Babe

“This is a tale about an unprejudiced heart, and how it changed our valley forever.
There was a time not so long ago when pigs were afforded no respect, except by other pigs; they lived their whole lives in a cruel and sunless world.
In those days pigs believed that the sooner they grew large and fat, the sooner they'd be taken into Pig Paradise, a place so wonderful that no pig had ever thought to come back”

En sociología, los modales son las normas de conducta que ejecutadas demuestran que una persona es correcta, educada y refinada, y que se usan para exteriorizar el respeto hacia otras personas.
Son como las leyes que codifican o establecen una norma para la conducta humana, pero se diferencian de las leyes en que no existe un sistema formal para sancionar transgresiones, que no sea la desaprobación social.
Muchas de las actitudes aceptadas como "buenos modales" suelen estar avaladas por la costumbre.
Aquello que se considera "educado" es altamente susceptible a cambiar con el tiempo, ubicación geográfica, el estrato social, la ocasión, y otros factores.
Aquello que es materia de los modales se evidencia por el hecho de que sobre el tema se han escrito libros extensos, las columnas de consejos con frecuencia tratan de preguntas sobre el comportamiento cortés, y que han existido escuelas con el único propósito de enseñar modales.
Según el diccionario de la Real Academia Española la urbanidad es:
Cortesanía, comedimiento, atención y buen modo.
El diccionario de la RAE resume, perfectamente, en cuatro términos todo lo que nos lleva a tener una mejor convivencia con los demás.
Del latín urbanitas (urbanitatis) la urbanidad son una serie de pautas de comportamiento que se deben cumplir y acatar para lograr una mejor relación con las personas con las que convivimos y nos relacionamos.
Recordar la palabra urbanidad no tiene porque llevarnos a viejos y estirados manuales donde se daban e imponían estrictas normas de comportamiento totalmente inadecuadas, en su mayoría, a los tiempos actuales.
Esa rigidez e intransigencia en la educación ha creado un cierto "halo" negativo a la palabra urbanidad.
Cualquier sociedad cuenta con unas normas de comportamiento, no escritas en la mayor parte de los casos, pero que sin su tutela nos haría ser un grupo de seres incivilizados que campan a sus anchas.
Saber que es mejor caminar por nuestra derecha, que las cosas se piden por favor, que se da las gracias por casi todo... y otras muchas pequeñas cosas hacen que nuestra vida sea mucho más agradable.
Pero como todas las reglas, leyes o normas, no solamente es suficiente con saber que existen, sino que hay que ponerlas en práctica.
A diario, en cualquier situación se puede ser cortés.
No hay que desaprovechar ninguna ocasión por dos motivos:
Poner en práctica lo que nos han enseñado y a su vez dar un estupendo ejemplo a los que nos ven.
Gozar de un buen "tacto social" nos puede ayudar en multitud de situaciones, tanto sencillas como algo más complejas.
Desenvolverse en los distintos ámbitos sociales debería ser una de las mejores asignaturas de nuestra enseñanza.
Puedes ser el que más conocimientos tenga de su profesión o carrera profesional, pero sin una buena dosis de "urbanidad" puede que sea la persona menos querida de su entorno.
Saber agradar, comportarse de modo correcto en cualquier ocasión, mostrar nuestro mejor "barniz social" cual pavo real que muestra su majestuosa cola puede hacernos ganar la simpatía de todo nuestro entorno.
Ese cariño se refleja en la actitud de las personas que nos rodean y se extraña cuando falta.
Por eso nos preguntamos:
¿Qué es urbanidad?
Saber convivir, saber agradar y saber estar, “aderezado”, con un toque de estilo.
“A little pig goes a long way”
Babe es una película familiar de 1995, dirigida por Cris Noonan, basada en el libro The Sheep-Pig, conocido como “Babe: The Gallant Pig” en los EEUU de Dick King-Smith.
Babe está protagonizada por James Cromwell, Magda Szubanski, Roscoe Lee Browne, Zoe Burton, Hugo Weaving, entre otros.
Babe fue filmada en Robertson, Nueva Gales del Sur, Australia.
Aunque los emplazamientos y el estilo pastoral de Babe son claramente británico/australianos, muchos fragmentos de Babe fueron doblados del acento australiano al estadounidense para una mayor aceptación por parte del mercado de ese país.
Babe fue nominada a 7 premios Oscar, incluyendo mejor película, mejor director, actor de reparto (James Cromwell), dirección artística, edición y guion adaptado, ganando el premio a los Mejores Efectos Visuales.
En 2006 el American Film Institute situó a Babe en el puesto número 80 de las películas estadounidenses más inspiradoras.
Para la realización de Babe se recurrió a más de 500 animales entrenados por 59 personas.
A parte, se crearon minuciosas réplicas animatrónicas de los animales vivos para algunas escenas, sobre todo para lograr el efecto de que los mamíferos hablaban.
En Babe no hubo solo un cerdito protagonista, sino 48, pues los lechones crecen muy rápido.
A ellos se los maquillaba y se les ponía pestañas postizas para adaptarlos mejor al rol de Babe.
Babe es francamente entretenida, llevada con pulso, humor y kilos y kilos de imaginación, una maravilla.
Babe narra la historia de un cerdo que quiere ser un perro pastor, un cerdito que no quiere para sí el destino del resto de sus congéneres.
¡Es un héroe de nuestro tiempo!
Pero no lucha contra la sociedad que le rodea ni contra su destino con el uso de la violencia, todo lo logra con la educación con la que trata al resto de habitantes de la granja.
Los personajes animales están llenos de matices, mucho más que en algunas películas con humanos.
La granja, la cual está plagada de curiosos animales desde aquellos que se dedican a seguir el comportamiento que la tradición les ha marcado, hasta aquellos que desafían al sistema, como el pato Ferdinand (Danny Mann), que todos los días asume la función del gallo.
Babe es una divertida película familiar que combina buenas dosis de comedia y algunas moralejas tales como la superación de la predestinación.
Nuestro simpático cerdito protagonista Babe con sus buenos modales y su bondad logra vencer su aciago destino, incluso logra hacer bien un trabajo para el cual genéticamente no está capacitado, una buena moraleja como para no quedarse estancado en las propias limitaciones y poner voluntad para lograr alcanzar los objetivos por más absurdos y utópicos que resulten.
Desde la trama tenemos una narración fácil, de simple acceso para el público infantil, divertida y simpática, que mantiene atento durante todo el metraje.
Excelente interpretación de un sereno James Cromwell que consigue una especial química con Babe.
Cromwell, como Arthur Hoggett, es el ejemplo más claro de su magistral interpretación reside en que su papel es bastante carente en diálogos, tanto que una de las características principales de su personaje es la parquedad en palabras, con su mirada y expresión nos lo dice todo.
También es elogiable el resto de animales de la granja, animales cuyas peripecias son desarrolladas a base de animatronics, tecnología informática y seres reales, técnicas que llevaron a sus creadores a obtener un Oscar a los mejores efectos visuales.
Y Magda Szubanski como la señora Esmé Hoggett, comiquísima sin caer en el cliché ni de ignorante matrona ni de dominante bruja.
Es de destacar en Babe la fotografía y su dirección artística.
En ella recrea de una forma magistral el ambiente de una granja y del pueblo con el que ésta se relaciona.
El colorido suave, luminoso y con una brillante resolución visual que nos ofrece, hace que Babe adquiera una ensoñación que sólo las cosas bellas pueden tener.
Curiosa resultaron las primeras tomas de la granja, me hicieron ver a Hobbiton, el pueblo de Bilbo y Frodo Baggins en The Lord Of The Rings.
Mención especial, repito, para los oscarizados efectos visuales que desparraman mucha magia y gracia otorgándole el "don" del habla a un grupo de animales que nos harán tener siempre presente una sonrisa durante el desarrollo de Babe.
“There are many perfectly nice cats in the world, but every barrel has its bad apples, and it is well to heed the old adage.
Beware the bad cat bearing a grudge”
Los personajes de Babe:
Christine Cavanaugh como Babe, el protagonista, es un cerdito que, llevado huérfano a la granja, es adoptado por Fly.
A diferencia de los demás perros, su táctica de pastoreo con las ovejas es tratarlas educadamente.
Roscoe Lee Browne como el Narrador.
James Cromwell como Arthur Hoggett, el granjero.
Es conocido por los animales como "El Amo"
A diferencia de su esposa, el señor Hoggett es capaz de ver lo valioso que es Babe para la granja.
Es un hombre de pocas palabras; de hecho, al final de Babe, el Narrador nos indica que, en su vida, Arthur ha sido el concursante que menos ha hablado durante los torneos de pastoreo.
Miriam Margoly es como Fly, la Border Collie del señor Hoggettt.
Como madre de una camada de cachorros, es el primer animal de la granja en considerar a Babe como uno más de la familia.
Al igual que Rex, ve a las ovejas como inferiores y las considera los animales más estúpidos de la granja.
A pesar de esta convicción, pide ayuda a las ovejas cuando el señor Hoggettt cree que Babe ha matado a Maa.
Curiosamente Fly acepta como suyo a alguien que es diferente a en su núcleo familiar, metafóricamente, se nos acerca a lo que podría ser alguien de diferente raza, pensamiento u orientación sexual diferente.
Hugo Weaving como Rex, el principal perro pastor del señor Hoggettt y padre de los cachorros de Fly.
Cuando Babe comienza a realizar labores de pastoreo, Rex siente celos por el cerdito y rencor contra Fly por haber animado a Babe.
Finalmente, ayuda a Babe a ganar el torneo de pastoreo pidiendo ayuda a las ovejas de la granja Hoggettt.
Miriam Flynn como Maa, una vieja oveja en la granja Hoggettt.
Maa se preocupa mucho por Babe y no quiere que crezca y actúe como los perros, a quienes considera "lobos" salvajes.
Le muestra que las ovejas harán cualquier tarea si él se lo pide amablemente.
Muere tras un ataque de perros callejeros.
Maa es la experiencia personificada, el sacrificio hace cambiar a los que están a su alrededor.
Danny Mann como Ferdinand, un pato de la raza Indian Runner.
Su temor a volverse inútil en la granja y a que, por ello, se lo coman, lo ha vuelto algo neurótico.
Como resultado, canta todas las mañanas al despuntar el sol.
Se hace amigo de Babe y lo convence para que destruya el despertador.
Curiosamente, tanto Ferdinand como Babe son dos extraños en el mundo de la granja, son los más grandes incomprendidos y que nadie los entiende en su esencia, son fieles a sí mismos y dan batalla para mantenerse firmes en sus principios.
Magda Szubanski como Esmé Hoggettt, la esposa de Arthur Hoggettt.
Siempre se refiere a su marido como "Hoggettt"
Se alegra al saber que su marido ha ganado a Babe en la feria, puesto que pretende servirlo como cena de Navidad.
Ella no es mala, solo es la parte cómica de Babe, pero si es la contraparte (humana) a la altura de Hoggett.
Russi Taylor como Duchess, la gata de la señora Hoggettt.
Justo cuando Babe comienza a entrenarse como perro pastor, ella lo desmorona al decirle que los humanos tienen cerdos sólo para comérselos.
A diferencia de los demás animales de la granja, cuando ella está hablando de "El Amo" se está refiriendo a la señora Hoggettt.
Es el personaje antagónico de Babe, a la altura de los animales, Duchess es la bruja malvada, inclusive me atrevo a señalarla como una extrema feminista.
Y buenos, por sobre todo los animales de la granja, mención especial para los ratoncillos cantantes, son ellos los que nos presentan los capítulos de esta aventura.
Las escenas:
La del robo del despertador me ha vuelto a poner los pelos de punta por el suspenso y por lo técnicamente bien realizada.
He vuelto a emocionarme con la partida de la madre de Babe, con la de los cachorros de Fly, con el pato que no quiere ser pato, con el entrañable baile del granjero.
He vuelto a mirar con la perplejidad del viejo Arthur, la inocencia de Babe o la ternura de Fly, y he deseado con todas mis fuerzas que esta hermosa historia no fuera ficción.
¿Y qué decir del final?
Oyendo las risas del público, sólo un pensamiento rondaba mi cabeza:
"¡Dales una lección, Babe!"
Y así ha ocurrido.
Cuando Babe pasa al concurso, todos se ríen de él, pero él con su sencillez, solo sigue siendo el mismo, sigue haciendo lo que sabe hacer, sin prestar atención…
Habrá quien se burle con malicia, habrá quien lo reprenda, quien diga lo que diga, no importa, la verdad es más fuerte que cualquier cosa.
“Un corazón sencillo todo lo puede lograr”
La sorpresa, la ovación final.
Otra vez me ha contagiado de felicidad.
Y, con lágrimas en los ojos, me he rendido, de nuevo.
La banda sonora original fue compuesta por Nigel Westlake e incluye la canción “If I had words”, interpretada por Yvonne Keeley y Scott Fitzgerald.
Cabe señalar que para el tema principal Westlake compuso una adaptación de la Sinfonía No. 3 de Camille Saint-Saëns.
Las letras de las canciones fueron escritas por Jonathan Hodge.
“Alright, for your own sake, I'll be blunt.
Why do the Bosses keep ducks?
To eat them.
So why do the Bosses keep a pig?
The fact is that animals don't seem to have a purpose really do have a purpose.
The Bosses have to eat.
It's probably the most noble purpose of all, when you come to think about it”
Fuera de todo prejuicio, de si es o no una burla al espectador; Babe es una película que retrata la inocencia y el crecimiento.
Subestimada por los necios, insultada por los ignorantes y desestimada por los indiferentes al cine, ya no infantil sino al metafórico, Babe es una delicia de película que además es una inspiración a seguir tu camino sin importar cuántos te digan que no puedes hacerlo.
El valor de la familia y la amistad o la búsqueda y posibilidad de cambio de tu propio destino en una sociedad presuntamente invariable en sus ideas preconcebidas y llena de prejuicios, que determina desde un mecanismo identificador a un individuo con su porvenir y rol vital son algunos de los temas hallados en esta dulce y encantadora película narrada a modo de fábula con ritmo bucólico y pausado, un divertimento para toda la familia estructurada en varios episodios a los que dan paso un coro de cantores ratoniles.
El cerdito Babe, hace un llamado a valorar el olvidado don de la amabilidad sincera, detrás de esa sencillez aparente de un pequeño animal de granja, se esconde un diamante muy hermoso:
La sabiduría de la amabilidad.
Babe nos enseña a ser valientes, a atrevernos a ser nosotros mismos; por amor a nosotros y con la frente muy en alto.
Aunque nos enfrentemos a una sociedad dura y cruel, a una sociedad en una crisis de valores muy grave.
Es una lección universal y para todas las edades.
El adulto debe tener mucha madurez, sabiduría y humildad para poder acceder a la joya en el fondo de Babe.
Me atrevo a afirmar que si a alguien le disgusta Babe, es una señal de alarma.
Es señal de que la persona está demasiado afectada mentalmente por esta crisis de valores en la que vivimos.
Algunos puntos claves del mensaje son:
No menospreciar a alguien noble y fino juzgándolo como a un simple tonto, si nos parece un simple tonto es porque es algo muy superior a nuestra consciencia limitada; la sabiduría auténtica y profunda se manifiesta en las cosas más sencillas, como los buenos modales, el respeto a quienes son diferentes a nosotros, apreciar la belleza de la individualidad, valorar las diferencias de cada ser único e irrepetible, el valor inmenso de la amistad… y un largo etcétera…
Pero…
¿Un cerdo?
El cerdo, está científicamente comprobado que es uno de los animales más inteligentes del reino.
Según National Geographic los cerdos son animales curiosos e intuitivos, y se cree que tienen una inteligencia mayor a la de un niño humano promedio de tres años de edad.
Son más inteligentes que los perros y tan amigables, leales y cariñosos como ellos.
Cuando viven en un entorno natural, no en granjas industriales, son animales muy sociables, juguetones y protectores que crean lazos unos con otros, hacen sus camas, se relajan en el suelo y se refrescan en el lodo, reconocen sus nombres, son capaces de jugar a videojuegos mejor que algunos primates, y llevan vidas sociales de una complejidad previamente observada únicamente en primates.
Los cerdos tienen una excelente memoria a largo plazo.
En experimentos, se puso una pelota, un Frisbee o disco volador, y una mancuerna en frente de varios cerdos y los expertos fueron capaces de enseñarles a saltar, sentarse al lado, o ir a buscar cualquiera de los objetos cuando se les pedía que lo hicieran, y eran capaces de distinguir los objetos tres años después.
Si; jamones, lomos, morros, pies y chicharrones a parte, los cerdos han superado pruebas de laboratorio de comprensión de conceptos del nivel de primates no humanos, pruebas estas de las que algunos humanos probablemente ni hubieran entendido en enunciado.
Aunque, la inteligencia no debería ser un factor que determine que se maten y coman ciertas especies, y que a otras se les quiera.
La capacidad de sentir, que compartimos todos los animales por tener sistema nervioso central, es razón suficiente.
Por ejemplo, el león…
No necesariamente la conducta de los demás animales sean conductas a imitar, a veces sí y otras no, somos animales racionales primero que nada, he ahí la diferencia entre lo que hace un león o un humano, el lo hace por instinto, distintos mecanismo biológicos actúan en ellos, si no se muere; no es capaz de razonar ni tiene una "gran inteligencia" como nosotros, no puede empatizar con el sufrimiento.
Nosotros si tenemos las estructuras cognitivas para hacerlo, sentir compasión.
Por ejemplo los leones también se comen a sus crías, supongo que ningún humano se come a sus hijos, porque entendemos que está mal que es cruel es lo mismo...
Los leones comen carne por instinto.
¿Por qué el humano es la especie más destructiva del planeta?
Porque no tiene enemigos naturales, nadie se lo come y se reproduce sin fin.
El problema del humano no es que come, sino como lo come, en cuanta cantidad, y que calidad de vida le da a los animales antes de morir.
El humano en general determina que es o no comida por simpatía y belleza, mientras más tierno, bonito simpático, más probable que se salve de la olla, como perros, gatos, osos panda, oso polar, tigres, elefante, caballo... etc.
Si es feo o es abundante se come por el humano, no digo que este bien, pero así funciona nuestra especie.
¿Por qué aceptar lo que se supone que debemos ser o hacer?
Un cerdito que quería ser perro pastor.
Un pato que se percata del funcionamiento de su sociedad y decide cambiarlo.
En tono de fábula, Babe narra un auténtico canto de libertad.
No hay que abandonar los sueños por absurdos que nos parezcan.

“Baa-ram-ewe.
Baa-ram-ewe.
To your breed, your fleece, your clan be true.
Sheep be true.
Baa-ram-ewe”


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