfred Hitchcock.
Grace Of Monaco es un dram estadounidense-francés, dirigido en 2014, por Olivier Dahan.
Protagonizado por Nicole Kidman, Tim Roth, Milo Ventimiglia, Derek Jacobi, Parker Posey, Paz Vega, Frank Langella, Geraldine Somerville, Robert Lindsay, Roger Ashton-Griffiths, Flora Nicholson, Jeanne Balibar, entre otros.
El guión es de Arash Amel, que narra la tensión existente entre Francia y Mónaco, al poco tiempo de que Grace Kelly se casara con su Príncipe; y cómo el papel que desempeñó la estadounidense entonces, ayudó a resolver el conflicto y, de paso, convertir Mónaco en ese paraíso de juego y glamour que es hoy.
Sin embargo, el espectador poco percibe de todo eso…
Más bien, se queda con que Grace Of Monaco, es la historia de una mujer que duda entre el compromiso del matrimonio, y la libertad de la soltería, como tantas, tantísimas otras.
Es decir, ni tensión política, ni estrategia histórica, ni nada…
Sólo la inquietud y las dudas de una mujer casada, en el borde de los 40.
Recalcar que Grace Of Monaco no es un “biopic” al uso, donde veamos la infancia, enamoramiento, y trágico fallecimiento de la actriz/Princesa; sino que se centra exclusivamente, en los primeros meses del 1962, año crucial, tanto en el devenir familiar Grimaldi, como en la estabilidad del Principado de Mónaco.
Así pues, a principios de los 60, el matrimonio se había distanciado, Grace Kelly (Nicole Kidman) deseaba volver al cine, y El Príncipe Rainiero (Tim Roth) afrontaba una grave crisis con el gobierno francés de Charles de Gaulle (André Penvern), básicamente por cuestiones financieras.
A los 33 años, la gran estrella de Hollywood, renunció a su carrera como actriz, para casarse en 1956, con Rainiero III, y convertirse en Su Alteza Serenísima La Princesa Gracia de Mónaco.
La historia, se ambienta en plena crisis política y económica, entre Francia y Mónaco, crisis en la que la actriz estuvo involucrada.
Y mientras su matrimonio está pasando por serias dificultades, Alfred Hitchcock (Roger Ashton-Griffiths)  le ofrece la oportunidad de volver a Hollywood, para hacer el papel de Marnie, en su próxima película.
Al mismo tiempo, Francia amenaza con anexionarse Mónaco.
Grace, desolada, se ve obligada a elegir entre la llama creativa, que aún arde dentro de ella; y su papel como Su Alteza Serenísima, La Princesa de Mónaco.
Grace tenía aspecto de princesa, poseyendo factores que así te hacían contemplarla:
Un bonito cabello rubio, una preciosa cara angelical, y una extraordinaria dulzura y elegancia; toda una futura monarca.
“The freedom of the press works in such a way that there is not much freedom from it”
“Cuento de Hadas”, es la expresión más repetida a lo largo del metraje, Grace Of Monaco, el cual no es un relato biográfico al uso, sino ante una interpretación ficcional de unos hechos reales, reales.
No es eso lo que le quita mérito a la versión de Dahan, al menos no tanto como su levedad narrativa, su visualización enfática, con el uso de primerísimos primeros planos, cada vez que una lágrima asoma por los ojos de Grace, lo que sucede a menudo, y en definitiva, la carencia de interés en su conflicto, en el que confluye la crisis de identidad, de una actriz interpretando el papel de su vida, el de Princesa, con el bloqueo de de Gaulle al Principado, durante el conflicto con Algeria.
Dicen que la realidad supera a la ficción, y para muestra un botón:
La historia de Grace Kelly, ya conocida por todos, desafió todos los límites y barreras de lo establecido, para convertir a una pequeña y rubísima niña de Pensilvania, en una de las leyendas reales, más admiradas de la historia.
Por el camino, Grace se convertía en musa de Alfred Hitchcock, ganaba un Oscar, y contra todo pronóstico, lo dejaba todo para el hedonismo de la vida en Palacio, tras enamorarse del Príncipe Rainiero de Mónaco.
La relación entre los 2, fue una genuina mezcla de razón y pasión.
Se necesitaban el uno al otro, por razones políticas, y publicitarias.
A la ceremonia nupcial, no concurrió ningún miembro de la realeza europea, ya que consideraban a Los Grimaldi, como una especie de aristocracia menor.
Pero los que sí asistieron fueron:
Ava Gardner, el escritor W. Somerset Maugham, y Aristóteles Onassis.
Carlota, la madre de Rainiero, fue a la fiesta con René Girier, un conocido ladrón de joyas; y que durante la semana de la boda, desaparecieron las joyas de varios invitados, entre los que se encontraba la mamá de Grace Kelly.
Todas las sospechas, cayeron sobre el joven acompañante de Carlota; pero nunca se pudo comprobar nada.
Los años que siguieron al casamiento, fueron de continua felicidad para El Príncipe Rainiero, El Principado además, despegó económicamente, al establecer franquicias de impuestos a magnates, navieros, e inversionistas en turismo, donde la figura de La Princesa Grace, era el aliciente para visitar Mónaco.
El Principado entonces, comenzó a ser visitado por financistas, y los negocios hicieron florecer al pequeño reino.
Aquel 1962, fue el año de la última tentación de Grace Kelly, que ya era Princesa; la película se llamó “Marnie”, y el director era Sir Alfred Hitchcock.
Grace lo consultó con su sacerdote, Francis Tucker, y aceptó su ofrecimiento prácticamente de inmediato, al contrario de lo que muchos pensaron en los años posteriores, que Rainiero puso verdaderos problemas ante el deseo de su esposa.
Sin embargo, cuando la noticia se difundió, la opinión pública de Mónaco se alzó en rebeldía:
Iba a ser su Princesa, la que iba a aparecer en la gran pantalla como una loca cleptómana, y sexualmente problemática, algo que no debía permitirse.
A tanto llegó la indignación del pueblo monegasco, expresada de forma pública, que el gobierno, y los responsables del Palacio, aconsejaron a Grace, que rechazara el papel, para evitar males mayores.
Grace lo hizo; y el papel de Marnie, fue finalmente a parar las manos de Tippi Hedren, y La Princesa nunca se volvió a plantear, volver a actuar nunca más.
La Grace separada de las cámaras es, por lo tanto, un ser inseguro e inadaptado, evidentemente fuera de su elemento natural, sólo el entender que la vida, o al menos, la vida monegasca, es el mayor de los escenarios, un conocimiento otorgado por un nuevo mentor, guía de otras reglas, y sustituto del alejado Hitch, permite a Kelly, reconciliarse con su estado, recuperar a la actriz que nunca dejó de ser, y que hasta ese momento, desconocía que el mundo no había dejado de contemplarla.
En este sentido, la superficialidad de Grace Of Monaco, no sería la tara que normalmente habría de ser, sino que remarcaría el punto de vista de La Princesa, esto es, que la única vida que merece la pena ser vivida, es la que se construye en torno a la representación, y que el amor, las lágrimas, las sonrisas, sólo son sombras de una ilusión compartida:
¿Es que acaso el propio Mónaco, no es igualmente un reino de lo utópico, un país (?) que sobrevive en cuanto es capaz de mantener sus vínculos con la fantasía?
La segunda subtrama de Grace Of Monaco, es mucho menos importante, que otorga más importancia a los problemas que atraviesa el matrimonio, se vincula, como ya hemos indicado en las líneas anteriores, a los problemas diplomáticos que enfrentaron a Rainiero III, y al presidente francés, Charles de Gaulle, a principios de los años 60.
En esa época, Francia comenzó a demandar al Principado, que endureciese sus leyes relacionadas con los impuestos, principalmente, para impedir que ciudadanos y negocios franceses, se estableciesen en Mónaco, para evitar pagar los altos impuestos que existían en su país de origen, una práctica que se extendió enormemente entre las personas ricas de origen francés, a finales de los años 50 y principios de los 60.
Para evitar en la medida de lo posible esta amplia fuga de capitales, Charles de Gaulle, intentó presionar a Rainiero, para que endureciese su política tributaria, aprovechando la importante dependencia que El Principado tiene de Francia, en multitud de cuestiones.
Sin embargo, Rainiero, consciente de que la creciente presencia de personajes importantes y ricos dentro de sus fronteras, era el mayor activo económico con el que contaba su Principado, y se negó a seguir las demandas francesas a este respecto.
Esto dio lugar, a un conflicto diplomático, cada vez más fuerte, que llegó a su punto álgido en 1962, cuando Charles de Gaulle ordenó que se bloquearan las entradas por carretera que conectaban Francia con Mónaco, impidiendo el pase al Principado por vía francesa de todo el mundo que intentara traspasar esos controles.
Rainiero se mantuvo firme en su posición durante un año pero, ante la creciente presión de su país vecino, se vio obligado a ceder, decidiéndose que, a las personas de origen francés que llevasen menos de 5 años residiendo en Mónaco, y a las empresas inscritas allí, pero que hiciesen más del 25% de sus negocios fuera del Principado, se les aplicarían las mismas tasas de impuestos vigentes en Francia, entre otros cambios que impedían que los ciudadanos franceses, utilizaran El Principado como paraíso fiscal.
Por otro lado, hablar del reparto:
Paz Vega encarna a Maria Callas, la cantante que por aquel entonces, mantenía un romance, también en Mónaco, con el millonario Aristóteles Onassis (Robert Lindsay)
Tim Roth interpreta al Príncipe Rainiero, la ausencia de parecido físico, ni la mencionamos…
Frank Langella, ejerce de confidente espiritual, tal y como fue en su día el padre Francis Tucker.
Sin embargo, el problema de Grace Of Monaco, está en el modo floreado con el que Olivier Dahan afronta los tramos sentimentales de su relato...
Pero ese retocado emocional, no es suficiente para empañar la gracia, o Gracia de Nicole Kidman.
La cámara de Dahan, se muestra totalmente seducida por Kidman, cuya cantidad de primeros planos, podría batir records, y parece golpearse con el rictus de la actriz.
“Lo que más me interesó de este proyecto, es que cubre un período crucial, cuando Grace Kelly deja de ser estrella, y se transforma en Princesa.
Es en 1962.
Se muestra su fragilidad, sus debilidades”, dijo Kidman.
“No me he limitado a copiar peinados, gestos, tonos de voz, o el modo de andar de Grace.
También he intentado explorar la intimidad del personaje, y sus enormes dudas, cuando decide divorciarse, y El Principado amenaza con arrebatarle la custodia de sus hijos”, precisó.
Los secundarios, son otro mundo, aparte; presentados de modo casi formal al espectador, y aparte de la historia, en muchos casos ni siquiera se entiende su rol, y en intentar descubrirlo, se te va el metraje, por ejemplo:
Madge Tivey-Faucon (Parker Posey), apareció, y desapareció… y no se supo quién era en realidad…
No nos olvidemos, claro, de la lectura política:
Dahan imagina el conflicto entre Francia y Mónaco, que gobierna la intriga central de Grace Of Monaco.
El Principado se ha convertido en paraíso fiscal para empresarios franceses, y de Gaulle, inmerso en La Guerra de Argelia, pretende implantar un impuesto a los monegascos, para compensar la fuga de capitales de su país, como el punto crítico de la vida de Grace Kelly, el momento en que tiene que decidir, si se convierte en mártir para la causa.
Resulta improbable, por no decir risible, que un solo gesto de La Princesa, pueda desbloquear una crisis diplomática de semejante calibre, pero es el modo que Dahan tiene de evidenciar lo que, para él, vendría a ser el tema principal; esto es, la responsabilidad social del artista.
“Nunca estuvo en mi mente, hacer un biopic”, dijo.
“Grace Of Monaco habla de cine, porque estamos hablando de una actriz, que elige el papel de Princesa”, explicó el director, quien al menos estará aliviado, tras conocerse que se han zanjado las disputas con los productores estadounidenses.
Los Grimaldi, por su parte, no aprobaron Grace Of Monaco, y han emitido un comunicado, asegurando que está basada “en referencias históricas erróneas y literarias dudosas”, denuncian los 3 hijos de La Princesa Grace.
El comunicado, enviado por el gabinete de Albert de Mónaco, insiste en que este largometraje “no puede en ningún caso, ser calificado de biopic”
Asimismo, recuerda que el director y los productores, rechazaron tomar en consideración “las numerosas observaciones formuladas por El Palacio, que habrían provocado el cuestionamiento global del guión, y de los personajes”
La familia monegasca, por todo ello, afirma que “no desea de ningún modo, estar relacionada con una película que no refleja la realidad”, y lamenta que su historia “haya sido objeto de una tergiversación, con fines puramente comerciales”
El Príncipe Albert, y sus hermanas, Caroline y Stéphanie, ya habían cargado contra Grace Of Monaco, en enero de 2013, fecha en que afirmaron que “relata una página de la historia del Principado y de su familia, reescrita e inútilmente glamurizada”, que contiene “importantes inexactitudes históricas, y una serie de escenas, puramente ficticias”
Añadían que “El Palacio no puede admitir, que la producción de Grace Of Monaco, deje entender actualmente, por razones comerciales, que sus altezas la avalan de alguna manera, porque no es el caso”, algo que han reafirmado con el comunicado.
Según explica una fuente a dicha publicación, El Príncipe Albert, está molesto con Grace Of Monaco; su preocupación se basa, en que Grace salga glorificada, y El Príncipe Rainiero aparezca como un personaje débil y controlador sobre su esposa.
Albert teme, que Grace Of Monaco vilipendie a su padre…
Y en la rueda de prensa, una políticamente correcta Nicole Kidman declaró, que entendía las quejas de La Familia Grimaldi:
“Porque los hijos deben proteger la memoria de sus padres”, pero remarcó que ella había puesto “todo su amor” en su encarnación de Grace Kelly, y que nunca hubo malicia, y sí mucho respeto hacia su figura, por parte de todo el equipo.
Y es que al ver Grace Of Monaco, pensé que se habían hecho eco de las biografías o artículos no autorizados, que circulan por ahí, y que hablan más o menos abiertamente de la nula castidad de Grace…
Y se da por seguro, que todo guión sobre un personaje real, queda novelado.
Tras verla, no entiendo las críticas de La Familia del Principado, que tampoco son un dogma de moralidad.
Grace Of Monaco es amable con la fallecida, y queda claro que el relato de Dahan, hunde sus garras en “el cuento de hadas”, pero que Grace Kelly salve Mónaco, y un orfanato, con un discurso que arranca una lágrima al mismísimo de Gaulle, es un truco al que ni siquiera recurrió un cuento de verdad:
“El Mago de Oz”
Y es que Grace Of Monaco, tardó en su estreno…
Los problemas, y las polémicas, parecen ser su banda sonora aparte:
Primero, se dijo que iba llegar a salas, para entrar a la carrera del Oscar, y no fue así.
Luego, el director se peleó con los hermanos Weinstein, cuando introdujeron cortes en el montaje.
Dahan señaló:
“Cuando se enfrenta a un productor de Hollywood tan poderoso, es poco lo que se puede hacer.
O le digo que se vaya a la mierda, con su montaje, y empieza el matonaje; o me adapto, y en ese caso, no te hacen nada.
En mi caso, voy a llegar lejos con mi posición, así es que supongo que habrá chantaje.
En este momento existen 2 versiones de Grace Of Monaco:
La suya, que me parece catastrófica, y la mía”, dijo el director.
De acuerdo con Los Angeles Times, la versión de Harvey Weinstein, presenta la historia de Grace Kelly, como “un cuento de hadas”, a lo “Cenicienta”
Reduciéndolo, es más o menos así:
Hermosa plebeya, se presenta ante galante Príncipe; se casa, llega a ser Princesa, tiene 3 hijos, y es feliz para siempre...
La versión del director es más dramática:
Grace llega a ser noble, al precio de llevar una vida bastante monacal, y olvidarse de Hollywood.
En la primera versión, Grace no paga ningún precio.
En la segunda, le cuesta caro, y sufre.
Sobre todo, los celos y las rabietas de Rainiero.
Fueron estas escenas, las que no le parecieron a Weinstein, quien con su propio equipo de montajistas, le dio otro camino.
Los pasajes de violencia verbal intrafamiliar, con ojos llorosos de Grace Kelly, y la voz implacable de su esposo, tampoco les simpatizaron a los hijos de la pareja...
“No hay exclusivas en Grace Of Monaco, y por tanto, nada que merezca causar un drama.
Hay cosas ciertas, y otras inventadas; es mi derecho a la ficción.
Pero cuando leo en su comunicado, que todo eso se ha hecho con fines comerciales, me siento insultado”, dijo el director.
Dahan aseguró además, que “nunca” había tenido que afrontar una situación a este nivel, y reconoció que no sabe, qué es lo que preocupa a Los Grimaldi.
El cineasta defiende, que es un artista, “no un historiador”, y subraya que lo que le apasionó de la historia, fue analizar “a qué parte de ella misma, tuvo que renunciar” Grace Kelly, al asumir su nuevo rol en El Principado, donde, asegura, fue ella la que inventó la noción de “Princesa moderna”
De hecho, según la historia del Principado, fue en mayo de 1949, cuando murió El Príncipe Louis II; y a los 29 años de edad, Rainiero asumió con el nombre de Rainiero III.
Por lo que su hermana Antoinette, le declaró definitivamente la guerra...
El Casino de Montecarlo, estaba en una quiebra virtual; y Rainiero no tuvo más remedio, que recurrir al armador griego, Aristóteles Onassis.
Ari compró más del 50% de las acciones del Casino, lo salvó de la bancarrota, y se instaló en Mónaco, convirtiéndose en una especie de “Príncipe paralelo”
Por entonces, también quebró la banca de Mónaco, y Antoinette se encargó de difundir, que Rainiero pagaba sobornos para que invirtieran las empresas extranjeras.
Onassis, aumentaba su poder, y las conspiraciones de Antoinette, parecían llegar a buen puerto.
Rainiero, que amaba los animales, se evadió de la realidad que lo acechaba, creando un zoológico que se encargaba de cuidar personalmente, y llevando unos leones a Palacio.
Cuando todo parecía perdido, apareció una mano salvadora:
Su amigo, el cura Francis Tucker, no podía verlo en esa situación, y se le ocurrió una idea sensacional.
Hacía rato que el padre Tucker le estaba buscando a Rainiero una buena chica católica, con quien casarse.
Nada mejor que una estrella de Hollywood, para un verdadero Príncipe Azul, y le dio 3 opciones:
Nathalie Wood, Deborah Kerr, y Grace Kelly.
En efecto, si es cierto que a Grace le costó mucho adaptarse a su nueva vida de Princesa, en un lugar muy lejos de su país, con costumbres distintas a las suyas, que el acartonamiento del protocolo, le resultaba insostenible, y por sobre todo, adaptarse al carácter mediterráneo de su esposo, fue lo más agobiante.
También es cierto, que su dama de compañía la seguía a sol y a sombra, y cuenta la leyenda, que se rumoreó bastante en su época, con un affaire entre El Príncipe Rainiero, y la susodicha dama.
Así como también era verdad, que la familia política de Grace, le era hostil, excepto el padre, El Príncipe Pierre.
A mediados de 1950, Grace invitó a abandonar El Palacio a La Princesa Antoinette, hermana de su esposo, quien llegó a desaparecer de Mónaco por un tiempo.
Que ya desde el matrimonio consumado de Rainiero, Antoinette se vio obligada a retroceder, y se alejó de la vida pública de Mónaco.
Su decisión, acarreó protestas, pues gozaba de la simpatía popular, y tenía una notable influencia sobre El Consejo Nacional, “El Parlamento Monegasco” en donde participaba su amante y futuro esposo, Jean Charles Rey.
Cuando Rainiero vio la crisis política y económica, dio una especie de autogolpe:
Suspendió La Constitución, suprimió El Consejo Nacional, y retomó el control del Casino y la hotelería.
A pesar de esto, Onassis se instaló más cómodamente en Mónaco, trayendo a vivir consigo, a su nueva amante, la diva María Callas, y ejerciendo el poder como de costumbre.
Para colmo, en 1962, El Presidente francés Charles de Gaulle, decidió poner fin a la evasión de impuestos de los franceses en Mónaco, poniendo bloqueos aduaneros en la frontera.
Astutamente, Rainiero llegó a un acuerdo con de Gaulle.
A pesar de ser un país libre de impuestos, aceptó que a los residentes franceses en Mónaco, se les cobrara impuestos, y aceptó que Francia tuviera participación en los nombramientos de Los Ministerios más importantes.
De acuerdo con el acuerdo de 1963, que garantiza la defensa militar a los monegascos, El Ministro de Estado, El Ministro del Interior, y El Jefe de La Policía, debían ser franceses.
A cambio, Rainiero consiguió que Francia retribuyera al Principado, por las inversiones de los monegascos en Francia.
Hoy en día, es uno de los ingresos más importantes en Mónaco.
Además, consiguió que El Presidente francés lo ayudara a quitarse de encima a Onassis, tomando el control mayoritario del Casino de Montecarlo, por lo que Ari tuvo que abandonar Mónaco.
La batalla, había sido ganada.
Y con el prestigio de Los Grimaldi, el dinero de los Kelly, y la larga sombra de su Casino de Montecarlo, Rainiero modernizó su Principado, hasta convertirlo, en 1962, en un Estado, con una monarquía constitucional, y sentarlo en Las Naciones Unidas, en 1993, como el país miembro 184, y posteriormente, también en El Consejo de Europa.
Claro que las deudas no eran un problema para Rainiero y su familia.
Rainiero, fue uno de los soberanos mejor pagados del mundo.
Por su trabajo, recibía anualmente, $5,280.000 dólares, superior al de La Reina de Inglaterra, y como renta de sus propiedades privadas, recibía $600.000 por año.
Y por si esto fuera poco, la fortuna personal de Rainiero, asciende a $800 millones.
Es cierto que El Palacio de Los Grimaldi, insume un gigantesco gasto de $10,456.000 anuales, pero eso corre por cuenta del Estado.
Así las cosas, la producción Grace Of Monaco, refleja perfectamente el lujo y la grandiosidad de los escenarios en los que se desarrolla la trama, palacios, fiestas, y vestuario incluidos.
Impresionante trabajo de vestuario, a cargo de la célebre diseñadora, Gigi Lepage, la mujer que se encuentra detrás de los 49 “looks” lucidos por Kidman; un trabajo que esconde meses de investigación, búsqueda, confección, y recreación de piezas, que alcanzan la categoría de “obra de arte”
Poco, apenas nada, sabemos de la Grace real, de la mujer más allá de la estrella, salvo en algún guiño oculto, tras capas de barniz, y de estudiada pose… y quizás ésa sea la lectura menos evidente, y más interesante, afirmar que realmente no existía nadie bajo el disfraz, sostener que no se puede retratar verazmente el interior de alguien que sólo entendía la vida a través de la actuación, y de la emoción simulada.
“I love walking in the woods, on the trails, along the beaches.
I love being part of nature.
I love walking alone.
It is therapy.
One needs to be alone, to recharge one's batteries”
Grace de Mónaco, murió en 1982, pero Grace Kelly, la actriz, murió muchos años antes.
Hoy considerada, uno de los mitos de la industria cinematográfica, y una de las divas más reconocidas de la historia del cine, algunos guardarán para sí, el personaje de La Princesa:
La muchacha que logró el sueño imposible, de casarse con un monarca, y que salvó de la ruina, nada menos que al Principado de Mónaco.
Otros, los fanáticos del cine, tal vez se queden con la imagen típica de la muchacha estadounidense de las películas de Hitchcock:
Esa muchacha delgada, de mirada ingenua, y sensualidad lánguida, que supo cautivar desde cada uno de sus personajes…
Un personaje mediático en toda su extensión, que reunió a la vez, el glamur de Hollywood, con el encanto de la realeza.
Como sea, la propia Grace se encargó, poco antes de morir, de dejar en claro su deseo:
“Me gustaría que me recordaran no como Princesa, o como estrella de Hollywood, sino como una mujer que ha tratado siempre de mejorar las cosas a su alrededor”
Solo así, deberíamos recordarla, fundamentalmente, como la mujer que simplemente quiso ser feliz.

“Grace Kelly's apparent frigidity was like a mountain covered with snow, but that mountain was a volcano” - Alfred Hitchcock



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