The War Of The Roses

“My father used to say there are four things that tell the world who a man is:
His house, his car, his wife and his shoes”

Entiéndase como “La Guerra de Las Dos Rosas” a una guerra civil que enfrentó intermitentemente, a los miembros y partidarios de La Casa de Lancaster, contra los de La Casa de York, entre 1455 y 1485.
Ambas familias pretendían El Trono de Inglaterra, por origen común en La Casa de Plantagenet, como descendientes del Rey Edward III.
El nombre “Guerra de Las Dos Rosas” o “Guerra de Las Rosas”, hace alusión a los emblemas de ambas casas:
La Rosa Blanca de York, y La Roja de Lancaster, que fueron productos del Romanticismo.
La guerra se dio principalmente, entre los miembros de la aristocracia terrateniente, y ejércitos de los señores feudales.
El apoyo a cada uno de los bandos, dependió en gran medida, de los matrimonios dinásticos entre la nobleza.
Como dato, esta guerra señala el fin de La Edad Media inglesa, y el comienzo del Renacimiento.
Esta guerra entre la nobleza, entre matrimonios en pugna por lo material, nos remonta a uno de los hechos más actuales, sobre los cuales gira el divorcio.
Diversas investigaciones, se han abocado a tratar de determinar, cuáles podrían ser las variables que presentan un mayor riesgo de divorcio, aunque no necesariamente se puede presumir, que son aquellas las causales directas de éste.
Entre estos factores, se pueden mencionar:
Matrimonios a corta edad, pobreza, desempleo, bajo nivel educacional, convivencia con otra, o la misma pareja antes del matrimonio, tener un hijo antes del matrimonio, ya sea propio, de ambos, o de alguno de los contrayentes, diferencias raciales, tener un historial de otros matrimonios anteriores, divorcio en la familia de origen, entre otros.
Otras investigaciones indican que, una de las potenciales causas en el incremento de las tasas de divorcio, ha sido el cambio de roles dentro del matrimonio, principalmente asociado a la incursión de las mujeres en el mercado laboral, gracias a crecientes oportunidades en educación y empleo, en conjunto con políticas más activas de inclusión, indicándose que en muchos casos, la relación entre un mayor número de horas dedicadas al trabajo, y la probabilidad de divorcio, es más fuerte en aquellas familias de ingresos medios, y en las que el marido desaprueba el trabajo de la esposa, o bien, en las que el marido trabaja menos horas que la esposa, haciendo que la interacción de pareja disminuya, especialmente en el caso de los primeros años del matrimonio.
Por otro lado, y respecto a la independencia lograda por la mujer, al acceder al mundo del trabajo, varias investigaciones aluden a la existencia de una débil relación con la probabilidad de divorcio.
Causas bastante más raras, pero a veces no menos frecuentes, son:
El ronquido insoportable de uno de los cónyuges, falta de higiene personal, adicciones a distracciones, política, deportes, o hobbies.
“There are two dilemmas... that rattle the human skull.
How do you hold onto someone who won't stay?
And how do you get rid of someone who won't go?”
The War Of The Roses es una comedia estadounidense, del año 1989, dirigida por Danny DeVito.
Protagonizada por Michael Douglas, Kathleen Turner, Danny DeVito, Marianne Sägebrecht, G.D. Spradlin, Sean Astin, Peter Donat, entre otros.
El guión es de Michael Leeson, sobre la novela homónima de Warren Adler, publicada en el año de 1981.
El argumento estaba, a su vez, inspirado en una historia real, que llenó páginas de periódicos en Estados Unidos, en la década de los 50:
El agitado divorcio entre el empresario y periodista, William “Billy” Rose, y su esposa Eleanor Rose.
La prensa bautizó la ruptura de la pareja como “La Guerra de Los Roses”
Adler no publicó, sin embargo, un único libro inspirado en Los Rose.
Escribió también en 1981:
“The War Of The Roses: The Children”
En donde Adler indaga en las consecuencias de la traumática experiencia de los hijos con sus padres, y en sus relaciones personales como adultos.
The War Of The Roses es una historia ácida, sobre las desavenencias de un matrimonio, muy feliz, pero desgraciadamente destinado al fracaso.
Una pareja:
Oliver Rose (Michael Douglas) y Barbara (Kathleen Turner), se conocen en una subasta, pujando por un objeto.
Se enamoran y se casan, y parecen un matrimonio feliz, hasta que por un incidente, se terminan peleando.
Ellos se esfuerzan por quedarse la casa donde los 2 vivían, ya que están en proceso de divorcio, y tratan de hacerse la vida imposible, el uno al otro, hasta el fin.
La desintegración de un matrimonio perfecto, tan modélico, que resultan insultantes sus vidas, tan cómodas como vacías, se produce cuando la esposa, madre, y ama de casa perfecta; con una eficaz y oronda sirvienta alemana llamada Susan (Marianne Sägebrecht) que completa el cuadro familiar, junto a los hijos de los Rose:
John (Sean Astin) y Carolyn (Heather Fairfield), cae en la cuenta de que desea algo más:
Recobrar su propia identidad.
Cierto es que vemos la historia entera, cómo se conocieron, se casaron, y cómo degenera la relación.
Sin embargo, dicen que del amor al odio, hay solo un paso, y Michael Douglas junto a Kathleen Turner demuestran que es posible.
Mediante el recurso de la exageración, The War Of The Roses narra un cúmulo de situaciones que divierten, que tratan de mostrar las diferencias más comunes en la relación de pareja, las formas de solucionarlas por vías diplomáticas, judiciales, aumentando la intensidad, de tal manera que terminará en un pleito, que irradia violencia física y verbal.
The War Of The Roses es una crítica sobre el derrumbe de un matrimonio, y sobre las consecuencias de cimentar la vida en apariencias, que es justamente lo que hacen Los Rose.
Y una muestra cruel, de lo que provoca el esconder y callar durante tantos años.
“Was it as good for you as it was for me?”
Hábil maniobra cómica de Danny DeVito, que mezcla con suficiente acierto, retazos de humor negro, batalla de sexos, elevada a la enésima potencia, comic, y sátira al matrimonio en un film bien realizado, de acerba y misógina planificación.
Lo que caracteriza a The War Of The Roses, es precisamente el hecho de centrarse en lo que no cuentan los cuentos de hadas, aquellos largos años de felicidad que constituyen el recurrente epílogo, fundido a negro, de toda narración romántica que se precie.
Lo que realmente importa, es esa parte nunca contada de la historia, cuando los cónyuges comienzan a disgregar el alma que antes era una sola, en suma de individualidades, por lo general, profesionalmente definidas, para acabar separándose en mónadas incomunicadas, e inconciliables.
Este proceso, tiene como origen, la nunca aceptada sumisión de la mujer a un papel secundario en la vida matrimonial.
Si algo define a Barbara Rose es su independencia, que no “casa” bien con la ambición profesional de Oliver, quien debe presumir de su mujer, la residencia y la familia, delante de sus compañeros y superiores, de manera que no quede duda que la suya, es una auténtica familia tradicional estadounidense.
La habilidad de DeVito consiste entonces, en presentar los personajes de manera que sea prácticamente imposible, no tomar partido por uno de ellos, y que además, esta toma de partido, esté por lo general sesgada desde una perspectiva de género; es decir:
Que los hombres tiendan a comprender a Oliver; mientras que las mujeres puedan entender mejor la postura de Barbara.
Oliver se nos muestra como más sensible, verdaderamente enamorado, fiel, y abnegado.
Sin embargo, es incapaz de darse cuenta, cómo necesita ensombrecer a su esposa para ascender en una escala social, profundamente machista.
Es natural que muchos hombres sientan, que es la verdadera víctima de una mujer egoísta, pero ello sólo muestra que no alcanzan a comprender la sumisión y desprecio, al que ha sido sometida Barbara.
Oliver ignora, que muchas cosas no se compran acabadas, y que la creación y el cultivo, son algo que lleva tiempo y dedicación, no sólo surgen de la semilla del dinero.
En un aspecto casi freudiano, digamos que “ella ve las cosas de la perspectiva de la gestación; y él sólo desde la inseminación”
Esta lucha de sexos, como dijimos, constituye uno de los temas centrales de The War Of The Roses, pero no el único.
Como elemento detonador, puede hablarse del materialismo, dado que lo que de verdad lleva la guerra, a sus posiciones más cruentas, es la posesión de la casa, el territorio, el trono donde se es Rey/Reina, donde de nuevo, Barbara se muestra aparentemente más beligerante.
Si bien, The War Of The Roses me parece una opción válida, como propuesta que muestra los conflictos de pareja, el tono desmedido con que se narran las vicisitudes, no me parece que jueguen a favor de contextualizarlo, como una cinta que promueva la reflexión sobre la temática que aborda.
Y si ello no ocurre, es porque el fin fundamental, es el de entretener, forzando situaciones desmedidas, inverosímiles que sólo tienen lugar y validez, en el terreno de las licencias propias que The War Of The Roses adopta.
El hecho de mostrar, de forma cruenta, lo que muchas parejas viven dentro de lo políticamente correcto, no es sino un ejercicio de honestidad brutal, que nos enfrenta al lado oscuro del ser humano.
Quizás por eso, The War Of The Roses no sea popular, pero es absolutamente brillante en su planteamiento.
La verdad es que se nota que, The War Of The Roses, trata de ser una denuncia y parodia, sobre la convivencia matrimonial, pero tiene una tremenda lentitud en su contra, un humor no muy divertido, y bastante espaciado en el tiempo, y una cotidianeidad aburrida, sin ningún drama, o situación que cale, impacte, o emocione.
Aun así, según progresa, hay cada vez más puñaladas sarcásticas, para humillar al cónyuge, y más puteo mutuo, que levantará la sonrisa cómplice, al menos una vez.
¿Es posible pasar del flechazo al odio, en cuestión de años?
Después de todo, sí.
La misma pareja que se conoció pujando en una subasta de arte, acaba colgada de una lámpara de araña, y estampándose en el suelo.
Conocieron el cielo, y fueron bajados a lo más profundo del averno.
Ni siquiera al final hay perdón, con la enérgica mano de Barbara Rose, retirando de su hombro, el brazo de su exmarido.
“¿Y la moraleja, aparte de que los amantes de los perros no deben casarse con los amantes de los gatos?
No lo sé.
Podía ser, divorcio civilizado es una expresión contradictoria”, resume Danny DeVito, a un anonado cliente, antes de atreverse a pedir la separación de su pareja.
Mientras que en Los Rose, ya no hay solución.
“I think you owe me a solid reason.
I worked my ass off for you and the kids to have a nice life and you owe me a reason that makes sense.
I want to hear it”
El matrimonio mostrado en su forma más pura, se hace notar en The War Of The Roses, con una batalla de aciertos en la dirección, actuaciones, tomas de cámaras, con sombras, ángulos, primeros planos; muchos fuera de encuadres que simbolizan algo; un guión sólido con mezclas de humor...
En fin, relaciones personales al límite, tan actual ayer como hoy, y como lo será mañana.
El amor mirado desde una perspectiva real y sincera, como una mezcla de intereses y desilusiones, al querer que los demás sean, como queremos que sean.
The War Of The Roses es una de las comedias más negras de la historia del cine, con una visión demoledora de la vida en pareja, y de ese concepto tan estadounidense, y también desgraciadamente, tan cotidiano en los últimos años, en el llamado “ascenso social”
Casi 18 años de matrimonio, 2 sobrealimentados hijos, una asistente, una mansión, 2 coches de lujo, un deportivo clásico y un todoterreno; 2 mascotas, perro y gato; y 2 brillantes carreras profesionales, abogado y empresaria, no han sido suficientes para evitar que el amor se escape.
Resulta curioso que en las regiones de habla alemana, desde el lanzamiento de la película The War Of The Roses, la palabra “Rosenkrieg” que significa “Rosas de guerra”, o menos literalmente, “La Guerra de Los Roses”, ha llegado a denotar una lucha tan amarga para las posesiones materiales, como se muestra en la película; y a menudo también, por la custodia de los hijos,  con la mayoría de las partes, completamente inconscientes de los orígenes de la palabra.

“Have you ever made angry love?”



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