Sinister

“Once you see him, nothing can save you”

El género de terror, puede que sea el más maltrecho del cine.
Parece que todo esté inventado, que por muchos esfuerzos que se hagan, todo suene a refrito de tópicos, aparte del hecho de que la gente en su mayoría, ya se ha hecho poco impresionable, y hay pocas películas que consigan asustar, salvo a los susceptibles que saltan con sustos prefabricados, para grabarlos como “videos caseros”, y promocionarla como “la más terrorífica de la historia”
En tiempos de la profusión de la imagen, la explotación del género de terror, ha llevado, probablemente, a una banalización de los mecanismos que nos llevan a la conexión íntima de nuestros miedos, con aquello representado en el fotograma.
El proceso, desemboca en una insensibilización progresiva hacia la atrocidad, un desvanecimiento del sentido de lo que vemos, como resultado de rápidas galerías de barbaridades que salpican relatos, más o menos tipificados y pensados para el consumo rápido.
En el camino se queda ese otro terror, el que construye una verdadera psicología, y no pierde su norte, como desasosegante contemplación del mal, fundamentado en la creación de atmósferas, que llevan al escalofrío, sin la ansiedad de lo inmediato.
“I'm gonna write the best book that anyone's ever read”
Sinister es una película de terror, dirigida por Scott Derrickson, en el año 2012.
Protagonizada por Ethan Hawke, James Ransone, Juliet Rylance, Vincent D'Onofrio, Fred Dalton Thompson, Clare Foley, Michael Hall D'Addario, Victoria Leigh, entre otros.
El guión es de Scott Derrickson y C. Robert Cargill, que narra las vivencias de un escritor en horas bajas, que da un giro cuando descubre una caja con vídeos caseros, que pone a su familia en peligro.
Además de la cinematografía tradicional, Sinister usa el recurso del “metraje encontrado” para mostrar la parte más terrorífica de la obra.
Como dato, el título que tenía Sinister originalmente era, “Home Movies”, que de manera cínica, irónica y burlona macabra, resultaba mucho mejor, aunque representaba un enorme “spoiler”
Con todo, Sinister ha sido todo un éxito en taquilla, pues su presupuesto fue de tan solo $3 millones, y ha recaudado $77,7 en todo el mundo.
Sinister sigue a Ellison Oswalt (Ethan Hawke), un periodista que viaja con su familia, a lo largo y ancho del país, para investigar terribles asesinatos que luego convierte en libros.
Cuando llega a una casa donde ha tenido lugar el asesinato de una familia, encuentra una cinta que desvela horribles pistas, que van más allá del esclarecimiento de la tragedia.
El descubrimiento de esas macabras cintas de Súper 8, y etiquetadas con nombres de típicas películas caseras, como:
“Hora de dormir”, “Parrillada”, “Corte de césped”… al ponerlas en el proyector, descubre que esos títulos tan domésticos, resultan ligeramente irónicos:
“Hora de dormir”, por ejemplo, consiste en el degüello de una familia durante el sueño.
“Parrillada”, en la incineración de otra, dentro de un auto; y en “Corte de césped”, la máquina no se usa precisamente para el pasto…
En todos los casos, las víctimas son familias enteras, que no supone, al principio, un motivo para encender alarmas, sino una fascinación por el horror contemplado, que puede servirle como inspiración para su próxima novela...
El mayor peligro al que nos podemos enfrentar como personas, y por tanto, el terror más profundo, aparte del dolor físico, es a perder todo lo que tenemos, y lo que queremos:
Nosotros mismos, y nuestras familias, y sobre todo, nos produce miedo que nos ataquen en nuestra intimidad, con nuestros seres queridos, que es donde necesitamos sentirnos más protegidos, pero puede ser que no lo estemos realmente, y eso es lo que Sinister nos demuestra, y de forma devastadora, nada más empezar...
Sinister, se maneja con suficiente intriga y tensión, para no hastiar con algunas veleidades de guión, y claves manidas:
Reciente mudanza que trastoca una placidez previa, familia en peligro con momentos de crisis, derivados de la situación límite, casa encantada, con ruidos y secretos, perversión de la imagen “angelical infantil”, rituales pasados con “investigador de misterios”, giro final “sorprendente”…
Lamentablemente, todo ya visto, masticado y digerido.
“...Who's Stephanie...?”
Sin mostrar demasiado en el transcurso del metraje, el director logra sumergirnos en un clima atemorizante, que nos mantiene alertas los 110 minutos de duración.
Conoce cómo funciona la mente de un espectador de cine de terror, y suspenso, y eso se nota.
De entrada, el escritor, C. Robert Cargill, dijo que su inspiración para Sinister, vino de una pesadilla que experimentó después de ver “The Ring” (2002), en el que se descubrió una película en su ático, que representa el ahorcamiento de una familia entera.
Este escenario, se convirtió en la configuración del guión de Sinister.
En la creación del villano, Cargill conceptualizó una nueva imagen del “Bogeyman”, llamando a la entidad:
“Mr. Boogie”
La idea de Cargill era que la criatura, sería a la vez aterrador y seductor para los niños, atrayéndolos a sus condenaciones, como una figura siniestra de Willy Wonka.
Cargill, y coguionista Scott Derrickson, en última instancia decidieron restarle importancia a la naturaleza seductora de la criatura, sólo insinuando, cómo manipula a los niños para acometer asesinatos.
Para seguir desarrollando “Mr. Boogie”, la pareja de guionistas, tuvo largas discusiones sobre su naturaleza, la decisión de no hacer un demonio, sino una “deidad pagana”, con el fin de colocarlo fuera del alcance conceptual de ninguna religión en particular.
En consecuencia, el villano se le dio el nombre propio de “Bughuul”, y que los niños de Sinister, se refieran a él como “Mr. Boogie”
Así pues, sin premura ni atropellos, recorrida por una angustia que encuentra su columna vertebral en los espeluznantes “vídeos caseros”, Sinister habla de la imagen reproducida, como milenario elemento transmisor del terror.
Y lo hace apartando hasta prácticamente su final, el foco de una maldición soterrada, que es consecuente con esa idea, pero que se constituye secundaria a la degeneración psicológica de su protagonista, al fin y al cabo, el perfecto representante de ese espectador, adherido a la pantalla.
Y es que las cintas Súper 8, que el protagonista proyecta en su oficina, no solo cambian adecuadamente su calidad, no del todo, en algunos casos, sino que están filmadas de una forma tan oscura y real, que los ojos no paran de buscar cualquier detalle entre la oscuridad, solo para encontrarnos con algunos de los momentos más perturbadores que Sinister tiene para ofrecer, no tanto por la intensidad de las imágenes, sino por la tensión que estas causan.
Basando parte de su argumento, en ese elemento, cada proyección es única.
Aquí es cierto, que lo mejor de sí, lo da en las sádicas grabaciones mencionadas, no tanto la investigación a su alrededor, pero éstas tienen tantísima fuerza, que uno está dispuesto a pasar por alto otras situaciones en la que la historia da demasiadas vueltas sobre sí misma, permitiéndose volver a lucir en el epílogo.
Lo mejor de todo el metraje, es cuando el padre descubre las cintas, y se pone a verlas…
Hay que decir, que todos los asesinatos que vemos en todas las cintas de Súper 8, son brutales.
Más que el “gore” de lo que nos muestra, destacaría el hecho de cómo lo muestra.
La forma en la que nos enseñan las diferentes formas de morir, de las distintas familias en cada rollo de película de Súper 8, me ha parecido impactante, sobre todo por los usos de la elipsis; y como digo, más que el hecho de lo que vemos, es la forma en la que lo vemos.
Del reparto, la actuación de Ethan Hawke, está bastante bien, y sabe llevar correctamente el peso de Sinister, no hay prácticamente ninguna escena en que no salga, haciendo de su desmoronamiento mental, algo bastante creíble, aún más sorprende, es que Hawke se tome tan serio un personaje que, todo hay que decirlo, parece claramente pensado para el lucimiento de quien lo fuera a interpretar, algo que él sabe aprovechar.
El resto del reparto, es meramente una comparsa, carne de cañón que no aporta demasiado al conjunto.
El director, es capaz de crear tensión de la nada, utilizando recursos como la simple luz de un iPhone; como viene siendo habitual, y personalmente se entiende, el “product replacement” con marcas como:
Google, Apple, y un primer plano del navegador Safari, que se muestran descaradamente.
Respecto a las cintas de Súper 8, hacen de nexo entre presente y pasado, y ayudan a mantener al espectador pegado en la butaca, por el realismo.
No obstante, el mayor problema de Sinister, está en el guión, que se olvida de la investigación del caso, por ejemplo, y del seguimiento de la policía…
Añado aquí, el momento más rematadamente absurdo:
Resulta que el protagonista sabe, que en la casa donde viven, mataron a una familia, y no se lo cuenta a su mujer...
Resulta que viven en un pueblecito muy pequeño, donde es famoso el caso, y la gente lo comenta a todas horas…
Resulta que la mujer, no se entera del caso, hasta que la niña, hija de ambos, se lo casca…
O sea que la mujer no debía de salir de casa, ni para hacer la compra, o bien, no debía de hablar con nadie, porque un hecho así, en un pueblo tan pequeño, digo yo, que es de lógica, que a poco que hablara con alguien, en algún momento surgiría.
Este es un ejemplo de la mierda de importancia que el guionista le da a los personajes secundarios, poniéndolos ahí, sin más ni más, y descuidando por completo todo tipo de lógica.
Otro defecto, que quizás se le puede achacar a Sinister, es lo poco creíble de algunas de las decisiones del protagonista, como andar por toda la casa con un foco, en vez de encender la luz… eso, y la transición de la investigación criminal, al ángulo puramente sobrenatural, no por la transición en sí, sino por un desacierto estético que hace que Sinister termine en comedia involuntaria, lo que en un principio se atisbaba como algo bastante serio.
Entre estos resbalones, se encuentran recursos baratos como:
Los sustos repentinos de rostros que aparecen en primer plano, desde fuera del encuadre, hasta el empleo de un maquillaje de feria, un tanto estrafalario, que muy probablemente responda al poco presupuesto.
El ente paranormal, tampoco me ha gustado, pues no tiene nada destacable...
En Sinister, nos encontramos con un graciosillo ayudante de policía, que sale más de la cuenta en pantalla, por lo que se hace cuestionable:
¿Por qué hay cineastas que se empeñan en poner ciertas escenas de humor en películas de terror?
¿Acaso no queremos que nos asusten todo el rato, cuando vemos esas historias?
No tiene sentido poner personajes graciosos, para descargar tensión entre el público… y por momentos, se difumine la historia, o abarque aspectos que no llevan a ninguna parte, como los terrores nocturnos del hijo del protagonista, que me parecieron interesantes, y la falta de motivación que una linda niña tuvo para querer matar a su familia, pues de tan poca edad, sabe de venenos… o los otros niños que tienen la fuerza para amarrar, jalar, subir, etc., a sus respectivas familias…
Demasiada preguntas, que no valen una segunda parte, pues queremos que las películas tenga coherencia, sean circulares, todo cierre y ponga a cada uno en su puesto, y en Sinister, no sucede nada de eso.
Como digo, Sinister no es perfecta, y lo de los espíritus mandando callar, me parecieron bastantes ridículos.
Podemos argumentar, que desde los principios de ocultismo, en los que basaron al demonio, si tiene sentido la escena, pues inicialmente, la televisión se imaginó como “un portal para hablar con fantasmas y demonios, como un espejo de comunicaciones”
Los videos, televisión, computadoras, y dibujos son portales, ventanas para el demonio, así pues, cada vez que Ellison veía los videos en su laptop, estaba haciendo contacto sin que él se diera cuenta...
Además, la curiosidad mató al gato.
De no ser por querer ver todos los vídeos, muy probablemente, no hubiera sucedido nada de lo que pasó.
Por otro lado, deja muchas cosas sin resolver:
¿Qué significa el perro?
Pues el escorpión, la culebra, el signo diabólico y “Mr. Boogie” tienen explicación por los datos del experto…
Sobre las casas de las muertes…
¿Por qué no hay más casos?
¿Cómo conecta o contacta “Mr. Boogie” a los niños?
¿No debería haber más niños, pues son muchos años entre los asesinatos, y las casas están muy bien?
En lo que sí triunfa el trabajo de Scott Derrickson, es en la mayoría de “set pieces” de horror, que al fin al cabo, son el motivo por el que el público se decide por una obra de estas características.
Empezando por el ser diabólico de la historia, “Bughuul”, de rostro escalofriante, y que pone los pelos de punta la primera vez que aparece en el metraje; pasando por el instante que más se recordará de Sinister, aquel en el que una máquina de cortar césped, se pone en marcha… y terminando con el gran trabajo de conductor de la trama, por parte del director, ofreciendo en su justa medida, información de lo que verdaderamente ocurre, y provocando la intriga del espectador.
“Get the kids!
Pack the car!
We have to leave!
Go!”
Cuántas veces hemos oído esta frase:
Siempre que se cotillea, o se pregunta demasiado acerca de una investigación, o algún tema en concreto, en más de una ocasión nos han respondido:
“La curiosidad mató al gato”
La frase se usa para advertir que alguien está indagando asuntos peligrosos, o que no son de su incumbencia.
El refrán, también se refiere a que a veces, no es adecuado curiosear demasiado en algo.
Esencialmente, la oración describe un número desconocido de mecanismos del comportamiento psicológico, que tienen el efecto de impulsar a los individuos, humanos y “no humanos”, a buscar la información, y la interacción con su ambiente natural, y con otros seres a su alrededor.
Pero:
¿De dónde viene esta frase?
¿Qué quiere decir?
La oración tiene origen inglés, fue en el siglo XVI, cuando empezó a usarse.
El texto original era:
“Curiosity killed the cat”, pero la expresión más común y utilizada era:
“Care kills a cat”
A medida que el tiempo fue transcurriendo, la palabra “care” se cambió por “curiosity”, o “curiosidad” en español.
Traducida textualmente significa:
“La enorme cautela, o preocupación, mató al gato”
Y está relacionado con la medicina, ya que expone que, la excesiva inquietud y preocupación, es mala para la salud de las personas, pudiendo llegar a enfermar, e incluso morir, llevándolos a la tumba, antes de lo previsto.

“Don't worry, daddy.
I'll make you famous again”



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