A Passage To India

“My philosophy is you can do what you like... but the outcome will be the same”

Sin lugar a dudas, la influencia británica ha sido un factor decisivo en las numerosas revoluciones, sufridas en el interior de la sociedad india.
Será desde cuándo La Corona Británica asuma la administración directa del territorio, mediante la creación de un Ministerio de La India, en 1858.
Desde ese momento, La India pasa a ser una colonia de La Corona Británica, gobernada por un Virrey; y fue en el año de 1876, cuando La Reina Victoria, se proclamó Emperatriz de La India, y el país fue calificado como “La Joya de La Corona”
No obstante, El Movimiento de Independencia de India, consistió en una serie de revoluciones, que comenzaron antes de su creación como colonia, en 1857, y que llegaron a su fin, bajo el liderazgo de Mahatma Gandhi, entre 1942 y 1945, así como con la invasión a La India Británica, por El Ejército Nacional Indio, comandado por Subbash Chandra Bose, durante La Segunda Guerra Mundial.
La Independencia, finalmente se logró el 14 de agosto de 1947.
Y es que Gran Bretaña marcó la vida y las actividades de sus ciudadanos en La India, siendo infrecuentes los matrimonios mixtos, y manteniéndose hasta el final de la dominación, la separación entre los gobernantes, extranjeros, y el pueblo indio…
Bajo el mandato británico, la producción cultural india, floreciente en épocas anteriores, decrece fundamentalmente, debido a la falta de mecenazgo, y la imperante y puritana censura victoriana.
“My dear, life rarely gives us what we want at the moment we consider appropriate.
Adventures do occur, but not punctually”
A Passage To India es una película británico-estadounidense, dramática, del año 1984, escrita y dirigida por David Lean.
Protagonizada por Judy Davis, Victor Banerjee, Peggy Ashcroft, James Fox, Alec Guinness, Nigel Havers, Richard Wilson, Antonia Pemberton, Saeed Jaffrey, Art Malik, Michael Culver, Roshan Seth, Clive Swift, Ann Firbank, Rashid Karapiet, Dina Pathak, entre otros.
A Passage To India está basada en la novela homónima de E.M. Forster publicada en 1924; ambientada en El Raj Británico, y El Movimiento de Independencia Indio, en los años 1920.
La obra, fue seleccionada como “una de las cien mejores obras de la literatura en inglés” por la Modern Library; y obtuvo El Premio James Tait Black Memorial de 1924, para ficción.
La revista Time, incluyó la novela en sus “100 mejores novelas en inglés de 1923 a 2005”
La novela de Forster, se basa en su propia experiencia en La India; y tomó el título del poema de Walt Whitman “Leaves Of Grass” (1855)
La historia gira alrededor de 4 personas:
EL Dr. Aziz, su amigo británico el señor Cyril Fielding; la señora Moore, y la señorita Adela Quested.
Durante un viaje a La Cuevas de Marabar, basadas en las cuevas de Barabar de Bihar, Adela acusa a Aziz, de intentar atacarla.
El juicio de Aziz, su desarrollo, y lo que ocurrió después, ponen de relieve, todas las tensiones raciales, y los prejuicios entre los indios indígenas, y los colonialistas británicos, que gobernaban La India.
Los productores británicos, Richard Goodwin y John Brabourne, especialistas en películas de lugares coloniales y exóticos, no dudaron en llevar a la gran pantalla, una muy buena novela de E.M. Forster que transcurría en La India Colonial Británica, para ello, contaron con el más grande los directores británicos de todos los tiempos, con el perdón de Sir Alfred Hitchcock; David Lean, para que hiciera una versión del libro, y nos dejara su testamento cinematográfico, con más de 70 años de edad; de la cual cabe señalar que la novela de Forster es quizás, más simbólica que la versión de Lean; que vino a ser la última película de su carrera, siendo su penúltima película realizada 14 años antes.
A Passage To India, se convertiría en el testamento de Lean, una reflexión sobre la irreconciliable naturaleza de la relación del Imperialismo, en su intento de congeniar con El Tercer Mundo.
Un convincente retrato, de un contexto social, histórico y político, muy concreto:
La India Colonial de principios del siglo XX; en una lúcida y sutil confrontación entre Oriente y Occidente, entre la razón y el espíritu, la “cerebralidad” y el misterio, entre 2 formas distintas, en suma, de entender la existencia.
A Passage To India obtuvo 2 Premios Oscar:
Mejor Actriz Secundaria (Peggy Ashcroft) y Mejor Banda Sonora (Maurice Jarre); y 9 nominaciones:
Mejor película, director, guión adaptado, actriz (Judy Davis), dirección artística, cinematografía, vestuario, edición, y sonido.
El choque cultural, la dominación, las diferencias étnicas, son los otros vértices de la historia, y el punto álgido llega, con un suceso inesperado, ocurrido en unas cuevas, y que Lean maneja con inteligencia, estudiada ambigüedad, y un toque de misterio…
Es La India Colonial de los años 20; Adela Quested (Judy Davis), es una joven inglesa, que viaja a La India en compañía de su futura suegra, Mrs. Moore (Peggy Ashcroft), para contraer matrimonio con su hijo, un magistrado de Chandrapore, Ronny Heaslop (Nigel Havers)
La joven, está obsesionada por conocer a fondo la realidad del país, y encuentra la oportunidad de satisfacer su deseo, gracias a Aziz Ahmed (Victor Banerjee), un médico hindú.
Sin embargo, cuando éste organiza una excursión, para mostrarle las cuevas de Marabar, ocurre algo absolutamente impensable.
A Passage To India, gira alrededor de 4 actores, pero especialmente de la joven Adela Quested.
A saber sus personajes:
El Dr. Aziz Ahmed es un joven médico indio musulmán, viudo, que trabaja en el hospital británico en Chandrapore.
Confía más en la intuición que en la lógica, y es más emocional que su mejor amigo, Richard Fielding.
Hace amigos con facilidad, y parece algo charlatán a veces...
Su principal contratiempo, es una inhabilidad de ver una situación sin emoción, que Forster sugiere que es una típica dificultad india.
A pesar de ser el protagonista de la novela, Aziz tiene cierta noción vulgar sobre el físico de las mujeres...
Aziz parece poseer un profundo amor por su difunta esposa, pero la olvida, debido a una impulsividad que ensombrece todo lo demás...
Richard Fielding (James Fox), es un director británico, soltero, de 45 años de edad, trabaja en el pequeño colegio gubernamental de indios.
La mente occidental lógica de Fielding, no puede comprender el misterio de La India, pero él es extremadamente tolerante y respetuoso hacia los indios.
Se hace amigo del Doctor Aziz, pero diferencias culturales y raciales, e incomprensiones personales, los separan.
Adela Quested, es una joven maestra de escuela británica, que está visitando La India, con la vaga intención de casarse con Ronny Heaslop.
Inteligente, valiente, honrada, pero ligeramente ñoña, es lo que Fielding llama una “mojigata”
Llega con la intención de ver la auténtica India; pero tras un escalofriante viaje a las cuevas de Marabar, ella acusa falsamente a Aziz, de agredirla sexualmente.
Mrs. Moore, es la madre de Ronny Heaslop, es mayor de edad y pensativa.
Visita Chandrapore, para supervisar el compromiso de su hijo con Adela Quested.
Respeta a los indios y sus costumbres, y los indios la respetan a ella, más que a cualquier otro británico.
Después de pasar por una experiencia similar a la de Adela, se vuelve apática y amargada.
Ronny Heaslop, es un magistrado británico de la ciudad de Chandrapore.
Aunque no es un hombre malvado, comparte el punto de vista racista de sus colegas anglo indios.
Rompe su compromiso con Adela, después de que ella se retractase de su acusación contra El Doctor Aziz; pues considera que es una traición a su raza.
El Profesor Narayan Godbole (Alec Guinness), es un brahmán contemplativo, cortés y mayor, que ve el mundo con ecuanimidad.
Permanece totalmente ajeno a los conflictos que giran a su alrededor.
Mr. Turton (Richard Wilson), es  el recaudador británico de la ciudad de Chandrapore.
No odia a los indios, pues eso sería negar la obra de su vida.
A pesar de todo, él es fieramente leal a su raza, rechaza a personas menos “snob” como Fielding, y ve a los nativos, con un desprecio ligeramente velado.
Mrs. Turton (Antonia Pemberton), es la esposa del señor Turton.
Abiertamente racista, “snob”, y grosera con los indios, y con aquellos anglo indios que son diferentes.
Mayor Callendar (Clive Swift) es el jefe médico británico, y superior de Aziz en el hospital.
Es más abiertamente racista, que cualquier otro personaje masculino.
Mayor McBryde (Michael Culver) es el superintendente británico de policía en Chandrapore.
Como el señor Turton, considera que las razas de piel oscura, son interiores a las de piel clara.
Durante el juicio de Aziz, afirma públicamente, que es un hecho científico que los hombres oscuros desean a las mujeres blancas.
A pesar de todo, es más tolerante hacia los indios que la mayor parte de los británicos, y es amistoso con Fielding.
Hamidullah (Saeed Jaffrey) es tío y amigo de Aziz.
Educado en Derecho en La Universidad de Cambridge, declara al principio, que es más fácil ser amigo de un inglés en Inglaterra, que en La India; por lo que Aziz llega a estar de acuerdo con él.
Amritrao (Roshan Seth) es un destacado abogado indio de Calcuta, llamado para defender a Aziz.
Se le conoce por su fuerte sentimiento anti-británico, y toma el caso por razones políticas, y se enfada cuando el caso desaparece en El Tribunal.
Mahmoud Ali (Art Malik) es un abogado indio musulmán, que abiertamente odia a los británicos.
Stella Moore (Sandra Hotz) es la hija de la señora Moore, y bella esposa de Fielding, más joven que él.
Con esta historia y personajes, David Lean consigue una película rica en matices, desprendiendo belleza y exotismo, con multitud de detalles y motivos argumentales, que se solapan en ésta gran historia:
La debilidad de Adela, y su represión sexual y rígida educación, típica de los británicos; la fascinación de Aziz hacia los ingleses, que se tornará finalmente en cierto desprecio; las perlas filosóficas de Godbole, el exotismo de La India, una perfecta combinación de belleza y peligros, como en la escena del templo, y las cuevas de Marabar; los conflictos raciales, fruto del colonialismo británico... son muchos y muchos detalles que trabajan magistralmente y que, con cada visionado, creo que crecerá la admiración y perplejidad por su complejidad argumental.
Así pues, A Passage To India corrobora de nuevo, que estamos ante un director profundamente sensible, capaz de la más seria y equilibrada crítica frente a la nación que le tocó por patria, y dispuesto a reconocer las injusticias que, en muchos momentos se cometieron, en aras de los intereses colonialistas.
“God has put us on earth to love and help our fellow men”
A Passage To India es una gran superproducción, que derrocha por los todos sus costados:
Técnica, madurez, y sabiduría.
Como saben, y para nuestra desgracia, fue también la última película que alumbró El Maestro David Lean, una especie de “canto del cisne” que estuvo plenamente a la altura de los otros grandes trabajos de su vida.
Lean firmó sus créditos como “edited and directed”
Es decir, que se responsabilizaba de su montaje, caracterizado por una fluidez admirable; así como el guión, escrito por él mismo en Delhi, en un plazo de 6 meses.
Del mismo modo decir que A Passage To India, es una película que versa sobre los conflictos raciales, latentes en La India colonizada por los británicos, quizás sería empobrecer, o menospreciar su enorme categoría.
A Passage To India exhibe, además, una relación de división del trabajo muy clara, entre los dominadores/británicos; y los sojuzgados/indios, una verdadera vinculación entre amos y súbditos, que se nota muy bien, por ejemplo, en la actitud del guía Aziz que, permanentemente con una sonrisa en los labios, se deshace en ademanes de amabilidad y atención hacia los británicos, que rayan en la genuflexión.
Porque A Passage To India, muestra 2 mundos culturales contrapuestos, que genera inevitablemente roces, discrepancias, apuntalado por un guión inteligente.
Tanto Lean como Forster, abogan por el necesario respeto a las señas de identidad de cada pueblo, y plantea asimismo, las enormes diferencias existentes entre la mentalidad racionalista europea, y la sabiduría oriental, más cercana al ámbito de los sentidos, como medio para aprehender y desentrañar la realidad.
La sensualidad, y el carácter telúrico de A Passage To India, tienen uno de sus momentos más álgidos, con la larga y modulada escena de la incursión de Adela en plena selva, en la que queda hechizada ante las ruinas de un templo.
Hay que dejarse llevar por la perfección de la planificación, y su impecable montaje, para llegar a percibir ese impacto emocional, que posteriormente tendrá su prolongación, en la larga secuencia de la excursión a las cuevas, que tendrá diferentes gradaciones, hasta llegar al clímax del contacto entre la joven inglesa y Aziz, en la que estalla la sexualidad reprimida de la joven.
En ese mismo fragmento, la ya anciana Mrs. Moore, vislumbrará el miedo a “un universo sin Dios”, pero será precisamente esa meditación, la que le hará aceptar la cercanía de su propia muerte.
Una aceptación del destino, para la cual habrá sido fundamental, la sabiduría de Godbole, quien en otro momento de gran belleza, despedirá la salida de la anciana británica en tren, casi vaticinándole su inminente fallecimiento, producido en otro admirable instante, en plena travesía en barco, que la devolverá a esa agua que se convierte en todo el leitmotiv  de A Passage To India; la depuración de nuestras almas.
En el relato, cabe mencionar la perfección con la que Judy Davis transmite la evolución en la personalidad de Adela; así la justa correspondencia que transmite Peggy Ashcroft, en su refinada encarnación de Mrs. Moore; el carácter místico, y la poderosa mirada del Godbole, compuesto por un Alec Guinness que finalizaría así, su larga colaboración con Lean; la dualidad en la personalidad de Aziz, encarnado por Victor Banerjee, en el fondo, convencido de su inferioridad hacia los ingleses, y finalmente aplicando su justificado desprecio a los colonizadores.
En este capítulo, no sería justo omitir la excelente labor del siempre magnífico James Fox, dando vida a Fielding.
A destacar:
La inmanencia del paisaje; pues en A Passage To India, los personajes revelan sus pulsiones más ocultas, al influjo de un entorno geográfico, cuya fisicidad y presencia, resultan en todo momento, apabullantes.
El misterioso eco que encierran las cuevas de Marabar, se erige así en reflejo del mundo interior, una metáfora que Lean explora de modo persistente, y con notables resultados.
El despertar sexual de Adela Quested, proviene de un entorno represivo, asfixiante, que la ha sumido en una rutina, y un estado de frustración que ansía superar, pues el frío Ronny Heaslop no da atenciones, afecto ni amor.
Sin embargo, dicha pretensión desembocará en una situación traumática, de consecuencias imprevistas.
Su viaje a La India, adquirirá así el carácter de iniciático, dejando tras de sí, una huella indeleble, como se desprende de manera inequívoca del desenlace filmado por Lean.
Otro detalle es el peso de la fatalidad:
Los personajes de Lean, parecen movidos por un sino al que, a pesar de sus ímprobos esfuerzos, resulta imposible escapar.
El azar, mediante una cadena de hitos, en apariencia, minúsculos e inescrutables, gobierna sus vidas con mano férrea.
Y una historia de amistad entre hombres, como pocas han brindado la historia del Séptimo Arte, es la que entablan el británico Fielding y el indio Aziz.
¿Homosexualidad reprimida?
Claro que sí, E.M. Forster era homosexual, y aquí vemos una muy sutil pero jamás revelada naturaleza gay entre ellos.
A pesar de las incomprensiones emanadas de la disparidad de culturas, y de un entorno social poco propicio al entendimiento, ambos logran solventar sus diferencias, y preservar el respeto mutuo que se profesan.
Y aquí expongo una lectura controversial sobre la presunta violación de la protagonista por un indio, el Doctor Aziz Ahmed.
Patético que todos “los buenos” se pongan a favor del presunto agresor, cuando todo parece incriminarle...
Pues si fuera culpable, lo mal que hubieran quedado…
Lo que refleja esta historia en el fondo, es el desprecio que en ocasiones sienten hacia las mujeres, los homosexuales, cosa que puede parecer exagerado, pero que históricamente tiene consistencia.
Dentro de esta visión, la violación o es irrelevante, un simple desahogo masculino, o bien, es fruto de la mente calenturienta de las féminas, que por otro lado, no están capacitadas para un amor tan puro, como el que puede sentir un hombre por otro.
Lean no aclara intencionadamente, cuál es el desenlace de esta excursión, dejando ese poso de angustia en el espectador, sin que podamos entender hasta el final, por qué Adela no aclara los hechos, a pesar del conflicto que desencadena entre indios y británicos, en el que pesan más las cuestiones raciales y el honor de las naciones, que los derechos de un hombre que está juzgado de antemano.
A Passage To India, es por tanto, un caleidoscopio de las pasiones humanas, las contradicciones, y la lucha vital entre el deseo y el miedo, enriquecida por el contexto colonial, que propicia que la historia personal, desate el choque cultural.
Ahí reside uno de los muchos alicientes de esta soberbia película, cuya riqueza temática y formal, se acrecienta con el paso de los años, y que supone la última muestra del ingente legado de ese cineasta, grande entre los grandes, que fue David Lean.
Por último decir que, A Passage To India, significó la última colaboración entre el cineasta David Lean, y el compositor Maurice Jarre.
La muerte de Lean, truncó el nuevo proyecto en el que estaba trabajando, “Nostromo” basado en la obra de Joseph Conrad, lo que hubiese significado una nueva colaboración con Jarre.
Este “score” se basa, fundamentalmente, y casi diría que únicamente en el motivo principal, cuyos sencillos, y evocadores títulos de comienzo, nos remiten a La India Colonial, un paraje exótico, donde conviven 2 mundos, El Occidental y El Oriental, un choque de costumbres que la música recoge magistralmente.
“When you think of crime, you think of English crime.
The psychology's different out here”
A Passage To India no supuso sólo el retorno de Lean al cine, sino también el reencuentro con lo que él significa, el reencuentro con su estilo que se yergue como un vestigio “histórico” de una manera de hacer, y entender el cine, pero que no obstante, tiene aún mucho que enseñar...
Y lamentablemente con su muerte, no fue así.
Si bien, la década de los 70 contempló el advenimiento de una flamante generación de cineastas, cuyos postulados, cuanto menos en primera instancia, diferían sustancialmente de los patrones aplicados con antelación por los grandes estudios.
La irrupción de nuevas tecnologías en materia de efectos especiales, hasta entonces, empleados de manera colateral, y no como una baza de primer orden, desplazó el interés de los espectadores, hacia cuestiones cada vez más alejadas de las historias en sí, y de los personajes que en ellas aparecían.
Por ello, la magia de A Passage To India perdura y gana asiduos a través del tiempo.

“So “Do nothing!”
Is that your philosophy?”



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