The Fault In Our Stars

“They don't have forever, they have each other”

A veces, las cosas pequeñas causan efectos extraordinarios.
Y a veces, las cosas más grandes, pasan desapercibidas.
La enfermedad de alguien, suele verse como algo que nos entristece o agobia; esto es una forma de deshumanización de muchas personas.
“The Fault In Our Stars” es una novela escrita por John Green, siendo la 6ª en su carrera como autor, publicada en enero de 2012:
Emotiva, irónica e inteligente, es una novela teñida de humor y tragedia, que habla de nuestra capacidad para soñar, incluso en las circunstancias más difíciles; tanto que ha sido considerada, una de las mejores novelas realistas de los últimos años, y casi el 90% de las críticas, han sido sumamente positivas, en especial por la enseñanza y los valores que el libro le impregna al lector, por los personajes, los que son muy bien creados, al punto de pensar que son reales, y que viven con uno.
Según la mayoría de las críticas, el punto fuerte de la historia es, precisamente, la elaboración de los personajes, especialmente los protagonistas, la joven pareja.
El autor, John Green, indica que la primera fuente de inspiración para el libro, vino cuando trabajaba como estudiante capellán en un hospital de niños.
Él ayudo a que los niños sean tan humanos como las personas sanas, y quería capturar el sentimiento de que “las historias que estaba leyendo en la sociedad, como una especie simplista y a veces incluso deshumanizadas.
Y cree que en general, tenemos la costumbre de imaginar a la persona muy enferma, o que va a morir con pena”
Supongo que el autor quería argumentar a favor de su humanidad, su completa humanidad.
Él fue intimidado inicialmente por la idea, y sabía que no era su historia para contar, pero dijo que había recibido muchos comentarios positivos de los niños enfermos.
La otra fuente de inspiración del autor, fue Esther Grace Earl, de ahí el nombre, Grace para la protagonista; que padecía cáncer de pulmón, muriendo el 25 de agosto de 2010, a los 16 años.
Ambos, entablaron una gran amistad, conociéndose en un hospital de niños.
Al respecto, Green pidió que no confundieran a Hazel y Esther, y que ambas son completamente distintas, solo que esta última, ayudó al autor a desarrollar el personaje.
Green, escribió en su blog:
“No quiero que la gente confunda Esther con Hazel, y es muy importante para mí, porque no pretendo contar la historia de Esther”
Green, fue capaz de añadirle humor a la historia que quería contar, incluso en el estado de depresión en el que estuvo viendo que la gente muere joven, y sentir por momentos, que no era capaz de captar la complejidad de sus vidas.
El nacimiento de su primer hijo, durante el proceso de escritura, también influyó, ya que le permitió comprender el amor entre padres e hijos.
Y una vez consideró, escribir la historia desde el punto de vista de Isaac, ya que encaja en el género épico, yendo tan lejos, como que el narrador es ciego.
En última instancia, decidió utilizar el punto de vista de Hazel, ya que rara vez se representan libros con protagonistas narradores que son pacientes de cáncer.
Green ha declarado, que la última línea del libro:
“Sí, quiero”, simboliza el matrimonio, porque “las comedias de Shakespeare, terminan en el matrimonio, y sus tragedias terminan en la muerte, y era bastante aficionado a la idea, de que su  libro podría terminar, simbólicamente, por lo menos, en ambas etapas del ser”
A pesar del milagro médico, la vida le ha comprado un par de años más a nuestro personaje principal, la vida de Hazel, nunca ha sido otra cosa que un capitulo terminal.
Su carta de despedida, fue petrificada con su diagnóstico.
Pero cuando un magnífico giro argumental llamado Augustus Waters, aparece de repente en El Grupo de Apoyo para Niños con Cáncer, la historia de Hazel está a punto de ser completamente reescrita.
La historia, es narrada por una adolescente de 16 años de edad, llamada Hazel Grace Lancaster, que padece cáncer de pulmón, y a la que sus padres obligan a acudir a un grupo de apoyo, situado en el sótano de una iglesia, en el corazón literal de Jesús, en el cual conoce y se enamora de un joven de 17 años, llamado Augustus Waters, exjugador de baloncesto, que tiene amputada una pierna, a causa del osteosarcoma.
Hazel Grace Lancaster, es la protagonista, y el libro se narra desde su perspectiva.
Ella tiene con cáncer de tiroides, con metástasis en los pulmones; y comienza a estar depresiva, hasta que conoce a “Gus”
Juntos, cruzarán el Atlántico, con destino a Ámsterdam, el lugar donde reside el enigmático, y malhumorado autor de “An Imperial Affliction”, la única persona que tal vez, pueda ayudar a ordenar las piezas del enorme rompecabezas del que forman parte.
El cáncer de pulmón que padece Hazel, es un conjunto de enfermedades resultantes del crecimiento maligno de células del tracto respiratorio, en particular del tejido pulmonar, y uno de los tipos de cáncer más frecuentes a nivel mundial.
El cáncer de pulmón, suele originarse a partir de células epiteliales, y puede derivar en metástasis, e infiltración a otros tejidos del cuerpo.
Se excluye del cáncer de pulmón, aquellas neoplasias que hacen metástasis en el pulmón, provenientes de tumores de otras partes del cuerpo.
Los síntomas más frecuentes, suelen ser:
Dificultad respiratoria, tos incluyendo tos sanguinolenta, y pérdida de peso, así como dolor torácico, ronquera, e hinchazón en el cuello, y la cara.
Augustus Waters, también conocido como “Gus”, se enamora de Hazel; y perdió su pierna derecha, por culpa de una enfermedad llamada osteosarcoma, y ahora está en remisión.
Gus llega al grupo, por pedido de su amigo Isaac, y ahí conoce a Hazel.
Más tarde, Gus sacrificará su deseo de la fundación de The Genies, para viajar junto con Hazel a Ámsterdam, y conocer al escritor de “An Imperial Affliction”, el libro favorito de Hazel, quien resulta ser un alcohólico, que expresó el dolor por la pérdida de su hija de 8 años, a través del libro.
El osteosarcoma que padece Gus, es un cáncer óseo, que aparece por lo general, en cualquiera de los extremos de la diáfisis de un hueso largo; también llamado “osteoma sarcomatoso”
Se trata de un neoplasma maligno, que procede de células del mesénquima, es decir, un sarcoma.
Estas células, presentan una diferenciación osteoblástica hacia osteoides malignos.
Se trata de la forma histológica, más frecuente de cáncer óseo.
Su localización más habitual, es la región de la metáfisis de huesos tubulares largos; así, el 42% se dan en el fémur, el 19% en la tibia, y el 10% en el húmero.
Así pues, la pareja de adolescente, después de haber vivido un momento juntos, e intenso, en un viaje a Ámsterdam; Gus revela que su cáncer ha regresado, y tiene un corto período de tiempo para vivir.
Hazel, tiene el corazón roto, pero Augustus promete luchar por ella.
A pesar de que se inicia un régimen de tratamiento agresivo, cuando regresan a casa, no se espera que sobreviva mucho tiempo...
El romance continúa, a través del dolor, lucha, y circunstancias muy extrañas.
Poco antes de morir, le pide a Hazel e Isaac, llevar a cabo una pre-funeral por él, para que él pueda oír cómo le van a conmemorar:
Isaac aprovecha para estar con él; y 8 días más tarde, Gus muere.
Pronto hay un servicio funerario, donde Hazel se encuentra con Peter van Houten, que viajó a Estados Unidos para estar allí.
Él revela, que él tenía una hija que murió de cáncer hace varios años, que proporcionó la inspiración para Anna, la protagonista de “An Imperial Affliction”
Esto explica, por qué van Houten se vio tan afectado, viendo Hazel en Ámsterdam; pues le recordaba a los años que su hija debería haber tenido.
El escritor le da a Hazel, una carta que le escribió Augustus, supuestamente sobre una secuela de la novela, pero en realidad, es un elogio por Hazel.
La novela termina con Hazel, contestando la carta de Augustus, diciendo que ella disfrutó de la infinidad que él le dio, tanto como él disfrutó con ella.
El escritor expresa, que el título del libro, está inspirado por la famosa frase de “The Tragedy Of Julius Caesar” (1599) de William Shakespeare, cuando Gaius Cassius Longinus, en el Acto 1/Escena 2 de la obra, le dice a Marcus Iunius Brutus Caepio:
“¡La culpa, querido Bruto, no es de nuestras estrellas, sino de nosotros mismos, que consentimos en ser inferiores!”
El Libro tiene una versión típica de la historia, en la que una persona enferma sufre terriblemente, y luego muere.
Las interacciones entre Hazel y Gus, van a hacerte sonreír.
Ese es el mérito del autor John Green, contarnos una historia para reflexionar sobre la vida, el amor, y lo importante que puede ser el optimismo en nuestras vidas.
“Perhaps, “okay” will be our “always”
The Fault In Our Stars es un drama del año 2014, dirigido por Josh Boone.
Protagonizado por Shailene Woodley, Ansel Elgort, Nat Wolff, Laura Dern, Sam Trammell, Willem Dafoe, Lotte Verbeek, Ana Dela Cruz, Randy Kovitz, Toni Saladna, David Whalen, Milica Govich, Allegra Carpenter, Emily Peachey, Emily Bach, Mike Birbiglia, entre otros.
El guión es de Scott Neustadter y Michael H. Weber; basados en la novela del mismo nombre, escrita en 2012, por John Green.
John Green, no dejó que su agente literario, enviara el manuscrito de su libro a nadie en Hollywood, antes de que se publicara, porque no quería vender los derechos, pues estaba seguro que sería difícil realizar una película, sobre una jovencita con tubos en la nariz.
El título original, que vendría a ser “La culpa es de nuestras estrellas”, porque sí, porque no hay otra posible explicación, de por qué esas vidas de tantos jóvenes, al igual que las de los protagonistas del film, se ven afectadas por la enfermedad, sin haber hecho nada para merecer semejante condena.
Tras el exitoso estreno de la película, los padres de Esther Grace Earl, aseguraron que “Esther hubiera ido a ver la película con sus amigos”, y “Ella se habría emocionado”
Earl falleció a los 16 años, tras una larga batalla contra el cáncer de tiroides, pero publicó sus memorias, bajo el título de “This Star Won’t Go Out”
La novela “The Fault In Our Stars”, debutó en el #1 en la lista de los más vendidos del New York Times, en enero de 2012; y en 2014, la adaptación de la película fue un éxito en adolescentes y adultos, quedando en el #1 en taquilla; y se ha convertido en el gran pelotazo de la temporada en Estados Unidos, con una recaudación superior a los $100 millones, sobre un presupuesto de apenas $10 millones.
Así las cosas, a pesar del milagro médico que sucedió hace un par de años, Hazel Grace Lancaster (Shailene Woodley), nunca ha dejado de pensar en su muerte, desde el momento en el que le diagnosticaron cáncer.
Ya que la depresión es uno de los efectos colaterales del cáncer, Hazel se ve obligada por su madre, a asistir a charlas grupales en “El Corazón de Jesús” cosa que Hazel odia.
Un día se topa con Augustus Waters (Ansel Elgort), un chico que había sobrevivido el cáncer, pero le había costado una pierna, en la cual poseía una prótesis.
Cabe destacar, que este cojea; y ambos resultaron tener cierta atracción física, el uno por el otro, y en el transcurso del tiempo, se enamoran.
Estos deciden viajar a Ámsterdam, con motivo de conocer al escritor de “An Imperial Affliction” el libro favorito de Hazel; un viaje que ofrece muchas emociones, y diferentes noticias para la joven pareja...
Nos hallamos, pues, ante una película juvenil, que no toma al público por idiota, pero que tampoco persigue que sea un intelectual, y a pesar de la crudeza de la vida, nos deja bien claro que ésta siempre merece la pena; incluso en los momentos más difíciles… un relato que va directo a emocionar tu alma, afligir tu espíritu, y alterar tu esencia, deliciosa incomodidad corporal, ante la cual es imposible permanecer estático e inmóvil, frío o ausente.
El nivel de implicación, está inmutablemente relacionado con tu persona y tu propia existencia, desde la indiferencia y la tontería, por una presente desconexión y desapego imposible de modificar y remodelar, o la alteración de todo tu ser, por la desmesurada implicación al remover recuerdos guardados; es un término que te permita apreciar sin llorar, estimar sin deshacerte por dentro, valorar, y querer sin devastar tu interior, pero tampoco alejarte tanto como para que no sientas nada, es lo mejor, ideal teórico de práctica complicada.
“Pain demands to be felt”
Josh Boone, equilibra la puñalada emocional al espectador, con el valor de afrontar de cara la tragedia de una pareja de adolescentes, con los días contados; y en los parámetros artístico/comerciales en que se mueve, no es fácil:
Un drama romántico, inteligente, cálido, divertido, y emocionante.
Encantadoramente fiel al “best seller” de John Green, y consolidada como éxito revelación del año, integrante del género “indie” y “young adult”, The Fault In Our Stars se sustenta en un romance adolescente literario, exuberante e inteligente que, más que una película sobre el cáncer, supone una representación y celebración de las sorpresas, y lo inesperado, y de la propia alegría por vivir.
Centrada en el milagro médico que es Hazel Grace, enferma terminal de cáncer desde hace años, pero aún superviviente.
La joven vive con ironía, naturalidad, y resignación su estado, hasta que conoce a Augustus Waters.
Recuperado de su enfermedad desde hace más de un año, pese a haber perdido una pierna, la entrada de Gus en la vida de Hazel, supondrá el capítulo más importante e intenso de la historia de su vida.
De la historia que ambos, juntos, empiezan a formar.
Totalmente alejada de los convencionalismos y tópicos que un drama surgido en torno al cáncer suele crear, los puntos fuertes de la producción, proceden de la novela de Green, y de la creación de los personajes jóvenes, creíbles, vibrantes, complejos en su desarrollada personalidad, y muy reales.
Los protagonistas, no se para al paso del metraje dando pena, y lamentando su destino trágico…
Todo lo contrario:
Con frescura, y en un canto a la vida, intentan vivir ese “pequeño infinito” con todas las ganas, y la pasión que muchas personas no logran encontrar a lo largo de toda su vida, por muy longeva que esta sea.
Hazel, lleva la enfermedad que corroe sus pulmones, se pasa toda la película con unos tubos en la nariz para poder respirar, con nihilismo, ironía, soledad, rebeldía propia de su edad, 16 años, y mucha inteligencia, sin que la actriz Shailene Woodley se haga repelente, ni molesta, al contrario, está para enamorarse de ella.
Mientras que él, Gus, es un chico vitalista, parlanchín, y divertido, cuyo mayor temor es caer en el olvido, una vez haya muerto, incluso se atreve a reírse de la misma muerte, con su particular metáfora de cigarrillo en la boca, pero sin encenderlo, lo hace cercano y tierno.
Es cierto que The Fault In Our Stars aborda una temática muy dura, en concreto cómo unos muchachos afrontan el cáncer, y su posible muerte.
Pero, por supuesto, también nos muestra cómo ello afecta a sus seres queridos...
Asimismo, introduce un relato de amor juvenil, y se hace preguntas sobre qué significa nuestro paso por este mundo:
¿De verdad es relevante hacer algo grande, que asombre a los demás, o basta con dejar una huella en el corazón de aquellos que nos aprecian?
Dicho esto, lo bueno de The Fault In Our Stars, es que no presenta una burda afectación a la hora de plantear semejantes cuestiones.
Así, discurren con naturalidad, y a ratos incluso se presentan respuestas contradictorias, invitando al espectador a la reflexión.
Aunque a veces da la impresión de resultar excesivamente lacrimógena, logra sortear este problema, gracias a la sinceridad de su historia, y a las magníficas interpretaciones de sus jóvenes protagonistas.
Es decir, la historia no trata sobre la enfermedad, sino sobre cómo sobrellevar la pérdida y, de paso, aprender a vivir... pero claro, el cuadro médico de los chicos, sigue pesando mucho, qué incómodo…
El director y su equipo, cuidan el nivel de producción, rodando con calma y delicadeza, una historia que busca el equilibrio entre el abuso lacrimal, que fuerza la máquina en más de una ocasión, inevitable, y la apuesta por enfocar el lado más veraz de la lucha contra la enfermedad.
Los puntos fuertes vienen de la novela de Green, que rechaza totalmente convertirse un drama tópico sobre el cáncer, creando a cambio, 2 personajes jóvenes, creíbles y vibrantes.
Una proclama para celebrar la vida; que no se enfoca en la muerte, aunque la muerte esté siempre en escena; ni ellos sienten compasión, ni la historia se las entrega…
Ellos ven a la muerte planeando sobre sus cabezas.
La miran a los ojos, y tienen miedo, claro que lo tienen, muchísimo.
Pero por ello, son también muy valientes, porque vencen a ese miedo, casi siempre, y no permiten que los paralice, y les impida disfrutar de lo que les queda.
La pareja central está bien, y su trabajo no es fácil a la hora de aunar amor y dolor con madurez, sin dejar de reflejar el egocentrismo inconsciente, con un pequeño plus de pedantería intelectual, propios de su edad.
Elogiar las fantásticas actuaciones de Shailene Woodley y Ansel Elgort:
La primera, logra transmitirnos lo que piensa o sufre Hazel Grace, sin necesidad de articular una palabra; muestra y demuestra todo su talento, en una película creada casi por, y para su lucimiento; mientras Elgort sorprende, estando a la altura de su compañera, y del que es el personaje más complejo en personalidad y carisma de la historia; y ambos tienen una química muy pocas veces vista en pantalla.
Ella es inteligente, ocurrente, y necesitada de la vida de adolescente normal que nunca tuvo, Hazel es un personaje interesante, divertido, y vivaz, o todo lo vivaz que puede ser alguien con un tanque de oxígeno como accesorio permanente.
Tal vez interpretada por otra actriz que no fuera Shailene Woodley, podría provocar más lástima que otra cosa, pero lo cierto es que gracias a los aciertos del guión, y la actuación de la perfectamente fotogénica Woodley, Hazel ocupa cada rincón de la pantalla, consigue una empatía que no sólo está hecha de la pena que le tenemos, y de lejos, lo mejor de la película, para considerarse también como partícipe principal de este fenómeno imparable.
Y quien da vida a Augustus Waters, consigue que entendamos el viaje de su personaje, partiendo desde el optimismo, y confluyendo en el miedo, un pequeño gran monstruo de la actuación, al que el calificativo de “'joven promesa”, ya le queda pequeñísimo.
Si los intérpretes de este filme fueran adultos, y conocidas estrellas de Hollywood, tendrían garantizada una nominación al Oscar…
No quisiera olvidarme del buen hacer de Laura Dern y de Sam Trammell.
Dern está perfecta en cada una de sus frases y momentos, sabiendo dar completamente en el clavo.
Ella y Shailene Woodley, son el alma, la magia, y la simplicidad de The Fault In Our Stars.
Por otro lado, difícil papel de Willem Dafoe:
El escritor Peter van Houten, no es una persona precisamente simpática, pero sirve para reflejar lo difícil que resulta dejar atrás determinadas aflicciones, pero está enorme en su antipatía.
Y dejando ver de nuevo, el potencial de Natt Wolf, que no creo que sólo hayan gustado a adolescentes, él es la nota más cómica y no resulta gratuito.
Sin embargo, el más castigado del reparto es Sam Trammell, el cual no únicamente posee poca presencia, sino que ni siquiera su actuación es convincente, pareciendo más un amigo mayor, que un padre, y es una lástima.
Un dato curioso es que cuando Hazel y Gus deciden viajar a Europa, para ir en busca del final del libro escrito de Peter van Houten, se puede ver como John Green, el escritor del libro, hace un cameo apareciendo, junto a una niña pequeña, en el aeropuerto, esas escenas, están en la versión extendida de la película.
Y es que es maravilloso ver una película romántica, en la que sus protagonistas no son guapísimos ni perfectos, si no más normales, y naturales, y también golpeados por la vida…
Pienso que The Fault In Our Stars gusta por eso, su gran característica, su naturalidad.
Realmente encantadora, con momentos de inevitable llanto para los sensibles, y dulzura para los románticos.
Me emocionó el momento en el que aparece Hazel de pequeña, en aquella cama de hospital, y le dice Laura Dern, que siempre será su madre, sentimientos muy bien trasmitidos.
Y hay varias secuencias para recordar:
La del lanzamiento de huevos contra un coche; el encuentro con el ídolo de Hazel, el escritor Peter van Houten, en Ámsterdam, y que a la postre resulta ser un tipo huraño, amargado, y desagradable; Gus, declarándosele a Hazel en un restaurante de lujo; algunos de los momentos de Hazel con su madre; el simulacro de funeral que se organiza el propio Gus, uno de los grandes momentos, y ¡cómo no!, la escena en el columpio, con la frase de Gus, diciéndole a Hazel:
“Sería un privilegio que tú me rompieras el corazón”
Y ella replicándole, que no es posible seguir juntos, que:
“Gus.
Soy una granada.
Algún día explotaré, y arrasaré con todo lo que me rodea.
Y siento que es mi responsabilidad reducir al mínimo las víctimas”
La metáfora del cigarrillo, es una de las situaciones más criticadas de The Fault In Our Stars, y la novela, y es cuando uno de los protagonistas, Augustus Waters, se coloca un cigarro en la boca, pero no lo enciende…
Este hecho causó polémica, sobre todo en las personas que sufren de cáncer, y entienden que no se puede frivolizar el tema.
Sin embargo, el propio John Green, se ha referido al respecto:
“Es evidente que, en una novela, el autor no tiene por qué pensar lo mismo que uno de sus personajes.
A menudo, Gus utiliza un lenguaje que está por encima de sus posibilidades.
Pero yo creo que el cigarrillo es una metáfora, aunque sea diferente para todos nosotros, de lo que es para él.
La impresión de Gus, es que el cigarrillo es una metáfora de la enfermedad, por eso lo mantiene apagado en su boca, lo que es una representación de su poder ante la dolencia”
Como dato curioso, la camiseta gris que usa Augustus, bajo una chaqueta de cuero beige; es la misma que lleva puesta Hazel, cuando se entera que Gus ha muerto.
Y sobre la banca icónica de Ámsterdam, que resultó perdida…
Tal ha sido el impacto de la historia, que la banca de Ámsterdam, donde se rodó una de las escenas, desapareció varios días…
El hecho fue reportado por los turistas que llegaban al lugar, para tomarse fotos donde se sentaron Arthur Elgort y Shailene Woodley.
Posteriormente, se supo que la butaca fue devuelta…
Así lo confirmó el comisionado de filmes de Ámsterdam, Simon Brester a Entertainment Weekly, quien incluso, tuiteó una imagen del objeto recuperado.
El destino, también jugó una mala pasada:
La muerte de un integrante del equipo: Paul Apted, el editor de sonido, falleció de cáncer, enfermedad sobre la que trata The Fault In Our Stars, a los 47 años.
El hecho conmovió a la producción, y a los fans de todo el mundo.
Y como datos en la red:
En las redes sociales aseguran, que Hazel fallece un año después que Augustus.
Incluso existen “fanpages”, donde se comenta que Augustus donó sus pulmones a Hazel…
La historia de The Fault In Our Stars, deja una lección esencial, que todo el mundo debería apreciar, y es:
“La vida no tiene que ser perfecta, para ser extraordinaria”
Por último, la banda sonora fue organizada por Nate Walcott y Mike Mogis de Bright Eyes, e incluye pocos artistas de alto perfil, como:
Kodaline, Birdy, Charli XCX, y Ed Sheeran, quien escribió la canción para los créditos finales, llamada “All the Stars”, o el tema “Strange Things Will Happen” de The Radio Dept.
“They don't kill you unless you light them.
And I've never lit one”
¿Qué queda por descubrir?
¿Qué, por reinventar?
Y de alguna forma, ahí, en ese momento, sucede el milagro.
Cuando aparecen películas que te reencuentran con El Séptimo Arte.
Cuando lo conocido se vuelve desconocido tras nuevos giros, nuevas tramas, nuevos géneros, y subgéneros, nuevos personajes, nuevas vidas…
Cuando enamorarse de una historia, es hacerlo a primera vista, a última vista, y a cualquier vista.
Como Scarlett O’Hara lo hiciera con Rhett Butler.
Como Ilsa Hund con Rick Blaine.
Como Rose y Jack.
Como ahora lo hace Hazel Grace con Augustus Waters.
Y como irremediablemente, lo hacemos nosotros con The Fault In Our Stars.
De la misma forma en que duermes, “profunda y lentamente, hasta que finalmente lo haces”
The Fault In Our Stars, trata de ese mito del amor verdadero y eterno.
Puede haber vidas más cortas que otras, pero lo que importa es que ese amor sea puro, sentido, y sin importar si dura unos meses, años, o siglos.
Todo ello forma parte de ese infinito, que es nuestra propia existencia caduca.
Es un drama con un corazón, y un alma sinceros y puros.
Una película que pudiendo abusar de la desagradable rutina de su núcleo, prefiere ofrecer una ventana a la esperanza.
Un canto a la vida, desde las oscuras aguas de la muerte, donde sólo quedan héroes que batallan constantemente contra la certeza de su final.
Porque hay historias que no queremos oír, pero que necesitan ser escuchadas, y sobre todo sentidas, y esta, es una de ellas.

“Mr. Van Houten.
I'm a good person, but a shitty writer.
You're a shitty person, but a good writer.
I think we'd make a good team.
I don't wanna ask you for any favors, but if you have the time, and from what I saw you had plenty, please fix this for me:
It's a eulogy for Hazel.
She asked me to write one, and I'm trying, but I just... I could use a little flair.
See, the thing is... we all wanna be remembered.
But Hazel's different.
Hazel knows the truth.
She didn't want a million admirers, she just wanted one.
And she got it.
Maybe she wasn't loved widely, but she was loved deeply.
And isn't that more than most of us get?
When Hazel was sick, I knew I was dying, but I didn't wanna say so.
She was in the ICU when I snuck in for ten minutes and I just sat with her before I got caught.
Her eyes were closed, her skin pale, but her hands were still her hands, still warm, and her nails were painted this dark blue black color, and... I just held them.
And I willed myself to imagine a world without us and what a worthless world that would be.
She's so beautiful.
You don't get tired of looking at her.
You never worry if she's smarter than you, 'cause you know she is.
She's funny without ever being mean.
I love her.
God, I love her, I'm so lucky to love her, van Houten.
You don't get to choose if you get hurt in this world, but you do have a say in who hurts you.
And I like my choices.
I hope she likes hers.
Okay, Hazel Grace?”



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