Repulsion

“I don't think Cinderella likes me”

La androfobia, es una fobia/temor irracional, que produce un anormal y persistente miedo a los varones; que no debe ser confundido con la misantropía/odio a los humanos, ni la misandria/odio a los varones.
Las posibles causas de esta patología, pueden tener origen en un evento traumático, en edad temprana, con un hombre, o un niño.
Por otra parte, esta condición no suele ser el resultado inmediato de un evento, sino que algunas veces, se desarrolla en un lapso de tiempo.
Esta condición, puede tener un impacto negativo en varios aspectos de la vida de la persona afectada, tales como el empleo, y las relaciones románticas.
Sus relaciones personales y profesionales, por ejemplo, son propensas a ser afectadas negativamente por la fobia.
Pese a todo, algunas personas con androfobia, se casan, aunque la gran mayoría permanecen solteras.
Acotar que esta condición, no está limitada a las mujeres; pues los hombres también pueden sufrir de este miedo irracional.
“Why did you throw Michael's things away?”
Repulsion es una película británica de terror, del año 1965, dirigida por Roman Polański.
Protagonizada por Catherine Deneuve, Ian Hendry, Patrick Wymark, John Fraser, Yvonne Furneaux, Valerie Taylor, James Villiers, Helen Fraser, Renee Houston, entre otros.
El guión es de Gérard Brach y Roman Polański, inspirados en una muchacha que ambos habían conocido en Saint-Germain-des-¬Prés, para quien el sexo era algo que la atraía y repelía simultáneamente, muy dada a repentinos, e imprevisibles ataques de violencia.
Repulsion es una película de terror, locura, muerte, violencia, incesto; que también aborda el tema de la ruptura de límites, y la negación a cumplir con “el camino de la feminidad” esperado por la sociedad.
Repulsion es la 1ª de la llamada “Trilogía del Apartamento”, de Roman Polański, siendo las otras 2:
“Rosemary's Baby” (1968), y “Le Locataire” (1976), dominado por personajes centrales paranoicos, y atmósferas perturbadoras, aguas en las que navega virtuosamente.
El terror presente en estas 3 películas, no consiste en los peligros que provienen del exterior, sino el miedo que se va incubando en las mentes de los protagonistas.
Repulsion, entra también en la categoría de “género erótico” por las alucinaciones sexuales que incluyen, además de que es la 1ª película, en la que se oye un orgasmo real de una mujer, en ser aprobada por The British Board of Film Censors.
Repulsion, gozó en su momento, de un éxito en taquilla, que ayudó a Polański, no sólo a dirigir su siguiente obra, sino a acabar de afianzar su carrera fuera de Polonia.
Aunque no es una de sus obras más mencionadas, Repulsion es un film que mejor ha sabido retratar el proceso de locura femenina, de forma seria y fidedigna, aun cuando, a modo de anécdota, Polański declarara, que esa esmerada descripción de la esquizofrenia, en realidad, era todo inventada por él y Brach, que no tenían ni idea de la enfermedad.
Incluso hoy en día, Repulsion todavía tiene el poder de choque entre su público, ya que posee un efecto profundamente desorientador en quien la visiona.
Filmada en Gran Bretaña, Repulsion fue el 2º largometraje de Roman Polański, y el 1º en idioma inglés.
La acción se desarrolla en Londres, entre 1964 y 1965, durante 3 semanas; y narra la historia de Carole/Carol Ledoux (Catherine Deneuve), una joven que siente aversión al sexo, y a los hombres.
Ella es callada e introvertida; con frecuencia, queda absorta en sí misma, ajena a lo que ocurre a su alrededor.
Trabaja en un salón de belleza como manicurista, es guapa, de cabello rubio, y larga melena, aparenta fragilidad, y tiene una cara angelical; y que vive con su hermana Hélène/Helen (Yvonne Furneaux), en un apartamento en Kensington, Londres.
Carol, experimenta sentimientos simultáneos y contradictorios, de atracción y repulsión hacia los hombres, al que percibe amenazante y hostil; por eso, para ella resulta tan incómoda la relación que mantiene su hermana con un hombre casado, llamado Michael (Ian Hendry)
Esto, es también reconocible con las intenciones de noviazgo de Colin (John Fraser), un joven que está enamorado de ella.
Cuando la pareja se marcha de vacaciones, Carol comienza a tener alucinaciones, y su mente se desquicia.
Repulsion, expone el proceso que lleva a Carol, a revivir su pasado...
Alucinaciones, confusiones, y desvaríos mentales, pulsan en su interior con fuerza, hasta provocar en ella tanta angustia, que arruinan su cordura.
El realizador, ilustra el camino hacia la locura, con representaciones surrealistas, que reproducen en la vivienda, lo que sucede en la mente de la muchacha:
Carol se derrumbará, víctima de sus delirios, hacia la psicosis esquizofrénica, que le hará participe pasiva de violaciones y acosos de 2 hombres, al sonar las campanas del convento cercano, de quienes habrá de defenderse de cualquier forma, aun sea con la muerte; y verá agrietarse el edificio que es su propia mentalidad, para finalmente materializar sus obsesiones, en 2 personas reales que aparecen en su vida, más o menos, inocentemente.
Al final, con el desastre totalmente desatado, una coda final, sobre el comportamiento del vecindario, fisgón, completamente ajeno, y superficial, contrasta con el de sus propios familiares, asumiendo la auténtica tragedia.
Repulsion es inquietante y sobrecogedora, una aventura de tortura para una muchacha cuya belleza corre pareja con su malsana frigidez, manifestada a través de fantasías de violación, objetos que parecen cobrar vida, disolución de su percepción de la realidad, que se aparta del folclore de la parasicología, para acercarse, con turbadora fascinación, a la patología mental.
Con la exacta, minuciosa, e íntima visión con la que explora Polański, el progresivo desenlace con la realidad que tiene Carol, junto a la originalidad de cómo sus síntomas esquizofrénicos son retratados, nos resulta una de las más grandes, atemorizantes, y abrumadoras cintas del llamado “terror psicológico” que existen.
En esta oda a la locura, Polański sentó cátedra, en cuanto a ambientaciones y situaciones, que serían imitados hasta la saciedad, en el cine de terror venidero.
“There's only one way to deal with men, that's treat them as if you don't give a damn about them!”
Pocas veces se ha tratado el cine de terror, de una manera tan cercana y realista, como la del realizador polaco, Roman Polański.
Sabio aprendiz del suspenso “hitchcockiano” y del surrealismo de Buñuel, el talento de Polański, se evidencia una vez más, en una impecable dirección de actores, y puesta en escena.
El autor cuenta, de que para asustar, no hacen falta grandes presupuestos invertidos en efectos visuales, sino la cámara puesta sobre actores brillantes, interpretando emociones humanas, los trastornos mentales en este caso, al límite del realismo, haciendo a Repulsion, tan convincente, como aterrador.
Repulsion, es ni más ni menos, que llevar la historia de la caída a la locura de una bella mujer.
Lo que comienza siendo un drama sobre las relaciones filiales, entre una joven de aspecto casi autista, con su entorno, terminará siendo una terrible pesadilla psicológica, en la que todos nos veremos inmersos.
El terror al contacto con el sexo opuesto, derivara a un comportamiento violento y hostil, que se verá aumentado, cuando la joven se queda en casa sola, siendo ya la última media hora de un delirio esquizofrénico, difícil de olvidar:
Con violaciones psíquicas, o no, acoso, muerte, y una casa que parece también víctima de una mente reprimida, que se resquebraja lentamente, hacia un desenlace magistral e íntimo.
La descripción que hace tanto Polański como Brach, del mundo femenino, es magnífico, con la tierna relación entre las hermanas, y las conversaciones entre las compañeras de trabajo, y las clientas sobre sus frustradas relaciones con los hombres.
De hecho, si uno contrapone lo que ellas comentan, con lo que luego vemos que comentan en el bar, los amigos de Colin, sobre las relaciones con mujeres, no podemos extraer más que la conclusión pesimista, de que hombres y mujeres, están destinados a no entenderse del todo.
Por otro lado, aunque el personaje de Carol es el eje absoluto de la trama, es un acierto, hacer que personajes como el de Colin, resulten tan simpáticos al espectador.
De esta forma, se remarca que el rechazo de Carol, no es por culpa de él, sino que se trata de un rechazo generalizado a los hombres.
Por ello, Michael le resulta tan molesto, sufriendo Carol cada noche, el suplicio de oír como él y su hermana hacen el amor, haciéndole sufrir la constatación de una sexualidad normal, que a ella le repele.
El hecho de que el amigo de Carol crea estar enamorado de ella, y sea bastante insistente, y que por otro lado, el casero sienta atracción sexual por la chica, e intente forzarla, resulta significativo, ya que ambos serán las víctimas de la enferma Carol, y su tortuosa relación con el sexo, que desde su posición ve a ambos hombres como amenazas, aunque el comportamiento del primero sea positivo, y el del segundo negativo.
Al final, es curiosamente el personaje de Michael, aquel al que ella detestaba más, el único con la suficiente entereza para “rescatarla”, y devolverla al exterior.
Pero sacando lecturas:
El primer asesinato, el de su “novio”
Es que este novio, se ha crecido solo, pues no obtiene el beneplácito de Carol, es muy forzado en la relación, pero también es un patético embaucador, que además de estar como una cabra, derriba la puerta de su casa...
En fin, un homicidio que bien podríamos darlo por “justificado”
Luego, el hijo de puta del casero violador (Patrick Wymark) lo damos como “defensa propia”
¿Acaso por eso, solo intenta matar a los hombres que son reales, y no a los otros?
Curiosamente, se percibe resignación de su parte, ante las repetidas violaciones que sufre de sus creaciones mentales, de las que apenas se defiende.
Y es que al director le interesa más la evolución de la patología, que su origen, de ahí que preste atención milimétrica a los detalles, y acciones que la van a ir agravándose, hasta desembocar en la más absoluta paranoia.
La acción, que comienza con planos del ojo derecho de Carol, finaliza con un zoom de aproximación al mismo, como queriéndonos decir que lo visto, le ha causado repulsión.
Desde la inteligencia y la circunspección, o la perplejidad, hasta alcanzar el trastorno más absoluto, el personaje de Carol, ofrece un elocuente y estremecedor catálogo de miradas:
A lo largo del metraje, asistimos a su irremediable caída, y contemplamos su progresivo alejamiento de la ribera de la sensatez.
De esta forma tan significativa, el ojo, la mirada, se convierten en el espejo del abandono, y el deterioro mental, como se dice del rostro, “es el espejo del alma”
Finalmente, Repulsion cierra con una fórmula circular, un bucle, ya que, por lo inexplicable de la locura, nos remite a la propia mirada de Carol en su infancia, o primera adolescencia, hasta el punto en el que el ojo se convierte en una mancha que se metamorfosea con el grano de la fotografía; deviniendo todo, pura mancha y confusión.
Los hombres, como grupo o género, están retratados en los piropos subidos de tono, que unos obreros dedican a Carol, cuando pasea por la calle; las conversaciones entre las empleadas, y las clientas del salón de belleza, en el que la joven trabaja, y que siempre giran en torno al interés de los hombres por el sexo; los objetos que el amante de su hermana, va dejando esparcidos por el apartamento:
La navaja de afeitar, el cepillo de dientes, la ropa sucia; los gemidos de placer, procedentes del cuarto, en el que ésta y su pareja, mantienen relaciones cada noche, los cuales dificultan el sueño de la protagonista; los requerimientos amorosos de un chico, que parece enamorado de ella…
Y ese apartamento, que no le sirve de guarida, sino donde es “atacada” y ataca, da a entender más sobre la dependencia de Carol hacia su hermana.
Del reparto, Catherine Deneuve, interpreta de forma consagratoria, a una mujer frágil, gélida, y reprimida en sus instintos sexuales, emocionalmente autista de su entorno, y aislada completamente del mundo que la rodea.
Por eso vemos que ella es en realidad, una persona más que introvertida, una mujer que aún no ha madurado, y que sigue viviendo anclada en un mundo infantil, como revelará su camisón, y el plano final.
Por eso prefiere abusar del azúcar cuando toma café, por eso tira el cepillo del amante de su hermana, por eso camina por la calle sin rumbo alguno, y por eso parece totalmente abstraída, cuando está trabajando.
Polański consigue extraerle en cada plano, para embelesarnos sin pestañear durante más de 100 minutos, y sin pestañar también acabara ella.
Pero no se trata de una simple locura, Polański apuesta por unas pasiones sexuales, en el origen del trastorno mental de la joven.
La repulsión a la que hace referencia el título, es la que siente Carol hacia los hombres.
Está claro, y pese a que Repulsion no hace referencia explícita alguna, sólo mediante simbolismos, como el del conejo que se pudre, al igual que la virginidad y la mente de nuestra protagonista; está más que claro que Carol es virgen; o las patatas con sus brotes, como prueba del hacinamiento, corren paralelamente a la locura de Carol.
A partir de ahí, y de la desastrosa relación que tiene con su compañero sentimental, porque la palabra “novios” no se atañe exactamente a la relación que mantienen, sumado a los comentarios que oye, acerca de los hombre por parte de sus compañeras, la joven Carol desarrollará un tremendo odio hacia los hombres, que Polański se encargará de mostrar en las diferentes pesadillas que acumulará la joven, después de quedarse sola en su casa.
Una vez Carol se queda sola, la descomposición del conejo que ha sacado de la nevera, es otra forma de mostrar el proceso de degradación de su psique…
Es entonces, cuando Polański opta por combinar, realidad con imaginación, con esas paredes, de las cuales salen manos que la tocan obscenamente, o las pesadillas en que cree ser violada brutalmente.
Estos elementos, se combinan con el uso de otros más vinculados a la realidad, por ejemplo:
Los sonidos, magistralmente utilizados, la casi ausencia de banda sonora, salvo en las escenas más climáticas, refuerza su importancia; el tic tac del reloj constante; las llamadas de teléfono, que acaban siendo su único vínculo con el mundo exterior, y siempre son hostiles; el casero exigiendo que le paguen; la mujer de Michael, confundiendo a Carol por la amante de su marido; las campanadas del convento, que suenan en momentos cruciales, etc.
Otra de las mayores virtudes, es su capacidad para combinar esas alucinaciones, con elementos de la realidad cotidiana, que en este contexto se vuelven casi amenazadores.
Como ya comentaba, el sonido es un aspecto fundamental.
Antes de que Carol caiga en la vorágine de la locura, Polański utiliza una melodía ligera, interpretada por instrumentos de viento, para ambientar los paseos continuos que realiza la joven; mientras que cuando empieza a caer en la locura, el director opta por utilizar una música totalmente rítmica, golpes de tambor, que sirven para indicar el desequilibrio mental en el que ha caído.
Mientras tanto, en las múltiples violaciones, “imaginarias” que recibe Carol, el director silencia totalmente esas escenas, pero también incluye elementos simbólicos, como el sonido de las campanas que resuenan cerca de la casa, y que entran a formar parte de la trama, a modo de preludio a un hecho horroroso.
El hábil uso, por parte de Polański, de un espacio reducido, y claustrofóbico, y la gran fotografía en blanco y negro de Gilbert Taylor, dan lugar a inolvidables y escalofriantes secuencias; como aquella en la que Deneuve, espléndida a lo largo de todo el metraje, tiene que enfrentarse a un sombrío pasillo, del que surgen brazos que intentan agarrarla, y la tocan por lugares claves:
Pechos, piernas, abdomen…
Finalmente, remarcar el acierto de Polański, al dejar el final, suficientemente abierto al espectador.
Nunca se nos dice el motivo exacto, por el que Carol es así, sólo se nos muestra al final, una fotografía de infancia, que se supone que resuelve el misterio, pero en realidad, no hay una interpretación clara de qué quiere significar:
¿Está la niña mirando acusadoramente a su padre, que abusó de ella?
¿O simplemente la imagen nos muestra esa mirada perdida, que aún tiene de adulta, dándonos a entender, cómo desde pequeña, se mantuvo alejada del resto de familiares?
En 1968, Joseph Gelmis preguntó al director, si esta última imagen, debía interpretarse como si Carol hubiera sido víctima de acoso sexual.
Ciertamente, esta interpretación es la 1ª que viene a la cabeza en el siglo XXI, cuando tanto se habla del abuso infantil…
Polański respondió que no:
“Mi única intención, era mostrar que en la época de la fotografía, Carol ya no estaba bien”
Y por mucho que disfrute, de que los psiquiatras consideren muy conseguido este retrato de su desintegración, Polański no pretende adornar el pasado de Carol.
Su resistencia se debe a motivos artísticos, según dijo el mismo:
“El verdadero talento, consiste en no contestar todas las preguntas”
No se debe esperar de Repulsion, entonces, un relato que estudie el origen de dolencias psíquicas.
Ni se analizan intelectualmente, ni se investigan en un sentido médico, la fobia al contacto sexual, la disgregación de la personalidad, los brotes esquizofrénicos, la obsesión por la limpieza, los delirios, y alucinaciones, el estupor aislante, ni otros tantos desórdenes mentales, como los que sirven de armazón a Repulsion.
A Polański no le interesan ni las motivaciones, ni el surgimiento de la paranoia esquizoide en su protagonista, así como tampoco la juzga, simplemente, se limita a mostrar una realidad, la realidad de una joven, prisionera de sus demonios interiores, que acaba realizando los más brutales y atroces actos inimaginables.
Unos apuntes sobre la radical extrañeza con que la joven Carol vive su vida en Londres, bastan para poner en marcha un ejercicio de sugestión cinematográfica, un rico y complejo mundo audiovisual, con que acompañar fríamente el desvarío de la pobre manicura.
Porque Polański establece esa proverbial distancia suya, desde la que advierte:
“El mal está ahí, poderoso, sí, y bastante hago con describirlo en detalle, no esperen que además, manifieste compasión o condena”
Es en esa foto final, donde quizá comprendemos el porqué de la actitud de Carol.
Ella ya estaba perdida en este mundo…
Polański no nos dice, si al final Carol murió, lo que para mí no es necesario, nos dice que se destruyó…
Producto de sus temores, y siendo fiel a ellos hasta el último momento.
Esa era su vida.
E ir a buscar razones del por qué actuaba así, era como tratar de conocer por qué vivía, que quizá ni ella misma sabía.
Desentendida de su entorno, el rechazo al contacto con el sexo opuesto, es lo que marcará su condenable delirio, a través de la imagen masculina, sometiéndola a arremetidas constantes de los deseos más odiados por ella.
Desde lo sexual, iniciando que Repulsion fue el debut en inglés de una Catherine Deneuve de 22 años, todo un símbolo sexual de la época, que iba a sacar a relucir su lado más oscuro y enloquecido.
A pesar de lo siniestro del personaje, el realizador aprovecharía la más mínima ocasión, para sacar partido de la carga erótica de la actriz, hasta una sencilla escena, lavándose los pies en un lavabo.
Polański, sacaría de Catherine, una enorme sensualidad.
Ahí el acierto de la elección de Catherine, en el papel de Carol, esa sexualidad de la actriz, nos produce una sensación de desconcierto, al ver su personalidad.
Elementos fálicos que puedan sugerir una “repulsión” hacia lo masculino:
La uña de la señora, que Carol hiere en el trabajo, siendo una castración en toda regla, creo que para la enferma, el mismo dedo representa un pene, antes del ataque, se ve claramente el dedo en su mano…
La Torre de Pisa, que aparece retratada en la postal, es también un símbolo fálico.
La comida, algo muy lógico como sabemos desde Sigmund Freud; o la navaja ese símbolo fálico, masculino, amenazante y castrante.
Sobre la pudrición del conejo, hay posibles significados:
Falta de uso de la vagina de Carol.
Falta de higiene, pues se ve que ella no utiliza mucho la bañera, ya que el día que la necesita para darle un uso alternativo, no parece que eche de menos su uso natural.
El resto de comida que queda por ahí, en una bandeja, y que nadie tira ni recoge, ni hace caso, hasta que se putrefacta, provocando náuseas, “repulsión” a las visitas.
Aparte de usar con maestría el espejo, como símbolo de la verdad, y el sonido irritante del reloj, mostrando que todo lleva su curso, y si no se actúa sobre un problema, el tiempo pasa factura…
Y por último, las habitaciones, que cambian de tamaño, en la mente trastornada, donde nadie se imagina lo que puede ocurrir en el interior de una casa.
El realizador, también nos muestra su afición al cine de todos los tiempos, con referencias a:
“Das Cabinet des Dr. Caligari” (1919), “The Gold Rush” (1925), “Un Chien Andalou” (1928), y “Psycho” (1960)
La escena de los músicos callejeros, es un homenaje a Fellini.
Todo lo anterior, ayudado por la partitura acongojante, de varios solos instrumentales, producto del jazzista, Cicho Hamilton.
“Well, next time you forget, maybe you'll let me know”
Las personas que padecen androfobia, sobre todo las mujeres, desconocen sus propias emociones, y no califican sus propias necesidades, de amar, y ser amadas.
Tapan estas auténticas necesidades, con miedo al fracaso y al ridículo.
Como les es difícil conocer las emociones de los demás, y presuponen que las juzgan, las critican…
También, muchas mujeres, nuevamente ocultando su verdadera necesidad, toman una actitud más distante, fría, indiferentes, y por momentos, agresiva hacia los hombres.
Son mujeres que se angustian, sufren, y tienen una tendencia a una visión catastrófica de la pareja.
Es muy recomendable optar por una terapia de grupo de crecimiento y desarrollo personal.
Estos son grupos heterogéneos, de hombres y mujeres, de edades diferentes, donde se aprende a relacionarse con los otros, desarrollando todas las potencialidades relacionadas con Inteligencia Emocional, aspecto central de esta problemática.
Este tipo de patología, con el tiempo tiende a agravarse, por lo cual, es necesario hacer algún tipo de psicoterapia.
El poder de la autoestima
La forma en que nos miramos, determina las cosas que nos suceden.
¿Cómo confrontar descalificaciones, y críticas?
¿Cómo influye en nuestras elecciones, y decisiones?
La mirada de los otros, y aprender a poner límites.
Pero antes que todo, quienes están alrededor, deben saber interpretar que algo no anda bien, y por tanto, si existe amor, o interés, no dejar a esa persona de lado.

“I must get this crack mended”



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