RoboCop

“Serve the public trust.
Protect the innocent.
Uphold the law”

¿Qué nos hace humanos?
En futurología, la “singularidad tecnológica” es el termino con el que se acuñe a un posible escenario futuro, donde el progreso en la tecnología, y cambios dentro de la sociedad, darán un paso agigantado, debido a una inteligencia superior a la humana.
Este cambio sería tan drástico, que resultara incomprensible para todos aquellos seres, anteriores al evento mismo.
Dicho cambio se acerca, mediante la utilización de máquinas, cada vez más complejas, para el desarrollo de nuevos inventos y descubrimientos.
Según el científico y escritor, Vernor Vinge, la singularidad se puede alcanzar por 4 caminos diferentes:
1. Súper inteligencia artificial, creada en un principio por los humanos, para que nos iguale, y posteriormente nos supere, guiándonos a una nueva era de desarrollo.
2. Una súper inteligencia colectiva, donde estén conectadas las máquinas y los humanos, formando un súper cerebro.
3. Súper inteligencia híbrida, donde el humano se fusiona con máquinas, para aumentar sus capacidades como un “ciborg” y superar su condición biológica finita.
4. Súper inteligencia biológica, donde la apuesta es por la ingeniería genética, para la creación de humanos con capacidades superiores al promedio.
Para muchos, la singularidad debe acontecer antes del 2030.
El tiempo que resta, antes de que se llegue a ese fenómeno, se acelera con la utilización de máquinas, para apoyar tareas de diseño, o mejoras de diseño de nuevos inventos.
Una vez llegado al punto en que se cree una inteligencia superior a la humana, se entraría en una etapa post humana, que probablemente conduzca a la extinción de la humanidad, o a su subordinación a esos nuevos, entes inteligentes.
Los defensores de la singularidad, están conscientes de las amenazas que esta implica, y consideran los siguientes riesgos existenciales:
Inteligencia artificial mal programada; mal uso de la nanotecnología; mala utilización de la biotecnología;  uso generalizado de las prótesis, convirtiéndose en un robot; tecnologías autónomas, que se escapan de las manos, como máquinas que se auto construyen a sí mismas, etc.
En cambio, los defensores de la singularidad, asumen que es necesario tomar el control de la evolución humana, y acelerar el progreso tecnológico.
Proponen la sustitución de una especie humana obsoleta por otra especie “superior” con poderes ilimitados, y que por medio de las tecnologías emergentes o convergentes, como la Nanotecnología, Biotecnología, Infotecnología y Cognotecnología - NBIC, puedan alcanzar la post humanidad.
Así pues, el siglo XXI enfrenta el dilema de, si controla el progreso tecnológico y lo mantiene como una infraestructura subordinada a los humanos, o estimula el desarrollo autónomo del progreso tecnológico, y con él, los riesgos que este representa.
“Please put down your weapon.
You have 20 seconds to comply”
RoboCop es una película estadounidense de ciencia ficción, del año 1987, dirigida por Paul Verhoeven.
Protagonizada por Peter Weller, Nancy Allen, Kurtwood Smith, Miguel Ferrer, Ronny Cox, Dan O'Herlihy, Robert DoQui, Paul McCrane, Ray Wise, Jesse D. Goins, Felton Perry, Del Zamora, entre otros.
El guión es de Edward Neumeier y Michael Miner.
La premisa de RoboCop, fue inspirada por la serie de manga/anime, en la obra clásica de 1963, “8 Man”
Se cuenta que cuando el guión llegó por primera vez a las manos de Paul Verhoeven, después de leer un par de páginas, lo desechó totalmente.
Creía que era otra “película de acción tonta”
Curiosamente, su mujer leyó el guión, y convenció a su marido, de que tenía que dirigirla; por lo que RoboCop, que fue un éxito de cartelera, proporcionó a Paul Verhoeven, reconocimiento en Hollywood.
Y es que RoboCop, fue la primera gran producción de Hollywood, dirigida por el holandés Paul Verhoeven, a pesar de que había estado trabajando en Los Países Bajos durante más de una década, y había dirigido varias películas con gran éxito, Verhoeven se lanzó en 1984, a buscar más oportunidades en Hollywood.
Aunque se dice que RoboCop es su debut en idioma inglés, en realidad, había hecho “Flesh & Blood” en el año 1985.
Así pues, los involucrados sazonaron el guión, con una mordaz crítica a los Estados Unidos de esa época, sobre todo, de la obsesión de la Administración Reagan por la defensa, y por el auge de popularidad que estaban teniendo los yuppies.
Hay que reconocer, que RoboCop consiguió, mediante la sátira, tocar y criticar inteligentemente, muchos aspectos sociales, ya que trata temas más amplios como:
La manipulación mediática, la resurrección, la gentrificación, la corrupción política, la privatización, el capitalismo, la masculinidad, y la naturaleza humana.
Hoy, considerada una de las mejores películas del año 1987, el éxito de RoboCop, comenzó una franquicia que incluye 2 secuelas, una serie de televisión, una mini-serie, 2 series animadas, videojuegos, varias adaptaciones en comic, y diversos artículos, con imágenes del personaje.
RoboCop fue producida con un presupuesto relativamente bajo, de $13 millones; y recibió 2 nominaciones al premio Oscar, como mejor edición, y mejor sonido; además, recibió un Oscar especial, fuera de concurso, por la edición de efectos sonoros.
Cabe aclarar, que existe una versión del director, con escenas que debieron ser eliminadas por su crudeza, para poder exhibirla en el cine, con una clasificación R.
Muchos de los entornos urbanos, fueron filmados en el centro de Dallas, Texas, debido a la apariencia futurista de los edificios.
Ambientada en una sociedad futura cuyo año se desconoce, Alex J. Murphy (Peter Weller), agente de policía de Detroit, es asesinado en acto de servicio.
Para acabar con la delincuencia en la ciudad, las autoridades aprueban la creación de una máquina letal, mitad robot, mitad hombre, a la que llaman “RoboCop”, y para fabricarla, utilizan el cuerpo de Murphy.
El experimento parece un éxito, pero el policía, a pesar de estar muerto, conserva la memoria, y decide vengarse de sus asesinos, liderados por Clarence Boddicker (Kurtwood Smith)
La fusión del hombre y la máquina, es una eterna reflexión...
¿Dónde reside el alma de un ser humano, entonces?
Los intereses de las grandes empresas son primero.
Las zonas más oscuras de nuestra propia naturaleza, es mezclada con el deber y el honor... y todo eso está en RoboCop.
El ciborg “RoboCop” originalmente era un oficial de policía dedicado, de nombre Alex J. Murphy, quien estaba casado, y tenía un hijo.
Fue transferido sin previo aviso, a un distrito diferente en Detroit, por la Omni Consumer Products (OCP)
Al salir en su primer patrullaje, él y su compañera Anne Lewis (Nancy Allen) persiguen a una peligrosa banda de criminales, hasta un sector industrial abandonado; allí al separarse, Murphy es emboscado y asesinado de forma brutal; a pesar de los esfuerzos de los médicos, es declarado muerto, y su cuerpo entregado a OCP, para experimentación; siendo reactivado su cerebro, sin memoria, y convertido en el primer prototipo exitoso, del Proyecto RoboCop.
El exoesqueleto de RoboCop, fue fabricado con titanio, y recubierto con kevlar, haciéndolo prácticamente, a prueba de balas.
Sus brazos y piernas, se accionaban con motores hidráulicos, que le proveían de una fuerza sobrehumana, para realizar actos como atravesar las paredes de concreto/hormigón.
Sus manos, eran capaces de ejercer 569 Nm de presión, o 1 kg por centímetro cuadrado, lo que sería suficiente para triturar cada hueso, en una mano humana, e incluso, para romper cadenas de uso doméstico, si aplicaban demasiada fuerza.
RoboCop, estaba equipado con una pistola semiautomática modificada, Beretta 93R, capaz de, y utilizada casi exclusivamente con hacer un ajuste de 3 rondas de explosión.
Cuando no usaba su pistola, la guardaba en una pistolera retráctil, construida en su muslo derecho.
Antes de su muerte, Murphy imitaba al héroe favorito de TV de su hijo, “TJ Láser”, haciendo girar su arma en su dedo, antes de enfundarla, un rasgo que él continuó utilizando como RoboCop.
RoboCop, también tenía un sistema de mira automatizado, controlado por una micro-computadora, integrada a su estructura biónica, que le convertía en un excelente tirador, incluso, a distancias muy largas.
Además, RoboCop tenía varias características útiles, tales como visión por termografía, lo cual incluso, le permitía ver, en forma de visor de rayos X, del otro lado de los muros de hormigón, reconocimiento de voz, y una grabadora de imagen y vídeo incorporada.
También, podía tener acceso a los ordenadores y redes de información, por ejemplo los ordenadores del departamento de policía, y a algunos de los sistemas de la OCP, directamente usando una punta retráctil, o aguja de interfaz, construida en su mano derecha, entre su segundo y tercer nudillo.
La punta, también podía ser utilizada como arma punzo-cortante.
RoboCop, también tenía un radiotransmisor incorporado a su estructura.
Esto permitía que la OCP, oficiales del gobierno, y cualquier otra persona autorizada, pudiera estar enterado de su ubicación, para localizarlo, por medio de un rastreador satelital especializado.
También, permitió el envío automatizado de programas para comunicarse con RoboCop, y para informarle de las situaciones que requerían de su presencia.
RoboCop fue programado, para seguir 4 directivas primarias, las 3 primeras, basadas en “Las Tres Leyes de La Robótica” que Isaac Asimov ya planteó a principios de los años 40.
El hecho de tener una 4ª directiva oculta en su programación, evidencia que RoboCop es un instrumento del poder, para oprimir al pueblo.
Ellas son:
1. Servir al bien común.
2. Proteger al inocente.
3. Preservar la ley.
4. No oponerse, ni atacar a directivos de la OCP.
La 4ª directiva, fue programada para que RoboCop estuviera ignorante de ella, a menos que se hiciera relevante en determinada situación.
La 4ª directiva, le inmovilizaba físicamente, para impedirle incluso, llevar a cabo cualquier arresto de algún ejecutivo de OCP.
Lo que realmente convierte a RoboCop en un héroe, no son sus habilidades robóticas, sino su capacidad de sobreponerse a la programación, impuesta por la empresa.
RoboCop, está programado para hacer cumplir la ley, o así lo venden, pero no puede actuar contra ningún miembro de la corrupta empresa que lo ha creado.
Es su parte humana, la que acaba imponiéndose, y la que le convierte en un héroe al final.
Él mismo responde con su nombre humano, cuando se le pregunta cómo se llama en la escena final.
Ha tomado conciencia de sí mismo, no es sólo una máquina, su parte humana se ha impuesto.
RoboCop explora además, de manera muy acertada, y en pocas líneas, la esencia del ser humano, en el personaje de Alex Murphy, antes y después de ser RoboCop.
El quiebre entre el humano y el robot, está impecablemente plasmado, y el dejo de humanidad que RoboCop tiene, se transmite en actos reflejos, recuerdos, y otros detalles, como la frase:
“Murphy tenía esposa e hijo, ¿qué pasó con ellos?”
Referirse a sí mismo como otra persona, es un toque brillante de los guionistas.
La ejecución fría y sádica de Murphy, el pasaje por la sala de emergencias, la muerte de Murphy, y el resurgir como RoboCop, son de los mejores momentos de la película.
RoboCop, resultó ser un film casi profético, si tenemos en cuenta la quiebra actual de la ciudad de Detroit, o nuestra creciente tendencia a las privatizaciones, con la excusa de la crisis.
Y es que los servicios que la OCP brinda, abarcan todos los ámbitos, militar, espacial, exploración marina, hospitales, y cárceles, como los gobiernos fascistas.
Eso les brinda poder económico, y un gran control sobre la sociedad.
En su afán de mecanizar a los falibles agentes de la ley, la OCP propone la utilización de agentes robóticos.
Para ellos, la seguridad no es otra cosa que, una inversión de costo/beneficio.
La ciudad se encuentra en crisis.
Los criminales, logran huir por largas avenidas desiertas, y refugiarse en las numerosas industrias, que se encuentran abandonadas, y en la quiebra.
Las calles de Detroit, desiertas de gente, se plagan de criminales, quienes a diario, vulneran a la población.
En los anuncios, se oferta un futuro más brillante, pero el presente es incierto.
Las pocas personas que trabajan de manera honesta, lo hacen en trabajos mediocres; aun cuando se educan, ya que dentro de la ciudad, no hay recompensa ni oportunidad para sus esfuerzos.
Aprovechándose de la desgracia de la población, el narcotráfico extiende su dominio sobre los barrios pobres.
La policía no puede enfrentárseles, ante un poder de fuego superior.
Ante la falta de vigilancia, la ciudad entera se vuelve un campo de juego para la criminalidad.
Tristemente, es un retrato muy fiel, de lo que sucede en la Detroit de la realidad actual.
Y aquí, un nuevo agente es transferido por la OCP, al viejo y marginado Detroit.
Venido de los suburbios, Murphy luce bronceado, estilo surf, y es jovial.
Pero no es solo más que carne de cañón, en territorio hostil.
Arrebatada su humanidad, Murphy es convertido en una herramienta que obedece a su creador, al estilo gótico de “Frankenstein”
Sin embargo, dentro de él, su vieja personalidad, empieza a emerger paulatinamente.
En un combate desigual contra una unidad ED-209, RoboCop recobra ventaja gracias a esa humanidad perdida.
Las máquinas, resultan obsoletas sin una conciencia y juicio humano que las guíe.
Al final, Murphy no solo recupera el concepto de su identidad, sino que recupera sus emociones; y el intento de la OCP por crear una sociedad mecanizada, fracasa.
A su lado figura, una correcta compañera, interpretada por Nancy Allen, valiente, de pelo corto, caracterizada con el objetivo de potenciar el compañerismo, sin presentar el menor indicio de tensión sexual, incluso el chaleco antibalas es neutro, de manera intencionada.
El creador de RoboCop, Robert “Bob” Morton (Miguel Ferrer) tampoco se libra del crítico estilo Verhoeven, ya que es una especie de “Dr. Frankenstein” que no duda en tratar a un policía caído, como un producto propiedad de una empresa, dispuesta a experimentar con los límites de la mente humana, es cocainómano y egoísta, su único objetivo es, igualmente, el ansia de poder.
Así pues, con un “Soy Murphy” acaba la película, eso demuestra que Murphy acepta su condición de Robot, y aceptándolo de una forma noble y alegre, así superando esa lucha interna de máquina, o humano, en donde sigue existiendo el hombre sobre la máquina, lo cual es un final genial, para esta joya de la ciencia ficción.
“Back up is currently unavailable”
A Paul Verhoeven, lo que siempre le ha interesado, según sus propias declaraciones, es la historia.
El “Sci-fi”, que sería el ejercicio opuesto a la historia, porque significa mirar hacia el supuesto futuro, en lugar de mirar hacia el supuesto pasado; le aburre hasta la médula.
No deja de ser irónico en un director que ha filmado 4 películas de ficción científica, de las 6 que ha hecho en Hollywood.
Porque debajo de todo su aparato de gran espectáculo, de su condición de cine industrial, late uno de los filmes más escalofriantes, espeluznantes, y estremecedores, que ha dado el cine, en las últimas décadas.
Considerada una de las mejores películas de los 80s, y uno de los personajes más importantes del “Sci-fi”, RoboCop ha logrado mantenerse en el gusto del público, gracias al brillante trabajo de Peter Weller, como el policía robótico, el heroísmo de su personaje, y la valiente dirección de Paul Verhoeven, al frente del proyecto.
El resultado, es un filme único en su género, con una trágica y violenta visión del futuro, que muestra un Detroit sumido en el crimen, el cual, sólo puede ser rescatado por un policía diferente.
El director holandés nos presenta, una cinta de acción futurista, estéticamente oscura y opresiva, que destaca sobre todo, por el explícito tratamiento de la violencia, como el asesinato de Murphy, sobre todo en la versión extendida, es una de las escenas más brutales que se hayan podido ver en una producción de Hollywood.
El trabajo de Verhoeven, puede quizás sonar exagerado, ya que dentro de una película de duración limitada, es necesario exaltar las características de sus personajes, pero por nada del mundo carece de fundamento.
Y en muchos sentidos, RoboCop es un western con rascacielos de neón, y con un personaje central resucitado, un Jesucristo mecánico dirían unos, en busca de una venganza que, al mismo tiempo, le devuelva su mutilada humanidad.
Pero debajo de todo ello, obtenemos una salvaje parábola, de un mundo que es el nuestro, y que se derrumba bajo la corrupción, y la tecnología mal empleada.
La corporación maligna, el gobierno inoperante, el narcotráfico dominante, y una sociedad acorralada, son un retrato fidedigno de la verdadera ciudad de Detroit.
Esta fue alguna vez, una de las más importantes y prominentes urbes de su país, pero debido al desarrollo lineal del capitalismo neoliberal, una vez desapareció su poderío económico, la ciudad se vino abajo.
La ciudad, es un ejemplo viviente de las consecuencias que el desarrollo neoliberal está teniendo en el resto del mundo.
Paulatinamente, en todas las ciudades del mundo, los servicios se han ido privatizando, respondiendo a la lógica del mercado, y una lógica social y humanitaria.
Quienes tienen dinero, pueden vivir con calidad de vida, mientras quienes no, viven en ambientes degradados, marginados, y sin oportunidades para su desarrollo.
El papel del gobierno, alguna vez encargado de la planificación del desarrollo, se ha vuelto cada vez más, un papel administrador, que ineficiente y corrupto, ve en la ciudad, una oportunidad de hacer negocio, y concesionar los proyectos de inversión, al mejor postor.
El papel de un policía, convertido en una máquina, además de una idea atrayente por su relación con la “singularidad”, es en el subtexto, no más que una crítica hacia la mecanización de la sociedad humana.
Dentro de la economía, donde el dinero manda, el hombre no es otra cosa que un factor falible e impredecible, al cual se le puede reemplazar de las actividades económicas por máquinas, mucho más eficientes, y las cuales no generan derechos, ni prestaciones.
Mecanizar la sociedad, se traduce entonces, en incrementar las ganancias en todos los sectores que la conforman.
El hombre entonces, deja de ser primordial en la producción, para volverse en un consumidor.
Y RoboCop no es más que un sirviente de intereses económicos, que consigue liberarse, gracias a lo que le resta de su humanidad.
En nuestro contexto actual:
¿Cuánto nos resta de humanidad, antes de que salgamos de este esquema de desarrollo, donde solo es importante el dinero?
Nos sentimos impotentes y arrasados, viendo cómo cogen el despojo de Murphy, a mayor gloria del estado de bienestar, del orden, de la autoridad.
Se impone el fascismo, sobre la frágil y mísera condición humana, que implora que la defiendan contra la barbarie, e importa poco que quizá Bob Morton,  tenga buenas intenciones, además de intereses comerciales.
El detonador, la chispa que encenderá la humanidad perdida de la máquina de orden y seguridad, que ahora es James Murphy, será su antigua compañera, y poco a poco irá recordando, como un monstruo de Frankenstein, hecho de pedazos y de remembranzas, lo que le hicieron, lo que perdió.
La desgarradora secuencia en la que visita a su antigua casa, es aún más dolorosa por sus planos subjetivos, y por la verdad y la vida que se desprende de ellos.
El maniqueísmo natural de estos productos, permisible en esta ocasión por su naturaleza primaria, de enfrentamiento entre el bien y el mal, por la generación de un personaje heroico, y las perpetuas materias de corrupción y venganza, son los aspectos temáticos, de un animado título que contiene impactantes escenas de acción, y un buen trabajo en efectos especiales, dominados por la labor de “stop motion”
Para diseñar a RoboCop, se contrató a Rob Bottin, que hizo un diseño soberbio, a pesar de su sencillez.
El diseño de RoboCop, fue basado en el superhéroe del título del serie japonesa “Tokusatsu Uchuu Keiji Gavan” o “Sheriff Espacial Gavan”, el primero en la serie “Metal Hero Series” de Toei.
Un presupuesto de alrededor $1 millón, se dio a la finalización del vestuario, por lo que era el artículo más caro en el set.
Se hicieron 6 trajes en total:
3 normales, y 3 mostrando algún tipo de daño.
El actor Peter Weller, tardaba entre 2 y 3 horas diarias, en enfundarse el traje de RoboCop, aunque le llevó 9 horas la primera vez; y perdía entre 1 kilo, y 1 kilo y medio de peso por la transpiración, de manera que necesitaba rehidratarse constantemente.
El robot “ED-209” fue diseñado a partir de un personaje manga, de la serie “Robotech” y un helicóptero militar.
Con todo, la producción de RoboCop fue muy dura, y nadie se llevaba bien entre sí:
El creador del traje, y el director, no se hablaron en todo el rodaje...
Como datos que no hay que dejar pasar por la lógica, RoboCop ocupa poco la pistola, solo cuando tiene enfrentamientos, pero por la cantidad de balas que dispara, no explican cuántas trae el cargador, y es más, en ninguna escena se ve que se le acabe las balas, y menos que cambie de cargador…
Como curiosidad, la Ford Motor Company, aparece claramente como proveedor principal de automóviles para RoboCop, en especial, porque aparece el, en ese entonces, novísimo modelo “Taurus” como auto patrulla, y como su flota de modelos para 1986, no era de lo más innovadora, se decidió utilizar modelos Ford, ya existentes en Europa, y que no se habían visto en EEUU, como:
Sierra, Escort, y Orion, que eran muy innovadores, en cuanto a diseño se refiere, comparados con los Ford de Detroit.
Por último, hacer mención a la similitud que RoboCop tiene con “Terminator” y que no es casual:
Ambas películas, fueron distribuidas por la compañía Orion Pictures Corporation, y ambas centran su temática, en que los 2 protagonistas son “ciborgs” y están plagadas de escenas, extremadamente violentas.
La banda sonora de RoboCop, fue compuesta por Basil Poledouris, que nos mostrará 19 temas fascinantes, enérgicos, y vivos, transmitiéndonos la emotividad que siente el personaje.
Los temas destacables son:
“Rock Shop”, “Main Title” y “Home”
La música, cobrará gran protagonismo en RoboCop, que pese a carecer de buenos efectos especiales, resalta más su apartado musical, que nada tiene que envidiar a otras películas.
“Go ahead and do it.
Dead or alive, you're coming with me”
¿En qué momento empezamos a tenerle miedo a estas películas?
La verdad es que, en los tiempos en los que vivimos, RoboCop se anticipó a su tiempo, miren sino todos los Telediarios que se emiten en la televisión, el mundo cada día va de mal en peor, y en parte, es por nosotros “los seres humanos”, los culpables de ello.
Y es que este siglo, ha empezado con un supuesto, el cual es el menos prometedor para la especie humana.
Me refiero al escenario “El último que quede en pie”, en donde se da una batalla atroz por los últimos recursos energéticos del planeta.
Ese escenario, ya ha comenzado a principios de siglo XXI, con las 4 guerras motivadas en última instancia, por los recursos fósiles de Medio Oriente:
La Guerra de Afganistán (2001), Irak (2003), Libia (2011), y Siria (2012)
Con estos antecedentes históricos, es difícil imaginar un futuro pacífico y cooperativo.
Desde el 2002 hasta el 2011, las ventas de armas se incrementaron un 59%.
En 2010, el gasto militar global, siguió creciendo, en comparación con 2009, ha aumentado en un 1,3%, alcanzando la cifra de $1,63 billones.
Tradicionalmente, una gran parte del monto mundial, un 43%, le ha correspondido a EEUU.
En un mundo con pocos recursos energéticos, y demasiado armamento, es fácil adivinar, que no va a discurrir por caminos de paz y concordia.
Los grandes bancos, y mega corporaciones, que han florecido al amparo del sistema neoliberal globalizado, socarronamente absorberán más poder de las naciones y los pueblos.
Sus grandes estructuras de carácter privado, se transformarán en pequeños reinos independientes, poseedores de abundantes riquezas, que les permitirá contratar ejércitos de mercenarios, para proteger el inmenso capital y conocimiento acumulado durante La Era Industrial.
Los ejércitos, jugarán un papel destacado en ese nuevo futuro.
Los Nuevos Señores Feudales, se valdrán de ellos, para invadir países, y controlar revueltas.
El decrecimiento forzoso de la economía global, golpeará de forma distinta a cada nación, y a cada continente, de acuerdo al nivel de industrialización, composición étnica, facilidad de adquirir energía fósil, costes de mantenimiento de infraestructuras, capacidad para proveerse de producción local, como comida, ropa, utensilios, etc.
Las guerras de baja intensidad en todos los lugares del planeta, serán frecuentes.
Los estados, gastarán demasiados recursos en preservar el orden público interno, y en proporcionar lo indispensable a su población, para que no colapse.
Además, mantendrán conflictos con otros países, para asegurarse los menguantes recursos energéticos, hídricos, y alimentarios.
Algunos países, optarán por la autarquía, con mayor o menor fortuna.
Y la sociedad de naciones, se irá derrumbando, inexorablemente.
Se crearán comunidades continentales y locales, con el objetivo de ahorrar la mayor cantidad de energía.
Por cuestiones de supervivencia, buena parte de la población de las grandes ciudades, voluntariamente regresará a los campos, ya que las redes de transportes, distribución alimentaria, hídrica, y energética, se reducirán a menos de la mitad.
Al debilitamiento de los estados democráticos, les sucederán estados autocráticos, que paulatinamente se irán rindiendo a las mega-corporaciones, que todavía conservarán una red global robusta de transportes y comunicaciones.
Estas entidades, se asemejarán a reinos medievales independientes, dueños de los cada vez más escasos y valiosos recursos de todo tipo.
Los estados quebrados, estarán dirigidos por una serie de burócratas y políticos incapaces de sobrevivir sin la ayuda inestimable del capital, combustible, y seguridad privada, que le ofrecerán estos Señores Feudales del siglo XXI.
Los ejércitos de los estados, al no poder ser mantenidos por las naciones a las que sirven, se verán forzados a convertirse en fuerzas mercenarias, al servicio del mejor postor, en este caso, de las mega-corporaciones, y bancos.
Los viajes transcontinentales, ya sean en barco o avión, subsistirán como uso exclusivo de Los Nuevos Señores Feudales, y de sus más inmediatos colaboradores.
Estos señores, monopolizarán la tecnología, la educación superior, y tendrán a su servicio, la mano de obra cualificada, que aún quede, para ayudar a implementar toda una serie de innovaciones tecnológicas, tanto en el campo civil como militar, que aseguren el sometimiento de poblaciones, control de las naciones fallidas, y sustracción de los pocos recursos, aún disponibles.
Al mismo tiempo, Los Nuevos Señores Feudales, irán construyendo modernas ciudades-fortalezas, en zonas geoestratégicas del planeta.
Serán zonas “VIP’s” con todas las comodidades de la civilización industrial.
Originarios de los 5 continentes, este grupo selecto, habrá sometido y desmantelado a la sociedad de naciones, sus políticos, y sus ejércitos.
Esa nueva élite, no estará motivada por razones nacionalistas, ni por identidades culturales.
Después del corto, pero intenso período de globalización, descubrieron que los unían los mismos intereses, y éstos eran más fuertes que los prejuicios de nacionalidad, raza, lengua, o cultura, que anteriormente los separaban.
Ya no habrá barreras ideológicas, culturales o raciales, que impidan conformar una casta planetaria cosmopolita, dispuesta a defender a la humanidad del caos, que según ellos, ha sido causado por la escasez de la energía de origen fósil.
Podría considerarse como una forma de tiranía, un retorno a una estructura social del medievo, con la tecnología de la Era Atómica, y Computacional.
Los objetivos de esta Nueva Casta Feudal, serán:
Primero, preservar la tecnología y conocimientos adquiridos durante La Era Industrial de la energía barata.
Segundo, monopolizar la mayor cantidad de recursos, de un planeta extenuado por la sobreexplotación, con el propósito de recrear el modo de vida placentero y hedonista de sus padres y abuelos.
Y por último, domeñar a la gran masa de desheredados de la tierra.
Estos excluidos, llamados ahora siervos, fueron aquellos que organizaron rebeliones, alzamientos y guerras contra El Nuevo Orden Mundial que se estaba gestando.
Estos luchadores por un mundo más justo, fueron reprimidos y golpeados en múltiples revueltas, perdiendo todos sus derechos, quedando confinados, ellos y sus descendientes, en protectorados feudales, donde se les permite que se provean de comida, ropa y abrigo, a cambio de protección y acceso al agua potable.
Los Señores Feudales del siglo XXI, deliberadamente endurecerán las condiciones de vida de los siervos, con la finalidad de forzar el decrecimiento de la población, y evitar de ese modo, gastar más recursos energéticos.
Los siervos no tendrán servicios médicos, a lo viejos se les dejará morir por un simple resfriado...
Se suprimirán las vacunas a los bebés, para provocar el incremento de mortalidad infantil…
Los siervos restablecerán con su sacrificio, la pirámide poblacional, con los vértices bien definidos
Los Nuevos Señores Feudales, se autoproclamarán como los herederos legítimos de los “negocios como de costumbre” siendo los custodios del conocimiento, la tecnología, la cultura, y la historia.
Vivirán y disfrutarán del modo de vida, del que actualmente gozan las clases altas, viajarán por el mundo, conducirán coches de lujo, y consumirán los platos más exquisitos.
Imitarán el modo de vida burgués globalizado.
Intentarán colonizar La Luna o Marte, reservando una significativa cantidad de los recursos disponibles en esos tiempos de escasez, para tan gran aventura.
Seguramente, serán los últimos cartuchos con poca pólvora, que tendrán por finalidad, revertir el colapso de una civilización compleja, sellada al vacío en pequeños reservorios, denominados “ciudades-fortaleza”, rodeados por un mundo cada vez más salvaje, donde se asentará el modo de vida preindustrial, los movimientos ecologistas de supervivencia, y el anarco-primitivismo.

“Your ass is mine!”



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