Requiem For A Dream

“Somebody like you can really make things all right for me”

Maquiavelo en sus teorías expuso:
“El fin justifica los medios”
Todos somos esclavos de algo, y eso nos convierte en “adictos” y ya todos sabemos que las adicciones matan, pues pueden llevar a cualquiera, hasta el límite de su existencia.
Curiosamente, los métodos para contrarrestar cualquier tipo de adicción, también representa un calvario.
El Síndrome de Abstinencia, por ejemplo, es el conjunto de reacciones físicas o corporales, que ocurren cuando una persona deja de consumir sustancias a las que es adicta…
La adicción, puede estar ligada a alguna sustancia psicoactiva, bebidas con etanol, comida, como el azúcar y harina; tabaco, u otras drogas...
Este síndrome, también puede presentarse en algunas enfermedades psicológicas, como:
La dependencia emocional, donde no se depende de una sustancia o droga, pero sí de afecto desmedido, o dependencia hacia otra persona, presentando el individuo, somatización, es decir, un proceso por el cual, se transforman o convierten problemas emotivos o psicológicos, en dolores físicos.
Aunque los síntomas varían en forma e intensidad, de acuerdo con el producto empleado, y el tiempo que lleva desarrollándose, la dependencia, en todos los casos, se deben a que se ha alterado el funcionamiento normal del sistema nervioso.
Por poner 2 ejemplos, en el caso de las anfetaminas; un consumidor crónico, llega a necesitar de hospitalización durante la abstinencia.
Si sufre delirios y alucinaciones, puede recibir un fármaco antipsicótico, como clorpomacina, que tiene efecto calmante, y alivia el sufrimiento, aunque puede reducir la presión arterial en forma considerable.
Asimismo, un ambiente tranquilizante y seguro, ayuda a la persona a recuperarse.
En el caso de la cocaína; el tratamiento exige supervisión de cerca, porque la persona puede volverse depresiva y suicida; por ello, muchas veces se recomienda su ingreso a un hospital, o centro de rehabilitación.
El método más eficaz, consiste en combinar asesoramiento médico y psicoterapia personalizada, o en grupo, además de que en caso de que se presenten depresión, o trastorno bipolar, se deben administrar antidepresivos o litio, respectivamente…
Tal y como dijo Pedro Calderón de la Barca:
“¿Qué es la vida?
Un frenesí
¿Qué es la vida?
Una ilusión, una sombra una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son...”
“I'm somebody now, Harry.
Everybody likes me.
Soon, millions of people will see me and they'll all like me”
Requiem For A Dream es un drama del año 2000, dirigido por Darren Aronofsky.
Protagonizado por Jared Leto, Jennifer Connelly, Ellen Burstyn, Marlon Wayans, Christopher McDonald, Louise Lasser, Marcia Jean Kurtz, Janet Sarno, Suzanne Shepherd, Dylan Baker, Keith David, Peter Maloney, entre otros.
El guión es de Darren Aronofsky, y Hubert Selby Jr., basados en la novela homónima de Hubert “Cubby” Selby Jr., publicada en 1978; la cual perfila el ascenso y caída de sus personajes, adentrándose profundamente en sus psiques, mostrando un desgarrador retrato del anhelo humano.
Por tanto, Requiem For A Dream, expone una visión impresionantemente cruda, y probablemente parcial, del uso y abuso de las drogas… para lograr un “sueño” o fin.
“Requiem For A Dream trata de un cuento aleccionador, acerca de las trampas que albergan los sueños, deseos, y mentiras que nos bastamos para crearnos la ilusión de felicidad, comenta el productor Eric Watson, Todo el mundo busca algo en el exterior, que les haga sentirse mejor”
Así las cosas, Requiem For A Dream critica y rechaza, una de las drogas más potentes que nos asolan, la televisión, comparándola hasta extremos ilimitados con la heroína.
Para lograr tal cometido, el joven y notable director norteamericano, no escatima en el dolor y trauma, con el que resultarán envueltos sus protagonistas.
Requiem For A Dream obtuvo una nominación al Oscar como mejor actriz (Ellen Burstyn); se rueda en escenarios reales de Coney Island (Brooklyn), y en estudio.
Etimológicamente decir que la palabra “Requiem” es una oración hecha para los difuntos, una liturgia que nos dan para los sueños, para la vida, pero también para la muerte.
Requiem For A Dream se desarrolla a través de 4 personajes principales, y está dividida en temporadas del año, que marcan el planteamiento de los personajes, y su eventual declive en espiral, donde cada uno termina en posiciones equidistantes, de absoluta soledad, muy diferentes a su sueño individual, y sin posibilidades de redención.
La acción dramática tiene lugar en Coney Island, Brooklyn; y camino de Florida, EEUU; en un momento pretendidamente indeterminado, a lo largo de unos 2 años.
Harry Goldfarb (Jared Leto), y su madre Sara Goldfarb (Ellen Burstyn), tienen sueños muy distintos:
Ella está permanentemente a dieta, esperando el día en que pueda participar en su concurso televisivo preferido.
La ambición de Harry, y su novia Marion Silver (Jennifer Connelly), es hacerse ricos vendiendo droga, y utilizar las ganancias para abrir un negocio propio, pero nunca tienen el dinero suficiente para ello…
A pesar de todo, Harry y Marion no se resignan, y harán lo inimaginable, para conseguir la vida que anhelan.
Así vemos 2 historias entrelazadas:
Una, sobre una viuda que está sola; y la otra en torno al hijo, su novia Marion, y su compinche “mejor amigo”, Tyrone C. Love (Marlon Wayans)
Harry, es el único hijo de Sara, y la única persona que deja en este mundo.
Temerosa de perderle, opta por ignorar su desagradable actitud, auto convenciéndose de que todo acabará arreglándose.
Entretanto, Harry y Marion, depositan sus respectivas esperanzas, el uno en el otro, abrazando el ideal romántico de un amor, que se eleva por encima de cualquier otra cosa de la vida.
Compartiendo confidencias entre susurros, Harry, un oportunista que vive la calle, y Marion, sofisticada y serena, descubren que son seres humanos vulnerables, que han pasado la mayor parte de sus existencias, sintiéndose solos, e inseguros.
Darren Aronofsky apunta:
“Requiem For A Dream, versa sobre muchas cosas…
En su mayor parte, trata sobre el amor.
Y más específicamente, acerca de lo que ocurre, cuando el amor se estropea”
La tragedia está, en que Harry y Marion, nunca dejan de amarse, de hecho, incluso cuando se están destruyendo; su amor no se ha extinguido, pero si se han desperdiciado.
En realidad, el amor no ha sido suficiente, para salvar a cada uno de esos personajes; por lo que Requiem For A Dream nos transporta a un mundo de sueños y obsesiones, pesadillas e ilusiones, mostrándonos el poder de la droga, y como esta, ya sea la heroína, o la televisión; es capaz de destruir las esperanzas, los deseos, y las ilusiones de aquellos que la toman, o simplemente, la rodean.
La idea principal, de Requiem For A Dream, podría resumirse en una parábola sobre las consecuencias que irremediablemente atraen las acciones cometidas, sean éstas para bien o para mal; del alcance de los sueños, a cualquier precio; pues acá nos dice que “el fin no justifica los medios” y eso resulta demasiado claro; a veces, el camino corto, es el más catastrófico.
Curioso es el hecho de que, una pieza manufacturada por la gran fábrica de ilusiones, como es El Séptimo Arte, nos recuerde tan vilmente lo que somos de verdad:
Seres confusos, en busca de una felicidad esquiva, o imposible.
“You are beautiful.
You're the most beautiful girl in the world.
You are my dream”
Requiem For A Dream “castiga” los sentidos, pues pone a prueba, que tan empático eres; haciendo una imaginativa evocación del paisaje interno de los seres humanos, que se mueren por unirse, por amar, y sentirse amados.
Esto hace de Requiem For A Dream, una parábola de la felicidad, hallada en un momento glorioso, y en una perdida trágica.
Sin concesiones, Aronofsky plantea el mensaje de “no hay salida” hasta sus últimas consecuencias, y consigue una obra sórdida, y de difícil, aunque muy recomendable, digestión.
El objetivo de su autor, es reflejar con la imagen, la percepción interior de sus personajes en declive personal, a causa de sus adicciones.
Para ello, emplea con tonos alucinatorios y paranoicos, junto a rasgos de comedia negra, y deposita todo el peso de la narración, en un vibrante montaje paralelo, y en recursos fílmicos arriesgados, como lo es la división de la pantalla, las alteraciones del ritmo dentro de un mismo plano... que funcionan a la perfección, para ilustrar el descenso a los infiernos, sin posibilidad de escape, de un grupo de personajes sin voluntad, y paradigmáticos de los tiempos que corren; y nos lleva directos a las pupilas de aquellos que ven la droga, con ojos de consumidores, nos hace caminar por la delgada línea que separa le mente y el corazón, para llegar a caer en la complejidad del inconsciente, cuando ya no se sabe, que es realidad, y que es ficción.
Requiem For A Dream es la 2ª película; 1ª película en color, de Darren Aronofsky.
Aquí, el realizador estaba especialmente atento, a usar ese recurso del modo más efectivo posible, estudiando pormenorizadamente esta cuestión, y examinando el color de las imágenes.
“Tratábamos de precisar el límite de la paleta de colores de Requiem For A Dream, con objeto de controlarla, albergando la esperanza, de que de ese modo, hiciéramos una relación con nuestras preferencias.
Nuestra primera decisión fue, eliminar prácticamente el color rojo.
El único lugar en que permitimos el rojo, es el cabello de Sara, y en su vestido.
Optamos por ello, porque el color rojo está muy presente en los sueños de Sara.
Queríamos que aquí, el color saltara de la pantalla”, dijo el director.
Aronofsky también aplicó una técnica, que ha bautizado como “hip-hop montage”, inspirado por la cultura rap de los años 80 en la que creció, y en su estética de muestreo, recombinación, y collage.
Aplicó esta técnica, para mostrar el proceso de drogarse, lo que se concreta en una sucesión rápida de imágenes, que acompaña la hipnótica banda sonora de “tecno-rap” de Clint Mansell, con fundidos en negro en la mayoría de las veces…
“Quería mostrar al público, de la manera más rápida posible, cómo es alguien antes de tomar drogas, y cómo es tras tomarlas; ese contraste era lo que me parecía interesante.
Además, la naturaleza repetitiva de ese montaje, capta probablemente, la naturaleza obsesiva de la adicción” explica el realizador.
Por otra parte, los sonidos son esenciales en Requiem For A Dream:
Se amplían especialmente, ante las sensaciones clave que mueven la historia:
La comida en la boca, los tragos, los chutes, las caladas…
Es lo que dilata las pupilas, sea droga o no.
Es lo que nos inquieta, nos pone nerviosos, porque altera nuestro sentido de control sobre nuestro cuerpo.
Aparte de lo técnico, Requiem For A Dream representa la innovación con propósitos éticos, con escenas escalofriantes, abruptas, y de difícil digestión, no es una lección fácil de tomar; pues suministra grandes dosis de realidad, a una sociedad que lastimeramente, se podría sentir ofendida, por la evidencia expuesta en escena.
Todo eso hace que se trate de una historia sobre la involución, sobre la autodestrucción progresiva.
Sobre picos muy fuertes de ansiedad, que como espectadores, acabaremos sintiendo muy de cerca.
Un retroceso que invierte la vida, hasta reconvertir a los propios personajes, al nivel más fetal de un ciclo, como lo demuestra la última escena de cada personaje, que gira hacia su lado derecho, y pone sus rodillas hasta sus estómagos, asumiendo la posición fetal.
Los personajes nos dicen:
Sara es una mujer desocupada de edad avanzada, que vive sola.
Su marido no está desde hace unos años, y su único hijo hace su vida fuera del hogar.
Su mayor aliciente en su día a día, es la televisión, más en concreto, un programa que nunca se pierde.
Darren Aronofsky, nos da un presentador que aparece como “pastor”, como guía, en forma de repeticiones, como si de una religión se tratase...
A la vez que enlaza, en forma de condicionamientos, la televisión y la comida.
El Sueño Americano de la fama, retratado en el rostro, cada vez más demacrado de Burstyn, y sus ingenuas ilusiones.
Aronofsky precisa, que el papel de Sara, es de los que tanto física como emocionalmente, pide mucho.
Además de llevar encima una cámara en ciertas secuencias, Burstyn invertía 4 horas, cada mañana, para que se le aplicaran prótesis.
“En Requiem For A Dream, Ellen muestra 4 cuellos distintos, propios de alguien graso y demacrado; 2 vestidos para obesos, cuyos pesos eran de 18 y 9 kg, respectivamente; y 9 pelucas distintas.
Una pesadilla técnica, que ella aceptaba con los brazos abiertos.
Verdaderamente estimulante.
Y luego, venía su interpretación.
Recuerdo que en una ocasión, Matty Libatique, estaba manejando la cámara, y le costaba enormes esfuerzos mantener a Ellen encuadrada, porque las lágrimas le empañaban el visor” cuenta el director.
Y es que la soledad, en Sara, también marca su historia:
¿De qué te agarras, cuando ves que tu único hijo está metido en un mundo del que no podrá salir?
Pues bien, ella se agarra a la televisión.
Su sueño es salir en un programa de televisión, que al menos, le ayudará a sentirse protagonista y querida por unos instantes...
Por otro lado, Harry, el hijo, lleva una vida de drogas y obsesión.
Como medio para conseguir dinero, vende cada cierto tiempo, la televisión de su madre, y ésta tiene que ir cada vez por ella.
Harry le quita a Sara, lo que le da vida, para poder tener lo que él se mete…
Egoísmo puro y duro.
Como dato, el actor Jared Leto, perdió casi 12 kg para reflejar el hambre voraz que mora en el interior de su personaje.
Por su parte, la novia de Harry, Marion Silver, se aferra a este sueño a costa de un tremendo coste personal.
“Necesita como nadie, creer que la unión entre ella y Harry, puede ir bien para ambos.
Creo que al principio, Marion ya ha sufrido unas cuantas heridas, y se halla poco menos que bloqueada.
Así, cuando encuentra a Harry, le parece como si el mundo se le estuviera abriendo nuevamente” dijo la actriz.
Y es que Marion viene de buena familia, y se viste, habla y actúa, como alguien que no pertenece a ese mundo de adicción; pero en su camino, se cruza el amor, fuente de grandes desdichas en general, y de decisiones mal tomadas en este particular.
Marion tiene la ilusión de diseñar ropa, y tener su propio negocio, y en principio es la droga, mediante su lucrativa distribución, la que le va a proporcionar una base para que se cumplan sus sueños, pero en ningún caso se plantea, renunciar a su dosis de irrealidad, e intentar dejar de consumir…
Es su sonrisa, al final, la que nos da la clave, de que lejos de acercarse a su meta, va a seguir centrifugada en la espiral en la que acaba de entrar.
Sonríe abrazada al dinero que ha conseguido en una sesión de degradación física y mental, por lo que ha emprendido una marcha, con difícil vuelta atrás.
Y Marlon Wayans, que se demostró a sí mismo, ser un actor dramático, también contempla a su personaje, Tyrone, como alguien que busca unirse.
“Perdió a su madre cuando contaba con 8 años; su sueño es que un día, alguien le ame otra vez, y que le embargue el sentimiento de seguridad que tuvo cuando era niño”
Respecto al resto del reparto, el director estaba encantado, de tener a familiares y amigos cerca, pues incluyó a su madre Charlotte, como una de las amigas de comadreo de Sara; mientras que su padre Abraham, encarna a un hombre que lee el diario en el metropolitano.
Hubert Selby Jr. el autor de la novela “Requiem For A Dream” realiza un cameo, interpretando al policía de la cárcel, que increpa a Tyrone.
Y ni hablar de los “party animals” muy bien titulados en los créditos finales.
Otro personaje de Requiem For A Dream es, como no, la mismísima droga.
Papel primordial en todo el metraje, y por encima de todo, a costa de cualquier cosa, a costa del amor.
Se ha visto que, en muchos casos, en las distintas adicciones, hay un funcionamiento común que lleva a ello, y es una suplencia que se intenta cubrir con medidas erróneas.
Suplir a personas, suplir el afecto, suplir la baja autoestima…
Además de la dificultad que supone para muchos, lidiar con sus propios sentimientos, o con sus propias frustraciones.
Y no solo las drogas, Requiem For A Dream mira también a los falsos ideales, los refuerzos aleatorios, las relaciones; las adicciones son un desequilibrio entre formas de placer, y las prohibiciones y presiones que nos imponemos, o a las que nos vemos impuestos.
Como curiosidad; cuando se drogan con heroína, se crea una miosis, es decir una contracción de la pupila; no una midriasis, como se ve en Requiem For A Dream; así como el uso del electroshock, abandonado en los años 70…
Quiero suponer, además, que la mayoría de los hospitales, sobre todo en EEUU, que es un país de “primer mundo”, tienen estrictas reglas de limpieza y sanidad; lo suficientemente estrictas, cómo para que no te pringue la sangre en la cara, cuando amputan un brazo...
Además:
¿Dónde está el sueño?
Que hayan sido profesionales, y acabaron en la droga, pues vale, es una desgracia, pero que su sueño sea convertirse en “empresarios distribuidores de la misma mierda que los está matando”… como que no le pega mucho el título.
¿No?
Por otro lado, durante el metraje, tratan a los drogadictos como a basura:
Les desprecian, insultan, maltratan...
Los hospitales, usan métodos de curación irreales, crudos, y poco éticos… sus trabajadores son personas insensibles del dolor ajeno, incluida esa amputación en vivo, con el paciente consciente… o el uso de electrochoque en una anciana con problemas mentales, y sin ningún pudor… Suena descabellado, ridículo, y poco profesional, y de ser cierto, pues hemos evolucionado.
Es por ello que Requiem For A Dream no queda ahí, hay todo un recital acerca de la familia, el amor entre madre e hijo, que pudo ser diferente si Harry viviera con Sara; o de la capacidad de la televisión para enganchar a sus espectadores, sobre todo, amas de casa, que viven en la soledad, al tiempo que muestra que los jóvenes, tienen sueños que cumplir, o que los mayores tienen obsesiones innecesarias, que los jóvenes viven sobresaltos, pero los mayores también, y que todos somos susceptibles de caer en la desgracia, se tenga la edad que se tenga.
Una crítica a la facilidad con que los médicos prescriben tratamientos arriesgados, el de las anfetaminas, como “anti-obesidad” no es muy habitual, pero si lo es el de antidepresivos, ansiolíticos, o hipnóticos, sustancias que igualmente presentan sus efectos secundarios, tolerancia, dependencia, o síndrome de abstinencia; y una crítica a la dudosa eficacia de los métodos agresivos como el electroshock.
Con todo, no estamos preparados para recuperar a los pacientes de los tratamientos a los que los sometemos.
Eso hace de Requiem For A Dream, un reflejo de las preocupaciones del mundo moderno:
Culto al cuerpo, deseo por ser alguien y sobresalir, dinero, televisión, etc., mientras tanto, la sociedad mira sin interés, las penas y los castigos.
Por cierto, se han dado cuenta que en las películas, siempre ponen a un negro en la cúpula, y luego dicen del racismo en la calle...
¿Por qué será?
Requiem For A Dream no es para todo público, por más que su mensaje sea aleccionador, entonces:
¿Por qué no la emiten por televisión más a menudo?
Sencillo, porque a la industria de la droga y la televisión misma, no les conviene…
Por último decir que la banda sonora original de Clint Mansell, combina de modo extraordinario, música electrónica con arreglos clásicos para cuerda, interpretados por el famoso Kronos Quartet.
Por cierto, lo que menos me gustó de ella, es que es utilizada un tanto repetitiva y desquiciante, a lo mejor ese era su fin…
“I'm alone.
Your father's gone, you're gone.
I got no one to care for.
What have I got, Harry?
I'm lonely.
I'm old”
Todas esas distintas adicciones son, de hecho, muy parecidas:
Todas tienen como misión, rellenar un agujero sentimental, que tenemos en nuestro interior.
En la vida, siempre necesitamos motivaciones y refuerzos para avanzar.
Cuando llegan unas edades, se empieza a acrecentar y distorsionar el miedo a la soledad…
Y es éste un riesgo, que en muchas ocasiones, es el que lleva a la propia sensación de soledad.
Todos necesitamos afecto, es la droga del alma, irónicamente dicha, pero unos más que otros, necesitamos la aprobación y admiración de los otros.
Y en situaciones críticas, nos agarramos a lo que tenemos delante, sea lo que sea.
Requiem For A Dream es una verdadera lección sobre nuestra sociedad podrida de hipocresía, donde las adicciones unas veces se camuflan, otras se condenan, pero siempre se sostienen.
Da igual que nos pinchemos, que seamos adictos al café, al sexo, o a la imaginación, da igual que coleccionemos películas, novias, doctorados, u obsesiones, y da igual, porque todo es un engaño.
Siempre creemos elegir nuestra vida, y creemos que somos libres... pero hay algo que nos ata, y nos lleva a la destrucción.
Por otro lado, el problema de la soledad, nos puede llevar a una bajada a los infiernos en busca del afecto anhelado.

“What the fuck is wrong with you?”



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