The Abyss

“And when you gaze long into an abyss, the abyss gazes also into you”

El camino de la búsqueda interior, transcurre en los momentos más significativos de esa búsqueda, por las experiencias que podemos clasificar de “abismales”
Primeramente, el término “abismo” es la zona morfológica de la geografía del fondo marino, que ocupa más del 70% del área total de los océanos; por lo que se denomina “zona abisal” o “zona abisopelágica” a uno de los niveles en los que está dividido el océano, según su profundidad, y que está por debajo de la zona batipelágica, y por encima de la hadopelágica; correspondiente al espacio oceánico entre 3,000 y 6,000 metros de profundidad.
Es una zona oscura, donde la luz solar no llega.
Así pues, la palabra “abisal” procede de abismo, como lugar profundo y oscuro.
Esta región, se caracteriza por un ambiente frío, presión hidrostática, extremadamente elevada, escasez de nutrientes, y ausencia total de luz natural.
Curiosamente, la palabra “abismo” suele usarse para aludir a un “pozo”, ya sea el fondo más profundo del océano, o el infierno.
Según La Biblia cristiana, el abismo es la prisión de los espíritus malvados, de donde ocasionalmente salen para causar maldad, y donde Satanás está condenado a habitar.
En La Cábala, el abismo es la abertura hacia el inframundo, es la morada de espíritus malvados, y se corresponde con la abertura del abismo, hacia el mundo superior.
En general, el abismo se considera vagamente, como un lugar de extensión indefinida, morada de misterio, y dolor…
Científicamente comprobado, a 6Kms de profundidad, no hay luz; siendo la principal causa, de que a esas profundidades, sea raro ver vida animal, y mucho menos vegetal, con la excepción de los llamados peces abisales.
La fauna abisal, está formada por peces extraños, con apariencia monstruosa como:
El caulophryne, argyropelecus, idiacanthus, melanocetus, saccopharynx, chauliodus, o cryptosaras.
Entre la fauna de invertebrados, encontramos la presencia del fenómeno del gigantismo abisal, ya que hay picnogónidos,  o “arañas de mar” de más de 1,50 m; hay un hidrozoario, con su pólipo de más de 50cm de altura, y también isópodos, de más de 40cm de tamaño, así como especies muy diferentes a las presentes en la superficie, como son grandes esponjas vítreas, lirios de mar pedunculados, sésiles de forma primitiva, etc.
En la literatura de ficción, H.G. Wells fue el primero en introducir la noción de “aliens en el mar” en su cuento corto de 1897, llamado “In The Abyss”
“A place on earth more awesome than anywhere in space”
The Abyss es una película del año 1989, del género ciencia ficción; escrita y dirigida por James Cameron.
Protagonizada por Ed Harris, Mary Elizabeth Mastrantonio, Michael Biehn, J.C. Quinn, Jimmie Ray Weeks, John Bedford Lloyd, Todd Graff, Kidd Brewer Jr., Leo Burmester, Adam Nelson, Kimberly Scott, Chris Elliott, George Robert Kirk, entre otros.
En su momento The Abyss fue la película más cara de la historia, con $60 millones de presupuesto.
Y es que a James Cameron se le puede atribuir, casi en solitario, la introducción y desarrollo definitivo de los efectos digitales en el cine, así como las películas con presupuestos mareantes.
The Abyss fue la primera película estrenada con el sistema THX Laserdisc Program, y la primera que utilizó una versión del programa de diseño gráfico, Adobe Photoshop.
Como resultado, The Abyss ganó un Oscar, a Los Mejores Efectos Especiales, y obtuvo 3 nominaciones:
Mejor fotografía, dirección artística, y sonido.
Posteriormente, se realizaron una serie de excelentes documentales, sobre las incursiones en las profundidades del mar, realizadas por el mismo Cameron.
Así las cosas, con guión del propio Cameron, nos encontramos ante un film de “Sci-Fi” puro y duro, que se adentra en el sempiterno tema de encuentros entre humanos y aliens, algo en lo que el director se encuentra muy cómodo, y que siempre ha sido del interés por parte de los espectadores de todas las épocas.
Curiosamente, la respuesta en taquilla no fue la esperada, de hecho, económicamente, hablamos del mayor fracaso en la carrera de James Cameron; ya que hasta el año 2000, no empezó a aceptarse eso de que, las producciones en teoría, destinadas a la taquilla, es decir, de acción y efectos especiales, pudieran superar ampliamente las 2 horas de metraje, y el director redujo la longitud de The Abyss considerablemente: pero consiguió en 1993, volver a montarla, dándole el metraje final de 163 minutos, frente a los 135 minutos en que los había dejado en 1989, la distribuidora 20th Century Fox.
The Abyss, es una de las películas que mejor logran crear esa sensación de soledad, miedo a lo desconocido, y ahogamiento, literalmente.
Virgil “Bud” Brigman (Ed Harris), es el jefe de la plataforma submarina petrolífera Benthic, situada en medio del Atlántico.
Bud es solicitado, cuando un submarino nuclear estadounidense, “USS Montana”, sufre un percance cerca de su plataforma.
En la búsqueda de rescate, se unen a Bud, la diseñadora de la base, Dr. Lindsey Brigman (Mary Elizabeth Mastrantonio), y El Teniente Hiram Coffey (Michael Biehn), pero cada uno de ellos, tendrá sus propias agendas, además de un visitante inesperado…
Todo parece ir bien, hasta que una cadena de situaciones sin explicación, ponen a prueba los sentimientos, la mente, y la capacidad de resistencia, de todo el equipo encargado del rescate del submarino.
En aquellas profundidades, hay algo… una fuerza increíble, que puede cambiar el mundo, o incluso, destruirlo para siempre.
Como toda buena película, The Abyss cuenta con un guión, que hace girar la trama, en torno a varios conflictos:
Nada más comenzar, nos encontramos con el primero de ellos, y es que estamos en 1989, en los últimos años de La Guerra Fría entre Estados Unidos y La Unión Soviética.
Por eso, cuando algo hace que un submarino estadounidense naufrague cerca de Cuba, lo primero que viene a las cabezas de los protagonistas, es:
“¡Han sido los soviéticos!”
Aunque al espectador se le deja bien claro desde el principio, que nada tienen que ver…
Ahora, nos encontramos con el segundo gran conflicto:
Estamos demasiado cerca de Cuba, como para que el ejército estadounidense se haga cargo del rescate de los posibles supervivientes.
Así que el gobierno, decide movilizar una plataforma petrolífera cercana, poniendo al mando de la operación, a un grupo de marines.
Esto nos lleva directamente al tercer conflicto:
El choque de personalidades entre los marines y los científicos de la plataforma.
Por último, tenemos que tener en cuenta, que esto es cine, y el cine no sería nada, si una buena historia de amor.
Así se nos presenta a los 2 protagonistas principales:
Lindsey y Virgil, un matrimonio en pleno proceso de divorcio.
Y como “macguffin” aliens en las profundidades del mar.
“Luck is not a factor”
La narración de The Abyss, juega con varias tramas a la vez, de forma que se alcanza un todo de gran complejidad.
Cada hilo es cuidado de forma exquisita, y desarrollado con un tino impresionante en el ritmo, el interés, y la trascendencia de los acontecimientos:
Una base submarina de investigación petrolífera, es tomada prestada por la armada, para acceder a un submarino accidentado.
Como trasfondo, el conflicto de La Guerra Fría, parece llegar a un punto de tensión muy peligroso, entre la URSS y Estados Unidos.
A la vez, una tormenta aísla la plataforma, ofreciendo escenas espectaculares de supervivencia submarina.
Mientras, parece estar sucediendo un encuentro con criaturas o aparatos extraños, para unos, claramente presencia rusa, y para otros, un contacto con alienígenas.
En ese clima de aislamiento, política al punto de la guerra, y la cercanía de objetos misteriosos que podrían ser hostiles, los “entrenados” soldados pierden el control, y además de poner en apuros a los habitantes de la base, pueden hacer peligrar la vida del planeta, ya que se han hecho con una cabeza nuclear del submarino.
Todo esto nos dice que, el mundo tiene un cierto equilibrio, así que dentro de esa asfixiante oscuridad, imposible de ser evadida, debe de haber algo mágico, alguna luz mística, que aún haga creer en el bien, en la fantasía, y en la posibilidad de que cualquier problema, tiene solución.
Que no vivimos en un infinito caos, sino que, únicamente, aún no observamos con suficiente detenimiento el orden.
Con The Abyss, Cameron, se convirtió en uno de los grandes narradores del cine, de los pocos capaces de llevarnos a un mundo fantástico por descubrir.
Primeramente con el lecho submarino, luego el espacio, un barco condenado, el futuro post apocalíptico, un planetoide infectado, da igual…
Hasta el más escéptico espectador, no puede negar la fuerza de sus narraciones, por simples que sus tramas puedan parecer.
Es que las imágenes, las sensaciones, y la adrenalina, lo acompañan a uno, después de los primeros, e inolvidables planos acuáticos.
El cine de Cameron, se apodera de cada centímetro de la pantalla grande; lo que convirtió a The Abyss, en su película más personal, de la que está más orgulloso, aún más que de “Titanic” (1997) hasta ese momento…
Y es que Cameron, siempre ha logrado que nos creyésemos lo que nos estaba contando.
Sus películas, siempre han estado surtidas de lo último en avances tecnológicos; de hecho, ha cambiado 3 veces, el curso del cine, en cuanto a efectos visuales se refiere, y no por casualidad, 5 de sus películas, han ganado El Oscar en dicha categoría.
La primera de esas veces, fue The Abyss, en la que empezó a juguetear con los CGI, en la famosa secuencia del tentáculo marino; para terminar de perfeccionarlo en su siguiente película:
“Terminator 2: Judgment Day” (1991)
Cameron usó por vez primera, la tecnología digital por computadora, para crear ese tentáculo hecho de agua, en lugar de usar animación, como se solía aplicar en las películas previas.
Este efecto tardó 6 meses en lograrse, y se traduce en tan sólo, 75 segundos de metraje en pantalla.
Pero esto no convierte a Cameron, en un director moderno; si algo le caracteriza, es poseer una capacidad narrativa, que le acerca a los clásicos; y The Abyss es la prueba más evidente de ello.
Muchos vieron, no sin razón, una especie de “Close Encounters Of The Third Kind” (1977) en el fondo del mar, pero donde Spielberg se lucía manteniendo el suspense, incluso en su conclusión; Cameron da una vuelta de tuerca, poniendo en manos de los visitantes, el futuro de la humanidad, lo cual no deja de tener su gracia, pues éste se decide en el fondo del mar, en el lugar más oscuro y solitario, que el hombre haya conocido jamás.
Los extraterrestres, poseen rasgos de bondad, que una vez más, nos acercan a Steven Spielberg.
The Abyss, lo puedes ver hoy día, y no darte cuenta que tiene más de 20 años, el estilo y los efectos visuales, son mucho mejores que muchos films de la actualidad, y en ello radica su fuerza.
En lo que a producción se refiere, filmado en los tanques abandonados de una central nuclear, a medio construir de Carolina del Norte, inundados con millones de litros para poder filmar las escenas submarinas, a varios metros de profundidad, The Abyss contó con uno de los sets más grandes y costosos de la historia del cine; de hecho, durante casi 20 años, tras la finalización de The Abyss, los sets estuvieron expuestos a la intemperie, porque demolerlo era demasiado caro.
Durante el rodaje, Cameron permanecía casi 12 horas en el agua, y mientras realizaba la descompresión, en su cámara, revisaba las escenas rodadas en ese día.
La obsesión perfeccionista de Cameron, se juntó con un rodaje tan accidentado y difícil, que años después, aquellos que en él participaron, aún lo recuerdan como “el trabajo más duro de su carrera”
Según declaraciones de uno de sus productores:
“Cameron quiere ocuparse de todos los detalles.
Si alguien pinta algo en el decorado, quiere el bote de pintura, para pintarlo él mismo; está tal y como lo quiere.
Diseña hasta el último vehículo y adorno.
Las cámaras, la película, la iluminación, el gel, el número de gel...
Es muy, muy exigente, y eso le hace ser muy difícil de trabajar con mucha gente.
No es alguien con quien se pueda razonar.
Sencillamente, comprende lo que puede controlar todo, por lo que es más exigente consigo mismo”
Por ejemplo, se cuenta que el cloro del agua, provocó la decoloración del cabello de actores y cámaras; la temperatura era a veces muy desagradable, y en ocasiones, debían permanecer sumergidos, hasta 5 horas, sin otra cosa que hacer que esperar; debían pasar por largos periodos de descompresión... por no hablar de las situaciones difíciles propias de los rodajes submarinos, que exigían de los actores, una resistencia física y psicológica, poco común, ya que apenas se utilizaron extras.
Mary Elizabeth Mastrantonio declararía sobre el rodaje:
“Fue muchas cosas, pero agradable, no es una de ellas”
Se cuenta que Ed Harris, acabó tan harto, pues casi se ahoga en una de las tomas; que se negó a participar en la promoción, y según se dice, todavía hoy, sigue sin hablarse con Cameron.
Por motivos similares, Harris se limitó a declarar:
“Nunca hablaré de The Abyss”
Por su parte, Michael Biehn, quien se convirtió en el actor fetiche de Cameron, al que vimos en 2 de sus filmes; tiene un papel similar al de Hicks, que interpretó en “Aliens” (1986), pero en este caso, con connotaciones negativas.
Se dijo que Cameron, se vio “obligado” a convertir en malos a los militares, ya que se le acusó de militarista, por la imagen de los marines esa producción.
Por otro lado, la simbología religiosa de The Abyss es extensa, por ejemplo:
Cuando la tormenta provoca la caída de la grúa, la única conexión física con la superficie, da la impresión de evocar el desgarramiento del cordón umbilical, dejando a su criatura, sola en las profundidades.
Por otra parte, Cameron nos presenta, “la resurrección del ser humano” en varias secuencias clave:
La primera de ellas, la resurrección del personaje interpretado por Mary Elizabeth Mastrantonio, que da vida a otra mujer fuerte, típica en el cine del director, un auténtico “tour de forcé” en el que brilla con luz propia, un sobresaliente Ed Harris, como segunda resurrección, al final del metraje.
Y otra “resurrección” es cuando la nave extraterrestre, se eleva hacia la superficie, incentivando un renacer del ser humano, que puede soñar con un nuevo y maravilloso día tras la tormenta vivida fuera y dentro de sí; es decir, en la superficie, y en las profundidades, con el agua como símbolo de purificación.
Una batalla entre un Caín & Abel, 2 hijos paridos, donde uno quiere matar al otro.
Una Eva, permitiéndome el abuso y racismo, en quitarle protagonismo femenino a la maravillosa “One Night”; pues solo hay 2 mujeres en todo el filme…
Por otro lado, afortunadamente The Abyss, posee más virtudes que defectos, su visionado se disfruta más allá de los extraordinarios efectos visuales, pues hasta entonces, nunca una película había sido filmada bajo el agua, con tanto despliegue de medios, y nos arrastramos, nunca mejor dicho, por la aventura de unos personajes al límite.
Las diferencias personales, representan en cierta medida, las diferencias entre todos los seres humanos, y la odisea que atraviesan, demuestra que cuando peor están las cosas, y no existe la esperanza; aún se puede hacer algo para evitar una catástrofe, ya sea personal, o de índole mundial.
Y olvidaba a los aliens, que dan un aviso al ser humano, por su mal comportamiento a lo largo de la historia.
Entre las escenas muy bien hechas están:
Cuando Bud ha de presenciar, cómo Lindsey se ahoga lentamente en un mini submarino, para luego intentar reanimarla con desesperación, en la base.
Más tarde, él mismo debe ahogarse, al llenar sus pulmones de fluorocarbonos oxigenados, que le permitan respirar bajo el agua, durante un prolongado periodo.
La persecución, y lucha de mini submarinos; la caída del cable y la grúa de sujeción; o la inundación de la base; son también lecciones en la ejecución y montaje de escenas de acción, especialmente, si tenemos en cuenta que fueron rodadas en unas condiciones extremadamente duras.
Sobre el fondo, los mensajes de amor que manda Bud a Lindsey, interpretados y proyectados por los extraterrestres, en la pantalla de agua, no tienen precio.
Y los entrañables personajes de Lisa “One Night” Standing (Kimberly Scott), y Alan “Hippy” Carne (Todd Graff ), con su rata.
Como es usual, muchos han criticado a The Abyss, y su visión pretendidamente estadounidense, del conflicto nuclear, y La Guerra Fría; así como la ausencia de verosimilitud científica comprobada; como que es físicamente imposible, bucear sin tanques de oxígeno, a partir de cierta profundidad, sin acabar siendo una masa inerte e informe.
Quedan las preguntas:
¿De dónde vienen los aliens?
¿Cómo saben que los aliens poseen “Inteligencia artificial”, que son de otro planeta, y con buenas intenciones, desde el primer encuentro, mucho antes del desarrollo de los hechos?
¿Y al final, qué pasó con los aliens?
Lo bueno/malo, es el súper Tsunami, que solo ataca a los EEUU…
Sin olvidarnos del tema principal:
La decisión en cambiar para bien, está en nosotros mismos.
El hombre es el principal enemigo del hombre.
El mal no viene de fuera; viene de dentro, hay que conocerlo, pero hay que controlarlo.
“Love you wife”
Los seres humanos, evolucionaron originalmente de un medio acuoso, pues la mayoría de los animales de vida acuática, usan una respiración líquida a través del agua, la cual tiene muy poca solubilidad por el oxígeno, y es relativamente viscosa.
Los peces, para respirar, toman gran cantidad de agua a través de la boca y sus agallas, éstas le ofrecen amplia área de superficie para el intercambio gaseoso.
Inmediatamente que el agua adyacente a las agallas, es repletada de oxígeno, necesita ser reemplazada, y para ello cuenta con un sistema de bombeo unidireccional, que permite un fluido de alta frecuencia…
Con esa premisa, durante su evolución, el ser humano ha perdido los atributos fisiológicos necesarios para la respiración en el agua, y presenta un sistema de flujo bidireccional, que además de la alta viscosidad del agua, le impide obtener suficiente cantidad de oxígeno puro, para un adecuado intercambio gaseoso.
Es por ello que la ventilación líquida, no es del todo una utopía, como muchos pueden pensar, tras el visionado de The Abyss; y es ya una realidad, que abre nuevos horizontes en el tratamiento del Síndrome de Disfunción Respiratoria, por lo que se debe profundizar en el estudio de ésta técnica, con vistas a tenerla en cuenta, como una alternativa terapéutica, en el arsenal terapéutico para el manejo de la injuria pulmonar.
Lo más original de The Abyss es esa idea, digna de interés científico, de un fluido respiratorio más denso que el aire, y que podría permitir a un buzo, sobrevivir a más profundidad de la habitual... aunque, claro, se han olvidado de la presión que pueden llegar a ejercer toneladas de agua, sobre cada centímetro cuadrado de la superficie corporal de un ser humano, a 1,000 metros de profundidad…
Por lo que la ventilación líquida se refiere, es utilizada hoy, de manera experimental, desde hace años, en tratamientos médicos, especialmente en los recién nacidos, con problemas respiratorios diversos, como:
La formación no completada de pulmones; también, es aplicable excepcionalmente, en casos de personas víctimas de accidentes, o víctimas de incendios, cuyas vías aéreas, quedan dañadas por el calor del fuego.
Se considera que en el futuro, también podría utilizarse en buceo a grandes profundidades, y podría ser útil, en viajes especiales.
Los primeros estudios sobre este tipo de líquidos salinos saturados con oxígeno, la inició el Dr. Jan A. Kylstra, a mediados de los años 60, llamándolo “Liquid Breathing”, y se trataba de un líquido de la familia de los perfluorocarbonos, enriquecido con oxígeno.
De modo que, además de permitir la absorción del oxígeno, que contiene en gran cantidad; extrae el dióxido de carbono del cuerpo, cuya acumulación en el cuerpo, es la principal causa de daños, si no hay una ventilación efectiva...
Con todo esto, a veces, es necesario descender a la más completa oscuridad, sentir la soledad más áspera, la aplastante presión de ese océano de terrores desconocidos sobre nuestra carne, la falta de oxígeno vital, y perderse en la profundidad, para encontrar en mitad de la desesperación, la luz y la salida.
Pero hará falta que sean unos extraterrestres, los que nos hagan entender lo estúpidos que somos, por mantener armamento de destrucción masiva:
“Homo homini lupus”
Solo el amor nos puede salvar, ni tan siquiera la religión, pues en su nombre, se ha manchado la historia de la humanidad.
De lo contrario, ese “mañana”, será para un mundo desértico, donde los habitantes de las inframundo, esperarán la llegada de un profeta…

“When it comes to the safety of these people, there's me and then there's God, understand?”



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