Krull

“If you do not come back with it, you will not come back at all”

En los 80 pasaron muchas cosas, en el cine por ejemplo, había una moda por lo místico, épico, y también por la ciencia ficción.
Todos los que crecimos por aquel entonces, recordamos con nostalgia, la cantidad de universos mágicos, con los que estimulaban nuestra imaginación, tanto en el cine como en televisión.
Hay que recalcar que, precisamente a partir del auge de Lucasfilm, con La Saga Star Wars, y de la llegada de la compañía Industrial Light & Magic, como creadora de efectos visuales nunca antes vistos, el género fantástico comienza una verdadera andadura en ésta década, ya que hasta ese momento, habíamos disfrutado de largometrajes, más o menos fallidos, o incluso, algo vergonzosos en cuanto a su impacto visual.
Aun así, vieron el resurgir de las películas de aventuras, caracterizadas como fantásticas, a pesar de lo que puede ser considerado a día de hoy, como medios escasos, y efectos a menudo fallidos.
En los 80, el género por fin despega, aunque necesitará el desarrollo de los efectos digitales de la década de los 90, para que se establezca definitivamente como un género a tener en cuenta.
Por el momento, lo que logran las películas fantásticas de los 80, es inspirar y animar a hacer cine, a toda una generación de realizadores.
“Once, the Glaive was a very powerful weapon.
It can be so again, but only in the hands of the right man.
For only the right man can retrieve the Glaive”
Krull es una película fantástica del año 1983, dirigida por Peter Yates.
Protagonizada por Ken Marshall, Freddie Jones, Lysette Anthony, Liam Neeson, John Welsh, Robbie Coltrane, Alun Armstrong, entre otros.
El guion es de Stanford Sherman; el cual se concibió como la adaptación cinematográfica del popular “Dungeons & Dragons”, pero que por problemas de licencias, tuvieron que darle un nuevo rumbo.
Sherman escribió un libreto de lo más rutinario, que bebía descaradamente de algunos de los grandes éxitos de la época, y cuya única gracia residía, en la combinación de aventura medieval y “Sci-Fi”
Por lo que Krull, no deja de ser la clásica película de aventuras, en la que el héroe descubre que debe cumplir su destino, y pasar una serie de pruebas, a través de las cuales, va conociendo a diversos y diferentes aliados, para acabar por rescatar a la mujer que ama, y terminar con la vida del poderoso villano.
Aunque en su momento, Krull fue un éxito moderado, es una de las películas más exitosas de culto de los 80.
Es un viaje mágico a otro mundo, con caballeros, monstruos, y damas en peligro.
Una aventura clásica en estado puro, pero precisamente por ello, imperecedera.
Parte de Krull, se rodó en el Reino Unido.
Otras localizaciones de rodaje, fueron incluidas como:
Lanzarote en Las Islas Canarias, o Cortina D’Ampezzo, y El Campo Imperatore de la Provincia de L’Aquila, en Italia.
Todo inicia en El planeta Krull, cuando es atacado por un monstruo, y un ejército de alienígenas asesinos.
Para hacerles frente, 2 naciones enemigas, deciden unir sus fuerzas por medio del matrimonio del Príncipe Colwyn (Ken Marshall), y La Princesa Lyssa (Lysette Anthony); pero el día de la boda, el palacio es asaltado, la princesa secuestrada, y Colwyn herido.
El Príncipe deberá entonces, encontrar una espada voladora, para rescatar a La Princesa, y librar al planeta Krull de tan terrible amenaza.
Krull supuso en su momento, un atractivo soplo de aire fresco, en un panorama cinematográfico, totalmente huérfano en películas de espada y brujería; y por supuesto, los incontables pastiches italianos, igualmente de grato recuerdo, por muy raro que parezca, lo cierto es que el cine, no le ha concedido hasta los tiempos más recientes, una seria dedicación a un género que causa furor…
“I need weapons, not symbols!”
Cabe mencionar que, aunque Krull fue un proyecto tanto complicado como fallido, marcó una ruptura en los géneros de la fantasía y la ciencia ficción, mezclando las convenciones de ambos, como armas, mitología y trama, en un ambiente mucho más innovador, aunque podría ser una mala señal, que no se haya repetido en subsecuentes producciones.
De cualquier manera, Krull, dirigida por un veterano Peter Yates, trata la tradicional historia de un Príncipe, cuya prometida es secuestrada por una fuerza maligna, y extraterrestre por cierto, y es ayudado por un sabio anciano, y una banda de improbables héroes, en la búsqueda por confrontar a su enemigo en común, y derrotarlo, usando un arma mítica, que sólo El Príncipe está destinado a blandir.
El mundo de Krull, es esencialmente medieval, la gente se desplaza en caballos, usan armas blancas, y existe un sistema de vasallos y esclavos, así que cuando llegan los malos con lanzas, que por un lado tienen una hoja afilada, y por el otro lado, son cañones láser, siempre con haz rojo, para recordar que hablamos de los malos; con la paliza que le dan a los lugareños, es de espanto...
Tenemos un arma mística y legendaria, que no es otra cosa que un “shuriken” con púas, seguro que por el diseño del arma, muchos recordarán Krull; además de un grupo de héroes, formado por diversos componentes de multitud de razas; un villano megalómano de grandes dimensiones, y que sólo quiere destruir; una Princesa en apuros, y la moraleja de turno, de que nada es más fuerte que el amor verdadero.
Con Yates a bordo, la orientación de Krull añadió la voluntad del realizador, de que en la traslación del guión de Sherman a la gran pantalla, se dieran cita, el cine de aventuras clásico de Errol Flynn, y las influencias de Edgar Rice Burroughs, y sus novelas de “John Carter”, unas intenciones que los desorbitados $50 millones de presupuesto, garantizaban ya, que Krull no iba a contar con estrellas de peso, que mermaran el uso del dinero.
Tanto fue así, que la producción para la producción de Krull, se utilizaron 10 platós de rodaje, de los estudios Pinewood, incluyendo el famoso “Plató 007”, que con sus 5.500 metros cuadrados, sigue siendo hoy en día, el más grande de que dispone el legendario emplazamiento, situado a las afueras de Londres, y el de mayor superficie del viejo continente, ya que el más grande del mundo, se encuentra en Michigan, y tiene unos 42.000 metros cuadrados…
El diseño de producción, combina igualmente fantasía con ciencia ficción, pues si bien hay caballos, estandartes, y castillos, también hay armas de energía, futuristas uniformes, y la monolítica arquitectura, con detalles que sugieren avanzada tecnología, en vez de la esperada rústica renacentista o medieval, más común en el género.
En el papel principal, Ken Marshall es simple y típica de este tipo de filmes, con su esmerada apariencia con el genuino cabello, ejemplar del “dry-look” ochentero, y su exagerada actuación, de vacua personalidad.
Pero el sólido ensamble de actores secundarios, comparte la carga de Krull, complementando con sus pintorescas personalidades, el hueco que el malogrado héroe genera.
Entre ellos tenemos a:
Freddie Jones como Ynyr, el obligado mentor, cuyos ocultos conocimientos sobre la leyenda de la mágica arma Glaive, resultan invaluables para combatir al villano.
El arrogante, pero inepto mago, Ergo “The Magnificent” (David Battley), quien es más valioso por su bondadoso espíritu, y su “comic relief”, que por sus fallidos hechizos.
Bernard Bresslaw como Rell, un circunspecto cíclope de gran fuerza en combate, pero condenado a vivir una trágica y solitaria existencia.
Alun Armstrong como Torquil, el líder de un escuadrón de bandidos, entre los que se encuentra un joven Liam Neeson, en un temprano papel secundario como Kegan; que apoyan a Colwyn en su misión.
Claro, sin olvidar a la atractiva Lysette Anthony, como La Princesa Lyssa, cuya belleza es una tentación para el monstruo, una poderosa motivación para el héroe, y un florero para la acción.
Y es de justicia reconocer, que Krull fue un entretenimiento más que digno, combinando con buen pulso romance, aventura, fantasía, y algunos toques de humor, a cargo del patoso mago Ergo.
Sus divertidos momentos, en que acaba convertido por error, en los más diversos animales, sirven para compensar algunas sorprendentes dosis de violencia.
Resulta especialmente terrorífica, la escena de la suplantación del vidente ciego, por una de las criaturas enemigas.
En definitiva, un filme en el que encontramos un Cíclope, que tiene el don de conocer el momento exacto de su propia muerte, o una fortaleza enemiga, capaz de cambiar de ubicación cada día, no puede ser tan malo…
No aburre en sus 2 horas de metraje, equilibra muy bien todos los ingredientes, y consigue manejar todas sus influencias, homenajes, y plagios, de manera que el resultado final tenga entidad propia.
La banda sonora de James Horner, también adquirió considerable notoriedad, aunque esta no fue escrita originalmente para Krull.
“You have been brought here for a marriage.
I am the king you will choose”
La obsesión por controlar el presupuesto, ser eficientes, recortar costes, aquí y allá, no permitir errores, etc., es la antítesis de la innovación.
Uno no puede pretender, desarrollar productos o servicios radicalmente nuevos, sin cometer errores, u otorgarles presupuesto.
¡Es imposible!
Pero eso no significa, ni mucho menos, que invertir en innovación, suponga “tirar el dinero por la ventana”
Ni siquiera es un “gasto”, sino una inversión.
Innovar no consiste en despilfarrar, sino en utilizar los recursos de manera inteligente, para crear nuevos productos y servicios, que aseguren la existencia de la compañía.
El gran reto de cualquier empresa, debería consistir pues, en encontrar un equilibrio entre eficiencia e innovación.
Eso fue Krull.
Los años 80, fue una década del antes y después en la industria fílmica, centralizada en los efectos especiales, pues la irrupción de Industrial, Light & Magic (ILM), creó un parte aguas, que aún hoy, junto con Weta Workshop, son las que dominan en mercado del cine de fantasía, y ciencia ficción, pero siendo la primera, la compañía de George Lucas; de las cuales, 5 de las 10 películas más taquilleras de toda la historia, llevan su firma.
ILM han hecho posibles imágenes icónicas, que permanecerán imborrables en las retinas de los espectadores que crecieron con ellas.
Los científicos, artistas, y creativos multidisciplinares, que George Lucas reunió en el norte de California, a mediados de los 70, para hacer posible el sueño de su saga galáctica, “Star Wars”, dotaron a directores como Spielberg, Zemeckis, o el propio Lucas, de los recursos visuales que necesitaban, para reinventar Hollywood.
El resultado ha sido, el modelo de cine espectáculo, de alcance global, que ha dominado las taquillas de todo el mundo hasta nuestros días.
Pero ILM, ha sido además, uno de los más importantes laboratorios de investigación y desarrollo de tecnologías de la imagen.
Las posibilidades que sus técnicas y herramientas han abierto, han cambiado la manera de hacer cine, al menos en la misma medida que el procesador de textos ha cambiado la manera de escribir novelas, influyendo hasta a directores en las antípodas del cine de grandes efectos.
La casa de Lucas, ha sido quizás, la principal impulsora de la animación por ordenador, como disciplina creativa.
Fundada en 1975, Industrial Light & Magic es sin duda, la compañía de efectos visuales, más importante del mundo:
Con 16 Oscar, y más de 20 nominaciones, así como 22 Oscar más, en otras categorías técnicas; más de 200 películas a sus espaldas, y sus cruciales aportaciones a disciplinas, como la síntesis de imagen por ordenador, han convertido a ILM, en uno de los protagonistas más importantes del cine de las últimas 3 décadas.
A punto de entrar en su 4ª década de vida, ILM promete seguir ofreciendo espectaculares alardes visuales por descubrir.

“This, it was given to me to know... that many worlds have been enslaved by the Beast and his army, the Slayers.
And this, too, was given me to know... that the Beast would come to our world, the world of Krull, and his Black Fortress would be seen in the land.
That the smoke of burning villages would darken the sky, and the cries of the dying echo through deserted valleys.
But one thing I cannot know, whether the prophecy be true, that a girl of ancient name shall become queen, that she shall choose a king, and that together they shall rule our world, and that their son shall rule the galaxy”



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