Mentiras y Gordas

“¿Has tenido que mentir por amor?”

El movimiento “rave”, está muy ligado al consumo de drogas:
Éxtasis, ketamina, “speed”, o setas alucinógenas, son fáciles de encontrar en este tipo de eventos.
Se llama “rave”, “rave dance” o “rave party”, a las fiestas de “acid house” de los años 1980, caracterizadas por música electrónica de baile rápido, espectáculos de luces, y una duración que en ocasiones, se extendía durante noches enteras.
En estas fiestas, la gente bailaba la música electrónica que pinchaba un DJ.
Entre los géneros de música habituales, están:
El “house”, el “techno”, el “trance”, y el “jungle”, en ocasiones, se caracteriza esta música de modo global como “rave music”
Pero los “raves” no son sólo diversión y juegos…
Pueden presentar diferentes peligros para los participantes, que en última instancia, podrían hallar la muerte.
“¿Y piensas que demasiado nunca es suficiente?”
Mentiras y Gordas es un drama español, dirigida por Alfonso Albacete y David Menkes, en el año 2009.
Protagonizada por Mario Casas, Ana de Armas, Yon González, Hugo Silva, Ana Polvorosa, Alejo Sauras, Marieta Orozco, Asier Etxeandia, Miriam Giovanelli, Esmeralda Moya, Marilyn Torres, Elena de Frutos, Maxi Iglesias, Duna Jové, Xacobe Sanz, Clara Pradas, entre otros.
El guión es de Alfonso Albacete, David Menkes, y Ángeles González-Sinde; y narra las relaciones de un grupo de chicos, inmersos en un ambiente de discotecas y fiestas, cuyas vidas se entrecruzan en una vorágine de sexo, alcohol, y drogas.
Para su producción, después de 4 años de preparativos, y una complicada búsqueda para su financiación, llega Mentiras y Gordas, como una arriesgada mirada hacia la juventud actual, que aterriza en la gran pantalla, no exenta de polémica; pues el 28 de diciembre de 2010, El Ministerio de Cultura, dirigido por Ángeles González-Sinde, guionista además de la propia película, le concedió un millón de euros, en concepto de “amortización de películas cinematográficas de largometraje”, de acuerdo con la legislación vigente en el momento, sobre subvenciones en el sector cinematográfico.
Esta subvención, se repartió entre las distintas productoras del largometraje:
Agrupación de Cine 001, con 990,000 euros; Castatiore Film con 5,000 euros; y Tornasol Films, con 5,000 euros.
“Curiosamente, Mentiras y Gordas tuvo muchas dificultades para conseguir financiación, pues todos los productores pedían cambios en el guión, coescrito con Ángeles González Sinde, quién “aportó al guión, una estructura muy elaborada y trabajada, y además de feminidad”, cuentan sus directores.
“Nuestra pretensión, era hacer una comedia, pero hay algo más que eso:
Una película que habla de las relaciones, de la soledad, de la búsqueda del amor” dijo David Menkes.
Alfonso Albacete, el otro director, añadió:
“Mentiras y Gordas, habla de personas, de sentimientos, de cómo nos mentimos a nosotros mismos, y de cómo mentimos a los demás”
Del reparto, Mario Casas, que interpreta a Tony, un joven enamorado de su mejor amigo, respondiendo a si la juventud retratada en Mentiras y Gordas, se corresponde con la de la realidad, señaló:
“No todo el mundo es así, pero creo que la noche es así.
Yo lo he visto”
Con todo, Mentiras y Gordas retrata a una generación, con sus subidones y bajones, aunque Alfonso Albacete ha mantenido que “no pretendíamos hacer propiamente una película generacional, ni un documental.
Es una historia de ficción”; por lo que se define como:
“Moderna y original, una arriesgada mirada sobre los jóvenes, y la forma de vida de muchos de ellos”, dijo.
Rodada en Ciudad de La Luz, provincia de Alicante, Mentiras y Gordas se convirtió en la película española, más taquillera de 2009, aunque tuvo una recepción muy mala por parte de la crítica.
La acción sigue a un grupo de chicos, que se prepara para lo que va a ser el verano de su vida, entre secretos, mentiras, ligues, sexo, confusión, y juergas.
La mayoría no son conscientes de que, una vez emprendido ese viaje iniciático, no hay marcha atrás, y de que las mentiras, al crecer, pueden tener consecuencias nefastas.
“¿Sabes lo que es querer a alguien, y no ser correspondido?”
El cine español, regresa con una historia joven:
Una apuesta fuerte por dicho mercado, que llega respaldada por los rostros de los jóvenes de moda en la pequeña pantalla española, que nos muestra ciertos aspectos extremos de la diversión, el amor, y el sexo de la gente que despierta a la vida adulta.
Mentiras y Gordas, habla de un grupo de jóvenes, que están descubriendo la vida, y buscan en sus relaciones, la solución a sus problemas:
Seres que viven el delirio furioso de la noche, rodeados de música, que se cruzan y entremezclan en playas, discotecas, bares, terrazas, y “chill out”…
Pero al amanecer, con el sol, aparecen también el bajón, la realidad, y los sentimientos.
Hay sexo explícito, cocaína, “Popper”, y éxtasis en noches interminables con música electrónica como fondo sonoro de un grupo de amigos que, “cuando están solos, es cuando se ve la verdad.
Se enfrentan a sus propios miedos”, en palabras del cineasta.
Vemos promesas rotas, sueños que no se cumplen, y cómo no, la soledad aparece de la mano de rostros muy conocidos por el gran público de España.
Los actores, están escogidos estratégicamente, pues son los que en ese momento tenían más influencia sobre el público juvenil, de series de ficción española.
Cada uno de los protagonistas, llevaba aparejada una fama que les aseguraba el éxito en cualquier aparición.
No se puede afirmar, tajantemente, que de haber sustituido ese elenco de actores conocidos, por otros desconocidos, Mentiras y Gordas no hubiera funcionado, pero queda bastante claro que son uno de los pesos fuertes, y ellos son:
Yon González es Nico:
El macho alfa hedonista y nihilista, del que se enamoran todos; es individualista, y quiere escapar de su vida, e irse a probar otros escenarios, por lo que usa el tráfico de drogas para lograrlo.
Miriam Giovanelli es Paz:
La novia abandonada, debido a su exceso de peso, es una mujer de muy baja autoestima, y de carácter naif, pero está contenta con su cuerpo, a pesar que el exceso de peso le tare problemas, no quiere cambiarlo.
Maxi Iglesias es Pablo:
Prácticamente, un gigoló que utiliza su cuerpo, para robar a las mujeres con las que se encama.
Mario Casas es Toni:
Posiblemente, y entendiendo que Mentiras y Gordas es una película coral, es el protagonista más importante, sobre el que giran todos los demás, o al menos la mayoría de ellos.
Está enamorado secretamente de su mejor amigo, que se niega a declarar su homosexualidad, mientras se pone de pastillas hasta las cejas.
Se avergüenza de su padre, que ha cometido el terrible pecado de quedarse sin trabajo.
No sabe qué hacer con su vida, y duda entre pasar de todo, traficar con pastillas, o irse a una fiesta “rave” para olvidarlo todo momentáneamente.
Por supuesto, estudiar o trabajar ni se lo plantea... al igual que la mayoría de los personajes, que aparentan vivir en un campus universitario, pero no se les ve el interés en el estudio.
Por lo que Toni es la metáfora de la incertidumbre juvenil ante el futuro.
Marieta Orozco es Sonia:
Es la “dealer” de los jóvenes, aunque justifica su trabajo para poder pagar la fianza de un ex compañero encarcelado.
Ella quiere dejar de ser “camello” o narcotraficante, y en una caída, es robada por Pablo.
Hugo Silva es Carlos:
Es el mujeriego, drogadicto, egoísta, e infiel, es un tsunami para toda relación sentimental.
Es la metáfora de la destrucción juvenil, como reacción ante los sueños rotos.
Convencido drogadicto, es consiente que no va a salir de ese círculo, jamás.
Esmeralda Moya es Nuria:
Ella es una de las tantas bellas amantes de Carlos…
Duna Jové es Leo:
Una modelo de carácter agresivo, y que dice “no ser lesbiana, porque a ella lo que le gustan son las personas, no los sexos”
Ana de Armas es Carola:
Es el vértice de contacto, de prácticamente todas las historias cruzadas.
Se cree situada en un plano moral superior a sus compañeros, que le permite decirles continuamente, que están desperdiciando sus vidas.
Cuando no está muy liada, mirando a los demás por encima del hombro, se dedica a robarle el novio a su mejor amiga, Paz.
Ana María Polvorosa es Marina:
Ella es la presencia sensible y delicada de Mentiras y Gordas, con su propia disyuntiva a superar, la de su lesbianismo.
Alejo Sauras es Bubu:
Es el único profesional de la obra, es abogado, soltero, y aficionado a la botella, y todo aquello que pueda entrar por una fosa nasal.
Con esa fauna, Mentiras y Gordas levantó mucha polémica:
La entonces Ministra de Cultura de España, en 2009, Ángeles González-Sinde, que entre el 2006 y el 2009, estuvo al frente de La Presidencia de La Academia de Las Artes y Las Ciencias Cinematográficas de España, institución que “curiosamente” fundó, y presidió por primera vez, José María González-Sinde, padre de Ángeles; comunicó al Boletín Oficial del Estado, publicando un listado de películas a las que se le ha concedido la ayuda de carácter general, y complementaria a la producción cinematográfica de la segunda convocatoria de este año:
Mentiras y Gordas, costó 3,126.415 euros, y se estrenó en el año 2009, apenas 10 días antes del nombramiento de Sinde en su cartera...
Sin embargo, estas concesiones premian a las películas que más hayan recaudado durante el primer año de explotación comercial, hecho que Mentiras y Gordas consiguió, superando los 4 millones de recaudación.
De hecho, fue #1 por delante de “Gran Torino” de Clint Eastwood.
A pesar de su éxito en taquilla, Mentiras y Gordas obtuvo fuertes críticas, por mostrar en su argumento, demasiado sexo explícito, un lenguaje soez, consumo continuado de drogas duras y, todo ello, sin un hilo argumental consistente.
Esta ayuda, de parte del Gobierno, ha sido otorgada sólo meses después de que el último Director del ICAA, Ignasi Guardans, denunciara “prácticas de fraude” en las ayudas al cine.
El organismo, dirigido por Carlos Cuadros, y Dependiente de Cultura, también concedió otro millón de euros a “Los Abrazos rotos” de Pedro Almodóvar, y 200.000 euros a “Che” de Steven Soderbergh.
Y es que Mentiras y Gordas es una película cargada de sexo y drogas, sin limitaciones de dosis, quizás ese sea una de sus virtudes, por cine realidad, y también de sus defectos, por lo gratuito.
Pero en su conjunto, ha supuesto una mirada muy personal y reflexiva, sobre la levedad que desarrolla la vida de los jóvenes, en una etapa determinada, y más en concreto, en lo referente a la generación actual, que se mueve en las fiestas “rave”
A muchos, puede incluso hasta escandalizar, pero:
¿Acaso no sería eso lo que pretendían?
Mostrar unas imágenes de la juventud, pocas veces vistas en la pantalla ibérica, al estar subvencionada por el estado.
Mentiras y Gordas es un retrato de la juventud, como inútiles drogadictos y ninfomaníacos, que se zumban entre ellos, poniéndole los cuernos a cualquier pareja que tengan, ya sea hombre, mujer, o gato.
Que no tienen nada mejor que hacer, que no estudian ni trabajan, ni tienen ninguna intención de hacerlo.
Que viven solos, y no tienen padres, a modo de “generación espontánea”
Eso sí, todo no va a ser malo, pues sacan tiempo libre entre porro, raya, y folleteo.
Cierto que hay numerosos desnudos, y escenas de sexo y drogas, aunque debo decir, que me parecen excesivos, porque, por ejemplo, creo que Hugo Silva sólo tiene una escena con la camisa puesta, y todas las actrices muestran sus senos… y todos los hombres salen desnudos, algunos frontalmente, como el bien dotado Yon González.
El mensaje principal que se puede rescatar de Mentiras y Gordas, es la tolerancia.
Si trasladamos estas palabras a la película, vemos como esto no se refleja:
En un principio, 2 de sus protagonistas, encarnados por Ana Polvorosa y Mario Casas, se avergüenzan de su homosexualidad; y hasta casi el final, no consiguen aceptarse.
Otro personaje, es de la chica rellena, engañada y despechada, interpretada por Miriam Giovanelli, que sólo sale de su depresión, cuando se encuentra bajo los efectos de la droga que “su mejor amiga”, le ha echado a ella, y a un tercer “amigo” en la bebida, para que se sintieran atraídos entre ellos, lo cual no es una verdadera aceptación de sí mismos, sino un efecto temporal de los estupefacientes.
Por otra parte, el citado “novio”, Carlos, es un joven cada vez más adicto a las drogas, insensible, infiel, y egoísta, que en ningún momento llega a asumir su problema con las drogas…
Lanzan también, mensajes como:
“A veces el amor obliga a mentir”
Y según las palabras de los realizadores:
“Deseábamos también, que todos utilizaran la mentira, como parte importante de sus vidas, para ir desvelando sus secretos, poco a poco, hasta desnudarlos emocionalmente”
En cuanto a los actores, los que mejor salen parados en su interpretación, son Mario Casas, tiene el mejor papel del guión; y la mentada Ana de Armas.
“Me dijeron que no querían ningún cliché homosexual, para que los jóvenes que se vean en esa tesitura, lo vean de una forma normal.
Para mí ha sido un gusto, he aprendido muchísimo.
He madurado como persona, y como actor.
Y ha sido muy gratificante, trabajar con actores que en un futuro van a ser grandes”, aseguró Mario Casas.
Todos los demás personajes, y actores, son meramente periféricos, sobre estos 2.
Sobre las escenas:
La aportación de un pletórico Mario Casas, como “Mesías del Rave” repartiendo pastillas, y crucificándose, y finalmente “resucitando”, sirve de redención a toda falta de riesgo, más allá de la premisa “culo-tetas-rayitas”
Su muerte, también creó polémica en el sector, pues, no es posible, que la persona más auténtica a sí misma, sea la que tenga que morir, y tras de eso, sea el homosexual, masculino de la película.
Y es que es uno de los golpes más absurdos:
Es la teoría, de que él más débil y el ajeno, acaba horriblemente mal, y eso hace que los que lo olvidaban e ignoraban, se dan cuenta de lo que valía...
Pero:
¿Por qué no acaba mal el chulo, y el prepotente?
¿Por qué al débil le espera el peor final?
¿No era más lógico, que muriera Carlos?
Por otro lado:
¿Hay discriminación continua hacia la gente gorda?
Me resultó todo muy fuerte al respecto, pero creo que la inclusión del término en el título es meramente anecdótica, pues “Mentiras y Gordas”, trata de “Mentiras y Grandes Mentiras” de las que se dicen entre los personajes, para no revelarse tal y como son.
Por otro lado decir, que los diseñadores gráficos del cartel, han puesto a los protagonistas, de más a menos guapos, ya que Ana Polvorosa es protagonista, y la han colocado en la marginal esquina; Maxi Iglesias, aparece casi de extra durante el metraje; y la chica que interpreta a Paz, ni aparece...
Como muchos otros, tampoco entiendo el final:
¿De repente, todos amigos?
Para sacar algo bueno, durante todo el metraje, salen a relucir de la boca de los protagonistas, miles de preguntas, cuestionamientos, que al menos, alguna vez ha pasado por nuestra mente, durante el tiempo de nuestro crecimiento como seres humanos.
Para concluir, la banda sonora incluye una canción de Fangoria, llamada “La Verdad”, que abre y cierra, siendo casi una copia de “With or Without You” de U2.
“¿Sabes lo que es sentirte diferente?”
Muchos han tildado a Mentiras y Gordas, como “otra película española más para adolescentes”
En este caso, se les quiere mostrar las cosas malas que les rodean.
Como todos sabemos, los adolescentes tienen un gran problema, por culpa de la publicidad y de la televisión, con el culto al cuerpo, y sobre todo las chicas, aunque cada vez también se da más en los chicos, pues quieren tener un cuerpo perfecto, sufriendo enfermedades como la anorexia, y la bulimia, o entregándose a las drogas, y el exceso.
Resulta que “el movimiento rave”, ha estado muy ligado al consumo de drogas, hasta el punto que en algunos países, como EEUU, las autoridades lo consideran como una subcultura, puramente basada en el uso recreativo de drogas, similar al “movimiento hippie” de los años 1960.
La droga, que tradicionalmente ha estado más asociada al movimiento rave, es el MDMA, o éxtasis.
De acuerdo con el College Binge Drinking, “los raves” son peligrosos, debido al uso generalizado de drogas.
El fármaco de elección, por lo general, se toma en forma de pastilla, por vía oral, y produce la sensación de aumento de energía, euforia, calidez emocional, y distorsiones en el tiempo, experiencias táctiles, y de percepción; según lo afirma El Instituto Nacional sobre El Abuso de Drogas.
Tomar dicha droga, puede provocar un aumento de palpitaciones, temblores, y respiración lenta.
En última instancia, esto podría hacer que sufras un ataque al corazón, un accidente cerebro vascular, o convulsiones.
Una sobredosis de éxtasis, por ejemplo, podría hacerte caer en estado de coma…
Además del uso de drogas, “las fiestas raves”, son lugares donde se bebe en exceso.
Aunque beber excesivamente es peligroso, y puede causar la muerte por sí mismo, puede ser aún más peligroso, si se combina el alcohol con drogas, como el éxtasis.
De acuerdo con College Binge Drinking, mezclar drogas con alcohol, o crear “cócteles de drogas”, sólo aumenta el riesgo de muerte.
Además, “los raves” no suelen ser controladas, por lo que sí un asistente cae al suelo, pueden pasar minutos antes que alguien se dé cuenta, y reciba ayuda.
Y para entonces, podría ser demasiado tarde…
Y es que “las fiestas raves”, no son supervisadas, como los bares y los clubes nocturnos.
No hay porteros, ni personal de seguridad para mantener a los asistentes de la fiesta en orden; por lo que esto fomenta un comportamiento imprudente.
La falta de seguridad, también fomenta la actividad delictiva...
“Los raves”, son populares entre los vendedores de drogas, los delincuentes sexuales, y los que quieren pelear, y causar daños a la propiedad.
Los promotores de “los raves” se hacen la vista gorda, en estas actividades, siempre y cuando las personas concurran, y ellos hagan dinero con la fiesta.
Existen otras tantas cosas peligrosas sobre “los raves”
Dado que a menudo carecen de seguridad, los delincuentes sexuales tratan de colocar drogas con fines de violación en las bebidas.
Los promotores, también venden agua, bebidas energéticas, y otros líquidos en “los raves”, para adormecer los efectos del éxtasis, y del alcohol.
La idea del pensamiento detrás de esto, es que mientras más tiempo los participantes se mantengan hidratados, más tiempo se quedarán en la fiesta.
Sin embargo, mientras más tiempo usen los fármacos, y beban alcohol, en más peligro están poniendo sus vidas.
“Los raves”, no son ningún fenómeno nuevo tampoco en España.
Según El Instituto Armado de La Guardia Civil, el 99% de estas fiestas ilegales, se hacen en lugares privados, y La Fuerza de seguridad, sólo pueden actuar, si hay una denuncia, o existe un delito flagrante.
Madrid, Cataluña, y Valencia, son las regiones que más “fiestas raves” albergan.
El número de este tipo de fiestas va en aumento, sobre todo, tras la aprobación de La Ley Antibotellón.
“Los raveros españoles” no se limitan a celebrar este tipo de fiestas en lugares al aire libre, o en edificios abandonados…
En abril de 2011, miles de personas pretendieron organizar una “fiesta rave” en el aeropuerto de Castellón…
Un dispositivo de La Guardia Civil, bloqueó todos los accesos del sitio, impidiendo así, que se pudiera llevar a cabo.

“¿Y tú, no te engañas nunca?”



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