Klute

“One man is missing.
Two girls lie dead.
...and someone breathing on the other end of the phone”

A comienzos de los años 70, el cine policíaco se puso de moda, gracias al éxito de películas como “Dirty Harry”, y la oscarizada “The French Connection”
En ese escenario, aparece Jane Seymur Fonda, que es sin duda, una de las más grandes estrellas en la historia del cine, ya sea por sus decisiones personales, o por sus decisiones políticas.
Modelo, actriz, activista política, bailarina, y gurú de los Pilates, Fonda ha reinventado su imagen, desde que comenzara su carrera como modelo.
Tras una traumática infancia y adolescencia, marcada por el suicidio de su madre cuando tenía 12 años, y por la supuesta frialdad de su padre, Henry Fonda; Jane comenzó su carrera como modelo, a principios de los años 50, consiguiendo aparecer 2 veces en la portada de Vogue.
Fue a mediados de la década de los 50, que se interesó por la actuación.
Pero su activismo político, estaría a la par, y en congruencia con su carrera fílmica.
Durante los años 60, Jane apoyó los movimientos de integración racial, y derechos humanos, así como a las controvertidas “Panteras Negras”
Durante esos años, entraría de lleno al activismo contra La Guerra de Vietnam.
Sus acciones, incluirían campañas de activismo político en la costa Este, y una reunión en París, con El Ministro de Relaciones Exteriores del Frente de Liberación Nacional (FNL), Nguyen Thi Bin, el cual participaba en las negociaciones de paz.
En 1972, visitó Vietnam del Norte, especialmente, a los prisioneros de guerra de EEUU.
De ahí, se ganó el apodo de “Hanoi Jane”, así como la animosidad de los sectores conservadores de Estados Unidos, y el resto de la opinión pública.
Durante la década de los 80, Fonda disfrutó su status como estrella consolidada, en pocos, pero diverso roles en la pantalla grande, y chica, además de hacerse famosa por sus videos de Pilates.
Hoy, su activismo político, en contra de la violencia en zonas conflictivas como La Franja de Gaza, o lo relativo a las muertas de Juárez, en la frontera con México, están presentes.
Aunque el retiro de la pantalla parece ya un hecho, el legado de Fonda, con más altos que bajos, es uno de los más importantes en la historia del cine.
“You'd never take her for a call girl.
You'd never take him for a cop”
Klute es una película de suspense, del año 1971, dirigida por Alan J. Pakula.
Protagonizada por Jane Fonda, Donald Sutherland, Roy Scheider, Charles Cioffi, Dorothy Tristan, Rita Gam, Anthony Holland, Shirley Stoller, Richard B. Shull, Sylvester Stallone, entre otros.
El guión es de Andy K. Lewis y Dave Lewis, sobre una prostituta que colabora con un detective, en la solución de un caso; y está impregnado del espíritu de inseguridad y desconfianza, que en el momento del rodaje, y en los inmediatamente anteriores y posteriores, vivía la sociedad de EEUU, a raíz de La Guerra de Vietnam, y los hechos que culminaron en el caso Watergate.
Klute obtuvo un premio Oscar a la Mejor Actriz (Jane Fonda), y una nominación como guión original.
El título “Klute” es engañoso; ya que en el centro de la película, se halla inequívocamente Jame Fonda, y no Donald Sutherland.
Fue sobre todo, el trabajo de ella, lo que convirtió el thriller de Alan J. Pakula, en uno de los retratos femeninos, más conmovedores y sensibles del cine de la década de 1970.
Y es que Klute, trata de temas que hasta entonces no se habían mostrado mucho en el cine, como son las perversiones sexuales, la vida de una prostituta, fumar marihuana en pantalla, desnudos, etc.
Klute se rueda en exteriores de New York y en los Filmways Studios.
La acción dramática, tiene lugar en Pensilvania y en New York, entre los años 1970 y 1971; donde un hombre, el ingeniero Tom Gruneman (Robert Milli), ha desaparecido sin dejar rastro.
John Klute (Donald Sutherland), es un detective privado, que es contratado para dar con el paradero de Gruneman, hombre de negocios, y amigo personal de John.
Han pasado 6 meses desde su desaparición, y la única pista que hay, es una muy “personal” carta a una “call girl” de Manhattan.
John se pondrá en contacto con ella, Bree Daniels (Jane Fonda), para recabar información sobre la misteriosa desaparición de Tom.
Bree es solitaria, desconfiada, contradictoria, y sensible; trabaja como prostituta, pero es honrada, e íntegra.
Con la investigación, la trama se complica, y lo que parecía un simple caso de persona desaparecida, se tornara en algo más peligroso.
Mientras Klute prosigue sus investigaciones en los bajos fondos, empiezan a aparecer prostitutas asesinadas; entonces, le asalta la sospecha de que Bree, pueda ser la próxima víctima.
El estilo algo moroso, detallista, recreativo, y minucioso de Alan J. Pakula, le viene a Klute, como anillo al dedo.
Tanto que, es probablemente, y con mucha diferencia, su mejor cinta, la más contundente, y en la que más se justifica esa obsesión en la obra del director, por dotar de un sólido trasfondo psicológico a sus personajes, para justificar así, todas sus acciones, que en el caso de Klute, son bastante complejas y sorprendentes, pero siempre comprensibles.
Klute suma drama, misterio, romance, y thriller; y forma parte del nuevo cine negro hollywoodense, que emerge en los primeros años 70.
El suspense policiaco, se resuelve con cierta rapidez, gracias a la identificación del responsable del caso, y de sus móviles secretos.
Sobresale la exploración de la personalidad de la protagonista, el análisis de la dinámica de las interrelaciones que se establecen entre ella, y John Klute, y el retrato, detallado y conmovedor, que se compone de la protagonista.
Destaca que Klute, exhibe una excelente ambientación, crea una atmósfera absorbente, que trasmite sentimientos de inseguridad e indefensión, y luce una puesta en escena, precisa y rigurosa, de intenso sabor clásico.
“And for an hour... for an hour, I'm the best actress in the world, and the best fuck in the world”
Klute, es un filme muy sobrio, en el que lo mejor, más allá del desarrollo de la historia, es la modernidad de su planteamiento, que lo convirtieron en un emblemático título de la década de los 70, que junto a otros 2 títulos de Pakula, como “The Parallax View” (1974) y “All The President’s Men” (1976), forman una trilogía de películas llamada “Paranoia Trilogy” que sirvieron para definir el género thriller, en una época en que el público de EEUU, especialmente a raíz del escándalo Watergate, comenzó a sospechar en conspiraciones políticas, como nunca lo había hecho antes.
Y es que Klute, no es solamente un “thriller” muy competente, también indaga con la certeza, de un entomólogo en la sociedad de los primeros años 70, y concibe un retrato inteligente y certero de ese momento, a través de las peripecias de una prostituta, acosada por un maniaco; cabe señalar que, en aquel momento, los psicópatas, aún no tenían carta de naturaleza en el cine como tales; y Pakula consigue un deslumbrante, y muy humano retrato de personajes, espléndidamente servidos por la pareja protagonista.
Obra nada complaciente, y de una gran dureza para su época, tan solo se ve perjudicada por un final, bastante previsible, pero curiosamente, la fuerza de su puesta en escena, y su interés innegable, consigue que esto importe poco, ya que su argumento detectivesco, pasa a un segundo plano, para ceder importancia a ese fascinante retrato de personajes y situaciones, muy novedoso y meritorio en su momento, y que con el paso de los años, han derivado en clichés cinematográficos manidos y usados en multitud de películas, con bastante menos fortuna.
Klute destaca, por ser el primer trabajo importante, del afamado director de fotografía, recientemente desaparecido, Gordon  Willis, que llevaba haciendo cine un par de años, en hacer uso del formato panorámico anamórfico.
Acá, Willis aportó todas las características de sus trabajos:
Una perfección y dominio de la técnica envidiables, a modo de ejemplo, cabe mencionar, que siempre utilizaba los mismos niveles de luz en una película, como regla general, así como la misma apertura de diafragma, por lo que sus copias finales, eran cercanas a un positivado a una luz, así como también, un trabajo de cámara de una sobriedad enorme, con un amplio dominio de la perspectiva, a través de la selección de focales, muchas veces, evitando los ángulos de cámara, son famosos sus tomas frontales en interiores, con un 75-100mm anamórfico; y sobre todo, un enorme nivel de riesgo con la subexposición, dejando que muchas de sus obras, alcancen unos niveles de oscuridad, desconocidos en su época.
En Klute, el operador deja que los actores se sitúen en primer término, prácticamente como siluetas, bajo la incidencia de una tenue luz de relleno, que apenas permite vislumbrar sus rasgos, mientras que expone correctamente, una fuente de luz que se sitúa tras los mismos, creando imágenes muy naturales, pero que, por su enfoque novedoso, cualquier operador hubiera utilizado más luz sobre los sujetos, o sobreexpuesto el fondo para captar más luz sobre los mismos; resultan atmosféricas e inquietantes, creando una ambientación, realmente tenebrosa.
La fotografía, resulta muy moderna y atrevida, a pesar de su estilo aparentemente simple y minimalista, contribuyendo de manera más que decisiva, a crear la atmósfera de Klute.
Sin embargo, no es la mejor obra de Willis, un operador que es autor de las 3 entregas de “The Godfather”, y de 7 películas de Woody Allen.
Acá, Fonda esta magistral, sus terapias/monólogos, debieron de escandalizar a más de uno en esa época, de hecho, con el doblaje, han mutilado alguna que otra expresión, demasiado explicita, lamentable.
En una secuencia; a Bree Daniels se le ve fumar marihuana; y en otra, comenta que su sueño es ser una actriz, según ella, como “call girl”, la mejor actriz del mundo.
Afirmación que en los primeros momentos del nuevo Hollywood, era algo más que una simple referencia al machismo de los retratos femeninos del cine de entonces, recién salido del Código Hays.
Así, sus palabras constituían una verdadera bofetada al viejo sistema.
Jane Fonda, se adueña de Klute, desde la primera escena hasta la última, con una brillantez interpretativa tal, con tanta expresividad interior, inteligencia, y conciencia de mujer, aunque también, con la pena y la inseguridad de una persona sola, que casi hace estallar el personaje.
Con todo, recibió un Oscar merecidísimo, en ese papel de una mujer, retrato que, como prostituta, en tanto la clásica víctima, como la dueña de la situación, desde el punto de vista psicológico.
Bree es tierna y sensible, aunque lo oculta tras una máscara de dureza, destinada a defenderse de la mentira y el egoísmo de los hombres.
Ella se comporta de modo distante y frío, porque quiere mantener el control de su vida, frente a los obstáculos que le pone una sociedad machista y hostil.
En su relación profesional con los hombres, lucha por ser la dueña de las situaciones.
Para ello, se sirve de la iniciativa, la capacidad de anticipación, el ingenio, y la fuerza psicológica.
Se enfrenta a su condición de víctima de los hombres, desplegando coraje, espíritu de lucha, sentido de la dignidad, y una pertinente voluntad de afirmación personal.
La lucidez, consciencia y sinceridad, alimentan en ella, un mundo interior complejo y rico, del que extrae motivos para luchar contra las inseguridades que percibe, y la desconfianza que siente.
Sabe que sus recursos personales son limitados, y que los retos que ha de superar, son grandes.
Por ello, busca y acepta el consejo y el apoyo de profesionales, como la psiquiatra; y amigos como Klute.
Bree tiene personalidad, y una gran sensibilidad, pero se ha acostumbrado a vivir agazapada en sí misma, atrincherada en su interior, y oculta tras sus máscaras.
Aparentemente solitaria, indiferente, y distante, puede cambiar mucho, si descubre en su camino, motivos de confianza y seguridad, que le proporcionen apoyo desinteresado, compañía leal, y afecto sincero.
Klute, interpretado por un correcto Donald Sutherland, se nos muestra, no como un tipo duro y frío, de aspecto seductor, y seguro de sí mismo; sino como un tipo algo enclenque, de aspecto amigable, que realiza sus pesquisas, sin tener que caer en comportamientos rudos, contrario a lo visto entonces.
Un detective afligido en su soledad, que encontrará en Bree, un corazón donde encontrará algo de calor.
Klute, dedica más tiempo, a la vida íntima de los personajes, más que a la investigación, y en la cual, irá desentrañando la oscura naturaleza que muchos esconden bajo falsas apariencias, la sordidez del deseo de la carne, y el amor, sin caer en ser el más idóneo, que procesa hacia Bree, aunque él sepa que es “fruta prohibida”
Como curiosidad, Klute incluye un cameo, de la superestrella de Andy Warhol, la actriz Candy Darling, y la co-estrella de “All In The Family” Jean Stapleton.
La música a cargo de Michael Small, suma estilos tan variados como blues, rock, música disco, melodías hindús, y composiciones minimalistas.
El estribillo melódico, es un emotivo tema de amor.
El momento culminante, se da cuando la música se torna cadenciosa y sensual, para acompañar a Bree, fastuosamente vestida, camino de la residencia de un cliente, al que ha de embrujar con fantasías eróticas.
Cabe decir que no constan los títulos, de los cortes de la partitura.
“Lots of guys swing with a call girl like Bree.
One guy just wants to kill her”
Desde que publicó su autobiografía “My Life So Far” en 2005, Jane Fonda ha mostrado, un renovado entusiasmo por narrar todos los detalles de su existencia, por escabrosos o grotescos que parezcan.
Ahora sí, Jane quiere hablar... y sin tapujos.
“Escribí el libro, porque he logrado cierto conocimiento sobre mi vida, y sabía que, si lo escribía con honestidad, podía ayudar a la gente”, dice Fonda.
En ella, podemos leer cómo se sintió cuando, a los 12 años, se enteró por una revista de cine, de que su madre, Frances Seymour, se había suicidado.
La distancia emocional de su padre Henry, se analiza con gran detalle, como también, sus propias batallas con la bulimia, y su eterna necesidad de ser perfecta.
Dice la actriz:
“Era una triste chica larguirucha, de largo cuello, enferma de bulimia, a partir del suicidio de mi madre, y de un día para otro, me vi con tremendo peinado y estrambótico maquillaje.
Veía en el espejo, a una mujer que se parecía a mí, pero no era yo...
Pensaba que el cine, estaba engañando al público, y descubrí que Hollywood, había hecho de mí, un arquetipo fantasioso.
Por eso acepté el rol en Klute, en 1971, cuando por primera vez me vi como Jane Fonda en la pantalla, interpretando a una prostituta.
Esa película, además del Oscar, marcó mi vida.
Supe que había que luchar por las causas sociales.
Es parte de tu vida, expresar una opinión, y otorgar una solidaridad.
En mi momento, me llené de arrojo, para defender el movimiento anti-Vietnam.
También he apoyado la causa feminista, indígena, y hasta ecológica, los movimientos anti-racistas, e incluso, los aeróbicos, otra forma de libertad.
Ahora, apoyo el sexo en la tercera edad porque me conviene...”

“Goddamned hypocrite squares!”



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