Eraserhead

“In Heaven Everything Is Fine”

¿Qué implica tener una pesadilla?
Las pesadillas son extrañas, confusas, bizarras, son grotescas, todo en las pesadillas está deforme.
Las pesadillas te hacen revolverte en tu sitio, te hacen sentir incómodo, molesto, te hacen sentir irritado.
Las pesadillas no están hechas para ser disfrutadas, nadie se acuesta con ganas de tener una pesadilla.
Las pesadillas tienen cosas de nosotros, y tienen cosas de otros…
Se alimentan de nuestros recuerdos, se nutren de nuestras emociones; son incontrolables, impredecibles, difíciles, complicadas, complejas, e inexpugnables.
Desde un punto de vista práctico, es estar atrapado en un laberinto de angustia.
Puede ser, estar acorralado por un monstruo, o bien estar en la oficina con cientos de pilas de trabajo atrasado.
Las pesadillas, trabajan sobre la parte emocional, y un buen prólogo de toda buena pesadilla, sería tomado de Dante:
“Perded toda esperanza, todo aquel que ingrese aquí”
Una pesadilla se cuenta, pero nunca se explica.
Simplemente... se vive.
“I locked myself out of my apartment... and it's so late”
Eraserhead es una película de terror del año 1977, escrita y dirigida por David Lynch.
Protagonizada por Jack Nance, Charlotte Stewart, Allen Joseph, Jeanne Bates, Judith Anna Roberts, Darwin Joston, T. Max Graham, entre otros.
“Todas mis películas, son acerca de mundos extraños, mundos a los que nunca podrías ir, a menos que los construyas, y los reproduzcas en una película”, es el “slogan” de David Lynch; y Eraserhead fue su primer largometraje; siendo el director, productor, guionista, montador, decorador, y encargado de los efectos especiales.
Obviamente, este control, obedece a que cada detalle de la película, tiene un propósito, y cada cuadro cuenta por sí mismo una historia.
Por cierto, aunque Lynch había hecho varios cortos previamente, Eraserhead fue su película debut; la cual tardó 6 años en ser filmada, debido a que nadie se interesó por financiar el proyecto.
Lynch, aprovechó la ayuda dada por el American Film Institute de Los Angeles, lugar donde desarrollaba sus estudios de cinematografía, para financiarla.
Sin embargo, este dinero resultó insuficiente, por lo que tuvo que recurrir a familiares y amigos, como Jack Fisk, su amigo de la infancia, que estaba casado con la actriz Sissy Spacek.
Ambos le ayudaron a financiarla; que contó con un presupuesto bastante bajo, de tan sólo $20 mil.
Eraserhead es un filme abstracto, con escenas oníricas y perturbadoras, que el espectador puede interpretar de diferentes maneras posibles.
Lynch llama a la película, su “Historia de Filadelfia”, refiriéndose al hecho de que quiso reflejar los temores y la ansiedad que experimentó, cuando vivió en dicha ciudad; siendo hoy considerada, como una película de culto; que curiosamente, se estrenó modestamente en las sesiones de madrugada en algunos cines de New York, y pasó sin pena ni gloria, incluso por algunos importantes circuitos de arte y ensayo de Estados Unidos.
Sin embargo, al año siguiente de Eraserhead, Lynch postuló una continuación al extravagante film, llamado “The Elephant Man” cuyo personaje principal, sería un ser, extremadamente deforme.
Eraserhead, no es una cinta de terror “per se”, pero la sensación de inquietud, cuelga sobre uno, a lo largo de su duración, y junto con el rico diseño de sonido, crean un terror en el espectador, que está al nivel de las joyas del género, y psicológicamente, las rebasa.
Y cuando llega el clímax, Eraserhead se termina de quedar impreso en la psique del espectador para siempre.
En Eraserhead, se hacen palpables las temáticas que David Lynch abordara en sus obras futuras:
Un inefable gusto por las deformidades físicas, y las conductas extrañas; pero también, un deleitable uso del onirismo, la poesía oscura, y la pesadilla.
Eraserhead presenta una trama poco convencional, y la historia se desarrolla entre lo real y lo fantástico, lo grotesco y lo onírico, todo ello filmada en blanco y negro, en un sórdido entorno de decadencia industrial.
Henry Spencer (Jack Nance), un joven deprimido, asustadizo, y enigmático, trabaja en una imprenta, y dice estar de vacaciones, pero sufre desde pequeño, unas extrañas pesadillas, de las que intenta liberarse a través de su imaginación.
Henry, recibe un mensaje de Mary X (Charlotte Stewart), su ex pareja, quien lo invita a cenar en casa con sus padres.
Henry se entera entonces, de que Mary ha dado a luz a un grotesco ser, después de un parto anormal, situación por la cual, se ve obligado a casarse.
A partir de ese momento, la pareja debe cuidar a la anormal criatura…
Pero después, solo quedará Henry, lidiando con su abominable hijo.
En clave:
Henry representa el miedo a un nuevo estado de vida, la paternidad desconocida; y Mary X es la inseguridad de la maternidad y la inmadurez al compromiso; ambos son padres de un monstruoso bebé prematuro...
Al final, Henry debe escoger entre la dualidad que le rodea:
Una vida con la vecina de enfrente (Judith Anna Roberts) que representa el sexo; o la chica del radiador (Laurel Near) que representa la muerte, y el escape de la situación.
Tras acabar con la vida de hijo, Henry se ve con la chica del radiador, señal que nos da a entender, que tras matar a su hijo, se suicidó.
Eraserhead puede resumirse, como una metáfora de la existencia, un collage del ciclo vital, el viaje interior del ser humano, las oscuras crisis que abaten al individuo, tanto espirituales como materiales, y la búsqueda de la luz, es decir, el hallazgo freudiano de la madurez.
Esa terrible etapa vital en la que uno debe asumir, de repente, un montón de obligaciones y responsabilidades, como conseguir un empleo estable, vivir con una pareja, o tener hijos; digámoslo todo, es un fastidio, una auténtica pesadilla.
Es por ello que Lynch la filma en un blanco y negro expresionista, “caligariano”, como si de un sombrío mundo onírico se tratase.
No sabemos si lo que sucede es real, o el fruto de una febril ensoñación; aunque poco importa, lo fundamental es dejarse llevar por su enrarecida atmósfera.
Polémico o no, lejos de la perfección, Eraserhead es una película que merece experimentarse, ya no hablo de ver o disfrutar, sencillamente por el reto intelectual que plantea, pese a ser efectivamente experimental, y en cierta forma surrealista, ha fascinado, acongojado, asqueado, e incluso ha hecho experimentar lástima y ternura, algo que no se imagina en una pesadilla...
“Oh, I don't know much of anything”
David Lynch, consiguió con Eraserhead, aterrorizar a los espectadores, desorientarlos, y hacerles sentir sensaciones indescriptibles, con situaciones burdas e insolentes, carentes de sentido lógico, pero admirables en su crudeza e imaginería, pocas veces encontradas en el cine.
Se trata de una alegoría de obvia inspiración kafkiana, acerca de un hombre que vive de manera miserable, y que además, se tiene que hacer cargo de un hijo monstruoso, en el sentido literal de la palabra.
Hay muchas metáforas visuales en Eraserhead, unas más evidentes que otras; prestando un poco de atención, no es difícil captar la idea general, aunque muchos puntos puedan quedar algo oscuros...
Henry Spencer, a quien distinguimos por su excéntrico peinado, y por sus ropas un par de talles más chicas, vaga por una jungla industrial y urbana, sin encontrarse con nadie.
A lo largo del metraje, va sufriendo todo tipo de situaciones difíciles:
Primero, va a cenar a la casa de los padres de su novia, topándose con un panorama decididamente surrealista.
Su situación cambia, cuando se entera que ha sido padre de un bebé prematuro; convive con su novia, y la primera noche, ella le abandona porque no puede soportar el llanto del bebé.
A partir de ahí, debe afrontar toda una noche en vela, cuidando a esa criatura deforme, que parecería un feto de oveja/tortuga, más que de ser humano; por momentos, fantasea con que existe un teatro de vodevil, detrás del radiador de su habitación, y, eventualmente ingresa en su propia fantasía, pero para ser decapitado poco después.
Henry tal vez, es una alegoría no de una persona, sino de un tipo de mentalidad humana:
Sufre en carne propia, todas aquellas cosas que no afronta:
Matrimonio, paternidad, rechazo…
Es víctima de todo tipo de sucesos que no tienen explicación, y Henry tampoco intenta explicarlos, sino que los acepta como son.
Finalmente, su propia fantasía le autodestruye, y lo convierte en una goma de borrar…
Renacido de sus cenizas, cede a los impulsos animales, y primero se da al adulterio con su vecina de enfrente, y luego destruye a su supuesto hijo, dando pie a algunas de las escenas más bizarras, jamás vistas en una pantalla.
Eraserhead, transmuta las pesadillas en imágenes, metiéndose con el miedo masculino al sexo, la paternidad, y la vida misma; retrata los año 70 de la sociedad de EEUU, rindiendo tributo en cuanto a puesta en escena, al cine alemán pre nazismo, y al “film noir”, dándole un toque grotesco de “gore” y terror, en lo que ya es llamado a ser un clásico del cine; y película favorita de Stanley Kubrick.
De hecho, el surreal artista suizo, H.R. Giger, citó Eraserhead, como una de las películas más grandes que había visto nunca jamás.
Entregando imágenes bastante chocantes, sumergiéndose en un mundo totalmente bizarro, y solo comprensible para sí mismo, y sobre todo, porque en ésta etapa tan temprana de la carrera de Lynch, tenía el control total sobre su trabajo:
Guión, edición, grabación, banda sonora, etc.
Eraserhead, posee una múltiple riqueza simbólica:
Se conjugan el mito y la creencia, la concepción y el nacimiento, la tierra como madre creadora y destructora, la familia, como unidad imperecedera, pero expuesta a los flujos emocionales…
Sobre ella, los psicólogos han afirmado, que sugiere o intenta sugerir los miedos y ansiedades del propio cineasta, acerca de la paternidad, personificados en el grotesco aspecto del bebé.
Los grandes miedos del hombre, repetidos en lo más profundo de la psique:
La criatura, como interrogante metafísica, y el inexorable y enfermo dios que mueve las palancas, como una certeza mágica.
La vitalidad del ser humano, la representación patriarcal de la continuidad de la especie, véase la escena en que a una muchacha deforme, le llueven embriones mientras baila, y los mata a pisotones; la deformidad de la joven, puede verse como un caleidoscopio de la feminidad…
Eraserhead, retrata la formación y degradación de una familia, que surge de una coyuntura muy habitual:
El embarazo no deseado.
Un emparejamiento forzado entre 2 muchachos que apenas se conocen.
No obstante, Eraserhead propone un pesimista bosquejo, no solo de la institución familiar, sino también de la monótona vida que hay tras, o debajo de los constantes ruidos, y opresivos decorados que dibujan una sociedad burguesa e industrial, es decir, contemporánea.
Sin embargo, Eraserhead no debe verse cómo una crítica hacia instituciones y/o estamentos, como pueda ser el matrimonio, y las obsoletas tradiciones religiosas, aunque, es cierto que ofrece un duro retrato de todo ello, e incluso no vacila en mostrarse cruel, en ocasiones, como prueba la tensa, y formidable secuencia de la cena en casa de los padres de la muchacha.
Eraserhead es más bien, una experiencia sensitiva, que parte de un anecdótico y sencillo punto de partida, para remover lo monstruoso y lo extraño, de entre lo aparentemente normal, sacarlo a luz, y ofrecer una serie de impactantes y sorprendentes imágenes, y un sinfín de inteligentes metáforas plásticas, llenas de una desbordante imaginación.
Probablemente, la intención de Lynch fuera precisamente, la de expresar el horror que encierra ese mundo alienado, con familias surgidas de la represión sexual principalmente, trabajadores autómatas, y una vida ahogada, debido al crecimiento de la industria.
Mostrando un horror, que no sólo se encuentra, según Eraserhead, en la vida familiar no deseada, con una mujer y un hijo:
También descansa en la propia existencia del protagonista, Henry, inmersa en una abominable rutina, expresada por los planos fijos de larga duración, y un tanto estáticos del principio, con alguna solución brillante, como aquélla en el que Henry aparece como empequeñecido, ante el amenazante hábitat que le rodea.
Aquí es donde, tal vez, el director de Montana, llegó demasiado lejos, y obligó y obliga incluso en segundo y terceros visionados al espectador, a un enorme esfuerzo para aceptar sus radicales propuestas, que, paradójicamente, según avanza el metraje, se tornan más mórbidas y extrañas, pero no por ello, las distancian más de aquél, sino al contrario, terminan produciendo el efecto deseado:
Más-turbación, horror, fascinación.
No se alcanza, en ocasiones, a discernir dónde empieza el sueño, y dónde termina la realidad, y si los acontecimientos de los que somos partícipes, son tan solo producto de la peculiar mente del protagonista, que prolonga su propia angustia, como en la extraordinaria secuencia, en la que Henry pierde la cabeza, y ésta termina siendo empleada para la fabricación de “cabezas borradoras” de lapiceros.
Y es que Henry, es un ser alienado, sin personalidad, incapaz de actuar ante un mundo feo y gris.
Un personaje que se deja controlar por las circunstancias, su esposa le domina y anula.
Él sólo puede soñar con un mundo mejor, mientras mira a un radiador…
Entiendo que el protagonista, se ve inmerso en una pesadilla, en la que Lynch acaba atrapando también al espectador.
El personaje, ya pobre y alienado a priori, deja embarazada a una chica joven, y se convierte en padre de golpe, y sin vocación.
A su pobreza, se le une una vida sin salida, en un hogar en el que no quiere estar, con una mujer a la que no quiere, y con un hijo al que posiblemente tampoco quiere.
El bebé, por eso, es monstruoso.
Por eso, el ambiente es tan tétrico y tan oscuro.
Por eso, todos los que le rodean, son “freaks” de vocación radicalmente feista.
Por eso, su mente se sale de tiesto, en todos los sentidos:
Pobreza, alienación, hipocresía social, oscurantismo, religiosidad fanática, falta de comunicación, violencia, ignorancia...
Henry Spencer, muestra una inactividad pesimista y fatalista en todo el metraje, simplemente, permitiendo que los eventos se desenvuelvan a su alrededor, sin tener control.
Este comportamiento pasivo, culmina en su único acto de instigación, en el clímax; su aparente acto de infanticidio, es impulsado por su vida de ser dominado y controlado.
Supongo que Lynch querría hacernos ver, que su protagonista es un ser tan anulado por la sociedad, que sólo sirve para hacer gomas de borrar...
La implacable sociedad post-industrial, y la familia tradicional, se unen para anular al individuo.
John Nance que clava el papel, no tiene precio, así como el engendro no deseado que sale de la fría relación entre los 2 protagonistas, tremendamente asqueroso, y repulsivo.
Como curiosidad, Nance mantuvo el extraño peinado que lleva en Eraserhead, los 4 años que tardó la filmación; y que lamentablemente fue asesinado en 1996.
El director, ha rehuido en más de una ocasión, explicar cómo fue elaborada la criatura apodada “Spike”, pero la leyenda cuenta, que fue construida a partir de un feto de vaca embalsamado…
Sus movimientos y jadeos, sus gemidos continuos, esas llagas purulentas, y el tono de gris enfermizo de su piel, son un triunfo del propio Lynch, que se encargó de los efectos especiales en persona.
Es de notar también, el continuo y asfixiante susurro que acompaña las imágenes durante todo el metraje.
Siempre de fondo, se escucha un pegajoso siseo, que bien puede ser una máquina industrial trabajando, o meramente el viento...
Incluso cuando hay un breve pasaje musical, interpretado por una mujer con severas deformaciones faciales, la melodía y la voz, son simultáneamente empalagosas, y melancólicas.
La letra: “En el Cielo todo está bien”, parece ser una importante pista, para deducir el destino de Henry, y su estado mental.
El sonido, diseñado por el propio director, se convierte realmente en la banda sonora, en el que apenas suenan 2 o 3 canciones, entre ellas la anterior, escrita por Peter Ivers, y actuando como un elemento más dentro de la puesta en escena, generador de sensaciones, creando atmósferas.
Muchos consideran Eraserhead, como un sueño compuesto de varios sueños intermedios, donde cada estamento interior, es más críptico que el anterior.
Ya desde el inicio, comenzamos con un sueño, donde Henry expulsa su espermatozoide, mientras que una especie de dios lejano, parece gobernar los hilos del destino.
La Tierra, parece un planeta devastado, es ilustrado como un asteroide con algunas casas en la superficie, y en una de ellas, habita Henry.
Salvo los pasajes iniciales, por el parque industrial abandonado, las escenas de interior, son realmente claustrofóbicas, todos los pasillos parecen tener la mitad del ancho normal.
La habitación de Henry, es increíblemente pequeña, y la única ventana, parece clausurada con un muro.
Existe un clima de abandono y pesadumbre general, que resulta opresivo, en especial, por la formidable banda sonora que se compone de zumbidos y silencios.
Como en un sueño, todos los rasgos de la realidad, parecen exagerados, no sería excesivo comparar la concepción artística de Eraserhead, con la obra de Dalí, por ejemplo, o Buñuel mismo.
Y a esto se suma los elementos fantásticos y bizarros, que va incorporando:
La cita con la novia, donde Lynch dispara mucha de su imaginería.
Desde los pollos asados microscópicos, que vuelven a la vida en plena cena, hasta la aparición del suegro de Henry, que parece hablar desde un espejo, sumando a la abuela de Mary, absolutamente catatónica; el acoso sexual de la suegra hacia Henry; la gigantesca timidez del protagonista, y su estoica actitud frente a todos los disparates que ocurren, etc.
Básicamente, Eraserhead critica nuestra sociedad desde sus cimientos:
La familia.
El interés del hombre, como hombre de género macho masculino, que no quepa duda, por lograr el éxito, y cumplir sus sueños, y como estos se ven destruidos cuando llega el momento de asentar la cabeza.
Eraserhead, convierte en una auténtica pesadilla, el constituir una familia, el terror de convertirse en padre, el terror de que los horrores de su hijo, sean una parte de uno mismo, de que el hijo termine por sustituirle, la desconfianza que produce el hecho de no poder estar seguro, de que tu hijo sea tu hijo; el terror de que el matrimonio acabe con las esperanzas y los sueños de uno, representados en la chica del radiador, y por supuesto, el sempiterno mito de Salomé:
El terror de que la esposa devore la cabeza del marido.
Las 3 mujeres son muy representativas:
Mary X, es la mujer que impone la paternidad, las noches sin dormir, casarse de penalti, y la familia política.
El sinsentido matrimonial, y paterno-filial.
La deconstrucción grotesca de lo familiar, como unidad básica que dota de sentido nuestros mundos.
La vecina sexy, o el revolcón:
Henry es padre, o sea, está atado a otro ser, por el acto santificado de la procreación.
Pero la paternidad, es una carga que no te deja retozar a gusto con otras hembras.
No te deja ser promiscuo...
Te ata, te limita, te roba años.
Así, cualquier mujer, a Henry-padre, lo mira con desprecio.
Porque en él ven la cabeza sentada, de su hijo sobre el cuerpo de un adulto.
Su flirteo, está entonces, herido de muerte por su estigma de progenitor.
Y “Lady In The Radiator” es un personaje que habita una región fantástica del inconsciente, en una esquina de habitación.
No hay lugar más confortable, ni mejor madriguera, que la esquina enmoquetada de una estufa.
Un sito para estar solos, detrás del radiador, entre nosotros mismos.
La ingenuidad, y el pelo blanco conejil…
La claridad entre tanta oscuridad.
Alguien que pisotea los cigotos, y no impone obligaciones a la existencia.
Alguien que canta, y vive en un escenario.
Imaginaria, como una masturbación, en un radiador siempre caliente, que da muerte al esperma no fecundado.
Lo que podría interpretarse, es que la historia trata en realidad, de una pesadilla masculina convertida en realidad.
Acá todo pareciera tener que ver con el tema del sexo, y la paternidad, que cuesta o no se desea asumir.
El bebé, puede ser normal, pero a los ojos de los padres, es un feto monstruoso, que no para de torturarlos con su llanto constante, amén de que por momentos, quizás por la falta de sueño de Henry, que le provoque alucinaciones, pareciera que se riera, y disfrutara de la situación.
La inmadurez de Mary X, hace que se marche, y los abandone...
Para un individuo como Henry, es una tarea que excede su capacidad.
Y lo que vemos todo el tiempo, es la visión de Henry, sobre el mundo que lo rodea:
Presiente que su suegra lo desea; no ve al bebe, sino como un espermatozoide materializado y desfigurado; crea una fantasía escapista, con la irreal chica que vive en su radiador, la que sería su mujer ideal, ya que en un momento esquiva y destroza espermatozoides que llueven del cielo; vale decir, es una mujer que rechaza las posibles responsabilidades que Henry, debe asumir en este momento.
Es cierto, que esta interpretación puede ser algo limitada, desde el momento en que Lynch lleva a veces el relato hacia un exceso de vuelta de rosca, como cuando Henry pierde la cabeza, otro sueño dentro del sueño, pero puede ser considerada válida.
Lo que tendría que objetar es, en todo caso, el incremento radical de simbolismo que sufre el relato hacia el final, que llega o supera los límites de lo comprensible.
Uno no entiende, por qué la chica del radiador es deforme, o por qué cuando Henry mata al bebé, éste se transforma en una cabeza gigante, o qué papel le toca al seudo dios que gobierna el mundo, en toda esta historia...
Sin embargo, hay muchos hechos y “errores” adrede para inquietar al espectador, como:
No hay diálogos hasta los 10 minutos iniciales.
En la escena en que pisa un charco, lo hace con su pie derecho, al llegar a su departamento, se quita el calcetín izquierdo, y lo pone en el radiador para secarlo, usando el pie equivocado.
En la escena, cuando Mary le está dando de comer al bebé, entra Henry a la habitación, y se aprecia que el fonógrafo sigue girando, pero no suena, debido a que está en el centro del disco.
En la escena, cuando entra a la habitación, estando ya dentro Mary X y el bebé, introduce en una pequeña cajita, una larva en el bolsillo derecho de su saco, después, sentado en la cama, revisa su saco en la bolsa izquierda, y saca dicha caja con el gusano:
¿Cómo paso de una bolsa a otra?
En la escena, cuando entra la chica del otro lado del pasillo, a su habitación, la iluminación es muy diferente, a mi parecer, no hay techo, y los ilumina únicamente El Sol, como si hubieran sacado las 4 paredes de la habitación al aire libre, y filmado ahí; tal vez es “la gloria del adulterio”
A pesar de tener el nombre de “Bill”, el suegro, escrito en la camisa de su uniforme, inclusive cuando le muestra sus rodillas a Henry, su esposa lo llama Bill; Lynch lo menciona en los créditos, solo como “Mr. X”
Es curioso, que tanto en la habitación de Henry, y la casa de Mary X, haya una especie de pasto, o heno, como el que se acostumbra poner en los nacimientos de Navidad, puede ser que hablen de zoofilia como promiscuidad, pues el bebé tiene apariencia animal, por su concepción misma fuera del sagrado matrimonio… y se puede observar, debajo del radiador, sobre el ropero, y en la casa de Mary X, en la repisa, al lado de la perra, que amamanta a sus cachorros.
La planta que tiene Henry en el buró de su cama, una planta seca sin maceta, sobre un pequeño mantelito bordado, aparece en la secuencia donde pierde la cabeza, pero de una forma más grande, y sangrado, nótese que rata de hacerla parecer la misma, ya que debajo de ella, siempre está el mantelito…
Cuando Henry llega a la casa de Mary X, y esta sale al vestíbulo, y se miran, frente a frente, da la impresión de que Henry se hace para atrás, dejando ver los números de la casa “2416”, tal vez tenga algún significado, quizás 24 y 16, era la edad de ambos, cosa que no era bien visto por la madre…
Y se aprecia en la habitación de Henry, una fotografía de “La Bomba Atómica” que aparece y desaparece entre tomas, y que representa la destrucción de su vida hedonista y de soltería.
Y por supuesto, Eraserhead es el semillero de lo que vendrá:
Todo el hall del edificio donde vive Henry, parece el decorado del final de “Twin Peaks”
Henry, flotando en el espacio, y vomitando un espermatozoide, recuerda a la imaginería del viaje por doblamiento del espacio de “Dune”
Las actitudes imprevistas y bizarras de los caracteres, son una marca de fábrica de su estilo.
“Mother, they're still not sure it is a baby!”
Franz Kafka, de quien se dice que es el escritor que mejor ha sabido destilar las esencias del siglo de Las 2 Guerras Mundiales, en sus cartas y diarios, muestra preocupaciones obsesivas, por el compromiso de pareja.
Observa con asombro e ironía, el hecho de que el hombre pueda zambullirse en la paternidad, de forma fácil y espontánea.
En los textos de Kafka, se enfatiza la incomodidad del acto sexual:
Debajo de una mesa en “Der Prozeß” o “El Proceso” (1925)
En la taberna en “Das Schloß” o “El Castillo” (1926)
En el suelo sucio, cerca de un balcón en “Amerika”/“Der Verschollene” (1927)
Nos hace percibir lo físico del sufrimiento, la imposibilidad de eliminar del propio cuerpo, los focos de dolor:
Esa manzana que se incrusta en el escarabajo en “Die Verwandlung” o “La Metamorfosis (1915)
Así las cosas, Eraserhead es una terrorífica visión, de cómo el tedio de una vida gris, puede destruir por completo la razón, y hacer surgir la locura, llevando a la percepción de realidades, distintas a las existentes.
Los miedos más ocultos, pueden salir a la luz en cualquier momento, para golpearnos en la cara, y transportarnos a estados situados, más allá de los que habitualmente habita una entidad basada en la consciencia, y el raciocinio.

“You wouldn't mind marrying me, would you Henry?”



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